CABÉCAR

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1 Étka

¿Yíbä́ rä bá? ¿Quién es usted?

 Kä́​̱́pákë́Conversación Mí̱ kö ju ska… FERNANDO: ¿Jíshta bá shkí̱ ná̱ ? JOSÉ: Yís shkí̱ ná̱ bai. ¿Atá bá? FERNANDO: Bai ñá̱kai. ¿Jíbaní̱ bá kie rä? JOSÉ: Yís kie rä José. ¿Atá bá? FERNANDO: Yís kie rä Fernando. JOSÉ: Fernando, ¿jé rä bá yaba? FERNANDO: Jó̱ ó̱ . Jí rä yís yaba. I kie rä Jorge. JOSÉ: ¿Má̱í̱ bás sé̱ r dä? FERNANDO: Sá sé̱ r dä Duchí. ¿Jí ju rä bá cha rä? JOSÉ: Kái. Jí ju rä yís mí̱kö cha. FERNANDO: ¿Yíba rä bá mí̱ kö? ¿Má̱né̱ rä bás ditsei wa? JOSÉ: Yís mí̱ kö rä Faustina. Sá ditsei wa rä Tsirúrúwák. FERNANDO: Jéra bá rä yís dua.

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 Mḯ​̱́kä́​̱́ ñä́​̱́ chákë́ Cuando nos saludamos –¿Jíshta bá shkí̱ ná̱ ? –Yís shkí̱ ná̱ bai. En cabécar, la fórmula de salutación típica es “¿Jíshtä́ bá shkḯ​̱́ná̱ ̈́ ?”, que en español significa literalmente a “¿Cómo amaneció usted?”. No obstante, ambas expresiones no son equivalentes, pues en español este saludo se utiliza solo durante la mañana, mientras que en cabécar se utiliza durante todo el día, incluso al caer de la tarde. Debido a este uso, el saludo cabécar es equiparable más bien a la expresión española “¿Cómo está?”. Es importante tener presente que, según las normas de cortesía ancestrales, la persona que debe saludar primero no es la que llega, sino la que ya se encuentra en el sitio. Antiguamente, cuando alguien llegaba a un lugar, debía quedarse callado esperando a ser saludado (es decir, ser recibido con aceptación). No estaba bien visto llegar y saludar. Hoy día estas normas han caído en desuso y es indistinto quién saluda de primero. En el habla rápida, es normal que la primera palabra de esta expresión se vea reducida a formas como ishä́ o shä́ o que desaparezca del todo. En este contexto, también es común que la nasalidad se retraiga a la vocal del pronombre bá y, consecuentemente, la be se transforme en eme. De esta forma, es posible escuchar expresiones como “¿Shä́ má̱̈́ shkḯ​̱́ná̱̈́?” y “¿Má̱ shkḯ​̱́ná̱̈́?”. Es frecuente que esta última forma se reduplique y se salude diciendo “¿Má̱ shkḯ​̱́ná̱̈́? ¿Má̱ shkḯ​̱́ná̱̈́?”. La respuesta a este saludo es “Yís shkḯ​̱́ná̱ ̈́ bä́ i” (“Yo amanecí bien”) o simplemente “¡Bä́ i!”. Algunos, sobre todo la gente joven, suelen intensificar esta frase y decir “¡Bä́ i ébä!” (“¡Solo bien!”). En caso de que la persona no se encuentre de forma adecuada, la cortesía exige que este término sea atenuado y se diga “¡Bä́ i yë́ná̱!” (“¡Más o menos!”). No es aceptable decir que uno anda “mal”. De este saludo, proviene la palabra chumasquina, la cual es un regionalismo propio de la zona de Turrialba. Este vocablo se usa como sustantivo para referirse e interpelar a los indígenas cabécares. Vale la pena aclarar que, debido a su carácter peyorativo, su uso no es recomendable.

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Para saludar, también se utiliza la forma “¡Shä́ ä́ !”, que equivale a “¡Hola!” y posiblemente sea una derivación del saludo anterior. Es importante aclarar que este saludo es sumamente informal y casi solo se utiliza con personas desconocidas, como cuando uno se topa con alguien en el camino y no puede (o no quiere) detenerse.

 Mḯ​̱́kä́​̱́ sá mí̱ kë́​̱́ Cuando nos vamos –¡S’ mé̱ pa! –¡Bai rä! Sá ñá̱ sú̱á̱ ní̱ bulía. –Sibö te bá wapeble. –¡Bá ñá̱kai! Cuando una persona se va de un lugar, la frase que se suele utilizar para despedirse es “¡S’ mé̱̈́pa!”, que equivale a “¡Adiós!” o “¡Hasta luego!”. Aunque es menos común, todavía se escucha esta expresión con el pronombre personal sin reducir (“¡Yís mé̱̈́pa!”). Si fueran varios los que se marchan, debe decirse “¡Sá mé̱̈́pa!”. Esta expresión solo la dicen quienes abandonan el sitio, pues originalmente significaba “¡Me fui!” o “¡Nos fuimos!”. Es frecuente también la expresión “Sá ñá̱̈́ sú̱á̱ ̈́ ní̱”, la cual significa literalmente “Nos vemos”. Antes o después de esta, puede agregarse algún elemento temporal o locativo y decir expresiones como las siguientes:

 Bóikía sá ñä́​̱́ sú̱ä́​̱́ní̱ . Nos vemos pasado mañana.  Sá ñä́​̱́ sú̱ä́​̱́ní̱ lunes. Nos vemos el lunes.  Sá ñä́​̱́ sú̱ä́​̱́ ní̱ tuíná̱ (ska). Nos vemos en la noche.  Sá ñä́​̱́ sú̱ä́​̱́ ní̱ yäkäklä juí ska. Nos vemos la soda. A las frases anteriores, se responde diciendo “¡Bä́ i rä!” o, de forma algo más informal, “¡Jä́ä́ !”. Ambas significan “¡Está bien!”. Es parte de la cortesía desearle a la persona que tenga un buen viaje. Para esto, se utiliza, sobre todo, la frase “Sibö te bá wapë́blë́”, que posee cierto carácter formal. Este enunciado significa “Sibú te acompañe”. A él, se responde diciendo “Bá ñá̱kä́ i”

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(“Usted también”). Un uso propio de los mayores es decirle a quien se marcha “¡Tsá̱ ̈́ ná̱ bá shkö́ wä́ bla wa!”, que significa “¡Camine con los ojos!”, es decir, que se vaya con mucho cuidado. Al abandonar una casa, los anfitriones suelen decir algo como “¡Bä́ i ébä sá yulë́ké̱̈́ní̱!” (“¡Está bien que vuelvan a visitarnos!”) o “¡Bá shkä́ní̱ ñá̱̈́ yulä!” (“¡Regrese a visitarnos!”).

 ¿Má̱ḯ​̱́ bá sé̱́r dä?

¿Dónde vive usted?

–Yís sé̱ r dä Cartago. ¿Atá bá? –Yís sé̱ r dä Orosi. Para preguntarle a alguien dónde vive, se utiliza la expresión “¿Má̱ḯ​̱́ bá sé̱̈́r dä?”. Este enunciado se compone del interrogativo má̱ḯ​̱́ ‘dónde’, el pronombre personal bá ‘usted’, la forma sé̱̈́r, la cual es una forma conjugada del verbo sé̱̈́ná̱ ‘vivir’ y la posposición dä, de la que se hablará más adelante. La respuesta sigue la misma estructura, obviamente mencionando el lugar dónde se vive. Es importante mencionar que los cabécares conservan topónimos propios para designar sus territorios. Además, a veces poseen un topónimo propio para comunidades y regiones que hoy día son habitadas mayoritariamente por personas hispanohablantes. Por ejemplo, el pueblo turrialbeño de la La Suiza en cabécar recibe el nombre de Suírí, que literalmente significa “Río del Conejo”.

ALGUNOS TOPÓNIMOS CABÉCARES Duchí

Chirripó

Jäkuí

Pacuare

Ká̱ Bár

Limón

Kuërí

Jicotea

Shalái

Platanillo

Shára Grano de Oro Los topónimos cabécares, por lo general, hacen referencia a algún río. Por eso, suelen terminar Tsí̱ní̱ Klarí Roca Quemada con el elemento dí~rí, que significa Túrí Turrialba precisamente ‘río, quebrada’. Cuando a lo largo de un río hay varias comunidades, de forma similar al español, se añaden los calificativos de “alto”, “bajo”, etc. Como ejemplo, puede mencionarse el caso de Jäkuí Täwä́ ‘Alto Pacuare’.

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 ¿Yíbä́ jé rä? ¿Quién es ese? –¿Tá yíba bá rä? –Yís dä Daniel. –¡Bai ébä jéra! Para preguntar por la identidad de alguien, se utiliza el pronombre ¿yíbä́ ? ‘¿quién?’, el cual puede encabezar la oración o colocarse al final. De esta forma, para preguntar “¿Quiénes son ellos?” puede decirse tanto “¿Yíbä́ rä ijéwá?” como “¿Ijéwá rä yíbä́ ?”. También puede ocurrir que el pronombre interrogativo se topicalice, esto es, que se coloque al inicio de la pregunta sin arrastrar, por así decirlo, la posposición dä/rä. Por eso, una pregunta como “¿Bás dä yíbä́ wá?” puede derivar en “¿Yíbä́ wá bás dä?”. Para responder, hay, como es de suponer, diversas posibilidades de respuesta. La más común de ellas es dar el nombre propio:

 Jé rä Carmen. Esa es Carmen. Si lo que se desea es preguntar directamente por el nombre de una persona, entonces se utiliza la pregunta “¿Jíbä́ ní̱ bá kië́ rä?” (“¿Cuál es su nombre?”). En esta pregunta se utiliza la forma interrogativa jíbä́ ní̱ que no tiene un equivalente directo en español. De momento, solo es importante entender que se utiliza para inquirir sobre cosas dichas y, por eso, solo se utiliza para preguntar por nombres, manifestaciones de personas o preguntas hechas. La respuesta a esta pregunta es una oración que, como segundo componente, contiene el nombre de la persona. Normalmente, el nombre no lleva ninguna marca, pero, de vez en cuando, este puede marcarse con la partícula ní̱, la cual recibe el nombre técnico de citativo. Ejemplos de lo anterior son las siguientes oraciones:

 Yís kië́ rä Rogelio. Mi nombre es Rogelio.  Yís yawa kië́ rä Alvin ní̱ . El nombre de mi hijo es Alvin. Para preguntar por el apellido se utiliza la expresión “¿Má̱né̱̈́ rä bá kië́ bata rä?”, que significa “¿Cuál es su apellido?”. Nótese que, en este caso, se utiliza la forma interrogativa ¿má̱né̱̈́? ‘¿cuál?’. La respuesta sigue el mismo patrón del nombre:

 Yís kië́ bata rä Obando. Mi apellido es Obando.

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Los apellidos cabécares son todos de origen español, lo cual se debe les fueron impuestos por la cultura dominante y, por ello, no representan de ninguna manera un origen genético común. Por eso, para los cabécares, el apellido no es un elemento cultural tan importante como lo es para la población no indígena de Costa Rica. De hecho, la gran mayoría de estos fueron puestos de forma arbitraria por sacerdotes o personeros del Estado costarricense para cubrir requisitos de tipo administrativo. Debido a ello, la cantidad de apellidos usados por los indígenas suele ser muy limitada. Además, no deja de haber cierto desorden o confusión con su uso. De hecho, no es raro que un indígena use dos o incluso más apellidos. Para los cabécares es más importante el clan (ditsë́i wä́ ), cuya naturaleza cultural se explicará más adelante. Los nombres de los clanes designan la familia a la cual se pertenece y son, en cierto sentido, el equivalente de los apellidos españoles. Para preguntar por el clan se utiliza también la forma interrogativa ¿má̱né̱̈́? ‘¿cuál?’, como puede apreciarse en el siguiente ejemplo:

 ¿Má̱në́​̱́ rä bá ditsë́ i wä́ ? ¿Cuál es su clan?  Yís ditsë́i wä́ rä Kjö́ lpanë́​̱́ wák. Mi clan es Kjö́lpanë́​̱́ wák (del Guarumo).

 ¿Má̱ḯ​̱́kä́ i ditsä́ ktä́ rä? ¿Cómo se habla el cabécar? Cláusulas ecuativas Las cláusulas ecuativas son aquellas que se utilizan para afirmar la identidad entre dos referentes. Por esta razón, las expresiones nominales que la forman son intercambiables entre sí. Nótese, por ejemplo, que puede decirse tanto “Juan es el médico” como “El médico es Juan”. Como se puede apreciar, en español, este tipo de cláusulas se forman mediante el verbo ser. En cabécar, como en muchas otras lenguas del mundo, no existe un verbo de este tipo. Oraciones como estas se forman uniendo los elementos nominales y marcándolos con la posposición dä~rä. Las posposiciones son elementos gramaticales iguales a las preposiciones, solo que en lugar de colocarse antes de las expresiones nominales, se colocan después. Muchas lenguas del mundo tienen posposiciones en lugar de preposiciones. El cabécar es una de ellas.

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La posposición dä~rä debe colocarse Alejandro rä yë́ria. obligatoriamente a la primera frase nominal que Alejandro rä yë́ria rä. aparezca en la cláusula, la cual recibe el nombre técnico de tópico. De forma opcional, puede TÓPICO COMENTARIO colocarse luego de la segunda, a la cual se denomina comentario. En este caso, la expresión cobra un claro sentido enfático. En cabécar, la negación de las cláusulas ecuativas se hace agregando el operador negativo ká, el cual tiene la capacidad de moverse dentro de la oración, y el auxiliar kú̱ ̈́ ná̱, que normalmente se coloca al final de la frase. CLÁUSULA AFIRMATIVA

Jé aláklä rä yís mḯ​̱́kö.

CLÁUSULA NEGATIVA

Ká jé aláklä rä yís mḯ​̱́kö kú̱ ná̱. Jé aláklä ká rä yís mḯ​̱́kö kú̱ ná̱. Jé aláklä rä ká yís mḯ​̱́kö kú̱ ná̱.

Es importante tener presente que, cuando la oración es negativa, no aplica la repetición del elemento dä~rä señalada antes. Los siguientes son ejemplos de cláusulas ecuativas:

 ¿Yíbä́ rä ijéwá rä? ¿Quiénes son ellos?  ¿Ijéwá rä yíbä́ rä? ¿Ellos quiénes son?  Ijé rä jawá rä. Él es un médico indígena.  Ijé rä jawá. Él es un médico indígena.  Ijé ká rä jawá kǘ​̱́ná̱. Él no es un médico indígena.  Yís dä Rogelio. Yo soy Rogelio.  Yís dä ká Rogelio kǘ​̱́ ná̱. Yo no soy Rogelio.  María rä ditsä́ . María es indígena.  Ká María rä ditsä́ kǘ​̱́ná̱. María no es indígena.

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Nótese que este tipo de oraciones han sido traducidas en presente. Sin embargo, en cabécar, de forma general, las oraciones no se encuentran ancladas en un tiempo específico. Esto es una diferencia muy notable con el español, que posee complejos sistemas de marcar el tiempo en los verbos. Po eso, para señalar que algo ocurre en pasado o futuro, es necesario agregar adverbios o expresiones adverbiales a la oración, tal y como se aprecia en los siguientes ejemplos:

 Kä́​̱́ mí̱̈́í̱ le ra yís dä jawá. Yo fui jawá hace tiempo.  Yís dä jawá. Yo soy jawá.  Má̱í̱̈́skale ra yís dä jawá. Yo seré jawá algún día.

Pronombres personales El sistema pronominal del cabécar incluye las siguientes formas personales:

ékla uno, singular

älwíí varios, plural sá nosotros exclusivo y no marcado

yís yo séjé nosotros inclusivo

bá usted

bás ustedes

ijé él, ella

ijéwá ellos, ellas

Como puede apreciarse, la peculiaridad más relevante de este conjunto es la existencia de dos pronombres para la primera persona plural. Se trata de una diferencia entre una forma inclusiva (séjé) y una exclusiva (sá), la cual además actúa como la forma no marcada. La primera se usa cuando quien habla incluye del conjunto a las personas con quienes habla y excluye a terceras personas. La segunda, en cambio, excluye a los interlocutores, pero incluye a las terceras personas. Esta forma también puede usarse a veces, de forma general, para referirse a “todos” (el que habla, el que escucha y las terceras personas). Sin

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embargo, en estos casos, normalmente, suele manifestarse no por medio de su forma plena, sino a través de la forma reducida sä. Para entender mejor esto, considérese que hay dos médicos indígenas que hablan con algunas personas que no tienen este cargo. En este caso, ellos pueden decirse a sí mismos “Séjé rä jawáwá” (“Nosotros somos médicos indígenas”, y se sobrentiende que “Ellos no los son”). Sin embargo, si aquellos con quienes conversan también son médicos indígenas, entonces dirán “Sá rä jawáwá” (“Nosotros somos médicos indígenas”, pero sobrentendiendo “Tanto ellos como yo lo somos, usted no lo es”). En este último ejemplo, la inclusión de la segunda persona sería una interpretación posible de acuerdo con el contexto (o sea, si hubiera una reunión de este tipo de personas), pero, en el habla más común de Chirripó (sobre todo, la de la gente joven), se prefiere en casos como estos recurrir a la forma reducida del pronombre y decir “Sä rä jawáwá” (“Nosotros somos médicos indígenas”, es decir, “Yo, usted y ellos que están ahí somos médicos indígenas”). De forma esquemática, puede representarse esta situación de la siguiente manera:

💬 👤👤 👥 séjé

💬 👤👤 👥 sá

💬 👤👤 👥 sá → sä

Una característica gramatical adicional de los pronombres personales es que algunos de ellos tienen la facultad de presentarse por medio de una forma reducida. En esta lección, hemos visto que yís se puede presentar como s’ y que i es una forma opcional de tercera persona. Igual sucede con sá y bá que puede aparecer como sä o bä, cuando preceden a una palabra con núcleo vocálico oral, o sá̱ o má̱, si la palabra que les sigue contiene vocales nasales. De forma esquemática, podemos presentar esta situación mediante el siguiente cuadro:

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FORMA PLENA

FORMA REDUCIDA

yís

s’

ijé

i

sä/sá̱

bä/má̱

Demostrativos Los demostrativos son palabras cuya función primordial es situar un determinado objeto en el contexto espacial en que se da la comunicación. Las lenguas del mundo difieren en la cantidad y el significado de demostrativos. No es de extrañar, entonces, que el cabécar posea una cantidad mayor que el español. Sin embargo, en el entorno más próximo al hablante, la distinción es la misma: hay uno para señalar la cercanía con el hablante y otro para indicar cierta distancia de este:

jí kal este árbol

jé kal ese árbol

Al igual que en español, este tipo de palabras pueden aparecer solas (en función pronominal) o modificando a un sustantivo. En este último caso, siempre se colocan a la izquierda del elemento nominal que determinan:

 Jé rä jawá. Ese es un médico indígena.  Jé jäyí rä jawá. Ese hombre es un médico indígena.  Jí rä yís kuta. Esta es mi hermana.  Jí busí rä yís kuta. Esta muchacha es mi hermana.

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Determinación posesiva Para expresar la idea de posesión, simplemente el sustantivo que funciona como poseedor se antepone a aquel que designa el poseído:

 mḯ​̱́kö ju la casa de la abuela  yë́ ria kië́ el nombre del cazador  María él la hermana de María El principio anterior se aplica también para los pronombres personales, los cuales antepuestos a un sustantivo equivalen a los pronombres posesivos del español:

 bás ju su casa, la casa de ustedes  séjé kuta nuestra hermana, la hermana de nosotros Finalmente, es importante aclarar en este apartado que los equivalentes de expresiones como “Esa casa es mía” o “Esta gallina es de Juan” son construcciones formadas con la posposición cha, la cual señala al propietario de algo. De esta forma, los enunciados anteriores deben traducirse en cabécar de la siguiente manera:

 Jé ju rä yís cha. Esa casa es mía.  Jí óshkoro rä Juan cha.

Esta gallina es de Juan.

Partículas contestativas Para responder los enunciados interrogativos el cabécar cuenta, al igual que en español, con dos palabras: jó̱̈́ ó̱̈́ ‘sí’ y kái ‘no’. Algunas poblaciones, sin embargo, prefieren utilizar la forma tá ‘sí’ en lugar de jó̱̈́ó̱̈́. También es muy común manifestar estar de acuerdo con algo utilizando la expresión “¡Bä́ i rä!” (“¡Está bien!”). Son menos comunes (pero igualmente posibles) las fórmulas “¡Jé rä bä́ i!” o “¡Jä́ ä́ !”. Esta última tiene un marcado carácter informal y solo se usa en ambientes de mucha confianza.

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Sobre la forma kái, hay que tener en cuenta que, de forma similar a lo que sucede en inglés, la forma negativa de contestación es diferente de la utilizada a lo interno de las oraciones para negar.

 ¡Sá te i shë́ bä́ i! ¡Digámoslo bien! Como se vio antes, el cabécar posee también cinco vocales nasales. Para emitirlas de forma adecuada, sencillamente hay que dejar salir el aire por la nariz. En español, solemos generar vocales nasales cuando decimos la expresión “mi mamá me ama”. Aprender a pronunciar estos sonidos correctamente es muy importante, pues en cabécar existen muchas palabras que solo se diferencia por la presencia de la nasalidad. Escuche y practique la pronunciación de estas vocales en las siguientes palabras, que solo de diferencian por la marca de la nasalidad:

 ká papá  kä́​̱́ lugar

 jár quelite  jä́​̱́r hueco, hoyo

 shá chile  tséná̱ estornudar  shä́​̱́ aguacate de  tsë́​̱́ná̱ enfriarse montaña

 jí este  jḯ​̱́ tórsalo

 óná̱ engordarse

̈́​̱́ ná̱ hacerse o

 suá ropa

 sú̱ä́​̱́ ver (perf.)

 kuá morder (perf.)

 kú̱ä́​̱́ encontrar (perf.)

 ¡Jíkä́ i ditsä́ kä́​̱́ së́​̱́ në́​̱́ wä́​̱́ rä! Así viven los cabécares Dentro de la cultura cabécar, un aspecto que resulta de trascendental importancia es la existencia de personas que han recibido un conocimiento especializado sobre algún aspecto particular de su vida cultural y religiosa. Se trata de los así llamados cargos tradicionales cuya función y posición social siempre ha estado bien determinada dentro de la sociedad cabécar y constituyen, por ello, un pilar dentro de esta. Ellos son, en su mayor parte, quienes resguardan el conocimiento ancestral sobre historias y costumbres. Para llegar a detentar uno de estos cargos, se debe recibir un entrenamiento específico con un maestro, el cual puede llegar a durar varios años, pues requiere no solo clases individuales, sino también de la participación en rituales específicos que deben llegar a dominarse a la perfección para ejercer en algún momento el oficio. Antiguamente, también existían restricciones de tipo familiar. No todas las

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familias podían acceder a todos los cargos. Había clanes que tenían el privilegio de proveer al pueblo determinado tipo de cargos. Esto solía ser así también porque los cargos se aprendían de tío (nú̱á̱) a sobrino (nú̱ḯ​̱́ bä) por línea materna. En la actualidad, los cargos tradicionales están en peligro de extinción. Algunos ya han desaparecidos y de otros, solo quedan personas muy ancianas. Los jóvenes ya casi no se preparan para ejercer estas posiciones sobre todo porque implica una larga y compleja formación que no están dispuestos a asumir. Además, la escuela y las nuevas formas de trabajo asalariado han dejado muy poco tiempo disponible a la población para emprender este tipo de entrenamiento. Finalmente, habría que decir que la invación de la cultura dominante en Costa Rica es un factor clave en su decadencia, pues, en general, los yökö́sabawá no suelen entender bien este tipo de manifestaciones culturales y las ven de forma despectiva, por no decir que las rechazan de plano. En la jerarquía, el principal de los cargos cabécares lo ejercía el Usécar (Uséklä). Vivía en San José Cabécar (Sá̱ Ká̱̈́ ska), donde aún residen sus parientes. Pertenecía al clan Kóktúwák, cuyos miembros solo pueden casarse con alguien del clan Tëkäbíwák. Se cuenta que, a los primeros miembros de estos clanes, Sibö los trajo del mundo inferior. Ellos no fueron sembrados como maíz. Vinieron como personas desde el principio. Sibö los puso a cuidar las matas de maíz. Uno al principio de la siembra y otro al final. El Usécar actuaba solo cuando había un problema grave que afectaba a toda la comunidad. Ayudaba a que las cosechas fueran prósperas e intervenía en casos de desastres, como plagas, enfermedades muy severas o inundaciones. Tradicionalmente, los indígenas de Chirripó viajaban todos los años en el tiempo de verano a San José Cabécar a visitarlo. Los indígenas se organizaban, recogían una ofrenda (trastes, ollas, ropa, etc.) y marchaban por la montaña. El viaje duraba unos diez días. Al llegar, le entregaban todo. Aparentemente, el último Usécar murió en la década de los cuarenta. Tampoco existe ya el cargo de cantor funerario (ksäklä), pues se extinguió más o menos por la misma época que el Usécar. El ksäklä era la persona encargada de cantar en la ceremonia fúnebre ante el cuerpo con el fin de que su alma tuviera un buen viaje hasta el mundo de Sulá, señor del inframundo. Sus cantos eran acompañados de maracas y un tambor sin membrana de resonancia que se tocaba con un palo, el cual es conocido en español con el nombre de teponaztli.

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A continuación, se explican cada uno de los cargos tradicionales existentes actualmente en el pueblo cabécar. Se presentan de dos en dos, puesto que todo cargo masculino siempre se corresponde con uno femenino.

jawá

sí̱á̱̈́ tá̱mḯ​̱́ í̱

Son las personas encargadas de curar las enfermedades (duë́). Su función es diagnosticarlas y sugerir la planta que se requiere para sanar a la persona. Para ello utilizan las piedras sagradas (sí̱á̱̈́). Por medio del canto, el médico habla con las piedras y estas hacen un sonido con la cual revelan el tipo de enfermedad que tiene la persona. Luego, también por medio del canto, prepara las plantas medicinales para que cumplan de forma adecuada con su función.

Se trata de la encargada de cuidar las piedras sagradas. Solo ella, además del médico (jawá), puede tocarlas. A ella le corresponde además hacer los bolsitos en los que estas se guardan. Las sí̱á̱̈́tá̱mḯ​̱́ í̱wá se preparan al mismo tiempo que el jawá con una sí̱á̱̈́tá̱mḯ​̱́ í̱ mayor. La idea es que cuando el jawá está formado, listo para graduarse, ya esté lista también la sí̱á̱̈́tá̱mḯ​̱́ í̱. Es decir, por cada médico debe existir una encargada de las piedras.

jótá̱mḯ​̱́ í̱

Los jówá son los encargados de enterrar a los fallecidos. Cuando una persona muere, se deben llamar al menos dos de ellos, pero lo ideal es contar con cuatro. A ellos se le suman, dos jótá̱mḯ​̱́ í̱wá, quienes deben purificar al enterrador luego de la ceremonia, y una cantidad variable de aprendices. Hay un enterrador principal que se encarga de envolver al muerto en bijagua y mastate con la ayuda de sus aprendices. Luego lo ponen en una varilla para poder jalarlo. Entonces vienen los cuatro sätë́blawá, quienes cargarán al muerto hasta el cementerio (pö́).

Es la mujer encargada de purificar al enterrador una vez que este ha inhumado el cuerpo de alguna persona. La jótá̱mḯ​̱́ í̱ calienta agua, luego va a traer las hojas de anís estrella (pírkä) y, cuando el agua hierve, echa las hojas ahí. Esta agua se usa tibia. La persona que va a purificarse se lava las manos, la cabeza y luego todo el cuerpo con ella.

bikákla

ná̱má̱̈́í̱tá̱mí̱

A los bikáklawá les corresponde repartir, a Es la mujer encargada de hacer la bebida los que están sentados en la banca, el sagrada de chocolate que repartirán los chocolate hecho por las mujeres que tiene bikáklawá. el cargo de ná̱má̱ ̈́ í̱tá̱mí̱. Lo hace sobre todo cuando se realiza una ceremonia por el fallecimiento de una persona. También

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lo hace en otros eventos, como la inauguración de un rancho.

sätë́bla

yátiä

Son las personas encargadas de hacer una ceremonia en los velorios con el fin de que alma llegue bien al mundo de Sulá. Para llevar a cabo la ceremonia, se requieren cuatro de ellos. Cabe acotar también que ellos no cantan, como otros cargos tradicionales. Los sätë́blawá repasan la vida de una persona y los actos que hizo en este mundo. Con base en eso, hacen el ritual. En sus labores son acompañados por la yátiä.

Son las mujeres que ayudan al sätë́bla a hacer el ritual fúnebre para que el alma llegue bien donde Sulá. Para la ceremonia se requieren dos, una principal y otra que solo se encarga que purificar las manos. La yátiä principal se encarga de majar con unas piedras pequeñas (como mollejones en miniatura) granitos de maíz y cacao para hacer con ellos una simulación de atol y chocolate que simboliza la sangre de la persona fallecida.

bulúi

tá̱mḯ​̱́ í̱

Son los varones encargados de hacer el ritual que asegure la prosperidad o abundancia de algunas propiedades, animales o cosechas. De esta forma, existen ju bulúi, chíchi bulúi, tsalá bulúi, chó̱ bulúi, óshkoro bulúi, chí̱mó̱ bulúi y kuä́ bulúi. Sus labores son diferentes según el tipo de objeto que se vaya a ritualizar. Los ju bulúi, por ejemplo, hacen dibujos en los postes de las casas que están inaugurando, entre otras labores. Con los animales, en cambio, no se hace ningún dibujo. A estos se les suele pasar hojas y se les da una dieta especial durante tres días para finalmente ser purificados junto con sus dueños con un baño, entre otras actividades.

Es la mujer encargada de colar la chicha ritual (dië́i) que, en las ceremonias llevadas a cabo por la inaguración de un rancho o la compra de un animal, será repartida por el bikákla. Es importante mencionar que este tipo de chicha se cuela a mano, no con colador. Según la ceremonia en que participe, esta mujer recibe denominaciones específicas tales como ju tá̱mḯ​̱́ í̱, tsalá tá̱mḯ​̱́ í̱, kö́chi tá̱mḯ​̱́ í̱, chó̱ tá̱mḯ​̱́ í̱, chíchi tá̱mḯ​̱́ í̱, etc.

Cabe destacar que no existen palabras específicas para designar las ceremonias tradicionales del pueblo cabécar. De forma general, todo tipo de ceremonia o ritual se denomina diei ye, expresión que significa “bebida de chicha ceremonial”, justamente porque en todas estas se bebe una chicha especial, la cual se preparada exclusivamente para ser bebida en dichos rituales. Esta chicha es hecha con banano maduro y tiene la peculiaridad de ser más espesa que la chicha común, pues, a diferencia de esta, no se cuela. No se bebe en guacal, sino en un

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recipiente hecho con hojas de una especie de platanillo llamado sipák. Ni los jóvenes ni las mujeres embarazadas pueden beberla. Los encargados de hacer esta chicha son un hombre y una mujer encargados de llevar a cabo el ritual. Tal y como se vio antes, a ellos se les llama bulúi y tá̱mḯ​̱́ í̱, respectivamente. Por ejemplo, en la inauguración de una casa, hay un ju bulúi y una ju tá̱mḯ​̱́ í̱. De forma semejante, la ceremonia por la compra de una vaca es dirigida por un báka bulúi y una báka tá̱mḯ​̱́ í̱. En los velorios, sin embargo, los encargados de la ceremonia son el jó y la jótá̱mḯ​̱́ í̱, como se explicó antes. A la expresión dië́i yë́, debe anteponerse el motivo del ritual. Por ejemplo, si se trata de la ceremonia por la inauguración de una casa, se dice ju dië́i yë́ (ju es ‘casa’). Si es el velorio de un muerto, entonces se dice ñá̱̈́ dië́i yë́ (ñá̱̈́ designa al cadáver en este caso). Hoy día, prácticamente solo se hacen ceremonias en estos dos casos (inauguración de casa y velorio), aunque algunos pocos todavía conservan la costumbre de hacer una cuando compran un animal (perro, caballo, vaca) o siembran banano o maíz.

 Ktë́ Vocabulario Los cabécares socialmente se organizan en clanes matrilineales (ditsë́i wä́ ). Estos clanes son la base esencial de sus relaciones sociales y de algunos otros aspectos (como en antaño, la tenencia de la tierra). Cada persona pertenece desde el nacimiento al clan de su madre. La necesidad de estar adscrito a un clan es tan imperiosa, que aquellos quienes son hijos de un hombre indígena y una mujer blanca (y que, por lo tanto, carecen de clan) no suelen ser aceptados como legítimos indígenas. Existen varios clanes cabécares: Tsirúrúwák, Kabékwák, Kjóswák, Julabuluwák y Kjö́lpané̱̈́wák, por mencionar algunos casos. Nadie puede casarse con una persona de su mismo clan, incluso si no son, consanguíneamente hablando, parientes en sentido legítimo. Por ejemplo, un hombre Tsirúrúwák no puede desposarse de ninguna forma con una mujer Tsirúrúwák, aunque viva en otro sitio, nunca la haya visto y no está relacionada con ella genéticamente. Si lo hiciera, cometería incesto, que es uno de los actos más infames que puedan cometerse dentro del mundo cultural bribri y cabécar. Cabe mencionar también que existen clanes que se consideran “hermanos”, es decir, que no pueden casarse entre ellos. Tal es el caso de Kjö́lpané̱̈́wák y Tsirúrúwák. Los miembros de estos clanes no pueden casarse entre ellos, a pesar de ser clanes

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diferentes. No obstante, ambos pueden perfectamente casarse con, por decir algo, una persona Kabékwák. Si alguien tiene relaciones con una persona de su mismo clan o un clan hermano, puede ser castigado por ciertos animales que resguardan, por así decirlo, que no se cometa incesto. Algunos de ellos son la sanguijuela (chítkä), la anguila (dikabá), la lagartija de montaña (julík), la chirbala (kirë́kö) y el cocodrilo (tiri). Se dice, por ejemplo, que algunos de estos animales atacan a la persona introduciéndose en el ano de los hombres o la vagina de las mujeres hasta asesinarlos. En el caso de la anguila y el cocodrilo, se dice que arrastran a la persona a las pozas donde ellos viven para ahogarlos. Los nombres de los clanes provienen, por lo general, de una planta, un árbol, un animal e incluso de algún objeto inanimado. Tsirúrúwák es, por ejemplo, el ‘clan del cacao’ (tsirú en cabécar), Kjóswák es el ‘clan del roble’ (kjós en cabécar) y Sú̱lḯ​̱́ pawák es el ‘clan del venado’ (Mazama americana), animal cuyo nombre actual es due en cabécar (el bribri sí conserva el término original; en esta lengua, sú̱lì̱̱́ es ‘venado’). Normalmente, existe una historia que cuenta la razón por la cual un determinado clan recibe su nombre. Se trata de relatos que explican cómo vino a este mundo o apareció por primera vez la mujer que lo fundó (recuérdese que se trata de clanes matrilineales). Por dar un ejemplo, sobre el clan Mó̱buluwák, cuyo nombre está relacionado con mó̱ ‘nube’, se cuenta lo siguiente: Había una vez una muchacha que iba a lavar a una quebrada en la que se hacía una nube. De en medio de esa nube, salía un hombre que pretendía a la muchacha. Alguna gente, solía ir a verlos. Al tiempo, la mujer quedó embarazada y tuvo una niña. Entonces, todo el mundo sabía que ella era hija del hombre que salía de la nube; por eso, a ella y sus descendientes les pusieron como nombre Mó̱buluwák. En lo que respecta al léxico de la familia, el cabécar es radicalmente diferente al del español. Esto se debe a la existencia de los clanes matrilineales, los cuales exigen distinguir, por medio del vocabulario, entre los miembros de la familia materna (que pertenecen a mi mismo clan) y los de la paterna (que son miembros de un clan diferente). Además, suele hilarse más fino en las líneas femeninas de la genealogía, pues, como se dijo, los clanes se transmiten a través de las mujeres. En relación con la ascendencia por línea directa, se diferencia tanto al padre (ká) como a la madre (á̱mḯ​̱́ , palabra más neutral, o mḯ​̱́ ná̱, término que denota más cercanía y cariño) y a la abuela paterna (júyäkä́ ) de la materna (mḯ​̱́ kö). Recuérdese

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que esta última es la que constituye el origen del clan al que pertenece la persona. En el caso de los abuelos varones, solo existe un término (táchí), independientemente del clan al que pertenezca. Todo ello puede apreciarse con detalle en el siguiente esquema:

⚤ yís

♂ ká ♀ júyäkä́

̈́ na̱ ̈́ ♀ a̱ mi̱/mi̱ ♂ táchí

♂ táchí

̈́ ♀ mi̱kö

En la descendencia por línea directa, se repite este patrón, pues, en cabécar, muchos términos son recíprocos, o sea, se utilizan tanto en una dirección como en otra. En la segunda generación, esto no ocurre, pues no existe un término específico para hijos, estos se denominan simplemente yaba/yawa ‘niño’, palabra que no tienen distinción de sexo. Pero en la tercera generación, los nietos y los abuelos se denominan a sí mismos de forma recíproca. Un hombre entonces llama a sus nietos táchí y estos nietos lo llama a él de la misma forma. La palabra táchí, entonces, significa tanto ‘nieto’ como ‘abuelo’. Lo mismo ocurre con las mujeres, con la particularidad de que estas distinguen los nietos que son de su mismo clan, de los nietos que no lo son. Todo ello se puede apreciar de una mejor manera en los siguientes esquemas:

♂ yís

♀ yís

⚤ yaba

⚤ yaba

⚤ táchí

⚤ táchí

̈́ ⚤ mi̱kö

⚤ júyäkä́

Con respecto a los parientes laterales (hermanos y sobrinos), hay una diferencia sustancial entre hombres y mujeres. Las mujeres comparten con sus hermanas los hijos y, por eso, denominan yaba/yawa a sus sobrinos por línea femenina, igual que a los hijos que han parido ellas mismas. En cambio, a los hijos de sus hermanos (que ellas llaman jäkë́), dado que pertenecen a un clan diferente (en este caso, el clan de su cuñada), poseen una denominación particular (káyeké). Esto puede apreciarse de una mejor manera en el siguiente esquema:

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♀ a̱ mi̱ ̈́ ♀ él

♀ yís

♂ jäke ̈́

⚤ yaba

⚤ yaba

⚤ káyeké

Los hombres no comparten los hijos, pero sí diferencian a sus sobrinos dependiendo de si pertenecen o no a su mismo clan. A los hijos de sus hermanas (que ellos llaman kuta) los denominan nú̱ḯ​̱́ bä y a las hijas, má̱ḯ​̱́ bä. Los hijos de sus hermanos varones, que no pertenecen a su clan, sino al clan de su cuñada, se denominan dabái. Gráficamente, esta situación puede representarse de la siguiente forma:

♀ a̱ mi̱ ̈́ ♀ kuta

̈́ ♀ ma̱ i̱bä

♂ nu̱ ibä ̱ ̈́

♂ yís

♂ él

⚤ yaba

⚤ dabái

Al analizar los dos esquemas anteriores, es importante hacer una aclaración sobre el término él. Su significado exacto es ‘hermano del mismo sexo’. Una oración como “Jé rä Hannia él” significa ‘Esa es la hermana de Hannia’, pero si se dice “Jé rä Kenneth él” se está diciendo ‘Ese es el hermano de Kenneth’. Debido al uso de esta palabra, los otros términos son de uso exclusivo según el sexo. Así, jäkë́ es ‘hermano’, pero solo de una mujer. De forma semejante, kuta es ‘hermana de un hombre’. Una mujer no tiene kuta, ni un hombre tiene jäkë́. Finalmente, con respecto a los tíos y primos, se hace una diferenciación por el clan, lo cual implica, como ya se ha dicho, separar a la familia por el lado paterno de la familia por el lado materno. Aquí también se presenta el fenómeno de los términos recíprocos. Por el lado del padre, los tíos reciben, según su sexo, los nombre de káyeké y dabái. Nótese que son los mismos términos antes vistos para sobrino y sobrina. Esto se debe a que ellos se interpelan de la misma forma. Un tío paterno llama a sus sobrinos dabái y estos a su vez lo llaman a él dabái. Los mismo sucede con káyeké.

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En lo que respecta a los primos, estos se distinguen también de acuerdo con el clan. Como se vio antes, las mujeres comparten los hijos y llaman “hijos” a la prole de sus hermanas. Siguiendo esta lógica, las personas llaman “hermanos”, según las distinciones antes expuestas, a sus primos que son del mismo clan, es decir, a los hijos de su dabái, que seguramente estará casado con un pariente de su madre. Los otros primos que no son del mismo clan se denominan duä́ . Para una mejor comprensión, considérese el siguiente esquema: ♀ júyäka ♀ káyeké

♂ ká

⚤ dua

⚤ yís

♂ dabái ♀ kuta

♂ jäke

⚤ él

Del lado materno de la familia, se aplica la misma lógica. Las personas denominan á̱mḯ​̱́ ‘madre’ no solo a sus progenitoras biológicas, sino también a las hermanas de ella, es decir, aquellas que en español serían las tías maternas. Consecuentemente, los hijos de estas son hermanos. Al tío materno, se le llama nú̱á̱. Sus hijos, como no son del mismo clan, son denominados duä́ . Todo ello puede verse mejor en la representación incluida a continuación: ♀ mí̱kö ♀ á̱mí̱ ♀ kuta

♂ jäke

⚤ él

♀ á̱mí̱

♂ nu̱a̱

⚤ yís

⚤ dua

En épocas antiguas, el nú̱á̱ cumplía un papel muy importante, pues asumía muchas funciones típicas que, en la sociedad occidental, asume un padre. Eso se debe a que era el pariente masculino del mismo clan de las personas. Los cargos tradicionales (como ser jawá), por ejemplo, solían pasarse de un nú̱á̱ a su nú̱ḯ​̱́ bä y no era raro que este llegara a convertirse en su suegro (nú̱á̱̈́jkḯ​̱́ , en cabécar). Finalmente, cabe señalar que no existen términos específicos para los cónyuges. Las mujeres llaman a sus maridos sencillamente jäyí ‘hombre’ y esto las llaman a ellas aláklä ‘mujer’. También existe el término sé̱̈́ná̱klä, un derivado del verbo sé̱̈́ná̱ ‘vivir’, que se usa de forma indistinta por unos y otros. Sí existen palabras diferentes

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para los parientes políticos, las cuales son de uso recíproco: nú̱á̱̈́jkḯ​̱́ es ‘suegro’ y también ‘yerno’ y yak es ‘suegra’ y ‘nuera’. Este sistema puede parecer complicado a ojos del mundo occidental, donde impera un sistema que solo distingue entre sexos y generaciones sin diferenciar los parientes maternos de los paternos. Pero, a luz del sistema clánico matrilineal del cabécar, es completamente consistente. En efecto, dado que existe una prohibición total de casarse con alguien del mismo clan, llamar “hermanos” a los primos hijos de las tías maternas es una estrategia muy efectiva para evitar que se cometan relaciones de tipo incestuoso con ellos.

Shká​̱́blë̈́

Ejercicios

Bá jë́​̱́ k shö́ Hable de usted mismo Yís kië́ rä

Marjorie

Yís kië́ bata rä Yís ditsë́ i wä́ rä Yís së́​̱́r dä

Jé ktë́ kúkö́ Conteste las preguntas

👵 👱 👳

¿Jíshtä́ bá shkḯ​̱́nä́​̱́? Yís kië́ rä Eulalia Ortiz. Yís dä ditsä́ busí rä. Jí rä yís yaba. I kië́ rä Daniel. Jé rä ijé mḯ​̱́kö. I kië́ rä Amada. Jé rä jótá̱mí̱̈́í̱ . Sá së́​̱́r dä Shára. Bë́ná̱ sá ditsë́ i wä́ rä Julabuluwák. ¿Atá bá? ¿Jíbä́ ní̱ bá kië́ rä? ¿Má̱í̱̈́ bá së́​̱́r dä?

 ¿Yíbä́ rä Eulalia?

 ¿Má̱në́​̱́ rä Eulalia kië́ bata rä?

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 ¿Má̱̈́í̱ ijéwá së́​̱́r dä?

 ¿Jíbä́ ní̱ Eulalia yaba kië́ rä?

 ¿Yíbä́ rä Amada?

 ¿Amada rä sí̱ ä́​̱́tá̱mí̱̈́í̱ ?

 ¿Má̱në́​̱́ Amada ditsë́ i wä́ rä?

 ¿Má̱në́​̱́ Daniel ditsë́ i wä́ rä?

Ktë́ parwö́ Complete i parwäklä

Juan él

duláklëi.

ditsä́ rä.

Yís

yë́ ria rä.

Bás

jawáwá.

Jí yaba Yís júyäkä́ ¿Bás táchí së́​̱́ r Ká bikákla

yökos̈́ aba kteḯ wa

Martín duä́ . Bolobatawák. Jäkuí? i dabái kǘ​̱́ ná̱.

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Kä́​̱́pákë́ párwö́ Complete el diálogo

―Yís shkḯ​̱́nä́​̱́ bä́ i. ¿Atá bá?

―Jö́​̱́ö́​̱́. Jé rä jawá ju. ―¿Bá rä jawá? ―Kái.

―Jawá rä jé jäyí.

―Jawá kië́ rä Aníbal Reyes.

―Yís dä jawá él.

I jä́​̱́r pshíwö́​̱́ Complete el cuadro Mí̱ ká̱ i she…

Jéra i kúke…

¡S’ mé̱̈́pa! ¡Sá ñá̱̈́sú̱á̱ ̈́ ní̱! ¿Jíshtä́ bá shkḯ​̱́ná̱ ̈́ ? Sibö te bá wapë́blë́ ¡Tsá̱ ̈́ ná̱ bá shkö́ wä́ bla wa!

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Ditsä́ ktë́ i wa, ¿jíbä́ ní̱ i shë́ rä? ¿Cómo se dice en cabécar?  Este río se llama Pacuare. jí diglö kie rö jekui.

 ¿Cómo se llama ese muchacho?

 Entonces esa es la abuela de Daniel.

 ¿Quién es esa muchacha?

 Esa muchacha es mi hermana.

 ¿Esa es la casa de ustedes?

 Sí, esa es nuestra casa.

 ¿Cómo se llama su hijo?

 ¿Usted es indígena?

 No, yo no soy indígena.

 ¿Dónde vive el médico indígena?

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 ¿De quién es esta casa?

 Esta casa es de mi hermano.

 ¿Cuál es el clan de su esposa?

 Ella es del Clan del Cacao.

 ¿Su tío materno es enterrador?

 Sí, mi tío materno es enterrador.

I mä́​̱́ bläklä

Comprobación

I shtö́ bulë́ ë́ Seleccione correctamente ¿Jíshtä́ bá shkḯ​̱́ ná̱̈́? 1. La respuesta a la pregunta anterior es A) Yís shkí̱̈́nä́​̱́ bä́ i yë́ ná̱. B) Ijé shkí̱̈́nä́​̱́ bä́ i ébä. C) ¡Bä́ i ñä́​̱́ kä́ i! D) ¿Atá bá? Yís mḯ​̱́ kö shkḯ​̱́ ná̱̈́ ▒▒▒. 2. ¿Qué palabra completa la expresión anterior? A) olë́ ë́ . B) yë́ ria rä. C) kipáá rä. D) bä́ i ébä.

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¿Jíbä́ ní̱ bá mḯ​̱́ kö kië́ rä? 3. La respuesta a la pregunta anterior es A) Ijé kië́ rä Fernando. B) Ijé kië́ rä Faustina. C) Yís kië́ rä Rodrigo. D) Bá kië́ rä Isabel. Yë́ria kië́ bata rä ▒▒▒. 4. ¿Qué palabra completa la expresión anterior? A) Jäkuí. B) Jawá. C) Pedro. D) Ortiz. ¿Jíbä́ ní̱ bá ▒▒▒. 5. ¿Qué palabra completa la expresión anterior? A) së́​̱́ r dä? B) kië́ rä? C) séjé rä? D) ditsë́ i wä́ rä? ¿Yíbä́ rä bá? 6. La respuesta a la pregunta anterior es A) Jí ju rä yís ká cha. B) Yís dä bá nú̱á̱. C) Bá rä yís duä́ . D) Sá rä yë́ riwá. ¿Bá rä ▒▒▒? 7. ¿Qué palabra completa la expresión anterior? A) yökö́ saba ná̱? B) chíchi rä? C) jíbä́ rä? D) mä́​̱́ tka? ¿Má̱né̱̈́ rä bás ditsë́i wä́ ? 8. La respuesta a la pregunta anterior es A) Sá rä Tsirúrúwák. B) Sá rä González. C) Sá rä Túríwák. D) Sá rä yë́ riwá.

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¡Sá ñá̱̈́ sú̱á̱̈́ní̱ bulía! 9. La respuesta a la expresión anterior es A) ¡S’ më́​̱́ pa! B) ¡Bá ñä́​̱́ kä́ ! C) ¿Atá bá? D) ¡Bä́ i rä! ¡Sibö te bá wapë́blë́! 10. La respuesta a la expresión anterior es A) ¡S’ më́​̱́ pa! B) ¡Bá ñä́​̱́ kä́ ! C) ¿Atá bá? D) ¡Bä́ i rä! ¿▒▒▒ bá sé̱̈́r dä? 11. ¿Qué palabra completa la expresión anterior? A) ¿Jíshtä́ ? B) ¿Jíbä́ ní̱ ? C) ¿Yíbä́ ? D) ¿Má̱í̱̈́? Ijé sé̱̈́r dä ▒▒▒. 12. ¿Qué palabra completa la expresión anterior? A) Shára Bata. B) Kabekwák. C) Alfonso. D) Brenes. Kái. Ká jí rä María ju kú̱̈́ná̱. 13. La pregunta que la oración anterior responde es A) ¿Jí rä María ju ná̱? B) ¿Jí ju rä María cha? C) ¿Má̱í̱̈́ María së́​̱́ r dä? D) ¿Jíshtä́ María ju rä? Les corresponde repartir, a los que están sentados en la banca, el chocolate hecho por las mujeres que tiene el cargo de ná̱má̱ ̈́ í̱tá̱mí̱.

14. ¿Yíbä́ jé rä? A) Jé rä jó. B) Jé rä jawá. C) Jé rä sätë́ bla. D) Jé rä bikákla.

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Es la persona encargada de enterrar a los muertos. Solamente ellos pueden tocar el cadáver de una persona fallecida.

15. ¿Yíbä́ jé rä? A) Jé rä jó. B) Jé rä jawá. C) Jé rä sätë́ bla. D) Jé rä bikákla.

Se trata de la encargada de cuidar las piedras sagradas. Solo ella, además del jawá, puede tocarlas.

16. ¿Jíbä́ ní̱ jé aláklä kië́ rä? A) Ijé kië́ rä ná̱mä́​̱́í̱ tá̱mí̱ . B) Ijé kië́ rä sí̱ ä́​̱́tá̱mí̱̈́í̱ . C) Ijé kië́ rä jótá̱mí̱̈́í̱ . D) Ijé kië́ rä yátiä.

17. ¿Cuál de los cargos tradicionales cabécares posee un canto sagrado? A) El jó. B) El jawá. C) El sätë́ bla. D) El bikákla.

Ditsä́ ktë́ i wa, ¿jíbä́ ní̱ i shë́ rä? ¿Cómo se dice en cabécar? Esta mujer se llama Catalina. El hombre se llama Manuel. Manuel es el marido de Catalina. Ellos no son indígenas, ellos son hispanos (“blancos”). Viven en Turrialba. El gato es de Catalina, pero el perro es de Manuel.

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