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1 Marco teórico

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IntroduccIón

IntroduccIón

La industriaLización madriLeña en eL contexto nacionaL

La gran industria española se considera que no tiene una trayectoria muy larga y que llega de forma tardía respecto al resto de Europa. Comenzó en Inglaterra a mediados del siglo XVIII, pero en España no será hasta medio siglo después cuando hablemos del inicio de esta gran industria.

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A partir del reinado de Isabel II, con la aparición del tren en 1851, se inicia la modernización de las ciudades y se generan puntos centralizadores de la industria entorno a los tendidos ferroviarios. Por un lado, los ingleses lanzan sus pequeños ferrocarriles por las cuencas mineras de Vizcaya, Riotinto, Peñarroya, etc., mientras que, por otro lado, los madrileños inauguran el llamado “tren de las fresas”. Este tren permite el traslado de la Corte desde el centro de la ciudad al Palacio Real de Aranjuez. Asimismo, aparecerán los primeros centros de industrialización en Cataluña con el textil, en Asturias y en el País Vasco con el carbón y el hierro y en Málaga con la siderurgia. 9

Para referirnos al caso de Madrid nos remontamos a la Edad Media, cuando solo era un pequeño pueblo con una posición geográfca privilegiada, sirviendo como eje natural de comunicación Norte-Sur y Este-Oeste de la península. Esta favorable localización convirtió a Madrid en lugar obligatorio de paso y residencia de los reyes y sus cortes e hizo posible que con el tiempo se ubicaran en él ferias y mercados, así como el desarrollo con cierta importancia de la industria artesana. 10 A partir del reinado de Felipe II en 1561, con el traslado de las Cortes, Madrid comienza a considerarse núcleo urbano y capital del imperio. Como consecuencia, se produce un crecimiento poblacional, industrial, comercial, constructivo y en general de todos los aspectos. Con el reinado de los Austrias en el siglo XVII, Madrid llegó a ser la segunda gran ciudad de Europa y el centro universal del lujo y la moda. Floreció en aquella época una artesanía de lujo, pero poco más; solo pueden destacarse como industrias de cierta importancia la Fábrica de la Moneda y la Imprenta Real. 11

Durante la dinastía borbónica en el siglo XVIII, se produjo en la capital un importante desarrollo industrial, fomentando la fundación de sociedades y, debido al proteccionismo estatal, creándose entre otras la Fábrica de Porcelanas del Retiro, la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara y la Real Fábrica de Aguardiente y Naipes. Con la aparición de estas construcciones emerge una nueva tipología edifcatoria en la ciudad. A principios del siglo XIX, durante el traslado de las Cortes de Cádiz, Madrid pierde el concepto de capitalidad y continúa siendo una ciudad artesana y gremial hasta que, en la segunda mitad del siglo se produce un desarrollo económico y derivado de este una expansión industrial. Se llevan a cabo grandes infraestructuras como el Canal de Isabel II y el inicio de la construcción de la red de ferrocarriles. Es entonces cuando comienzan a verse algunas chimeneas por el arrabal de Chamberí y, años más tardes, se van inaugurando distintos organizadores como la Sede de la Real Casa de la Moneda de España, las imprentas de Papel Sellado en la Calle San Mateo, las fábricas de cerveza de Leganitos entre Lavapiés y Santa Bárbara, fundiciones por las calles Daoiz y Velarde y Recoletos y la Fábrica de Vandergoten y Platería Martínez, popular en aquel entonces.

En 1900, con timidez, se van esparciendo talleres por todo Madrid hasta 1945. La crisis mundial de 1923 no repercute mucho en las nacientes empresas, pero las huelgas, los atentados e intranquilidad que siguieron a lo largo de estos años da lugar a la Memoria que publicó la Cámara Industrial en 1935: “En rigor, ninguna industria progresa; solamente se mantienen sin alarmante depresión las propiamente de consumo (alimentación, bebidas…) y otras de uso (perfumerías, jabones, textil…), a la vez que algunas industrias químicas y farmacéuticas que han conseguido conquistar y mantener algún mercado exterior. Las más importantes industrias, que son a la vez las más numerosas, se encuentran, en cambio, si no en completa decadencia, en instantes de graves crisis. Tal ocurre con la metalurgia, víctima de la competencia como resultado de una huelga de tres meses y una reducción a cuarenta y cuatro horas de la jornada semanal, sin que haya sido sufciente para su normalización la reintegración posterior a la jornada limitada.” 12

Debido a la Guerra Civil (1936-39), Madrid y con ello su industria quedaron destrozadas, así como también sus redes de gas, agua y electricidad; por lo que su reconstrucción y crecimiento económico comienza lentamente. La población aumenta ininterrumpidamente durante el siguiente decenio acompañada de una situación económica lamentable, por las terribles sequías sufridas y la falta de materias prima y de divisas. En estos momentos, no se aprecia industrias que emplee más de 500 obreros, considerada como gran industria. No será hasta 7 años después, infuenciado por la creación del Instituto Nacional de Industria -INI y la aprobación del Plan de Estabilización de 1959, cuando se comience a producir un cambio en el tamaño y el tipo de industria: “los 222 contribuyentes pasan a 1149, los metalúrgicos de 1854 a 3488, la industria química de 479 a 934, la cerámica, vidrio y cristal de 111 a 533, la de curtido, calzado y pieles de 396 a 829, las de alimentación y bebidas de 776, las de papel y cartón de 82 a 137, las de Artes Gráfcas de 1196 a 1750. Estas cifras no son solo importantes por el aumento de industrias, sino también por la aparición de la gran empresa, con muchos proyectos y ampliaciones que irán desarrollándose.” 13. En el Madrid de 1955 existían 222.000 empleados industriales asalariados y en 1973, 577.000. Es decir, bastante más de la mitad del total del empleo industrial actualmente existente ha sido generado en los 20 últimos años. En el mismo periodo la pro- porción de empleo industrial en relación con la población total ha crecido desde el 10,3 hasta el 14,3 y el porcentaje de participación en el total de empleo industrial de la nación ha pasado de ser 9,2 por 100 (en 1955) al 12,6 por 100 (en 1973) 14. Las nuevas empresas ya citadas, debido a su necesidad de crecimiento irán desplazándose hacia los núcleos periféricos de la capital. cambios industriaLes hasta La actuaLidad: vaciado y reconversión industriaL

Esta fase es fundamental para la industria madrileña, donde se puede decir que convergen todos los factores de crecimiento industrial que se siguen dando hoy en día. El desarrollo industrial que la ciudad madrileña ha experimentado es factor esencial para el crecimiento y la evolución, pero también es el desencadenante de problemas de congestión y contaminación que aún están por resolver.

Como ya se menciona anteriormente, la industrialización de Madrid ha sido fruto de su cualidad de centro urbano y administrativo de primera categoría y de su posición nodal en la red de comunicaciones. A causa de esto, el asentamiento industrial ha tenido lugar en franjas muy cercanas al núcleo central y su expansión ha sido radial, derivado de la creación de carreteras que conectan con el centro de la urbe. Sin embargo, aunque la nueva industria se va posicionando en zonas más periféricas generando los llamados complejos industriales, hasta mediados del siglo XX el casco urbano aún permanece congestionado por la pequeña industria de servicios, por lo que entre los años 1950 -1987 se procede al vaciado y a la descentralización.

Desde el punto de vista industrial, esto perjudicará en gran medida a los barrios del centro situados al sur, donde mucho de los solares de industrias se han vaciado o en otros casos, albergan construcciones que ya no sirven para el uso que se proyectaron. La mayoría pasan a ser suelo residencial, para aumentar así la ocupación y revalorizar el suelo, otorgando mayor altura a los edifcios. Una vez se inicia la construcción en estos solares las edifcaciones pasan de tener una o dos plantas a hasta seis, cambio por completo la visión en la ciudad de esta zona que hasta entonces se podría decir que había sido un ámbito poco poblado, alojando únicamente a los propios trabajadores de las fábricas y a sus familias.

Dentro de los núcleos sur de población residentes serán los barrios del distrito de Arganzuela los que cuenten con la parte industrial más dañina, insalubre y peligrosa, por lo que en los próximos años sufrirán un gran cambio en la confguración urbanística y en las tipologías edifcatorias existente. Además, cabe destacar que debida a esta industria se generan vertidos realizados en su mayor parte a través de ríos y pozos, perjudicando en gran medida al río Manzanares, dado el desuso de redes de saneamiento por aquel entonces.

Por otro lado, se lleva a cabo la reconversión de construcciones industriales relevantes que se conservan, pero que han quedado obsoletos para el uso que se edifcaron, como la Central Eléctrica de la calle Mazarredo destinado actualmente al Campus de Google o la Fábrica de Tapices, convertida en un centro de exposiciones de arte. Esto será posible gracias a la aprobación del Plan Nacional del Patrimonio Industrial que entró en vigor en 1975, donde se reconocerá la importancia de conservar en la memoria histórica muchos de los edifcios industriales existentes en el centro de la capital. “Dada la gran extensión que ocupa el distrito de Arganzuela, proponemos dos recorridos por diferente escenarios, para conocer la importancia que tuvo esta zona industrial, y aún sigue teniendo, como lo demuestran los modernos edifcios que acogen nuevas industrias existentes en el barrio.” 15

16 Ofcina de planifcación urbana integral (2016) «Diagnóstico participativo. Distrito de Arganzuela», Paisaje Transversal, septiembre. Disponible en: https://paisajetransversal.com/ portfolio/diagnostico-arganzuela/(Accedido: 13 de diciembre de 2022).

eL caso concreto deL barrio de arganzueLa

Conocido por ser la “sala de máquinas de la gran ciudad” o el histórico “barrio negro”, es uno de los distritos madrileños que más se ha transformado en las últimas décadas y padece grandes dicotomías y desequilibrios urbanos, sociales, culturales y económicos. 16. Este término se extiende hacia el este del río Manzanares, limitado por los distritos de Centro y de Retiro al norte y noreste, al este y sureste por Puente de Vallecas, al sur por Usera y al oeste por Latina y Carabanchel. Dentro de este distrito se distribuyen una serie de barrios: Imperial (021), Acacias (022), Chopera (023), Legazpi (024), Delicias (025), Palos de la Frontera (026) y Atocha (027).

Sus inicios se remontan al reinado de Felipe V e Isabel de Farnesio, quien introdujo una trama barroca en forma de tridente en un entorno rural, que contaba con una topografía acusada entre la cerca y el río. Continuará su hijo, Carlos III, cuya intención era transformar Madrid en una moderna capital. Las Delicias pasan de ser un territorio rural para convertirse en un eje de crecimiento del Prado-Retiro y de cultura ilustrada, según lo establecía la provisión de 1495. En este proceso de modernización se consigue crear un primer tejido industrial, con una nueva tipología de fábricas de grandes dimensiones, situadas en los extramuros de la cerca de Felipe IV. La primera se crea en la calle Santa Isabel la Real Fábrica de Tapices, trasladada en 1889 con proyecto de José Lema a la actual sede de Pacífco, en la calle Santa Bárbara, en las inmediaciones de la estación de Atocha sustituyendo el embarcadero de 1851.

Iniciando desde 1760, Carlos III trae la fábrica de Capodimonte de Nápoles a Madrid, encargando a José Gricci la construcción de la nueva Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro, destruida en 1812 y sustituida en 1817 por la Real Fábrica de Loza y Porcelana Fina de la Moncloa, que desaparece en 1850. Estas instalaciones abandonadas durante un tiempo se reformarán y ampliarán en 1920 con el proyecto de Luis Bellido y Leopoldo José Ulled, perviviendo actualmente como Escuela Madrileña de Cerámica de la Moncloa y Escuela de Arte Francisco Alcántara.

A partir de 1770, comienza la construcción del Real Canal del Manzanares, elaborado por Charles Lemaur y Burriel, realizando parcialmente un embarcadero y edifcios complementarios. Inicialmente este canal servirá para el transporte de yeso hasta Aranjuez hasta 1868 con la irrupción del ferrocarril de mercancías. Un decenio más tarde, en 1780, se inaugura la Real Fábrica de Tabacos, que conlleva posteriormente la construcción de dependencias como almacenes y talleres, como por ejemplo los almacenes de la calle General Lacy y de viviendas para las cigarreras y sus hijos. Hoy en día, se encuentra un centro de arte y la sede de las ofcinas Aguirre Newman. A pesar de que se empiece a hablar de elementos industriales importantes en la capital, este siglo terminará con un estado de degradación signifcativo, ya que el paseo barroco y el resto de trazado existente son simples caminos en mal conservación.

No será hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando la zona que desciende hacia el Manzanares por Delicias consiga consolidarse como industrial, gracias a la posición estratégica con la estación de Atocha como método de transporte mercantil y su posición cercana al río, para disponer de agua. Empezando con Standard Eléctrica, aproximándose a 4000 obreros; Osram y Comercial de Hierros Metálicas Madrileñas, comprendidas en el grupo de 300 a 500 y alrededor muchas otras pequeñas industrias: la Alcoholera, S.A, Linóleum, fábricas de cerveza, fundiciones ligeras, Fundición Tipográfca Nacional y diversos talleres metalúrgicos. Por otra parte, Madrid, se va mecanizando y modernizando, por lo que precisa múltiples talleres ofciales y semiofciales de servicios locales o nacionales, como la Casa de la Moneda, Tranvías, Metro, instalaciones de Gas, Unión Eléctrica Madrileña, talleres de la estación de Atocha, etc. Todo el siglo en adelante y hasta la primera mitad del siglo XX la industria prosperará y seguirá desarrollándose en el entorno. 17

Esta consolidación será interrumpida por el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1963, que supondrá el auge de la actividad industrial originada por el ferrocarril y que unos años más tarde, con la aprobación del Plan Especial de 1969 se consigue proceder a la recalifcación del suelo. Los solares pasan de albergar construcciones fabriles a edifcios de carácter residencial, lo que supone un cambio radical en el distrito y que será el inicio de la consolidación del actual paisaje urbano.

Por otro lado, tras la degradación de algunas zonas del contorno ferroviarias, a fnales de este siglo empieza a proyectarse el llamado Pasillo Verde Ferroviario 18, que soterrará y modernizará la estructura ferroviaria para la creación de un eje verde en el sur de Madrid, buscando una nueva continuidad en la ciudad y con la intención de que estos espacios sirvan a la ciudad como equipamientos públicos y lugares de renaturalización.

eL inicio deL ferrocarriL en madrid y Las transformaciones de La estación de atocha

La implantación de la primera línea ferroviaria instaurada en Madrid en 1851, cuando Atocha aún era un embarcadero que conectaba Madrid-Aranjuez. 5 años después se amplía el edifcio con una prolongación de los laterales y creando un vestíbulo independiente de salidas de viajeros y aparece la línea con la Compañía Madrid-Zaragoza-Alicante, para poder darle dos usos a la estación: tráfco de mercancías y viajeros. A partir de este momento, habrá un aumento signifcativo de la industria en la capital debido al éxodo rural, por las oportunidades que ofrecía la producción y se empiezan a instalar alrededor del contorno ferroviario. Al cabo de 24 años, en 1880 se inaugura la Estación de Delicias y poco después, Atocha sufre una transformación monumental, tras el incendio que quemó la cubierta de madera 1864. Se plantea un concurso para la reconstrucción de esta, que ganará el arquitecto Alberto Palacios junto con el ingeniero Saint James, que fnalizarán la obra en 189. Tras esto, en 1904, se aprueba el proyecto del tranvía eléctrico que conectará ambas estaciones. A partir de 1941, la estación pasará a manos de RENFE (Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles), ya que tras la Guerra Civil (1936-1939) las estructuras ferroviarias se ven muy afectadas y la Compañía MZA se ve sin posibilidades de fnanciarlo económicamente y es entonces cuando se produce la expropiación y nacionalización de la estación por el Estado. 18

A lo largo de esta mitad de siglo se van uniendo nuevas estaciones que componen el contorno ferroviario en ese momento y que crean una línea próxima al Manzanares, dada la importancia del agua en la industria. Esta línea ferroviaria transportará mercancías de todo tipo, desde yeso, hierro, tuberías, cerámica, hielo y gas hasta otras menores como algodones, papel o cartón y se consolidará en 1924. 19

A partir de 1950 decae la importancia económica, social y estratégica del ferrocarril por la mejora de carreteras y navegación aérea y siete años más tarde se pasa del tren de vapor al eléctrico que, tras el crecimiento de la ciudad, supone una mejora en la movilidad para los habitantes.

Poco después, se soterra el enlace entre Atocha-Chamartín, para una mejor confguración de la trama urbana y seguidamente, se hace un intento para solucionar los problemas de circulación en Atocha con el proyecto conocido como el “scalextric”, que constaba de enlaces viarios en tres pasos a distinto nivel sobre la que fue la plaza del emperador Carlos V y que al fnal no consigue resolver el problema sino que además provoca la pérdida del valor urbanístico del emplazamiento y esconde la estación aún más. En el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1985 se aprueba la «Operación Atocha», para desmontar el “scalextric”, remodelar la estación y revitalizar la zona.

Es en 1975, debido a la progresiva separación espacial entre los procesos productivos y el ferrocarril, cuando la Estación de Atocha empieza a ser exclusiva

20 para viajeros, traspasando el tráfco de mercancías a otra estación, la de Abroñigal. Gracias a esto, se conseguirá descongestionar el tráfco de la Estación de Atocha. Al año siguiente Valentín Barriga, gerente municipal de Urbanismo del Ayuntamiento plantea una nueva planifcación urbanística para Atocha, proyectando una zona permeable entre la estación y la avenida de la paz de zona verde, soterrando las vías ferroviarias y la estación. Finalmente, no se llegará a desarrollar, ya que existe un Plan Especial de Infraestructura del Transporte de Madrid que tiene como objetivo convertir la estación en la gran terminal Madrid-Sur.

Con la aprobación del nuevo Plan de Ordenación Urbanístico de 1963 que permitía la construcción de pisos y edifcios comerciales en la estación y terrenos adyacentes en 1977 se intenta derribar la estación, pero gracias a las protestas de la Asociación de Vecinos del distrito de Arganzuela no se consigue y al año siguiente se declara a la estación como conjunto histórico-artístico dentro de un Plan de Conservación y Protección de Edifcios y Conjuntos de interés Histórico-Artístico. Posteriormente, en la estación se suceden una serie de remodelaciones y ampliaciones para conseguir un mejor funcionamiento, destacando la transformación global de Rafael Moneo de 1992, que organiza el funcionamiento de la Estación de Atocha hoy en día.

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