Edición 43/ Medellín en escena

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ISSN 2339-4234

Órgano informativo de la Asociación de Salas de Artes Escénicas de Medellín Edición No. 43 - Noviembre/2015 - 10.000 ejemplares - Distribución gratuita

César Badillo, Coco La hormiga de escenario que se convirtió en Quijote

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Cena de navidad en el bosque encantado Teatro y Villancicos para toda la familia

Caricatura de Baptistao.zip.net

40 años sin

Pier el Paolo Passolini Cena de navidad en de navidad en bosque N O C H E D E N AV I D A D Eel N C OCena N Cbosque IERTO A algunos radicales Cena de navidad en el bosque Cena de navidad en el bosque Cena de navidad en COLECTIVO El espíritu, la dignidad mundana, el bosque Cena de navidad en TEATRAL el bosque el arribismo inteligente, la elegancia, Cena de navidad en el bosque el traje a la inglesa y el chiste francés, MATACANDELAS Cena de navidad en el bosque el juicio tanto más duro cuanto más Nacional: Cena de navidad en el bosque Internacional: liberal, / la sustitución de la razón por

Lugar: Teatro Pablo Tobón Uribe Fecha: Sábado 12 de diciembre Hora: 7:30 p.m. Luneta: $20.000 Balcón: $15.000 Descuento para grupos

la piedad, / la vida como apuesta para perder como señores, / os han impedido saber quiénes sois: conciencias siervas de la norma y del capital.

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El baúl de la fantasía

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Daniel Veronese

Foto: Cortesía

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Regional: Máscaras teatro

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Regional: Gestos Nemes

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Notas en escena


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Medellín en Escena

Asociados Casa Clown CasaTeatro El Poblado Colectivo Teatral Matacandelas Corporación Artística La Polilla Corporación Artística Ziruma Corporación Carantoña Corporación Caretas Corporación Casa del Teatro Corporación Cultural Canchimalos Corporación Cultural Nuestra Gente Corporación Cultural Vivapalabra Corporación La Fanfarria Elemental Teatro El Teatrico de Medellín Exfanfarria Teatro Fundación Circo Medellín Teatro Barra del Silencio Teatro El Trueque Teatro Oficina Central de los Sueños Teatro Popular de Medellín Junta Directiva Teatro Oficina Central de los Sueños Elemental Teatro In-fusión Teatro Corporación Artística La Polilla Corporación Caretas Dirección Administrativa Ana Cecilia Hernández Gallego Revisor fiscal Darío Calderón Corrección de estilo Catalina Trujillo Consejo Editorial Cristóbal Peláez Iván Zapata Jaiver Jurado José Félix Londoño Coordinación editorial Karen J. Crespo Diagramación DH Diseño Acompañamiento Planeación Local y Presupuesto Participativo Olga Jácome Secretaría de Comunicaciones Alcaldía de Medellín Impresión Carvajal S.A. Contacto periodico@medellinenescena.com www.medellinenescena.com

Evento apoyado por el Ministerio de Cultura Programa Nacional de Concertación Cultural

Asociación de Salas de Artes Escénicas

EDITORIAL

El Trueque estrena Don Diciembre

Con este número 43 de Medellín en Escena, vamos cerrando este 2015 y con él, un cuatrienio de expectativas, proyectos, necesidades del sector de las artes escénicas de la ciudad y se abren los anhelos por lo que serán los destinos culturales y artísticos que desde la Secretaría de Cultura Ciudadana realizará la alcaldía de Federico Gutiérrez Zuluaga. Para las veinte salas de teatro reunidas desde hace más de trece años en la Asociación Medellín en Escena, los nuevos retos que debe enfrentar esta alcaldía con respecto a nuestro sector son en especial los siguientes:

La Polilla 1. Mantener y mejorar en conjunto con el sector, el programa de Salas Abiertas, que ya cumple doce años y que consideramos debe ser actualizado y mejorado en sus condiciones económicas y administrativas. 2. Crear, mediante decreto municipal, el Comité de Espectáculos Públicos con participación de los sectores más interesados y que sea el orientador de la inversión de los recursos de la Ley 1493 del Espectáculo Público, en la adquisición, el mejoramiento y la dotación de los espacios públicos y privados de artes escénicas, objeto de la ley. 3. Mantener y mejorar el Acuerdo 48 de 2011 de convocatorias a estímulos y fomento de las artes, en concertación con el sector. 4. Desarrollar una política clara, transparente y acorde con la realidad de circulación de los productos artísticos y culturales, en lo local, regional, nacional e internacional. 5. Promover en conjunto con las entidades y las salas teatrales un centro de documentación de la memoria del sector, que actualmente se está perdiendo. 6. Construir una estrategia de comunicaciones que integre a las salas y los grupos artísticos con la plataforma de comunicaciones de la Alcaldía, que permita llevar toda la información artística a los ciudadanos y se estimulen los procesos de formación de públicos de manera conjunta, y no aislado, como sucede hoy.

7. Que se mantengan y fomenten las redes de formación de artes escénicas con una mayor inversión de recursos. Bajo criterios de territorialidad y calidad de los procesos. 8. Conectar desde la Alcaldía a la Secretaría de Cultura Ciudadana con la Secretaria de Educación para fomentar entre los estudiantes de primaria, secundaria y universitarios, importantes proyectos estratégicos de apreciación, creación y circulación de lo escénico. Este es el principio de la formación de públicos y, si es necesario, legislar sobre el caso, como lo han hecho otros gobiernos, con excelentes resultados. 9. Definir claramente desde qué organismo se deben fomentar los grandes eventos de artes escénicas de la ciudad, que permitan recaudar para la implementación de la Ley 1493, ya que no existe ninguna iniciativa al respecto. Es decir, conectar a Turismo, con Cultura y el Bureau, y que se implementen de forma planeada acciones claras. 10. Que sea el Consejo Municipal de Cultura, democráticamente constituido, el interlocutor principal con el gobierno, de las necesidades y las expectativas de los artistas y los trabajadores de la cultura de Medellín.

Medellín en Escena, como asociación, siempre estará abierta a los nuevos retos, a promover las iniciativas y a trabajar en concertación las necesidades y las prioridades no solo del sector de salas, sino en general de todo el devenir artístico y cultural de la ciudad. En ese sentido, nuestra entidad asociativa saluda al nuevo gobierno y le augura la mejor de las gestiones en pro de la Medellín que todos sus artistas y ciudadanos queremos.

NOTAS NOTASEN ENESCENA ESCENA 15

En diciembre La Polilla trae la temporada musical con el grupo Cuarteto Más, con la obra Entre amigos. Orden del concierto: 1. Miniatures opus 75, Antonín Dvořák (15'). 2. Terzetto en C, Antonín Dvořák (20'). 3. Trío para cuerdas, opus 61, Robert Fuchs (17'). Antonín Dvořák (Nelahozeves, 8 de septiembre de 1841 - Praga, 1 de mayo de 1904) fue un compositor natural de Bohemia —territorio entonces perteneciente al Imperio austrohúngaro, actualmente República Checa—, posromántico y considerado el principal representante del nacionalismo checo en la música. Es considerado uno de los grandes compositores de la segunda mitad del siglo XIX. Sin perder una amplia proyección internacional, supo extraer las esencias de la música de su tierra natal. Robert Fuchs (15 de febrero de 1847 - 19 de febrero de 1927) compositor y profesor de música austriaco muy bien considerado en su tiempo. Como profesor de Teoría de la Música, en el conservatorio de Viena, enseñó a muchos compositores relevantes. 4 y 5 de diciembre. 8:00 p. m. $10.000

Ziruma En diciembre cumplimos diez años creando arte desde la comuna 8 para todo Medellín. En este tiempo hemos presentado más de cien montajes teatrales, en su mayoría escritos y dirigidos por el maestro Juan Álvaro Romero. Hemos sido ganadores de becas de creación, proyectos concertados, salas abiertas y varios premios de dramaturgia y de puesta en escena que nos impulsan para continuar creciendo. La mejor forma de celebrar nuestro décimo aniversario será estrenando la obra: Ártiga, el pueblo de los invisibles. Es creación de nuestro director y fruto de su experiencia como trabajador social en municipios de Antioquia afectados por ataques subversivos; busca ponderar la vida y el amor por la tierra. Invitamos a todos los amigos de Ziruma y del teatro en Medellín para que nos acompañen en nuestra celebración desde el 26 de noviembre hasta el 5 de diciembre.

Los meses del año son alegres y divertidos pero hay unos cuantos de ellos que se tornan aburridos. En este caso, Febrero contagió a Marzo y Abril que, junto a Septiembre, hicieron artimañitas por mil... Con argucias consiguieron redactar un gran decreto para no hacer muchas fiestas ya que diciembre está enfermo. Si se muere habrá peligro de que acaben las navidades y solo podrán vencerlos los otros meses restantes que harán todo lo posible porque Diciembre se alivie. Y si quiere conocer en qué termina este enredo no se pierdan Don Diciembre, que trae sabor rumbero. Dramaturgia y direccion: José Félix Londoño. Temporada en diciembre

Matacandelas estrena La casa grande De aquellas aguas provienen estos lodos Beca de creación Ministerio de Cultura 2015 Más allá de la variada y controvertida documentación histórica de testigos e investigadores; de víctimas y victimarios, sobre la masacre de los trabajadores de las bananeras, ocurrida en Ciénaga (Magdalena) el 6 de diciembre de 1928, la novela La casa grande, de Álvaro Cepeda Samudio, se constituye como una provocadora puesta en escena a partir de sus elementos poéticos, que trascienden el alegato jurídico y su valor documental. Precursora del boom latinoamericano, La casa grande es una mirada estética del conflicto bananero, cuya validez reside en mostrarse a sí misma como una pieza literaria realizada a manera de discurso polifónico. Una obra poliédrica que quiere darle voz a todos los participantes del suceso: soldados, pueblo, familia, huelguistas, hacendados, gobierno, militares y, de un modo más amplio, a aquellos habitantes de la casa grande como epicentro y metáfora de un país que se resiste al progreso, sacudido por sus contradicciones. Los moradores de la Casa son arquetipos del poder y la grandeza, que conforman un matiz lírico inmerso en la épica del suceso; elemento que le confiere un toque excepcional a la novela. Esa misma que hoy, a más de medio siglo de haber sido creada, continúa ofreciéndonos su carácter experimental y de relato joven. Vale la pena mencionar que muchos han observado, entre las figuras sombrías de la mansión cienaguera, una relación de autoridad y opresión, similar a la de aquella casa andaluza de Bernarda Alba, retratada en la obra de García Lorca. La casa grande es una novela realista que instala un salto narrativo en la literatura colombiana por su carácter discontinuo, fragmentado, libertario. Una narración “ilógica” que puede ofrecer distintas posibilidades a la representación, a través de un discurso concebido desde lo simbólico. Las imágenes en la memoria emergen en varias dimensiones. Cepeda Samudio, quien mantenía una inocultable pasión por el relato cinematográfico, construye su novela como un guión con distintos puntos de ubicación de la cámara, para registrar de manera objetiva la atmósfera de muerte y la situación de sus protagonistas. Es esta multiplicidad la que le confiere su grandeza. El estudio colectivo de la novela ha provocado en el grupo la necesidad de una investigación más amplia sobre el tema del apogeo de las plantaciones bananeras en el Caribe colombiano y a lo largo de todo el cinturón centroamericano, por la empresa United Fruit Company, que para nuestros días se ha reorganizado con el nombre de Chiquita Brands. El paisaje de la zona bananera dio lugar a una ola literaria que va desde la novela y el cuento (Miguel Ángel Asturias, Gabriel García Márquez), hasta una amplia gama de archivos históricos y estudios sociológicos, alcanzando su punto dramático en aquella matanza que es, sin lugar a dudas, el acontecimiento más doloroso de Colombia en el siglo XX. Las funciones de estreno se realizarán los días jueves 26, viernes 27 y sábado 28 de noviembre de 2015 en el Teatro Matacandelas. Una cuarta función se hará el domingo 6 de diciembre, a las 0.30 horas, para recordar fecha y hora de la masacre. La temporada regular se iniciará a partir de febrero de 2016.


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Entrevista ENTREVISTA 3

César Badillo, Coco

La hormiga de escenario que se convirtió en Quijote Por: María Camila López Isaza

Corre la voz, que en la comuna 10 ya se comunican mejor

Sabe perfectamente cómo llenar metros enteros de un auditorio sin dejar una sola pulgada desprovista de voz y movimiento. Más de tres décadas «raspando tabla» le han enseñado que la respuesta a todo es sencilla y retadora: nunca dejar de cuestionar… y cuestionarse. Su

cuerpo menudo y versátil adquiere dimensiones abrumadoras sobre un escenario. Es un militante del teatro con dos armas irremplazables: la fuerza implacable de trabajo y una evidente pasión in crescendo.

Gracias a la unión de los medios independientes y las organizaciones culturales de la zona, los habitantes de la comuna 10 cuentan con La Plataforma de Comunicaciones, una red abierta a la comunidad que tiene como misión mantenerlos informados y preservar la memoria cultural del centro histórico más importante de la ciudad. Cerca de 20 medios y organizaciones trabajan conjuntamente con la Secretaria de Comunicaciones de la Alcaldía, en fortalecer su estructura, procesos y conexión con la comunidad para lograr que cada vez más, los habitantes del sector conozcan las situaciones, acontecimientos y programas que se llevan a cabo y se motiven a ser agentes transformadores de la sociedad. A través de activaciones y brigadas culturales en diferentes puntos de La Candelaria, la comunidad interactúa con los integrantes de La Plataforma de Comunicaciones, comprendiendo el papel tan importante que cumplen y como pueden beneficiarse de esta gran alianza. Las Familias de la comuna 10, se integran a través del arte y la cultura En el marco de la celebración del día de los niños, La Plataforma de Comunicaciones de la Comuna 10 y La Secretaria de Comunicaciones de la Alcaldía, crearon un espacio mágico lleno de arte, música y cultura para compartir esta fecha en familia en el Parque de Bolívar. Cerca de 1.000 personas asistieron a la jornada, donde no sólo disfrutaron de las agrupaciones musicales y de teatro, sino, que participaron de las actividades promovidas por la plataforma para ser parte activa de esta iniciativa. Adicionalmente, en articulación con la Corporación Cosual el 1° de noviembre, realizaron un evento bajo el mismo concepto con el fin de integrar a más de 200 personas de la zona, en un día especial para la familia, que se llevó a cabo en la Sede Social ubicada en la Calle 56 # 53 -50. Lo que viene ... La Plataforma de Comunicaciones de la Comuna 10, continuará llevando a diferentes lugares de la zona, su set para que los asistentes disfruten de una gran jornada y se conecten con sus integrantes. Para mayor información visite www.comuna10.com

Foto: Sara Jurado


ENTREVISTA 4 Entrevista

César Badillo ha tenido escuela toda la vida. Sin darle tregua, el arte ha perseguido desde siempre a este santandereano y, desde que logró atraparlo, hace treinta años y un poquito más, dejarlo ir no ha sido nunca una opción. Dicho esto, su realidad parece clara: todo cuanto habita en él se estremece diariamente en los terrenos pedregosos e inciertos del teatro. Con las raíces sembradas en Girón y Piedecuesta, pueblos nativos de sus padres, todos los caminos recorridos desembocan, inevitablemente, en una pregunta constante por el mundo. Una sensibilidad particular desde los primeros juegos con títeres, hasta las multitudinarias funciones teatrales con La Candelaria. «Estudié en la Escuela John F. Kennedy y en el Colegio Santander, de Bucaramanga; un colegio con muchas ideas rebeldes […] Allí, me metí al grupo de teatro que había. Siempre como muy interesado con eso. Me gustaba recitar poesía, esa que llaman “bajo cero”; poesía popular. Con el tiempo me di cuenta de que fue una escuela buenísima para el trabajo de la actuación. También me metí mucho en cosas políticas, con las ideas rebeldes del partido comunista en Santander», recuerda. El sindicato al que pertenecía su padre y la misma situación social de la época, sembraron en Coco un interés por la reflexión sobre la injusticia, la pobreza e incluso la educación. Una dualidad entre el pensamiento conservador que imperaba en parte de su familia, y las ideas rebeldes que llegaban, se instauraban y se irían transformando con el paso de las décadas. Su prematura actividad teatral se vio igualmente permeada por esa apertura intelectual, con obras como Esperando al zurdo, de Clifford Odets, y Soldados, de Enrique Buenaventura. To d a s , h a s t a e l m o m e n t o , representaciones que no pasaban de un impulso juvenil y aficionado. El punto de quiebre en su relación con las tablas fue ese primer encuentro —causal o casual, quizás un poco de ambas— con un grupo de teatro de Bogotá. El lugar: la junta de acción comunal del barrio; un salón «pichurrito», que servía de ensayadero

para él y su grupo en Santander. La ciudad dorada fue el primer montaje profesional que Coco disfrutó en calidad de espectador. Se afinaron gustos, deseos. Se incubó la idea de que, tal vez, ese juego de fingir ser otro que tanto gozaba, podía derivar en algo más que un simple pasatiempo de colegio. El responsable de este rompimiento no era cualquier grupo amateur. Era el grande; el padre y mentor de todos: La Candelaria. «Para mí eso era una iluminación, una cosa loca. Sobre todo que se salía de los moldes, de los códigos que uno tenía, que eran muy primarios. Y de pronto ver ya gente grande, profesionales ahí en el escenario, jugando como unos niños, era impactante. De ahí yo creo que viene la decisión inconsciente de querer hacer teatro […] Me acuerdo que me reía mucho, me divertía. La gente se moría de la risa. Esa ha sido una característica de La Candelaria; el humor. Sobre todo en la época del maestro». El impulso de ese primer encuentro lo convirtió en líder de la Corporación Colombiana de Teatro en Bucaramanga, y en organizador de la muestra de teatro en Santander. Durante su primer viaje a Bogotá con las obras de Odets y Buenaventura, conoció al actor Jorge Herrera, de Teatro El Gesto, quien lo fichó para trabajar con él en la capital. «Yo quería estudiar Medicina y tenía una beca lista para ir a Moscú por el partido y también por promedios. Pero se demoró tanto, que yo le dije a mi papá: “Si sale, pues hablamos a ver qué hacemos. Yo me quiero ir a estudiar a Bogotá, a la Escuela Nacional de Arte Dramático”. Mi papá no tenía medios, entonces me dijo: “Yo tengo un hermano allá, tío suyo; le puedo escribir pa que le ayude un poquito”. Le escribió y así me fui. Sin cinco; con la ropa que tenía, que era nada. Una cajita de cartón (risas) y arranqué […] El estudio era de dos a siete de la noche todos los días, y en la mañana trabajaba con el grupo de teatro que dirigía Jorge Herrera. Yo estaba dedicado de lleno desde las ocho hasta las siete de la noche. Y fuera de eso, me iba a hacer taquilla, portería y a veces luces, a La Candelaria». Los cuatro años en la Escuela Nacional de Arte Dramático fueron decisivos. Bajo la dirección de Santiago García, Coco entendió la dimensión del vínculo entre teatro y política; la

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conexión de su oficio con una realidad que no le era en absoluto ajena. «Esa fue la gran lección de él: el equilibrio. Entender el teatro no solo como un acto de belleza, sino untado de mundo, de dolor; untado de la vida, del barro, de la calle, de la historia», comenta. El proceso artístico con El Gesto también le abrió significativas posibilidades. Con un montaje propio llamado La guerra y la paz, fueron invitados al Festival de las Naciones, en Venezuela; evento que los haría coincidir en el mismo espacio con dos pesos pesados del teatro: el inglés Peter Brook y el polaco Tadeusz Kantor. La Candelaria Desde el 76 estuvo como todero en el grupo de Santiago García. La disciplina de obrero heredada del padre y un goce que se reafirmaba poderosamente en el escenario, le ayudaron a mantenerse firme en su decisión. Finalmente, en 1980, fue admitido como integrante formal para interpretar a Mr. Adams, el dios de la coca que se convertía en Estatua de la Libertad. Un certero y merecido Golpe de suerte. «Para mí fue una sorpresa, tal vez por lo hormiguita que yo era. Como el trabajo es colectivo, me metían en las improvisaciones o me llamaban, y como que fui quedando. Cuando me di cuenta, tenía que subirme por allá todo vestido de blanco […] Digamos que ese personaje —dentro de mi bisoñez, porque era demasiado inexperto— funcionaba. La gente se reía mucho. Tal vez fue apareciendo esa gracia ridícula que uno tiene para hacer reír, y eso me dio seguridad». Ya estrenado a lo grande, se venía un reto mayor: Guadalupe años sin cuenta. Para muchos espectadores, una producción memorable. Para el dramaturgo bogotano Carlos José Reyes, «una de las obras colombianas que han logrado conjugar mejor los hechos históricos con el lenguaje escénico». En el montaje, Coco reemplazaría a Alfonso Buitrago en el papel de Colombian Tiger, un soldado que regresa de la guerra de Corea. Recuerda que «la obra ya estaba estructuradísima. Era del 75, o sea, ya llevaba casi seis años. Yo llegué a acoplarme al molde y, poco a poco, hice algunos aportes. Dimos muchas

funciones, eso fue la experiencia más grande. Yo no sé cuántas llegué a hacer, la verdad». Su debut fue, justamente, en la junta de acción comunal del barrio Policarpa, en Bogotá. Esta vez no veía a los grandes. Era uno de ellos. «Se vino una aguacero el hijueputa esa tarde, ¡pero terrible! y, como no hubo tiempo, a mí todo me quedaba grande. Eso fue muy chistoso porque yo no podía con eso y la gente se reía de ver a un pato ahí nadando. Fue un bautizo de fuego tremendo. Pero el público reía muchísimo». Durante su trayectoria con La Candelaria, César Badillo ha compartido escenario con Nohora Ayala, Enrique Peñuela, Hernando Forero, Francisco Pacho Martínez, Marina Botero la Mona, Beatriz Camargo, Vicky Hernández y Álvaro Rodríguez. Todos pupilos del maestro Santiago García. Algunos, profesores en la Escuela Nacional de Arte Dramático. Sus estudios, como lo de cualquier actor, han comprendido textos que van desde Stanislavski, hasta Brecht y Chéjov. No obstante, las lecciones del «viejo», como se refiere cariñosamente a su director, han calado eternamente en su recorrido profesional. Tal vez la más valiosa, entre todas las valiosas, sea el manejo de una dramaturgia emocional, en comunicación directa con el espectador. El Quijote Si Guadalupe años sin cuenta era una prueba de fuego, El Quijote fue todo un periplo que puso a Coco en confrontación con su proceso artístico. El trabajo de «hormiguita», como él mismo lo define, se vio sintetizado en un solo personaje: el inolvidable caballero andante que, sobre las tablas, se convirtió en uno de los papeles más importantes de su experiencia teatral. «Pienso que ya es como un momento maduro del trabajo actoral. Una concentración de todo lo que yo llevaba; ahí hubo una flor especial. Muchas cosas había detrás. Muchas. De todo tipo. Pero este personaje exigía una concreción clásica que yo no había practicado […] creo que es el momento donde he podido concretar muchas técnicas que aprendí. Técnicas internas,

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Ley del espectáculo público en Medellín

Un proyecto de ciudad en construcción Por: María Camila López Isaza Las entidades culturales dedicadas a la representación de las artes escénicas cuentan finalmente con una normatividad clara frente al mejoramiento de sus condiciones físicas y estructurales. La Ley 1493 del 26 de diciembre de 2011 tiene como objetivo «reconocer, formalizar, fomentar y regular la industria del espectáculo público de las artes escénicas» desde la construcción y la adecuación de espacios que cumplan con los requerimientos exigidos, gravando con el 10% la boletería cuya entrada tenga un valor igual o superior a 84.000 pesos. En Medellín, desde el inicio del recaudo en 2012, la llamada Ley del Espectáculo Público ha logrado un total de 5.787 millones de pesos, declarados por los productores de grandes espectáculos, y gestionados por el Ministerio de Cultura y la Secretaría de Hacienda del municipio. En el ámbito nacional se han expedido dos decretos —el 1258 del 14 de junio de 2012 y el 1240 del 14 de junio de 2013— que reglamentan la ley y especifican los sistemas de recaudo y otros puntos determinantes en la aplicación de esta normativa. Logros destacables para las artes escénicas en la capital antioqueña

De la cifra mencionada, la mayor recaudación de la ciudad la tuvieron los eventos musicales, con $5.657.470.585, casi un 98% del total del recurso. Los espectáculos de danza sumaron $82.430.425, un 1,42% del dinero dispuesto por la ley. En el caso puntual del gremio teatral, el alcance fue de $3.843.000, hasta ahora un 0,07% del recurso final. Es pertinente mencionar los escenarios locales que contribuyeron de manera significativa al recaudo de la ley. El Estadio Atanasio Girardot, el Centro de Espectáculos La Macarena y el Teatro Metropolitano fueron los tres espacios más rentables, recaudando alrededor de 4.500 millones de pesos gracias a los espectáculos realizados en sus instalaciones. La primera convocatoria fue abierta en mayo de 2014, disponiendo 3.800 millones de pesos en concurso público para cuatro áreas delimitadas: — Construcción /obras de reforzamiento estructural. — Adquisición. — Mejoramiento/adecuación. — Dotación. Con 3.101 millones de pesos en total, ocho fueron las entidades beneficiadas con la convocatoria. En mejoramiento y adecuación, Corporación Teatro Popular de Medellín (25,74% del recurso) y

A s o c i a c i ó n C o l e c t i v o Te a t r a l Matacandelas (24,23%) obtuvieron luz verde para la realización de sus proyectos por un valor superior a 700 millones de pesos, cada una. En la categoría de dotación, seis instituciones se hicieron acreedoras a presupuestos entre setenta y quinientos millones de pesos: Teatro Metropolitano (17,12%), Fundación P a b l o To b ó n U r i b e ( 1 2 , 8 4 % ) , C o r p o r a c i ó n Te a t r o d e T í t e r e s Manicomio de Muñecos (8,01%), Corporación Carantoña (3,26%), Teatro Universidad de Medellín (6,55%) y Corporación Cultural Nuestra Gente (2,24%). Dentro de las condiciones de transparencia en la administración del dinero entregado y las fechas de realización programadas, las entidades beneficiadas tendrán la responsabilidad de mantener los espacios adecuados como escenario de espectáculos públicos durante un período mínimo de diez años. Con los montos ya distribuidos, hasta la fecha hay 2.400 millones de pesos que aún no tienen una destinación específica. Para determinar los proyectos en los que se invertirá esta parte del recurso, la ciudad tiene un plazo de 24 meses. Por este motivo, no habrá convocatoria para el año en curso.

Se ha pensado, igualmente, desde la Secretaría de Cultura, en disponer de este dinero para el mejoramiento de cuatro entidades culturales, en especial dos de amplia trayectoria en la ciudad: Teatro al Aire Libre Carlos Vieco, en el cerro Nutibara, y Teatro Lido, en el centro de la ciudad. Los objetivos de ambos proyectos contemplarían la renovación y la actualización de las instalaciones, para aumentar las posibilidades artísticas en estos espacios. Las otras dos entidades serían Casa del Teatro (Prado) y Corporación Artística La Polilla. Sin embargo, esta idea no se ha materializado hasta el momento. Aunque reciente y con aspectos a trabajar para una aplicación eficiente, la Ley del Espectáculo Público plantea nuevas oportunidades en la oferta de condiciones óptimas para los espacios dedicados a las artes escénicas en Medellín. El reto ahora es fortalecer una normativa incluyente que, progresivamente, se adecúe a las necesidades específicas de los directos beneficiados. Sin duda, un trabajo articulado y consciente desde las instituciones gubernamentales y los mismos agentes del gremio artístico de la ciudad.


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del mismo manejo de la voz, del cuerpo, mucha danza. Fue un buen crisol, una matriz muy buena para que pudiera hacer un personaje interesante, bastante paradójico. Había una buena dramaturgia también. El maestro se escribió una gran obra», asegura. El proceso de montaje fue la oportunidad perfecta para darle otra interpretación a la locura del Quijote. Se alejó de las versiones sicóticas para ahondar en una dimensión filosófica del asunto. El objetivo, más que actuar bien, era comprender la esencia de su personaje. «Lo que se descubrió en el proceso es que él se inventa ese mundo para poder desaburrirse y salir del tedio cotidiano. Entonces, en ese sentido, es una locura fingida, una locura que tenía que inventarse para poder vivir». Si bien el trabajo interno y emocional fue un desafío, la creación colectiva fue, como siempre, pilar escénico y dramatúrgico. «De las cosas importantes que se hace con el trabajo de La Candelaria son los análisis. Pero claro, la comprensión profunda es raspando tabla, no es teórica. Descubrir todo eso me ayudó para que el personaje fuera paradójico. Un personaje que habla con seriedad, pero es un payaso. Habla de la locura, pero en el fondo se está muriendo de la risa de todo el mundo […] lo más interesante que tiene el Quijote es la escucha del otro; lo importante es Sancho, que es el que hace al Quijote realmente. Eso entenderlo no es fácil, porque siempre se cree que él es uno solo. El Quijote es una cara de la moneda, y la otra es Sancho». Un oficio fundamentado en la otredad

Foto: Gabriel Ortíz

Entrevista ENTREVISTA 5

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La escena es un producto enteramente colectivo en el que confluye la más atípica variedad de emociones. Desentrañar sus contradicciones es un desafío nuevo en cada proceso de montaje. «Para la creación colectiva no existe un método. El método va saliendo de acuerdo con el material, el tema, el momento […] El director, y todos, somos seres muy vulnerables, muy frágiles en la creación colectiva. El director más, porque tiene que enfrentarse a quince personas que están cuestionando todo. Es un método que no es ordenado, sino que se adapta a ar Botero

Foto: Ósc

cada necesidad […] hay un crecimiento de las personas, una potencia en ese sentido. Como individuos crecemos y podemos bombardear demasiado el proceso, y al mismo director. Es supremamente intenso, rico; lo que se trata es hacer obras de verdad polifónicas, donde haya muchas voces. Pero eso no es fácil y no es posible en todas». Actor vs. director Compleja dicotomía. Con cinco montajes bajo su dirección, Coco reconoce la enorme dificultad que supone tomar distancia y concebir el montaje desde afuera. «Yo no me he podido desprender de la actuación. Creo que estoy siendo un actor que se mete de director estando ahí adentro. Lo cual es esquizofrénico, porque le toca a uno una operación mental permanente de estar dirigiendo con los codos, con el sentir, con el oído; pero no tanto con el ojo […] es un leguaje que estoy desarrollando. Hay que estudiar, investigar mucho más. El teatro está untado de calle, de vida. Y la vida en estas sociedades cambia todos los días a unas velocidades tremendas. Entonces, ¿cómo ponerle cuidado a todo el asunto para que mi lenguaje crezca? Eso es lo que estoy buscando». A esta experiencia en la dirección, se le suma la incursión en la e s c r i t u r a . Ya v a n t r e s t r a b a j o s concluidos, resultado de sus propias reflexiones y de un ejercicio de doce años en el Taller Permanente de Investigación Teatral, de Santiago García. Ante esta amalgama de actividad, tiene una explicación precisa: la creación colectiva es el acto de indisciplina más grande. Atrás quedó la idea de que un actor se limita a recibir directrices. El trabajo conjunto abre las posibilidades de exploración en otras vertientes y responsabilidades del teatro. «Simplemente estoy metiéndome, estoy jugando con eso. Encuentro preguntas sobre mí mismo, sobre mi familia. Todas esas cosas me las estoy preguntando a la hora de escribir, o me aparecen. Sé que es una cosa tardía. Yo ya soy una persona grande, madura; e inmadura también en otras cosas (risas), pero estoy partiendo con mucha humildad, porque también he llegado derivado de otra cosa. No Foto: Cortesía


ENTREVISTA 6 Entrevista empecé por la escritura, entonces creo que hay una combinación muy buena […] Ahorita tengo un texto sobre Camilo Torres que estoy terminando. A los quince años, siempre oía de Camilo y su rebeldía en Santander. Mi padre tuvo mucho conocimiento de todo este asunto. Entonces yo tengo un Camilo adentro. Sobre eso, por ejemplo, hice mi versión y me gané una pasantía de formación en Ecuador, con el maestro Arístides Vargas. Ya voy a cerrar un año de trabajo […] Estoy ya terminándolo, pero todo a partir de mis preguntas. ¿Qué pienso de la rebeldía? ¿Qué es ser revolucionario hoy? No puede ser igual a lo que trabajó mi padre. Hoy, la rebelión es otra». Frente a la irreverencia de los años sesenta, conserva la lucha contra lo establecido, desde una perspectiva artística e intelectual. «Mi rebeldía sigue siendo no meterme en modas; hacer un arte underground, distinto, por fuera de las circulaciones normales. A esa rebeldía es a la que he llegado en las formas artísticas; siempre estar jugando con lo insólito. Un bombardeo de lo normal […] Yo no soy purista. He hecho teatro comercial, cine comercial. He trabajado con gente que piensa distinto a La Candelaria y eso me ha abierto la cabeza. El grupo es un espacio monacal, en el cual uno se construye también a sí mismo. Pero también es el juego, es el circo. Que circulen otras ideas; esa especie de variedad. Eso es también un grupo». Ante la ausencia de un líder, el nacimiento de varios Sin negar lo complejo que es perder la figura titular durante más de cuarenta años, la ausencia de Santiago García en el proceso de los últimos cinco años es para Coco el reto más grande al que se enfrenta La Candelaria: mantener al

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«viejo» en el corazón, en las obras, en ellos mismos, pero con otras miradas. «Estábamos muy cómodos. Teníamos a un señor lleno de preguntas, osado, temerario, arriesgado. Se va, y nosotros somos los que tenemos que armar nuestro propio discurso; teniendo en cuenta parte de legado, pero varían muchas cosas. Ya empieza a decirse que se ve otra estética. Es obvio porque el arte tiene que ver con la sensibilidad de las personas. Es construir y hacer que las propias preguntas afloren; pararnos en nosotros mismos y en la época. Creo que es un momento muy especial el que está viviendo La Candelaria […] en ese proceso estamos. Construyendo nuevos liderazgos, creo que va a volverse multicentral». Camilo, el más reciente montaje, dirigido por Patricia Ariza, es prueba fidedigna de esos nuevos discursos colectivos; de ese work in progress que los mantiene alerta. «Nos reunimos otra vez como grupo en un proyecto. Eso es un fenómeno muy interesante. Es, de alguna manera, una expresión de las divergencias que tiene el grupo […] Yo creo que eso es lo hermoso de Camilo: estamos tramitando las diferencias con gestos estéticos; con obra. Y ahora, tocar ese personaje es muy interesante, porque es un ser supremamente teatral, un lleno de contradicciones; es un personaje rico. Cada cual tiene sus preguntas. Cada cual llevó su arsenal, su botín, y trató de ponerlo ahí». La versatilidad y el respeto por el oficio que han acompañado a César Badillo durante más de tres décadas, estas cualidades parecen ser la clave para subirse al escenario y no fracasar en el intento (o, más bien, fracasar cuantas veces sea preciso, hasta encontrar esa solución que se hace tan esquiva en cualquier proceso). Es el hombre que disfruta la incomodidad que conllevan la incertidumbre y la novedad. El actor de las peguntas constantes. El director que se niega a abandonar la escena. El artista con sangre obrera, convertido en un auténtico caballero andante.

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Gestos Nemes “La vida es la mejor Escena” Por: Félix Londoño

Se llamaban Mandrágora, como la obra de Maquiavelo, pero por cosas de la vida se cambiaron el nombre y ahora son Gestos Mnemes (gestos de la memoria) una agrupación de teatro que, en el municipio de Bello, hace honor a su nombre y recoge la memoria de su pasado para convertirlo en gesto por medio del teatro. Ellos son: Giovanny, Sonia y Willington, tres de sus fundadores, dos de ellos egresados de la Escuela Popular de Arte, quienes mantienen este sueño despierto y en sus aproximadamente veinte años de trabajo su mayor preocupación ha sido la identidad de sus barrios, cuadras, calles y gentes. Les gustan los montajes con muchos personajes y, apoyados en la técnica de Eugenio Barba, trabajan la creación colectiva, «tenemos el libro El arte secreto del actor, firmado por Barba», chicanea Willington, con quien compartí una tarde de recuerdos en la que dejó traslucir que una de las obras que más le gusta de las que han montado es Insomnios, que trata del desplazamiento forzado y es dramaturgia propia. En Náufragos y Vuelo de pájaros, otras de sus obras de creación colectiva, se habla del rebusque y del vuelo de los chicos del barrio. Temas que les preocupan y que trabajan para quitar el estigma que desde los 90 cobija a Bello como ciudad de sicarios, y por lo cual crearon un lema que se llama: Bello ciudad de los artistas. Es por ello que tienen una escuela donde mezclan el teatro y la danza folclórica y cuentan con un semillero de más de sesenta jóvenes. Entre sus obras de autor se cuentan Petición de mano, de Anton Chejov; Romeo y Julieta, de William Shakespeare; Las hijas de Eva, de Santiago Serrano, entre otras. Cada año realizan un festival en su sede, situada en el barrio Pérez, al que invitan grupos locales y nacionales para generar un movimiento cultural y teatral que mantenga viva la idea de que «la vida es la mejor escena».

Foto: Sara Jurado Foto: Cortesía


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Teatro Máscaras Teatro (Monólogo desde la piedra)

El Baúl de la Fantasía, 10 años tejiendo vida con los objetos

Nacemos en febrero de 2005 en El Peñol (Antioquia), con el propósito de reivindicar la cultura y el arte teatral en el municipio, donde la violencia vivida en el Oriente antioqueño, en años anteriores, azotó y quiso apoderarse de los espacios culturales. Somos un grupo que trabaja el teatro dramático, la comedia, el clown y las técnicas circenses, el teatro callejero, la dramaturgia, la creación colectiva y el ritual con el ánimo de experimentar todas las posibilidades que tiene el teatro para transmitir, enseñar, romper lo cotidiano y transformar la realidad a través del asombro; de la acción dramática, de la magia y el rito. Actualmente nos preparamos para convertirnos en bufones ladrones de sonrisas, juglares que envuelvan en historias y fábulas, saltimbanquis y malabaristas que llenen de emoción y asombro ante bellas hazañas; títeres que hagan de la mente del público un mundo lleno de fantasía. Para lograrlo investigamos nuestro territorio y así recordar rituales y festejos que nos acercaran a los antepasados. Caminamos por los senderos de la existencia teatral, que no vive de utopías efímeras, ni de vendaje moral, vivimos como el pueblo, siendo el pueblo, realidad social.

Por: Sergio Murillo «Este 2015 ha sido un año de sorpresas artísticas para la vida artística y teatral de la ciudad, una de esas ha sido la participación del grupo bogotano El Baúl de la Fantasía, tanto en la Onceava Fiesta de las Artes Escénicas donde presentaron su obra Manuelucho 100 años, así como en el reciente Titirifestival, organizado por Manicomio de Muñecos; en ambos certamenes el público salió gratamente estremecido por la calidad y la dramaturgia de sus puestas en escenas. El periódico Medellín en Escena, quiere destacar la labor de este colectivo, que deja muy claro su profundo respeto y amor por la labor de los titeres en el país». JJG

El grupo 2015 es un año de celebración doble para El Baúl de la Fantasía, está cumpliendo diez años en la escena nacional y celebra cincuenta años de vida artística de su directora Magdalena Rodríguez. Pero, ¿qué es El Baúl de la Fantasía? Es una compañía de teatro de títeres de Bogotá, que ha participado en más de sesenta festivales de teatro y títeres del país y representado a Colombia en países como: Perú, México, Argentina, República Dominicana, Brasil y Turquía. Con sus obras busca generar con las personas un circuito energético, brindándoles una experiencia estética que dé la posibilidad de una doble lectura de la realidad.

Montajes realizados Drácula, de Bram Stoker, 2006. La visita, de José Manuel Freidel, 2006. Juan detrás de la pared, de Juan Felipe Caicedo, 2007. Memoria de una casa abandonada, de Juan Álvaro Romero, 2008. Atrapados, creación colectiva, 2008. La función, obra clown de Yurany Mejía, 2008. La danza del fuego, obra de calle, de Yurany Mejía, 2009. Las tardes de Manuela, de José Manuel Freidel, 2009. Raquel, historia de un grito silencioso, de Samuel Vásquez, 2010. Pieza en un acto para bruja y escoba, de Jorge Villa, 2011. ¡Hay Paloma Palomita!, de Yurany Mejía Restrepo, 2012. Paloma y el payaso, de Yurany Mejía Restrepo, 2013. TAMACONA, padres superiores, de Yurany Mejía Restrepo, 2013. El Montecalvo, de Jairo Aníbal Niño, 2013.

Directorio Medellín en Escena Cra 42 54-50 Centro - 239 81 25 medellinenescena@medellinenescena. com La Polilla Calle 23 76-85 Belén - 343 36 27 info@lapolilla.org Caretas Cra 126B 61A-71 San Cristóbal 427 06 98 caretas@une.net.co La Fanfarria Cra 84 42C-54 La América 250 92 30 fanfarria@une.net.co El Trueque Cra 40 50B-32 Centro - 217 26 05 eltrueque@teatroeltrueque.com

Ziruma Calle 64 39-18 Villa Hermosa 284 34 62 arte-ziruma@hotmail.com Carantoña Cra 75 24-47 Belén - 343 40 22 corporacioncarantona@gmail.com Exfanfarria Calle 50B 39-36 Centro 217 83 64 exfanfarriateatro@gmail.com Elemental Teatro Cra 42 44-46 Centro - 217 63 75 teatroelemental@gmail.com El Teatrico Transv 39B Circular 2-46 Laureles 411 88 78 reservas@elteatrico.co Nuestra Gente Calle 99 50C-38 Santa Cruz 258 03 48 nuestragente@une.net.co

Canchimalos Calle 47 80-37 Floresta - 448 97 40 culturacanchimalos@gmail.com Matacandelas Calle 47 43-47 Centro - 215 10 10 matacandelas@matacandelas.com Viva Palabra Calle 55 43-63 Centro - 239 61 04 corporacionvivapalabra@yahoo.com Teatro Popular de Medellín Calle 48 41-13 - Centro 216 62 62 teatrotpm@une.net.co Casa Clown Cra 44 69-71Manrique Central 211 65 70 colectivoinfusion@gmail.com

Lo que piensan

Barra del Silencio Calle 45C 75-151- Velódromo 413 55 83 barradelsilencio@gmail.com Oficina Central de los Sueños Cra 43 52-50 - Centro - 239 41 79 teatrooficina@une.net.co CasaTeatro El Poblado Cra 47B 17B sur-30 - Poblado - 321 11 00 info@casateatropoblado.org Circo Medellín Cra 53 30A-155 Cerro Nutibara 265 23 69 info@fundacioncircomedellin.com Casa del Teatro Calle 59 50A-25 Prado Centro 254 03 97 administracion@casadelteatro.org.co

Cada cultura tiene reglas de las cuales uno no se puede salir, son premisas fundamentales que nos enseñan cómo vivir y relacionarnos con la naturaleza, la sociedad y uno mismo. Estas reglas de juego, también en Occidente, han sido construidas por el paradigma científico que dice que lo que no se puede ver, medir y cuantificar no existe; nos autoriza a creer en ciertas cosas, que no podemos poner en duda, a menos que tengamos una experiencia estética (y/o extática) que permita darle un vuelco a nuestra visión de mundo. En este sentido, El Baúl de la Fantasía ha tratado de abrir un espacio de interiorización donde el público, durante las obras, inicie un viaje por una Fotos: Cortesía

realidad oculta, donde se hace uno con la obra y la vive intensamente, revelándole un mapa diferente a su realidad cotidiana. Trata con sus obras de suministrar otro punto de vista sobre lo que es la realidad, desde una perspectiva poética y simbólica. Se podría pensar que da una visión más verídica, o esencial, pero lo que está ofreciendo es la doble visión, donde el espectador confronte su punto de vista cotidiano, estableciendo una doble perspectiva para captar algo distinto de su mundo estandarizado. Proponen Es un lugar para poner en duda el «mundo autorizado» y vivir una experiencia de libre imaginación, donde la magia es posible, donde cada uno de los individuos tenga el derecho a darle un nuevo significado a los signos y los símbolos que aparecen en la obra; un lugar de ensueño, donde se desgarran las inhibiciones de la vida y se abren las posibilidades no reconocidas racionalmente. En el teatro de títeres el personaje principal de atención, no es el ser humano con toda su carga orgánica, sino un objeto pensado para una acción dramática, que puede llevar la realidad a sus más lejanas fronteras lógicas, pues estos títeres rompen los límites físicos y biológicos, desbaratándose en mil pedazos, volando, desapareciendo entre la tierra, transformándose y descomponiéndose, siendo más que personajes, símbolos. Al adentrarse en el teatro de títeres se abre un mundo de posibilidades, donde se puede encontrar

uno con la muerte, quien llega al mundo en busca de Francisca, la mujer más vieja del pueblo, pero no por eso la menos vital, tanto así que de tanto ayudar a sus vecinos la muerte no la alcanza, despedazándose de cansancio; o a donde a una niña se le puede aparecer de la nada una sombra oscura y con cuernos, obsesionada por jugar cosas que a la niña no le gustan, quien después de una fuerte lucha descubre que esa sombra es su tío, o a Manuelucho, este vivaz personaje que aparenta ser idiota para castigar a los injustos y vencer hasta a la mismísima muerte. El Baúl de la Fantasía busca que el público se sienta disuelto en la obra; como si una fuerza exterior lo envolviera y le hiciera sentir en un estado diferente al cotidiano; que entre en un estado de conciencia acrecentado, donde el público genere nuevos conocimientos y nuevos puntos de vista de la realidad, en este sentido nuestro teatro no solo está dirigido para niños y niñas, sino para cualquier persona que esté dispuesta a darse la posibilidad de adentrarse al otro lado del espejo. Obras El viaje de Tato Hasta cuándo Francisca Lastres plumas del dragón Valentina y la sombra del diablo La abuelita chifloreta y los tres cerditos Los hijos del viento El burrito de Belén Manuelucho 100 años


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La felicicidad del teatro con placer

Por: Ivanna Soto En colaboración con la Revista Conjunto de la Casa de las Américas. Habana-Cuba 2015

Daniel Veronese, que acaba de estrenar dos obras en el teatro oficial, cuenta cómo su azarosa llegada al teatro le cambió la vida hace ya cuatro décadas. Veronese: "Los demás fueron escalones para llegar acá: es la dirección el lugar donde yo me siento más pleno", afirma. El encuentro con Daniel Veronese roza la medianoche. El director viene de un ensayo general seguido de otro: Los corderos, en el Teatro Cervantes, y Vigilia de noche, del sueco Lars Norén, en el Teatro San Martín, que se acaban de estrenar. Dos obras bien disímiles en las que, sin embargo, subyace el mismo eje: la violencia latente en las relaciones humanas. “El de Los corderos es un mundo más áspero que el de Vigilia... la obra es dura, pero dramáticamente la comprendés. Lo otro es un universo mucho más alejado”, compara. Teatrista emblemático de nuestras tablas, sus orígenes lo ubican en el grupo de titiriteros del Teatro San Martín. Pero antes, cierta relación sensual con la madera lo llevó de hacer muebles en la carpintería de su padre, a tallar marionetas. El destino fue sensato. Años más tarde fue uno de los fundadores del mítico grupo El Periférico de Objetos, con el que creó un lenguaje antagónico al común de los títeres. Los corderos vienen de esos tiempos. Y se nota, pese a la reescritura que lo acerca a quién es hoy. Lo que sucede es absurdo y poco importa preguntarse el por qué de ciertas cosas, cuando lo que impera son personajes exacerbados, una actuación desbordante y un ritmo que desvela.

“Necesitaba caer ahí”, dirá en esta entrevista. Y “ahí” es justamente los tiempos del teatro independiente. Después de varios años de trabajar en el teatro comercial cuya puerta de entrada fue El método Gronholm, de Jordi Galceran, allá por 2005, Los corderos es una vuelta, en definitiva, al Veronese que tanto queremos. --¿Por qué después de tantos años de dirigir textos ajenos te metés con una obra tuya de otros tiempos? --Los corderos es una obra que a mí siempre me gustó, que creo que puedo dirigir. Hay otros materiales míos que hoy se me hacen muy ajenos, que pertenecen a una búsqueda de un momento determinado. Y yo ya no soy esa persona. Sin embargo, con Los corderos no me pasa, y eso que es una de las primeras. De todos modos, la reescribí porque había zonas inexplicables, que obedecían a un orden mágico que cada vez me convencía menos. Siempre me remitió a un universo gambariano que a mí me fascinaba, sobre todo de su primera época. --¿Gambaro fue tu primera influencia? --Sí, ella y Pavlovsky. Cuando empecé a escribir teatro para actores yo plagiaba su forma. Es una impronta que voy a llevar siempre. En las primeras obras era muy consciente de eso. Luego solté amarras y empecé a crear mi poética. Yo veo Los corderos y me gusta, siento que es un texto de otro tiempo. Pero también necesitaba caer ahí, estuve haciendo muchos trabajos en teatro comercial y necesitaba ir a cargar energías a un lugar conocido por mí, potenciador creativamente, y que

también me pusiera ante otro tipo de desafíos. --En los 90 se llamaba Del maravilloso mundo de los animales: los corderos. Ahora es solo Los corderos. --Sí, porque el título largo me aburre. Ya no necesito diferenciarme, generar algo distinto de los demás. Siempre puse en duda lo que me decían que no hiciera, trataba de irme para otro lado. --Formas de hablar de las madres de los mineros mientras esperan que sus hijos salgan a la superficie, Equívoca fuga de señorita apretando un pañuelo de encaje sobre su pecho, Todos los grandes gobiernos han evitado el teatro íntimo... Tenés varios... --Sí, Crónica de la caída de uno de los hombres de ella... hay muchos así, gramaticalmente raros. Me encantan esos títulos, pero son muy pretensiosos. Después me empezó a dar un poquito de vergüenza lo pretensioso. --¿Con el tiempo te volviste más sencillo? --Sí, más seguro. Sé más dónde meterme, por qué meterme. En realidad me importa mucho menos lo que pasa afuera en relación con lo que hago, si a mí me gusta creo que eso va a funcionar. No tengo que maquillar la cosa. --Antes de todo eras carpintero. ¿Cómo descubrís el teatro? --La carpintería es una herencia, un legado atávico: mi abuelo fue carpintero, mi padre también. Una familia de italianos donde había que trabajar. Yo empecé a trabajar de chico en la carpintería y me gustaba, pero sentía que no iba a ser carpintero. Y cuando quedé solo en el taller, hice dos

o tres trabajos realmente muy malos y la gente venía a reclamarme, porque les hacía unos muebles que se les torcían todos. ¡Desde acá, les pido perdón! Dije: “Esto no es para mí”. Y empecé a hacer artesanías, marionetas de madera, de todo. --¿Pensando en el teatro? --¡No! Te juro que no me gustaba el teatro, nunca había ido. Yo tenía el taller, un galpón enorme en Remedios de Escalada, y me pasaba una cosa muy curiosa. Yo veía ese taller y decía: “Yo quiero vivir en un lugar así y hacer un teatro”. Pensaba dónde iba a poner el escenario, las gradas con la gente... --Y años después te hiciste la sala donde vivías. --¡Sí! Fue una de anticipación que tuve. --Y tampoco era moda todavía poner teatros en las casas... --No. En ese trabajo los domingos a la noche me deprimía porque el lunes me tenía que levantar temprano y durante toda la semana no veía gente. Yo quería un trabajo donde pudiera ver gente. Quería que los lunes fuesen feriados. ¡Salí de ahí y entré en el Teatro San Martín, donde los lunes son feriados! En el medio, entre la carpintería y el San Martín, vendí marionetas en el Parque Centenario, era artesano. Alguien pasó una vez y me dio el teléfono de Ariel Bufano. Y lo llamé. Yo hacía muchos cursos de muchas cosas y no terminaba de conectar con ninguna: música, escenografía, cerámica, lo que sea. --¿Qué buscabas? --Buscaba desesperadamente algo que le diera sentido a mi vida.

Cuando me encontré con Bufano me preguntó por qué estaba ahí y yo le dije que iba porque creía que con eso podía expresar algo. Me escuché diciendo algo que ni yo sabía. Y ahí estaba lo que yo necesitaba. Al poco tiempo algo se había desmoldado, eso que estaba tan guardado tenía que ver con el teatro. --Con el teatro, entonces, descubriste una relación con el placer antes vedada. --Yo siempre busqué placer en lo que hacía y no lo encontraba. En mi casa era difícil que alguien trabajara en algo que le diera placer. Hoy no puedo decir que no trabajo porque trabajo mucho, pero en oposición a mi familia, yo siento que no trabajo, porque es muy placentero. Nunca más tuve ese sentimiento que tenía desde que entré en el San Martín. --Después empezás a escribir, ¿no? --Sí, y también dirigía en el Periférico. --Pero no materiales propios. --No, todavía no, y después arranqué con la dirección de actores. En ese momento había un manoseo de la teatralidad que quería escapar de los signos de la época política. --El llamado teatro de la desintegración. --Claro. “No importa lo que digo, no quiero decir nada con esto”, cuando en realidad uno no puede no decir nada con algo. Era todo enredado, el autor a veces actuaba, el director escribía aparte, era una cosa que fue prácticamente lo que generó el movimiento teatral de los 90, ese rompimiento de roles. Y ahí cayó también el dramaturgo, con un trabajo

no tan esquemático de solo escribir. Fue una época muy fructífera, que luego deviene en lo que es ahora. --Y de todo ese lío salió el director que sos hoy. --Sí, los demás fueron escalones para llegar acá: es la dirección el lugar donde yo me siento más pleno. Cuando dirijo me siento en un estado de percepción distinta que no se me manifiesta en el resto de la vida, no tiene nada que ver con la cotidianidad. Es una conexión que no es pensada, que es productiva. Como la del músico con su instrumento, algo así me pasa. Entro en un estado de seguridad y de apertura, me dejo empujar por cosas que no puedo explicar racionalmente. --Casi el mismo estado que te llevó de la carpintería al teatro, podríamos decir. --Exactamente. Yo era otra persona, que nunca iba a hacer teatro, que no sabía qué hacer con su vida. Yo no sé lo que hubiese sido de mi vida si no hubiese estado vendiendo esa marioneta, si no me hubiesen dado el número de Bufano. Creo que en algún lugar se tenía que desarrollar esto. No digo que es lo único que sé hacer pero es lo que mejor me sale. Yo tengo muchas cosas anticipatorias en mi vida que luego de algún modo me cierran. En un momento yo estuve muy cegado, no comprendía esos signos y cuando aparecieron años después los comprendí naturalmente porque ya estaban en mí. Los hijos se han dormido de Daniel Veronese Foto: Cortesía


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