MARU DOMENECH
IES GUILLEM COLOM CASASNOVAS.
Hace mucho tiempo conocí a un caballero que perdió el juicio de tanto leer libros de caballerías. Un día decidió que se haría llamar Don Quijote de la Mancha y se haría caballero andante. Él llegó un día caluroso a mi venta y me pidió si podía armarle caballero. Como pensaba que se burlaba de mi, decidí seguirle el juego. Le comenté que yo mismo podría nombrarle caballero. Solicitó en que lugar estaba la capilla y yo le dije que no teníamos pero que podía velar las armas en el patio. Así fue como se pasó toda la noche junto a sus armas. Al día siguiente estaba dispuesto a irse sin pagar poniendo como excusa no sé que código de caballeros que dicen que nunca había oido hablar de que los caballeros debían pagar por dormir en castillos y que en todo caso si alguien me había agraviado él me defendería. Yo le contesté de mala gana que ya estaba yo para defenderme. El caso es que al final se montó un lío muy grande y el caballero se fue, dejando a su escudero siendo manteado por los allí presentes hasta que finalmente volvió a rescatarlo y así se fueron los dos, caballero y escudero, molidos a palos y cabizbajos a seguir sus aventuras.
AUTORES: Sílvia Bisbal. Ariadna Mir. Andrés Morell. Adrià Pereira. Juan Pablo Velandia.