Periódico Medellín en Escena No. 55

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Periódico

Órgano Informativo de la Asociación de Salas de Artes Escénicas de Medellín. Edición No. 55 - Junio 2018 - 10.000 ejemplares - Distribución Gratuita

¡YA LLEGA LA XIV FIESTA DE LAS ARTES ESCÉNICAS!


Periódico Medellín en Escena

EDITORIAL Amable lector, para cuando lea esta edición No.55 de nuestro periódico Medellín en Escena, ya habrá sido elegido en Colombia un nuevo presidente y por ende nos regirán otras políticas públicas a partir de la fecha. Pase lo que pase ese domingo 17 de junio, nosotros los artistas, la gente de teatro de este país, seguiremos levantándonos con entusiasmo día a día a cumplir con nuestro antiguo ritual de hacer teatro y arte, aunque algunas de esas labores sean seguir arrastrando un viejo lastre de desdén y olvido que nos ha acompañado por más de 70 años, una porción considerable de nuestra historia patria. Durante ese tiempo hemos aguantado ese malestar en la cultura, producido por una clase política inepta y retrógrada que no ha sabido escucharnos. Durante más de 70 años hemos resistido, y persistido, incluso hasta con la muerte para entregar el teatro a la gente, hemos construido una dramaturgia nacional sacada de las entrañas mismas de la violencia, llena de metáforas y duras verdades sobre la guerra, hemos hecho inmensos gestos solidarios, estéticos, y humanos, gestos de alegría para nuestros niños con títeres, marionetas y máscaras de carnaval, hemos formado pacientemente un público, una franja quizá pequeña de interesados, no apta para los apetitos estadísticos de los gobiernos de turno, pero necesaria, que permite el acceso al teatro y al goce del arte. En todo este tiempo nos organizamos creando asociaciones, gremios, congresos nacionales, consejos y hemos ideado políticas públicas destacadas como la Ley General de Cultura, el Programa Nacional

de Salas concertadas, El Portafolio de Estímulos, la Ley del Espectáculo Público, La Ley del Teatro Colombiano, claro ha sido todo luchado y concertado con el estado, por que nos gusta dialogar. Hemos dado origen a certámenes de carácter mundial y Nacional como el Festival Internacional de Teatro de Manizales que este año cumple 50 años (el festival más antiguo de América), el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá (Uno de los más grandes del mundo), El Festa (Festival Alternativo de teatro de Bogotá) El Festival Internacional de Teatro de Pasto, La Fiesta de las Artes Escénicas de Medellín y los más de 100 encuentros, muestras y festivales de Artes escénicas que se hacen a lo largo y ancho del país. Para cuando usted amable lector vea estas notas, el país habrá elegido un nuevo gobernante y estrenado un Congreso, que sea cual fuere su color o bandera, desde este humilde periódico y desde la Asociación de salas que representa, les extendemos la invitación a escuchar a sus artistas, disfrutar de su arte maravilloso, fomentarlo en todos los rincones del país y respetar los acuerdos, logros y pactos culturales que durante décadas se han tejido para beneficio de ese constituyente primario, que es la gente, para quienes finalmente hacemos nuestro trabajo. Ese es el oficio de la política transformar la realidad, a eso los invitamos. De todas maneras, gane quien gane, el teatro no desaparecerá, por que así un tirano naranja lo prohibiese, el teatro siempre estará ahí, en el juego de los niños.

Evento apoyado por el Ministerio de Cultura Programa Nacional de Concertación Cultural

Proyecto ganador de la Convocatoria de Estímulos para el Arte y la Cultura 2018 Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín

SUMARIO 3 .......................................

ENTREVISTA Yo tengo un angelito: Alejandro Puerta

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ESCENA NACIONAL ¿En qué anda el TEC?

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ESCENA REGIONAL Polichinela: El esfuerzo de una sonrisa

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.................................. ESCENA LOCAL La Red de Creación Escénica: Una apuesta de ciudad por un quehacer vital.

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ARTÍCULO Sobre la comedia y otras emanaciones.

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¡YA LLEGA LA FIESTA! XIV Fiesta de las Artes Escénicas Del 24 de agosto al 1 de septiembre.

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NOTAS EN ESCENA

ASOCIADOS: Casa Clown, Casa Teatro El Poblado, Colectivo Teatral Matacandelas, Corporación Artística La Polilla, Corporación Artística Ziruma, Corporación Carantoña, Corporación Caretas, Corporación Casa del Teatro, Corporación Cultural Canchimalos, Corporación Cultural Nuestra Gente, Corporación Cultural Vivapalabra, Corporación La Fanfarria, Elemental Teatro, El Teatrico de Medellín, Fundación Circo Medellín, Teatro Barra del Silencio, Teatro El Trueque, Teatro Oficina Central de los Sueños, Teatro Popular de Medellín. JUNTA DIRECTIVA: Teatro Oficina Central de los Sueños, Elemental Teatro, In-fusión Teatro, Corporación Artística La Polilla, Corporación Caretas. DIRECCIÓN ADMINISTRATIVA: Ana Cecilia Hernández Gallego. REVISOR FISCAL: Darío Calderón. CORRECCIÓN DE ESTILO: Catalina Trujillo CONSEJO EDITORIAL: Cristóbal Peláez, Iván Zapata, Jaiver Jurado, José Félix Londoño. COORDINACIÓN EDITORIAL Y DIAGRAMACIÓN: María Fernanda Hernández. COMUNICACIONES: María Fernanda Hernández. FOTOGRAFÍAS: Juan David Duque, Fotos cortesía. PORTADA: Obra Karmen de Teatro La Máscara - Cali ISSN IMPRESIÓN: La Patria. CONTACTO: periodico@medellinenescena.com www.medellínenescena.com


ENTREVISTA

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Alejandro Puerta

YO TENGO UN ANGELITO Por Jaiver Jurado

Presentamos a continuación el perfil de uno de los más importantes comediantes de la ciudad; un artista que por más de 20 años ha explorado diversos tópicos de ese difícil arte de hacer reír. Su vida, ligada y quizá moldeada por su familia y amigos; sus más sentidas preocupaciones sociales y el indeclinable amor por el arte escénico como un arte total, nos pone en sintonía con este personaje que no parece envejecer y que, más bien, tiene el aspecto de un muchacho grande, con espíritu de chico explorador, amante de los viajes y la naturaleza, provisto con unos grandes ojos verdes que casi te rozan cuando te mira; un eterno formador de jóvenes que le siguen; en fin, un loco, payaso y estupendo ser humano. Les presento [redoble de tambor] a Churrasco, más conocido en el bajo mundo de los artistas como Alejandro Puerta. MEDELLÍN EN ESCENA: ¿Cuándo destelló el arte? ¿Cuándo aparece el pálpito, la inspiración? ALEJANDRO PUERTA: Vengo de las familias Puerta y Restrepo, pero fui criado por la familia Restrepo, por mi mamá y su familia. Me crie en Santa Elena, conviviendo con muchos primos, tíos, y viviendo con los abuelos. Mi abuela vivía en el corregimiento y mi abuelo en el área urbana Medellín, en una casa en La Castellana que él mismo construyó. Casi siempre vivimos en Santa Elena y todos los fines de año era muy bonito porque se reunía toda la familia: La familia que había en Venezuela y en Brasil venía también y nos juntábamos todos, como 60 personas en la finca. Algo muy curioso de la familia es que la mayoría de mis tíos fueron profesores de universidad — incluso Jaime Restrepo Cuartas, el exrector de la de Antioquia, es de la familia, creo que es tío de mi mamá—. Yo siempre he dicho que la familia Restrepo fue como una universidad: hay profesores de filosofía, como Alberto Restrepo;

historiadora, como Libia Josefa Restrepo, que tiene el programa de historia los sábados en la noche; Ofelia Restrepo, artista plástica de la Nacional, que ya murió, pero quedó la parte del taller de artes de la Nacho con el nombre de ella. A mi mamá le gusta el tema de la cocina, entonces estudió cursos en el Sena de embutidos, pastelería y todo eso; mi papá es músico, se llama Evaristo Puerta, es invidente y es un poco reconocido. Yo no tengo muy marcada la imagen paterna. Mi imagen paterna más bien es por mi tía la artista plástica, Ofelia. Recuerdo que de niño nos pasaban muchas cosas relacionadas con los oficios de mis tíos; íbamos a la Universidad Nacional y entrábamos al taller de artes y veíamos mujeres desnudas que las estaban dibujando; todo era muy silencioso. En la casa donde vivía mi tío Jairo, en Medellín, llegábamos y veíamos la Orquesta Filarmónica ensayando en la parte de atrás de la casa. Mi tío también era miembro de la banda de rock-metal Tenebrarum, entonces también

a veces cuando llegábamos estaban ensayando ellos. ¡Qué contrastes! Mi otro tío, Simón Restrepo, era profesor en la Universidad de Medellín de Física y Matemáticas; y mi tía, la de Venezuela, es socióloga. En Brasil estaba mi tío Eduardo. Él venía cada dos años y lo escuchábamos hablar en portugués. Mi abuelo vivió en Brasilia, era geólogo, a él lo consultaban mucho cuando iban a ampliar la vía en Santa Elena. Mi tío Octavio Restrepo fue director del Planetario Municipal; en vacaciones subía a Santa Elena y llevaba su telescopio gigante, recibíamos una clase completa de astronomía viendo a Saturno, a Marte. Recuerdo que era un telescopio grandísimo y tardaba días en armarlo. Eran tiempos maravillosos pues nos reuníamos toda la familia, en la finca y pasábamos 15 o 20 días juntos en medio de ese bombardeo de experiencias e información de todo tipo.

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ENTREVISTA

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Casi todos los primos empezamos a estudiar ingenierías, y poco a poco fuimos migrando al arte, terminamos todos estudiando música, plástica y teatro. De alguna manera el teatro estuvo ahí siempre, latente. Aunque pasé a Ingeniería Industrial en la Universidad de Antioquia, en quinto semestre me retiré y entre a estudiar teatro en la Escuela Popular de Arte (EPA) Llegué a la EPA por varias circunstancias; trabajé con el Teatro de Seda. Ahí estaban Gloria Ospina y Jhonny Rojas; también conocí a Edwin García y Daniel Galeano, todos ellos egresados de esa escuela de arte. Entonces, por ese lado empecé a escuchar mucho de la EPA. Me dije: «Entremos a estudiar teatro». Era el tiempo de las decisiones. Yo siempre fui un buen estudiante, me gradué de 18 años y a los 20 ya estaba tomando esa decisión por el arte. Allí conocí al Mono Grisales —Jorge Iván—. Es la persona que más influencia tuvo en mí y me empujó ese lado de lo gestual. De hecho, tuvimos una relación increíble cuando montamos la obra Desplazados. También conocí a Alberto Sierra, muy joven, en el trabajo de actuación y dramaturgia; a Gilberto Amariles, Fernando Zapata y Miguel Cañas.

Estando en la EPA apareció otro personaje en mi historia, Pestañas, un teatrero enorme y barbado que le gustaban los zancos y los malabares, empecé a trabajar en su grupo que se llamaba Inventario de Sueños. Con él hicimos clown y trabajo callejero empíricamente porque no había mucho entonces. Yo con el Mono empezaba a hacer trabajo corporal, hacía los trabajos de pantomima, trabajos dramáticos que permitían explorar lo corporal y de pronto apareció el Festival Mímame y nosotros participamos. Para la inauguración del festival Pestañas me invitó a la comparsa, ahí conecté con Jáder Guerra, Carlos Álvarez, y Gustavo Restrepo, director de La Polilla en ese entonces. Me ofrecieron hacer unos talleres y en uno de estos conocí a Ana Vázquez de Castro, de España, egresada de la Escuela del maestro Jacques Lecoq. Sacamos una comedia dramática con Alberto Sierra, Náufragos, que ahora la tiene montada el Teatro Tecoc de Bello. Esta fue la segunda obra que hice —la primera fue Desplazados—. Fueron dos obras que salieron de la EPA. Estamos en la escuela, en todo el furor, estoy en el proceso final y aquí aparece otro personaje que se llama Joel Sánchez, y vi por primera vez a la compañía Humoris Causa, de Cuba, que se

presentaba en la sala del Teatro de Seda. Eso fue impactante, incluso para muchos teatreros que asistieron. Conecté con Cuba, con la comedia completamente; después Joel decide quedarse en Colombia y arrancamos a trabajar un proyecto juntos: Humor Pacífico, que se fundó como grupo y en el que también estaban Alex y Emerson —que ahora es profesor—. Con toda esa generación luego coincidimos en Colombia Creativa, en la primera cohorte. Luego terminé en la EPA como técnico en Teatro —ese era el título que te daban—. El día de la graduación tenía una función con el grupo Inventario de Sueños, entonces mandé a mi mamá a reclamar el título. Luego al tiempo me casé con Angélica, una chica que conocí por culpa de un tal Joel. Pero eso es otra historia. Así empezó ese cuento. Aprendí también mucho de la comedia con Joel, sobre todo de estructuras cómicas porque dictábamos talleres juntos. Nos tocó en la reconstrucción de Montenegro, cuando pasó el terremoto en el eje cafetero. Eso fue un trabajo duro y de mucho tiempo. Hasta que en ese Festival Mímame conocí a Andrea Vázquez de Castro. Hice el taller de bufón con ella y me dijo: «Alejo, te regalo media beca para que estudies en mi escuela en Madrid». Yo dije que de una. Fui a averiguar a la embajada, pero en ese entonces era una cosa imposible. Me negaron la visa y yo dije bueno... Al año siguiente vino el Festival Mímame de nuevo y con él Óscar Zimmermann, quien me habló por primera vez de una escuela de clown que trabajaba con la metodología del maestro Jacques Lecoq, la escuela se llamada la Mancha en Santiago, Chile. Eso fue en 1997 y escribí inmediatamente a la Mancha, y me aceptaron. Me fui en febrero de 1998. El tiempo de volar

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A. P.: Vendí todo lo que tenía y me fui por tierra hasta Chile. Me decía: «Voy, así sea que dure solo tres meses». Muchos me apoyaron, mi familia con los pasajes que eran carísimos. Irme por tierra me salía más barato, viaje siete días de frontera en frontera. Ese primer año fue durísimo; luego al segundo año me postulé a una beca con el Icetex y me la gané. Mi mamá y mi abuelo siempre me decían: «Alejo, tú tienes un ángel»; una suerte, porque además conocí a un compañero de la escuela allá en Santiago, él y su madre me llevaron a vivir con ellos. Fue mucho tiempo, casi dos años, luego cuando ya estaba


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terminando en La Mancha, me llamó el director y me dijo: «La escuela te ha seleccionado para hacer el posgrado en pedagogía». Casi se me sale el corazón.

quien dio una charla en la de Antioquia sobre cómo expresar la pedagogía de Lecoq.

A estas alturas es necesario anotar que esta escuela de clown, así como las existentes en otras partes del mundo bajo esta metodología Lecoq, no son escuelas formales por la pedagogía, porque allí se prioriza la práctica sobre la teoría. Casi no hay teoría, la teoría surge después. Vos vivís la experiencia y una vez hacés la reflexión empieza aparecer la teoría, que empieza a ser común para todos. Esa es una parte muy bonita, Lecoq lo tiene muy marcado. Me acuerdo de cosas que me dijo, recién llegado, mi profesora Ellie Nixon, una inglesa egresada de Lecoq: «Si usted quiere permanecer o aguantar la escuela, olvídese de todo lo que sabe».

A. P.: No pude terminar el posgrado en pedagogía porque se me acabó la plata, me quedaron faltando seis meses de clown y bufones, pero el director de la escuela me ofrece ser parte de la compañía profesional de la Mancha donde montamos precisamente una obra de clown y bufones. Fue como terminar ese proceso. No me gradué, me devolví para acá sin plata.

M. E.: Y la enseñanza. Tu vocación pedagógica. A. P.: La Escuela de la Mancha, en Chile, tenía tres posgrados. Uno en trabajo comunitario, otro en herramientas lúdicas —ambos duraban un año— y otro en pedagogía que duraba dos años, con una salvedad, ese no lo eliges tú, sino que tiene la misma cosa que hacía Lecoq, allí los estudiantes no elegían, sino que eran elegidos, fue una gran experiencia, es como repetir la escuela, pero desde la posición pedagógica. Había sido elegido, que alegría. Yo escribí de nuevo a Colombia pidiendo ayuda, porque el posgrado era a un poco más costoso. Esto hizo eco en mi tía Libia Josefa que me dijo: «Vamos a ver hasta cuándo aguantamos, Alejito», y empecé un nuevo sueño, el posgrado en Pedagogía. La escuela no me daba tiempo para trabajar. Ahí también apareció otro personaje vital que es Beatriz Prada —la Payasa, la Doctora Apetito— que fue a estudiar a la escuela. Mientras yo estudiaba el segundo año, ella estudiaba el primero. Ahí después nos hicimos novios, compañeros, nos fuimos a vivir juntos y empezó una cosa muy bacana, porque ella me ayudaba a transcribir toda la información que yo recibía pedagógicamente. Terminé el segundo año, empecé el primer año de Pedagogía y Beatriz empezó el segundo. Para el primer año de pedagogía logramos hacer una especie de intercambio donde el Festival Mímame y la Universidad de Antioquia fueron a la Mancha y vieron todo el proceso. Fueron Jáder Guerra y Adriana Upegui, la directora del Departamento de Teatro de la U. de A., fue el profesor Bustamante y luego Rodrigo Malbrán,

M.E.: ¿Cómo termina esto en Chile? ¿Qué sigue?

Regresé a Colombia en 2008 transformado completamente. Y ahí viene otra historia que es la conexión con Alder, siempre ha sido mi amigo, un batallador, el otro parcero, un quijote. Yo regreso de Chile, de todo este proceso, y me reúno con él y me dice: «Vamos a empezar con todo lo que vos traés, con todo lo que he aprendido aquí». Y montamos una obra. Por alguna razón tuve que dictar dos talleres de formación y ahí fue donde empezó realmente el tema con los talleres que ha sido uno de los pilares de mi trabajo artístico. Dicté uno de máscaras a La Polilla y otro de mimo narrador a Nuestra Gente. Esos fueron los dos talleres que me abrieron ese nuevo camino.

los contenidos que sabía manejar de la Mancha, como el trabajo de media máscara y lo pudimos hacer en conjunto con el Mono, porque tenía expresión corporal para el montaje. Empezamos a hacer cosas muy bonitas y con Beatriz, que había hecho también esas cosas. Así entonces empezó todo el tema y después arranqué en la Escuela de Teatro Débora Arango como profesor de clown. Después de casi cinco años me retiré de Infusión y cursé el programa de teatro Colombia Creativa, en la Universidad de Antioquia; allí armamos un grupo de estudio con Edwin Mimo, Alder, Alex… éramos muy inquietos; las presentaciones se hacían utilizando muchos recursos: máscaras, objetos, teatro. No nos gustaba plantarnos en la palabra, empecé a buscar traducciones de inquieto y apareció «agité», que es una palabra francesa afín a la dinámica que teníamos; así surgió Agité Teatro. Que a la fecha lleva cinco años y posee una sala para 60 personas diagonal al Teatro Pablo Tobón Uribe, en Medellín.

Siguiendo la vida, nos encontramos: Diana Fuentes, Alder Vega, Lina M. Silva, Yamile Valencia y yo, fundamos Infusión y nosotros cinco arrancamos el primer montaje. Decidimos ponerle Infusión por lo de sacarle extracto a las cosas. El grupo empezó a crecer rápido y bien. Luego entraron Norman Lemaitre y Robinson Duque (Bobby), fue un gran momento. Las primeras obras La primera obra fue Clown, el espectáculo, luego Expedición Clown, posteriormente Ni aquí, ni allá, Pura carreta y la beca de creación Entre patas y faldas de gallina. Subarrendábamos un saloncito en la sede del Arca de Noé, hasta que ellos deciden no tener más sala de teatro y nos propusieron: «Ustedes son la primera opción para tomar este espacio, pues están conviviendo aquí con nosotros hace tiempo». Después de pensarlo mucho, la tomamos con gran susto y la llamamos Casa Clown. Luego entré a enseñar a la Universidad de Antioquia, con el mono Grisales empezamos a coincidir en el curso y ese primer semestre fue muy chévere porque a mí me dieron algunas materias técnicas y selectivas. Entonces apliqué

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M. E.: Y la fotografía, los viajes... A. P.: Esos son mis otros dos mundos. La fotografía llegó a mí por mi tío Alberto Restrepo, el filósofo. Él tenía su cámara análoga y me la prestaba cuando yo iba a su casa. Él estaba jubilado viviendo en La Ceja, yo iba mucho con mis amigos, él me prestaba las cámaras, yo jugaba con ellas, me iba a tomar fotos con los filtros, con todo eso y ahí me surgió esa pasión. Trabajando logré ahorrar para una camarita, me duró mucho, todo el viaje a Chile y de regreso. En una de esas, en el carnaval de Pasto, fue la típica que le echan a uno espuma, le abren la riñonera y sacan la cámara. Mi primera cámara, con ella hice el registro del viaje a Chile. Los viajes, sí, soy un viajero siempre. Tengo que contar una historia de niño, cuando vivía en Santa Elena, me iba echando dedo hasta el aeropuerto para ver los aviones. Alguna vez yo estaba como en quinto de primaria y los de grado once se iban de excursión para Guatapé; me colé en el bus, me escondí en la silla de atrás y me fui para Guatapé. Mi mamá sufrió mucho conmigo, ...yo por ejemplo aparecía en Barranquilla… en fin, le tocó duro, duro de verdad. Siempre viajar, la aventura; no me gusta el tema de los hoteles o programas comprados, nunca en la vida he hecho eso, me gusta el turismo propio. La geografía siempre me encantó, me fue superbién en geografía en el colegio. Fue entre geografía y matemática que yo saqué el bachillerato porque en español nunca me pudieron enseñar a escribir. Tengo letra de médico, pero no me dediqué la medicina. Los viajes siempre estuvieron ahí. Después pude comprar moto y la moto me puso a recorrer más cosas hasta hace dos años y medio que me hice el viaje de la vida, que fue llegar hasta Ushuaia en Argentina, —la cola de américa— en moto con mi primo, con el que hice mi primer viaje echando dedo a Ecuador. M. E.: Humor y política A. P.: Eso va junto. Con Infusión fue una descarga total, mas no tomar partido es la cuestión, es importante en el bufón, que no se tome partido, pero sí hacer la crítica a los dos bandos. Viajar es lo que más me ha influido a mí en este tema, poder hablar con la gente del camino. Una vez me quedé varado entre Popayán y Pasto, y pude hablar con la gente del Bordo y entender todo este tema del conflicto desde otros lados, de ahí surgió la idea de montar Ni aquí, ni allá, y

también de ver la película Mi mejor enemigo, que es sobre soldados, uno chileno y otro argentino. Esa película me inspiró. Son dos soldados de fronteras enemigas, pero juegan fútbol; y era en ese momento en que hubo tensión en fronteras entre Chile y Argentina. Hace falta otro pedazo de historia, cuando estuve cuatro años en Urabá trabajando con María Victoria Suaza. Me tocó ver cosas muy fuertes en esa época. Eso fue antes de irme para Chile, trabajé con la Casa de la Cultura, con las secretarías de Salud y Juventud. Fue una época muy dura para mí porque te vigilaban, te juzgaban, te llevaban control. Me tocó ver matar gente y todo. Ese tema de defender ideologías es muy bravo porque se hacen matar por ellas. Me tocó un tema tenaz en Chile, que fue la muerte del dictador Augusto Pinochet. Las comunas de bajos recursos hacían una celebración brutal, pero los cuicos, los ricos llorando al dictador… ¡Qué vaina! M. E.: ¿Escribís? A. P.: Yo tengo muchos escritos por ahí regados, he ido tratando de darles forma, porque tengo el sueño de escribir. Tengo algunas dramaturgias, tengo una que empecé también por culpa del Mono Grisales, con el tema de la dramaturgia del acontecimiento. Tengo bocetos, muchos bocetos escritos. Hay algo que me gusta mucho en el clown y es poder contar una historia completa, no hacer números y armar varietés solamente. Yo creo que los únicos varietés que he hecho han sido el primer trabajo que hice con Infusión y el primer trabajo que hice con Agité, siempre trato de darle dramaturgia a los espectáculos. M. E.: ¿y la música? A. P.: Vengo de una familia muy musical; mis tíos son músicos y mi papá es un músico excepcional, además porque mi papá es invidente. Es ciego desde los siete años, por eso mi mamá dice que el amor es ciego. Mi papá tiene algo de bufón, dice con tono serio: «Si yo veo al médico, lo mato», porque a él lo operaron mal y la infección se le pasó al otro ojo. Tuvo un accidente, fueron a recoger leña y al levantar el atado de leña le rasgó un ojo y lo operaron mal. La infección se le pasó al otro ojo. Él dice: «Me cortaron la luz definitivamente». No es un hombre triste para nada, su realidad la ha asumido completamente y por eso es un gran músico. Esas cosas las percibía yo de otra manera. Por ejemplo, en los trabajos de teatro que nos ponían en la EPA, yo hacía los ejercicios con los ojos cerrados. Ahí me conectaba en el nivel espacial con todo eso y el

tema del espacio siempre ha sido de mi agrado. Esas cosas del espacio me gustaron mucho y me gusta trabajarlas. Lo que me pasó con la música y con la pintura fue que en uno de los procesos del primer año de la escuela de clown nos pidieron mover corporalmente la música y la pintura. Me acuerdo que a nosotros nos pusieron a mover la pintura La melancolía, de E. Hooper, entonces para mí fue como empezar a analizar todo ese tema de la espacialidad puesta en la música y la pintura. Yo ahora la música la pienso diferente, la música tiene espacios exteriores, interiores, si es épica, si es cotidiana, si es todo eso llega a través de todo: escucho a Tenebrarum, pero al día siguiente escucho a la Filarmónica de Medellín, pero empiezo a ubicarlas espacialmente. Me llega todo y entonces también me pasaba con la pintura: veo los trabajos de pintura de mi tía, los grabados que eran lo que más le gustaba a ella y digo: Mira los espacios que hay allí. Con el paso de los años esas cosas que tenía guardadas de niño y de joven logran traspasar y les encuentro un mayor significado, poder sacar eso para mí a través del arte ha sido genial. Los chicos todavía no entienden, por ejemplo, la manera en que escojo la música para los espectáculos. Preguntan extrañados: ¿porque ésta música? Bueno es algo que irán descubriendo también, todo eso termina por revelarse. En mi caso la familia ha sido como una universidad paralela. Y los viajes y la observación la materia de mi trabajo. DIEZ COSAS QUE NO ME GUSTAN 1. El hígado. 2. Las filas de los bancos, te roban el tiempo y la vida. 3. Planchar. 4. Las despedidas. 5. Los entierros. 6. Preocuparme por combinar al vestir. 7. El desamor (aunque viva en él). 8. Ir de parrillero en moto. 9. La religión. 10. Las barreras. DIEZ COSAS QUE ME GUSTAN 1. Pastas a la carbonara. 2. El jugo de maracuyá. 3. Viajar, estar en movimiento. 4. La fotografía, observar. 5. Jacques Lecoq. 6. La noche. 7. Esa muchacha Valencia. 8. Hacer reír. 9. Los labios. 10. Dormir empelota.


ESCENA NACIONAL

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¿En qué anda el TEC? Por Iván Zapata

Fiel a su identidad buenaventuresca, el teatro que practicamos es experimental en la medida en que todas nuestras obras son originales tanto en su puesta en escena como en el texto, la música y la escenografía. Todos los signos del espectáculo emergen de las improvisaciones que jalonan todo el proceso de creación colectiva tradicional del TEC. En los últimos años pusimos el acento en establecer con el público una relación más adecuada para su participación no solo durante los foros que realizamos, tanto en el proceso de creación como al final de los espectáculos, sino en la lectura del conjunto de las obras que componen nuestro repertorio actual. Desde el año pasado celebramos el nacimiento de Enrique Buenaventura, en agosto, ofreciéndo a los espectadores la posibilidad de asistir a las diez obras vivas en el Teatro Experimental de Cali. El repertorio actual es el siguiente: Los papeles del infierno Descrito por Enrique Buenaventura en los años 60, el infierno que azota campesinos, obreros, artesanos, estudiantes y hasta profesionales y funcionarios vuelve a arder en los cementerios, las calles, los hogares y los lugares de entretenimiento donde reina la orgía de la mendicidad. Quizá de todas las obras del dramaturgo caleño esta es la más aclamada y representada en el mundo durante los últimos 50 años. Los dientes de la guerra Al iniciar la creación de una dramaturgia nacional contemporánea profundamente anclada en las luchas de liberación, no solo nacionales sino continentales e internacionales, Enrique Buenaventura le abrió al teatro una vía colectiva para la palabra popular. Expresar en el escenario lo que evoca el tema de la guerra civil en

Colombia desde la actualidad hasta los albores del nacimiento de una nación independiente es lo que se propone en esta obra. Su vida pende de un hilo Es la historia de un vengador nacido de la calle. Debido a la falta de justicia, asumió tomar sus propias medidas para hacerla valer. Lejos de ser víctima decide ser victimario para no dejarse asestar el golpe fatal, desafía a los espectadores, acercándose sin moral a tocar lo que queremos ver tan ajeno a nosotros: la muerte. Las censuras se desvanecen y el morbo desaparece, las cosas como son, ser bueno o ser malo, no es la cuestión, es acercarnos a ese pensamiento aunque severo, trascendental en este mundo que habitamos. Ntotoatsana Inspirada en una leyenda africana de tradición oral, esta obra relata la historia del rapto de la princesa Ntotoatsana, hija de Sekoaé y Zeynebú,

dos pastores de búfalos, acosados por sus vecinos, los guerreros Matebeles. Tierradentro Emergiendo del tsunami de basura que inunda las ciudades, unos seres utópicos evocan Tierradentro como la única memoria de milenios de olvido. Los pueblos nativos de Colombia descifrando la naturaleza, cultivando el goce de estar vivo en el silencio de las altas montañas, inspiran a los sobrevivientes para reencontrarse con sus raíces ancestrales. El maravilloso viaje de La Mentira y La Verdad Este espectáculo nos llega desde la más remota tradición oral de las primitivas culturas africanas. Inspirándose en las recopilaciones de mitos y cuentos africanos de Blaise Cendrars en Antología negra, el TEC construye una obra contemporánea y antigua como la humanidad.

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ESCENA REGIONAL

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Enfrentándose a un experimento de creación y escritura colectiva, y trabajando con la poesía yoruba, los refranes populares, los lenguajes adámicos y los cantos de la costa del Pacífico, el equipo de trabajo escribió la obra al tiempo que la ponía sobre la escena.

POLICHINELA

EL ESFUERZO DE UNA SONRISA

Guinnaru Basándose en cuentos de tradición oral africana, recopilados por el poeta surrealista Blaise Cendrars, dioses, hombres y animales, instrumentos musicales de formas fantásticas, organizan el espacio para contar fábulas. El Guinnaru, espíritu del agua venido de África, se instala en la costa Pacífica para contar su historia con la riqueza cultural del litoral. El lunar en la frente El humor bonaverense, ingenioso y fino, — inspirado en Historia general de los piratas, de Daniel Defoe— indaga la complejidad del ser femenino con la leyenda de Mary Read, la mujer pirata obligada por su madre a vivir como hombre desde niña. Con mosquete y sable ella compitió con todos en la academia militar para luego reclutarse en Flandes y después navegar con los más bravíos piratas filósofos. A buen entededor… Jugando con refranes y proverbios recopilados con picardía por el poeta Enrique Buenaventura, desde joven oyendo las abuelas a las orillas del río Cauca, los actores del Teatro Experimental de Cali exploraron la sabiduría campesina que en Colombia cultiva ese género literario. Los personajes evocan la lucha de los campesinos por expresar esa identidad a menudo burlesca, épica y dramática que surge de la relación con la tierra que labran y su rol social. Después de la temporada, el TEC realizará una gira nacional visitando Medellín, con la presentación de A buen entendedor…, el 11 de septiembre en el Teatro Pablo Tobón Uribe. *Nota: Todos los sábados se dictan talleres de formación de 2:00 a 6:00 p. m.

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Por Félix Londoño

«A punta de comparsas pagamos el arriendo para tener una salita de teatro en Caldas»; así es como responde Jhon Mario Hoyos al preguntarle cómo sostienen un espacio sin ningún apoyo del Estado. Y es que los guerreros que hoy hacen parte de Polichinela, grupo que cumplirá el 22 de junio 14 años y que supo, en 2015, el año más crítico de creación, que sin un espacio corrían el peligro de desaparecer; así que decidieron abrir una sala pequeña —un año después del cierre de su anterior sede— donde antes había funcionado la sala de cine Lumen, que habitaron por más de cinco años, con una capacidad para 200 espectadores. ¡Pero solo llegaban 15!, cuenta entre risas un poco irónicas Jhon, uno de los cuatro fundadores que vio transformase esa mantis, nombre que tenían cuando pertenecían a la Casa de la Cultura de Caldas, en esta Polichinela que, gracias a su tenacidad y esfuerzo, sigue enamorando jóvenes como Manyoma, (Andrés) y Mariana que sueñan y se dejan atrapar por las ideas de ese director que da clases en una universidad —porque

cuando no salen comparsas, de algún lado hay que sacar el dinero para pagar el arriendo—. En ese rincón una Polichinela sueña con que el público de ese cielo roto que es Caldas se apasione por el teatro y sepa lo importante que es tener un lugar para que los sueños, la muerte y los sentimientos humanos sean politizados, como lo muestran sus obras, en las que lo más importante es transmitir esas pasiones que hacen del hombre una historia digna de ser llevada a escena. Como la de esa anciana que se arregla para recibir una visita que jamás llega en Soledad se encuentra sola, una historia que escribe pensando en un hecho real que le cuenta su madre que trabaja en un ancianato, y quien sin saber da el insumo a su hijo para dejar volar su imaginación y así como se inventa una comparsa, se inventa esta obra que presentará en Teatro el Trueque, en el marco de la Fiesta de las Artes escénicas.


ESCENA LOCAL

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La Red de Creación Escénica Una apuesta de ciudad por un quehacer vital Por Elizabeth Cano

El proyecto Red de Formación Escénica es una apuesta fundamentalmente del sector teatral de la ciudad que, en asocio con la administración municipal, ha implementado dicha iniciativa. En 2003 nace como una propuesta metodológica de la Asociación de los Trabajadores de las Artes Escénicas (Atrae), en la que se incluyó como talleristas a directores y actores de trayectoria de los grupos de teatro de Medellín; se compartió la ejecución y la metodología de trabajo del proyecto Red de Teatro con la Corporación Nuestra gente y se dividió geográficamente la ciudad en sur y norte para la realización de los talleres de formación. Los resultados de puestas en escenas de niños, niñas y jóvenes, de instituciones educativas en su mayoría, se presentaron en las salas de teatros de la ciudad. De 2004 a 2006 fue Ateneo Porfirio Barba Jacob la entidad que asumió la administración y la puesta en marcha de este proyecto con su propuesta pedagógica y artística; en esta vinculó a agentes del sector académico del Departamento de Teatro de la Universidad de Antioquia. En 2009, y hasta el 2011, la Red de Artes Escénicas fue operada por la Corporación Medellín en Escena. Este colectivo de salas y directores asume la red en la totalidad conceptual y administrativa con resultados de calidad para sus integrantes y con un festivalito muestra del proceso para toda la ciudad. El proyecto red de formación escénica en su recorrido histórico ha estado en diferentes comunas y algunos corregimientos de la ciudad, en ese aspecto era una red tejida por

los territorios y sus singularidades. Sin duda, el presente proceso de la red contiene hilos en su complejo entramado de ese histórico de entidades operadoras que entregaron un legado intelectual y práctico a la estructura actual. En 2014, desde la Secretaría de Cultura Ciudadana se proyecta una estructura de red en la que varias entidades administren y operen el proyecto respetando sus apuestas estéticas, con diferencias marcadas en sus metodologías de trabajo, en sus procedimientos, en sus maneras de llevar a la comunidad y de leer el territorio; sin embargo, con interés de comunicarse y cohesionarse para pensar un proyecto vital para quienes la experimentan de manera directa a través de las sesiones de los laboratorios y los semilleros escénicos. En esas diferencias se construye la Red de Creación Escénica —como es nombrada actualmente—; apuesta interinstitucional de entidades con propuestas y procesos disímiles, pero comprometidas con el quehacer de las artes escénicas en la ciudad. Son 720 integrantes, entre niños, niñas, jóvenes y población adulta, que se encuentran semanalmente en equipamientos de la Alcaldía o en una sede comunal o en las salas de teatro de las entidades socias de la red. Y son los artistas formadores los encargados de cada una de las sesiones de trabajo de los 36 grupos. Ellos están en contacto permanente con los participantes, son parte fundamental del proceso y entregan su

experiencia del quehacer escénico. Son artistas activos de los grupos de la ciudad y se disponen para compartir su conocimiento y su experiencia en las sesiones semanales. Se preguntan y construyen en colectivo con los integrantes sobre lo que sucede en el aquí y el ahora de cada sesión. Los artistas formadores, a su vez, están acompañados por los coordinadores de formación, directores escénicos o profesionales de las Ciencias Humanas con experiencia en formación escénica —uno en cada entidad—, encargados de liderar el proceso. Es un trabajo colectivo con participación del equipo de formación de la Secretaría de Cultura Ciudadana, acompañado directamente desde la consultoría de artes escénicas. La Red de Creación Escénica es una estructura compleja en la que comités de trabajo — formación interinstitucional, coordinación de formación interinstitucional, microcomité de formación— van dando forma a las diversas voces y actos que articulan un proceso escénico que da cuenta del sentir de todos los que participan. Es un proceso de procesos vitales en constante reflexión y transformación. Por la red pasa la vida de los que están involucrados en ella, tanto entidades como personas apasionadas por la escena. En palabras de los más jóvenes: «…es un espacio para ser otros, para reír y saber que en medio realidades difíciles contamos con la capacidad de soñar y crear mundos posibles para un mejor vivir con otros en comunidad».

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ARTÍCULO

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SOBRE LA COMEDIA Y OTRAS EMANACIONES Por Cristóbal Peláez González Publicado por Festicine-Antioquia 2017

Los tópicos más recurrentes de la comedia suelen tener su andamio en los siete pecados capitales, casi siempre en el contexto de una moral mendaz. Sus frutos más anhelados — por lo difícil que puede ser provocarlos— son la risa y el escándalo. La necesaria risa como un elemento liberador, terapia de descarga de las tensiones del diario vivir y, a veces, una desatadura de las reglas de la moral.

La Manzanilla, cuadro de Francisco Masriera. Homenaje a Los sainetes manzanilleros de Gonález del Castillo.

Solemos denominar comedia y sus diversos derivados menores —sainete, farsa, entremés, astracanada— como un género dramático que se caracteriza por el tratamiento de una situación en la que los personajes involucrados se relacionan a partir de un conflicto no necesariamente fatal o catastrófico. Los protagonistas representan, se ha dicho, a seres humanos promedio y arquetípicos, víctimas de sus vicios y defectos. Y es a través de su carácter —y muchas veces solo a causa de él— que se hunden en la dificultad y el error. Por eso allí la acción es secundaria; ya no es el fatum sino el enredo, la calumnia, el malentendido, la falta de comunicación, la picardía, el exceso, los que aparecen como nutrientes de un género que sabe utilizar toda suerte de estrategias para provocar la hilaridad: desde el ingenio del gag hasta las formas más contundentes de la exageración, la repetición y la distorsión.

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Ramón María del Valle-Inclán, creador del esperpento como una estética basada en la deformación sistemática de la realidad, compuso a comienzos del siglo XX poderosas comedias con tinte trágico y contribuyó, de esta manera, a establecer la relación entre tragedia, drama y comedia, exponiendo como elemento determinante la manera en que el dramaturgo ofrecía su punto de vista. Se autodenominaba «un escritor del aire» y lo explicaba así: los griegos escribían de rodillas, en actitud de inferioridad, admirados y sumisos ante personajes heroicos llenos de virtudes y atributos divinos. Los dramaturgos isabelinos escribían de pie, en condición de igualdad, a la misma altura de sus creaturas; así todo Shakespeare. Y él, Valle, narraba al modo de un demiurgo que escribía aéreo, observando desde arriba a una humanidad contrahecha, seres ridículos en su comportamiento. Un conglomerado de marionetas que giraban incapaces de entenderse inteligentemente. Lo que se proponía el autor era, sencillamente, hacer desfilar la literatura clásica, vale decir la «literatura seria», por espejos cóncavos y convexos para extraer nuevas dimensiones fantásticas, dado que el exceso de realidad no nos permite entender el alma

secreta de las cosas. El resultado tiene que ser necesariamente burlesco, bufo. La comicidad de buena parte del llamado teatro del Absurdo, que emergió fuertemente contra el realismo imperante, parte de esa condición: una mirada cruel sobre una sociedad que utiliza el lenguaje, no para comunicarse, sino para ocultar sus más hondos secretos. Ya no hay héroes, ya no hay dioses. Lo que ha quedado sobre la joroba de la tierra es una vasta población de seres grotescos que van trenzando estúpidamente su propia aniquilación. «Nada más divertido que la desgracia», escribió Beckett. Si la tragedia fue desde sus inicios una institución democrática que procuró convocar al ciudadano a la catarsis y la empatía al mismo tiempo —avivar el horror hacia un comportamiento erróneo y, simultáneamente, llamar a la solidaridad humana—, la comedia quiere situar al espectador en la lejanía o el distanciamiento, e instalar así una actitud crítica. Para ello, nada mejor que los mecanismos de la burla y la risa; predisponer al espectador a una actitud crítica sobre situaciones y personajes que giran como burros atados a la noria de sus defectos. Parece que ambos géneros se han puesto de acuerdo para redistribuirse las dos pulsiones en las que orbita la existencia humana: sexo y muerte. Si la tragedia es la prolongación de una incertidumbre, la comedia propone la posibilidad de una catarsis más racional. Sitúa al espectador en la comodidad de contemplar el mundo desde afuera, donde su interior juega a no verse involucrado en lo que acontece. Nadie se siente Charlot, salvo en aquellas situaciones dramáticas.

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¡YA LLEGA LA XIV FIESTA!

La Tropa Teatro - Pereira

Con el paso de 13 versiones, la Fiesta de las Artes Escénicas de Medellín ha logrado consolidarse como una cita indispensable para los creadores de Iberoamérica. Hoy este evento de ciudad es considerado el punto de encuentro anual de las más destacadas compañías teatrales, las cuales comparten sus espectáculos con el público, durante más de una semana. Teatro, danza, narración oral, pantomima, clown, títeres, música y encuentros académicos hacen parte de la programación de esta Fiesta, que tiene como principal objetivo que el público de la Medellín, la región, y el país visite las salas de la ciudad, con el fin de encontrarse con la belleza, la sensibilidad y la fuerza de los cuerpos en el escenario. El Pulpo Teatro - Medellín

Teatro Esquina latina - Cali

Compañía SieteOcho - Venezuela

Teatro La República España

Del 24 de agosto al 1 de septiembre se dará cita a uno de los eventos de ciudad más importantes de la escena teatral: La XIV Fiesta de las Artes Escénicas.


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...SOBRE LA COMEDIA Y OTRAS EMANACIONES Beckett exploró como nadie el vericueto de nuestras más profundas miserias. De ahí sus personajes terriblemente cómicos envueltos en la desventura y acostumbrados a la desgracia: la viven, la exhiben como algo natural e inevitable, y encuentran en ella una condición humana que parece prescindir de la vida normal. Como seres que se pavonean de su devenir, han quedado reducidos a un mundo alterno donde sobreviven con gallardía. Una bofetada en el rostro pretencioso del engreimiento burgués. El autor irlandés que sabía abrevar en el clasicismo literario, ha creado unos personajes únicos y admirables. Especies de engendros mitad clochards, mitad dandis, que tienen algún conexo con el planetario humano que habita en las películas de Chaplin, Buster Keaton, Laurel y Hardy, y los hermanos Marx. Consta que el escritor era asiduo espectador de ese cine. En Días felices, presentada como una tragedia optimista, una veterana mujer acompañada de su decrépito esposo, yace enterrada en la arena de una tierra devastada en lo que se supone el final del mundo. En lo irremediable de su situación, aún tiene palabras de humor para alentar su euforia. Contemplando la inmensidad de esa planicie arrasada, se inquiere: «¿Y si toda esta porquería volviera a reverdecer?», como emulando las palabras de Kleist: «La gracia solo puede residir en el títere o en el dios mecánico, es decir, en aquellos seres que no tienen conciencia de sí mismos». La tragedia es la demostración, como lo planteaba Nietzsche, de que el hombre no ha logrado adaptarse al universo. La comedia vendría a decirnos que está tratando de adaptarse de malas maneras, ridículamente. Una constelación de dramaturgos ha alcanzado las cimas de su óptima construcción. Entre los clásicos: Aristófanes, Plauto, Shakespeare, Cervantes y Molière. Como clásicos también son los irrepetibles pioneros del cine mudo y, más acá, Lubitsch, Howard Hawks y, por supuesto, el más grande de todos: Billy Wilder, a quien sus fervientes bautizaron con el nombre de Dios para dar a entender que con su genialidad había alcanzado el tope de la categoría cómica: «Arriba de Dios no vine nadie».

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Excepción hecha del gran comediógrafo capitalino Luis Enrique Osorio, nuestro entorno provinciano en Colombia tuvo más contacto con la radio y el cine, ajeno al teatro y carente de verdaderas compañías productoras de un repertorio universal que pudiera impulsar el surgimiento de dramaturgos y directores. Los géneros menores que originalmente fueron utilizados en Europa para las diversiones en los burgos, tuvieron un extraordinario auge en Colombia. Vodevil se le llamó en Francia; Paso, en España. Eran pequeñas comedias musicales y disparatadas, festivas y moralizantes, que a menudo se ofrecían en el Viejo Mundo como aderezo vulgar de recreo. Se trataba de ñapas ensartadas en las grandes representaciones con fines administrativos: en los prólogos, mientras el público se acomodaba; en los entretiempos, para jolgorio de la galería mientras los cultos tomaban un aire; y en los cierres, para que los nobles pudieran salir sin mezclarse o confundirse con los pobres. Aderezo, salsa. De esta raíz gastronómica provienen justamente los graciosos nombres de sainete y entremés, que se difundieron en plenitud por la zona andina y el litoral Caribe, donde campesinos y aldeanos se soslayaban en representaciones improvisadas que llegaban a través de impresos ocasionales, trasmisiones orales y en convites familiares y vecinales para festejar algún suceso pueblerino, cuyo tema siempre era la sátira a las costumbres y la mofa a los políticos y gamonales. Y aquí, finalmente, un apunte histórico del que poco se habla: el papel tan importante que cumple en la difusión del teatro y, más exactamente de lo cómico, el arrume impresionante de obras impresas y bastante difundidas en todos los colegios de vocación religiosa —todos los colegios en Colombia son de vocación religiosa— de la Galería Dramática Salesiana, un emprendimiento catequístico proselitista que parte de Italia en el siglo XVIII por inspiración del sacerdote Don Bosco, se perfecciona en la España catoliquera del siglo XIX, e inunda a Colombia de sainetes, dramas religiosos, loas, declamaciones. En la infinita colección misionera facturada por algunos comediógrafos reconocidos, el grueso estaba compuesto por una legión de escribidores anónimos, adaptadores de oficio y negros, según

el concepto folletinesco. Por contera y para nuestro regocijo, figuraban allí comedias de corte pagano. En ese registro, quién lo creyera, anidan partes de las células embrionarias de nuestro actual teatro colombiano, que goza de reconocimiento continental como un movimiento que presenta una fisonomía rebelde, crítica, plural. Sobre la mítica Galería de los salesianos, copiamos apartes de unos apuntes graciosos de Enrique Viola: «A nosotros nos salen las cuentas por unos tres mil textos, tirando muy por lo bajo…Si comenzáramos a representar una por una sus producciones…aún quedarían juguetes, disparates y cuadros cuando el destino nos diera alcance». Yo poseo muchos de esos textos. Guardo esas rarezas, esos animales extinguidos; los releo, los acaricio, los siento como un recuerdo de abuelita. Por favor, desocupado lector, no me insista más: no los regalo, ni los presto, ni los vendo.

«Apenas Dios rió, nacieron siete dioses que gobernaron el mundo; apenas se echó a reír, apareció la luz; con la segunda carcajada apareció el agua; y al séptimo día de su risa apareció el alma». Umberto Eco «Lo cómico, para producir todo su efecto, exige como una anestesia momentánea del corazón. Se dirige a la inteligencia pura». Henri Bergson «En las épocas en que estuve deprimido hice comedias. Y cuando me sentía feliz, rodé temas más bien trágicos». Billy Wilder


NOTAS EN ESCENA

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La última muestra del

TEATRO ALTERNATIVO DE PEREIRA la misma cosa; nuestra Santísima Trinidad— que no parecen tener idea de nada, mucho menos de gestión cultural ni de la tal «economía naranja», tan misteriosa; que son, al mismo tiempo, los que jalan los cables, cargan la escenografía, venden las entradas y llevan y traen gente para arriba y para abajo durante la muestra; y que hoy reivindican para sí el derecho inalienable de acabar ellos mismos lo que ellos mismos construyeron, antes de que se lo acaben otros o se acabe solo y sin querer, por inercia y desdén.

César David Salazar Jiménez Director artístico MTAP Después de diez años, en la Corporación Cultural Marcapasos Público nos preparamos para llevar a cabo la última edición anual ininterrumpida de la Muestra de Teatro Alternativo, y queremos aprovechar este espacio que nos abre Medellín en Escena para agradecerles, a ellos y a otros grupos de Medellín y Antioquia, por compartir con nosotros el gesto de terquedad y candidez que, en general, ha implicado realizar este evento, organizado por un pequeño grupo de creadores teatrales —Cicuta Teatro, SALAestrecha y Marcapasos Público, una sola y

En vista de las condiciones modestas que podíamos ofrecer a los grupos invitados, y a los demás artistas que colaboraron con nosotros durante estos años, la palabra que mejor describe su participación en la muestra es, sin duda, «complicidad». Nos sentimos profundamente agradecidos por haber tenido como cómplices a algunos de los grupos más representativos del teatro colombiano, empezando por los más influyentes, pasando por proyectos vanguardistas y experimentales, y terminando con grupos emergentes que ya han afianzado una posición destacada en la escena nacional. El hecho de que, además, un puñado de grupos internacionales le hayan apostado a esto, es para nosotros impagable. A ello se suma la complicidad de artistas visuales, escritores, fotógrafos, espectadores y, por supuesto, de

instituciones y patrocinadores privados que, suponemos, reciben cada año un jalón de orejas de parte de sus contadores por apoyar poco o mucho un evento tan improbable como este. Aquí reiteramos nuestro más sincero agradecimiento a los grupos de Medellín y Antioquia que nos acompañaron en este camino: Matacandelas, Oficina Central de los Sueños, Jabrú, El Trueque, Anamnésico, DeRreojo, Fractal, Tespys, Frastricida, Casa del Teatro y La Mosca Negra. Para nosotros ha sido un honor recibirlos y contribuir a divulgar su obra en nuestra ciudad. Con otros muchos quedamos en deuda, pero ya iremos pagando. Para terminar, una aclaración: la Muestra de Teatro Alternativo no se acaba por falta de apoyo, pues siempre ha sido poco y hemos hecho milagros; tampoco por falta de público, pues ahí reside nuestra mayor fortaleza; mucho menos por falta de ganas; se acaba porque, simplemente, así es todo en esta vida, y si se trata de cerrar ciclos queremos cerrarlos bien, o por lo menos este. Al fin y al cabo, cualquier cosa que dure más de diez años es ya una institución, y esa palabreja no tiene nada que ver con nuestra idea de lo alternativo: «institucional alternativo» es un oxímoron imperdonable y no estamos dispuestos a asumirlo. Seguiremos trabajando, hasta donde podamos, por fuera del radar.

DIRECTORIO DE SALAS ASOCIADAS Medellín en Escena Cra 42 54-50 Centro - 2398125 medellinenescena@medellinenescena.com

Elemental Teatro Cra 42 44-46 Centro - 2176375 teatroelemental@gmail.com

Canchimalos clle 47 80-37 Floresta - 448 97 40 culturacanchimalos@gmail.com

Casa Clown Cra 44 69-71 Manrique - 2116570 colectivoinfusion@gmail.com

La Polilla clle 23 76-85 Belén - 3433627 info@lapolilla.org

El Teatrico Transv.39B Circ.2-46 Laureles - 4118878 reservas@elteatrico.co

Matacandelas Clle 47 43-47 Centro - 2151010 matacandelas@matacandelas.com

Barra del Silencio Clle 45C 75-151 - Velódromo - 4135583 barradelsilencio@gmail.com

Caretas Cra 126B 61A-71 San Cristóbal - 4270698 caretas@une.net.co

Nuestra Gente Clle 99 50C-38 Santa Cruz - 2580348 nuestragente@une.net.co

Vivapalabra Clle 55 43-63 Centro - 2396104 corporacioncultural@gmail.com

Oficina Central de los Sueños Cra 43 52-50 Centro - 2394179 teatrooficina@une.net.co

La Fanfarria Cra 84 42C-54 La América - 2509230 fanfarria@une.net.co

Ziruma Clle 64 39-18 Villa Hermosa 2843462 arte-ziruma@hotmail.com

Teatro Popular de Medellín Clle 48 41-13 Centro - 2166262 teatrotpm@une.net.co

CasaTeatro El Poblado Cra 47B 17BSur-30 poblado - 3211100 info@casateatropoblado.org

El Trueque cra 40 50B-32 Centro - 2172605 eltrueque@teatroeltrueque.com

Carantoña Cra 75 24-47 Belén - 3434022 corporacioncarantona@gmail.com

Casa del Teatro Clle 59 50A-25 Prado Centro - 2540397 administracion@casadelteatro.org.co

Circo Medellín Cra 53 30A-155 Cerro Nutibara - 2652369 info@fundacioncircomedellin.com

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NOTAS EN ESCENA

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VI TITEREFIESTA del 19 al 29 de julio de 2018 Una apuesta a la infancia

PRIMER FESTIVAL DE TEATRO CLÁSICO DE MEDELLÍN: ASÍ QUE PASARON 20 AÑOS

Llega la Titerefiesta, el espacio de encuentro de los titiriteros de Antioquia que en su en su sexta edición tendrá invitados 13 grupos profesionales dedicados al arte de los títeres y con ganas de compartir sus producciones para contribuir con la formación de público del área metropolitana del Valle de Aburrá y otros municipios de Antioquia.

Conmemoración de los 20 años de vida teatral del maestro cubano Rolando Hernández en Colombia. El Festival de Teatro Clásico de Medellín es una propuesta del maestro Rolando Hernández para conmemorar sus veinte años de vida teatral en Medellín y como una muestra de su eterno agradecimiento a esta promisoria tierra. El título del evento está inspirado en la obra Así que pasen cinco años, de Federico García Lorca. El festival se realizará del 21 de junio al 1 de julio.

BLANCA NIEVES: El embrujo de la manzana

SIEMBRA La Corporación Carantoña reestrena, en una temporada para el disfrute y la exhortación reflexiva, su obra Siembra; ganadora de Beca de Creación, los días 21, 22, 23 y 24 de junio de 2018. Una invitación para el reencuentro con el mundo de los títeres y la reflexión sobre la guerra y la paz.

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Diez comediantes suben a un escenario para representarnos, a chicos y a grandes, aquellas fantásticas historias que desde tiempos antiguos han rodado por el mundo y que, de tanto girar, se han convertido en patrimonio imaginario de todos nosotros. Esta vez la escena tiene como protagonista a Blanca Nieves, la muchacha inocente y divertida que regresa a la aventura para compartirnos un trozo de zozobra y, entre músicas y cantos, una porción inmensa de risas y alegrías. “El mundo entero es un teatro, y todos los hombres y mujeres simplemente comediantes. Al nacer lloramos, porque entramos a un escenario, que no es otra cosa que un vasto manicomio.” Estreno Teatro Matacandelas del 22 de junio al 1 de julio de 2018.

CANCHIMALOS TIENE NUEVA SEDE EN SANTA LUCÍA Gracias a años de esfuerzo y arduo trabajo, Canchimalos se acerca a la oportunidad de tener una sede propia en el Barrio Santa Lucía. Ésta, que ha sido la ilusión de generaciones de Canchimalos, evidencia que la vivencia del arte sigue dando sentido a sus vidas. La Corporación Cultural Canchimalos ha abrazado a niños y niñas de “0 a 100 años”, que luego regresan y mantienen el legado del juego y las artes promovidos en ellos. La invitación es a que se sumen, que este siga siendo el sueño de todos y se logre que más generaciones tengan las mismas oportunidades de tener el arte como agente transformador. Recuerda que esta también es tú casa y que “con tu mano y la mía, una casa será compartida”.




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