Tony bennett el complejo expositivo

Page 1

TONY BENNETT EL COMPLEJO EXPOSITIVO En su revisión del estudio de Michel Foucault sobre el manicomio, la clínica y el sistema carcelario como articulaciones institucionales de las relaciones del poder y el conocimiento, Douglas Crimp propone que “existe otra institución de confinamiento (el museo) y otra disciplina (la historia del arte) que se prestan a análisis en los términos de Foucault” (Crimp 1985: 45). Sin duda, Crimp tiene razón, aunque los términos de su propuesta son engañosamente restrictivos, puesto que la aparición del museo de arte se relacionó de manera muy estrecha con la de una gama más amplia de instituciones (museos de historia y ciencias naturales, dioramas y panoramas, exposiciones nacionales y, con el tiempo, internacionales, galerías y tiendas de departamentos) que actuaron como sitios vinculados para el desarrollo y circulación de las nuevas disciplinas (historia, biología, historia del arte, antropología) y sus formaciones discursivas (el pasado, evolución, estética, el hombre), así como para el desarrollo de las nuevas te cnologías visuales. Además, aunque comprendían un conjunto de relaciones institucionales y disciplinarias en intersección que pueden analizarse productivamente como articulaciones particulares del poder y el conocimiento, la proposición de que deben interpretarse como instituciones de confinamiento es curiosa. Parece implicar que, con anterioridad, las obras de arte deambulaban sin rumbo por las calles de Europa como los barcos de los tontos en Locura y civilización de Foucault; o que los especímenes geológicos y de historia natural se habían exhibido ante el mundo como los condenados en el patíbulo, en lugar de retirarse de la vista pública, ocultos en el studiolo de un príncipe, o accesibles sólo a la mirada de la alta sociedad en los cabinets des curieux de la aristocracia. Tal vez los museos encerraban objetos dentro de sus paredes, pero en el siglo XIX sus puertas se abrieron al público en general, testigos cuya presencia era tan esencial para una exhibición de poder como lo fue la gente ante el espectáculo del castigo en el siglo XVIII. Así pues, las instituciones, no de confinamiento sino de exhibición, formaban un complejo de relaciones disciplinarias y de poder cuyo desarrollo podría yuxtaponerse de manera más provechosa a la formación del “archipiélago carcelario” de Foucault, más que alinearse con él. Puesto que el movimiento que detalla Foucault en Disciplina y castigo es uno en el que los objetos y los cuerpos (el patíbulo y el cuerpo del condenado), que anteriormente formaban parte de la exhibición pública del poder, fueron retirados de la mirada pública conforme el castigo adoptó cada vez más la forma metodología del encarcelamiento. Como ya no estaba inscrito dentro de la dramaturgia pública del poder, el cuerpo del condenado quedó atrapado en una red introspectiva de relaciones de poder. Sujeto a las formas omnipresentes de vigilancia por medio de las cuales se le transmitía en directo el mensaje del poder para volverlo dócil, el cuerpo ya no servía como superficie sobre la cual, mediante el sistema de marcas de represalia infligidas en él en nombre del soberano, se escribían las lecciones de poder para que otros las leyeran: El cadalso, donde el cuerpo del supliciado se exponía a la fuerza ritualmente Manifestada del soberano, el teatro punitivo donde la representación del castigo se ofrecía permanentemente al cuerpo social, fue sustituido por una gran arquitectura cerrada, compleja y jerarquizada que se integró en el cuerpo mismo del aparato estatal. (FOUCAULT 1977: 115-16). Las instituciones que comprende “el complejo expositivo”, en contraste, se dedicaron a la transferencia de objetos y cuerpos de los dominios cerrados y privados en los que se habían expuesto antes (a un público restringido) hacia ámbitos cada vez más abiertos y públicos donde, a través de las representaciones a las que fueron sometidos, formaron los vehículos para inscribir y transmitir los mensajes del poder (aunque de un tipo distinto) a toda la sociedad. Así pues, son dos grupos diferentes de instituciones y relaciones que conllevan entre sí conocimiento y poder, cuyas historias, en este respecto, corren en direcciones opuestas. Sin embargo, también son historias paralelas. El complejo expositivo y el archipiélago carcelario se desarrollaron más o menos en el mismo período (de finales del siglo XVIII a mediados del siglo XIX) y lograron articulaciones elaboradas de los nuevos principios que representaban uno y otro con diferencia de menos de una década. Foucault considera que la inauguración de la prisión de Mettray, en 1840, fue un momento clave en la evolución del sistema carcelario. ¿Por qué Mettray? Porque, sostiene Foucault, “es la forma disciplinaria en el estado más


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
Tony bennett el complejo expositivo by María Lightowler - Issuu