Comportamiento Humano y Psicológico
Facultad de Medicina
1er semestre Paralelo 1
‘‘Cuento sobre: Desarrollo y ciclo vital de la adultez media’’
Integrantes:
Mayuri Rea
Nicole Arroyo
Mikaela Ávila
David Manzano
Fecha de entrega: 06/06/2024
La vida no acaba a los 40
En el encantador pueblo de San Blas, la vida transcurre apacible entre los susurros de los ríos que cuentan historias de antaño y las casas con tejados rojos que se alinean a lo largo de las pintorescas calles. Entre sus habitantes, se teje una red de relaciones donde la plaza central emerge como el corazón del pueblo, un lugar donde convergen las generaciones para compartir vivencias y mantener viva la tradición. En este entorno, encontramos a Mariana, una mujer de 45 años, que ejerce como profesora, no solo impartiendo conocimiento a jóvenes y universitarios, sino también inculcando valores de aceptación y positividad, especialmente en una etapa de su vida en la que la maternidad no llegó, encontrando en sus alumnos una familia a la que dedicar su afecto.
Por otro lado, está Luis, un hombre de 47 años, dueño de una tienda local, que asume la responsabilidad de cuidar de sus padres ancianos y su hija, tras el fallecimiento de su esposa hace cinco años. Su tienda no solo es un lugar para adquirir víveres, sino también un punto de encuentro donde los vecinos comparten sus experiencias y novedades del pueblo, reflejando la importancia de la comunidad en la vida cotidiana.
Daniela, la hija de Luis, es una joven de 20 años que estudia arquitectura en la Universidad de Cuenca. A pesar de sus responsabilidades, mantiene un estrecho vínculo con su padre y su maestra de refuerzo, Mariana, quien le ofrece apoyo académico y un espacio para compartir inquietudes y reflexiones sobre la vida y los desafíos propios de su edad.
María, de 47 años, aún vive y está a cargo de su familia y de su padre con diabetes, además es dueña de un restaurante en la plaza central, donde deleita a los habitantes del pueblo con deliciosos almuerzos. Este negocio representa en su vida una salida emocional tras la reciente pérdida de su madre en un trágico accidente.
La vida de María se encuentra llena de desafíos, el estrés de manejar su restaurante, el duelo por la pérdida de su madre y el cuidado de su padre y su familia la llevan a experimentar una crisis de identidad y aceptación en la llamada “generación de Sándwich”. Los cambios físicos asociados con la edad la sumen en la incertidumbre y el malestar, como la pérdida de cabello, aparecimiento de arrugas y pérdida de masa muscular que es algo recurrente en personas de esta edad, nadie notaba aquel estancamiento en su salud mental y física, haciéndola sentir invisible e incomprendida por aquellos a su alrededor.
Es en medio de esta crisis cuando Luis, con su sensibilidad y empatía, se acerca a María para ofrecerle su apoyo y comprensión. Comparte con ella su propia experiencia y le brinda consejos sobre cómo sobrellevar los cambios físicos y emocionales que acompañan el paso del tiempo. Además, le recomienda un suplemento alimenticio a base de colágeno que le ha sido útil para ralentizar el proceso de envejecimiento, demostrando así que el cuidado de uno mismo no tiene edad ni género.
Las conversaciones entre María y Luis se vuelven más frecuentes y profundas, y pronto dan paso a un vínculo más íntimo y afectivo. A pesar de sus dudas e inseguridades, María acepta la posibilidad de abrir su corazón a una nueva relación, encontrando en Luis un compañero comprensivo y cariñoso que la hace sentir amada y valorada.
Sin embargo, la felicidad de María y Luis no es compartida por todos. Daniela, la hija de Luis, se siente incómoda con la idea de que su padre inicie una nueva relación, sintiendo que la memoria de su madre está siendo traicionada. Esta discrepancia genera tensiones en la familia y lleva a Daniela a tomar la decisión de alejarse del hogar familiar, dejando a Luis con un profundo sentimiento de tristeza y vacío.
Pero el tiempo y la distancia permiten que Daniela reflexione sobre sus sentimientos y su relación con su padre. Con el apoyo y la orientación de su profesora Mariana, quien conoce
de cerca la situación familiar, Daniela comprende que el amor y la felicidad de su padre no invalidan el recuerdo de su madre, sino que son una muestra de su capacidad para seguir adelante y encontrar la alegría en nuevos horizontes.
Finalmente, Daniela decide regresar al pueblo y reconciliarse con su padre y su nueva pareja, María. Su gesto de aceptación y apoyo fortalece los lazos familiares y permite que todos encuentren un nuevo equilibrio en sus vidas. Con el amor y el respaldo de su familia, María comienza a aceptarse a sí misma y a valorar los cambios que la edad trae consigo, comprendiendo que la verdadera belleza reside en la aceptación y el amor propio.