Mia bonita 2017

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el cabaret de los afectos… Autor: MARIO SUÁREZ Director: JORGE PARRA CORPORACIÓN ZONA ESCENA


Yo confieso ante Dios y ante ustedes hermanos… Hablé y escribí mi vida al punto de hacerla un negocio. De mis “desgracias, abusos, orfandades, exilios, suicidios y resurrecciones” Todo el mundo saca provecho de las lágrimas y los lamentos, yo a la palabras caricias y besos, que en conclusión… es lo mismo. Mario Suárez.

Foto: Gabriela Serrano

QUE ES MÍA BONITA En Mía Bonita se conjugan diversos géneros, artes escénicas, música y artes visuales; aborda lenguajes y estéticas muy contemporáneas, ligadas también al Cabaret Queer – Gótico Poner en escena “Mía Bonita” es la necesidad de hablar de nosotros y a la vez hablar de un universo circundante

carente de voz, pero lleno de recuerdos, pesadillas, miedos y prohibiciones; “Mía Bonita” no pretende ser profética ni mesiánica, es solo una forma de mirarse al espejo y monologar con nuestras-mis propias interrogantes, (las del autor) cuestionamientos, y, encontrar respuestas?, es un espectáculo con música inédita, cantada en directo, que surge de la propia vivencialidad del autorprotagonista.


Mía Bonita es un musical confesional, escrita e interpretada por Mario Suárez. Es una historia de amorhumor, es una farsa trágica altamente crítica; su estructura es la de una pieza escénica multidisciplinaria, ubicada en el performance. El origen de todo está en el descubrimiento sexual de un niño de 7 años, en el campo de un pueblo de la costa, los miedos y las culpas de saberse diferente frente al rechazo de una sociedad religiosa, su posterior relación con Dios por medio de la filosofía y teología y por último una vida sexual libre llena de encuentros y desencuentros en la gran ciudad (Guayaquil) dio lugar a un espectáculo musical. …Una apuesta arriesgada, pero con una base firme. Mía Bonita tiene en escena serios y comprometidos artistas: Mario Suárez, Vanessa Guamán, Maribel Domínguez , Alejandro Yagual, Michelle Mena, Miguel Palacios, en la dirección general está Jorge Parra Coreógrafo, docente, actor-bailarín profesional y gestor cultural.

La obra tuvo su origen en el dormitorio de su autor, con la lectura e idea de Mía Bonita se fueron involucrando artistas visuales y músicos desde el departamento de Vínculo con la Comunidad del Instituto Tecnológico Superior de Artes del Ecuador (ITAE). Mía Bonita ha participado en cinco festivales internacionales. •

Festival Internacional Artes Escénicas Guayaquil 2014

Festival Internacional de Teatro de Manta 2014

Festival Internacional de Teatro de la Habana - Cuba 2015

Festival Internacional Zonas Liberadas Ibarra 2015

Festival Internacional Artes Vivas de Loja 2017


Quienes somos

te campo, desarrolladas a partir de procesos de investigación y laboratorios y sostener en el tiempo un repertorio creado a partir de nuestra identidad, con proyección universal.

Zona Escena en una organización no gubernamental, sin fines de lucrocuenta con colectivo de profesionales dedicados a la investigación formación, producción y difusión de las artes escénicas, en la ciudad de Guaya- Visión quil, con proyección nacional e interZona Escena tiene como visión fundanacional por más de 15 años mental, fortalecer la escena local, y ampliar el campo de acción de las arMisión tes escénicas vivas, con lenguajes inFormar profesionales en las artes es- novadores, a partir de procesos de incénicas, desarrollar un público cóm- tercambio, entre instituciones y profeplice, que se vuelva cada vez más exi- sionales de similar actividad, y; desarrollar el campo de la gestión privada gente, difundir crear y proponer espectáculos, métodos y técnicas en es- como eje principal de su accionar y sostenimiento en el tiempo.


LO QUE SE HA DICHO DE MÍA BONITA Y NOTAS DE PRENSA


Mía bonita es un canto necesario, es una bandera, es un grito que se hace oír; es un espectáculo de gran factura. Tiene muchísimas certezas, muchísimas virtudes y una teatralidad coherente, saludo la dramaturgia de Mario, él logra una risa culpable pone el dedo en la llaga. los puntos sobre las íes. Las canciones están integradas como la piel a la carne, arropan a la teatralidad de la obra y vaya que es jodido cantar en escena sin hacer paréntesis o disociaciones, me encantaron los zapatos pero ojo: hay gay prejuiciosos como heterosexuales prejuiciosos, Mario y Vanessa me encantaron, el resto no desentona llegan a ser como el coro protagonista, y está bien que así sea, es bastante cinematográfica, positivamente ese trabajo debe salir ya se irá ajustando en el camino, hay convicción repito hay certezas hay aciertos hay magia y espectáculo hay color y me gusta tanto porque no hay oportunismo, sé que no es por moda qué se trata un tema tan actual tan controvertido, tan polémico en dónde gentes e instituciones tienen un discurso

solapado para tratar de quedar bien con las minorías a veces es panfleto y está bien que así sea, no es momento para andarse con medias tintas con discursos tibios y Mía Bonita es una gran obra un acto de resistencia, felicitó la altura con la que han parido este trabajo gracias por traer a Manta Gracias atentamente Raymundo Zambrano Director Grupo Palo Santo Manta Ecuador


MÍA BONITA… el cabaret de los afectos

Por: Rut Román

El espectáculo multimedia se inicia con un aquelarre de cinco cuerpos reptantes que recuerdan el temor mítico a la potencia destructiva de la feminidad, seguido de imágenes de San Antonio de Padua. Con este contrastante preámbulo se ha establecido el tono irreverente y procaz en el que Mia bonita nos contará su vida. La magnífica performance de Mario Suárez se inicia frente al espejo de un vanity que le sirve de puerto y nido. Su monólogo autoreflexivo arranca con el parlamento: “era el año 1976 cuando un niño delicado, diferente crecía…” su evocación, las imágenes y sonidos que se proyectan remiten a la calidez pegajosa del trópico suscitador de lubricidad erótica. El espectáculo va y viene entre el show drag de variedades con baladas como “Soy más” y la reminiscencia de una infancia tocada, adulterada por adultos que gustan del juego del silencio con los niños: “no se lo digas a nadie…” Mia bonita se construye, se funda y se afirma en y desde el cuarto propio, si para Virginia Wolf su estudio de escritora fue su territorio habilitante; para Mia bonita su camerino es donde se reinventa cada

noche frente al espejo. En el acto de ser sujeto y objeto de su propia reflexión, se muestra como síntoma y barómetro de las tensiones que la convención social genera. En esta línea, y con el afán por desnaturalizar la “normalidad” de las asignaciones de género, el sketch de la pareja queer recibiendo la confesion de heterosexualidad de su hijo subraya los excesos ridículos del teledrama que escenifica la tradición familiar. El humor va en crescendo en el episodio autobiográfico del niño delicado y diferente convertido en seminarista que no acierta a expiar tanto pecado y culpa en un cuerpo que se supone termina en el ombligo, de ahí para abajo, nada existe. La poesía mística le ofrece una voz aliada en la redondilla de Sor Juana: “Este amoroso tormento/que en mi corazón se ve,/ sé que lo siento y no sé/la causa porque lo siento./ Siento una grave agonía/ por lograr un devaneo, /que empieza como deseo/ y para en melancolía”. La sublimación hermana la poesía mística con el deleite erótico y la escena imposta un talante religioso que le sirve para tomar aliento hacia la farsa.


Se cuenta el periplo de Lucy y Fer (Lucía Fernanda) quien sufre de amoroso tormento mirando a los arcángeles, por eso, exiliado del paraíso, fue a dar a Sodoma y Gomorra de donde salió agobiado de tanto fuego y destrucción para terminar en un baño turco: caliente y húmedo llamado “guayas-quil”. La graciosa diatriba no cesa hasta dar con el primero y más grande de los homofóbicos: diospadre y diosmío. Nada menos que Él mismo responde (con arrogante e ibérico acento) para increparla tildándola de mala copia, gafe, etc. Ella, reafirmada en la autonomía y propiedad de su cuarto, su historia y su cuerpo, responde: “yo me encontré, hice un pacto con mi vida y es mía”. Mía bonita devela la construcción cultural de género con humor, talento y exageración propia del espectáculo Drag que escenifica con magníficos vestuarios y sobreactuada impostación la representación del género o su carácter performático. El Drag evidencia la verdad profunda del género como inscripción en cuerpos pretendidamente

pasivos receptores de tales asignaciones. Si el género es una construcción, hace falta preguntarse a quién le sirve y cómo funciona esa construcción. El número final se mete con la democracia y el discurso político, con esto termina el arrebato con que Mía bonita cuestiona a la institucionalidad toda; no ha quedado títere con cabeza: le dió duro a la familia, a la religión, al amor, al estado y a la política. Felicitaciones Zona Escena, a Mario Suárez por su talento y valentía, y a Jorge Parra por su dirección.

© Rut Roman Argus-a Artes & humanidades Vol. IV Edición Nº 14 Octubre 2014 ISSN: 1853-9904 California - U.S.A.

Bs. As. – Argentina


Su monólogo, ante un espejo, lleno de reflexiones íntimas, va descubriendo ese transitar por un escenario creado por los otros que le obliga a tomar una ruta, y otro interno que le pide a gritos ser él. Esa dualidad del ser y no ser, dentro una atmósfera conflictiva, marcada por un hogar tradicional donde se lo confronta a diario, en el que debe saborear la no aceptación de su padre, que ve crecer a un hijo diferente, que no tiene las características asignadas por la sociedad para el género masculino, que es un ser que trasgrede los cánones del machismo, por eso ya adolescente debe huir, refugiarse en la religión en un afán desesperado de buscar algo que le mitigue su “afrenta” pero allí en medio de la flagelación, a la que le llevan el celibato del seminario, por los supuestos pecados de la carne, encontrará su identidad, su marca, buscará un espacio más grande, más liberal; una ciudad, en la que millones pululan, un mundo más amplio, donde a nadie le importa si existes y hay cabida para todos, un mundo donde se irá asumiendo en la diferencia o como lo dice él “yo me reencontré, hice un pacto con mi vida y es mía”.

MÍA BONITA, UNA SAETA AL ALMA Libertad Regalado Espinoza En el marco del Festival Internacional de Teatro, organizado por la Trinchera, Zona Escena, presentó una obra que trastoca lo usual, una historia desde el otro lado, de ese negado tantas veces, vilipendiado, excluido, donde cohabitan millones de seres humanos, a los que muchos no terminan de aceptarlos. Mario Suárez, el ser humano, con excelentes dotes para el canto y la actuación, en un ambiente lúdicodramático, cuenta (el actor) la vida de un niño “diferente, sensible” que viene al mundo en 1976, en un pueblo con calles polvorientas, casi perdido de la costa ecuatoriana, un pueblo como cualquier otro, con tabúes propios de una sociedad que desde la religión quiere controlar los apetitos sexuales, un pueblo donde los adultos irrumpen con sus deformados códigos pasionales en la vida de los niños y niñas, obligándoles a no delatarlos, a comulgar con un silencio infamante, donde se esconden la bajas pasiones.

En esa búsqueda de su identidad, trata de encontrar el origen de sus preferencias sexuales, y allá en la génesis del mundo descubrirá a los ángeles expulsados, dados de baja, los que construyeron un nuevo cielo, y una ciudad, justo en ese lugar donde el sol del medio día es totalmente perpendicular, para no dejar morir su bella estirpe. Fortalecido por ese hallazgo, busca un nombre que se acople a lo que él/ ella es ya definido en su nuevo rol: “Mía Bonita” será su autorealización. Este es uno de logros artísticos de la obra, proyectar estos dos universos a través del diálogo, canto, música, danza, pero sobre todo de la sátira. El director, Jorge Parra, con mucha ironía, en la puesta en escena, recurre a los drag, personaje transgénero que utiliza la indumentaria socialmente asignada al género opuesto, aquí en la obra como en la vida real la intención de los drag es burlarse de las nociones tradicionales del género binario. Se apoya además en el uso de proyecciones y de la danza, donde hay un despliegue de escenas que acompañan al monólogo, en un exceso de describir con imágenes, lo que el actor expresa a través de su parlamento y sus cantos. Una significativa obra, necesaria, que hay que saborearla, porque que devela el lado más duro de la vida de seres humanos cuyas preferencias sexuales, a pesar de todas las evidencias de su existencia, sigue sobre el tapete.


Mía Bonita: Un cabaret donde nada es subjetivo (revista gkillcity.com)

Un musical drag sobre la diversidad y la violencia. En esta obra dirigida por el coreógrafo Jorge Parra, la otredad se viste de plumas, se sube en tacones, baila y grita, para mostrarse con fuerza y obligarnos a mirarla de frente. El tocador, sitio habitual de los confesionarios femeninos, es el escenario desde el que se desarrolla “Mía Bonita, el cabaret de los afectos”, una obra dirigida por Jorge Parra, que se presentó el pasado fin de semana en el en el Auditorio Simón Bolívar, antiguo MAAC Cine y que fue parte de Festival Internacional de Artes Escénicas (FIARTES), en agosto pasado. Mía –personificada por el actor Mario Suárez– es un hombre transexual, diosa de cabaret y bailarina, y que se prepara para una última canción. Mientras esto ocurre, habla con Bebé, su gato, el oyente de todas sus quejas, en un acto que se transforma en una especie de catarsis. El personaje no tiene nada de la sensibilidad plañidera con la que hemos aprendido a asociar la discriminación. Él escupe en la cara de sus torturadores, incendia la sociedad mojigata que alguna vez lo vejó y exige aceptación a gritos, sin excusas ni perdones. Y de esto, Mario lo conoce todo: la obra refleja diferentes episodios de su vida y sus tribulaciones.

“En un pueblo pequeño un niño debe ser bien varón y una niña bien mujer”. Mía empieza su relato en voz baja, pero el volumen y la fuerza de la obra van creciendo durante el espectáculo. Mía describe las burlas que sufrió en su ciudad natal desde los siete años por ser considerado afeminado. Habla del acoso de su primo, y de su búsqueda de Dios solo para descubrir que ese ser del que le hablaron tampoco ama a los homosexuales. Suárez y sus bailarines (Vanessa Guamán, Maribel Domínguez, Alejandro Yagual y Abel Rodríguez) recrean el

cuento bíblico de Lucifer: un ángel homosexual que es expulsado del paraíso cuando Dios, masculino y vengador, descubre lo que él ha estado haciendo con sus ángeles. “Yo, entonces, no creo en ti”, le grita Mía. El acto termina con una pelea, entre el Omnipresente y el ángel ‘descarriado’. “¿Sabes quién es un maricón?” –le pregunta al gato Bebé, mientras viste una capa de plumas y camina sobre unas altísimas plataformas– “Es el que abusa de los más débiles y entre estos abusadores están los religiosos y todas las personas que me juzgaron sin conocerme’”. Ambas escenas, matizadas con una cuidadosa estética, vestuario y maquillaje, son las más fuertes interpretaciones de la obra.

La música es el corazón de “Mía Bonita”. Los diálogos están entrelazados con fragmentos de canciones, principalmente del género gótico y cabaret. A estos ritmos los acompaña una narración coreográfica, en la que los bailarines que la ejecutan añaden impacto a la historia, con dramatizaciones que al mismo tiempo son pasos de baile. Sin embargo, es una danza triste, en la que la nostalgia es un elemento recurrente para Mia y su vida contada en las tablas. Al final, entre aplausos y ovaciones, Suarez cuenta que la carta de suicidio que lee en algunos fragmentos de la obra es real, forma parte de su historia de vida. Contrario a un final, este texto representó un nuevo comienzo, de donde nació el primer boceto de la pieza teatral. “Mía Bonita” es una obra íntima, cruda y brutalmente honesta, que habla de las complejidades de la otredad y de todas sus consecuencias en una sociedad que no está lista para mirar a la cara todo aquello que se considera diferente, pero sobre todo, este musical drag logra incomodar al espectador de una manera subversiva y necesaria. Leonor Narváez Tomado de: http://gkillcity.com/articulos/cual-es-lavoz/mia-bonita-cabaret-donde-nada-es-subjetivo



MÍA BONITA O EL CABARET DE LOS AFECTOS León Sierra Y esto, no solamente hoy en día es un valor, sino que siempre lo ha sido, cuando hablamos de textos dramáticos. Pareciera que la mirada sobre un espectáculo pudiera agazaparse detrás del no tan simple análisis lingüístico, sin embargo, es más, debe de serlo. Caso contrario el hecho escénico se arrumaría en cualquier estante de biblioteca analógica perdido, olvidado y depreciado como hoy está el objeto libro. Afortunadamente obras y esfuerzos escénicos como éste, donde sudor, sonido y colores arman un complejo dispositivo que nos recuerda cómo es gozar como espectador en una butaca de teatro, aún cuando esta no exista o sea una silla de plástico. Aquello en la confianza de la mirada que desea y aquel que deviene en objeto y placer mientras hace lo que tiene que hacer para decir lo que tiene que decir. Algo pasa encima del escenario que nos sienta y nos engancha. Valor del texto como primera sensación.

El espectáculo de Mario Suárez, coreografía de Jorge Parra, es un pequeño juguete cerca de la violencia, como el espectáculo que alguna vez idearon Santiago Roldós y Pilar Aranda y que lo trabajaron a partir de un par de piezas de Brecht, gran espectáculo recuerdo. Así mismo, y me parece que nada gratuitamente, la fuga de la memoria me ayuda a hablar es este otro espectáculo, sensibles texto y actuación principal de este bailarín, actor y hoy también cantante de Guayaquil. En relación al texto, y para no perder el hilo con el que empecé este ejercicio de mirada escénica, me parece que la obra tiene una suficiente entereza dramática, con algo más de acción en la palabra que el común denominador de los ejercicios dramatúrgicos de nuestros contemporáneos. Y ya se agradece. Esto quiere decir que ni el puestista, que no sabemos con certeza si es el mismo Suárez o si Parra, ha colaborado, a parte de coreografiar, con ideas de puesta en escena y dirección teatral, ni tampoco el actor, tienen que adornarse de demasiados esfuerzos para dotar de verdad a lo que ocurre, ya que de verdad ocurren cosas en el texto. Amén de las que aquellas procuren con acciones físicas, disposición escénica o iluminación y música.

Más allá de esto y siguiendo con la propuesta textual, pongamos un puente al estilo. El Cabaret de los Afectos, dice con tono provocador el subtítulo de la obra, y, ciertamente que el cabaret es el lugar destinatario para ciertos afectos como un estereotipo quizás e incluso como mecanismo del discurso de poder para estigmatizarlos. Afectos reversos, inversos afectos, diversidades de lo génito-afectivo más presentes en espacios oscuros y de los márgenes escénicos, así nace el cabaret berlinés que es algo más que un pequeño espectáculo para un pequeño espacio. Más bien, aprovechando la estrechez del lugar (como en los autobuses donde el tacto manda y es lenguaje), en el cabaret, la cercanía del público obliga a romper la cuarta pared y ejerce fuerzas insospechadas en dramaturgos y actores, que poco a poco, convierten el imperativo del margen por sofisticación del lenguaje escénico (y obviamente de las prácticas, incluso de aquellas del público, que lo nombra, lo delimita e incluso le da un lugar de enunciación, recordemos la vibrante película de Bob Fosse), y claro, creando estilo. Hay entonces, un deseo de pertenecer a este lugar, que yo identifico en el puestista de Mía Bonita, pero obviamente una obligación de pertenencia de la voz narrativa y poética del dramaturgo, Mario Suárez, coincidental o no coincidentalmente protagonista de esas palabras,


léctica, ensucian la puesta o la adornan con demasiada literalidad. No es culpa del esfuerzo de los y las bailarinas, sin embargo la puesta en escena, con esa cuarta pared, con esa distancia, obliga a otra cosa y aleja al espectáculo del empeño cabaretero. No quiero terminar estas palabras sin recordar un pequeño monólogo de un gran artista de la escena española, bastante conocedor del género y, por cierto, militante de la causa gay, Miss Shangay Lily. En él, Shangay dice, en boca de su personaje, que es el/ella mismo/a, “me preguntan… <<¿Dónde actúas?>>, <<Delante de ti, en este mismo momento, sonriendo como si me gustase que intentes encerrarme en algún cabaret de mala muerte donde tú puedas ser el visitante y yo la fiera en su correspondiente jaula>>… Pues bien, como ahora vamos a hablar de mí, aclaremos esto antes de seguir: yo NO me considero humorista… Ser humorista y homosexual es como ser un puerco y director de relaciones publicas del camal…”

dueño de ese cuerpo y fuelle de tan magnífica voz. Hay un deseo personal detrás de la composición técnica y seria del abigarrado personaje protagonista, de la propia marica que es Mía Bonita, un deseo altamente sensible. Me parece que si algo juega en contra en este espectáculo, es precisamente la tercera mirada que hace elipsis por estas reflexiones y nos presenta un espectáculo con una cuarta pared, detrás de la cual el público se agazapa tranquilo, y detrás de la cual vemos con terrible esfuerzo a los actores dar saltos de pirotecnia que no ayudan al maestro Brecht en su empeño porque, en este género, en este estilo, no solo le ocurren cosas al actor, sino principalmente al público. Ese riesgo y ese temor que tenemos los actores cuando antes, durante y después del espectáculo somos vulnerables.

Decisiones como la del coro de bailarines con algún desequilibrio entre ellos o con una clara descompensación frente al protagonista que más que brindarle dia-

Elementos para reflexionar, desde el valor indiscutible de este espectáculo. Su estética, deliciosamente trabajada en vestuario y maquillaje, es más punk, verdadera y pertinente para esta sociedad ecuatoriana y para su medio cultural, que cualquiera de las seis o siete películas de factura nacional, pretendidamente punk que han inundado las salas de cine en estos dos últimos años. Esperemos que las salas de teatro de Guayaquil, Quito y las demás ciudades de este país, empiecen a disputarse su programación. Enhorabuena.

http://www.elapuntador.net/revista/el-apuntador-nro59/critica/mia-bonita-entre-la-presentacion-y-larepresentacion-autor/


MÍA BONITA: ENTRE LA PRESENTACION Y LA REPRESENTACIÓN La estética expresionista de esta propuesta de Jorge Parra, el director, a partir del texto de Mario Suárez y la colaboración de un elenco compuesto por Vanessa Guamán, Maribel Domínguez, Alejandro Yagual y Abel Rodríguez, quienes entregan todo su contingente en escena, sitúan a esta obra como una de las preponderantes producciones del 2014.

La primera imagen que percibimos es ese ‘mundo al revés’, está captada como una toma en cámara lenta que enfoca y se detiene en cuerpos cuyos pies están hacia arriba, ataviados con grandes zapatos que recuerdan a los coturnos griegos, ligados a la tragedia, a la opción de caminar en ellos para poder ser divisados. En esa situación el silencio se escucha, la angustia y violencia en los rostros, la expresión de los cuerpos delinean el abtract del texto que enseguida va a convertirse en historia: la de un niño de tan solo siete años que desde entonces fue violentado por ser diferente. La obra tiene como hilo conductor la memoria de su protagonista y a través de su voz el regreso en el tiempo que va escribiéndose con el cuerpo y la palabra. Una puesta en escena que toma varios lenguajes para amalgamarlos en uno solo. La danza aparece como referente, como punto de partida para este performance que también traspasa sus fronteras; una teatralidad que opera para amplificar el gesto y la palabra y al mismo tiempo coloca a esta fábula en dos niveles: el de la presentación y la representación. Mía Bonita.El cabaret de los afectos Mía Bonita.El cabaret de los afectos, Vanessa Guamán Su protagonista, Mario, Mía, Mía Bonita es quien lleva el ritmo de esta obra cuya denominación puede ser el musical, teatro drag con buena dosis de farsa, qué más da. Lo cierto es que pone sobre el escenario un espectáculo en donde percibimos también dos instancias del discurso: la del recuerdo y lo teatral. Se dice que representar es volver a presentar. Suárez se presenta cada vez que sube al escenario, coloca ante el espectador un suceso que no imita, es propio, lo vive y se vuelve ‘cierto’ frente al público,
 y ocurre asimismo

que esta memoria que se encuentra traducida a texto (publicado en esta edición) se transforma simultáneamente en ficción y en fábula que habita el ámbito de la representación. La dinámica entre el protagonista y los actores se establece como una tensión entre presentación y representación, en cuanto vemos el escenario como el espacio para vivir y hablar de esas tantas muertes y resurrecciones; de las transformaciones sufridas por el personaje. Y vemos también la ‘representación’ de un mundo habitado por signos humanos, por estos alter egos que dan cuenta de su universo particular y de un mundo otro, que indiscutiblemente no es ficción. Mía Bonita, Abel Rodríguez, Maribel Domínguez , Alejandro Yagual , fotos: Daya Ortíz y Gabriela Serrano Mía Bonita se sostiene en una estructura musical y del musical. Ella es el centro de la acción y narración. Las escenas se enlazan y suceden cada vez que Mía se sienta en su tocador, se mira al espejo y desde ahí pareciera


emerger el recuerdo que se convierte en acción. El coro/cuerpo de baile tiene un rol preponderante porque ensancha no solamente la palabra sino que se convierte en resonancia social; sus cuerpos obran como signos multiplicadores de una ética y estética que se manifiestan para provocar, reclamar y enarbolar un discurso que los visibilice en un mundo donde se pretende ignorarlos. Ell@s son sus verdaderos interlocutores, porque aquellos 
a los que la protagonista se dirige, si bien algunos son seres concretos y cercanos que incidieron en su vida, no están ya para responder. Los otros son instituciones, entes de poder carentes de humanidad, léase iglesia, gobiernos y más… Mía Bonita es un texto cargado de matices, oscila entre el dolor y el humor; por momentos ‘cae en la tentación’ de complacer al gran público; no obstante, dejamos la sala afectados por la certeza de existir en un mundo complejo donde las arengas de la igualdad se quedan o todavía, ni siquiera han llegado al papel. Salimos también con la satisfacción de haber asistido a un espectáculo de mucha sensibilidad, una puesta en escena cuidada donde la luz obra no únicamente para crear ambientes sino que consigue una atmósfera que habla del paso del tiempo
y a ratos se ilumina con intervención del video. Constatamos el talento de un elenco que liderados por la voz de Mario Suárez, una voz de matices profundos en su texto y en su canto, ocupa el espacio escénico y simbólicamente la escena social.

Mía bonita, Maribel Domínguez, Vanessa Guamán, Abel Rodríguez, Mario Suárez, Alejandro Yagual. Mía bonita, Maribel Domínguez, Vanessa Guamán, Abel Rodríguez, Mario Suárez, Alejandro Yagual. La historia que sirve de gran pretexto para esta construcción dramática, cala fuertemente en la audiencia y sin embargo, lo fuerte, el acierto es la dramaturgia escénica, que como ya lo he señalado, se agranda y adquiere una dimensión que traspasa lo espectacular, amén de que esos cuerpos se muestran intencionalmente excéntricos y cumplen dos objetivos (al menos) atraer y sostener la mirada de espectad@r, al tiempo que trasmutar (se) en dispositivo que dispara la preocupación de quien los mira al nivel de la realidad, porque está muy bien concebida la manera de intercalar datos y estadísticas de la situación marginal que viven los homosexuales, de manera que este trabajo que oscila entre los dos mundos, consigue que la premisa teatral brechtiana funcione porque detiene, pero no rompe el ritmo de la acción performática y al mismo tiempo confirma que aquello que vemos es parte de una realidad que nos concierne. La obra en sí misma es una manifestación estética y política en cuanto alcanza a quebrar el prejuicio que, en general, domina al mundo heterosexual frente a la diferencia. Genoveva Mora Ttoral http://www.elapuntador.net/revista/el-apuntadornro-59/critica/mia-bonita-entre-la-presentacion-y-larepresentacion-autor/


‘Mía Bonita’, una obra que transgrede, impresiona y encanta sociedad, la cultura, para quizás dejar a la sala con la certeza de existir en un mundo en el que la igualdad está condicionada. Durante alrededor de una hora y media, el personaje llevó al público a través de cuestionamientos a todas las estructuras sociales consideradas como sólidas, transgrediendo la existencia humana, cuestionando y generando dudas atizadas a través de recuerdos, anhelos y proyecciones.

Obra. ‘Mía Bonita’ fue la primera presentación del quinto encuentro de Zonas Liberadas. Fotos: Cortesía Juan Carlos Morales Ibarra. Una obra que incluye video, coreografía, baile y música. Un obra que transgrede, que narra una historia y varias a la vez. Una historia que identifica, que critica, que cuestiona, que reflexiona por sí misma. Mía Bonita, la obra presentada por Zona Escena de Guayaquil, trajo consigo una historia a manera de retrospectiva que muestra el mundo homosexual desde la confesión de un hombre, al parecer al borde del suicidio, en momentos; y en otros en que se muestra como un amante de la vida, de la suya, y de su admiración por sí mismo, pese a todo lo que el personaje narra que debió atravesar. En ese instante, sentado en su ‘dormitorio’, recuerda a un niño de siete años, que fue marginado y abusado por sentirse diferente, por ser diferente. El tocador instalado en el escenario cumple la función de un portal, en el que se identifica el personaje y narra su historia, su pasado, el por qué y cómo llegó ahí. Da la sensación de que desde allí emergen los recuerdos de Mía, el/la protagonista, un personaje sólido, pero con suficientes facetas que siembran la duda en el espectador sobre su condición, su personalidad…, su realidad. La luz tenue no solo crea el ambiente del escenario, sino que se convierte en un elemento que logra una atmósfera de recuerdos, de nostalgia, de duda. Mientras se ilumina y cambia de posición, intervienen imágenes de video que narran sin palabras el complemento de la historia. Las canciones acompañadas de un ritmo pegajoso, interpretadas por Mía e impulsadas con un baile expresivo, contaban la historia. Una historia que recorría por momentos de dolor, alegría, humor, y que se sumergía en la política, la religión, la

El monólogo, que se erige como la base del guión, refleja el rechazo y la dureza que significa el nadar contra corriente en una sociedad estigmatizada por estándares de clase político y religiosos que la convierten en juzgadora de quienes son ajenos al patrón establecido, hacia quienes deciden expresar su diferencia e incluso hacia quienes dudan y callan. Mía y su cuerpo de baile consiguen transportar a la audiencia a esa realidad, con la presentación de varias canciones, bailes, relatos y recursos multimedia. Entre una de las interpretaciones, combinaban ritmos estridentes, una voz equilibrada con toques armoniosos, cual música sacra incluso. Se expuso una nueva e interesante, y hasta conveniente para la obra, historia de Lucifer, adaptada a la realidad homosexual que incurre en rechazo, odio y marginación por parte del ‘creador’, logrando tocar temas sensibles, de manera sutil, pero con fuertes cuestionamientos, cuyo objetivo, según se entendió, es la reflexión. La memoria del protagonista, como hilo conductor de la obra, traía al escenario cada una de las transformaciones que vivía Mía en su recorrido por la vida. Una de sus interpretaciones también narraba estadísticas y datos sobre la situación de rechazo en la que se encuentran los homosexuales, despertando y atrayendo al espectador al compás de la música y al ritmo de un exótico baile. Los personajes, con tacones, trajes cortos, maquillaje exagerado, excéntricos en esencia, lograron sujetar la mirada de la audiencia, permitieron a los asistentes a mantenerse atentos y captar cada movimiento y palabra expuesta.


La música, el baile, el video, las imágenes, todo parecía fusionarse en torno a la historia que se narraba, ofreciendo una explosión de elementos visuales, sonoros y paralingüísticos que encajaban en el escenario y que generaron un espectáculo completo. (CFDA/RE) Critero (Juan Carlos Morales)

en

pocas

líneas

“Deslumbrante, íntima y de una fuerza inusitada fue la presentación que abrió el V Encuentro de danza y teatro contemporáneo Zonas Liberadas. ‘Mía bonita’ es una obra confesional, con una estética gótica queer. Cuenta la experiencia de marginación por la opción sexual. Su autor, el bailarín Mario Suárez, es también el protagonista. Lo acompañan otros cuatro bailarines y actores. La direc-

ción está a cargo del bailarín Jorge Parra. Acaba de participar en el XVI Festival Internacional de Teatro de La Habana (del 22 al 31 de octubre), donde la obra representó a Ecuador”. TOME NOTA ‘Mía Bonita’, una obra de Zona Escena, se presentó la noche del sábado en el Teatro Imbabura. El guión y la presentación artística sumergieron a la audiencia en una historia que explora y se inserta en una realidad social evidente, pero que la ayoría no quiere regresar a ver.

TOME NOTA El quinto encuentro Zonas Liberadas, organizado por Camino Rojo Danza Teatro, se extenderá durante 10 días en la ciudad, a partir del sábado anterior.


MÍA BONITA EN EL FUNKA FEST

Cerrar con broche de oro le viene corto al Funka Fest con Mía Bonita. La obra de teatro cabaret fue el último espectáculo de los tres días de festival. Con casa llena y ovaciones, el público conoció la historia de Mía Bonita, una transgénero que de niño caminaba por las calles polvorientas de un pueblo y era abucheado por parecer niña.

Ese trans de mirada orgásmica es Mario Suárez, quien escribió la obra basándose en su propia vida, pues “hay que ser muy hombre para haber soportado lo que viví yo”. La obra, con dirección de Jorge Parra, es completa: visuales, vestuario, música, danza y una historia que desgarra y abraza a la vez. Advertencia: Mía Bonita no es apta para mojigatos, pues hay una fuerte denuncia a la religión como arma de sometimiento al pensamiento. Pero, la historia central recae en la transformación, no solo física, sino interna, emocional, psicológica de Mía. Lo puedes ver cada que conversa con “Bebé”.

El arte en Guayaquil comienza a tener un sabor diferente, uno más dulce tal vez. TEXTO TOMADO DE: https://makia.la/arte-en-guayaquil-funka-fest/


Corporacion Zona Escena rompe los esquemas con su obra “Mia Bonita”

La belleza de las artes vivas radica en la capacidad de mezclar y experimentar todas sus distintas expresiones como teatro, danza, acrobacia, clown, pantomima, circo, música, y tantas otras, para crear piezas teatrales únicas, pero, además, en los temas e historias que cuentan los espectáculos. Ese es el caso de la Corporación Zona Escena, una organización no gubernamental, sin fines de lucro que cuenta con un colectivo de profesionales dedicados a la investigación formación, producción y difusión de las artes escénicas en el país, y en especial en la ciudad de Guayaquil. La mayoría de sus integrantes cuentan con una larga trayectoria y su formación está basada en un laboratorio de entrenamiento integral. Su misión es formar profesionales en las artes escénicas vivas, desarrollar un público para estas artes, que se vuelva cada vez más comprometido y exigente; difundir, crear y proponer espectáculos, métodos y técnicas en este campo, desarrolladas a partir de procesos de investigación y laboratorios y sostener en el tiempo un repertorio creado a partir de su propia identidad, con proyección universal.

En cuanto a Mía Bonita, el espectáculo musical que se podrá disfrutar en el Festival Internacional de Artes Vivas Loja 2017, que cuenta como el descubrimiento sexual de un niño de 7 años, en el campo de un pueblo de la costa ecuatoriana, lo hace enfrentar sus miedos y culpas de saberse diferente frente al rechazo de una sociedad religiosa; su posterior relación con Dios por medio de la filosofía y teología, y por último, su vida sexual libre, llena de encuentros y desencuentros en la gran ciudad de Guayaquil. Este musical confesional, escrito e interpretado por Mario Suárez, es una historia de amor-humor; es una farsa trágica altamente crítica; su estructura es la de una pieza escénica multidisciplinaria que se conjuga con canto en vivo y en directo, danza, teatro. Mía Bonita es un show disfrutable de principio a fin, que estará al alcance de todos quienes participen de la fiesta artística y cultural que se desarrollará en Loja este noviembre. COMPRA TUS BOLETOS



Publicación del texto de la obra en la revista “EL APUNTADOR” Nro 59








ÂżQuienes somos?


DIRECTOR: JORGE PARRA LANDÁZURI Actor, coreógrafo, bailarín, gestor cultural. jorgeparralandazuri@gmail.com/ zonaescenaec@gmail.com/

DRAMATURGIA Y ACTUACIÓN MARIO SUÁREZ CABRERA Actor, cantante, bailarín. suarezcabrera@gmail.com

VANESSA GUAMAN SAAVEDRA actriz, bailarina. vagusa@gmail.com


MARIBEL DOMÍNGUEZ CARRIÓN actriz, bailarina. maribel85dominguez@gmail.com

ALEJANDRO YAGUAL AGUILAR actor, bailarín. alejandroyagualag@gmail.com

MICHELLE MENA CASTILLO actriz, bailarina. michellemenac@gmail.com


MIGUEL PALACIOS ZAMBRANO actor, bailarín. alejopalacios10@hotmail.com

GABRIEL QUIMIS FAJARDO Técnico de luces y sonido quimis.gabriel@yahoo.com>

JACKSON TENESACA GALARZA Técnico de VIDEO jackteneg@gmail.com


Reading técnico de obra de teatro “MIA BONITA” Corporación zona escena Iluminación: consola de luces de 48 canales Dimers con 48 canales 24 fresneles 24 elipsoidales 1 máquinas de humo filtros de luz lee 106, lee 119, lee 071, lee 201 y lee002

AUDIO: Consola de audio Dos parlantes de alta calidad para público dos retornos 1 micrófono inalámbrico shure sm58

Video: proyector de 3500 lúmens reproductor de dvd

Escenario: espacio mínimo de 10 x 8 aforado ciclorama patas negras (3 de cada lado) piso linóleo negro para danza Producción: Elementos escenográficos según especificaciones enviadas (espejo y silleta rodante)


PLANO DE LUCES:


Para contactos:

zonaescena.ec@gmail.com Fijo: 00593-4-2309295 Mรณvil: 00593 -9- 98697700 00593 -9- 93937273 Jorge Parra Landรกzuri


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