Las neuronas de dios una neurociencia de la religión, la espiritualidad y la luz al final del túnel

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religiosa. Newberg, A. y M. R. Waldman (2006), Born to Believe. God, Science and the Origin of Ordinary and Extraordinary Beliefs, Nueva York, Free Press. Este libro, publicado también como Why We Believe what We Believe, resume algunas de las investigaciones más sólidas sobre qué le pasa al cerebro durante una experiencia religiosa (o, para el caso, durante cualquier evento en el que creamos firmemente). Desde los rezos de los monjes budistas hasta las creencias de los niños, hay mucho más en el cerebro de lo que sospecha la filosofía. Newberg, A., E. D’Aquill y R. Rause (2001), Why God Won’t Go Away, Nueva York, Ballantine Books. Y Dios no ha muerto… ni puede hacerlo, porque vive dentro nuestro. Un texto fundacional de la neuroteología, que contiene también muchas exageraciones (y seguramente, intenciones ocultas) de sus autores. Onfray, M. (2005), Traité d’athéologie, París, Grasset. [Ed. cast.: Tratado de ateología, Buenos Aires, De la Flor, 2008.] Una lectura particular de las religiones por parte de este maravilloso ensayista (amante de los placeres filosóficos y gastronómicos) que nos lleva directamente al ateísmo hedonista y feliz. Sagan, C. (1994), Pale Blue Dot. A Vision of the Human Future in Space, Nueva York, Random House. [Ed. cast.: Un punto azul pálido. Una visión del futuro humano en el espacio, Barcelona, Planeta, 2003.] — (1995), The Demon-Haunted World, Nueva York, Random House. [Ed. cast.: El mundo y sus demonios, Barcelona, Ediciones B, 1997.] — (2006), The Varieties of Scientific Experience: A Personal View of the Search for God, Penguin Books. [Ed. cast.: La diversidad de la ciencia. Una visión personal de la búsqueda de Dios, Barcelona, Planeta, 2007.] En realidad, casi todos los libros de Sagan abordan de manera entusiasta las mismas preguntas: quiénes somos, dónde estamos, qué hay ahí afuera. En el primero de estos textos Sagan se inspira en una famosa fotografía desde el espacio en que se ve a nuestro planeta como ese punto azul pálido, y eso lo lleva a reflexionar sobre nuestro lugar en el universo, nuestro hogar… nosotros mismos. En La diversidad de la ciencia (que juega en inglés con el título de William James), Sagan confirma que la religión y la ciencia comparten, o deberían hacerlo, un sentimiento de maravilla, de sorpresa y curiosidad frente al universo. Su ejemplo favorito es salir a mirar una noche estrellada, estirando el cuello hacia lo conocido y lo desconocido. Shermer, M. (2011), The Believing Brain, Nueva York, Times Books. Shermer es un experto en pseudociencias y en desmitificar lo supuestamente paranormal, Acá se ocupa detalladamente de las creencias populares en fantasmas, fenómenos sobrenaturales y


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