POEMAS

Page 1

MI MANO Y TU MANO Ayer rocé tu mano con mi mano. Mis dedos acariciaron los tuyos. Ondeaban en un aura que, Desprendían fuego. Con el dedo índice Dibujé un corazón sobre la palma de tu mano. Mi mano y tu mano se enredaron, Enzarzándose en un inseparable juego. Pronto una mano huyó. ¡No sé cual de las dos!, pronto y en solitario, buscaba la mano que antes había acariciado. Mª Dolores Madrid


EL ULTIMO DIA Ayer pensé cuándo sería mi último día?, pero mi boca se secó y mi garganta enmudeció. Y las hojas de los verdes árboles volaban al infinito, escapándose de mí. Los pájaros huían de mi presencia, y los amigos se alejaban de mi lado, y mis seres queridos volvían la cabeza sin mirarme. Ya no sé si fueron ellos o era yo quien desaparecía.

CANTO DEL AGUA Suena el agua cantarina; suena. Por los ríos, y los mares, por cascadas y avenidas, por fuentes y arroyuelos. Sus sones llevan recuerdos de colores de gloria unas veces y otras de muerte y pena. Suena el agua de vida, transparente como la nada.


Fresca y ligera al chocar en los guijarros; Resbalando cadenciosamente, retozando guija a guija, sorteando cantos abruptos, deslizándose suavemente hasta llegar a unirse con sus hermanas las aguas bravas, donde su canción se hace alboroto en la espuma. Mª Dolores Madrid

ICUE

Es el viento renovador, que no se detiene en el tiempo tras las huellas del pasado, surcando las aguas remansadas del presente. Es como el fulgor de la noche que, sin freno, busca en el silencio un espacio para echar raíces, y que se nutran en sus entrañas.


Haciendo frente al frĂ­o de la nada, inclina humillado su semblante y se encamina vacilante, alzando su voz en el aire, en la marea y en las nubes que besan las colinas. Mientras, su alma se extiende hacia las estrellas, donde, Dios da forma y color a unos suelos soterrados de historia, que suenan en la memoria como cuerdas de guitarra. Una mano firme, dulcemente, ofrenda paz y armonĂ­a, con un rumor de esperanza en el viento que, el eco orquesta apasionadamente. Parpadea la nueva maĂąana; las luces y sombras van conformando el dĂ­a y la noche; el campo brilla verde; abrazado a la amapola, el rojo;


y el ritmo de la corriente resbala vertiginoso contoneándose en su vaivén contra la ladera. Este es el hombre. Responsable o no. Perfecto o imperfecto. Mortal o inmortal. Esclavo o libre... Afín a Dios o al ser humano. ¡ICUE, el renovador de los vientos!

Primer premio Poesía Pro-Mujer, Urbanización Mediterráneo 6 de Marzo1999


LA SANTISIMA VIRGEN DE LA PIEDAD POEMA AZUL Con marcado acento penitencial y ritmo castrense, a hombros de las promesas cumplen los votos ofrecidos entre palmas y vivas. Noble corteza, noble, azul de amor. Grato y apacible reposo para el desvalido. Verdes 谩rboles y grises yacen recostados al paso de sus destellos. La luz de acerado relumbrar brota del suelo, y las flores asoman su perfume a la tierra en el azul cortejo procesional. Bella Gema de resplandor de luna, de quietud nocturna. Su coraz贸n sangra por las punzadas en el Coraz贸n. Tiene heridas que marcan caminos,


abren senderos; surgiendo de ellos espigas, brotes nuevos. Cadenetas azules y amarillas ondean los rojos paisajes del atardecer; racimos llameantes, brillan colgados como luces de verbena. Mientras, por el sendero, los รกlamos y palmeras trepan el aire; hollando el suelo, un murmullo de corazones roza el solado donde han nacido. Escoltan a la Madre de todas las madres, piedra angular de nuestra ciudad. En tanto, por el largo cielo un coro angelical resuena en las profundidades de azules oscuros. . El aire plano se extiende sobre las calles, sobrecogiendo de fervor y recogimiento; la Virgen de la Piedad, abriendo su manto repleto de plegarias y en oleada de platas, Cartagena cubre.


Música azul sobre el asfalto. Quietud de las promesas, que caminan y caminan sobre fenómenos extraños, con sonoro ritmo que se abocan al infinito. Sollozante está la Madre por el Hijo que descansa en sus brazos, desvalido, azul. Su triste mirada, se clava en nuestras almas y una oración emerge de nuestras gargantas color grana. D I O S T E S A L V E M A R


I A A LA SANTISIMA VIRGEN DE LA PIEDAD CANTATA

Un cántico nuevo traigo a todo el mundo. Reina de todos los hombres gócese toda la tierra entera; pues tu trono sustentado de la justicia y el juicio serán el sueño añorado de tus devotos. Su luz alumbra el mundo y tiembla Cartagena al avistarla. Derrítense los corazones al verle, pregonando a los cuatro vientos su gloria, gloriando a Dios en sus almas. El Alumbramiento de María yace inmóvil en sus temblorosos brazos. ¡Oh impíos! Pero su misericordia vocea perdón para el corazón del pecador; floreció el perdón y redujo la ira.


Bienaventurados los que en ti confían.

TROQUELADA

Troquelada en mi pecho colgando de una cadena, me has acompañado en mis hazañas, me has acompañado desde la infancia. Seguro de vida- decía -, ¡seguro, seguro! Ya ha pasado casi medio siglo Y sigues colgada a mi cuello; Mi cuello más grueso, tu imagen ,más delgada. Solo una lámina de plata con un pequeño relieve por cabeza y cuerpo; sin marcas en la cara. En mi pecho quedan impresas las facciones de tu cara, Y en lo profundo de mi corazón tus manos, arbitrando mis sentimientos, que a veces, en vinagre cambian.


ORACION

Apiádate de mí, ¡oh, Madre mía! Según tus piedades. Abriré mis labios para cantar mi boca tus alabanzas. No desprecies mi lengua. Lávame, lávame más y más, no tengas en cuenta mis pecados porque reconozco mis culpas. Ante tus ojos también reconozco la justicia. Tu que amas la verdad de corazón, descúbreme de la sabiduría los secretos. Quiero sentir el gozo y la alegría y poder estrenar un alma nueva para este burdo cuerpo. Mª Dolores Madrid

Malas compañías El trigo se encorvó para festejar esas hazañas, que actuaban como pirañas de sus espigados compañeros.


Mas no contó con que se mudaría con ellos, y en intrigante piraña conformado quedó. -¿Se divertía? -Y entonces… -¿Por qué no dormía? Porque a sus hermanos traicionó. La conciencia le recomía y solo podía decir ¡NO! y enfrentarse a aquel matón de pacotilla. Reunirse con los suyos, tener memoria pasada, exponerla cara a cara sin olvidar aquella mano que le vio y le hizo crecer. Mª Dolores Madrid


NO SÉ SI QUIERO SABER ¿Para qué quieres saber lo que no quieres saber? si sabiendo lo que sabes ya sabes lo que tienes que saber. Muy fácil es decir que no quieres saber lo que sabes que otros saben y que te incumbe a ti también. Mª Dolores Madrid

AL DESPERTAR

Al despertar, muy de mañana, miro las gaviotas desplegando sus alas al relámpago; caminando por las nubes y descendiendo, cual lluvia que rocía el alba. Miro a las flores que me sonríen; Ellas, juguetean con las abejas cuando contonean sus pétalos al posarse.


Se entregan desnudas al viento y se funden con los soles de primaveras. ¡Escucha como cantan!. ¿Les oyes? Es porque ya han bebido del río del silencio. Pretenden liberar la respiración y no dejar de existir. Beben con frenesí el agua que le proporciona el cielo. Anhelan la caricia de unas manos, de unos ojos y de unos labios. Pero somos diferentes, aunque nos unen algunos sentimientos comunes. Con el corazón repleto marcho al silencio, y vuelvo con un espíritu que oirá su voz. Y luego, vuelvo del silencio, porque los latidos de otros corazones suenan en mi corazón. Ahora... solo pienso. Y cuando pienso tengo menos prisa que el viento. Pero debo seguir adelante. Mª Dolores Madrid


Y CUANDO PIENSO Me marcho a la montaña a beber de su manantial. A medir mis acciones más pequeñas, tan frágiles como las espumas del mar. Me marcho a meditar si mi frío corazón es capaz de sonreír a la cálida primavera. Ahora...solo pienso. Y cuando pienso tengo menos prisa que el amanecer. Pero debo seguir. No se ofendan los que aquí quedan. Vuestras palabras, juntas con mis pensamientos, son caracteres de una memoria sellada que cuida el ayer. Un ayer que fue recordado hoy para ser comprendido mañana. El velo que cubre nuestros ojos será deshecho por las manos que lo tejieron. Me marcho. Me marcho a la montaña a beber de su rudeza. A fortalecer mi debilidad, a derrotar mi flaqueza.


Allá arriba, tranquilo me quedaré al amparo de la roca. Aguardando oír mi silencio. Todo es una fantasía. Tras ella Se esconde el camino a la eternidad. Prestar atención a ese camino plagado de sueños, fantasías e ilusiones. Nos volveremos a encontrar en otra ensoñación. Mª DOLORES MADRID


OTRO DESPERTAR

Despierta la mañana, desplegando las gaviotas sus alas al relámpago; caminan por las nubes y descienden cual lluvia que rocía el alba. Las flores abren sus corolas con esmero; dan paso a las abejas contoneando sus pétalos al posarse. Se entregan desnudas al viento fundiéndose como soles de primavera. ¡Escucha!, ¡cantan!. ¿Les oyes? Son las aves, son las flores. No han bebido del río del silencio y liberan la respiración para evitar dejar de existir. Beben con frenesí el agua que le ofrece el longevo cielo. Anhelan la caricia de una brisa, de una mirada y de una voz para poder subsistir. Vuelan alto... y crecen hacia el camino de la fantasía,


pues tras ella se esconde el sendero de la eternidad. Ambicionan otro despertar. Mª Dolores Madrid

AY AMOR…. Ay amor, … te llevo tan dentro de mi alma Que ni el aire puede rozarte, Ni el sol puede dañarte Ni el agua te puede mojar. Amor, que a mi henchido pecho llega, Que las sienes anula Y me produce sopor. Ay lamentos del corazón Que cuanto más felicidad tiene Más duele ese dolor. Qué mareas de vaivenes Incitan a mi amor Para que amando como amo El amor sea un sin vivir Y no pueda vivir sin amor. Mª Dolores Madrid



Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.