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HISTORIA DE LA EDUCACIÓN MEDIEVAL

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Se conoce como edad media a los periodos comprendidos entre la antigüedad y el renacimiento, es decir los siglos V Y XV. Pero también se la ha considerado como la época de la oscuridad, con un teocentrismo, capaz de erradicar o eliminar toda idea del hombre. Pero en la realidad, la edad media fue más que un periodo de obscuridad, prueba de esto es que en esta época se reguló el ejercicio de las libertades, una codificación de los cuerpos legales y aparecieron trasformaciones sociales y culturales, las cuales alejan la edad media de su condición de periodo histórico proscrito.

Ente los siglos V y XV, Europa estaba proscrito por una sociedad cerrada, rural y feuda, pues esta fue la herencia que dejó la desintegración del imperio romanos, que provocó que se articularan relaciones socio políticas, entre la emergente nobleza, la casta militar, los terratenientes y los vasallos, un grupo social que les debía obediencia y fidelidad a cambio de su tutela. Era una sociedad estratificada y el orden de la pirámide social era; el rey, la nobleza, el clero (encargados de la orientación espiritual de la sociedad, además de la creación y difusión de la cultura, la educación o la ciencia). Uno de los fenómenos que caracterizó a la edad media, fue la revitalización de la vida urbana, esta trajo consigo la aparición de un nuevo grupo social, la burguesía que se identificaba con la parte económica y esta alienta la creación de escuelas urbanas en donde casi siempre había un obispo al frente de esta.

Es así que la iglesia tuvo una gran trascendencia en la educación y esta era la principal transmisora de la cultura, con el latín como idioma oficial de la iglesia. Los intelectuales y pensadores medievales heredaron de la antigüedad, el afán de ordenar sistemáticamente el saber, pero esta vez de una forma mayoritariamente religiosa. Es por ello que la época medieval fue teocéntrica y la búsqueda de la santidad era su aspiración última.

Los principales referentes intelectuales de la época fueron: San Agustín y Santo Tomas. Estos pensadores creían que la pedagogía tenía su inicio en la restauración de los bienes sobrenaturales y prenaturales debilitados por el pecado natural y este es un principio de la educación cristiana, pues sin el pecado natural, la educación no hubiese sido necesaria, pues del pecado natural derriba las ciencias. La pedagogía medieval confiaba en la reparación humana a través de tres vías; entendimiento, virtud y gracia divina.

La ciencia y el conocimiento fue el camino para alcanzar la sabiduría. Es aquí donde aparece la escolástica, fue una corriente teológica y filosófica que se basa en la coordinación de la fe y la razón, con una subordinación de la razón a la fe. Se pretendía acercar al hombre al conocimiento de dios mediante el conocimiento de todo lo producido por la naturaleza, como la Biblia, que fue la principal herramienta de conocimiento.

En cuanto al ámbito educativo medieval, fue la paideía peleo-cristiana la fuente de inspiración, es decir, una mezcla de elementos griegos, latinos y hebreos que confluían en un rasgo básico, el carácter esencialmente religioso, en donde la sabiduría humana era un medio de trascendencia espiritual y no un fin. Dos verbos resumen la educación medieval cristiana; enseñar y aprender, doctrina y disciplina. Se concede una importancia central a la sabiduría, pero también una vida a la docilidad del discípulo. Los educadores de la edad media tenían al alma como principal objeto de estudio y a San Agustín y Aristóteles como los pensadores básicos.El entendimiento y la memoria eran determinantes del conocimiento medieval, ambos dotaron al conocimiento escolástico de un cierto misticismo racionalista y la escolástica consideraba la memoria y no un fin.

Como herramientas del aprendizaje se emplearon los exempla (historia o cuento que se encuentra en la literatura medieval que consiste en contar una moralización para dar una enseñanza), florilegios (colección constituida por fragmentos literarios seleccionados, de uno o varios autores), las máximas (Frase de origen popular o culto repetida tradicionalmente que expresa un pensamiento moral, un consejo o una enseñanza) y epílogos (parte final que presenta un desenlace de lo sucedido). Por su parte la disciplina era una base fundamental para los escolásticos, creían que la infancia y la adolescencia eran las únicas etapas aptas para consolidar los principios del ejercicio disciplinar, algunos maestros de la época e incluso San Agustín, consideraban en que las amenazas, los azotes, las varas, eran óptimos para una correcta educación. En términos globales, el hombre medieval recibió dos clases de formación: una cristiana, como miembro de la iglesia y otra ligada a la sociedad civil, pues los dos modelos principales: la formación eclesiástica y la secular o civil, dividida a su vez en nobiliaria o caballeresca y popular. Pero todas ellas tenían en común el trasfondo ético-religioso de la formación recibida. La formación de los laicos no era igual que la recibida por los clérigos, cada tipo de educación se impartía en un ámbito social concreto o una institución escolar determinada. Los comerciantes lo hacían en las escuelas de ábaco, los artesanos en los gremios y los siervos recibían una educación informal en el seno de la familia, o en la parroquia o en la comunidad. Por su parte las mujeres, que se instruían en la familia, recibían una educación en sintonía con el estamento del que procedían.

Dentro de la educación medieval debe citarse la tradición cultural y pedagógica grecoromana y judeocristiana. Especialmente las llamadas Siete Artes Liberales, consideradas como las siete columnas de la sabiduría o las siete virtudes. Y contenidas en dos grandes bloques: Trivium (o artes similares a lo que hoy conocemos como cultura general-gramática, retórica y dialéctica-) y Cuadrivium o disciplinas de carácter más especializado, como aritmética, geometría, astronomía y música.

En las escuelas medievales, cabe distinguir tres etapas o niveles: escuela elemental (donde se aprendían los rudimentos de la lengua latina), nivel medio (en el que se abordaba la enseñanza de la gramática y de técnicas encaminadas a la interpretación de los textos sagrados) y el nivel superior, consagrado al estudio de cuestiones teológicas y otras disciplinas como Derecho o Medicina. Si atendemos a criterios cronológicos, la cultura y por tanto la educación se vio afectada por la crisis política y social de la cristiandad en el siglo VIII

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