BAHE nº 25 · volumen 2 [2014]

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SUMARIO nº 25(2) - 2014

Editorial .............................................................. Introducción y primeros resultados Introducción al programa para el seguimiento a largo plazo de las poblaciones de anfibios y reptiles en el territorio español (Programa SARE) ...................................................... Primeros resultados del programa SARE en anfibios ....................................................... Ocho años de resultados generales en el SAREreptiles ................................................................. Otros programas de seguimiento Observadoras/es de campo ..................................... Quince años de seguimiento de las poblaciones de anfibios del macizo de Peñalara (Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, Madrid) .................... Contando ferrerets. Veinticinco años de recuentos visuales de una especie en peligro de extinción ....................................................... Seguimiento de las poblaciones de anfibios y reptiles en Galicia ......................................... Aplicación de la bioacústica al seguimiento de anfibios ......................................................... La cuadrícula 30S VG60: un caso aplicado al seguimiento de Coronella austriaca en las sierras béticas ............................................... Seguimiento de anfibios y reptiles en Doñana ...

Foto portada: Amplexo de sapos corredores (Bufo calamita). Enrique Ayllón.

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3 11 20 27 30 37 43 52 59 65

Experiencia de los coordinadores y participantes SARE en Andalucía ............................................ SARE en Aragón ................................................ SARE en Asturias y Cantabria ........................... SARE en Castilla La Mancha ............................. SARE en Castilla y León ................................... SARE en Cataluña ............................................. SARE en Extremadura ....................................... SARE en Galicia ................................................ SARE en La Rioja .............................................. SARE en Madrid ................................................ SARE en Murcia ................................................ SARE en Navarra .............................................. SARE en resto de comunidades ........................ MAPAS .............................................................. Seguimiento de poblaciones de galápagos autóctonos en la provincia de Zamora ..........

76 81 84 86 88 94 95 97 100 102 104 106 108 109 111

Herramientas del SARE Recursos SARE: AHEnuario y base de datos. Utilización del SIARE para la incorporación de observaciones de anfibios y reptiles de España ..................................................... Preguntas frecuentes .........................................

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Listado de participantes .....................................

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Creditos y Normas

Interior contraportada

Foto contraportada: Ejemplar melánico de víbora de Seoane (Vipera seoanei). Enrique Ayllón.


DE LA ASOCIACIÓN HERPETOLÓGICA ESPAÑOLA

Boletín nº 25(2). Año 2014. Editores volumen SARE: Ricardo Reques, Alex Richter, Xavier Santos y Andrés Egea Departament de Biologia Animal, Universitat de Barcelona, Av. Diagonal 645, E-08028 Barcelona Diseño y maquetación: Marcos Pérez de Tudela Url: http://issuu.com/marcospdt Impresión: igrafic Url: www.igrafic.com

Junta Directiva Presidente Juan Manuel Pleguezuelos Gómez Secretario General Íñigo Martínez-Solano Tesorería Xavier Santos Santiró Gerente Enrique Ayllón López Vocales Jorge Sanchez Balibrea (Conservación) Francisco Javier Diego Rasilla (Página web y redes sociales) Cesar Ayres (Conservación del Galápago Europeo) Adolfo Marco Llorente (Tortugas marinas) Jaime Bosch (Programa de seguimiento) Daniel Villero Pi (Atlas)

Lista Patrón Miguel Ángel Carretero Fernández Revista Española de Herpetología (Editores) Manuel Eloy Ortiz Santaliestra Ana Perera Leg Boletín de la AHE (Editores) Andrés Egea Serrano Alex Richter Boix Xavier Santos Santiró Depósito Legal: M-43.408-1990 ISSN: 1130-6939

El arte es ‘yo’, la ciencia es ‘nosotros’

Claude Bernard

EDITORIAL

La conservación de las especies necesita con frecuencia una combinación de respuestas que incluyen la legislación, la investigación, el seguimiento, la gestión de poblaciones y la protección de hábitats. Uno de los principales obstáculos para conocer si hay o no declives de las poblaciones de anfibios y de reptiles es la falta de información sobre su estado en series temporales largas. Para evaluar el estado de las poblaciones a largo plazo es esencial tener un conocimiento de los niveles de variabilidad que les afectan tales como el tipo de hábitat, la climatología, el nivel taxonómico, el hidroperiodo de los medios acuáticos o los procesos de dependencia de densidad, entre otros. Hacer esto en amplios territorios es difícilmente abarcable con proyectos financiados debido al esfuerzo personal y de tiempo que requieren, y, por eso, uno de los mayores retos futuros en conservación es mejorar la monitorización de las poblaciones y sus hábitats con el fin de aumentar la cantidad y calidad de la información disponible. El seguimiento puede resultar factible si se organiza a través de programas de voluntariados en los que muchos participantes contribuyen con un esfuerzo repartido. Este ha sido el objetivo del programa Seguimiento de los Anfibios y Reptiles Españoles (SARE), que se puso en marcha en 2008 y cuyo ámbito de actuación es todo el territorio nacional. Desde ese momento, el número de participantes ha ido creciendo de forma notable, el volumen de información generada ha sido considerable y los resultados preliminares que se empiezan a obtener son de gran interés.


Este número especial del Boletín de la Asociación Herpetológica Española está dedicado a los seguimientos de la herpetofauna por considerarlos una herramienta previa imprescindible para poder diseñar programas efectivos de conservación dirigidos a especies concretas de anfibios o de reptiles. El fin último es detectar la estabilidad de las poblaciones, su incremento o los posibles declives y para ello es necesario realizar de forma sistemática muestreos con una metodología clara y unívoca, repetirlos en series temporales largas y, finalmente, analizar la información obtenida mediante técnicasestadísticascon la que interpretar los resultados de la forma correcta. Para tener una buena perspectiva de los programas que actualmente se están llevando a cabo hemos contado con la colaboración de diferentes investigadores que están realizandodistintos estudios de seguimiento enfocados a especies concretas o a zonas protegidas determinadas. Pero, por la importancia del proyecto para la Asociación Herpetológica Española y también por el elevado número de personas que participan en él, se presta mayor atención al programa SARE. Así, además de mostrar el estado actual del proyecto, con los logros y los resultados obtenidos en él, contamos, de un modo cercano, con la colaboración de algunos participantes que nos cuentan sus impresiones del proyecto. Por un lado. loscoordinadores regionales —que se encargan de resolver las dudas que van surgiendo en los trabajos de campo y en la introducción de los datos obtenidos— explican suexperiencia particular y las dificultades que han encontrado en su tarea. Y, por otro, y de un modo muy especial, están representados los voluntarios que, de forma desinteresada y con mucha ilusión, están realizando todo el trabajo de campo. Aquí, algunos de ellos nos muestran su zona de estudio, las especies más interesantes que han encontrado y nos cuentan de forma breve y personal su experiencia en el proyecto. Por todo esto, este número especial se aleja en lo formal de otros boletines y queremos que sirva de agradecimiento y como homenaje a todos los participantes que con ilusión y empeño consiguen que este programa siga adelante.

Nunca dudes que un pequeño grupo de personas comprometidas pueda cambiar el mundo. De hecho, es lo único que lo ha logrado

Margaret Mead


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Introducción al programa para el seguimiento a largo plazo de las poblaciones de anfibios y reptiles en el territorio español (Programa SARE) Enrique Ayllón López1 & Ricardo Gómez Calmaestra2 1 2

Asociación Herpetológica Española. Apartado de correos 191. 28910 Leganés (Madrid). C.e.: ahe@herpetologica.org Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental y Medio Natural. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA). Pza. San Juan de la Cruz s/n, 28071 Madrid.

Fecha de aceptación: 8 de noviembre de 2014. Key words: amphibians, reptiles, monitoring, population trends.

Antecedentes y justificación para un programa de seguimiento de la herpetofauna en España A fecha de hoy podemos asegurar que la actividad humana está conduciendo a una crisis global de la biodiversidad. Actualmente, un tercio (32%) de las especies de anfibios del mundo están amenazadas, aproximadamente 122 se han extinguido desde 1980 y, por lo menos, un 43% de las especies está sufriendo eventos de declive poblacional (IUCN, 2008). Para el ámbito de Europa, estudios encargados por la Comisión Europea (Cox & Temple, 2009; Temple & Cox, 2009) revelaron tendencias poblacionales alarmantes, ya que más de la mitad de los anfibios europeos (el 59 %), así como el 42 % de los reptiles están en regresión, lo que supone que estos vertebrados están en una situación de riesgo aún mayor que los mamíferos y aves europeas. La crisis global de la biodiversidad, patente ya hace décadas, causada por factores como los cambios en los usos del suelo, el calentamiento global, la deposición de nitrógeno, el aumento de CO2 y las invasiones biológicas (Sala et al., 2000) llevó a la adopción de un acuerdo internacional específico -el Convenio para la Diversidad Biológica- en el marco de la Convención de Naciones Unidas para el

Medio Ambiente y el Desarrollo (Cumbre de Río) en 1992. Y como el propio Convenio reconoce, la conservación de la biodiversidad va más allá de las plantas, los animales, los microorganismos y los ecosistemas que los sustentan. Se refiere a la gente y a nuestras necesidades de seguridad alimentaria, de medicinas, de aire y agua limpios, de cobijo, y de un ambiente saludable en el que vivir (Pugnaire, 2006). La comunidad científica puso de manifiesto por primera vez el declive de los anfibios en amplias zonas del planeta durante el Primer Congreso Mundial de Herpetología celebrado en 1989 en Canterbury (Inglaterra), declive que condujo en 1991 a la creación del DAPTF (“Declining Amphibian Population Task Force”) en el seno de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), al que pertenecen más de 1.200 científicos de todo el mundo. Una de las conclusiones más llamativas de este foro de estudio es que el declive de los anfibios no se circunscribe solamente a las zonas de gran presión humana, sino que también se deja notar en áreas donde la influencia de nuestra especie es menor, como los espacios protegidos. A partir de todos estos hechos se discutió mucho sobre si los datos existentes hasta entonces podían corroborar científica-


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mente el llamado “declive global” de los anfibios y sus variadas causas. Pero lo que estaba claro era que en la mayoría de las poblaciones donde se habían observado declives no existían datos antiguos o seguimiento de las poblaciones que sirvieran de comparación. Desde ese momento, los herpetólogos se plantean la importancia de obtener datos de seguimiento a largo plazo que sirvan de control sobre la tendencia de las especies. Es innegable que los anfibios, y en gran medida también los reptiles, presentan algunas características que los hacen más vulnerables que otros grupos de vertebrados a las alteraciones ambientales. Los primeros, por ejemplo, están muy influenciados por alteraciones ambientales como la contaminación del medio. Por ello son considerados buenos bioindicadores, de acuerdo con las peculiaridades de su fisiología (piel permeable a los agentes químicos), ciclos biológicos (fase terrestre y acuática) y complejas interacciones en los ecosistemas donde están presentes. Los anfibios y reptiles están estrechamente ligados y son muy dependientes de sus hábitats. En parte ello es debido a su escasa movilidad, lo que les hace especialmente sensibles a cambios locales que impliquen destrucción, alteración o contaminación de su medio. Aunque la pérdida del hábitat natural representa, en general, la principal causa de desaparición de la fauna silvestre, el problema es más grave en el caso de los anfibios y reptiles por los motivos antes mencionados. Así, los problemas más graves para la herpetofauna española, al margen de las poblaciones insulares (que presentan problemas muy específicos), son la destrucción directa, alteración y contaminación de sus hábitats naturales y, en especial, de los medios acuáticos necesarios para la reproducción en el caso de

los anfibios. Además, la posición de anfibios y reptiles en las redes tróficas, como presas y como depredadores, hacen que su rarefacción adquiera una incidencia notable en el declive de otros grupos faunísticos como, dentro de los vertebrados terrestres, las aves y los mamíferos (Pleguezuelos et al., 2002). Quizá el mayor problema para detectar el declive de especies y poblaciones de anfibios y reptiles en el territorio español, ya manifestado anteriormente a nivel mundial, es no poseer series históricas de datos en las que se puedan detectar los cambios en su distribución y/o abundancia. Mientras que en diversos países europeos y en Norteamérica existen registros históricos (Houlahan et al., 2000), a veces de más de un siglo, en España no contamos más que con observaciones relativamente recientes y de carácter puntual, repartidas por toda la geografía española. Ante la falta de este tipo de datos y como continuación al trabajo de inventariación, distribución y análisis de la herpetofauna española realizada con la edición del Atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles de España (Pleguezuelos et al., 2002), surgió la necesidad de diseñar varios protocolos y un programa de trabajo para disponer, a largo plazo, de series temporales que muestren las tendencias de nuestra herpetofauna. En el año 2006, con impulso de la Dirección General de Biodiversidad del entonces Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno de España, se ejecutó el Proyecto “Diseño y aplicación del sistema de seguimiento de la biodiversidad española”. En este marco, la Asociación Herpetológica Española diseñó los protocolos de seguimiento que son la base para la creación del programa SARE (Seguimiento de los Anfibios y Reptiles Españoles), que nace en el año 2008 con la vocación de contar con series


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temporales que permitan detectar las tendencias a largo plazo de los herpetos en España. Ante el gran reto de intentar cubrir todo el territorio nacional, considerando las 35 especies de anfibios y las 83 de reptiles (excluidas las tortugas marinas) que habitan en España (Carretero et al., 2011), se decidió desarrollarlo con la misma filosofía que otros proyectos existentes en España para otros grupos faunísticos basados en el concepto “citizen science”, es decir, proyectos en los que participan voluntarios en tareas relacionadas con la investigación, como la recogida de datos, la coordinación de grupos de trabajo o el desarrollo de aplicaciones informáticas y que permiten asumir coberturas y objetivos inalcanzables con los métodos de trabajo convencionales para los grupos de investigación. Nuestros principales modelos a seguir fueron los programas de seguimientos para aves, desarrollados por la Sociedad Española de Ornitología, (http://www.seguimientodeaves.org/), o la red de seguimiento de mariposas diurnas “Butterfly Monitoring Scheme“ (BMS) en Cataluña (http://www.catalanbms.org/). Pero las mariposas y las aves son grupos faunísticos que mueven gran cantidad de aficionados y su atractivo popular ayuda a desarrollar este tipo de proyectos. Por eso se planteó si puede funcionar este tipo de proyectos con los menos populares anfibios y reptiles. Desde el programa SARE pusimos también la vista en programas de seguimiento a largo plazo de anfibios y reptiles con voluntariado que se llevan realizando con éxito en Europa desde hace tiempo, como el desarrollado por la RAVON Foundation en Holanda (denominado “Monitoring Network of Reptile, Amphibian & Fish Conservation”), o el desarrollado por “Amphibian and Reptiles Conservation”

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(ARC) en colaboración con “Amphibian and Reptile Groups of de UK-Volunteers working for the conservation of amphibians and reptiles” (ARG UK) en el Reino Unido y denominado “The National Amphibian and Reptile Recording Scheme” (NARRS). Estas experiencias, tanto los programas de seguimiento en España de otros grupos faunísticos con voluntarios como el desarrollo de programas similares en otros países europeos, nos hicieron pensar que un proyecto de esta envergadura se podía afrontar con éxito. El apoyo económico ofrecido por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España entre 2008 y 2010 también fue crucial para facilitar la puesta en marcha del programa.

Diseño del Programa SARE: cuestiones básicas La heterogeneidad y extensión de España y la dificultad que presentan muchas especies de anfibios y reptiles en su localización en el campo hacen que el proyecto SARE naciera con grandes desafíos para su ejecución. El primero de todos fue determinar una metodología lo más común posible para dos grupos zoológicos muy heterogéneos, planteándonos tres preguntas: ¿dónde muestrear?, ¿quién va a muestrear? y ¿qué especies muestrear?

a) ¿Dónde muestrear? La unidad de muestreo natural debería haber sido el transecto o punto de muestreo, pero la posibilidad de agrupar estas tendencias junto con las ya disponibles para otros grupos taxonómicos para un mejor conocimiento de la realidad del medio llevó a asumir como unidad de muestreo la cuadrícula


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UTM 10x10 km. La muestra de cuadrículas debía ser lo más representativa posible, por lo que propusimos cumplir varios criterios: a) cubrir todos los pisos bioclimáticos (según Rivas Martínez, 1987), b) cubrir diferentes grados de alteración por impactos humanos directos y c) "reparto geopolítico" dentro de la Península Ibérica, para incluir todas las comunidades autónomas. Se calculó el porcentaje de cobertura de cada piso bioclimático y a cada piso se le asignó un número de cuadrículas a incluir en el seguimiento, proporcional a la extensión que ocupaba en el territorio español y en correlación con el número óptimo de cuadrículas fijadas. Para la elección del grado de alteración, se valoraron cuatro variables dentro de cada cuadrícula de muestreo: números de habitantes, extensión de la red vial, porcentaje de suelo alterado (urbano e industrial) y porcentaje de suelo agrícola, creándose dos grupos de cuadrículas: a) sin alteración, b) con alteración. En general, esta era la intención inicial para un reparto equitativo, considerando todos los criterios antes expuestos.

El número deseable de cuadriculas a muestrear se estableció en función de la superficie relativa que ocupa cada uno de los pisos bioclimáticos en el estado español. Se valoraron ocho pisos bioclimáticos (excluyendo Canarias) y los dos grados de alteración básicos. Por defecto, se asignaron 30 cuadrículas a muestrear al piso bioclimático con mayor extensión por cada uno de sus grados de alteración (Tabla 1). El resultado fue un mínimo deseable de 136 ± 2-3 (cuadrículas pertenecientes a Canarias, no incluida inicialmente en el planteamiento), en todo el estado español. Debido a que el trabajo se realiza completamente con voluntariado, se ha atendido especialmente el cumplimiento de estos criterios, debiéndose compaginar la elección de la cuadrícula a muestrear por el voluntario con las necesidades de cobertura del programa (Figura 1).

b) ¿Quién va a muestrear? La realización de un muestreo está abierta a todos los voluntarios que, además de comprometerse a realizar un trabajo riguroso y por un mínimo de cinco años (los seguimien-

Tabla 1. Número de cuadrículas deseables, en relación a la cobertura de los pisos bioclimáticos en el estado español, para el óptimo desarrollo del Programa SARE. % Cob. = % cobertura en cada piso ; Nº C. No Alt. = número de cuadrículas no alteradas ; Nº C. Alt. = número de cuadrículas alteradas ; Total Cuad. = número total de cuadrículas. Pisos bioclimáticos Colino Montano

% Cob.

Nº C. No Alt.

Nº C. Alt.

Total Cuad.

5,7

4

4

8

9

6

6

12

2,3

2

2

4

Termomediterraneo

8

5

5

10

Mesomediterráneo

45

30

30

60

Supramediterráneo

27,7

18

18

36

2

2

2

4

Crioromediterráneo

0,3

1

1

2

Totales

100

68

68

136

Alpino

Oromediterráneo


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Figura 1. Actualmente (febrero de 2015) los voluntarios del Programa SARE han seleccionado 548 cuadrículas (329 anfibios y 219 reptiles). El seguimiento es desigual entre comunidades autónomas, siendo Canarias la única sin muestreos.

tos a largo plazo necesitan, al menos, un compromiso temporal largo para que los resultados empiecen a ser mínimamente fiables), acrediten un conocimiento mínimo de las especies de anfibios y reptiles que puedan encontrar. Es conveniente y habitual que los voluntarios realicen los muestreos tanto de anfibios como de reptiles de una misma cuadrícula. La AHE ha impartido numerosos cursos de formación de voluntarios en estos seis años de proyecto SARE y los coordinadores regionales asesoran de forma continua y

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ayudan en la identificación de especies “conflictivas” en sus zonas (Figura 2). En el caso de anfibios, si el voluntario cuenta con el permiso de la Comunidad Autónoma correspondiente para el manejo de anfibios, el muestreo podrá orientarse a ejemplares en fase larvaria y a puestas. Si no dispone de ese permiso, el muestreo consistirá en la observación de ejemplares adultos sin que se produzca manipulación de los mismos. En el caso de los muestreos de reptiles, será común para todos los participantes. Cada Comunidad Autónoma -o grupos de comunidades geográficamente cercanastienen un coordinador que se encarga del contacto personal con los colaboradores locales, y que se ocupa de: 1) captar nuevos voluntarios; 2) ayudar a los voluntarios en la elección de los puntos de muestreo; 3) resolver las dudas sobre la identificación de especies y el protocolo de muestreo; y 4) revisar los resultados de los voluntarios de su zona para evitar errores antes del análisis de los datos por los coordinadores nacionales. Existe un portal de entrada de datos online (http://siare.herpetologica.es/sare) que Figura 2. Prácticas de campo de los participantes en el Taller del Programa SARE celebrado en la Sierra de Andújar, en abril del 2010. Estos talleres sirvieron para captar voluntariado y explicar la metodología de trabajo de forma teórica y práctica. La actual falta de financiación no ha permitido seguir con ellos, reduciéndose la difusión a charlas explicativas. Fotografía: Programa SARE (AHE).


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permite su captura y del que se incluye información más extensa en otro capítulo de este volumen (Montori et al., 2014).

c) ¿Qué especies muestrear? El número de especies de anfibios y reptiles en España es relativamente bajo y la metodología de muestreo puede permitir la localización de todas las especies presentes en una cuadrícula siempre que se busquen en sus hábitats favorables. Por ello, el programa SARE incluye todas las especies presentes en el estado español. Quizás en un análisis pormenorizado de los datos, una vez avanzado el proyecto, tengamos que desarrollar subproyectos dedicados a especies con hábitats o hábitos particulares, que no sean muestreadas con suficiente peso en los censos generales (por ejemplo, especies de distribución restringida, hábitats acuáticos en el caso de los galápagos o especies muy escasas y/o gravemente amenazadas). En esta línea, el proyecto SARE ha dado lugar ya a dos monografías sobre Algyroides marchi (Carretero et al., 2010) y Alytes dickhilleni (Bosch & González-Miras, 2012), especies que, dada su singularidad y grado de amenaza, precisan de un seguimiento individualizado y de un análisis pormenorizado de su situación. En la actualidad, se trabaja en la realización de una tercera monografía dedicada a Emys orbicularis, realizada por el Grupo Ibérico de Conservación del Galápago Europeo (GICEO).

Metodología del Programa SARE Las diferencias ecológicas y de detectabilidad entre anfibios y reptiles obligaron al diseño de dos metodologías de muestreo claramente diferenciadas. Así, para anfibios, en cada cuadrícula elegida por el voluntario se

muestrea, al menos, un punto de observación (masas de agua en sentido amplio) por cada hábitat diferente que exista en la cuadrícula, siendo tres el mínimo de puntos. Se realizan, al menos, dos muestreos al año dentro del período reproductivo de la mayoría de especies presentes en la cuadrícula. Los distintos puntos de muestreo pueden unirse mediante transectos, a pie o en coche, si estos pueden además ser propicios para la observación de anfibios. En reptiles, por su parte, se eligen en cada cuadrícula dos o tres transectos claramente separados que sean representativos de los tipos de hábitat presentes en la cuadrícula a muestrear. Cada transecto se realiza con una duración aproximada de una hora. Durante el mismo se inspeccionan los lugares más favorables para la localización de reptiles. Cada localidad es muestreada dos veces al año, con otros dos muestreos opcionales en la época de máxima actividad de los neonatos (normalmente otoño). Para ampliar información sobre los protocolos de censo y el proyecto en general se pude consultar: http://www.herpetologica.es/ programas/programa-s-a-r-e.

Aplicaciones: presente y futuro En esta monografía se presenta el primer análisis global del proyecto después de sus primeros seis años de ejecución. Esperamos que, con el tiempo, este sistema de seguimiento se consolide y permita conocer, con el rigor necesario, las tendencias de nuestra herpetofauna y los problemas de los ambientes en los que vive. Así, la potencialidad del programa es enorme, al generar información científica para conocer la situación de la herpetofauna española al tiempo que facilita la participación, la educación y la concienciación ambiental.


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La información que genera el SARE se aplicará para diferentes fines. Entre ellos, detectar problemas de conservación y alertar a los gestores sobre la necesidad de aplicar medidas de gestión. El Programa SARE, al tener una vocación nacional, debe facilitar el mantenimiento actualizado de instrumentos tan relevantes como el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (que a su vez incluye el Catálogo Español de Especies Amenazadas). Además, los trabajos de campo facilitarán sin duda la detección de especies exóticas, facilitando la actualización y aplicación del Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. Generar conocimiento para mantener actualizados a medio y largo plazo estos importantes instrumentos legales ya justifica un programa como el SARE. Pero, además, existen requerimientos a más corto plazo para los cuales el programa ya ha empezado a ofrecer resultados. De este modo, una de las obligaciones comunitarias derivadas de la Directiva 92/43/CEE, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres –conocida como Directiva Hábitats- es realizar un informe sexenal sobre su aplicación en España. Ello incluye informar a la Comisión Europea acerca del estado de conservación de las especies incluidas en los anejos de la Directiva presentes en España. Así, en el sexenio 2001-2006, en el que todavía el SARE no había comenzado a aportar información, España tuvo la obligación de informar sobre 18 especies de anfibios, debiendo realizar 39 valoraciones de su estado de conservación (una por especie y por región biogeográfica). Al 90% de las 39 valoraciones (i.e. 35 de ellas) se le tuvo que asignar un estado de conservación “Desconocido”, como consecuencia de la falta de información.

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En el sexenio 2007-2012, con el SARE ya en marcha, España debió realizar 42 valoraciones (la diferencia con el anterior período se debe a cambios taxonómicos). En este caso, el porcentaje de estados de conservación “Desconocidos” cayó hasta el 20% (ocho especies), pudiendo valorarse las 34 restantes (véase la Tabla 2). En el caso de los reptiles también se observa mejoría entre períodos debida a la información generada por el SARE. No obstante, no es tan marcada como para los anfibios. Ello se debe, fundamentalmente, a que para los reptiles marinos y algunas de las especies de Canarias -que no se abordan en el SAREno ha sido posible realizar valoraciones de su estado de conservación, al no disponerse de información. En definitiva, además de proporcionar información para la gestión, la planificación y el establecimiento de protección legal, el Programa SARE contribuye ya al cumplimiento de compromisos comunitarios adquiridos por España como miembro de la Unión Europea. En el futuro, además, los resultados se podrán aplicar a otras obligaciones legales, tanto nacionales (e.g., la evaluación periódica del estado de conservación de las especies incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, según el artículo 9 del Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero) como internacionales (e.g., para contribuir a valorar el cumplimiento del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020, aprobado en Nagoya durante la X Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica). Todas ellas son razones más que suficientes para mantener el Programa SARE, potenciarlo y tratar de apoyarlo desde las administraciones públicas.


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Tabla 2. Un ejemplo de la aplicación práctica del Programa SARE. Valoración del estado de conservación (período 2007-2013) de las 18 especies de anfibios incluidas en los anejos de la Directiva Hábitats. La información es aportada por las comunidades autónomas y por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, empleando para ello los datos del Programa SARE. El estado de conservación se valora comparando la distribución actual, la población y el hábitat disponible frente a los valores favorables de referencia para estas variables. Además se tienen en cuenta las amenazas y las perspectivas futuras. Las valoraciones se realizan por especie en cada región biogeográfica, y se asignan las siguientes categorías: XX: desconocido; FV: favorable; U1: desfavorable inadecuado; U2: desfavorable malo. R. Bioclim. = Región Bioclimática; E.C. = Estado de Conservación. Pisos bioclimáticos

R. Bioclim.

E.C.

Alytes cisternasii Alytes muletensis Alytes obstetricans Alytes obstetricans Alytes obstetricans Bufo calamita Bufo calamita Bufo calamita Bufo balearicus (=Bufo viridis) Chioglossa lusitanica Chioglossa lusitanica Discoglossus galganoi Discoglossus galganoi Discoglossus jeanneae Discoglossus jeanneae Discoglossus pictus Euproctus asper Euproctus asper Euproctus asper Hyla arborea Hyla arborea

Mediterránea Mediterránea Alpina Mediterránea Atlántica Atlántica Mediterránea Alpina Mediterránea Atlántica Mediterránea Atlántica Mediterránea Mediterránea Atlántica Mediterránea Alpina Atlántica Mediterránea Alpina Atlántica

U1 U1 U1 U1 XX FV FV U1 U1 FV XX FV XX U2 XX FV U1 U1 U1 U1 U1

Pisos bioclimáticos

R. Bioclim.

E.C.

Hyla arborea Hyla meridionalis Hyla meridionalis Hyla meridionalis Hyla meridionalis Pelobates cultripes Pelobates cultripes Pelobates cultripes Rana dalmatina Rana dalmatina Rana iberica Rana iberica Pelophylax perezi (=Rana perezi) Pelophylax perezi (=Rana perezi) Pelophylax perezi (=Rana perezi) Pelophylax perezi (=Rana perezi) Rana temporaria Rana temporaria Rana temporaria Triturus marmoratus Triturus marmoratus

Mediterránea Atlántica Alpina Mediterránea Macaronésica Alpina Atlántica Mediterránea Atlántica Mediterránea Atlántica Mediterránea Alpina Atlántica Mediterránea Macaronésica Mediterránea Alpina Atlántica Atlántica Mediterránea

U1 U1 XX XX XX U2 U2 U2 U1 U1 U1 U2 FV FV FV FV U1 XX XX U1 U1

REFERENCIAS Montori, A., Llorente, G.A. & Villero, D. 2014. Recursos SARE: AHEnuario y base de datos. Utilización del SIARE para la incorporación de observaciones de anfibios y reptiles de España. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 25. En prensa. Bosch, J.& González-Miras, E. (eds.). 2012. Seguimiento de Alytes dickhilleni. Informe final. Monografías SARE. Asociación Herpetológica Española - Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Madrid. https://dl.dropboxusercontent.com/u/63071704/Bosch_G onzalez-Miras%28ed%29_Alytes_dickhilleni_2012.pdf Carretero, M. A., Ceacero, F., García-Muñoz, E., Sillero, N., Olmedo, M. I., Hernández-Sastre, P. L. & Rubio, J. L. 2010. Seguimiento de Algyroides marchi. Informe final. Monografías SARE. Asociación Herpetológica Española Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Madrid. https://dl.dropboxusercontent.com/u/63071704/

Carretero_et_al_2010.pdf Carretero, M. A., Ayllón, E. & Llorente, G. A. (eds.). 2011. Lista patrón de los anfibios y reptiles de España. Asociación Herpetológica Española. Cox, N.A. & Temple, H.J. 2009. European Red List of Reptiles. Office for Official Publications of the European Communities. Luxembourg. Houlahan, J.E., Findlay, C.S., Schmidt, B.R., Meyer, A.H. & Kuzmin, S.L. 2000. Quantitative evidence for global amphibian population declines. Nature, 404: 752-758 IUCN. 2008. Amphibians on the IUCN Red List v. 2014.2. <http://www.iucnredlist.org/initiatives/amphibians> [Consulta: noviembre 2014]. Pleguezuelos, J.M., Márquez, R. & Lizana, M. (eds.). 2002. Atlas y libro rojo de los anfibios y reptiles de España. Dirección general de Conservación de la Naturaleza (Ministerio de Medio Ambiente)- Asociación Herpetológica Española. Madrid.


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Primeros resultados del programa SARE en anfibios Jaime Bosch & Javier Carabias Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC. José Gutiérrez Abascal 2. 28006 Madrid. C.e.: bosch@mncn.csic.es

Fecha de aceptación: 16 de diciembre de 2014. Key words: amphibian decline, monitoring programs, citizen science, SARE.

Introducción Los anfibios, con más de 7.000 especies descritas, son unánimemente considerados uno de los mejores indicadores del estado de la biodiversidad global (Leakey & Levins, 1997). Tristemente, y como un fiel reflejo del estado de la biodiversidad en el presente, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) los anfibios son el grupo de vertebrados más amenazados en la actualidad, con prácticamente un tercio de sus especies seriamente amenazadas. Por otro lado, y aunque los anfibios sean uno de los grupos de vertebrados para los que se describe, tanto en términos absolutos como relativos, un mayor número de taxones (Groombridge, 1992), existe todavía un preocupante desconocimiento del estado de conservación de muchas especies. De hecho, la cuarta parte de las especies de anfibios son consideradas aún insuficientemente conocidas, por lo que la situación real del grupo, y, por ende, de la biodiversidad global, podría ser todavía mucho más dramática. El preocupante estado de conservación y conocimiento de los anfibios justifica, sin lugar a dudas, la urgente necesidad de contar con

estudios demográficos exhaustivos. Sólo con una información adecuada sería posible identificar las causas últimas del declive generalizado de los anfibios, así como las zonas y especies más afectadas, y poder así tomar medidas para intentar prevenirlas y remediarlas. Hasta ahora, los escasos estudios demográficos globales de anfibios (e.g., Alford & Richards, 1999; Houlahan et al., 2000) han demostrado ampliamente que existen disminuciones significativas del tamaño de sus poblaciones. Sin embargo, poder constatar estas disminuciones no es tarea fácil debido a la enorme dependencia de los anfibios del medio físico y de las condiciones ambientales. Son necesarias, por tanto, series de datos temporales amplias que abarquen, al menos, un período de renovación generacional (unos 6-15 años) para obtener resultados concluyentes. Desgraciadamente, este requerimiento sobrepasa generalmente la dedicación y los medios de los investigadores a título personal, y sólo puede ser abordado mediante un esfuerzo colectivo coordinado y mantenido en el tiempo. Por fortuna, la sensibilidad de la sociedad actual por los anfibios ha permitido que el fenómeno de la ciencia ciudadana pueda servir para remediar este problema. Sólo la suma


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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2014) 25(2)

de los esfuerzos de científicos y profesionales con los de gente común, pero ampliamente formada y motivada, puede conseguir recopilar los datos necesarios para identificar tendencias poblacionales de anfibios a gran escala. De esta manera, el reto actual consiste en solventar los problemas metodológicos derivados de la particular biología de los anfibios, y también cumplir con los requerimientos legales y de bioseguridad, consiguiendo así datos robustos que puedan ser tratados estadísticamente. En todo el mundo existen ya muchos programas de ciencia ciudadana enfocados a obtener datos sobre distribución y tendencias poblacionales de anfibios (Tabla 1). Algunos de estos programas, como el FROGWATCH de EEUU, tratan de conseguir una altísima participación estableciendo un nivel de implicación bajo. Así, los más de 10.000

voluntarios son libres de elegir el sitio de muestreo en cada visita, y sólo recogen estimas de abundancia de anfibios mediante muestreos acústicos de corta duración y una relativamente escasa información ambiental y de las condiciones meteorológicas durante el muestreo. Se obtiene así un importante volumen de información sobre distribución, abundancia relativa y fenología de muchas especies. Además, el gran volumen de datos y un análisis de bloques aleatorios estratificados permitiría establecer tendencias globales de las poblaciones de anfibios. No obstante, es evidente que si los voluntarios cambian sus lugares de visita en busca de nuevas poblaciones más abundantes, el programa será incapaz de detectar declives poblacionales. En otro rango de nivel de exigencia, el programa NARRS del Reino Unido trata de conseguir estimas muy fiables sobre la presencia o

Tabla 1. Algunos ejemplos de programas de seguimiento de anfibios mediante ciencia ciudadana. Nombre

País

Año inicio Recogida de datos Objetivo

Organismo

FrogWatch USA

EEUU

1998

Formulario web

Estimar tendencias

Association of Zoos and Aquariums (AZA)

The Rocky Mountain Amphibian Project

EEUU

2014

Formulario web

Estimar tendencias

Biodiversity Institute, University of Wyoming

North American Amphibian EEUU Monitoring Program

1994

Formulario web

Estimar tendencias

USGS (US Geological Survey)

The Manitoba Herps Atlas Canadá

2009

Formulario web correo electrónico

Conocer distribución

Nature North Online magazine

Monitoring Network of Reptile, Amphibian & Fish Conservation

Holanda

2006

Formulario web

Estimar tendencias

Fundación RAVON

The National Amphibian and Reptile Recording Scheme (NARRS)

Reino Unido

2007

Formulario web app teléfono móvil

Conocer distribución Estimar tendencias

Amphibian and Reptile Conservation (ARC)

Atlas de distribución de Anfibios de Ecuador

Ecuador

2008

Formulario web (inaturalist.org)

Conocer distribución

Fundación Otonga, Centro Jambatu de Investigación y Conservación de Anfibios

Observatoire des amphibiens d'Auvergne en Massif Central

Francia

2013

Formulario web

Conocer distribución

Muséum National d'Histoire Naturelle (MNHN) Société Herpétologique de France (SHF)


Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2014) 25(2)

ausencia de especies de anfibios en cuadrículas UTM de 1x1 km. Los voluntarios eligen un cuerpo de agua dentro de la cuadrícula y, empleando distintas técnicas de muestreo establecidas y hasta cuatro visitas por estación, deben conseguir detectar la presencia de todas las especies existentes. Los métodos de muestreo incluyen visitas diurnas para detectar la presencia de huevos y puestas, pero también visitas nocturnas para ejemplares adultos, y hasta el uso de mangas de muestreo y trampas para las masas de agua con vegetación acuática o para las especies mas complicadas. Con estos datos fiables de presencia/ausencia se pueden estimar tendencias poblacionales globales, aunque lógicamente no se obtiene información sobre cambios de abundancia a nivel local. Se trata, por tanto, de un método adecuado para zonas con especies distribuidas en multitud de poblaciones pequeñas, pero es sólo aplicable en países cuya legislación permite manipular la gran mayoría de especies sin un permiso correspondiente. Además, este método no permite adoptar medidas tempranas de conservación a nivel local, y presenta un riesgo considerable de transmisión de enfermedades infecciosas entre poblaciones. Independientemente de la metodología utilizada y del nivel de esfuerzo requerido en estos programas de seguimiento de anfibios mediante ciencia ciudadana, otro gran reto es generar información que transcienda al propio grupo de estudio y contribuya a la conservación de toda la biodiversidad en su conjunto. Así, estos programas de seguimiento de anfibios deberían integrarse, o al menos poder alimentar, otros programas de seguimiento de fauna existentes. A nivel europeo, por ejemplo, el programa SCALES pretende garantizar la conservación de la biodiversidad

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a distintos niveles administrativos y escalas espaciales, temporales y ecológicas. El programa SEBI trata de evitar la pérdida de biodiversidad a través de la monitorización de especies indicadoras. El programa EuMon intenta integrar el seguimiento de especies y hábitats de interés comunitario. El programa EBONE pretende identificar opciones y medidas de conservación en casos concretos mediante el seguimiento de especies. Puesta en marcha y metodología En España son pocos los estudios existentes sobre seguimiento de poblaciones de anfibios, y nunca hasta ahora se había realizado un intento global de obtener datos mediante un programa de ciencia ciudadana. Los exitosos programas SACRE y NOCTUA de SEO/Birdlife, que desde 1996-1997 monitorizan las poblaciones de aves reproductoras en primavera y las aves nocturnas en España en su época reproductora, eran, sin duda, un gran estímulo para plantear un programa equivalente para anfibios. El programa de ciencia ciudadana SARE (Seguimiento de Anfibios y Reptiles Españoles) se pone en marcha por la Asociación Herpetológica Española en 2008 con la ayuda del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España para intentar cubrir todos los retos antes mencionados (ver capítulo sobre introducción del programa SARE). Las particularidades de las poblaciones y especies a nivel regional, así como los requerimientos básicos de los voluntarios, se han intentado cubrir dentro del programa a través de coordinadores regionales, y algunas experiencias y resultados aparecen en otros capítulos de este volumen.


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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2014) 25(2)

La metodología adoptada por el programa SARE para los anfibios aparece comentada en parte en otros capítulos de este volumen, y puede consultarse en http://www.herpetolog i c a . e s / p ro g r a m a s / p ro g r a m a - s - a - r - e . Básicamente, el bajo número de potenciales participantes en comparación con el de otras asociaciones conservacionistas, pero su alto grado de compromiso, esfuerzo y conocimientos, aconsejó adoptar una metodología compleja y solicitar un nivel de esfuerzo considerable a los voluntarios. Además, era necesario cumplir con los requerimientos legales existentes en España, y reducir al máximo las posibilidades de transmisión de enfermedades infecciosas durante los seguimientos. Con objeto de poder comparar los resultados del programa de seguimiento con la información previa existente, y con los datos de otros grupos animales, se adoptó la cuadrícula UTM de 10x10 km como unidad de muestreo. Para ello, resulta imprescindible conocer en profundidad la totalidad de la cuadrícula antes de iniciar los seguimientos, y calcular la superficie ocupada por cada tipo de hábitat existente según una clasificación establecida. A su vez, dentro de cada tipo de hábitat es necesario identificar todas los puntos favorables para la reproducción de anfibios, georreferenciarlos y estimar su superficie. El voluntario debe elegir al menos un punto de muestreo por cada tipo de hábitat existente dentro de la cuadrícula, con un mínimo de tres, pudiendo unir varios puntos de muestreo mediante recorridos a pie o en coche si estos son también favorables para la observación de anfibios. Cada punto de muestreo debe ser caracterizado y en cada uno de ellos debe cuantificarse la superficie total que será objeto de muestreo (e.g., una parte de una masa de agua grande, o la tota-

lidad de la superficie de un pilón de ganado), mientras que en el caso de los recorridos sólo debe registrarse el tipo de hábitat predominante que atraviesan y su longitud. La dificultad de observación de los anfibios en su medio, así como la estrecha dependencia de su grado de actividad con las condiciones ambientales, se han solventado realizándose muestreos nocturnos (que se inician una hora después de la puesta del sol) durante la época reproductiva, y sólo en condiciones ambientales favorables. Además, las condiciones ambientales básicas (temperatura, nubosidad, viento y lluvia) deben ser recogidas por los participantes en el momento preciso y en la zona exacta donde se realiza el muestreo, y son posteriormente incorporadas en los análisis estadísticos. La repetición del muestreo, hasta cuatro veces durante la estación reproductiva, también favorece que se obtengan valores de abundancia más realistas, y el número de repeticiones realizadas también es incorporado en los análisis estadísticos posteriores. El grado de esfuerzo realizado durante el muestreo queda reflejado mediante el tiempo empleado, y se insta a los voluntarios a ser rigurosos empleando el mismo tiempo de muestro en cada repetición anual y en años sucesivos. Por último, las fuertes oscilaciones naturales del tamaño de las poblaciones de los anfibios, así como los requerimientos estadísticos para obtener estimas de tendencias robustas, sólo pueden ser solventados incrementando la duración de las series temporales de datos. Por lo tanto, el compromiso temporal exigido a los voluntarios es, idealmente, de cinco años, aunque sería deseable poder contar con series de datos mucho más largas. Durante el muestreo, el observador recorre despacio toda la superficie a muestrear seleccionada en cada punto de muestreo y la


Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2014) 25(2)

totalidad de los recorridos establecidos, manteniendo el orden y los tiempos comprometidos. En cada punto de muestreo, y en una franja de 4 m a cada lado del observador en el caso de los recorridos, el voluntario anota el número exacto de ejemplares ya metamorfoseados observados de cada especie, junto con información básica sobre su estado de desarrollo, sexo, actividad, etc. La presencia de puestas, larvas o ejemplares hallados muertos también debe ser anotada, aunque estas observaciones no se utilizarán en los análisis de tendencias poblacionales. En este análisis preliminar se ha utilizado el programa informático TRIM (“Trends and Indices for Monitoring Data”; Statistics Netherlands), que utiliza modelos lineales para sintetizar de manera sencilla la evolución de las especies a lo largo de un período de tiempo relativamente corto. TRIM está específicamente diseñado para solventar los problemas más frecuentes en este tipo de análisis, como son la ausencia de datos cuando los muestreos no se han realizado en algunas estaciones o en algunos años, así como la autocorrelación temporal de las abundancias observadas en cada localidad. La pendiente de la recta modelizada se puede interpretar en términos biológicos como el porcentaje de variación anual (o tasa instantánea de cambio: positivo en el caso de un aumento de efectivos, negativo en caso de declive). TRIM clasifica las tendencia obtenidas en distintas categorías: aumento fuerte (aumento significativo superior al 5% anual -lo que implica doblar la abundancia en sólo 15 años-), aumento moderado (aumento significativo, pero inferior al 5% anual), estable (no hay aumento o descenso significativo y las tasas de cambio son menores del 5% anual), incierta (no hay aumento o descenso significativo pero no hay

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certeza de que las tasas de cambio sean menores del 5% anual), declive moderado (descenso significativo, pero no superior al 5% anual), y declive acusado (descenso significativo superior al 5% anual). Debido al todavía bajo número de observaciones, las estaciones de muestreo se han analizado de forma independiente, sin ser agrupadas en cuadrículas UTM 10x10 km. Además, los valores de abundancia no han sido corregidos por la superficie muestreada, y se han agrupado en categorías de abundancia. Por último, en este análisis preliminar tampoco se han incorporado las variables ambientales como covariantes, ni las observaciones han recibido diferente peso en función del número de repeticiones del muestreo cada año.

Resultados preliminares Durante el período 2008-2013, un total de 136 voluntarios han realizado algún muestreo, llegándose a contabilizar un total de 208 cuadrículas UTM de 10x10 km con datos de seguimientos. El número medio de cuadrículas por voluntario ha sido de 1,5, quedando cubierta la práctica totalidad del territorio estatal (ver capítulos correspondientes a las distintas comunidades autónomas en este volumen). En total, se han obtenido datos de 957 estaciones de muestreo, con una media de 4,6 estaciones por cuadrícula UTM 10x10 km, llegándose a contabilizar hasta 19 estaciones en una sola cuadrícula. El número de nuevas estaciones de muestreo registradas cada año varió notablemente durante el período 2008-2013, alcanzando su valor máximo en 2010, y descendiendo en los últimos dos años hasta un valor ligeramente superior a 50 (Figura 1). Las estaciones de muestreo se encuentran a una altitud media de 573 msnm, variando desde


16

Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2014) 25(2)

Figura 1. Estaciones de muestreo registradas durante el período 2008-2009 que cuentan con datos de seguimiento.

los 0 msnm hasta los 2.306 msnm. Las estaciones se localizan en multitud de hábitats distintos, siendo los mas frecuentes los cultivos de herbáceas (15,1%), los cultivos de leñosas (7.2%), las zonas dominadas por plantas anuales (6,7%) y por arbustos leñosos altos (6,5%). El 76,5% de las estaciones corresponden a sitios de muestreo, y el resto a recorridos en pie o en coche. Las puntos de muestreo elegidos varían mucho en tamaño total y en la proporción de la superficie muestreada (Tabla 2), siendo las charcas, los pilones de ganado y los riachuelos los más frecuentes. Los puntos de muestreo seleccionados son tanto permanentes

(55,4%), como temporales (35,6%) o efímeros (9,0%), y su profundidad medía es 4,1, 3,5, y 0,8 m respectivamente. Los recorridos se realizan tanto en coche (56%) como a pie (44%), y tiene una longitud media de 2,7 km, variando de 42 m a 19 km. En el período 2008-2013 se han realizado un total de 3.040 muestreos. El 47,1% de las estaciones de muestreo fueron visitadas sólo una vez al año, mientras que el 35,5% fueron visitadas dos veces, y sólo para el 11,7% y el 5,4% de las estaciones se realizaron tres y cuatro repeticiones del muestreo durante la misma estación reproductiva. Hasta el 39,4% de las estaciones de muestreo sólo se visitaron uno de los seis años del período 2008-2013, el 28,5% fueron visitadas dos años, y sólo el 2,1% de las estaciones fueron visitadas los seis años. En suma, la proporción de muestreos realizados del total posible fue del, aproximadamente, 30%, es decir, siete de cada 10 posibles muestreos no se realizó en algún año o estación de muestreo concretos. Durante los muestreos la temperatura media fue de 13,2ºC, el índice de viento de 1,6 (entre viento en calma y ventolina, según la escala de Beaufort), el índice de nubosidad media de 2,2 (en torno a 50% cubierto), y el

Tabla 2. Características de los medios acuáticos elegidos como estaciones de muestreo puntuales en el programa SARE de anfibios. Tipo de medio acuático

Frecuencia (%)

Tamaño medio del cuerpo

Valor medio de la superficie

de agua (m2)

muestreada (%)

Charca

53,5

Pilón

18,7

44

87

Riachuelo

10,4

1.094

71

Embalse

8,3

199.149

46

Río

3,7

5.327

51

Humedal

2,9

701

68

Lagos y lagunas

2,5

45.515

38

1.214

65


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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2014) 25(2)

Tabla 3. Tendencias poblacionales de las especies observadas durante los muestreos. El número de años indica el total de años para los que se han contabilizado datos de abundancia. El número de estaciones de muestreo indica el total de sitios y recorridos donde se ha detectado la especie. El número de observaciones representa el número de muestreos en los que se han recogido datos de abundancia. El porcentaje de observaciones recogidas indica la proporción de observaciones recogidas del total posible (número de estaciones por el total de años de seguimiento). La tendencia indica la evolución de la especie en el período analizado, incluyendo el valor de la estima, la pendiente de la recta modelizada y su grado de variación. Especie

Años

Estaciones de

Nº de obser.

muestreo

Obser. reco-

Tendencia (p)

gidas (%)

Pendiente (error estándar)

P. perezi

6

B. calamita

6

294

522

29,6

estable

0,0050 (0,0169)

B. spinosus

6

178

293

27,4

estable

0,0028 (0,0179)

H. meridionalis

6

160

277

28,9

incierta

-

A. obstetricans

6

133

240

30,1

incierta

-

P. waltl

6

104

176

28,2

estable

-0,0129 (0,0189)

T. marmoratus

6

78

140

29,9

incierta

-

T. pygmaeus

6

76

132

28,9

incierta

-

P. cultripes

5

74

97

26,2

incierta

-

P. punctatus

6

74

137

30,9

incremento moderado (p<0,05)

0,0447 (0,0197)

H. arborea

6

60

101

28,1

incierta

-

L. boscai

6

57

94

27,5

incierta

-

L. helveticus

6

57

90

26,3

incierta

-

S. salamandra

6

41

61

24,8

declive moderado (p<0,05)

-0,1211 (0,0469)

D. galganoi

6

40

45

18,8

incierta

-

R. temporaria

4

23

40

43,5

incierta

-

A. cisternasii

5

20

29

29,0

incierta

-

A. dickhilleni

5

20

29

29,0

incierta

-

D. pictus

5

20

41

41,0

incierta

-

P. ibericus

5

20

27

27,0

incierta

-

D. jeanneae

5

12

14

23,3

incierta

-

M. alpestris

4

11

19

43,2

incierta

-

R. iberica

6

11

20

30,3

incierta

-

440

839

índice de precipitación media de 1,5 (entre nula e inapreciable). En el total de muestreos realizados se han detectado 25 especies de anfibios, siendo las más frecuentes Pelophylax perezi (19.1% de las observaciones), Bufo calamita (14,1%), Bufo spinosus (8,8%), Hyla meridionalis (7,7%) y Alytes obstetricans (7,2%). Estas especies, junto con Pleurodeles waltl, cuentan con más de 100

31,8

declive moderado (p<0,05)

-0,0187 (0.0094)

estaciones de muestreo (Tabla 3). Los análisis estadísticos de tendencias poblacionales de las 22 especies más observadas sólo arrojaron tendencias para seis de ellas. Lógicamente, las tendencias sólo pudieron ser estimadas para las especies con mayor número de observaciones, destacando Salamandra salamandra, para la que se obtuvo una tendencia significativa con sólo 61 muestreos.


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De las seis especies para las que fue posible estimar tendencias, sólo una presentó una tendencia positiva (Pelodytes punctatus, incremento moderado), tres de ellas (B. calamita, B. spinosus y P. walt) no presentaron un aumento o descenso significativo (tendencia estable), y dos especies presentaron tendencias claramente negativas (P. perezi y S. salamandra, declive moderado; Figura 2).

Discusión La respuesta obtenida hasta el momento por parte de los voluntarios del programa SARE en anfibios puede calificarse de satisfactoria, sobre todo teniendo en cuenta la escasa difusión que ha tenido la iniciativa. El número de cuadrículas y estaciones de muestreo registradas también han sido adecuadas, obteniéndose una buena representación, tanto geopolítica como bioclimática, de tipos de medios acuáticos, etc. Los muestreos se han realizado en condiciones ambientales favorables, y han arrojado una importante cantidad de información, tanto en diversidad de especies como en número de ejemplares registrados. Menos satisfactoria ha sido, sin embargo, la tasa de repetición de los muestreos, tanto dentro del mismo año, como entre años distintos. Muchas estaciones de muestreos han sido visitadas una vez cada año, y son pocas las cuadrículas que han sido muestreadas todos los años. Las estimas de tendencias poblacionales obtenidas aquí deben considerarse muy preliminares, ya que ni siquiera ha sido posible incorporar en los análisis las condiciones ambientales durante los muestreos. Sin embargo, la proporción obtenida de especies en las tres categorías de tendencia (en aumento, estables, y en declive) parece razonable,

Figura 2. Evolución temporal (en porcentaje de cambio respecto a 2008) de las seis especies para las que ha sido posible obtener tendencias poblacionales con los datos disponibles (véase Tabla 3).

aunque la identidad de las especies de cada grupo resulta más cuestionable. Resulta sorprendente el caso de P. perezi, que muestra una tendencia claramente negativa cuando no se considera una especie amenazada en la inmensa mayoría de las situaciones. Quizás, el declive detectado en estos análisis preliminares se corresponda con la situación general de deterioro del medio, lo que resultaría más patente para esta especie simplemente por la abundancia de datos disponibles. Muy diferente es el caso de S. salamandra, cuya tendencia obtenida podría realmente reflejar su desfavorable situación en la actualidad. Desgraciadamente, aunque existe una percepción general del lamentable estado de conservación de la especie (e.g., Buckley & Alcobendas, 2002), sólo existen reportes de declives poblacionales a nivel local (e.g., Bosch & Martínez-Solano, 2006). De las tres especies cuyas tendencia son clasificadas como estables (B. calamita, B. spinosus y P. waltl), quizás el caso más controvertido sea el de B. spinosus. Así, y aunque faltan estudios rigurosos, muchos autores han señalado también su regresión, lenta pero conti-


Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2014) 25(2)

nua, en muchas áreas de la Península Ibérica (e.g.,Galán, 1997; Lizana, 2002; Hernández-Gil, 2005; Martínez-Solano, 2006; Montori et al., 2009; Bosch et

Algo parecido ocurre con P. waltl, para el que tampoco hay datos cuantitativos sobre su abundancia a nivel de todo el estado español. Sin embargo, también es considerado por muchos autores como una especie en regresión en amplias zonas de su distribución, especialmente en las comunidades valenciana y de Murcia (Montori et al., 2002). En conclusión, podemos decir que los primeros análisis de anfibios indican que, efecti-

al., 2014).

19

vamente, es posible inferir tendencias poblacionales con la metodología propuesta y el grado de respaldo conseguido hasta ahora por los voluntarios. Sin embargo, también conviene recordar que es necesario intentar aumentar no sólo el número de participantes, sino también el grado de compromiso de los mismos. Aunque cualquier aportación al programa de seguimiento es útil, los muestreos continuados en el tiempo son realmente los que servirán para establecer tendencias poblacionales realistas que nos permitan adoptar medidas de conservación cuando sea necesario.

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servación. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 15: 90-94. Houlahan, J.E., Findlay, C.S., Schmidt, B.R., Meyer, A.H. & Kuzmin, S.L. 2000. Quantitative evidence for global amphibian population declines. Nature, 404: 752-755. Leakey, R. & Levins, R. 1997. La sexta extinción. El futuro de la vida y de la humanidad. Tusquets Editores, Barcelona. Lizana, M. 2002. Bufo bufo. 103-106. In: Pleguezuelos, J.M., Márquez, R. & Lizana, M. (eds.), Atlas y libro rojo de los anfibios y reptiles de España. Dirección General de la Conservación de la Naturaleza y Asociación Herpetológica Española, Madrid. Martínez-Solano, I. 2006. Atlas de distribución y estado de conservación de los anfibios de la Comunidad de Madrid. Graellsia, 62: 253-291. Montori, A., Llorente, G.A., Santos, X. & Carretero, M.A. 2002. Pleurodeles waltl Michahelles, 1830. Gallipato. 5153. In: Pleguezuelos, J.M., Márquez, R. & Lizana, M. (eds.), Atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles de España. Ministerio de Medio Ambiente Asociación Herpetológica Española (2a impresión). Madrid. Montori, A., Franch, M., Llorente, G.A., Richter, A., Sansebastian, O., Garriga, N. & Pascual, G. 2009. Declivi de les poblacions d'amfibis al Delta del Llobregat. Materials del Baix Llobregat, 15: 65-70.


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Ocho años de resultados generales en el SARE-reptiles Xavier Santos CIBIO/InBio, Centro de Investigação em Biodiversidade e Recursos Genéticos da Universidade do Porto. Instituto de Ciências Agrárias de Vairão, R. Padre Armando Quintas, 4485-661 Vairão, Portugal. C.e.: xsantossantiro@gmail.com

Fecha de aceptación: 10 de octubre de 2014. Key words: long-term monitoring, reptiles, Spain, transect.

Introducción

Tipología de los transectos de reptiles

La aplicación del programa SARE para los reptiles lleva ocho años en funcionamiento (2006-2013). Todavía es prematuro dar datos fiables sobre tendencias poblacionales pues el número de censos durante los dos primeros años fue muy escaso. Sin embargo, la acumulación de un buen número de censos y, sobre todo, su adecuado reparto por la geografía de España permiten analizar con notable fiabilidad la calidad del método empleado. Este estudio tiene como principal objetivo presentar los primeros datos generales del Proyecto SARE – Reptiles y valorar el método empleado en un grupo de organismos, los reptiles, para los cuales el trabajo de campo es a menudo complejo por la desigual detectabilidad de las especies y las bajas densidades poblacionales.

Los transectos consisten en recorridos lineales de 1 h de duración realizados por un solo investigador. Cada transecto se realiza dos veces al año en primavera. Durante los transectos se buscan reptiles activamente observando todo tipo de microhábitats favorables. Hasta el momento han participado 79 voluntarios que han realizado censos en 110 cuadrículas UTM 10x10 km. Con excepción de algunas provincias en diversas comunidades españolas, los transectos están repartidos por gran parte de la geografía peninsular además de Mallorca e Ibiza (Figura 1). Los transectos son realizados por voluntarios que escogen una cuadrícula UTM 10x10 km que pueda ser favorable para la realización de censos a largo plazo. En cada una de las cuadrículas, el investigador puede escoger hasta dos o tres transectos en diferentes hábitats. Hasta el momento ya se han realizado censos en un total de 256 localidades distintas. La distancia media de los transectos ha sido de 1,50 ± 0,63 km (media ± desviación típica; rango 0,506-2,940 km, n = 220). La altitud media de los transectos es de 595,4 ± 25,9 m (rango 5-2550 msm, n = 220). Donde más transectos se realizan es en el intervalo entre 5 y 250 msnm, y excepto uno que se realiza a 2.500 msnm en Sierra Nevada, el resto se realiza por debajo de los 1.500 msm (Figura 2). La desigual reparti-

Figura 1. Localización de las cuadrículas UTM 10x10 km con transectos de seguimiento de reptiles en el programa SARE dentro de la Península Ibérica.


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Figura 2. Histograma del número de transectos que se realizan en el programa SARE de reptiles en la Península Ibérica agrupados según su distribución en altitud.

ción de transectos en función de la altitud puede influir sobre la ausencia en los resultados observados hasta el momento de algunas especies adaptadas a la alta montaña. Cada transecto ha sido clasificado en una categoría de hábitat según las características del paisaje circundante al transecto lineal recorrido.

En total, los 240 transectos se agrupan en 18 hábitats diferentes, siendo los hábitats más frecuentes los de masas forestales y arbustivas (Tabla 1). La mayoría de tipos de hábitats están representados por la realización de algunos transectos, siendo los hábitats urbanos los menos representados. Entre los hábitats naturales, dicha representación es desigual y todavía hay algunas subclases que no están muestreadas. Esto podría ser especialmente delicado en especies asociadas a hábitats muy concretos; en el caso que estos hábitats no hayan sido muestrados, lógicamente la especie no se habrá detectado nunca.

Resultados del SARE para los reptiles Desde el inicio del proyecto se han contabilizado 10.097 ejemplares de reptiles correspondientes a 36 especies. Esto significa que se

Tabla 1. Número de censos realizados para cada una de las clases y subclases de hábitats en España. Categoría hábitat

Subcategoría

Código

N

Urbano

Artificial (Edificios y Asfalto) Sin Vegetación Jardines Jardines y Parques sin arboles Parques y Jardines con arboles

URB/ART URB/NON URB/VEG URB/GRA URB/TRE

0 0 0 0 1

Cultivado

Tierra arada en barbecho Cultivos de herbaceas Cultivos de leñosas

CUL/SPA CUL/CRO CUL/WOC

4 17 20

Herbáceo

Plantas acuaticas sumergidas Plantas acuaticas emergidas Plantas halofitas o de medios salinos Hemicriptofitos frondosos (hierbas perennnes) Hemicriptofitos cespitosos (bienales o perennes con rosetas) Terofitos (Plantas anuales) Suculentas Geofitas (Bulbaceas y con rizomas) Caméfitos (matas leñosas de 10-50cm) Criptogamas (musgos y liquenes)

HER/SHY HER/EHY HER/HEL HER/LHE HER/CHE HER/THE HER/SUC HER/GEO HER/HCH HER/CRY

1 2 5 11 6 7 0 1 15 0

Arboles/arbustos

Matas leñosas (camefitos) muy bajas (debajo de 0,05 m.) Matas leñosas (caméfitos) bajas (0,05-0,30 m.) Arbustos leñosos (fanerofitos) bajos (0,30-0,60 m.) Arbustos leñosos (fanerofitos) medios (0,60-2,00 m.) Arbustos leñosos (fanerofitos) altos (2,00-5,00 m.) Bosques de fanerofitos (>5 m.)

TRS/DCH TRS/SCH TRS/LPH TRS/MPH TRS/TPH TRS/FPH)

2 15 17 34 44 38


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ha detectado el 79% de las especies de reptiles ibéricos continentales, además de Podarcis pityusensis (Tabla 2). Entre los diferentes grupos taxonómicos de reptiles se observan algunas diferencias. Aunque el número de saurios observados es mucho mayor que el de ofidios, destaca especialmente el hecho que se han detectado todos las especies de ofidios y solamente el 67% de saurios (Tabla 2). Tabla 2. Número de ejemplares observados en los transectos del programam SARE para los reptiles en España, según los cuatro grupos taxonómicos principales. No están actualizadas las últimas novedades taxonómicas, aunque algunas pudieran ya estar aceptadas e incluidas en la lista patrón de la AHE. *Trachemys scripta incluida. Grupos

Especies Especies no Total de

Total de

detectadas detectadas especies ejemplares Quelonios

4 (80%)*

1 (20%)

5

210

Anfisbénidos 1 (100%)

0 (0%)

1

184

Saurios

18 (67%)

9 (33%)

27

9249

Ofidios

13 (100%)

0 (0%)

13

454

Total

37 (79%)

10 (21%)

47

10.097

Por especies, aquellas con mayor número de observaciones son saurios, y destacan Psammodromus algirus (2372), Podarcis hispanica (1321), y Tarentola mauritanica (1195), todas ellas especies abundantes en la Península Ibérica, y Podarcis muralis (1319), la de distribución ibérica más reducida entre las cuatro especies más observadas (Tabla 3). Igualmente, las especies observadas en un número mayor de transectos diferentes fueron saurios, y destacan P. algirus (166), P. hispanica (125), Timon lepidus (125) y T. mauritanica (99), todas de amplia distribución ibérica. Entre los ofidios, la especie observada en mayor número de transectos fue M. monspessulanus (79). En general, las especies no detectadas en los transectos corresponden a

especies de alta montaña y/o muy reducida distribución geográfica como ocurre con Lacerta agilis, Algyroides marchi y todas las especies del género Iberolacerta excepto Iberolacerta monticola (Tabla 3). Tampoco se ha detectado una de las dos especies de quelonios terrestres, Testudo graeca. Existe una tendencia lineal a que las especies con mayor número de observaciones correspondan a aquellas que han sido observadas en mayor número de cuadrículas (r = 0,74, p < 0,0001, n = 37; Figura 3). Se han calculado los residuales de la ecuación de regresión y se han comparado los valores entre los dos grupos con mayor número de especies. Los residuales fueron significativamente mayores en saurios que en ofidios (t30 = 2.78, P = 0.009). Los ofidios presentan valores que se sitúan por debajo de la recta de regresión (residuales negativos), lo que sugiere una mala relación entre el número de cuadrículas y el número de observaciones para una misma especie. Dicho de otra manera, las especies de ofidios con mejor representación en los transectos, no presentan paralelamente un número mayor de observaciones, algo que sí ocurre con los saurios. Este hecho sugiere que la escasez de citas entre las especies de ofidios no es exclusiva de aquellas con menor detectabilidad sino que, al menos con el método empleado en el SARE, afecta a todas las especies. Este resultado viene a apoyar el carácter más elusivo de los ofidios en relación a los saurios. El método extensivo usado en el SARE (cuadrículas repartidas por autonomías, pisos bioclimáticos y hábitats) hace pensar que las especies mejor representadas en los censos SARE (mayor porcentaje de cuadrículas con presencia de una determinada especie) serán aquellas que presentan distri-


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Tabla 3. Número de observaciones de reptiles de cada una de las especies observadas. Grupos

Especie

Emys orbicularis Mauremys leprosa Testudo graeca Testudo hermanni Trachemys scripta Anfisbénidos Blanus cinereus Tarentola mauritanica Saurios Hemidactylus turcicus Acanthodactylus erythrurus Anguis fragilis Chamaeleo chamaeleon Chalcides bedriagai Chalcides striatus Iberolacerta aranica Iberolacerta aurelioi Iberolacerta bonnali Iberolacerta cyreni Iberolacerta galani Iberolacerta martinezricai Iberolacerta montícola Lacerta agilis Lacerta bilineata Lacerta schreiberi Podarcis bocagei Podarcis carbonelli Podarcis hispanica Podarcis muralis Podarcis pitiusensys Podarcis vaucheri Psammodromus algirus Psammodromus hispanicus Timon lepidus Zootoca vivípara Coronella austriaca Ophidia Coronella girondica Hemorrhois hippocrepis Hierophis viridiflavus Macroprotodon brevis Malpolon monspessulanus Natrix maura Natrix natrix Rhinechis scalaris Zamenis longissimus Vipera aspis Vipera latastei Vipera seoanei Quelonios

Acrónimo N1 N2 EMYORB MAULEP TESGRA TESHER TRASCR BLACIN TARMAU HEMTUR ACAERY ANGFRA CHACHA CHABED CHASTR IBEARA IBEAUR IBEBON IBECYR IBEGAL IBEMAR IBEMON LACAGI LACBIL LACSCH PODBOC PODCAR PODHIS PODMUR PODPIT PODVAU PSAALG PSAHIS TIMLEP ZOOVIV CORAUS CORGIR HEMHIP HIEVIR MACBRE MALMON NATMAU NATNAT RHISCA ZAMLON VIPASP VIPLAE VIPSEO

55 8 146 37 0 0 3 3 6 6 184 54 1195 99 100 17 529 36 314 38 18 4 111 29 142 38 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 225 4 0 0 188 27 49 20 177 19 0 0 1321 125 1319 37 263 1 22 12 2372 166 335 55 424 125 145 15 19 18 54 42 32 19 3 3 6 18 91 79 105 75 54 44 52 66 7 7 9 9 8 14 14 17

Figura 3. Relación entre el número de cuadrículas con presencia y número total de observaciones para los reptiles de España observados en el programa SARE. Cada símbolo representa una especie.

buciones mayores en España. Y al contrario, aquellas especies con distribuciones más limitadas estarán mal representadas en el conjunto de transectos. Esto ya se ha comentado anteriormente para algunas especies de alta montaña como las lagartijas pertenecientes al género Iberolacerta (Tabla3). Pero, además, es posible comprobar si esta tendencia se puede generalizar a todas las especies de reptiles ibéricos. La Figura 4 muestra que cuanto mayor es el número de cuadrículas con presencia de una especie en España (basado en el Atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles de España, Pleguezuelos et al., 2002), mayor es el número de cuadrículas en que ha sido observada en los censos SARE (r = 0,90, p < 0,0001, n = 32). Sin embargo esta correlación muestra, especie por especie, diferencias que se expresan en los valores y signos de los residuales de la regresión lineal. El cálculo de los residuales de la recta de regresión ha permitidodetectar diferencias significativas entre ofidios y saurios (t27= 3,63, P = 0,001), con saurios tomando valores más altos que los ofidios. Visualmente se observa que los valores positivos se encuentran en la parte superior


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Figura 4. Relación entre el número de cuadrículas en España (a partir del Atlas y Libro Rojo de la Anfibios y Reptiles Españoles; Pleguezuelos et al., 2002) y el de transectos SARE con presencia de cada una de las especies de reptiles españoles. Cada símbolo representa una especie.

de la línea de regresión y corresponden a saurios; de esta manera, gran número de saurios, sea cual fuere su distribución en España, están bien representados en el SARE y por tanto cabe concluir que el sistema de monitoreo empleado por el SARE parece adecuado para la mayoría de saurios ibéricos. Por el contrario y a tenor de los valores negativos de los residuales en las especies de ofidios, nuevamente el número de ejemplares vistos en los transectos SARE es bajo, sea cual fuere su distribución en España. Cabría concluir que el sistema seguido por el SARE podría no reflejar fielmente las tendencias poblaciones de los ofidios ibéricos a largo plazo.

va un aumento progresivo en el número de especies observadas y ejemplares totales registrados desde 2006 y hasta 2010 para las especies observadas (Figura 5) o 2011 para los ejemplares vistos (Figura 6). En ambos casos, el programa SARE se inició en 2006 con unos pocos transectos experimentales. La estabilización en los últimos cuatro años en el número de especies detectadas probablemente indica una correcta distribución espacial de los transectos en toda la geografía. El número de citas recogidas es un indicador del número de transectos realizados. En general y como cabía esperar, este valor fue aumentando a lo largo del tiempo hasta 2011 en que se estabilizó. Sin embargo, los datos de 2013 son preocupantes pues la reducción del número de observaciones indica el abandono de algunos transectos (Figura 6). En el momento en que se cerró la base de datos para la elaboración de este estudio, es posible que no todos los investigadores hubieran introducido sus datos de los censos 2013. En caso contrario, el abandono de un censo sería un hecho preocupante dada la necesidad de hacer estudios a largo plazo para conseguir observar tendencias poblacionales en las especies.

Cambios anuales Se han realizado las primeras comparaciones entre años desde el inicio del proyecto SARE. Debido al todavía reducido período temporal solamente se han registrado los cambios anuales en el número de especies y ejemplares observados desde el inicio del programa en 2006. En general, se obser-

Figura 5. Variación anual del número de especies observadas en los transectos del programa SARE para los reptiles.


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Discusión Aunque la distribución de las cuadrículas muestreadas es bastante uniforme, existen algunas subclases de hábitats que no han sido muestreadas o insuficientemente muestreadas a pesar de su extensión en España. En el futuro, dichos hábitats deberán ser promovidos entre los voluntarios para completar una revisión uniforme de los hábitats españoles dentro del programa SARE – Reptiles. En este sentido, es necesario fomentar entre los voluntarios la inclusión de hábitats de alta montaña, que albergan especies de reptiles amenazadas que no han sido aún detectadas en el programa SARE. El número de saurios relativo a la distribución en España o al número de transectos con resultados positivos sugiere que la metodología es adecuada. Las diferencias con los ofidios sin embargo son preocupantes. Aunque es lógico esperar observaciones menos numerosas en los ofidios, la diferencia entre ambos grupos sugiere que las tendencias poblacionales deberán ser tratadas de diferente manera: con los saurios será posible usar abundancias relativas (i.e., individuos/km, individuos/hora) para calcular las tendencias poblacionales a

Figura 6. Variación anual del número de ejemplares observados en los transectos del programa SARE para los reptiles.

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largo plazo. En cambio, con los ofidios, el bajo número de animales observados por cuadrícula sugiere que las tendencias poblacionales deberán analizarse en base a la presencia de cada especie por número de cuadrículas estudiadas (dentro del rango ibérico de cada especie). Esto deja de manifiesto la importancia de la continuidad de los muestreos por los mismos observadores, en las mismas cuadrículas, durante períodos largos. Las especies con distribuciones más restringidas no aparecen en los censos SARE. Tampoco las especies con alguna categoría de amenaza (criterios UICN en su aplicación regional a los reptiles españoles; Pleguezuelos et al., 2002), como por ejemplo A. marchi, Podarcis lilfordi, Lacerta bonnali o T. graeca entre otras. Igualmente no existen transectos SARE en la Islas Canarias. Para corregir este sesgo proponemos la realización de censos específicos para estas especies y fomentar que futuros voluntarios focalicen su esfuerzo hacia las cuadrículas y hábitats que alberguen estas especies. Algunas de estas especies, sobre todo saurios de alta montaña, presentan poblaciones localmente importantes y de fácil detectabilidad, hechos que favorecen la viabilidad de la realización de censos SARE. Las especies mejor distribuidas en España (según el número de cuadrículas que ocupan) tienden a estar mejor representadas en términos de presencia en las cuadrículas con transectos SARE. Este hecho indica una aceptable uniformidad en la distribución de cuadrículas hasta ahora incluidas en el proyecto SARE. Sin embargo, los valores residuales de la regresión de ambas variables demuestran que las especies acuáticas han sido detectadas en un número de cuadrículas inferior a su presencia en España (p.e. Mauremys leprosa, Emys orbicularis y las dos culebras del género Natrix). Esta conclu-


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sión significa que el método SARE no es adecuado para reptiles de hábitos acuáticos y se precisan censos específicos para ellos. Las diferencias en los residuales entre saurios y ofidios son interesantes. Los ofidios quedan mejor evaluados en un proyecto de corología, como es un atlas de distribución, que en un proyecto de seguimiento como es el SARE. Esto es probablemente debido a la importante contribución que tienen los ejemplares atropellados en la corología de los ofidios (Garriga et al., 2012) y que en cambio raramente aparecen en los transectos SARE. Por otra parte, en un estudio de corología desarrollado durante varios años, el hallazgo de un solo individuo un solo año es suficiente para registrar su presencia en una cuadrícula, mientras que en estudio de monitoreo, lo interesante es conseguir numerosos registros cada año para detectar tendencias numéricas. Este resultado una vez más confirma la baja detectabilidad y escasez de ofidios respecto a saurios; sugiere que los ofidios podrí-

an precisar de un monitoreo más específico, más intensivo en algunas zonas concretas donde se conozcan poblaciones abundantes. La tendencia anual en el aumento de registros y de especies observadas desde el inicio de programa hasta el año 2011 indica que el número de voluntarios aumentó significativamente. Pero el descenso de los registros en 2013 sugiere un abandono de transectos. Es conveniente fomentar el mantenimiento de los transectos iniciados pues solamente series temporales largas permitirán elaborar estimas fiables de la evolución a largo plazo de las poblaciones de reptiles, objetivo básico del proyecto aquí presentado. AGRADECIMIENTOS: Este trabajo no habría sido posible sin la colaboración de todas las personas que han realizado transectos. Para ellos mi más sincero agradecimiento. También agradezco a P.L. Hernández su ayuda en la preparación de las figuras.

REFERENCIAS Garriga, N., Santos, X., Montori, A., Richter-Boix, A., Franch, M. & Llorente, G.A. 2012. Are protected areas truly protected? The impact of road traffic on vertebrate fauna. Biodiversity and Conservation, 21: 2761-2774.

Pleguezuelos, J.M., Márquez, R. & Lizana, M. (eds). 2002. Atlas y libro rojo de los Anfibios y Reptiles de España. Dirección General de Conservación de la Naturaleza, Asociación Herpetológica Española. Madrid.


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Observadoras/es de campo Amparo Mora Cabello de Alba Parque Nacional de los Picos de Europa, Avda. Covadonga, 43. 33550 Cangas de Onís, Asturias. C.e.: amora@pnpeu.es

Me han pedido un artículo que anime a la gente a hacer seguimientos de especies. Y entonces, echando la vista atrás, me doy cuenta de un montón de cosas y parece que llega la hora de pasar el testigo y de animar a otras y a otros a dedicar horas a la observación de la naturaleza, de la belleza, sobre todo porque es un enorme disfrute. Estoy recapacitando y buscando, queriendo poner un nombre en mi cabeza a las personas que me han enseñado a observar y, casi directamente, vuelo hacia Doñana, al mes de septiembre, al anillamiento de paseriformes migratorios y otras aves. Y me acuerdo de Luis García1, “yo soy un observador de campo”, dicho entre risas, entre ironías. Efectivamente, mi primer “pseudocuaderno” de campo lo inicié en Doñana. Yo quería saber más cosas, quería aprender, quería poder contar algo de aquellas plantas que veía, de aquellos pájaros, del meloncillo, de las dunas, de los pinos, de la berrea… Allí encontré por primera vez el enfoque que concordaba con mis deseos, el enfoque de lograr el conocimiento directamente de la naturaleza, mediado por la observación y completado más tarde con el análisis de la información recogida, con la lectura de libros, con lo transmitido por otros más expertos que yo, pero iniciado –y ésta era la gran revolución– por un deseo concreto mío de aprender sobre algo. Yo era estudiante de Biología de segundo año y en todo ese tiempo y esa cascada interminable de asignaturas

cuatrimestrales, nada de todos aquellos conocimientos me había atravesado, no tenían nada que ver conmigo, eran un simple listado de cosas que memorizaba, vomitaba en los exámenes y luego olvidaba. Pero descubrí que cuando el conocimiento parte de un interés genuino y cuando se recibe de personas que nos quieren, nunca más se olvida. Es por eso que quisiera animar a todas aquellas personas que se sienten atraídas por la naturaleza e interesadas por cultivarse a que inicien seguimientos de las especies que les gusten, ya sean anfibios, ya sean aves, ya sean mariposas, ya sean plantas, ya sean ecosistemas enteros, lo que sea pero que se inicien y que avancen y que aprendan. Y quisiera animar también a todas y todos aquellos que pueden servir de puente hacia ese mundo natural a que ayuden a otras personas, que les enseñen, que les eduquen los ojos en el arte de apreciar la vida, que les apoyen en sus inicios, para que la escuela de observadoras y observadores continúe creciendo. Y dicho esto, hablaremos de mi experiencia propia, que es la que puedo contar. Después de este hallazgo que efectué en Doñana, donde descubrí lo que era el trabajo de campo y que eso era a lo que yo quería dedicarme, seguí estudiando, claro, aunque me costaba tanto ir cubriendo los trámites. Hacia el final de la carrera tuve ocasión de trabajar en prácticas durante seis meses en la Estación Biológica de la Tour du Valat (Camarga, Francia, www.tourduvalat.org) y ese fue mi segundo gran apren-

1 Intervención de Luis García, anillador del Equipo de Seguimiento de Procesos Naturales de la Estación Biológica de Doñana, en el documental “El corazón de Doñana”: https://www.youtube.com/watch?v=-xSa69tLot8


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dizaje. Aprendí muchísimo: por supuesto el idioma, pero también la autonomía en el trabajo desde el primer día, aprendí que estudiando a distancia mis asignaturas pendientes en España no sólo podía aprobarlas sino que las asimilaba mucho más que yendo a clase (el conocimiento no era potestad de la profesora ni toda formación se conseguía mediante unos apuntes o un método determinado), aprendí a asumir la responsabilidad y el gran esfuerzo de un trabajo de campo profesional. Durante aquellos seis meses dediqué horas interminables –de sol a sol muchos días– a la observación de las garzas y su tipo de alimentación en los arrozales de la Camarga y, a la vez, recogía las escasas plantas que florecían por las cunetas y las iba clasificando para entender la botánica de la que me iba a examinar a mi vuelta a España. La satisfacción tan enorme que experimentaba al aprender de aquella manera, autónoma, directamente basada en lo que iba observando, no la puedo describir. El entorno era el ideal para un aprendizaje de este tipo, ya que teníamos la naturaleza alrededor, y un nutrido grupo de compañeras y compañeros en prácticas, cada uno de una disciplina, que te instruían sobre muchos temas, a la par que científicos expertos que trabajaban en la Estación Biológica y científicos visitantes que acudían a las muchas charlas y seminarios de intercambio que se organizaban sobre distintos temas de ciencia y de gestión directa de humedales. Todo esto se completaba con una magnífica biblioteca donde poder documentarse. Y ésta fue mi formación en observación de campo. Había pasado toda mi vida en Madrid y nadie en mi familia directa se dedicaba a estos temas, por lo que no había tenido otro aprendizaje. La vena científica venía en los genes, de mi bisabuelo Enrique, médico en la década de 1930.

Cuando aterricé en 2002 en los Picos de Europa, como bióloga con plaza definitiva, experimenté de nuevo todo este proceso al que os estoy animando. Ahora sí, tenía un contacto continuo y extenso con las montañas, con la naturaleza. Había miles de cosas que llamaban mi atención, en particular las flores y los anfibios y comencé a anotar, a fotografiar, a inventariar y a observar los mapas durante horas como primer paso de conocimiento. En lo referente a los anfibios, junto con Ángel Fernández, hoy día consultor independiente, comenzamos ya en 2002 una labor de inventariado de puntos de reproducción de anfibios en alta montaña. Una vez que hubimos visitado las escasas lagunas y charcas de alta montaña de Picos, decidimos que era interesante seguir inventariando en la totalidad del Parque Nacional y fuimos completando nuestros muestreos por fuentes, abrevaderos, lagos, zonas húmedas y arroyos a todas las altitudes. Estábamos inmersos en una fase de mero registro de presencia de especies. Ni siquiera podíamos resolver algunas dudas de identificación, ni siquiera conseguíamos encontrar alguna de las especies que habían sido citadas en el Parque (por ejemplo, la salamandra rabilarga, Chioglossa lusitanica). Y en 2005, por una serie de casualidades, entré en contacto con Jaime Bosch, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Había leído un artículo suyo en Quercus sobre quitridiomicosis y, al poco tiempo, encontré un ejemplar de sapo partero (Alytes obstetricans) muerto en el Llago Cimero, a 2.100 msnm. Me acordé de su artículo y le hice llegar la muestra como pude. Él se interesó por el hallazgo y vino ese mismo verano a muestrear a Picos de Europa. Nos conocimos en el terreno, manchándonos con el barro, en mis queridas montañas y vimos que nuestro modo de


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trabajar tenía muchos puntos en común, así que para 2006 propuse a la dirección contratar a Jaime Bosch para diseñar un seguimiento de anfibios en el Parque. ¿Por qué cuento este aspecto de la historia? Porque creo que en nuestro afán de saber, de aprender, la figura de alguien experto en un determinado tema que nos ayude es fundamental para no perder tiempo, para centrarnos. En 2006 trabajamos duro. Cada vez que Jaime programaba una visita al Parque, muestreábamos por la mañana, tarde y noche. Recorrimos todos los puntos de reproducción de anfibios que habíamos ido conociendo hasta el momento, despejamos nuestras dudas en cuanto a identificación de especies –aprendimos a identificar a la rana patilarga (Rana iberica) y a distinguirla de la bermeja (Rana temporaria)–, encontramos por fin a la salamandra rabilarga (Chioglossa lusitanica), y descartamos la presencia en el Parque del tritón ibérico (Lissotriton boscai) y de la ranita de San Antonio (Hyla molleri). Jaime nos fue transmitiendo muchos conocimientos en nuestras salidas al terreno. También fue él, con todo su bagaje acumulado ya en el seguimiento que desarrollaban en Peñalara, quien diseñó el método de seguimiento que llevamos efectuando en Picos de Europa desde 2007. En función de criterios prácticos de accesibilidad a los lugares de muestreo y de disponibilidad de personal, escogimos una serie de localidades y especies en las que efectuar recuentos de abundancia para conseguir registrar el máximo de abundancia de cada temporada. Por ejemplo, en la laguna de las Moñetas, cuando se derrite la nieve, allá a finales de junio, realizamos una primera visita a ver si hay actividad en el agua de tritones alpinos (Mesotriton alpestris) y sapos parteros (Alytes obstetricans). Contamos el número de larvas invernantes de sapo partero y el número de tri-

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tones alpinos adultos. Volvemos a realizar visitas y conteos cada diez días hasta aproximadamente la mitad de septiembre, cuando normalmente ya hemos registrado el máximo de abundancia anual para ambas especies. Suelen ser unas cinco o seis visitas al año. No parece gran cosa, pero aparte muestreamos otras muchas localidades, realizamos otros seguimientos y trabajos, y todo se concentra fundamentalmente entre los meses de junio y agosto. Hay que hacer verdadero encaje de bolillos para cubrir todos los muestreos, teniendo en cuenta la variable meteorología de los Picos de Europa. Siendo tan poca cosa aparentemente, y tan simple, esta metodología nos ha permitido generar datos válidos para documentar procesos muy interesantes. El principal de ellos ha sido el declive de muchas poblaciones de las estudiadas debido a una infección por Ranavirus. La primera afección por este virus fue confirmada en el Parque en 2009 (Balseiro et al. 2009) , coincidiendo con nuestro tercer año de seguimiento. A partir de entonces hemos registrado caídas abruptas de las poblaciones de sapo partero en diversas localidades. En algunos casos, los datos de seguimiento han ido por delante de la genética. Las caídas de población que registrábamos en ciertas localidades se han confirmado después con la detección genética del virus. Esta desafortunada coincidencia en el tiempo entre el arranque de nuestro seguimiento y la incidencia de Ranavirus nos ha hecho entender que los seguimientos a largo plazo de especies tienen un doble objetivo: 1. Identificar impactos evidentes sobre las poblaciones. Por ejemplo, introducciones de especies exóticas en lagunas de alta montaña. 2. Identificar impactos no evidentes sobre las poblaciones. Este tipo de impactos, como la afección por Ranavirus o la influencia del cambio climático, no podrían ser detectados


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si no se hubiera realizado un muestreo cuantitativo y periódico de las poblaciones. De todo este trabajo de seguimiento de poblaciones surgen muchos frutos: - Se van formando las personas en un determinado tema y ampliando sus conocimientos. Por ejemplo, hoy tenemos en el Parque Nacional un equipo de unas 12 personas que conocen los fundamentos teóricos del seguimiento, las especies de anfibios presentes, saben manipularlas correctamente, conocen su fenología y están al tanto de los protocolos de manejo de cara a prevenir infecciones de virus. Es decir, un equipo especializado en seguimiento de anfibios. - Se detectan y, si se puede, se impiden impactos directos sobre las poblaciones al visitarlas regularmente durante la temporada reproductiva. - Se da pie a publicaciones científicas mediante el análisis de los datos recogidos y, por tanto, a la generación de conocimiento escrito.

- Nos dotamos de una base de conocimiento para poder encaminar nuestras decisiones de gestión sobre las poblaciones. Y lo que es más importante, mantenemos nuestra curiosidad viva, seguimos dedicando horas a la observación de la naturaleza e intentamos aprender un poco más cada año. Animo de nuevo a todas las personas a las que les gusta la naturaleza y desean investigarla a que se pongan manos a la obra, iniciando desde lo más genuino el camino del conocimiento. Y a aquellos que ya la conocen a que inicien a otros. Y agradezco profundamente a todas y a todos aquellos que me enseñaron a manipular los pajaritos, a herborizar plantas, a enfocar un catalejo, a enganchar una rana, a poner un pie detrás de otro en un camino escarpado, porque hicieron que todo esto me pasara directamente por el corazón. En Cangas de Onís, a 14 de abril de 2014

REFERENCIAS Balseiro, A., Dalton, K.P., del Cerro A., Marquez, M., Cunningham, A.A., Parra, F., Prieto. J.M. & Casais, R. 2009. Pathology, isolation and molecular characterisation

of a ranavirus from the common midwife toad Alytes obstetricans on the Iberian Peninsula. Diseases of Aquatic Organisms, 84: 95-104.

Quince años de seguimiento de las poblaciones de anfibios del macizo de Peñalara (Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, Madrid) Jaime Bosch & Saioa Fernández-Beaskoetxea Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC. José Gutiérrez Abascal 2. 28006 Madrid. C.e.: bosch@mncn.csic.es

Fecha de aceptación: 14 de enero de 2015. Key words: populational trends, chytridiomycosis, Peñalara, Sierra de Guadarrama, amphibians.

Ya desde principios del siglo XX los anfibios del Macizo de Peñalara llamaron la atención de los naturalistas. Bernaldo de Quirós y Carandell dicen en 1915 en la Serie Geológica 11 de los Trabajos del Museo Nacional de Ciencias Naturales: “trampales y turberas…[donde]

viven la Rana alpina (=Rana iberica) y la Salamandra maculosa (=Salamandra salamandra)… que tal vez llegan a habitar la Laguna de Peñalara, bajo la costra de hielo que largos meses cubre su superficie”. Unos años más tarde, en 1931, Vidal Box en la publicación


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“Sierra de Guadarrama. Guía de los Sitios Naturales de Interés Nacional” cita de nuevo a S. salamandra y a Alytes obstetricans como “S. maculosa” y “Halytes obstetricans” dentro del apartado de “Descripción geológico-geográfica e itinerarios del Macizo de Peñalara”. Los numerosos procesos de extinción y colonización motivados por los períodos glaciares del Pleistoceno y una larga historia geológica, junto con una considerable diversidad ambiental, hacen que hasta 10 especies de anfibios estén presentes en el corazón del reciente Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama: S. salamandra, Triturus marmoratus, Mesotriton alpestris, A. obstetricans, Bufo spinosus, Bufo calamita, Hyla molleri, R. iberica, Pelophylax perezi y Discoglossus galganoi, que ocasionalmente alcanza la cota de 1.800 msnm. Pese a su carácter alpino, y a ser una de las zonas protegidas más antiguas de España, Peñalara ha estado sometido a impactos serios. En 1969 se inaugura la estación de esquí del Puerto de Cotos, y en 1986 incluso se modifica el relieve glaciar con la construcción de un dique artificial en la Laguna Chica. En esa época el tren llega al Puerto de Cotos y se desarrollan diversas infraestructuras provocando la masificación de la zona. Por si fuese poco, en las décadas de 1970 y 1980 la administración introduce en la Laguna Grande un salmónido americano (Salvelinus fontinalis), y los pescadores locales introducen alevines de trucha autóctona (Salmo trutta) en los tramos altos de varios arroyos (Bosch et al., 2006). Pero, sin duda, el golpe fatal para los anfibios de Peñalara llega en 1997 cuando la enfermedad fúngica conocida como quitridiomicosis aparece por primera vez en Europa y provoca la casi total extinción de A. obstetricans y mortalidades masivas de S. salamandra y B. spinosus (Bosch et al., 2001; Bosch & Martínez-Solano, 2006; Garner et al., 2009).

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En 1999 iniciamos el programa de seguimiento de los anfibios de Peñalara, que cuenta en la actualidad con una serie ininterrumpida de 15 años. Cada una de las casi 250 masas de agua catalogadas en Peñalara es visitada hasta seis veces durante la estación reproductiva, contabilizándose el número de puestas (en el caso de B. spinosus y B. calamita) o de larvas (resto de especies). Los valores obtenidos se asignan a categorías de abundancia para las puestas: 0 (0), 1 (1), 2 (2-5), 3 (6-10), 4 (11-20) y 5 (>20), y para las larvas: 0 (0), 1 (1-10), 2 (11-50), 3 (51-100), 4 (101-500) y 5 (>500). La aplicación informática TRIM (“Trends & Indices for Monitoring Data”) se usa para analizar las tendencias poblacionales globales de cada especie considerando las categorías de abundancia máxima anuales a través de regresiones loglineales, clasificándose las tendencias obtenidas en cuatro categorías: 1) Especie en aumento, con tendencia positiva estadísticamente significativa (leve: p<0,05; moderado: p<0,01; fuerte: p<0,001); 2) Especie en declive, con tendencia negativa estadísticamente significativa (leve: p< 0,05; moderado: p<0,01; fuerte: p<0,001); 3) Especie estable, sin tendencia significativa y cuyo porcentaje de crecimiento/descenso anual es inferior al 20%, y 4) Especie de evolución global incierta sin tendencia significativa. Además, la pendiente de la recta modelizada y el error estándar de la estima se pueden interpretar en términos biológicos como el porcentaje de variación (o tasa instantánea de crecimiento: positiva en el caso de un aumento de ejemplares, negativa en caso de declive) y su intervalo de confianza al 95%. Quedan fuera de este análisis los ejemplares larvarios de la totalidad de los arroyos de Peñalara, que en el caso de ciertas especies como R. iberica y S. salamandra contribuyen de forma significativa a la población total.


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Por especie, las tendencias poblacionales de la serie de 15 años son (Figura 1): - Salamandra salamandra. Aunque se trata de la segunda especie más afectada por la quitridiomicosis, su tendencia global en los últimos 15 años es estable. Se reproduce en unas 100 masas de agua de todos los tamaños, presentando una abundancia media inferior a 50 larvas por charca. Tras la casi completa desaparición de A. obstetricans en la zona la especie sufrió una alta tasa de mortalidad, que se tradujo en un fuerte descenso poblacional en 2001 (la etapa más sensible a la enfermedad). Aunque hoy en día aún siguen apareciendo ejemplares recién metamorfoseados muertos al final de cada estación reproductiva, su progresiva recuperación podría relacionarse con la bajada en la intensidad de la infección tras desaparecer la especie “super hospedadora” (A. obstetricans). En Peñalara, la especie se reproduce tanto en charcas y arroyos permanentes como en medios temporales. En los ambientes permanentes, algunas larvas no consiguen metamorfosearse en su primer año de vida, por lo que pasan el invierno bajo la cubierta de hielo. Esos ejemplares son los que presentan una elevada tasa de infección tras el invierno, e infectan a las larvas recién soltadas cada primavera. Por el contrario, en ambientes temporales, las larvas presentan tasas de infección muy bajas, por lo que la mortalidad de recién metamórficos al final del verano se concentra casi exclusivamente en ambientes permanentes (D. Medina & J. Bosch, datos no publicados). De esta forma, es posible que los medios temporales sean los que han contribuido sobremanera a la recuperación de la especie desde la aparición de la quitridiomicosis. - Mesotriton alpestris. Su tendencia global es de incremento leve y actualmente se reproduce en unas 25 masas de agua con una abun-

dancia media inferior a 50 larvas por charca. La especie presenta una baja susceptibilidad al hongo patógeno, aunque las larvas invernantes pueden presentar tasas altas de infección. Desde su más que probable introducción en el parque en la década de 1980 en las Charcas del Pico, la especie se encuentra en franca expansión, colonizando año a año nuevas charcas y aumentando sus densidades (Martínez-Solano et al., 2003; este trabajo). En los últimos años se han observado ejemplares adultos en fase reproductiva en zonas muy alejadas de donde se reproduce actualmente (como por ejemplo la Laguna Grande o la Charca de la Hoya de Pepe Hernando), por lo que previsiblemente la colonización se completará en pocos años. - Triturus marmoratus. Su tendencia global en los últimos 15 años es incierta, pese a que ha experimentado un fuerte aumento poblacional, tanto en el número de masas de agua ocupadas como en su abundancia larvaria. Sin embargo, la falta de significación estadística en su tendencia positiva se explica por el descenso brusco que sufrió en 2009, probablemente relacionado con las condiciones ambientales. La expansión de T. marmoratus comenzó en la década de 1980 (MartínezSolano et al., 2003), cuando su presencia en Peñalara se circunscribía a las masas de agua más bajas. Su aumento se hizo patente en 2011, cuando consiguió reproducirse en 11 masas de agua. Su expansión altitudinal en Peñalara podría estar relacionada con su particular sensibilidad al aumento de la temperatura por el calentamiento global que se ha observado en la zona (Bosch et al., 2007) y, por tanto, las pequeñas fluctuaciones climáticas ocasionales podrían hacer variar el limite altitudinal de la especie en años concretos.


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Figura 1: Tendencias poblacionales de las especies de anfibios de Peñalara de 1999 a 2013 mediante el conteo de puestas y larvas. Las barras azules representan el número de masas de agua ocupadas por la especie (eje vertical izquierdo). La línea roja indica los valores de abundancia total (suma de las categorías de abundancias establecidas en el total de las masas de agua, eje izquierdo), y la línea gris representa la abundancia media (media de las categorías de abundancias establecidas de las masas de agua ocupadas, eje derecho).


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- Alytes obstetricans. Su tendencia global durante los últimos 15 años es incierta. La especie sufrió un colapso poblacional por la quitridiomicosis cercano al 98% entre los años 1997 y 1999 (Bosch et al., 2001), que continuó de forma mucho menos severa hasta aproximadamente 2002. Desde entonces la especie ha permanecido más o menos estable, pero con abundancias muy inferiores a los valores que presentaba antes de la infección. En 2008 se estableció un programa de cría en cautividad, que ha permitido liberar en la zona cerca de 600 ejemplares juveniles desde entonces. Algunos de los nuevos núcleos poblacionales establecidos en el programa de reintroducción y otros, enclavados en pozas de arroyos permanentes, no forman parte del programa de seguimiento de larvas, por lo que actualmente la especie se encuentra presente en hasta 10 localizaciones. En cualquier caso, la densidad de ejemplares es extremadamente baja, y muchos núcleos poblacionales se encuentran muy aislados entre sí, por lo que su posible recuperación podría depender completamente del programa de cría en cautividad. - Bufo spinosus. Su tendencia global, según el conteo de puestas, es incierta para el período 19992013. Es la tercera especie más afectada por la enfermedad, y desde 2001 hemos registrado mortalidades masivas de ejemplares recién metamorfoseados. Sin embargo, tras los primeros años de la infección, la especie experimentó una notable expansión en cuanto al número de masas de agua ocupadas (pasando de una a cinco entre 1999 y 2006), probablemente al beneficiarse de la ausencia de competencia larvaria con A. obstetricans (Bosch & Rincón, 2008). Sin embargo, el número de puestas ha ido descendiendo paulatinamente desde entonces y el programa de seguimiento de ejemplares marcados individualmente (véase más abajo) ha demostrado que la especie

está ahora en franca regresión (Bosch et al., en prensa). Así, las severas mortalidades masivas de ejemplares recién metamorfoseados por la quitridiomicosis podrían estar impidiendo una tasa de reclutamiento adecuada para mantener la población, por lo que es muy probable que la especie necesite ayuda en un futuro próximo. - Bufo calamita. Su tendencia global en el período de estudio es de moderado incremento. B. calamita presenta fuertes oscilaciones poblacionales, probablemente relacionadas con su biología reproductiva. En los últimos 15 años ha pasado a ocupar de 20 a 91 masas de agua, aunque su densidad larvaria media por charca ha ido disminuyendo (de una media inferior a 10 puestas por charca hasta una media inferior a cinco) a la vez que se ha ido incrementando el número de masas de agua ocupadas. - Rana iberica. La tendencia global de la especie desde 1999 es incierta en Peñalara. R. iberica es la segunda especie más amenazada de Peñalara, en este caso, por las pasadas introducciones de salmónidos. Aunque el análisis de densidades larvarias en masas de agua indica una tendencia incierta, la evolución global de la especie en el parque es más positiva, dado que se ha producido una expansión generalizada en los arroyos, tras la retirada de los salmónidos introducidos. Desde 2003 hemos retirado más de 1.000 ejemplares de salvelino y 200 de trucha, y cerca de 1.200 ejemplares de rana criados en cautividad han sido liberados en la Hoya de Peñalara (Martín-Beyer et al., 2011). En 2013, por primera vez desde la década de 1970, la especie volvió a criar en la Hoya de Peñalara, aunque previsiblemente será necesario continuar con el refuerzo de la población durante bastantes años antes de lograr una población estable en la Hoya. Por último, conviene señalar que el aparente descen-


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so desde 2008, tanto del número de charcas ocupadas como de las abundancias larvarias, podría estar relacionado con el movimiento de algunos individuos de la especie hacia los tramos de arroyo donde hemos erradicado los salmónidos, y no con la enfermedad fúngica, dado que la especie es en principio altamente resistente.

Charca de la Mariposa a 2.136 msnm. El ascenso en altitud de la especie ha sido, aproximadamente, de unos 200 m en tan sólo 15 años. Al igual que en otras especies, el aumento en el número de masas de agua utilizado ha venido emparejado a un descenso en la abundancia media por masa de agua ocupada.

- Pelophylax perezi. Su tendencia global desde 1999 es de incremento moderado. La expansión de la rana verde común en la zona comenzó hace décadas, doblando el número de puntos de reproducción entre las décadas de 1980 y 1990 (Martínez-Solano et al., 2003). Posteriormente, de 1999 a la actualidad, ha vuelto a doblar el número de masas de agua donde se reproduce (pasando de 14 a 31). La especie ha ido ganando altura en Peñalara (217 m en 20 años), observándose en 2010, por primera vez, larvas en la Laguna de Pájaros a 2.170 msnm. Nuevamente, el calentamiento generalizado en la zona podría estar relacionado con esta expansión en altura.

Con objeto de complementar el programa general de seguimiento de Peñalara mediante conteos de puestas y larvas, se llevan a cabo otros programas de seguimiento más específicos para especies o períodos de tiempo concretos. El programa de recuperación de A. obstetricans incluye un sistema de grabación automático de cantos (“frogloggers”), con dos unidades permanentes emplazadas en la Laguna Chica y la Laguna de los Pájaros (Figura 2a). El registro automatizado de los cantos permite realizar estimas relativas del número de machos cantores de A. obstetricans presentes en la zona y, por lo tanto, establecer tendencias en el tiempo. En especies como H. molleri, hemos utilizado un tipo de marcaje individual permanente con etiquetas numeradas de pequeño tamaño que se insertan bajo la piel de los individuos (“alfatags”; Figura 2b), pero la inmensa mayoría de marcajes individuales se realizan mediante la implantación subcutánea de microchips (“pittags”; Figura 2c). En el caso de B. spinosus, por ejemplo, actualmente contamos con 1.059 ejemplares marcados en todos los núcleos poblacionales de Peñalara. Con este marcaje individual y permanente, además de poder realizar estimas de tendencias poblacionales mucho más precisas, podemos obtener datos demográficos y ecológicos muy valiosos (Muths et al., 2013; Bosch et al., 2014) y estudiar la movilidad de los ejemplares (Daversa et al., 2012). Finalmente, en el caso de R. iberica, B. spinosus y A. obstetricans también hemos utilizado trans-

- Hyla molleri. La especie ha experimentado un incremento moderado desde 1999, probablemente relacionado, como en el caso de T. marmoratus y P. perezi, con el aumento de la temperatura. Hasta el año 1999, la especie sólo se reproducía en un sector del Macizo localizado a baja altitud, el Humedal del Operante, aumentando paulatinamente hasta llegar a las 18-20 charcas donde se reproduce actualmente. En 2006 el número de ejemplares adultos era ya muy significativo, contabilizándose por ejemplo más de 30 machos cantando simultáneamente en la Laguna Chica. En 2008, la especie pasó de reproducirse en nueve charcas a hacerlo en 20, alcanzándose en ese mismo año el récord de altitud para la especie, cuando llegó a reproducirse en la


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Fotos Jaime Bosch

Figura 2: Otros métodos de marcaje y seguimiento utilizados en el programa de seguimiento de los anfibios de Peñalara. a) Equipos de grabación automática de cantos; b) marcaje individual permanente de H. molleri con etiquetas numeradas; c) marcaje individual permanente mediante microchips en S. salamandra, y d) marcaje individual de R. iberica mediante transmisor de radiofrecuencia.

misores de radiofrecuencia (Figura 2d), tanto internos como externos, para tareas de seguimiento de ejemplares. Sin embargo, dada la limitación del tamaño de las baterías de los radiotransmisores, éstos presentan una vida útil muy limitada (entre dos y 14 semanas), por lo que actualmente no son adecuados para establecer tendencias poblacionales.

Por último, estos programas de seguimiento han servido, además, para detectar la presencia de ejemplares de especies alóctonas que han sido introducidas irresponsablemente en Peñalara. Así, en estos 15 años hemos podido detectar y retirar del medio un tritón pigmeo (Triturus pygmaeus) y una pareja de tritones palmeados (Lissotriton helveticus).

REFERENCIAS Bosch, J. & Martínez-Solano, I. 2006. Chytrid fungus infection related to unusual mortalities of Salamandra salamandra and Bufo bufo in the Peñalara Natural Park (Central Spain). Oryx, 40: 84-89. Bosch, J. & Rincón, P.A. 2008. Chytridiomycosis-mediated

expansion of Bufo bufo in a montane area of Central Spain: an indirect effect of the disease. Diversity & Distributions, 14: 637-643. Bosch, J., Martínez-Solano, I. & García-París, M. 2001. Evidence of a chytrid fungus infection involved in the


Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2014) 25(2) decline of the common midwife toad (Alytes obstetricans) in protected areas of Central Spain. Biological Conservation, 97: 331-337. Bosch, J., Rincón, P.A., Boyero, L. & Martínez-Solano I, 2006. Effects of introduced salmonids on a montane population of the Iberian frog. Conservation Biology, 20: 180-189. Bosch, J., Carrascal, L.M., Durán, L., Walker, S. & Fisher, M.C. 2007. Climate change and outbreaks of amphibian chytridiomycosis in a montane area of Central Spain; is there a link? Proceedings of the Royal Society B, 274: 253-260. Bosch, J., Fernández-Beaskoetxea, S., Scherer, R.D., Amburgey, S.M. & Muths, E. 2014. Demography of Common Toads after local extirpation of co-occurring Midwife Toads. Amphibia-Reptilia, 35: 293-303. Daversa, D.R., Muths, E. & Bosch, J. 2012. Terrestrial movement patterns of the Common Toad (Bufo bufo) in Central Spain reveal habitat of conservation importance. Journal of Herpetology, 46: 658-664. Garner, T.W.J., Walker, S., Bosch, J., Leech, S., Rowcliffe,

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J.M., Cunningham, A.A. & Fisher, M.C. 2009. Life history trade-offs influence mortality associated with the amphibian pathogen Batrachochytrium dendrobatidis. Oikos, 118: 783-791. Martín-Beyer, B., Fernández-Beaskoetxea, S., García, G. & Bosch, J. 2011. Re-introduction program for the common midwife toad and Iberian frog in the Natural Park of Peñalara in Madrid, Spain: can we defeat chytridiomycosis and trout introductions? 81-84. In: Soorae, P.S. (ed.), Global Re-introduction Perspectives: 2011. More case studies from around the globe. IUCN/SSC Re-introduction Specialist Group-Abu Dhabi, UAE: Environment Agency-Abu Dhabi. Gland, Switzerland. Martínez-Solano, I., Bosch, J. & García-París, M. 2003. Demographic trends and community stability in a montane amphibian assemblage. Conservation Biology, 17: 238-244 Muths, E., Scherer, R.D. & Bosch, J. 2013. Evidence for plasticity in the frequency of skipped breeding opportunities in common toads. Population Ecology, 55: 535-544.

Contando ferrerets. Veinticinco años de recuentos visuales de una especie en peligro de extinción Joan A. Oliver1, Xavier Manzano2 & Samuel Pinya3 Servei de Protecció d’Espècies. Govern de les Illes Balears. Institut Balear de la Natura (IBANAT). Govern de les Illes Balears. 3 Grupo de Ecologia Interdisciplinar. Departamento de Biología. Universidad de las Islas Baleares. c.e. s.pinya@uib.es 1 2

Fecha de aceptación: 15 de enero de 2015. Key words: Alytes muletensis, larval population, monitoring.

El ferreret (Alytes muletensis [Sanchiz & Adrover, 1979]) es un pequeño anfibio endémico de la Sierra de Tramuntana (Mallorca) que fue descubierto como fósil en el año 1977 y redescubierto vivo en 1980 (Alcover & Mayol, 1980; Mayol et al., 1980; Mayol & Alcover, 1981). Prácticamente desde su descubrimiento, el Govern de les Illes Balears y algunas ONGs han llevado a cabo actuaciones de conservación, que incluyen dos Planes de Recuperación, un programa de cría en cautividad, la creación de nuevas localidades mediante ejemplares procedentes tanto de translocaciones como de cría en cautividad, el control de predadores introducidos, principalmente de la culebra viperina (Natrix maura), y la protección de los hábitats

(todas las localidades naturales forman parte de la red Natura 2000) (Román & Mayol, 1995, 1997). Pero una de las acciones más importantes, llevada a cabo desde antes del primer Plan de Recuperación (1991-1994), ha sido el seguimiento de todas las poblaciones existentes, con el fin de conocer las tendencias poblacionales en toda el área de ocupación de la especie, contando anualmente las larvas presentes en las localidades de reproducción, y dando lugar a una de las más antiguas y completas series anuales de seguimiento de anfibios en toda Europa (Pinya, 2014). Estos planes y actuaciones de conservación de A. muletensis están reconocidos como uno de los éxitos en la protección de la naturaleza a


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nivel mundial (Griffiths et al., 2008), de tal manera que la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (IUCN) pasó de considerarlo en peligro de extinción a catalogarlo como especie vulnerable (Mayol et al., 2009). Las localidades naturales donde está presente A. muletensis (Figura 1) se encuentran en zonas muy escarpadas de muy difícil acceso, en el interior de cañones cársticos de gran desnivel, encajados centenares de metros en las montañas calizas del noroeste de Mallorca (Alcover et al., 1984). Los adultos, que pueden escalar paredes prácticamente verticales, se refugian en las grietas próximas a pozas permanentes, donde realizan sus puestas. Este hecho, aparentemente relacionado con la extrema sensibilidad de la especie a la depredación por parte de N. maura, introducida Fotos Samuel Pinya

hace unos 2.000 años en Mallorca y Menorca (A. muletensis no posee ningún tipo de defensa química como sus parientes continentales, al haber evolucionado en un medio sin vertebrados depredadores), ha determinado el acantonamiento de la especie en las pocas localidades donde la culebra no puede llegar, o bien donde ésta es eliminada por las cortas y fuertes avenidas que generan las lluvias otoñales (Moore et al., 2004; Guickin et al., 2006). El tamaño de puesta medio de A. muletensis es alrededor de 12 huevos, tanto en poblaciones captivas como poblaciones naturales (Pinya & Pérez-Mellado, 2014), siendo el menor de todos los miembros de la familia Alytidae. La mayoría de puestas son primaverales, con un pequeño repunte en otoño. Parte de las larvas pasa más de un año en las pozas, y ello depende principalmente de la temperatura del agua, que acelera o reduce el crecimiento de las mismas (Figura 2). La mayoría de pozas de los torrentes donde habita gran parte de la especie son relativamente frías (para un clima mediterráneo) y con pocas oscilaciones entre invierno y verano (11ºC - 17ºC) (Alcover et al., 1984). Estos torrentes están orientados al Noreste y las pozas permanecen en sombra todo el año. Otras localidades son más abiertas, soleadas y con temperaturas más extremas (5ºC - 30ºC), lo que determina un reducido número de larvas invernantes.

La estima del tamaño de población larvaria

Figura 1: Localidad natural en los cañones cársticos de Mallorca.

La obtención de datos cuantitativos sobre la abundancia de adultos, que presentan unos hábitos fisurícolas y nocturnos, es ciertamente más complicado y laborioso. Hasta hace poco tiempo no se obtuvieron los primeros datos de estima poblacional adulta en deter-


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Fotos Samuel Pinya

Fotos Samuel Pinya

Figura 2: Renacuajos de A. muletensis.

Figura 4: Captura de N. maura durante un muestreo.

minadas localidades (Pinya, 2014). Así, desde 1985 sus poblaciones son evaluadas mediante recuentos periódicos de las larvas en los puntos de cría, aunque sólo sistemáticamente desde 1991. Si bien es cierto que los resultados obtenidos mediante este tipo de muestreo no permiten llevar a cabo estimas del tamaño absoluto de la población, sí resultan un instrumento que permite valorar el estado de las

poblaciones de la especie, principalmente sus tendencias demográficas a medio plazo. La metodología del recuento es simple. Desde el 15 de junio hasta finales de julio se visitan todas las poblaciones existentes. Esta temporalización para llevar a cabo los muestreos no es casual, sino que se debe a que durante este período las pozas contienen el mayor número de larvas (Román & Mayol, 1997). Se cuentan las larvas en pozas, aljibes y otros puntos de cría. Se recuenta desde fuera del agua y también desde dentro; muchas pozas tienen paredes verticales por lo que al recorrer el torrente es imprescindible cruzarlas. En estos casos nos ayudamos con linternas sumergibles, traje de neopreno y gafas de buceo. El recuento se realiza visualmente, y en todos los equipos de recuento al menos hay una persona con experiencia previa en recuentos anteriores para minimizar en lo posible las desviaciones significativas. Sin embargo, hemos comprobado que, con un mínimo entrenamiento, las desviaciones entre recuentos llevados a cabo por personas diferentes de forma simultánea en una misma poza raramente superan el 10%. En el recuento se rellena una hoja de campo no sólo con el número de las larvas y de los metamórficos / adultos encontrados en

Figura 3: Estadillo de toma de datos del recuento de A. muletensis.


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cada punto, sino también información sobre otros parámetros, como por ejemplo especies acompañantes (especialmente sus depredadores) u otros parámetros físicos del lugar donde viven las larvas (Figura 3). Ya hemos señalado el impacto que la depredación por N. maura tiene sobre la especie, por lo que también se retiran todas las culebras que pueden capturarse y se valora la necesidad de futuras visitas a la localidad para retirar las que no se hayan podido capturar. Esta acción ha demostrado ser una de las más efectivas para incrementar la población de A. muletensis en una localidad determinada. La logística de los muestreos resulta ser muy complicada, ya que en más del 75% de las poblaciones el acceso sólo es posible mediante técnicas de escalada (Figura 1). Los recuentos son llevados a cabo por personal del Servicio de Protección de Especies, el organismo que coordina el Plan de Recuperación, en colaboración con otros departamentos de la administración autonómica (Agentes de Medio Ambiente y la empresa pública IBANAT) y también particulares (ONGs, voluntarios y propietarios). Cada equipo se compone de dos, tres o cuatro personas que realizan los recuentos. En el caso de los torrentes, el mínimo de tres personas no es fortuito; si hay un problema y un miembro del equipo se queda con el accidentado, el otro puede acudir en busca de ayuda. Mallorca es pequeña, pero el 60% de la especie vive en un municipio con muy baja densidad de población y la topografía escarpada determina una cobertura de telefonía móvil muy irregular. En los torrentes de mayor dificultad, que desembocan en el mar y cuya remontada es complicada, el equipo es recogido por una embarcación de apoyo.

Factores condicionantes Otro factor añadido es la detección en 2005 del hongo patógeno Batrachochytrium dendrobatidis, agente causante de la quitridiomicosis (Walker et al., 2008). Hasta la fecha se ha detectado en cuatro poblaciones de A. muletensis, pero solamente en la localidad más fría se ha producido un descenso significativo de su tamaño poblacional (Oliver et al., 2008), ya que las temperaturas elevadas no son favorables para el desarrollo del hongo, el cual no se reproduce a partir de los 23ºC – 25ºC, y muere a más de 27ºC. Hay que tener en cuenta que B. dendrobatidis fue introducido inadvertidamente en el transcurso de los programas de repoblación, antes del descubrimiento del mismo (Walker et al., 2008). Las esporas del hongo se trasmiten por el agua, por lo que se desinfectan equipos y material de escalada, utilizando material diferenciado para las cuatro localidades donde se ha detectado el hongo. Naturalmente, el recuento de larvas depende de diversas variables, principalmente de la transparencia y la profundidad del agua. En las localidades con mayor volumen se impone la necesidad de bucear para el recuento. Cada recuento es exhaustivo y se visitan

Figura 5: Ejemplo de evolución positiva y negativa de dos poblaciones naturales de A. muletensis.


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todos los puntos de reproducción conocidos, naturales o introducidos. Pozas amplias y profundas pueden recontarse simultáneamente por dos o más personas. El recuento visual tiene muchas limitaciones, principalmente en pozas o bebederos con una visibilidad limitada. Generalmente las larvas son muy tranquilas y si nos desplazamos con lentitud por la poza, se ven poco afectadas por nuestra presencia. En pozas grandes, uno de los contadores permanece “en seco” y anota los recuentos parciales que aporta cada persona en la ficha de recuento. También utilizamos contadores manuales en los casos en que el recuento se hace por una sola persona desde fuera de la poza y las larvas son abundantes. Contamos lo que vemos, pero siempre teniendo en cuenta los siguientes factores: - Siempre contamos menos larvas de las que hay en realidad; exceptuando algunos casos en pozas o bebederos pequeños y de aguas trasparentes, nuestra estimación es siempre a la baja. En los trabajos de mitigación de la quitridiomicosis hemos comprobado que en pozas con buenas condiciones de transparencia contamos visualmente solamente del 25% al 50% del número

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total de larvas que podemos extraer desecando la poza. Experiencias realizadas con técnicas de marcaje y posterior captura recaptura nos han dado desviaciones similares o aún mayores. - El recuento se realiza en el momento que teóricamente hay más larvas en el agua. Naturalmente este máximo es variable y cambia de año en año en función de las condiciones meteorológicas, principalmente de la temperatura. Lo que tenemos es una ventana temporal dentro de un gradiente de distribución de larvas, que con suerte en el momento del recuento está cerca del máximo. Lógicamente no contamos las larvas que ya han metamorfoseado y emergido ni las puestas no realizadas. Además, en años con veranos lluviosos y con tormentas frecuentes (que detienen las puestas y estimulan a los adultos a abandonar las pozas) las puestas pueden encontrarse desde el final de primavera hasta principios de otoño. - Algunas larvas se cuentan dos veces. Principalmente en torrentes “fríos”, un porcentaje variable de larvas invernan y metamorfosean a finales de la primavera siguiente. Precisamente durante muchos años estuvimos contando de manera diferencial las larvas “grandes” de más de un año y las larvas “pequeñas” del año. Naturalmente encontramos toda una variación de tallas, siendo la talla “grande de más de un año” completamente subjetiva, por lo que actualmente no las diferenciamos en los recuentos.

Tratamiento de la información

Figura 6: Serie histórica ininterrumpida de la población larvaria global de A. muletensis.

Los datos de los recuentos se analizan de forma independiente para cada cuenca y en muchos casos para cada localidad. A menudo, nos encontramos que un mismo torrente tiene


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distintas poblaciones en zonas favorables, con muy poca relación entre sí, ya que están separadas por zonas abiertas no favorables para la especie. Estadísticamente manejamos los datos de las poblaciones aisladas como tales y los datos de los sectores de los torrentes con un continuo en la presencia de la especie como metapoblaciones. Estudios genéticos han determinado que si bien existe un cierto flujo de genes torrente abajo, lo contrario es casi despreciable (Kraaijeveld-Smit et al., 2005). Lógicamente las larvas pueden ser arrastradas torrente abajo, pero solamente los adultos pueden subir torrente arriba. Muchos torrentes sólo tienen continuidad entre las pozas en el caso de avenidas, y, además, estas pozas están separadas por desniveles verticales de varios metros de altura. De hecho, hemos detectado alguna extinción en poblaciones torrente arriba sin que haya habido una posterior colonización por A. muletensis que viven torrente abajo.

¿Para qué contamos? Con todos estos handicaps en la precisión de los recuentos, ¿para que contamos? En primer lugar sabemos que no es posible contar anualmente los adultos, pero ¿los podemos inferir a partir del recuento del número de larvas? En los últimos años y en base a trabajos de captura, marcaje y recaptura, se está estudiando la demografía de algunas localidades (Pinya, 2014), y como no podría ser de otra manera, la proporción larvas / adultos reproductores es muy variable y depende de la “dureza” del hábitat. En torrentes cársticos con grandes desniveles es de unos 10 adultos por cada 100 larvas y en bebederos de ganado el porcentaje de parejas reproductoras/larvas es mucho más bajo. La inferencia del número de ejemplares adultos a partir del recuento de

larvas es en realidad un cómputo variable que depende de cada localidad. Sin embargo, al ser la puesta de A. muletensis tan reducida, la extrapolación del número de individuos adultos reproductores a partir del número de larvas es relativamente válido. En cualquier caso, no pretendemos obtener una valoración exacta de la población de la especie, pero sí detectar tendencias a medio y largo plazo, y para ello sí que son útiles los recuentos de larvas, principalmente porque las series temporales de las que disponemos son largas y referidas a cada punto de cría. Es fácil detectar variaciones significativas cuando se mantienen a lo largo del tiempo (Figura 5). Por todo ello pensamos que la evolución de la especie en estos años ha sido positiva. Casi se ha triplicado el número de poblaciones (de 12 a 36) gracias a los trabajos de reintroducción, aunque demográficamente estas nuevas localidades sólo suponen el 25% de los efectivos de la especie. Una comparación de los recuentos de larvas realizados en los últimos 24 años revela una evolución demográfica global positiva: si en 1991 se contabilizaron 14.915 larvas en las 12 poblaciones existentes, en el año 2013 el número subió hasta 34.500 larvas repartidas en 30 poblaciones. El máximo anual registrado correspondió al año 2009 con 39.311 larvas. (Figura 6). No sabemos cuántos adultos reproductores tenemos, pero podemos inferir que hoy hay cerca del doble de adultos reproductores que al iniciar los trabajos de conservación de la especie. Pensamos que es estimulante para los voluntarios del SARE comprobar que a partir de un método sencillo como el recuento visual de larvas, podemos obtener datos de importancia para valorar el estado de las poblaciones de algunos anfibios, sea de una especie común, o en este caso, de una en peligro de extinción


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Seguimiento de las poblaciones de anfibios y reptiles en Galicia Pedro Galán Departamento de Bioloxía Animal, BioloxíaVexetal e Ecoloxía. Facultade de Ciencias. Universidade da Coruña. Campus da Zapateira, s/n. 15071-A Coruña. España. C.e.: pgalan@udc.es

Fecha de aceptación: 15 de enero de 2015. Key words: amphibians, reptiles, monitoring plans, Galicia, extinct populations.

Las poblaciones de anfibios y reptiles están experimentando procesos de declive, tanto a nivel global como local, especialmente documentados en el caso de los anfibios (Stuart et al., 2008; Collins & Crump, 2009), aunque también en el de los reptiles (e.g., Gibbons et al., 2000), todo ello bajo el marco de

efectos a nivel planetario, como el cambio climático (Araújo et al., 2011). Para poder conocer cómo y en qué grado se están produciendo estos declives, así como qué especies son las más afectadas, es preciso realizar un seguimiento de poblaciones naturales, que permita la obtención de datos


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cuantitativos (e.g., Heyer et al., 1994; Gent & Gibson, 1998; Dodd, 2010). En Galicia se ha venido realizando el seguimiento de determinadas poblaciones de anfibios y reptiles en las últimas décadas, lo que ha permitido constatar la existencia de declives en algunas especies y/o zonas (Galán, 1999a). En la actualidad, esos seguimientos se han ampliado en varias líneas. La primera de ellas ha sido la continuación de los seguimientos iniciados décadas atrás. La segunda, ampliar estos seguimientos a nuevas zonas, en especial a espacios naturales protegidos, tanto continentales como insulares. Y la tercera, realizar un seguimiento específico de determinadas especies y/o poblaciones amenazadas. En el presente artículo se resumen estos planes de seguimiento que estamos desarrollando personalmente en Galicia, así como los que llevan a cabo otros investigadores.

ANFIBIOS Proyecto de seguimiento a largo plazo Para tratar de cuantificar los cambios producidos en las poblaciones de anfibios de Galicia y obtener información sobre qué Figura 1: Disminución del número de medios acuáticos utilizados por los anfibios para la reproducción, a partir de los que se muestrearon en 1975-1985 hasta la actualidad (2006-2013), durante un proyecto de seguimiento de larga duración en la provincia de A Coruña. Además de este declive, en los medios acuáticos que aún persisten se ha observado una marcada disminución en el número de individuos y especies de anfibios que los utilizan.

especies han sufrido mayores variaciones, se está realizando un seguimiento de una serie de charcas de cría en la provincia de A Coruña, que comenzó a mediados de la década de 1970, con antigüedades en el seguimiento de determinadas zonas que oscilan entre los 30 y los 39 años en la actualidad. Los datos de partida se obtuvieron entre 1975 y 1985, cuando realizamos personalmente el muestreo de un total de 139 medios acuáticos de muy diversa naturaleza, situados en distintas localidades de la provincia de A Coruña, donde se reproducían 13 especies de anfibios (todas las de Galicia, excepto una, Pelobates cultripes, que sólo habita en algunos puntos del sur de la comunidad). En ese primer momento no se detectó en los medios acuáticos la presencia de las especies invasoras más perjudiciales (como el cangrejo rojo americano o la gambusia), que serían introducidas inmediatamente después de esas fechas, y estaba en sus comienzos el desarrollo de infraestructuras y de urbanización indiscriminada, que acarrearían tan profundos cambios en el medio.


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Posteriormente, durante los años 1995 a 1998, cuando había transcurrido más de una década desde el último censo y en algunas localidades casi dos, y ya se habían producido muchas de estas transformaciones, se muestrearon las mismas zonas y con la misma metodología y esfuerzo de muestreo. Se obtuvieron datos que permitieron evaluar los cambios producidos en las poblaciones de anfibios que ocupaban estos medios acuáticos (véase Galán, 1999a para los resultados y la descripción de la metodología utilizada). Se pudo comprobar un declive generalizado de las poblaciones de anfibios de la zona, debido principalmente a la destrucción y alteración de los medios acuáticos y terrestres circundantes, así como a la introducción de especies alóctonas (Galán, 1997a, 1999a). En algunos casos se observó cómo las actividades mineras a cielo abierto a gran escala (minas de lignito para centrales térmicas) originaban cambios en la composición de especies de anfibios en las zonas afectadas, que en ocasiones eran capaces de recolonizar las escombreras restauradas (Galán, 1995, 1997b). Más recientemente, se han continuado los muestreos de las mismas zonas, desde el año 2006 hasta la actualidad, cuando ya habían transcurrido entre 29 y 39 años del inicio del seguimiento. En este último período, la desaparición de los medios acuáticos originales ha continuado y se han seguido produciendo drásticas transformaciones en muchos de los remanentes (Figura 1). En el momento actual se están analizando los resultados obtenidos. A pesar de la mayoritaria desaparición o alteración de los puntos de muestreo originales, es de destacar la persistencia de un pequeño remanente de hábitats acuáticos donde las transformaciones han sido mínimas a lo largo de estas décadas, lo que nos ofrece una mag-

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nífica oportunidad para estudiar los cambios producidos en las comunidades de anfibios en estas zonas, en ausencia de transformación humana directa, lo que podría relacionarse con cambios a nivel global o con la presencia de enfermedades emergentes.

Seguimiento de anfibios amenazados La publicación del Catálogo Gallego de Especies Amenazadas en 2007 hizo que el Gobierno Autónomo de Galicia solicitase una serie de estudios para conocer el estado de los anfibios continentales allí incluidos (cinco especies con la categoría de “Vulnerable”) y diseñar los correspondientes planes de conservación. Para ello, entre 2008 y 2009 muestreamos 2.810 medios acuáticos repartidos por toda la geografía gallega, incorporando además datos propios inéditos obtenidos entre 2005 y 2007, así como el de una serie de poblaciones de anfibios muestreadas también por nosotros desde décadas antes. En 1.145 de los medios acuáticos (el 40,7%) se detectó la presencia de una o más de las cinco a especies de anfibios amenazadas. Por otro lado, en el 60% de los medios acuáticos muestreados (n = 1.682) se observaron alteraciones que afectaban potencialmente a los anfibios (Galán, 2009, 2010). Este extenso muestreo por toda Galicia ha sentado las bases para un seguimiento posterior de las especies más amenazadas. Según los datos recogidos, el anfibio más amenazado de Galicia es, con gran diferencia, P. cultripes. En los años 1970 y 1980 su distribución gallega comprendía al menos 19 localidades costeras y siete localidades interiores. En la actualidad, esta distribución se ha reducido muy considerablemente, extinguiéndose en amplias zonas (Crottini et


46 al., 2010; Galán et al., 2010a).

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En el momento actual estamos realizando un seguimiento anual de la evolución de P. cultripes, basándonos en el recuento de larvas en las charcas de cría en las principales poblaciones que aún mantiene en Galicia. En alguna de estas poblaciones, la situación ha empeorado significativamente en los últimos años (Galán, 2012a), aunque también se han descubierto otras poblaciones (Cabana et al., 2011; Salvadores & Rodríguez, 2012). En el caso de Rana temporaria, las poblaciones más sensibles de Galicia son las aisladas en las montañas del extremo sur de su distribución gallega (Galán & Cabana, 2008; Galán et al., 2010b). En la actualidad también se realiza un seguimiento de estas poblaciones de R. temporaria, así como, en la medida de lo posible (ya que no se cuenta con la ayuda de organismos oficiales), se continúa el seguimiento del resto de las especies amenazadas: Chioglossa lusitanica, Hyla arborea y Rana iberica, además de las anteriores, en aquellos puntos más sensibles detectados por Galán (2009). Es preciso destacar que el seguimiento realizado en diversos medios acuáticos desde hace más de tres décadas (ver más atrás), así como en otras zonas de Galicia desde hace dos décadas, ha permitido comprobar que otras especies de anfibios, además de las cinco contempladas en el Catálogo Gallego de Especies Amenazadas, también han experimentado importantes declives. Destacan especialmente Alytes obstetricans (Galán, 2008a) y Bufo calamita en determinadas zonas (aunque no en otras, Galán et al., 2013). En esta última especie, el seguimiento permitió comprobar la desaparición de una población a causa de una planta invasora (Galán, 2012b).

REPTILES Una de las especies de reptiles más amenazada en Galicia es el galápago europeo (Emys orbicularis), por lo que ha sido incluido en el Catálogo Gallego de Especies Amenazadas con la categoría de “En Peligro” (Xunta de Galicia, 2007). Cuenta en la actualidad con tres núcleos de población conocidos, en las Gándaras de Budiño (O Porriño, Pontevedra), Ribadavia y Allariz-Baños de Molgas (Ourense), en diversos tramos del río Arnoia y humedales vecinos ( Ayres & Cordero, 2002; Cordero & Ayres, 2004; CorderoRivera et al., 2008 ),

más un cuarto en el Parque Natural de Corrubedo (A Coruña), donde en 2004 se introdujo un pequeño número de individuos procedente de la población de las Gándaras de Budiño. Esta población introducida, limitada a una única charca del Parque, continúa en la actualidad (Cordero-Rivera, 2010). Dada la catalogación de la especie como “En Peligro”, se ha realizado un plan de recuperación en Galicia, que comprende el seguimiento de las poblaciones conocidas (CorderoRivera et al., 2008), incluyendo a la introducida en Corrubedo (Cordero-Rivera, 2010). El Catálogo Gallego de Especies Amenazadas incluye también a otras especies de reptiles. El eslizón ibérico (Chalcides bedriagai) está catalogado como “Vulnerable”, pero en el caso de las poblaciones insulares del sur de Galicia y las que habitan en la provincia de A Coruña, se consideran como “En Peligro de Extinción”. Ambas han sido objeto de seguimiento por nuestra parte. La población de la playa de Lariño (A Coruña) se ha estudiado desde la década de 1980, obte-


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Figura 2: Evolución de la población de I. monticola de la central hidroeléctrica del Lambre (A Coruña) durante los últimos 17 años. En esta fase (la última de la población de esta cuenca fluvial), las lagartijas sólo estaban presentes en los muros de las construcciones de la central. Desde 2012 no se ha observado ningún individuo, por lo que es probable su extinción.

niéndose datos sobre su demografía (Galán, y durante los años 2002 a 2006 fue objeto de un estudio mediante capturarecaptura, que ofreció datos sobre su evolución demográfica en ese período (Serantes & Galán, 2007). Se pudieron constatar declives poblacionales importantes coincidentes con dos sucesos de alteración del hábitat. El primero fue producido por las mareas negras del barco petrolero Prestige en 2002-2003 y las labores de limpieza subsiguientes, que alteraron severamente las zonas arenosas litorales donde habita esta población. El segundo coincidió con los incendios del verano de 2006, alcanzando la población los valores más bajos de todos (Serantes & Galán, 2007). Desde entonces, esta zona ha sufrido nuevas alteraciones, incluyendo un incendio aún peor en 2013. Iberolacerta monticola, Iberolacerta galani y Zootoca vivipara están considerados también como “Vulnerables” en el Catálogo Gallego de Especies Amenazadas, aunque la primera especie sólo en sus poblaciones de A Coruña y Ourense. En la primera de estas zonas, se ha realizado el seguimiento de una serie de poblaciones de I. monticola de baja altitud, aisladas del resto de la distribución 2003a),

de la especie, desde la década de 1970. Anualmente se realizaron censos en los puntos principales, pudiéndose comprobar la existencia de declives importantes e incluso la extinción de alguna de estas poblaciones (Galán, 1982, 1999a, b; Galán et al., 2007a, b; Remón et al., 2013). Este declive ha continuado en varias de estas poblaciones hasta el momento presente (Galán, 2012c, 2014). A este respecto, es de destacar la población de la cuenca del río Lambre (Vilarmaior, A Coruña), la más reducida de todas las costeras, que aparentemente se ha extinguido, después de un rápido declive en los últimos 35 años (Galán, 1982, 1999a; Galán et al., 2007b), que pudo ser estudiado en su fase final, mediante análisis genéticos (Remón et al., 2012). En la Figura 2 se muestra la evolución de esta población en su último núcleo, los muros de una minicentral hidroeléctrica, hasta su aparente extinción. I. galani y Z. vivipara también están siendo sometidas a seguimiento en determinadas poblaciones de Galicia, seleccionadas por su relevancia o grado de amenaza, algunas de las cuales las hemos podido localizar en los últimos años (Galán et al., 2010c; Galán, 2011a).


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Seguimiento de la herpetofauna en espacios naturales protegidos En diferentes momentos de las décadas pasadas, la dirección de algunos espacios naturales protegidos de Galicia nos encargó la realización de inventarios de la herpetofauna presente en ellos, así como la evaluación del estado de sus poblaciones, su distribución y las posibles amenazas para su conservación. Esto nos permitió profundizar en el conocimiento de la herpetofauna de esos lugares e iniciar un seguimiento de la evolución de sus poblaciones, que en algunos casos ha continuado hasta el presente, en la medida de nuestras posibilidades (al no contar con ayudas institucionales, una vez concluidos los informes). Este seguimiento se realiza en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia, que se describe en el siguiente apartado, y en los parques naturales de Corrubedo, iniciado con el estudio de su herpetofauna en 2006-2007 (Galán, 2006, 2007a), y de las Fragas do Eume, que se inició hace varias décadas (Galán, 2014). También venimos realizando el seguimiento de la herpetofauna en algunas ZEC (Zonas Especiales de Conservación de la Red Natura 2000, anteriormente denominados LIC: Lugares de Interés Comunitario) de Galicia, como el del río Mandeo. Este seguimiento ha permitido comprobar, por ejemplo, el efecto de determinadas obras públicas realizadas en espacios naturales protegidos sobre los anfibios (Galán, 2011b) y reptiles.

Seguimiento de la herpetofauna insular Hemos realizado un seguimiento de las poblaciones de herpetos del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia desde antes de la creación de este espacio natural hasta la actualidad. Este seguimiento se puede dividir en tres fases.

Primera fase: evaluación del estado de conservación de la herpetofauna insular con anterioridad a la declaración del Parque Nacional (en 2002). Antes de ese año, realizamos una valoración de la situación de la herpetofauna en los dos principales archipiélagos de Galicia: islas Cíes (que poseían la categoría de Parque Natural antes de ser declaradas parte del Parque Nacional) y Ons. Partimos de los datos previos que ya poseíamos de la herpetofauna de estas islas desde las décadas de los años 1980 y 1990 (Galán, 1987, 1999a, c), así como de la información de otros investigadores (e.g., Pino et al., 1998), y realizamos un muestreo exhaustivo de esas islas durante los años 1999, 2000 y 2001. Los resultados permitieron confeccionar sendos informes para la dirección del espacio natural sobre la distribución y el estado de conservación las poblaciones de anfibios y reptiles en esas islas (Galán, 2000, 2001). Segunda fase: durante ella se analizó la situación de la herpetofauna del Parque Nacional de las Islas Atlánticas en el momento de su creación (2002), abarcando esta vez la totalidad de las islas que lo integran. Se utilizó toda la información disponible de la primera fase, y durante los años 2002 (creación de esta figura de conservación) y 2003 se volvieron a muestrear los principales archipiélagos (Cíes y Ons), añadiendo además el resto de las islas que conforman este Parque: archipiélagos de Sálvora y de Cortegada, con todos sus islotes periféricos, así como los islotes Sagres. Este trabajo permitió tener una visión completa de la composición, distribución y estado de conservación de las poblaciones de herpetos de todas las islas e islotes de este espacio natural, así como su evolución en las últimas décadas (Galán, 2003b). La representación de la distribución se realizó en cuadrículas de 250 x 250 m y pudimos constatar que ciertas especies habían sufrido un declive en


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determinadas islas, al comparar los datos de los años 2000-2003 con los de las dos décadas anteriores (1980 y 1990). Esto fue especialmente notorio en algunos anfibios, como Discoglossus galganoi, para el que se comprobó su extinción en la isla de San Martiño (Cíes) y su fuerte retroceso en la de Ons, así como en determinados reptiles, como Timon lepidus (muy especialmente en la isla de Ons), Chalcides bedriagai (posiblemente extinguido en Ons) y las especies de ofidios. De estos últimos, destacaba la evolución regresiva de Natrix maura, con su posible extinción en las islas de Monteagudo y Faro, del archipiélago de Cíes, subsistiendo una población muy pequeña en San Martiño (Galán, 2003b, 2012d). Tercera fase: anfibios. En colaboración con investigadores de la Universidad de Vigo (Adolfo Cordero y Guillermo Velo-Antón), se desarrolló un proyecto de investigación durante los años 2004-2006 que permitió estudiar en profundidad la situación de las poblaciones de anfibios del Parque y abordar determinados aspectos de la adaptación de estas poblaciones a estas islas costeras, de aislamiento relativamente reciente (CorderoRivera et al., 2007; Velo-Antón et al., 2007a, b). Este seguimiento de las poblaciones de anfibios continúa en la actualidad. Tercera fase: reptiles. La dirección del Parque Nacional ha seguido recabando información sobre la evolución de las poblaciones de herpetos insulares, con el fin de adecuar la gestión a la conservación de estas especies. En el caso de los reptiles, basándonos en el conocimiento previo de las áreas de distribución de las diferentes especies, así como de sus densidades relativas (Galán, 2003a), se seleccionó una serie de zonas en cada isla, representativas de cada tipo de hábitat, para realizar el seguimiento. En 2008 presentamos a la dirección del parque los

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resultados de este seguimiento, así como una serie de medidas de gestión y manejo, para asegurar la conservación de las poblaciones de reptiles (Galán, 2007b, 2008b), muchas de las cuales se han llevado ya a cabo. Como en el caso de los anfibios, se continúa en la actualidad el seguimiento de las poblaciones de reptiles insulares (e.g., Galán, 2012d). La herpetofauna de Galicia, rica en especies endémicas, escasas y amenazadas, ha sufrido notables disminuciones en las últimas décadas como consecuencia de las profundas transformaciones sufridas por este territorio desde la segunda mitad del siglo XX. El seguimiento de esta herpetofauna en determinadas zonas, en algunos casos iniciado con anterioridad a la introducción de las especies invasoras más nocivas, al desarrollo de las fases más intensas de expansión urbanística o al de las infraestructuras de mayor impacto, ha permitido comprobar estos declives y relacionarlos con las causas que los han motivado (Galán, 1997a, 1999a,b, 2005). La inclusión de diversas especies de anfibios y reptiles en el Catálogo Gallego de Especies Amenazadas en 2007 ha supuesto un notable avance, aunque por el momento sólo se ha iniciado el plan de recuperación de E. orbicularis. Recientemente se han detectado elevadas mortalidades de anfibios (e incluso de reptiles) causadas por Ranavirus en algunos puntos de Galicia (Price et al., 2014), por lo que la problemática de las enfermedades emergentes se ha unido a la ya conocida, derivada de las alteraciones del medio y de la presencia de las especies invasoras. Confiemos en que el seguimiento de la herpetofauna, especialmente en aquellas zonas con problemas específicos de conservación, como las enfermedades emergentes o las transformaciones del territorio, se convierta en una herramienta imprescindible y marque la estrategia a seguir para la conservación, el principal fin de estos planes.


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Aplicación de la bioacústica al seguimiento de anfibios Rafael Márquez1, Diego Llusia1,2 & Juan Francisco Beltrán3 Fonoteca Zoológica, Departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva, Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC, Madrid. C.e.: rmarquez@mncn.csic.es 2 Département Systématique et Evolution, Muséum National d´Histoire Naturelle, UMR 7205 CNRS, París. 3 Departamento de Zoología, Facultad de Biología, Universidad de Sevilla 1

Fecha de aceptación: 22 de noviembre de 2014. Key words: acoustic monitoring, anurans, temperature, populations.

Por lo general, es mucho más difícil ver una rana o un sapo que escuchar su canto. Ello hace que su detección por medio de los sonidos que emiten sea a veces el sistema más eficaz para determinar su presencia o para realizar su seguimiento con fines científicos o de conservación (Márquez et al., 2011). Los esfuerzos por hacer más rigurosos los seguimientos acústicos de poblaciones animales se iniciaron con escuchas directas en el campo o con la ejecución de transectos acústicos (Zimmerman, 1994; Rödel & Ernst, 2004), en los que los naturalistas escuchaban e identificaban las especies fonadoras en puntos precisos a intervalos regulares o a lo largo de recorridos lineales. Con el desarrollo de nuevas tecnologías de grabación (i.e. equipos automáticos que pueden tomar registros por períodos prolongados de tiempo) comenzaron a realizarse algunos estudios poblacionales (e.g., Peterson & Dorcas, 1994; Bridges & Dorcas, 2000). Estos primeros equipos de grabación eran construidos ad hoc por los investigadores mediante diversas técnicas: desde el uso de cintas de cassette (Peterson & Dorcas, 1994) a las primeras grabadoras digitales asociadas a temporizadores (Acevedo & Villanueva-Rivera, 2006; Cambron & Bowker, 2006). Hoy en día existen ya proveedores que ofrecen equipos comerciales de seguimiento acústico con diferentes grados de sofisticación (i.e. grabación controlada por temporizador o grabación activada mediante

detección de cantos; almacenamiento de registros o envío de las grabaciones por sistemas inalámbricos, etc.; Obrist et al., 2010; Aide et al., 2013). La salida al mercado de estos equipos automáticos ha dado lugar a una enorme proliferación de los seguimientos acústicos y, por todas partes del mundo, agencias de conservación y herpetólogos están acumulando actualmente grandes cantidades de información sobre la actividad acústica y reproductiva de las poblaciones de anuros. Sin embargo, hasta la fecha, la documentación (informes, artículos científicos, etc.) publicada a partir de resultados obtenidos con estas nuevas metodologías es aún muy escasa. Probablemente, ello es debido a que, por un lado, se requiere de varios años de seguimiento para que los estudios a largo plazo vean la luz, y por otro, a que las herramientas informáticas adecuadas para el procesado de los registros (detectores automáticos de sonidos) no están todavía disponibles, lo que ralentiza enormemente la fase de análisis. Este último condicionante es el verdadero cuello de botella que dificulta convertir este importante esfuerzo de seguimiento en información útil para la conservación y el conocimiento de los anuros y otros animales que se comunican mediante señales acústicas. En este artículo se exponen brevemente algunos de los resultados más relevantes obtenidos en diversos proyectos de seguimiento acús-


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tico de anuros, que se han llevado a cabo en la Península Ibérica en los últimos años, así como los principales retos para la consolidación de esta técnica de seguimiento en el futuro.

Seguimientos acústicos en la Península Ibérica Desde 2006 se viene realizando, en distintas localidades de España y Portugal, el seguimiento de la actividad acústica de una decena de poblaciones de anuros, en el marco de los proyectos de investigación TEMPURA (2006-2008), ACOURA (2009-2011) y TATANKA (2012-2014), financiados por los Ministerios de Ciencia e Innovación y de Economía y Competitividad del Gobierno de España. El objetivo general de este seguimiento es conocer los patrones temporales de actividad de estas poblaciones y su relación con diversos factores ambientales (temperatura, humedad, ruido ambiente, etc.), de modo que podamos entender mejor cómo las alteraciones provocadas por las actividades humanas en el clima o en el entorno sonoro pueden condicionar la comunicación acústica de las especies de estudio, un aspecto fundamental de la biología reproductiva de muchas especies de anuros. Estos proyectos representan algunos de los primeros estudios a largo plazo en los que se han empleado sistemas acústicos automáticos en poblaciones de anuros, obteniendo secuencias temporales relativamente largas en un ámbito geográfico amplio. En la actualidad, el seguimiento continúa en la mayoría de las poblaciones, a fin de mejorar la interpretación de los datos obtenidos y de observar patrones a escalas temporales mayores. Las poblaciones de estudio seleccionadas están situadas en los extremos térmicos de la dis-

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tribución de las cinco especies peninsulares pertenecientes a los géneros Alytes e Hyla (Figura 1) o se encuentran en zonas de elevada contaminación acústica de origen antrópico, según los objetivos específicos de las investigaciones. El protocolo de muestreo durante el seguimiento acústico se basa en la grabación del ambiente sonoro de las zonas de estudio durante tres minutos cada hora, las 24 horas del día (72 min / día), a lo largo del período reproductivo de las especies estudiadas; un muestreo que se ha mostrado adecuado para el seguimiento acústico de poblaciones de anuros en zonas templadas (Shirose et al., 1997). En los primeros años los equipos utilizados eran de diseño propio (Cambron & Bowker, 2006; Márquez et al., 2008) debido a la ausencia de sistemas comerciales, hoy en día ya disponibles, lo que condicionaba, entre otros aspectos, el período de autonomía de los equipos (aproximadamente cuatro semanas, frente a las 10-12 semanas actuales para este protocolo de muestreo). La ingente cantidad de grabaciones obtenida durante el seguimiento ha requerido un esfuerzo notable de análisis mediante un procedimiento semiautomático (Llusia, 2013), ante las todavía importantes carencias de los programas de reconocimiento de señales acústicas. Pese a que apenas se ha procesado una pequeña parte de los datos obtenidos durante el desarrollo de estos proyectos, el análisis está arrojando ya resultados interesantes. Mediante la regulación de los períodos de actividad, las especies de anuros pueden reducir su exposición a temperaturas extremas y, de esta manera, mantener la temperatura corporal próxima a valores óptimos durante la realización de funciones básicas, como la reproducción. Los resultados del seguimiento acústico muestran que, en las poblaciones situadas en los extremos cálidos de su distribución, los períodos reproductivos comenzaron, en general, más tempra-


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Figura 1: Localidades de estudio utilizadas en el seguimiento de la actividad acústica de cinco especies de anuros ibéricos (Alytes obstetricans, Alytes cisternasii, Alytes dickhilleni, Hyla molleri e Hyla meridionalis). Estas localidades se encuentran aproximadamente en los extremos térmicos (frío en azul y cálido en naranja) del área de distribución de estas especies en la Península Ibérica. Fotografías: Véase la sección de Agradecimientos.

no (2-12 semanas) y fueron más duraderos (7112 días). Sin embargo, a pesar de que los ambientes térmicos de las poblaciones presentan notables diferencias entre sí, las especies mantuvieron patrones circadianos de actividad acústica muy similares. Como muestra la Figura 2, tras más de 1.500 días de seguimiento, no se encontraron diferencias geográficas en las horas de actividad de las especies de estudio. La hora de inicio de la actividad (1-2 horas antes de la puesta del sol) permaneció muy estable a lo largo del período reproductivo, mientras que, por el contrario, la duración de los coros fue muy variable (1-16 horas / noche). Estos patrones de actividad sugieren que las especies estuvieron expuestas a amplias fluctuaciones de temperatura durante su período reproductivo, lo que implicaría la presencia de otros mecanismos de adaptación térmica. A través de una mirada más próxima a la relación entre la actividad acústica y las temperaturas ambientales, este seguimiento muestra que las especies mantuvieron su actividad acús-

tica en un amplio rango de temperaturas, superior a 15ºC (Llusia et al., 2013a). La temperatura a la que se registraron cantos de las especies de estudio fue distinta entre poblaciones (Figura 3) y entre años, tanto en las especies terrestres (Alytes spp.) como en las acuáticas (Hyla spp.), situándose entre los 8 y 22ºC por debajo de la temperatura crítica máxima, y estando estrechamente asociada a la temperatura ambiental durante el período de reproducción. Esta variación intraespecífica en las temperaturas de canto podría implicar cierta plasticidad en los mecanismos de regulación térmica durante la actividad acústica, permitiendo a las especies hacer frente a ambientes cambiantes, como los derivados del efecto del actual cambio climático. Así,

Figura 2: Variación geográfica del patrón diario de actividad acústica de cinco especies de anuros ibéricos: (a) Alytes obstetricans, (b) Alytes cisternasii, (c) Alytes dickhilleni, (d) Hyla molleri y (e) Hyla meridionalis. Los registros fueron obtenidos en poblaciones situadas en los extremos térmicos (frío en azul y cálido en naranja) del área de distribución de estas especies en la Península Ibérica, mediante grabaciones de 3 min/hora, 24 horas al día, durante un período reproductivo. El eje de abscisas representa el ciclo día-noche: ocaso (cero), día (valores negativos) y noche (valores positivos). Fotografías: Véase la sección de Agradecimientos.


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los resultados sugieren que las tasas actuales de calentamiento global podrían no inhibir directamente el comportamiento de canto en estas especies, si bien se desconoce si pueden afectar a otros aspectos de la comunicación acústica dependientes de la temperatura, como las señales emitidas, su propagación o su recepción. Además de la temperatura, existen otros factores que pueden condicionar la reproducción de las especies de anuros, ya sean climáticos (humedad relativa, presión atmosférica, etc.) o sociales (actividad de otros machos, tamaño de los coros, etc.), cuyo análisis puede ser abordado también mediante el seguimiento acústico de poblaciones. Los resultados del seguimiento de estas poblaciones indican que la formación de coros en las especies ibéricas del género Hyla y su duración diaria pueden no estar influenciadas por los mismos factores ambientales o sociales a lo largo de sus áreas de distribución (Llusia et al., 2013b). Cuando las poblaciones están sujetas a condiciones climáticas diferenciadas, la toma de decisiones relacionada con la participación en los coros es determinada por distintos factores, lo que nos ayuda a desvelar algunas de las claves de este complejo fenómeno.

Retos actuales y nuevas propuestas La consolidación del seguimiento acústico como una técnica de muestreo solvente en ecología, biología de la conservación y otras disciplinas afines requiere en el futuro la superación de algunos retos importantes, aún no resueltos, que permitan un mayor rendimiento y versatilidad de estas técnicas. En este último apartado se detallan algunos de estos retos y las últimas propuestas para su superación, esbozando el camino que podría recorrer el seguimiento acústico en los próximos años.

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Figura 3: Temperaturas de canto (i.e. temperaturas a las que las especies mostraron actividad acústica) de: (a) Alytes obstetricans, (b) Alytes cisternasii, (c) Alytes dickhilleni, (d) Hyla molleri y (e) Hyla meridionalis, en poblaciones situadas en los extremos térmicos (frío en azul y cálido en naranja) de su área de distribución en la Península Ibérica. Modificado de Llusia et al., 2013a. Fotografías: Véase la sección de Agradecimientos.

1) Determinación del área de detección de los equipos de seguimiento. Una característica relevante del seguimiento acústico es la distancia a la que los equipos de grabación pueden detectar la actividad vocal de una especie determinada en un hábitat determinado. Calcular esta distancia y, por tanto, el área real de muestreo (área de detección) puede ser de gran utilidad para el diseño de los programas de seguimiento (e.g., número y posición de equipos a utilizar), así como para el análisis posterior de los datos (e.g., estimación de densidades poblaciones). La metodología para el cálculo de estas áreas ha sido desarrollada en detalle (Llusia et al., 2011) y para su aplicación es necesario conocer la amplitud (nivel de presión sonora) de las vocalizaciones de las especies de estudio, dado que es muy variable entre especies y puede generar importantes diferencias en el área de


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detección. Sin embargo, a día de hoy la información acerca de este parámetro sigue siendo muy escasa (i.e. sólo se conoce el nivel de presión sonora de varias decenas de especies de anuros, entre ellas algunas especies ibéricas del género Alytes e Hyla; Márquez et al., 2005, 2006), lo que representa una importante limitación que puede restar precisión a estas estimaciones y, por tanto, al uso del seguimiento acústico. 2) Determinación de la posición espacial de las fuentes sonoras. El seguimiento acústico se basa en el registro del ambiente sonoro, es decir, el conjunto de sonidos producidos dentro del área de detección de los equipos de grabación, durante un período determinado. Dado que, en general, el área de detección puede llegar a ser muy amplio (p. ej., 0,007–0,068 km2, en algunas poblaciones de anuros ibéricos; Llusia et al., 2011), el cálculo de la posición exacta de los individuos en el espacio incrementa la calidad de la información obtenida y permite establecer análisis a distintas escalas espaciales. Así, el uso combinado de equipos automáticos de grabación con otras técnicas de seguimiento pasivo, como sistemas de localización acústica (ALS; Borchers & Efford, 2008; Blumstein et al., 2011), basados en múltiples canales de grabación, puede aumentar el potencial y la versatilidad de los estudios de seguimiento acústico en el futuro. 3) Reducción del coste de los equipos de grabación. El coste actual de estos equipos es todavía elevado, lo que condiciona de manera significativa el número de unidades instaladas en el campo y las posibilidades de aplicar distintos diseños de muestreo durante el seguimiento. Para resolver estas limitaciones se ha propuesto el uso de sistemas de bajo coste (LCRs; Farina et al., 2014), que disponen de menos prestaciones, pero que permiten el uso de un gran número de equipos por unidad de área. De esta manera, se puede obtener infor-

mación a una escala espacial mucho menor, posibilitando nuevos análisis (e.g., distribución espacial, densidad poblacional, etc.). 4) Incremento de su fiabilidad y autonomía. A pesar de que ambos parámetros han sido mejorados muy notablemente en la última década con la aparición en el mercado de equipos comerciales de grabación automática, son todavía deseables algunos avances que permitan una reducción del consumo energético y fallos técnicos, así como un aumento de la calidad de los registros (e.g., mejor respuesta de frecuencia de los micrófonos). En los próximos años estarán disponibles nuevos sistemas, actualmente en desarrollo, dirigidos a incrementar sus prestaciones, lo que contribuirá probablemente a la consolidación de estas técnicas de seguimiento. 5) Disponibilidad de control remoto. Otro de los posibles cambios que podría experimentar el seguimiento acústico en un futuro cercano es el control de los equipos y el acceso a la información vía remota, como así ha ocurrido con otras técnicas de muestreo en ecología. Aunque aún son pocos los proyectos en marcha que utilizan acceso remoto, cabe citar el proyecto ARBIMON (Aide et al., 2013), afincado en Puerto Rico, pionero en este campo y con una larga experiencia en el seguimiento acústico de anuros tropicales. 6) Automatización del análisis de los registros. Hoy en día el análisis de los registros es la parte más ineficiente del seguimiento acústico, la piedra de toque de estas nuevas metodologías. La enorme cantidad de horas de grabación obtenida durante el seguimiento requiere posteriormente lentos procesos de revisión con el objetivo de detectar e identificar las vocalizaciones de las especies de estudio a lo largo de las series temporales de grabación. La automatización de este proceso de análisis es por tanto el reto más importante y de mayor envergadura a


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afrontar. Son numerosos los esfuerzos realizados en los últimos años para ofrecer herramientas de reconocimiento acústico automático, en su mayoría basadas en correlación de audioespectrogramas, cadenas de Markov, entre otros métodos (e.g., Brandes et al., 2006; Bardeli et al., 2010). Sin embargo, los resultados están todavía lejos de lo esperado y no ofrecen una solución práctica para el análisis de los registros, debido fundamentalmente a la complejidad de las condiciones naturales en las que se desarrollan estos seguimientos. Una propuesta de consenso para superar las actuales limitaciones es la realización de un proceso semiautomático en tres pasos (Llusia et al., 2013a). Innovadoras propuestas han sugerido también el análisis del paisaje sonoro en su conjunto mediante el cálculo de índices acústicos, que examinan la riqueza y disimilitud de las señales acústicas que estos paisajes contienen (índices acústicos de biodiversidad: H, D y AR; Sueur et al., 2008; Depraetere et al., 2012) o la variación en su amplitud a lo largo del tiempo (índice de complejidad acústica: ACI; Pieretti , 2011). Del éxito de estas y otras propuestas dependerá probablemente el alcance que pueda tener esta técnica en el futuro como herramienta para el estudio y la conservación de la biodiversidad.

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ductora y reclutamiento, muy influenciadas por factores climáticos. Estas fluctuaciones naturales pueden ocultar tendencias a largo plazo y, por esta razón, no resulta fácil determinar en qué medida estos cambios que observamos se deben a “fenómenos naturales” o a escenarios de declive, relacionados o no con el cambio global. En las páginas que preceden hemos querido compartir los avances logrados en estos años de seguimiento acústico de una docena de poblaciones de anuros ibéricos. Aunque se ha hecho un notable esfuerzo para analizar los datos recogidos, apenas se ha utilizado una quinta parte de los datos almacenados. Y éste es ahora mismo el “punto débil de la cadena” en el seguimiento acústico: el análisis e interpretación de los datos registrados. Con el desarrollo de nuevas técnicas automáticas de análisis y reconocimiento de señales cabe esperar que el prometedor futuro del seguimiento acústico se vaya consolidando y que esta metodología pase a ser una alternativa solvente con la que abordar algunas de las incógnitas que la conservación de poblaciones naturales nos plantea. AGRADECIMIENTOS: Desde estas líneas queremos agradecer la colaboración en el seguimiento acústico de anuros de las siguientes personas e instituciones: M. Benítez, M. Chirosa, J.P. Sousa do Amaral, C. Moreira, R. Bowker, M.

Un apunte final

Cambron, X. Eekhout, y las Consejerías de Medio Ambiente de las Comunidades Autónomas de Andalucía,

Nadie discute que la conservación efectiva de las especies necesita estar fundamentada en información detallada sobre su biología reproductiva y la dinámica de sus poblaciones, pero conseguir esto no es una tarea fácil, o incluso puede ser particularmente difícil, en el caso de los anfibios, ya que una de las características de este grupo es que pueden presentar importantes fluctuaciones poblacionales, con variaciones interanuales muy notables en actividad repro-

Asturias y Madrid. Los proyectos TEMPURA: (CGL200500092/BOS) y ACOURA (CGL2008-04814-C02) fueron financiados por el Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España. Actualmente, continuamos los estudios de bioacústica de anuros con fondos del Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España. (proyecto TATANKA, CGL2001/25062). Fotografías de I. Catalâo (Hyla meridionalis, Hyla molleri), R.García-Roa (Alytes cisternasii), I. Martínez-Solano (Alytes dikhilleni) y D. Llusia (Alytes obstetricans).


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La cuadrícula 30S VG60: un caso aplicado al seguimiento de Coronella austriaca en las sierras béticas Juan M. Pleguezuelos Departamento de Zoología, Facultad de Ciencias, Universidad de Granada, E-18071 Granada, España. C.e.:juanple@ugr.es

Fecha de aceptación: 6 de febrero de 2015. Key words: European smooth snake, Coronella austriaca, monitoring, Spain.

Los cambios medioambientales inducidos por el hombre han conducido a un incremento de la preocupación por la conservación de los sistemas naturales y al desarrollo de sistemas de monitorización de la diversidad ecológica (Nichols & Williams, 2006). Un ejemplo es el programa de Seguimiento de los Anfibios y Reptiles Españoles (SARE), desarrollado por la Asociación Herpetológica Española (http://www.herpetologica.es/programas/pro grama-s-a-r-e). En este capítulo exponemos un caso que fue diseñado para monitorizar las poblaciones de un reptil relicto del glaciarismo en las montañas del sureste ibérico. La culebra lisa europea, Coronella austriaca (Figura 1), tiene un amplio rango de distribución, desde los Montes Urales hasta Portugal, y latitudinalmente desde el paralelo 64º N hasta el paralelo 37º en el sur de la Península Ibérica y la Isla de Sicilia (Engelmann, 1993). En la Península Ibérica está bien distribuida en la región Eurosiberiana, pero en la Mediterránea las poblaciones están aisladas en montañas, particularmente en la mitad sur (Galán, 2004). Estos reductos montanos se originaron en el Pleistoceno (2,5 -0.01 Ma), en un período interglaciar como el que nos encontramos, cuando especies adaptadas a ambientes fríos y húmedos como C. austriaca encontraron sus biotopos adecuados ascendiendo en las laderas de montañas mediterráneas (Santos et al., 2008; Caro et al., 2012). Pero en la Península Ibérica hay una estructuración de las poblaciones de

esta especie más profunda, que tiene su origen en la Crisis del Mesiniense, hacia el final del Mioceno (entre 5,9-5,3 Ma). La aridez durante este período también podría haber afectado a los seres vivos que estaban adaptados a hábitats fríos y húmedos (Blondel & Aronson, 1999; Arribas & Carranza, 2004), forzando a estas especies a refugiarse en zonas húmedas próximas al Océano Atlántico y en las montañas (GarcíaAntón et al., 2002). En el caso de C. austriaca dio lugar a tres clados genéticos bien soportados, con un relativamente alto nivel de diferenciación (Santos et al., 2008); el clado oriental está representado en los Pirineos, Sistema Ibérico y Sierra Nevada, en el extremo sur ibérico. La especie probablemente utilizó como corredor biogeográfico el oriente ibérico, permitiendo la migración de sur a norte y viceversa (Gómez & Lunt, 2007), y de acuerdo con el reloj molecular aplicado en este caso, la población de Foto Juan M. Pleguezuelos

Figura 1. Ejemplar de C. austriaca, fotografiada en el transecto seguido en la monitorización de la cuadrícula 30S VG60. Hoya de la Mora, t.m. Güejar-Sierra, prov. Granada.


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Sierra Nevada se separó de los otros subclados dentro del clado entre 1,65-1,2 Ma, es decir, durante el Pleistoceno (Santos et al., 2008). En general, estas poblaciones meridionales son más antiguas y presentan más diversidad genética que las septentrionales, que han estado sujetas al cuello de botella genético del efecto fundador (Taberlet et al., 1998). Estos aspectos filogeográficos enfatizan el interés de las poblaciones de C. austriaca en Sierra Nevada, único caso de reptil en el sur ibérico aislado por el glaciarismo. Pero las poblaciones de C. austriaca de Sierra Nevada también tienen interés por otros motivos. El bajo número de registros para la especie en este macizo montañoso sugiere que su población es escasa y podría estar en precario estado de conservación (Santos et al., 2009). En las montañas meridionales ibéricas los reptiles Eurosiberianos podrían ser los más vulnerables al cambio climático y este podría ser el caso de las poblaciones de C. austriaca en Sierra Nevada, actualmente con hábitat muy escaso y fragmentado (Santos et al., 2009; Pleguezuelos, 2014). En general, la biodiversidad en zonas altas parece ser muy sensible al calentamiento global, especialmente en la región Mediterránea (Araújo et al., 2006; Nogués-Bravo et al., 2008). El incremento de las temperaturas podría implicar la pérdida de las condiciones abióticas y bióticas adecuadas para esta biodiversidad montana en el límite inferior del actual rango altitudinal de estas especies. En relación a las condiciones abióticas, se producirán cambios en la dinámica de la cubierta de nieve (Schröter et al., 2005), y los organismos responderán al desplazamiento hacia arriba en su hábitat montano, lo que implica una exponencial pérdida de su área de distribución (Raxworthy et al., 2008), un área que ya es muy reducida para algunas especies montanas ibéricas (Carvalho et al., 2011). En relación a las condiciones bióticas, puede aparecer presión de competencia o

depredación por parte de especies mediterráneas. En el caso de las poblaciones nevadenses de C. austriaca, estas pueden verse afectadas por el ascenso en altitud de especies mediterráneas (más termófilas; véase Massot et al., 2008), algunas actuando como depredadoras (Malpolon monspessulanus, Sus scrofa) o competidoras (Coronella girondica; Segura et al., 2007; Santos et al., 2009), y en este futuro escenario, las especies eurosiberianas pueden ser las perdedoras (Zamora-Camacho et al., 2013). Estas poblaciones además tienen algunas amenazas de origen antrópico, como la destrucción de los hábitats para la creación de infraestructuras que sustentan los deportes de invierno, manejos forestales inadecuados, atropellos y muerte directa (Santos et al., 2008, 2009; Caro et al., 2012). Por último, C. austriaca muestra una serie de factores intrínsecos propios de las especies propensas a la extinción, particularmente las poblaciones aisladas de Sierra Nevada (Caro et al., 2012): i) esta población es pequeña y está separada 90 km de la más próxima, en el Valle del Castril, con hábitat no adecuado en el espacio entre las dos (Santos et al., 2009); ii) es vivípara y tiene poca productividad, pues las hembras probablemente no se reproduzcan más que cada dos o tres años (Santos et al., 2009), por las condiciones termoclimáticas del medio; en reptiles de Norte América el riesgo a la extinción de especies vivíparas está relacionado con hábitats montanos fríos (Sinervo et al., 2010); iii) muestra elevada especialización en el hábitat (Santos et al., 2009), en el nicho trófico (Galán, 2004) y tiene poca capacidad de dispersión. Sugerimos que C. austriaca en Sierra Nevada está bajo el riesgo de amenaza por factores estocásticos, antrópicos y cambio climático (Santos et al., 2009), por lo que tiene un elevado interés de conservación. Su conservación es beneficiosa para el mantenimiento de procesos evolutivos y de diversidad genética, y debe ser el foco de programas de monitorización, conservación y manejo (Frankhamet al., 2004).


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Elección de la zona de muestreo. El seguimiento de poblaciones de seres vivos ha de ser diseñado con el ánimo de obtener resultados tan útiles para la conservación como sea posible (Nichols & Williams, 2006). Cuando el transecto de muestreo se estableció en el año 2008, estuvo condicionado por la ecología temporal y espacial de la especie focal, C. austriaca, en la época y dentro del rango de altitud, orientación de ladera y hábitats donde se había registrado previamente, y donde proceden el mayor número de observaciones previas de la especie: 12 de las 31 observaciones previas de la especie en este macizo montañoso tuvieron lugar en esta localidad (véase Anexo en Caro et al., 2012). Se eligió un transecto de 1.500 m de longitud, en ladera norte, entre 25002550 msnm, en canchales de micasquistos con escaso pastizal psicroxerófilo (Festuca indigesta, Agrostis nevadensis), borreguiles (Juncus effusus, Carex camposii, Aconitum burnatii, Festuca trichophylla, Nardus stricta), y enebrales (Juniperus sabina, Juniperus communis), en la Hoya de la Mora (t.m. de Güejar Sierra, prov. Granada; Figura 2), siempre recorrido en ida y vuelta (total 3.000 m de longitud), aunque por trayecto distinto para evitar replicación de datos. La fecha elegida para los muestreos, finales de junio, está condicionada por la retirada de la nieve, pero además está dentro del máximo de la actividad detectado para la especie en el macizo montañoso (meses de junio y julio; Caro et al., 2012). Durante este período se mantienen abundantes neveros en el recorrido del transecto. Como la especie muestra una elevada actividad durante este mes (véase Figura 3 en Caro et al., 2012), y como la abundancia de potenciales refugios (canchales de micasquistos) en el transecto hace imposible que pueden prospectarse todos, elegimos la fecha de muestreo con la presencia de abundantes neveros, pues suponemos que ello forzaba a los individuos a concentrarse en

una zona de menor superficie, aquella no cubierta por neveros, y fueran más detectables. Durante el muestreo, el observador recorría el transecto a una velocidad de 1,5 km/hora, y frecuentemente levantaba piedras que potencialmente pudieran servir de refugio al ofidio (Blomberg & Shine, 1996). Los muestreos duraban de dos a tres horas (Tabla 1); los p rimeros años (2008 y 2009) se realizó un segundo muestreo, hacia el final del verano. Pero debido a los resultados negativos y a la inestabilidad del clima en ésta época del año en la alta montaña, estos muestreos otoñales no fueron realizados en años posteriores y no han sido considerados en el análisis de los resultados. Además de C. austriaca, las especies potencialmente presentes en el transecto son Podarcis hispanicus y Vipera latastei (Caro et al., 2012).

Resultados La cuadrícula se ha muestreado todos los años durante el período 2008 y 2014 (siete años). Durante los años de monitorización, sólo se han localizado dos de las tres especies potencialmente presentes en el área (Tabla 1). La especie focal, C. austriaca, sólo se ha observado en el año 2009; la otra, P. hispanicus, se ha localizado solo en los dos primeros años de Foto Juan M. Pleguezuelos

Figura 2. Lugar donde se realiza el seguimiento de la comunidad de reptiles para la cuadrícula 30S VG60. Hoya de la Mora, t.m. Güejar-Sierra, prov. Granada


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monitorización (Tabla 1). Si consideramos conjuntamente el esfuerzo de todos los años de monitorización, obtenemos una densidad relativa muy baja, de 0,187 individuos/hora/observador para P. hispanicus, y de 0,062 individuos/hora/observador para C. austriaca.

¿Es posible interpretar estos resultados? La no detección de la presencia y el número de individuos de una especie en un hábitat es un problema de muestreo común cuando el tamaño poblacional es pequeño, los individuos son discretos, o el esfuerzo de muestreo es limitado (Gu & Swihart, 2004). La monitorización durante siete años de reptiles en la cuadrícula UTM 30S VG60, seleccionada para realizar el seguimiento de la población relicta de C. austriaca en las sierras Béticas y correspondiente al transecto realizado a más altitud dentro del proyecto SARE, ha tenido pobres resultados. Estos resultados aparentemente no se deben a una mala elección del transecto, pues un estudio posterior sobre esta población en Sierra Nevada indica que la zona es adecuada; de 31 ejemplares registrados, 20 lo fueron en la vertiente norte, todas las localidades estuvieron entre 2.100-2.700 msnm, con una altitud media en

vertiente norte de 2.404 msnm (Caro et al., 2012). La especie ha sido observada exactamente en este transecto en varias ocasiones antes del inicio del programa SARE (A. Abril, A. González-Mejías, A. Tinaut, comunicación personal; J.M. Pleguezuelos, datos no publicados), pero solo fue detectada en una ocasión durante los muestreos para el SARE, a comienzos del programa. La zona donde se encuentra el transecto está dentro de los límites del Parque Nacional de Sierra Nevada, por lo tanto protegida, y no ha tenido cambios en el hábitat durante el período aquí considerado. Pero los resultados durante el SARE para esta especie en Sierra Nevada también podrían estar reflejando el efecto de algunos de los factores de amenaza sobre esta población (cambio climático, rarefacción de sus principales presas, competencia y depredación por especies mediterráneas, Santos et al., 2008, 2009; Caro et al., 2012; véase apartado de Introducción), aunque evidentemente no disponemos de información cuantitativa sobre las amenazas y el tamaño poblacional de la especie que pudiera establecer una relación causa-efecto. También son pobres los resultados para el otro reptil detectado en el transecto, P. hispanicus, especie de elevada detectabilidad, pero que no ha sido registrada en el área de estudio posterior-

Tabla 1. Resultados del seguimiento de la comunidad de reptiles (período 2008-2014) en el piso bioclimático oromediterráneo de la cuadrícula UTM 10x10 km 30S VG60 (programa SARE). Todos los muestreos se realizaron en condiciones de viento calmo y sin precipitación. En la variable nubosidad, “s n” significa sin nubes, y “< 50%” nubes presentes con menos del 50% de cobertura. Las cifras entre paréntesis detrás de los valores positivos de reptiles indican el número de ejemplares por hora de muestreo. Año Fecha

2008

2009

2010

2011

2012

2013

2014

22 jun

20 jun

24 jun

25 jun

05 jun

30 jun

5 jul

Duración (minutos)

120

180

180

180

180

120

120

Temperatura (ºC)

22

16

18

18

19

20

23

Nubosidad

sn

sn

< 50%

sn

< 50%

sn

sn

P. hispanicus

1 (0,5)

2 (0,66)

0

0

0

0

0

C. austriaca

0

1 (0,33)

0

0

0

0

0

Especies detectadas


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mente a 2009. En la Península Ibérica, el 82,1% de las presas de C. austriaca son saurios, proporción que se mantiene para muchas otras poblaciones europeas de la especie (Galán, 2004), y esta lagartija ha de ser la presa principal del ofidio en el área de estudio; aunque se ha detectado el consumo de Microtus duodecimcostatus y huevos de Psammodromus algirus por parte de individuos adultos próximos al área de monitoreo (Caro et al., 2012), los juveniles precisan presas de menor tamaño, y no se conoce en esta especie el consumo de invertebrados (Galán, 2004). La escasez o falta de presas está detrás del estatus de muchas especies amenazadas (Karanth et al., 2004), y la disminución o incluso desaparición de P. hispanicus en el área de estudio podría ser el desencadenante de la desaparición de C. austriaca. Hay evidencias sobre poblaciones de P. hispanicus que han desaparecido de Sierra Nevada (Pleguezuelos, 1986; J.R. Fernández-Cardenete, J.A. Tinaut, F. Zamora, comunicación personal; J.M. Pleguezuelos, datos no publicados). Lo mismo se ha observado para Podarcis carbonelli en el occidente ibérico (Sillero et al., 2012); desde 1975 se estima se han extinguido el 4% de las poblaciones mundiales de lagartos, y para 2080 se pronostica que se extinguirán el 39% de las poblaciones y el 20% de las especies (Sinervo et al., 2010). La modelización del nicho ecológico de C. austriaca en la Península Ibérica muestra que la especie tiene valor moderadamente elevado de tolerancia (0,83) y de marginalidad (1,27), lo que sugiere que habita en un amplio rango de condiciones ecológicas, aunque más bien en hábitats extremos (Santos et al., 2009). El primero de los resultados nos sugiere que la especie podría tener resiliencia a los factores de amenaza que se especulan para esta población. Pero el segundo nos recuerda que estamos tratando la que probablemente es la población más extrema y aislada en la Península Ibérica (no se ha confirmado en los

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últimos años el mantenimiento de la población en la Serranía de Ronda), en áreas a veces consideradas subóptimas por el modelo (Santos et al., 2009), en el límite de su capacidad ecológica de adaptación al medio, suponemos que con pocas posibilidades de responder a factores estocásticos. La imprecisión que aún tenemos sobre la causalidad de la baja detección de C. austriaca en esta cuadrícula refuerza la necesidad de seguir con la monitorización de esta población, pero con mayor esfuerzo de muestreo. Pero los pobres resultados obtenidos durante la monitorización de la comunidad de reptiles en esta cuadrícula montana del sur ibérico no permiten un análisis de tendencias poblacionales. A lo largo de siete años de seguimiento, han sido preciso 16 horas de muestreo por un observador para localizar un solo individuo de la especie focal, C. austriaca. En el mismo macizo montañoso, después de 50 censos de 45 minutos de duración realizados por dos observadores, que suman un total de 90 horas/observador en el campo, dentro del rango altitudinal y hábitat adecuado para la especie, Caro et al., (2012) estimaron que era preciso 12 h 30 min para localizar la especie; este valor no se aleja del obtenido en nuestro estudio, y nos deja la duda entre si estamos ante una población en declive, o sencillamente ante una población muy escasa, que precisa mucha dedicación para detectar individuos. Kéry (2002), encontró que la probabilidad de detección en el campo de esta especie en Europa Central cuando el tamaño poblacional era bajo (se asume que este es el caso en Sierra Nevada; Caro et al., 2012) era de tan solo del 9% durante un muestreo, y que eran precisos 34 muestreos negativos para asegurar con el 95% de confianza que la zona de estudio estaba no ocupada por C. austriaca. En nuestra zona de estudio llevamos cinco años sin detectar la especie, pero en base a los valores aportados por


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Kéry (2002), aún no podemos asumir que haya desaparecido; si precisamos 34 muestreos negativos, no podemos seguir con la frecuencia de un solo muestreo al año, pues podríamos estar muestreando de manera innecesaria si C. austriaca es la especie focal; si realizamos esos muestreos en un mismo año, para confirmar su presencia, precisaríamos unos 12 días de campo (tres muestreos por día), demasiado tiempo para un programa de carácter voluntario como es el SARE. Concluimos que, a pesar de la impredecibilidad climática en la alta montaña, hay que aumentar el número de muestreos.

Mientras tanto, nuestros resultados en esta cuadrícula conservan su sentido y permiten análisis numérico cuando se unen al resto de datos obtenidos dentro del programa SARE a escala nacional; ésta es una de las ventajas de los programas de monitorización a escala regional y multi-especie (Manley et al., 2004). AGRADECIMIENTOS: A los que me acompañaron y ofrecieron apoyo logístico en estos muestreos, S.J. Busack, P. Jiménez, A. Navarro, D. Ontiveros, J.M. Pleguezuelos, D. Pleguezuelos. A J. Caro, que aportó sugerencias a la primera versión del texto.

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Seguimiento de anfibios y reptiles en Doñana Ana C. Andreu Equipo de Seguimiento de Procesos Naturales de la ICTS-RBD de la Estación Biológica de Doñana, CSIC. C.e.: acandreu@ebd.csic.es

Fecha de aceptación: 4 de marzo de 2015. Key words: monitoring, amphibians, reptiles, Doñana.

El seguimiento de anfibios y reptiles se inicia en Doñana en 2003 como parte de un amplio programa de seguimiento que incluye especies emblemáticas como el lince ibérico o el águila imperial; especies clave en las cadenas tróficas como el conejo; comunidades como la de las aves acuáticas o procesos como la inundación de la marisma. El Programa de Seguimiento de Procesos y Recursos Naturales de Doñana (PSD) se diseñó como respuesta a la necesidad de los gestores del espacio protegido de tomar decisiones de conservación informadas. Es por lo

tanto un instrumento eminentemente práctico y dinámico que proporciona información sobre la biodiversidad y el estado de conservación de Doñana, mediante la generación de series continuas de datos sobre temas como la distribución y abundancia de especies y comunidades determinadas y su variación tanto en el tiempo como en el espacio. Antes de continuar, es necesario aclarar que, cuando hablamos de Doñana, nos referimos al Espacio Natural Doñana (END), situado en el estuario del Guadalquivir, a caballo de tres provincias: Huelva, Sevilla y


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Cádiz. El END está formado por la unión del Parque Nacional (542,51 km2) y el Parque Natural (538,35 km2), ambos gestionados por la Junta de Andalucía. Se diferencian en el nivel de protección, que es muy alto en el caso del primero ya que sólo se permiten algunos usos tradicionales, muy reglamentados, mientras que en el Parque Natural las restricciones son menores. Doñana cuenta con cuatro grandes ecosistemas: la marisma, la zona de arenas estabilizadas cubierta de matorral mediterráneo y pinares, las dunas móviles y la zona de playa con su litoral adyacente. El área es un mosaico de hábitats, entre los que sobresalen por su diversidad y abundancia los acuáticos.

¿Qué es y para qué sirve un plan de seguimiento? Se ha definido el seguimiento ambiental como un proceso de recogida protocolizada de información con objetivos claramente definidos, científicamente válidos y que den respuesta a necesidades reales de gestión (Lindenmayer & Likens, 2010). Debe centrarse en indicadores, utilizar técnicas de muestreo adecuadas que generen resultados no sesgados y robustos (Reynolds et al., 2011). Debe asimismo ser económicamente sostenible a largo plazo ya que uno de los mayores valores de un seguimiento es la generación de series temporales de datos de larga duración (Yoccoz et al., 2001). En Doñana, para cada seguimiento elegido se diseñó un protocolo con el asesoramiento de científicos expertos. Cada protocolo define unos objetivos, las variables concretas a seguir, las localidades de muestreo, la metodología a usar, el calendario y periodicidad de los censos o muestreos y los resultados a obtener. La toma de datos se hace, en la mayor parte de los pro-

tocolos, a través de tabletas informáticas dotadas de GPS, en las que se han implementado secuencias específicas para cada tipo de muestreo, con el programa Cybertracker. Tanto los protocolos como los resultados de los seguimientos pueden consultarse “on line” en: http://www-rbd.ebd.csic.es/Seguimiento/ seguimiento.htm.

¿Por qué el seguimiento de anfibios y reptiles? En Doñana viven y se reproducen 11 especies de anfibios y 24 de reptiles, una invasora incluida, entre los que se cuentan nueve endemismos ibéricos (Tabla 1). Además, cinco especies de tortugas marinas visitan las costas de Doñana: Caretta caretta y Dermochelys coriacea, ambas comunes en este litoral; Chelonia mydas, más escasa, y Lepidochelys kempii y Eretmochelys imbricata, con muy pocas citas en el área. Por todo ello, Doñana está considerada una de las áreas más ricas en herpetos de la Península Ibérica (Mateo, 2002). A nivel global, las comunidades de anfibios y reptiles han sufrido importantes declives durante las últimas décadas (Gibbons et al., 2000; Collins & Storfer, 2003), y, de hecho, un 48,6% de las especies de herpetos españolas están catalogadas bajo algún tipo de amenaza (Márquez & Linaza, 2002). Los seguimientos de herpetos que se realizan en Doñana se centran en anfibios, lagartijas y salamanquesas, tortugas terrestres y galápagos.

Seguimiento de la distribución y abundancia relativa de anfibios La comunidad de anfibios está compuesta en Doñana por 11 especies, cinco de ellas endemismos ibéricos (Tabla 1). Esta comu-


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Tabla 1. Anfibios y reptiles con poblaciones reproductoras en Doñana. No se incluyen las tortugas marinas que visitan el litoral. Se incluye la especie invasora T. s. elegans. Entre paréntesis se dan las referencias utilizadas: 1. Díaz-Paniagua et al., 2005; 2. Keller, 1997; 3. Andreu et al., 2000; 4. Datos de Seguimiento; 5. Valverde, 1967; 6. Díaz-Paniagua & Rivas, 1987; 7. Román et al., 2006; 8. Colección de la Estación Biológica de Doñana. End. ibérico = Endemismo ibérico. Especie

Nombre común

Anfibios Triturus pygmaeus Lissotriton boscai Pleurodeles waltl

Tritón pigmeo Tritón ibérico Gallipato

si si

Alytes cisternasii Discoglossus galganoi Pelobates cultripes

Sapo partero ibérico Sapillo pintojo ibérico Sapo de espuelas

si si

Pelodytes ibericus Bufo spinosus

Sapillo moteado meridional Sapo común

si

Bufo calamita

Sapo corredor

Hyla meridionalis

Ranita meridional

Pelophylax perezi

Rana verde común

Reptiles Emys orbicularis Mauremys l. leprosa Testudo g. graeca

Galápago europeo Galápago leproso Tortuga mora

Trachemys scripta elegans

Galápago de Florida

Hemidactylus turcicus Tarentola mauritanica

Salamanquesa rosada Salamanquesa común

Chalcides b. bedriagai Chalcides striatus Blanus mariae

Eslizón ibérico Eslizón tridáctilo Culebrilla de María

Acanthodactylus erythrurus

Lagartija colirroja

Psammodromus algirus

Lagartija colilarga

Psammodromus occidentalis Lagartija occidental ibérica Lagartija de Carbonell Podarcis carbonelli Podarcis vaucheri Timon lepidus

Lagartija andaluza Lagarto ocelado

Chamaeleo chamaeleon

Camaleón común

Coronella girondica Hemorrhois hippocrepis Macroprotodon brevis Rhinechis scalaris Natrix maura

Culebra lisa meridional Culebra de herradura Culera de cogulla occidental Culebra de escalera Culebra viperina

Natrix natrix

Culebra de collar

Malpolon monspessulanus Vipera latastei

Culebra bastarda occidental Víbora hocicuda

End. ibérico Hábitat en Doñana Lagunas temporales Lagunas temporales Lagunas permanentes, temporales y marisma Arroyos. Distribución restringida Lagunas temporales Lagunas permanentes, temporales y marisma; matorral mediterráneo Marisma Lagunas permanentes, matorral mediterráneo Lagunas temporales, matorral mediterráneo Lagunas permanentes, temporales y marisma Lagunas permanentes, temporales y marisma Lagunas permanentes y temporales Lagunas permanentes y temporales Matorral mediterráneo, praderas y valles interdunares húmedos Lagunas permanentes y arroyos

si si

si si

Restringida a núcleos urbanos Construcciones, matorral con arbolado disperso Matorral mediterráneo y pinares Matorral mediterráneo Matorral mediterráneo y pinares cercanos a zonas húmedas Dunas y matorral mediterráneo abierto Matorral mediterráneo, pinares y dunas Matorral mediterráneo abierto Matorral mediterráneo cercano a zonas húmedas Restringida a construcciones Matorral mediterráneo Pinares y matorral mediterráneo cercano a zonas húmedas Matorral mediterráneo Matorral mediterráneo Matorral mediterráneo Matorral mediterráneo y pinares Lagunas permanentes, temporales, arroyos, caños marismeños y pastizales y matorral perimarismeños Matorral mediterráneo y praderas Matorral mediterráneo, pinares,vetas de la marisma Matorral mediterráneo y dunas

Situación en Doñana Común (1, 4) Común (1,4) Abundante (1,4) Escaso (1,4) Común (1,4) Abundante (1,4) Común (1,4) Escaso (1,4) Común (1,4) Abundante (1,4) Abundante (1,4)

Común (2,4) Abundante (2,4) Común (3,4) Invasora. Escasa (4) Plan de extracción activo No hay datos Común (4) Común (5) Raro (5) Común (6 ) Común (4,5) Común (4,5) Rara (4) Común (4, 6, 7) No hay datos Común hace unos años (5,8) Escaso ahora (4) Escaso. Distribución restringida (4) Común (5,8) Escasa (8) Raro (8) Común (5,8) Común (5,8) Raro (4,8) Común (5,8) Común (5,8)


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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2014) 25(2)

nidad ha sido bien estudiada en Doñana desde hace décadas (véase una revisión en DíazPaniagua et al., 2005). Los anfibios dependen, al menos durante el período reproductivo, de la existencia de un medio acuático adecuado. Doñana alberga una importante y diversa red de charcas y lagunas temporales de carácter mediterráneo y una extensa marisma estacional de aguas dulces y salobres. Estos hábitats han sufrido un grave declive en Europa, por lo que están considerados como hábitats prioritarios en la Unión Europea (Bartolome et al., 2005; DíazPaniagua et al., 2010). El seguimiento de la comunidad de anfibios forma parte del seguimiento integral de estos hábitats prioritarios, en el que también se genera información sobre la cantidad y calidad del agua, la vegetación acuática, los invertebrados y los peces. Este protocolo, que acumula 12 años de datos en la actualidad, tiene como objetivos concretos: comparar a lo largo del tiempo la riqueza de especies y su abundancia relativa en cada punto de muestreo. Para ello se precisa detectar la presencia de cada una de las especies de anfibios presentes. Un segundo objetivo, importante dado la gran variabilidad hidrológica interanual que se da en Doñana, es registrar anualmente qué especies han completado con éxito el desarrollo larvario, es decir, en cuáles se detectan metamórficos o jóvenes adultos. Los muestreos se llevan a cabo en 39 puntos de agua, en los que están representados los diferentes tipos presentes en Doñana: lagunas permanentes y temporales, charcas efímeras, arroyos y marisma. Cada año se realizan dos muestreos, uno invernal, entre octubre y febrero, que se inicia 15 días después de que se hayan inundado la marisma y las lagunas temporales; y un muestreo primaveral, en abril y mayo. La rea-

lización de dos campañas permite detectar todas las especies de anfibios de Doñana, aunque su reproducción comience con las primeras lluvias o se retrase hasta el final de la primavera y sea cual sea la duración de su período larvario. Los muestreos se realizan de día ya que un muestreo nocturno, habitual en anfibios, supondría un coste laboral inasumible. El objetivo principal del muestreo se centra en la detección de las larvas, que están presentes en el medio acuático, como mínimo durante un mes en las especies con período larvario más corto (Díaz-Paniagua et al., 2005). Para la detección de los anfibios se han combinado cuatro técnicas: prospección visual, escuchas, mangueos y nasas. Se consideró necesario utilizar este abanico de métodos para poder hacer frente a las diferentes estrategias reproductoras de las especies de anfibios presentes en Doñana, así como a la alta diversidad temporal de los medios acuáticos, muy dependientes de las precipitaciones y por lo tanto muy variables entre sí y entre años. El muestreo comienza registrando, una vez en el punto de muestreo, si hay o no agua. La prospección visual de las orillas, zonas poco profundas y charcas periféricas, si las hay, se realiza durante un período de cinco minutos, siempre que el agua esté clara, y permite detectar la presencia de adultos, puestas y larvas. Con la escucha, que dura todo el tiempo que se está en el punto de muestreo, se detectan al menos tres especies que cantan durante el día: Pelophylax perezi, Hyla meridionalis y Bufo spinosus. En las zonas encharcadas de los alrededores de la cubeta principal y en ésta, siempre que no sea posible la colocación de nasas, se realizan un máximo de 10 mangueos, con una separación de unos 5 m entre unos y otros y preferentemente en zonas con vegetación acuática.


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Cada mangueo consiste en hacer tres pasadas consecutivas (ida -vuelta-ida) por el fondo y columna de agua del humedal con una manga (véase Figura 1a). Con los mangueos se capturan principalmente larvas. En las lagunas y arroyos se instalan hasta un máximo de cinco nasas y hasta nueve en el caso de la marisma, aunque el número va a depender de la extensión del humedal en cada momento. Las nasas, destinadas inicialmente a la captura de invertebrados acuáticos y peces, capturan también muchos anfibios, tanto adultos como larvas y, especialmente en áreas con grandes extensiones de agua y cierta profundidad, como la marisma o las grandes lagunas, son más efectivas que los mangueos. Se trata de un arte de pesca tradicional compuesto de una red montada sobre cuatro aros de tamaño decreciente que, en su interior, presenta tres compartimentos o muertes, cada uno de ellos con una entrada pequeña en forma de embudo. En la parte delantera lleva un lienzo de red que sirve para redireccionar hacia la trampa a los animales que se topan con ella (Figura 1b). Las nasas se instalan en lugares donde el agua tenga una profundidad de entre 20 y 60 cm, en zonas con vegetación acuática preferentemente y a una distancia, unas de otras, de unos 10 m. Las nasas han de colocarse de tal modo que, al menos la última muerte, quede con la parte superior fuera del agua para eviFotos Ana Andreu

Figura 1. a: Mangueo de anfibios en la Vera de la marisma. b: Nasa camaronera para la captura de anfibios, calada en una laguna temporal de Doñana.

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tar el ahogamiento de los animales aerobios que se puedan capturar. Se dejan actuar durante 24 horas. Se contabilizan todos los ejemplares capturados o vistos por especie, diferenciando por clases de edad: larva, metamórfico, juvenil y adulto, y estos últimos por sexo. Todos los animales capturados se devuelven al agua en el menor tiempo posible. Para llevar a cabo este seguimiento se necesita un mínimo de dos personas, siendo mejor tres. La duración media de las dos campañas es de unos 60 días. Los datos recogidos permiten construir tablas de presencia/ausencia por especie, localidad y año y conocer en qué especies se han detectado metamórficos o juveniles por punto de muestreo. Con estos datos se puede calcular la abundancia relativa de cada especie como número de localidades en que aparece y estimar la riqueza relativa de especies de cada localidad. Adicionalmente las capturas de las nasas permiten estimar la abundancia relativa de cada especie en cada localidad como el número medio de larvas capturadas por nasa. Como ejemplo de los resultados que se obtienen, en la Figura 2 se muestra la abundancia relativa de cada especie en Doñana, estimada como el número de localidades en las que ha aparecido cada especie en el último año frente a la media de años anteriores. Como era de esperar, las especies más abundantes en Doñana son aquellas que ocupan un número mayor de hábitats. Es el caso de P. perezi, Pleurodeles waltl, Pelobates cultripes y H. meridionales, especies que se encuentran tanto en la marisma, como en las lagunas temporales o permanentes. Por otra parte el menor número de localidades dónde se han detectado anfibios este año tiene que ver con una precipitación anual, en 2013-2014, por debajo de la


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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2014) 25(2) Figura 2. Número de localidades en las que se ha detectado este año cada una de las especies de anfibios de Doñana y número medio de localidades en las que se ha encontrado cada especie en los 11 años anteriores de seguimiento en Doñana.

media en Doñana, lo que se traduce en un menor número de localidades inundadas, en las cuales la detección de anfibios es cero. Como complemento al seguimiento de anfibios se sigue la evolución de la inundación de los medios acuáticos temporales de Doñana. Para ello se visitan mensualmente 18 charcas y lagunas, registrándose en cada visita si hay o no hay agua, y en caso positivo, la extensión y profundidad en un punto fijo. En el caso de la marisma, un área muy extensa y dónde es difícil moverse cuando está inundada, el seguimiento de la inundación se hace a partir de un protocolo especial de teledetección que usa imágenes de satélite tomadas con una periodicidad mensual (véase http://www.ebd.csic.es/Website1/Zesp/Sede %20Central/LabSIG.aspx).

Seguimiento de la distribución y abundancia relativa de escamosos en Doñana El seguimiento de escamosos se centra en ocho especies que incluyen cinco especies de lagartijas: Acanthodactylus erythrurus, Podarcis carbonelli, Podarcis vaucheri, Psammodromus algirus y Psammodromus occidentalis; un lagarto: Timon lepidus y dos salamanquesas: Tarentola mauritanica y Hemidactylus turcicus. Quedan

fuera de este seguimiento las especies de hábitos fosoriales como la culebrilla ciega o los eslizones, y el camaleón, que precisan de metodologías distintas de muestreo. Dos especies son de particular interés, P. carbonelli, un endemismo del oeste de la Península Ibérica que tiene en Doñana una población aislada (Carretero, 2008) y, T. lepidus, que ha sufrido un fuerte declive en Doñana en las últimas décadas (Mateo, 2011). El protocolo de muestreo consiste en censar los individuos avistados mientras se hacen recorridos a pie por transectos que discurren por caminos o bien campo a través. Al ser el sustrato arenoso se registran también las huellas de T. lepidus, fácilmente distinguibles de las de las lagartijas. Dado que los avistamientos no son abundantes en general, se decidió aprovechar la existencia de pasarelas de madera, destinadas a uso público en Doñana, que son muy utilizadas por estos reptiles, probablemente por el refugio que brindan. En total se llevan a cabo siete transectos que totalizan más de 15 km y varían entre 1 y 4,5 km de longitud. Tres de los transectos discurren en dunas, tres en zonas de matorral mediterráneo y uno en bosque de ribera. Un transecto dunar y otro de matorral se realizan en pasarelas de uso público. Los censos se llevan a cabo, anualmente, entre abril y junio y en


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septiembre-octubre, meses de máxima actividad de estos reptiles en Doñana y se realizan tres réplicas de cada transecto por año. Los censos los realiza una sola persona que invierte unos 11 días al año de media. Se censa únicamente en días soleados y sin viento, comenzando el recorrido una hora después de la salida del sol y terminando antes de mediodía, para cubrir el período de calentamiento matinal de estos reptiles. Durante el censo se registran todos los individuos vistos en una franja de 6 m al frente y de 3 m a cada lado de la línea por la que avanza el censador. Se utilizan prismáticos de foco corto y cámara fotográfica para facilitar la identificación. De cada animal avistado se registra, la especie, el sexo, si es juvenil o adulto, y otros datos como la actividad que realiza, si está mudando, o si tienen o no la cola cortada o regenerada. En caso de encontrar personas o vehículos durante los transectos, se suspende el muestreo durante cinco minutos para que se disipe el efecto de los mismos sobre los animales. Los resultados de nueve años de seguimiento son consistentes para cuatro especies, ampliamente distribuidas y abundantes en Doñana. Se trata de A. erythrurus, P. algirus, P. carbonelli y T. mauritanica. El resto de especies apenas ha sido encontrado. Los escasos avistamientos confirman la escasez de T. lepidus en Doñana ya que sólo hemos registrado su presencia en cuatro ocasiones, a pesar de ser bastante común en el pasado (Valverde, 1967). La escasez de T. lepidus en Doñana se ha asociado al declive del conejo, en la década de 1950 con la llegada de la mixomatosis y ya en la década de 1980 con la aparición de la neumonía vírica. Al derrumbarse las poblaciones del conejo, presa fundamental de los numerosos carnívoros y rapaces de Doñana, se habría pro-

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ducido una deriva de éstos hacia presas sustitutorias entre las que estaría T. lepidus, provocando un declive en cadena (Román et al., 1999; Mateo, 2011). En cuanto a P. occidentalis, ha sido visto sólo en dos ocasiones durante los censos, lo que también apunta a su escasez en Doñana. A este respecto hay que recordar que Valverde (1967) la considera como ausente de Doñana. Por otra parte, P. vaucheri, una especie saxícola, está restringida en Doñana a las zonas habitadas, donde las construcciones juegan el papel de las rocas, y no aparece en los seguimientos al no hacerse ningún recorrido por zonas urbanas. Una situación similar se da con H. turcicus que, al igual que la especie anterior, solo se ha citado en pueblos de la comarca de Doñana.

Seguimiento de la distribución y estructura poblacional de los galápagos de Doñana Doñana cuenta con poblaciones importantes de las dos especies de galápagos ibéricos, Mauremys leprosa y Emys orbicularis (Keller, 1997). Estos reptiles dependen para vivir de la existencia de puntos de aguas permanentes o que al menos perduren hasta bien entrado el verano. Las lagunas y cauces permanentes son escasos en Doñana y, en la actualidad, se están transformando en temporales debido a la sobreexplotación de los acuíferos en el entorno del espacio protegido (Díaz-Paniagua, 2014). Adicionalmente, las previsiones de cambio climático para Doñana indican un futuro con disminución de las precipitaciones (Fernández & Barrera, 2006), lo que incidiría de nuevo en la desaparición de las lagunas permanentes de Doñana y, por tanto, en la viabilidad de las poblaciones de galápagos. La existencia de información pre-


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via, tanto sobre la distribución como sobre la estructura poblacional de ambas especies en Doñana (Keller et al., 1995, 1998; Keller, 1997), incidió en la elección de estos reptiles como objetivo de seguimiento. Tanto para el seguimiento de la distribución como para el de la estructura poblacional se hacen trampeos con nasas galapagueras (más grandes que las empleadas para anfibios). De cada galápago capturado se anota la especie, el sexo, el peso, la longitud del espaldar y la del peto, y el número con el que se le marca si no lo estuviera ya. A este respecto hay que señalar que, en Doñana, se usa desde hace décadas un sistema de marcado permanente e inocuo para galápagos y tortugas. Consiste en la realización de muescas en las placas marginales del espaldar, siguiendo una clave numérica que dota a cada animal con un número propio (Figura 3). Todos los animales capturados se devuelven al medio una vez medidos y marcados. Los muestreos se llevan a cabo entre mayo y julio, en la época de máxima actividad de estos reptiles. El seguimiento de la distribución se lleva a cabo en 23 lagunas y arroyos repartidos por toda la comarca de Doñana, que se visitan

Figura 3. Clave de marcado usada en tortugas y galápagos de Doñana. A la derecha, ejemplo de cómo se marcaría el número 328 en una tortuga.

cada dos años y en los que se coloca un máximo de cinco nasas por localidad durante 24 h. El objetivo en este seguimiento es controlar la presencia de ambas especies a lo largo del tiempo en cada punto muestreado. Para este seguimiento se necesitan dos personas que invierten 10 días al año en su realización. Para el seguimiento poblacional se muestrean intensivamente cuatro lagunas, en las que se colocan hasta un máximo de 30 nasas simultáneamente, un máximo de tres días consecutivos. Las nasas se revisan diariamente, liberando en cada visita los galápagos capturados. Cada laguna se visita cada cuatro años. El objetivo es conocer en cada localidad y a lo largo del tiempo qué especies están presentes y en qué proporción; obtener una abundancia relativa en base a la unidad de esfuerzo: nº de individuos de cada especie/nasa y día; y caracterizar la estructura poblacional de cada especie en cuanto a razón de sexos, proporción de jóvenes y adultos y estructura de tamaños. Para realizar este muestreo se necesitan cinco personas que invierten de media tres días en cada laguna por año. La asignación de cada individuo como joven o adulto se hace siguiendo a Keller (1997). En la Figura 4 se muestra la evolución de las tres especies de galápagos presentes en la laguna del Acebuche desde el año 2000 hasta el 2010, como respuesta a la campaña de extracción de T. scripta llevada a cabo desde hace más de una década. Los datos anteriores a 2006 se generaron en el marco de proyectos de investigación. Todas las capturas se realizaron con nasas, si bien el esfuerzo de muestreo ha sido muy diferente entre años lo que se refleja en el número absoluto de capturas por año. Es importante señalar también que las capturas bajan en los años lluviosos debido al mayor volumen y extensión de la laguna. Los muestreos de los últi-


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Figura 4. Evolución del número de capturas de las tres especies de galápago presentes en la laguna de El Acebuche. Datos de 2000 a 2002=datos propios; datos de 2003 y 2004 extraidos de Pérez-Santigosa, 2007; datos posteriores de Seguimiento. Todos los ejemplares capturados de T. scripta se extrajeron de la laguna.

mos años ponen de manifiesto el éxito de las extracciones de T. scripta, que han desaparecido prácticamente de la laguna. En 2014 se debería haber vuelto a muestrear pero las restricciones presupuestarias han supuesto la ampliación del período entre muestreos como medida de ahorro. El programa de extracción mediante trampas asoleadero continuará durante los próximos años hasta que se considere la especie erradicada.

Seguimiento de la distribución y la estructura poblacional de Testudo graeca T. graeca en España está considerada “en peligro” debido a la reducción de efectivos poblacionales, así como a la pérdida de sus hábitats en los últimos años (Andreu, 2002). Por este motivo se decidió diseñar un seguimiento específico para la población de Doñana, una de las dos existentes en la Península Ibérica. El seguimiento de la distribución tiene como objetivo verificar las variaciones que puedan darse en su distribución conocida (Andreu et al., 2000) y, en especial, verificar la posible expansión de la especie por zonas en las que, en los últimos años, se ha llevado a cabo la tala de eucaliptos con la consiguiente recuperación de la vegetación natural. El protocolo consiste en hacer conteos de huellas en transectos por caminos con sustrato arenoso.

Se realizan 10 transectos, ocho por zonas con presencia de tortugas y dos por áreas sin tortugas, en los que se está regenerando el matorral mediterráneo. La longitud total de los transectos es de 55 km. Los transectos se realizan por caminos, desde un coche todoterreno que circula a baja velocidad, y en los transectos campo a través, a pie. En el primer caso intervienen dos personas, el conductor del vehículo y el censador. En los transectos a pie sólo el censador. Los censos se llevan a cabo durante días sin lluvia o viento y que hayan sido precedidos por al menos dos días con iguales condiciones meteorológicas, para asegurar que los animales estén activos. Cada transecto se repite tres veces, con un intervalo mínimo de 10 días, durante la época de máxima actividad de las tortugas, desde febrero hasta finales de abril y en octubre. Este seguimiento supone 12 días de muestreo al año. La periodicidad de estos censos es bienal. Con estos datos se obtiene un mapa de localizaciones y una estima de la abundancia relativa expresada en nº de huellas/km. El resultado más relevante hasta el momento es la estabilidad de la distribución de la especie en Doñana. El seguimiento de la estructura poblacional de T. graeca, por otra parte, tiene como objetivo conocer la evolución temporal de la razón de sexos y la estructura de edades de estas tortugas en un área concreta de 0,45 km2 de superficie,


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que tiene una de las mayores densidades de estos quelonios en el Parque Nacional. Se cuenta como dato de partida con los parámetros poblacionales para esta misma población correspondientes a las décadas de 1980 y 1990 (Andreu et al., 2000). El área se censa intensivamente cada 10 años, durante tres primaveras consecutivas, con el objetivo de capturar un mínimo de 75 individuos distintos por año, lo que supone entre seis y 10 días de censos por año. En cada censo participan un mínimo de ocho personas. Los censos se realizan en días despejados, con temperaturas moderadamente cálidas y sin viento, durante los cuales los censadores recorren a pie la zona buscando tortugas, procurando cubrir todo el área. De cada tortuga capturada se registra el número con el que está marcado (Figura 3), el sexo, la longitud de espaldar y peto, el peso y el número de anillos de crecimiento contados en la placa ventral derecha. Se anota también cualquier observación sobre enfermedades, lesiones, etc. Una vez medido el animal se suelta en el mismo lugar donde se encontró. Al final de cada campaña de tres años se construye una tabla de edades con todas las tortugas distintas capturadas que estaban vivas en el primer año de censo, esto es, todas las capturadas en ese año, más todas las nuevas capturadas en los dos años siguientes, a las que se incluye en la tabla con uno o dos años menos de edad respectivamente. La comparación de estas estructuras de edades de años distintos permite detectar episodios de bajo o alto reclutamiento, mortalidad, etc. En cualquier caso, con animales tan longevos y de tan baja reposición generacional como las

tortugas, un seguimiento de este tipo solo es esperable que permita detectar tendencias poblacionales con varias décadas de seguimiento.

Futuro del Seguimiento en Doñana Al cumplirse 10 años del inicio del Seguimiento en Doñana se inició la evaluación de los resultados del PSD, con la participación de científicos y gestores. Estos trabajos se paralizaron en 2012 como consecuencia de la reducción de la financiación en un 75%, lo que obligó a replantear a la baja todos los seguimientos, abandonando algunos y reduciendo en el resto los puntos de muestreo, la periodicidad de los mismos, etc. Desde 2014 sólo hay financiación para el seguimiento de aves acuáticas. En estas circunstancias, en 2014, la Estación Biológica de Doñana asumió la realización del PSD. En 2015 se ha suspendido el Seguimiento en espera de que la presión de los conservacionistas, de la comunidad científica, así como de los gestores del END, consiga revertir la situación y pronto se puedan reanudar los trabajos de Seguimiento en este espacio emblemático para la conservación en España. AGRADECIMIENTOS : A I. Román, D. Paz, D. López, y M. Máñez, del Equipo de Seguimiento de la Estación Biológica de Doñana, que han hecho posible el seguimiento de anfibios y reptiles. El Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno de España financió el Seguimiento de 2003 a 2007 y la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía de 2007 a 2013.

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SARE en Andalucía Nombre del Coordinador: Ricardo Reques. Ámbito: Andalucía, grupo de anfibios. Número de participantes: 46. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 64. Con las cuadrículas actualmente asignadas para el seguimiento de anfibios se cubre aproximadamente un 8,2 % del territorio de Andalucía. Sin embargo, aunque este número de cuadrículas es relativamente alto, sólo se han presentado resultados para el 70 % de éstas y no de todos los años consecutivos. La falta de continuidad en los seguimientos en años consecutivos es uno de los principales problemas. Entre los participantes son frecuentes los herpetólogos con amplia experiencia, entre los que se incluyen investigadores, profesores y técnicos, pero también hay un gran número de naturalistas pertenecientes a distintas asociaciones relacionadas con el medio ambiente o naturalistas independientes con mayor o menor experiencia en herpetología. Desde la coordinación se intentan resolver todas las dudas que surgen a los participantes tanto en lo que se refiere a la localización de lugares, la elección de fechas propicias para realizar los muestreos y, en menor medida, se ayuda también a la identificación de ejemplares. Muchas de las dudas surgen a la hora de recoger los datos y de introducirlos en los programas informáticos. Para incentivar la participación y mantener una relación más fluida entre los participantes que lo deseen, se ha creado un grupo en la red social Facebook donde se comparten noticias de interés herpetológico en general. En este grupo se integran tanto participantes del programa SARE como otras personas interesadas en la herpetología. Son especialmente interesantes las entradas de los voluntarios en las que comentan su experiencia en los diferentes muestreos, comparten fotografías de los mismos y plantean cuestiones de tipo práctico que, a veces, fomentan su discusión. Por otro lado, a lo largo de estos años se han organizado jornadas específicas para dar a conocer el proyecto SARE y atraer así a nuevos participantes. También se han aprovechado cursos de temas relacionados para explicar el proyecto, especialmente al personal técnico de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, ya que muchos agentes se han mostrado interesados en hacer los seguimientos. Nombre del participante: Juan Carlos Camacho Aliaga. UTM: UG 74. Topónimo: La Basilisa. Descripción del lugar y hábitat: Se trata de una charca principal y otra secundaria, fruto de un uso antrópico hace unos 25-30 años, al realizarse un aprovechamiento de zahorra para mantenimiento de caminos, con el tiempo han sido colonizadas por una amplia variedad de especies de anfibios. Especies presentes: Bufo spinosus, Bufo calamita, Triturus pygmaeus, Pleurodeles waltl, Hyla meridionalis, Pelodytes ibericus, Pelophylax perezi, Discoglossus jeanneae. La recopilación de datos resulta fundamental para conocer la evolución en el tiempo de las distintas poblaciones faunísticas de nuestro entorno, me siento muy satisfecho de poder colaborar en esta misión, labor crucial para lograr protegerlo. Además, durante el desarrollo del trabajo de campo, se pueden generar y aportar ideas que sean tenidas en cuenta por los órganos administrativos superiores en la toma de


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decisiones, las cuales sin duda, podrían influir en H. meridional en la charca “La Basilisa”. la supervivencia futura de las mermadas comunidades de anfibios. En mi caso, vengo procurando que tanto los propietarios, como la Administración Ambiental conozcan mi labor, siempre combinando el necesario sigilo, con necesidad de conservación, implicándolos como parte interesada en la protección, haciéndolos Charcas de “La Basilisa” en la sabedores del intereNava de Cabra. sante legado biológico que atesoran en sus fincas, y siempre intentando remediar cualquier problema que pudiera socavar y/o limitar los normales ciclos reproductivos, en especial, la alteración del lecho de las charcas por pisoteo del ganado y la desecación prematura por causas no naturales. En el texto pueden aludir a un lugar especial por el paisaje, las especies que se pueden observar, etc, así como a las experiencias como voluntarios del proyecto. Nombre del participante: Luis Domínguez Romero. UTM: PB 95. Topónimo: Pallares (T.M. Beas). Descripción del lugar y hábitat: Antigua dehesa de alcornoque sobre sustrato arenoso, hoy abandonada e invadida de matorral, quedando los ejemplares arbóreos dispersos y con poco vigor por su avanzada edad. Especies destacadas: Tritón jaspeado pigmeo (Triturus pygmaeus), gallipato (Pleurodeles waltl), ranita meridional (Hyla meridionalis). El trabajo como voluntario en el programa SARE me ha permitido conocer el mundo de la noche y el asombroso cambio en la actividad de la fauna silvestre que se produce al caer la tarde. Gracias a los muestreos he podido conocer las 12 especies de anfibios que existen en el entorno y he aprendido mucho sobre su comportamiento y las necesidades y amenazas que padecen sus poblaciones. Me siento afortunado de contar con puntos de muestreo como el de Pallares, que se muestra en la fotografía, por la extraordinaria abundancia de anfibios que presenta y cuya observación constituye un verdadero espectáculo natural. Sin embargo, me resulta igualmente gratificante realizar el seguimiento de charcas artificiales de creación reciente y comprobar su proceso de naturalización, observando cómo van siendo colonizadas de forma progresiva por diferentes anfibios y otros grupos faunísticos.


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Nombre del participante: Isabel Gómez Carrasco. UTM: UF 37. Topónimo: Casarabonela, Sierra Prieta/Alcaparaín. Descripción del lugar y hábitat: Sierra con matorral, bosque y mosaico de cultivos. Especies destacadas: Sapillo pintojo meridional (Discoglossus jeanneae) y Gallipato (Pleurodeles waltl). Elegí esta cuadrícula para hacer el seguimiento por ser una zona muy conocida y querida por mí. Al principio, mis conocimientos sobre los anfibios eran muy escasos, pero gracias a internet y a otras fuentes, ya identifico todas las especies encontradas en mi zona: sapillo pintojo, gallipato, rana común, sapillo moteado, salamandra común, sapo común y sapo corredor. No descarto la existencia de otras aún no observadas. Es muy gratificante descubrirlas y pasamos buenos momentos durante las noches en las que realizamos el muestreo. Me acompañan varios amigos, también amantes de la naturaleza. ¡Toda una aventura encontrarnos un gallipato en una pequeña charca tras la lluvia, o enmudecer al escuchar un autillo y pensar que pudiésemos tener al sapo partero cerca!

Nombre del participante: Emilio González Miras. UTM: WG 42. Topónimo: Abrevadero de la Rosariera. Descripción del lugar y hábitat: Abrevadero situado a 1500 msnm en medio de una ladera, en el que el pinar de repoblación se entremezcla con matorral autóctono de enebros y encinas. Especies destacadas: Sapo partero bético (Alytes dickhilleni) y sapo común (Bufo spinosus). Este lugar es especial para mí. Fue el primer lugar en el que encontré larvas de sapo partero bético en la Sierra de los Filabres, allá por el año 2000. En aquella fecha eran escasísimas, apenas 50, pues el abrevadero era limpiado continuamente por los pastores. Esto finalmente fue prohibido y desde entonces el número de lar-

Macho de A. dickhilleni

Abrevadero de la Rosariera


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vas no ha parado de crecer, contabilizándose más de 1.500 en 2013. En este tiempo también el sapo común ha colonizado el lugar. Hoy es un bello rincón en el que se puede ver con facilidad anfibios, lo que aprovecho para cada año acercarme con amigos, voluntarios de nuestra asociación, e incluso mis hijos, con el fin de introducirlos en este apasionante mundo.

Voluntarios de SERBAL

Observando con mi hijo.

Nombre del participante: David Romero Pacheco. UTM: TF 45. Topónimo: Charca o laguna la oscura, Loma de Arrayan. Descripción del lugar y hábitat: Bonito emplazamiento en un alcornocal en regresión en la sierra de San Pablo de Buceite (Cádiz). Laguna de carácter temporal oculta entre zarzales. Especies destacadas: Triturus pygmaeus, Salamandra salamandra longirostris, Hyla meridionalis. Un día de muestreo La brisa de la mañana zarandea la vegetación a mí alrededor. Un pequeño herrerillo canturrea mientras salta de una ramita a otra. Una fina llovizna agita la superficie de la laguna; la vegetación flotante acumula lágrimas de agua en sus florecillas. Hoy es un día estupendo, ¡seguro que aparecerá! y podré observar de nuevo su curioso comportamiento. ¡Oigo algo!... ¡Ahí viene! Me acerco un poco más a la superficie y tras la turbidez del agua le veo surgir. Suelta su mochila sobre la misma roca. Saca su libreta y su bandeja, en ella vierte un poco de agua. Agarra su extraño artilugio, se acerca a la laguna y, comienza a capturarnos. Nombre del participante: Julia Alejandra Sánchez Hernández. UTM: VG 37. Topónimo: Jiennense. Descripción del lugar y hábitat: Muestreo en una alberca abandonada y en un antiguo lavadero. Son los puntos donde más anfibios encuentro. Otro punto es un tramo de rio donde he visto cangrejo americano. Especies destacadas: Rana común (Pelophylax perezi) . Soy bióloga y quería participar en algún proyecto de conservación de anfibios. Cuando leí la información sobre el SARE no me lo pensé, fui a la reunión informativa y desde entonces llevo cuatro años como voluntaria. Este proyecto me hace sentir partícipe de algo grande. Para mí es una experiencia muy enriquecedora. Elegí unas zonas algo humanizadas que conozco desde pequeña cuando iba a observar anfibios y he podido notar su descenso, sobre todo por captura y por introducción de especies exóticas. El muestreo es muy cómodo de realizar, con una metodología sencilla. He sido voluntaria en muchos


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otros programas, y es el SARE uno de los cuales me siento más orgullosa de formar parte. En el texto pueden aludir a un lugar especial por el paisaje, las especies que se pueden observar, etc, así como a las experiencias como voluntarios del proyecto.

Nombre del Coordinador: Luis García Cardenete. Ámbito: Andalucía, grupo de reptiles. Número de participantes: 12. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 15 (con datos), 38 (solicitadas, sin datos). En los seis años de coordinación de reptiles, y siempre teniendo en cuenta la superficie de la comunidad y el número mínimo representativo de cuadrículas, se han encontrado dos problemas. El principal ha sido la falta de voluntarios para hacer cuadrículas y muestreos, más aún si se compara con el grupo de anfibios para la misma región, el cual sí parece haber obtenido una mejor respuesta y participación. El otro gran problema es la continuidad. La mayoría de los voluntarios que había solicitado una cuadrícula y había comenzado con el trabajo de campo, ha ido dejando de hacer los muestreos (o de introducirlos en el servidor). La climatología no parece ser tan limitante como en el caso de los anfibios. Pienso que hay que destacar el hecho de que la mayoría de participantes no suele venir del mundo de la herpetología, ni como aficionado ni como profesional, y que está más en relación con naturalistas en general y voluntarios ambientales. Asimismo, muchos de estos han decidido participar para aprender y / o profundizar en el conocimiento de este grupo.


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SARE en Aragón Nombre del Coordinador: Miguel Ángel Romeo Lafuente. Ámbito: Aragón, grupo de anfibios y reptiles. Número de participantes: 4. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: XL78 - XM12 - XN73 - XM01. La participación en Aragón no es muy numerosa y sólo se hacen seguimientos en cuatro cuadriculas: una en Huesca, en el Pirineo (XN73; Alberto Salavera Lafita), otra en Zaragoza, en una zona esteparia de la Depresión del río Ebro (XL78; Miguel A. Romeo Lafuente), y dos en el Sistema Ibérico: Somontano del Moncayo (XM12; Enrique Ruiz Ara) y XM01 (Alberto Montero Modrego). Como coordinador, lo más dificultoso para poder realizar los seguimientos es buscar el tiempo y que el día sea adecuado en cuanto a la meteorología, sobre todo con nuevos voluntarios que al principio no cuentan con la suficiente experiencia. Espero contar más adelante con algún participante de Teruel. En cuanto a la Administración Autonómica, alguno de sus agentes de protección de la naturaleza forman parte de los voluntarios. También nos cedió gratuitamente las instalaciones en la Reserva Natural de La Alfranca en Zaragoza, para la celebración de una jornada divulgativa del SARE. Por otro lado, la Asociación Naturalista de Aragón ANSAR, cuna de herpetólogos aragoneses, nos da su apoyo logístico. Nombre del participante: Miguel Ángel Romeo Lafuente. UTM: XM 78. Topónimo: Descripción del lugar y hábitat: En la cuadricula predomina el monte de matorral y pinar mediterráneo, con cultivo de secano, y salpicado de balsas, y algún cortado calizo. Especies presentes: Bufo spinosus: escaso; Epidalea calamita: abundante; Vipera latasti: escasa, población más cercana al Valle del Ebro; Tarentola mauritanica: buena población en zona rupícola. En el seguimiento de la cuadrícula, sobre todo para anfibios, han sido años muy desiguales, por lo irregular de la pluviometría. También el desplazamiento por pistas embarradas entre puntos de seguimiento, en días apropiados para anfibios, resultaba difícil. En cuanto a reptiles podemos destacar la confirmación de alguna especie muy escasa, como V. latasti, o de especies nuevas en la cuadricula como Psamodromus hispanicus.


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Nombre del participante: Enrique Ruiz Ara. UTM: 30TXM12. Topónimo: Somontano del Moncayo. Descripción del lugar y hábitat: Periferia del Parque Natural del Moncayo, Sistema Ibérico zaragozano. Zonas de huerta, monte bajo mediterráneo, y una zona más alta y montañosa con pequeño encinar. Especies presentes: Natrix natrix, Hyla arborea, Lissotriton helveticus, Triturus marmoratus, Chalcides striatus. La cuadrícula elegida es una mezcla de distintos ambientes y hábitats. Podemos encontrar especies típicas de montaña y de zonas húmedas, tales como Anguis fragilis, L. helveticus, N. natrix, H. arborea, Alytes obstetricans,… así como otras de carácter más mediterráneo (Malpolon monspessulanus, Chlacides bedriagai, Rhinechis scalaris, Bufo calamita, Pelobates cultripes, etc). Este proyecto te obliga a realizar salidas al campo con una cierta continuidad, y de este modo creo que se llega a tener una idea bastante precisa de las especies que habitan la zona, así como de sus hábitos. Una experiencia muy recomendable a nivel personal y muy útil para conocer algo más sobre la evolución de nuestras poblaciones de anfibios y reptiles.

Nombre del participante: Alberto Salavera Lafita. UTM: XM 73. Topónimo: Zonas periféricas Parque natural de los valles occidentales (suroeste) y del Paisaje protegido de las Foces de Fago y Binies (norte), Ansó, Fago, Garde. Descripción del lugar y hábitat: En la cuadrícula están presentes hábitats mediterráneos con otros más típicos de la zona pirenaica –pre pirenaica con predominio del bosque de pino albar con alternancia de frondosas y zonas de matorral de boj y enebro. Especies presentes: Bufo spinosus: abundante, Vipera aspis: relativamente abundante, Calotriton asper: escaso, Triturus marmoratus: escaso, Lissotriton helveticus: abundante, Alytes obtetricans: abundante, Lacerta binileata: abundante , Zamenis longissimus: relativamente abundante, Anguis fragilis: muy abundante.


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Este ha sido mi primer año en el proyecto y la experiencia ha sido muy positiva a nivel personal, ya que darle cierto carácter “científico“a algo que venía haciendo de forma individual es gratificante . La principal dificultad que creo encontrar es la variación climatológica de la zona ,por lo que los resultados pueden ser muy variables de un año a otro. Lo más destacado de la cuadricula creo que es la población de tritón jaspeado por quedar un tanto descolgada de las más próximas.


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SARE en Asturias y Cantabria Nombre del Coordinador: Francisco Javier Diego-Rasilla. Ámbito: Asturias y Cantabria. Número de participantes: 6. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 12. El seguimiento de los anfibios viene efectuándose en 12 cuadrículas UTM 10x10 km, mientras que en el caso de los reptiles son nueve las cuadrículas muestreadas. Conviene señalar que el seguimiento de estas cuadrículas es desigual, puesto que mientras que algunas han sido prospectadas anualmente desde el año 2007, otras sólo han aportado información a lo largo de un año. En general, en el año 2010 se incrementó significativamente el número de voluntarios, lo que amplió el número de cuadrículas muestreadas, pero la mayor parte de ellos no continuaron los muestreos a partir de ese año. Sólo tres voluntarios han mantenido un seguimiento continuado de sus cuadrículas durante los últimos cuatro (2010-2013) a siete años (2007-2013). Estos seguimientos prolongados a largo de un número significativo de años constituyen un logro a tener en cuenta, aunque sólo corresponden a cuatro cuadrículas UTM 10x10 km. Además, el programa SARE ha contribuido a detectar algunas especies, como por ejemplo Coronella austriaca o Natrix maura, que no habían sido previamente citadas en algunas de las cuadrículas objeto del seguimiento. Finalmente, llama la atención el hecho de que un número importante de personas haya mostrado su interés por participar, seleccionando incluso cuadrículas, pero sin llegar a realizar ninguna ficha. Claramente, la dificultad más importante con la que nos encontramos está relacionada con el compromiso de los voluntarios con el programa de seguimiento y con la fidelización al mismo. Nombre del participante: Francisco Javier Diego-Rasilla. UTM: VN 08. Topónimo: Villasuso de Cieza. Descripción del lugar y hábitat: Los tramos y puntos de muestreo se encuentran en un área de media montaña, en un rango de altitud entre los 267 y 488 msnm. Se trata de un bosque caducifolio en el que las especies arbóreas predominantes son Quercus robur y Fagus sylvatica.. Especies presentes: La especie de reptil más abundante es Podarcis muralis. Otras especies de reptiles observadas son Lacerta schreiberi, Vipera seoanei, Natrix natrix y Natrix maura. Entre los anfibios encontramos a Alytes obstetricans, Salamandra salamandra, Lissotriton helveticus, Mesotriton alpestris y Bufo spinosus. La cuadrícula VN08 se encuentra en el Parque Natural Saja-Besaya (Cantabria), en un área de media montaña ocupada predominantemente por un bosque de robles y hayas, en el que también abundan acebos, endrinos, arraclanes y avellanos, así como numerosas especies de helechos. Los reptiles seleccionan principalmente las zonas soleadas y los senderos dentro del robledal, ocupando también los taludes terrosos orientados hacia el sur, en los que la vegetación predominante está constituida por brezos y tojos.


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Los numerosos cursos de agua, abrevaderos y charcas, que a pesar de su reducido tamaño cuentan con agua durante todo el año, constituyen excelentes enclaves para la reproducción de los anfibios.

Nombre del participante: Rosa M. Luengo Bárcena. UTM: VN 19. Topónimo: Los Corrales de Buelna. Descripción del lugar y hábitat: Los tramos y puntos de muestreo se encuentran, en su mayoría, en zonas urbanas o cercanas a zonas habitadas, en el entorno del río Besaya. Altitud entre los 50 y 253 msnm. Especies presentes: La especie de reptil más abundante es Podarcis muralis. Otras especies de reptiles observadas son: Lacerta bilineata, Anguis fragilis, Coronela austriaca, Natrix natrix y Natrix maura. Entre los anfibios encontramos a Lissotriton helveticus, Pelophylax perezi, Alytes obstetricans, Bufo bufo y Triturus marmoratus. Los tres puntos de muestreo de anfibios son artificiales: una charca en un jardín privado y dos pilones cercanos a viviendas. Aunque estos lugaresson un valiosorefugio para los anfibios, las labores de mantenimiento y limpieza que se realizan en ellos afectan de forma importante a estas poblaciones. Uno de los tramos de muestreo de reptiles discurre sobre un carril-bici en la margen izquierda del rio Besaya. Esta zona soleada en medio de la vegetación favorecea algunas especies, como P.muralis, pero también provoca un elevado número de atropellos de animales, como se ha constatado en los muestreos. Un inconveniente durante los años de realización de este seguimiento ha sido la construcción de nuevas infraestructuras viarias, que ha obligado a realizar cambios en los recorridos.


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SARE en Castilla La Mancha Nombre del Coordinador: Pedro Luis Hernández Sastre. Ámbito: Castilla-La Mancha. Número de participantes: 14. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 16. La experiencia con los voluntarios ha sido bastante positiva. En algunos casos he acompañado a voluntarios a su cuadrícula en sus salidas de campo con objeto de elegir los tramos y puntos a muestrear. En cuanto a las mayores dificultades, sin duda alguna, éstas han surgido en el desarrollo de los seguimientos de la cuadrícula VK10. Dicha cuadrícula se encuentra muy cerca de Toledo capital y se ha visto sometida durante los últimos años a numerosas transformaciones. Es destacable la construcción de una circunvalación que produjo una concentración de aguas de escorrentía hacia el cauce de un arroyo en el cual había establecido dos puntos de seguimiento, destruyendo uno de ellos y colmatando progresivamente el otro. Un pozo que albergaba población de tritón ibérico también ha sido colmatado por completo de forma intencionada. Nombre del participante: Pedro Luis Hernández Sastre. UTM: VK 10. Topónimo: Sierra de Nambroca. Descripción del lugar y hábitat: Tomillar en la falda norte de una pequeña sierra. Especies presentes: Chalcides bedriagai y Psammodromus hispanicus. Cuando inicié mi participación en el proyecto SARE, viviendo como estaba en un pueblo en medio de una llanura cerealista con abundantes olivares donde la escasez de medios naturales es evidente, no dudé en dirigir mi atención a uno de los montes isla que salpican esta zona ubicada al sur de la ciudad de Toledo. Sabía que era un lugar donde abundaba la lagartija cenicienta de modo que pensé en la falda norte de la Sierra de Nambroca, donde el tomillar crece entre retamas y espartos. Mi sorpresa fue encontrar en este entorno una especie que hasta el momento no había visto allí, el eslizón ibérico. Nombre del participante: Grupo Guadalajara Wwf. UTM: VL 61. Topónimo: Descripción del lugar y hábitat: Charcas permanentes (tres de ellas) y semi-permanentes (una) situadas entre sembrados de cereal, sin arbolado sobre la charca. Especies presentes: Las especies que hemos comprobado que hay son rana común (Pelophylax perezi). Nos centramos sólo en los anfibios, y el censo lo hicimos muy avanzada la temporada con lo que ape-


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nas había variedad de especies. Todas las charcas elegidas para los muestreos tienen características similares, situadas entre campos de cereal y con poco arbolado cercano. La especie que detectamos fue rana común, aunque en la zona podría haber sapo partero, común, corredor, de espuelas, sapillo pintojo y gallipato.

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SARE en Castilla y León Nombre del Coordinador: Gonzalo Alarcos Izquierdo. Ámbito: Castilla y León. Adicionalmente, en la provincia de Zamora estamos iniciando un grupo de seguimiento específico de galápagos con la colaboración de voluntarios de la Asociación Natural de Zamora. Número de participantes: Ocho desde 2013. Desde los inicios han pasado 38 participantes o interesados. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 13. Tras varios años de hablar con gente e intentar convencer, observo que no existe motivación. A grandes rasgos me imagino que los diferentes factores son que nos encontramos con un grupo animal que culturalmente no es muy llamativo frente a otros (mamíferos o aves). Por tanto, gente que se interese por ellos hay menos. Lo que limita la disponibilidad de personal “cualificado” para realizar los censos. Otro factor importante que juega a la hora de convencer a alguien es el “compromiso” y “responsabilidad” que adquiere la persona que se anima a participar. Cuando los participantes oyen los años que debes realizar el seguimiento se echan para atrás. Para realizar un censo a lo largo de varios años necesitas cierta “estabilidad”. Hecho que mucha gente no posee, especialmente en estos tiempos. Por eso quizás habría que animar a profesorado de universidades, institutos, escuelas de capacitación u otras entidades a colaborar, dada su experiencia y estabilidad, para que mediante prácticas de campo, proyectos de fin de carrera, etc…los estudiantes pudieran aprender el mecanismo de los muestreos de herpetofauna y al mismo tiempo hacerles comprender que su esfuerzo es utilizado. También la gente tiende a marcarse metas demasiado altas. Quizás es preferible insistir en que los recién llegados se inicien con un solo tramo o punto. Luego, si sus circunstancias se lo permiten y tiene ganas, que aumente el número de puntos. No son pocos los que comienzan queriendo hacer muchos puntos y luego se desinflan en el primer año, dejándolos todos. Finalmente es necesario comentar que mucha gente prefiere utilizar los datos que han tomado, tras varios años de seguimiento, para publicarlo de forma individual. Da la impresión que existe un cierto miedo a que otra gente pueda utilizar esa información sin “merecerla” antes de que los propios autores hagan algo con ella. A este tema de la autoría y a cuándo poner disponible los datos y su utilización quizás habría que darle más importancia, enfocarlo de otra forma, determinar cuándo y quién puede utilizarlo y despejar la duda de cara al convencimiento de nuevos voluntarios. Fundamentalmente para que la gente pueda introducir sus datos sabiendo que nadie pueda “pisar” sus datos. Quizás mediante notificaciones de permiso a los autores. Nombre del participante: Jorge del Águila López-Pintor. UTM: VL 57. Topónimo: Aguilucho. Descripción del lugar y hábitat: Se trata de una zona donde predominan los robledales y encinares, y suelos arcillosos y limosos. Sin embargo, también predominan de manera importante los campos de cultivos. Especies presentes: Bufo calamita, Bufo spinosus, Pelophylax perezi, Pleurodeles waltl, Triturus marmoratus, Pelobates cultripes, Hyla molleri.


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La oportunidad de participar en este proyecto se me presentó por un amigo que ya lo realizaba. Al principio no tenía mucha idea de anfibios, pero al empezar a realizar los censos del S.A.R.E. me empezaron a gustar cada vez más y más, hasta tal punto que ahora estoy haciendo mi proyecto de fin de carrera sobre la conservación de los mismos. La experiencia de ver a una enorme cantidad de anfibios por la noche en un coro de cantos de distintas especies es fascinante en mi opinión y luego también ves cosas sorprendentes como en la foto de la Figura 5, en la que dos machos de sapo corredor agarran fuertemente a un gallipato, como si de una hembra de sapo corredor se tratase.

Nombre del participante: Gonzalo Alarcos Izquierdo. UTM: PG 96. Topónimo: Tramo 1) Camino de Chagüaceda por el filo; Tramo 2) Camino de Peña la Olla a Puente de Sanabria. Descripción del lugar y hábitat: T1) Camino cerrado al menos en dos terceras partes del transecto por bosque de roble y plantaciones de castaño. En la última parte, un tercio, el camino se hace más abierto ya que comunica la carretera general con un pueblo abandonado. Éste en cierta manera mantiene puntualmente tráfico rodado. T2) Robledal joven y pastizales que siguen la cuenca del río Tera. Es un bosque nuevo que sufre de cortas de vez en cuando. En sus claros aparecen especies arbustivas tipo brezos y escobas. Especies presentes: (una línea): Podarcis bocagei y Lacerta schreiberi. Ultimamente bastantes Timon lepidus, en concreto en T2. Me gusta en especial el tramo 2 ya que me da la oportunidad de observar muchas especies, ya sean las dos especies de lagartos de la zona (L. schreiberi y T. lepidus) o las lagartijas (P. bocagei y P. hispanica), así como alguna culebra de agua (Natrix natrix), víboras (Vipera latastei) y luciones (Anguis fragilis). También se puede encontrar algún anfibio, como por ejemplo el sapo común


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(Bufo spinosus) o la rana patilarga (Rana iberica), dado que en algunas zonas casi nos asomamos al río. Como voluntario diré que no supone un gran esfuerzo el realizar los recorridos y puntos que uno se propone. Siempre hay que decir que están al lado de casa y son zonas a las que suelo ir de paseo. Dos puntos que aconsejo tener en cuenta a aquellos nuevos voluntarios que decidan participar. Lo cual permite no variar demasiado la rutina y a la larga no es un gran esfuerzo que pueda incentivar el abandono del proyecto.

Tramo 1. Este año han eliminado escobas y vegetación herbácea

Tramo 2. En su inicio

Nombre del participante: Enrique Ayllón López. UTM: UK 57. Topónimo: Descripción del lugar y hábitat: En el censo de anfibios, se realizan censos en seis puntos de agua, un arroyo temporal dentro de un encinar, dos abrevaderos de ganado, dos charcas (temporal y permanente dentro de una antigua gravera) y una charca en una fresneda adehesada, así como dos recorridos, uno por una carretera local entre encinar y otro por un camino en un pinar paralelo al río Alberche. En el censo de reptiles se realizan tres recorridos. El primero es un sabinar con escobas y algunas encinas y pinos dispersos. El segundo es un pinar maduro dentro de un berrocal granítico y el tercero recorre melojales y zonas abiertas de berrocal con enebros, coincidiendo con alguna zona de ribera de arroyo de montaña. Especies presentes: Entre los anfibios podemos destacar la presencia de Triturus marmoratus, Lissotriton boscai, Pelobates cultripes, Hyla molleri, así como la aparición de las dos especies de Alytes en la misma cuadrícula, pero en puntos distintos. En la cuadrícula también está presente Rana iberica o Salamandra salamandra, pero la falta

Cuadridula UTM 10x10 muestreada

Detalle de los habitat


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de sitios buenos para realizar conteos en la sierra hace que estas especies no aparezcan en los censos. Entre los reptiles, sólo hay decir que aparece un grupo importante de ellos, mezclándose especies muy termófilas como Acanthodactylus erythrurus y Blanus cinereus con especies de requerimientos más fríos como Lacerta schreiberi, apareciendo una gran biodiversidad reptiliana. Detalle de los habitat: Aclaraciones a la leyenda: Majadales: Prados de Poa bulbosa más tréboles (Trifolium sp.). Retamares: Retama sphaerocarpa + Cytisus scoparius. Jarales: Cistus ladanifer (pringosa) y C. laurifolius (jara de estepa). Orlas: Zarzales. Piornales: Cytisus multiflorus. Esparganiales: Prados con gramíneas como Glyceria sp.

Reptiles, ruta 1

Reptiles, ruta 2

Reptiles, ruta 3

Anfibios, punto 1

Anfibios, punto 2

Anfibios, punto 3 charca 1


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Nombre del participante: Abel Bermejo. UTM: TL 99. Topónimo: La Cascajera. Descripción del lugar y hábitat: El hábitat se compone de bosques de pino piñonero y encina, viñedo y árboles frutales. También hay citar la proliferación de casas de campo, sin olvidar la presencia de empresas mineras que extraen áridos. El conjunto pertenece a la cuenca sedimentaria del río Duero. En esta zona aparecen fuentes y manaderos que son los lugares de observación. También hemos creado cuatro charcas nuevas en el recorrido. Especies presentes: Pleurodeles waltl, Triturus marmoratus, Pelobates cultripes, Bufo calamita, Bufo spinosus, Alytes obstetricans y Pelophylax perezi. La cuadrícula que llevo monitoreando desde hace unos 20 años aproximadamente es rica en herpetofauna y la observación de anfibios es un placer. Los datos que he enviado a la AHE desde que comenzó este proyecto reflejan una abundancia de especies de anfibios muy interesante. Lamentablemente, el aumento de las extracciones mineras modifican el paisaje, pero también sirven de zona de freza los huecos que van dejando. En fin, mi valoración tanto de la zona como la de este proyecto es positiva y me gusta participar.

Nombre del participante: Laura Moreno Ruiz. UTM: VL 59, VM 50, VL 49, VM 40. Topónimo: Parque Natural de las Hoces del Riaza y alrededores. Descripción del lugar y hábitat: Los puntos de muestreo son dos charcas seminaturales: la charca de la Pisadera, y la charca de Peñarrubia, situadas en zonas de cultivos en la Vega del Riaza, y tres pequeñas charcas creadas por WWF España en el 2011, la Charca de Los Ausentes (permanente, también en zona de Vega), la Charca del Carrascal (en el páramo, zona de cultivos con alguna mancha de sabinar) y la zona de Vallejo del Charco, en zona de sabinar. Especies presentes: - Rana común (Pelophylax perezi): en la Pisadera durante el censo del SARE (primavera 2013). - Tritón jaspeado (Triturus marmoratus): en la charca de Peñarrubia, no detectada durante el censo del SARE, sino por Fidel José Fernández y Fernández Arroyo durante su censo de vertebrados de 2012. - Sapo partero común (Alytes obstetricans) : detectado en el transecto hacia la charca de los Ausentes durante la realización del SARE (primavera 2013), y posteriormente observación directa de renacuajos en la charca (verano 2013).


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- Sapo corredor (Bufo calamita): detectado en la charca del carrascal durante el censo del SARE (primavera 2013) - Sapillo moteado (Pelodytes punctatus): detectado en la charca de Vallejo del Charco y en un reguero junto a los Frailes, durante el censo del SARE (primavera 2013) WWF España lleva trabajando casi cuatro décadas en la zona, debido a la gestión que lleva del refugio de aves rapaces de Montejo de la Vega, actualmente integrado en el Parque Natural de las Hoces de Riaza. La mayor parte de acciones en el espacio han ido encaminadas a la conservación de las aves rapaces (buitre y alimoche) aunque también se han llevado a cabo un buen número de actuaciones de voluntariado (restauración forestal, creación de refugios para fauna, censos de fauna, etc.) En cuanto a los anfibios, se llevaron a cabo una serie de medidas para restaurar su hábitat, mediante restauración de charcas exis- B. calamita adulto en el Carrascal tentes y creación de nuevos puntos de agua en 2011. Posteriormente, se realizó un primer censo formativo de anfibios con un grupo de voluntarios de WWF acompañados de Enrique Ayllón de la AHE. Acudimos el 18 de mayo de 2013 a realizar el censo nocturno, asesorados por Enrique. Las bajas temperaturas pudieron ser la causa de que se dejaran ver pocos anfibios adultos. Sin embargo, Charca en Vallejo del Charco sí fue posible detectar un gran número de renacuajos. Los voluntarios valoraron de forma muy positiva la actividad, especialmente por la parte formativa, ya que aprendieron mucho. Pero tenemos que perfeccionar la metodología y la logística, ya que acudían unas 10 personas, sin mucha formación ni conocimientos sobre el lugar, por lo que sería difícil enviar a los distintos puntos de muestreo a ellos solos. Sin duda nos gustaría repetir la experiencia para poder perfeccionar el censo y tener autonomía para realizarlo sin ayuda de la AHE, y especialmente implicar a la población local en estas actividades. Charca del Carrascal en el Páramo

Renacuajos en “los Ausentes”

Puesta de B. calamita en la carretera


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SARE en Cataluña Nombre del Coordinador: Dani Villero. Ámbito: Cataluña. Número de participantes: 33. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 47. La buena acogida del SARE en Cataluña se podría explicar por la existencia de una masa de naturalistas y de herpetólogos con ganas de dar sentido a sus regulares pesquisas herpetológicas y que están motivados por el éxito de otros programas de monitoreo bien estructurados y consolidados, como el SOCC en el caso de las aves y el CBMS en el de las mariposas. Tampoco se puede desmerecer la influencia de otras iniciativas anteriores, como el Seguiment d’amfibis de Cataluña (SAC, 20062008) y otros programas de monitoreo enmarcados en ámbitos más reducidos (e.g., Campeny & Villero, 2007; Carrera & Villero, 2008), que en mayor o menor medida fueron fruto de las reflexiones surgidas del Atlas de anfibios y reptiles de Cataluña (Llorente et al., 1995a,b). Otro factor muy relevante que ha ayudado a consolidar el programa ha sido la implicación de la Generalitat de Cataluña, resultado del interés y la buena disposición de los responsables y técnicos de la administración y de diversas sesiones prácticas sobre el proyecto, fomentando la participación de los Agentes Rurales a través de instrucciones específicas. Así, cerca del 45% del grueso de participantes del SARE en Cataluña son Agentes Rurales que realizan las tareas de monitoreo dentro de sus horario laboral. Pero no se puede obviar que esta valoración tan positiva se basa en el carácter fundamentalmente voluntario del programa, sin prácticamente recursos para la coordinación y difusión. Por otro lado, cabe asumir que los objetivos inicialmente planteados sobre la cobertura geográfica en las diversas regiones biogeográficas presentes en el territorio aún quedan un poco lejos, especialmente en el caso del seguimiento de reptiles. Así, en Cataluña, mientras que el SARE de anfibios acoge una representación geográfica insuficiente pero aceptable, el de reptiles muestra una representación muy deficiente en la mayoría de regiones biogeográficas, siendo especialmente escasa en los pisos superiores (Montano, Subalpino y Alpino), donde se encuentran algunas de las especies más singulares. Otro aspecto a mejorar es el uso del portal web para entrar los datos recogidos en las campañas de muestreo. Es lógico que a los colaborares les sobre tiempo para salir al campo pero no encuentren el momento para entrar datos por Internet. Aquí, a nivel de coordinación se debería hacer más hincapié a nivel de comunicación y breves productos de información que trasladen a los colaboradores la importancia de mantener los datos actualizados.


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SARE en Extremadura Nombre del Coordinador: Enrique Ayllón López. Ámbito: Extremadura. Número de participantes: 10. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 12. El proyecto en Extremadura ha sido difícil de implantar. La falta de un coordinador dentro de la Comunidad Autónoma llevó a que la coordinación se asumiera desde la distancia, y esto ha repercutido en que dicho desarrollo haya sido más lento que en otras regiones. Actualmente, se han seleccionado por los voluntarios 12 cuadrículas, nueve pertenecientes a Cáceres y tres pertenecientes a Badajoz, repartidas siete con seguimiento de anfibios y reptiles, cuatro sólo de anfibios y una sólo de reptiles. De momento se recogen datos de siete especies de anfibios y solo una especie de reptil. El seguimiento ha sido escaso y el primer censo se realizó en 2011, incrementándose los voluntarios en el 2013, y, actualmente, hay tres nuevos voluntarios que están empezando los censos en este 2014. Sería muy interesante tener censos para especies importantes para la región, como datos de recorridos en altura para Iberolacerta cyreni, o datos de recorridos de censos para las poblaciones de Lacerta schreiberi, particularmente en las poblaciones de Tajo internacional o en las Villuercas y los Ibores. Igualmente, censos en zonas con poblaciones reproductoras de comunidades de anfibios importantes en las charcas ganaderas de las dehesas, para obtener tendencias poblacionales de especies comunes y ver la influencia de la agricultura y la ganadería en las poblaciones anfibios. La ficha del colaborador que adjuntamos intentará cubrir algunas de estas carencias. Nombre del participante: Jesús Porras. UTM: TK 75. Topónimo: Descripción del lugar y hábitat: Lagunas glaciares, canchales y pedreras de alta montaña situados entre 1700 y 2100 msnm. Especies presentes: Rana patilarga (Rana iberica), lagartija carpetana (Iberolacerta cyreni), lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi) y culebra lisa europea (Coronella austriaca). Se trata de una cuadrícula que he elegido recientemente para colaborar en el programa SARE. Desde finales de la pasada primavera he estado haciendo varias visitas a esta zona del sector occidental de Gredos, justo en el límite entre las provincias de Ávila y Cáceres, con el objetivo principal de conocer más a fondo la zona, las especies que la habitan, elegir los lugares y definir cuáles serán los recorridos y puntos de interés a muestrear en las próximas temporadas. En esta zona, además de la existencia de una importante diversidad de anfibios y reptiles, destacaría la alta densidad que alcanza la lagartija carpetana en algunos de los transectos que he seleccioado, así como la observación frecuente de otros reptiles como lagarto


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verdinegro y culebra lisa europea. Entre los anfibios, destacarĂ­a la abundancia de la rana patilarga en algunas lagunas de origen glaciar y en pequeĂąos arroyos de alta montaĂąa.


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SARE en Galicia Nombre del Coordinador: Cesar Ayres. Ámbito: Galicia. Número de participantes: 10. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 36. La ocupación de las cuadrículas estudiadas refleja la propia distribución poblacional en Galicia. La mayoría de la población, y por tanto la mayoría de las cuadrículas elegidas, se encuentran en la zona costera atlántica. La distribución original era más heterogénea, al incluir una serie de cuadrículas de hábitats característicos del interior de Galicia. Pero el abandono, por parte de la administración regional, del programa de seguimiento del cambio climático cercenó esta distribución. El cambio de las fichas en papel a las fichas en el sistema informático ha simplificado la complejidad de la que se quejaban los participantes. El manual inicial era difícil de aplicar a esta región, sobre todo en el caso de los anfibios, porque no coinciden los patrones ni épocas reproductivas. A nivel de participación y organización, el apoyo por parte de la administración ha sido nulo, lo que ha limitado la cobertura potencial de cuadrículas. Es un problema de aparente fácil solución, pero en el que no ha habido voluntad de reconducir la situación. Extrañamente, no hemos recibido ninguna solicitud de participación, ni siquiera de información, por parte de la comunidad universitaria. Dato que sorprende, especialmente en el caso de los estudiantes del grado en Biología. Nombre del participante: Darío Alves. UTM: MH 91. Topónimo: Lagoa de San Pedro de Muro. Descripción del lugar y hábitat: Un pinar da paso a matorral y a vegetación dunar para finalmente llegar a dos lagunas que drenan al mar en una zona de dunas costeras. Especies presentes: Bufo calamita; Bufo spinosus; Discoglossus galganoi; Hyla molleri y Pelobates cultripes entre otros. Amante de la naturaleza desde siempre, descubrí el mundo de los anfibios y reptiles a través de una salida de la A.H.E. a los Arribes. Desde entonces participo en el programa S.A.R.E., lo que me ha permitido conocer más en profundidad a este grupo de animales que siempre me fascinaron, su hábitat, y encontrar especies desconocidas para mí y que viven aquí al lado.


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Nombre del participante: Moisés Asensi Cabirta (SGHN). UTM: NG 19, NH 00 y NH 10. Topónimo: O Grove. Descripción del lugar y hábitat: Charcas temporales y permanentes con mucha variabilidad de superficie y profundidad según la época del año, y con algo de vegetación en el fondo y mucha en el perímetro. Especies presentes: Pelobates cultripes e Hyla molleri.

Nombre del participante: César Ayres, José Antonio Crespo, Diego Rodríguez y miembros de Verdegaia-Vigo. UTM: NG 36. Topónimo: ZEC Gándaras de Budiño e Ribeiras do Louro. Descripción del lugar y hábitat: Bosque de ribera asociado al río Louro y antiguas canteras de caolín ("barreiras") en distintos estados de naturalización. Especies presentes: Galápago europeo (Emys orbicularis), sapo común (Bufo spinosus), sapillo pintojo (Discoglossus galganoi). Espacio teóricamente protegido pero con infinidad de impactos (especies invasoras, furtivismo, vertidos) que hacen muy variable el seguimiento de año a año.

Nombre del participante: Xurxo Gago. UTM: NH 01. Topónimo: Granxa- Moldes- Canteira Nova- aldea de San Amedio. Descripción del lugar y hábitat: Primera parte -Terrenos agrícolas rodeados de pinos y eucaliptos con arroyos y pozos de riego. Segunda parte: Pista de tierra en zona de matorral (tojo principalmente) con braña y una laguna en cantera abandonada. Especies presentes: Lissotriton boscai, Triturus marmoratus, Pelophylax perezi y Rana iberica. Muy agradable en todos los aspectos desde lo personal hasta el científico. Se deberían organizar reuniones de voluntarios del SARE para aunar esfuerzos, compartir experiencias y estudiar los resultados generales.


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Nombre del participante: Inés González de Castro. UTM: NG 27. Topónimo: Parque Forestal Vixiador. Descripción del lugar y hábitat: Parque forestal que es explotado forestalmente por la mancomunidad de montes. Predominan los pinos y eucaliptos, y las zonas de matorral (tojos, brezos, helechos). Especies presentes: : Lagartija de Bocage (Podarcis bocagei), lagarto ocelado (Timon lepidus), lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi), tritón ibérico (Lissotriton boscai), tritón palmeado (Lissotriton helveticus), rana patilarga (Rana iberica) y rana verde (Pelophylax perezi).


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SARE en La Rioja Nombre del Coordinador: Ion Garin Barrio. Ámbito: Comunidad Autónoma de La Rioja. Número de participantes: 2. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 2. En La Rioja, durante los últimos cuatro años se han suscrito dos voluntarios al programa SARE. Si bien se han escogido dos cuadrículas UTM 10x10 km (WM 25 y VN90) para su posterior muestreo, jamás se han incluido datos del seguimiento en la web, por lo que no existen (hasta la fecha) resultados de seguimiento de anfibios y reptiles para La Rioja. El primer voluntario que mostró su disposición a participar en el SARE pidió al coordinador regional que le ayudara en la selección de puntos de muestreo. Una vez entabladas las primeras conversaciones, el voluntario comprobó las dificultadas para la ejecución del programa de seguimiento, que derivaron en su desistimiento. Dos fueron los motivos principales: su limitado conocimiento de la herpetofauna riojana y, sobre todo, el grado de compromiso que exigía el proyecto, que le parecía excesivo. El otro voluntario suscrito, que a su vez es el coordinador regional, si bien aún no ha incluido datos de seguimiento, ya ha seleccionado los puntos de muestreo para anfibios y los recorridos para reptiles, por lo que en 2014 incluirá los primeros datos de seguimiento para La Rioja. Aunque la participación en el programa ha sido casi nula, se han realizado dos actividades de difusión. Una de ellas dirigida a los guardas forestales de La Rioja (Logroño en 2010) y otra a potenciales voluntarios (Herramélluri en 2013). Ambos eventos fueron muy concurridos. En cada evento participaron más de 40-50 personas, aunque hasta la fecha no se ha conseguido su implicación. Nombre del participante: Ion Garin Barrio. UTM: VN 90. Topónimo: Riberas del río Tirón, municipios de Herramélluri, Leiva y Tormantos. Descripción del lugar y hábitat: La zona se caracteriza por el predominio de monocultivos de secano y de regadío, y, en menor medida, por la presencia de viñedos. Dentro de este paisaje yermo y monocromático, el único elemento paisajístico genuino son las riberas del Tirón y Háchigo, que si bien han visto reducida su superficie, se han convertido en la tabla de salvación de algunas especies. Especies presentes: Timon lepidus, Lacerta bilineata, Anguis fragilis, Pelodytes punctatus, Bufo calamita, Vipera aspis y Vipera latastei entre otras. A pesar de que no se han realizado muestreos homologables a los del SARE, la zona ha sido prospectada de forma reiterada durante los últimos cinco años, llegando a conseguir un inventario herpetológico para la cuadrícula de 19 especies (siete especies de anfibios y 12 de reptiles). Debido a la uniformidad del paisaje, ha resultado difícil seleccionar los puntos de muestreo y los recorridos, pero una vez resueltas las dudas, en 2014 se iniciará el muestreo en la cuadrícula VN90 muestreando cuatro humedales (una laguna, un embalse, una charca y un abrevadero) ubicados en


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bosque de ribera (DEC) y cultivos de herbáceas (CUL/CRO). Los recorridos para reptiles discurrirán por estos dos hábitats, a los que se añadirá un último que discurrirá por los arbustos leñosos bajos (TRS/LPH), que han visto reducida su extensión considerablemente tras la concentración parcelaria, que provocó la expansión de los monocultivos.

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SARE en Madrid Nombre del Coordinador: Jaime Bosch Pérez – Enrique Ayllón López. Ámbito: Madrid. Número de participantes: 16. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 19 (12 de anfibios y reptiles, siete sólo de anfibios y tres sólo de reptiles). El proyecto tiene una buena implantación en la Comunidad de Madrid. De todas las cuadrículas seleccionadas, se han recogido datos de seguimiento en 12 cuadrículas para el caso de los anfibios y nueve para el de los reptiles, aunque hay una nueva cuadrícula para aportar seguimientos en este año 2014. En los censos de anfibios se han obtenido datos de 14 especies, cinco especies de urodelos (Salamandra salamandra, Pleurodeles waltl, Lissotriton boscai, Triturus pygmaeus y Triturus marmoratus) y nueve de anuros (Alytes cisternasii, Alytes obstetricans, Bufo calamita, Bufo spinosus, Discoglossus jeanneae, Hyla molleri, Pelobates cultripes, Pelophylax perezi y Pelodytes punctatus); en los censos de reptiles se han obtenido datos de 15 especies, seis especies de lacértidos (Acanthodactylus eritrhurus, Podarcis hispanica, Psammodromus algirus, Psammodromus hispanicus, Timon lepidus y Lacerta scrheiberi), una especie de gecónido (Tarentola mauritanica), una especie de anfisbénido (Blanus cinereus) y siete especies de ofidios (Coronella austriaca, Coronella girondica, Macroprotodon brevis, Natrix maura, Malpolon monspessulanus, Rhinechis scalaris y Vipera latastei). Analizando las especies recogidas en los censos, destaca la falta de recorridos en zonas de altura, no apareciendo especies claramente serranas, como Rana iberica, en el caso de los anfibios, o Iberolacerta cyreni y Podarcis muralis, en el de los reptiles, aunque hay algún recorrido de reptiles que llega a los 1.600 msnm en reptiles y un punto de reproducción anfibios a 1.700 msnm, en la cuadrícula VL 22. Igualmente no hay censos sobre la presencia de galápagos, algo también a tener en cuenta para proponer a los voluntarios en sus nuevas cuadrículas. Nombre del participante: Pablo Méndez Rodríguez. UTM: VL 42. Topónimo: Charca de Valdemanco o Lagunilla. Descripción del lugar y hábitat: Se trata de una charca temporal, en años buenos dura 9 – 10 meses con agua. Con una profundidad máxima de 1 m, es un lugar excepcional para la observación de anfibios. Está rodeada de arbustos en todo su perímetro y posee bastante vegetación subacuática. Especies presentes: Pleurodeles waltl, Hyla molleri y Bufo calamita. El SARE es una prolongación de una actividad que me encanta realizar, salir por la noche a buscar “bichos”. Lo más impactante para mi, y además algo de lo que no me cansaré, es escuchar los con-

P. waltl (Punto 5: VL42)

Pelobates cultripes (Punto 1: VL42)


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ciertos de Hyla molleri, durante los días “buenos” de primavera. La observación de los machos de Alytes sp. acarreando sus huevos a la espalda es algo único y magnifico de observar. Nombre del participante: Tomás Navazo Gómez. UTM: VK 75. Topónimo: Carabaña. Descripción del lugar y hábitat: En esta zona encontramos diversos hábitats: un pinar de repoblación de Pinus halepensis, una zona de cultivos de barbecho y secano. Y el hábitat más característico del lugar compuesto por cuestas y cortados yesíferos. Especies presentes: Reptiles: Psammodromus algirus, Podarcis hispanicus, Timon lepidus, Blanus cinereus. Anfibios: Discoglossus jeanneae, Bufo spinosus, Pelophylax perezi, Bufo calamita. La experiencia está siendo fantástica, Carabaña es mi pueblo de toda la vida y conocía en parte la herpetofauna de la zona. Sin embargo,cuando comencé esta actividad nunca imaginé que podría encontrar algunas especies tan singulares como la culebrilla ciega o el sapillo pintojo meridional. Ha sido mi primer año de muestreo y espero seguir contemplando las especies que se encuentran y aprendiendo cada vez más de mi zona.


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SARE en Murcia Nombre del Coordinador: Jorge Sánchez Balibrea. Ámbito: Región de Murcia. Número de participantes: 6. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 10 en alta, seis con datos. El seguimiento SARE en la Región de Murcia aún resulta insuficiente con datos para sólo seis cuadrículas. La situación es aún peor para el grupo de los anfibios, donde sólo se dispone de datos de dos cuadrículas. Todo ello a pesar de existir en el territorio diversas iniciativas de conservación de anfibios y reptiles. La mayor parte de los datos disponibles en el SARE corresponden al litoral oriental de la Región. Resultaría necesario relanzar, dinamizar y divulgar la importancia de los seguimientos a largo plazo en la Región de Murcia, no sólo de anfibios y reptiles, sino de otros grupos faunísticos. También sería interesante integrar actuaciones de seguimiento de quelonios en el SARE. Nombre del participante: Conrado Requena Aznar. UTM: XG 76. Topónimo: Cartagena. Descripción del lugar y hábitat: Sierra litoral, con pinar de pino carrasco y matorral (aliaga, romero, cambrón, palmito, etc) y ramblas. Especies presentes: Camaleón común (Chamaeleo chamaeleon) y sapillo moteado común (Pelodytes punctatus). Los lugares concretos donde se realiza el seguimiento de anfibios son: los canales de Tentegorra, la Rambla de Canteras y una charca cercana a la batería militar del Monte San Julián. Los lugares donde se realiza el seguimiento de reptiles son: el Monte Roldán y la Rambla de Canteras. UTM: XG 96. Topónimo: Calblanque y Cobaticas. Descripción del lugar y hábitat: Sierra litoral, con pinar de pino carrasco y matorral (aliaga, romero, cambrón, palmito, etc), arenales y ramblas. Especies presentes: Lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus). En esta cuadrícula solo se realiza seguimiento de reptiles. Se han citado en esta cuadrícula, al menos, las siguientes especies: sapo corredor, sapillo moteado común, culebra de cogulla, culebra lisa meridional, culebra de herradura, culebra de escalera, culebra bastarda, culebrilla ciega, eslizón ibérico, lagartija de Edwards, lagartija colilarga, lagartija ibérica, lagartija colirroja, lagarto ocelado, camaleón común, salamanquesa rosada y salamanquesa común. UTM: YG 06. Topónimo: Calblanque y alrededores de las Salinas de Marchamalo. Descripción del lugar y hábitat: Sierra litoral, con matorral (aliaga, romero, cambrón, palmito, etc), arenales y campos de cultivo. Especies presentes: Culebra lisa meridional (Coronella girondica) y culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis).


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En esta cuadrícula solo se realiza seguimiento de reptiles. Se han citado en esta cuadrícula, al menos, las siguientes especies: sapo corredor, culebra lisa meridional, culebra de herradura, culebra de escalera, culebra bastarda, culebrilla ciega, eslizón ibérico, lagartija de Edwards, lagartija colilarga, lagartija ibérica, lagartija colirroja, lagarto ocelado, salamanquesa rosada y salamanquesa común.

Monte Roldán

C. chamaeleon

Calblanque

Calblanque

A. erythrurus

H. hippocrepis


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SARE en Navarra Nombre del Coordinador: Alberto Gosá. Ámbito: Navarra. Número de participantes: 2. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 2. En Navarra apenas se cuenta con personal capacitado para la realización de un programa de seguimiento como el de SARE. De hecho, los dos voluntarios hasta el momento adscritos pertenecen, junto con el coordinador regional, al Departamento de Herpetología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi (San Sebastián), pero tienen su domicilio en Navarra. El propio coordinador regional, que gustosamente habría participado en el proyecto como voluntario, tampoco ha tenido disponibilidad suficiente para embarcarse personalmente en el mismo. Por otra parte, en 2012-2013 se hizo una propuesta al Gobierno de Navarra con el objeto de hacer partícipe a este organismo en el programa SARE. Los responsables de la introducción de datos en las cuadrículas serán los guardas forestales, que ya han iniciado, con implicación variable, esta labor. Para ello, se ha llevado a cabo un proyecto didáctico para poner en antecedentes y explicar la metodología del programa a la guardería, con salidas de campo a cada una de las demarcaciones territoriales de Navarra, para exponer el mismo sobre el terreno y ayudar en la selección de los enclaves e itinerarios. Aunque, por incipientes, no se han incluido las primeras introducciones de datos que ya ha realizado la guardería, se pretende que próximamente el proyecto se integre plenamente dentro de las actividades profesionales de ésta, de manera que el número de cuadrículas del programa SARE en Navarra aumente notablemente. Nombre del participante: Ariñe Crespo Diaz e Ismael García Muñoz. UTM: WN 82. Topónimo: Balsas del entorno de San Cristóbal, Villatuerta. Descripción del lugar y hábitat: Las balsas prospectadas se encuentran en una región en la que se mezclan amplias zonas de encinar, coscojar y cultivos de cereal de secano. Especies presentes: Triturus marmoratus, Lissotriton helveticus y Bufo calamita. Desde que en 2009 comenzamos nuestra participación en el proyecto se han producido variaciones meteorológicas que han modificado año tras año las condiciones de las balsas elegidas para el muestreo, lo que ha generando unos resultados desiguales. Por ello se introdujeron cambios en la metodología, adaptados a las nuevas circunstancias, habiéndose adoptado finalmente una práctica metodológica que ha resultado cómoda. En general, la experiencia ha sido gratificante.


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Nombre del participante: Aitor Valdeón. UTM: XM 25. Topónimo: Cabanillas, Fustiñana y Ribaforada. Descripción del lugar y hábitat: Junto al río Ebro y las Bardenas Reales.Presencia de ambientes mediterráneos con matorrales mediterráneos y cultivos de secano, y ambientes más frescos junto al río donde los cultivos son de regadío. Especies presentes: Pelobates cultripes, Alytes obstetricans. El programa SARE ha permitido detectar la presencia de A. obstetricans en la cuadrícula junto a un solo punto de agua (siempre adultos, no larvas). En este punto cada vez se observa una mayor densidad de cangrejos rojos, y menor de renacuajos (el primer año abundaban los de Pelophylax perezi). Por otro lado, en la zona mediterránea las cuatro especies de anfibios no presentan ningún problema aparente. Los reptiles son difícilmente detectables, dado el gran número de días con viento en primavera, de modo que resulta complicado compaginar los escasos días favorables al muestreo de reptiles con el resto de actividades personales.


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SARE en resto de comunidades Nombre del Coordinador: Jose Antonio Mateo Miras. Ámbito: Baleares. Número de participantes: 4. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 9 (cinco para anfibios y reptiles y cuatro sólo para reptiles). El seguimiento de forma efectiva se ha realizado en dos cuadrículas. Nombre del Coordinador: Beatriz Fariña. Ámbito: Canarias. Número de participantes: 0. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: Ninguna. Nombre del Coordinador: Javier Martínez Medina y Saúl Yubero. Ámbito: Ceuta. Número de participantes: 1. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 2 (dos para anfibios y reptiles). El seguimiento de forma efectiva se ha realizado en una cuadrícula. Nombre del Coordinador: Marcos Ferrández Sempere. Ámbito: Generalitat Valenciana. Número de participantes: 14. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 25 (10 para anfibios y reptiles, seis sólo para anfibios y nueve sólo para reptiles. El seguimiento de forma efectiva se ha realizado en 11 cuadrículas. Nombre del Coordinador: Xavier Rubio Pilarte. Ámbito: Pais Vasco. Número de participantes: 13. Número de cuadrículas UTM 10x10 km: 16 (cuatro para anfibios y reptiles, ocho sólo para anfibios y dos sólo para reptiles). El seguimiento de forma efectiva se ha realizado en 10 cuadrículas.


Asturias y Cantabria

Baleares

Castilla La Mancha

Castilla y León

Cataluña

Ceuta

Aragón

Andalucía

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MAPAS

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La Rioja

Madrid

Murcia

Navarra

PaĂ­s Vasco

Valencia

Galicia

Extremadura

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MAPAS


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Seguimiento de poblaciones de galápagos autóctonos en la provincia de Zamora Gonzalo Alarcos, José Barrueso, Abel Bermejo, J. Alfredo Hernández & Cristian Osorio Asociación Zamora de Ciencias Naturales. Foro Zamora: naturzamora@yahoogroups.com o gonalariz@yahoo.es.

Fecha de aceptación: 25 de marzo de 2014. Key words: Emys orbicularis, population dynamics, SARE, Zamora, Spain..

Durante el año 2013, el galápago europeo (Emys orbicularis) fue elegido por la AHE (Asociación Española de Herpetología) como especie del año. Por ese motivo nace una iniciativa desde la Asociación Zamora de Ciencias Naturales (AZCN) para emprender un estudio a largo plazo sobre la evolución poblacional de las especies de galápagos autóctonos en la provincia de Zamora. De forma similar, y siguiendo los pasos y pautas del programa SARE (Seguimiento de Anfibios y Reptiles de España), esta asociación intentará anualmente y de forma voluntaria recoger datos de forma específica sobre estas especies. Datos que serán volcados en dicho programa de seguimiento de herpetos a nivel nacional para que sean de utilidad a los demás grupos de trabajo y herpetólogos en general. Durante la primera campaña han participado un total de cinco personas cubriendo un total de 10 tramos o puntos en seis cuadrículas UTM diferentes. Cinco tramos corresponden a poblaciones de galápago europeo y otros dos eran poblaciones mixtas de galápago europeo y leproso (Mauremys leprosa). En total se han observado 34 ejemplares de galápago europeo y dos ejemplares de galápago leproso. La gran diferencia en el número de ejemplares observados entre ambas especies se debe fundamentalmente a que los muestreos están sesgados hacia la observación del galápago europeo, que era la especie que en ese momento mayor interés suscitaba.

De cara a futuras campañas hemos de excluir de los seguimientos a aquellos puntos de muestreo en los que los avistamientos han sido puntuales o nulos a pesar de haberse localizado anteriormente algún ejemplar. Esta iniciativa pretende incrementar el número de participantes a lo largo de los años, valorar posibles problemas de conservación e incrementar su área de acción a otras provincias de la comunidad de Castilla y León con la colaboración de otras asociaciones o voluntarios. Fotos J. Alfredo Hernández


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Recursos SARE: AHEnuario y base de datos. Utilización del SIARE para la incorporación de observaciones de anfibios y reptiles de España Albert Montori, Gustavo A. Llorente & Daniel Villero Departament de Biologia Animal. Facultat de Biologia. Universitat de Barcelona. Avinguda Diagonal, 645. 08028 Barcelona. amontori@ub.edu

Fecha de aceptación: 9 de noviembre de 2014. Key words: citizen science, amphibians, reptiles, data base, distribution atlas.

Antes del SIARE El Servidor de información de los anfibios y reptiles de España (en adelante SIARE, http://siare.herpetologica.es) no podría entenderse sin una visión histórica del recorrido del proyecto Atlas de herpetología. El primer embrión del Atlas fue el proyecto APAREP (el Atlas provisional de los anfibios y reptiles de España y Portugal) que fue iniciado por Juan Pablo Martínez Rica en el año 1975 en el Centro Pirenaico de Biología Experimental de Jaca (CPBE). Este proyecto tomó un nuevo impulso en 1981 durante la realización del I Coloquio hispano-francés de herpetología que tuvo lugar en Jaca (Huesca), donde, además, se realizó la primera reunión prefundacional de la Asociación Herpetológica Española (AHE) y en la que se propuso el proyecto APAREP como un objetivo unificador de los herpetólogos ibéricos y de la futura AHE. En 1982 se inicia la digitalización de la información obtenida hasta el momento en la base de datos Herpetológica, empleando un ordenador personal de 124 Kb de RAM y 10 Mb de disco duro. En tres años se digitalizan 18.000 registros que posteriormente se perdieron en un accidente, pudiéndose recuperar tan solo 14.500. En 1986 la AHE se responsabiliza del proyecto y en 1989 se publica el primer atlas provisional (Martínez-Rica, 1989)

como Monografías de Herpetología nº 1 de la AHE. En 1990 un nuevo accidente, en este caso un incendio durante las reformas del Centro Pirenaico de Biología Experimental (CPBE), causa la pérdida de todos los datos recuperándose, posteriormente, 25.000 datos gracias a las copias en papel. A partir de ese momento Valentín PérezMellado, de la Universidad de Salamanca, se hace responsable de la base de datos Herpetológica nuevamente informatizada, centralizando toda la información tanto de citas publicadas como de datos recogidos en campañas específicas o bien cedidos por colaboradores desinteresados. Es a partir de entonces que se normalizan las referencias geográficas al retículo UTM 10x10 km, lo que supone un gran avance en cuanto a la estandarización y la visualización de la información. Sucesivamente dos nuevos proyectos promovidos desde la AHE, Distribución y biogeografía de los anfibios y reptiles de España (Pleguezuelos, 1995) y el Atlas y libro rojo de los anfibios y reptiles de España (Pleguezuelos et al., 2002), impulsan esta base de datos recopilándose gran cantidad de nuevas citas de anfibios y reptiles españoles e implicando a un volumen cada vez más importante de colaboradores (Figura 1). A partir del año 2002 la base de datos Herpetológica se translada a la Universitat de Barcelona y es en 2010 que se crea y formali-


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113 Figura 1. Número de observaciones de anfibios y reptiles introducidas en la base de datos a lo largo del tiempo. Los dos picos corresponden al esfuerzo de recolección de datos para la publicación de los dos últimos atlas (Pleguezuelos, 1997; Pleguezuelos et al., 2002)

za el SIARE on-line, aprovechando las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías de la información y abriendo el proyecto Atlas a las nuevas formas de colaboración entre ciudadanos y científicos propias de la ciencia ciudadana (“citizen science”) del siglo XXI.

El SIARE La AHE puso en funcionamiento en 2010 el SIARE, que pretende ser un sistema de registro de observaciones herpetológicas y un mecanismo de seguimiento e inventario de la herpetofauna, que sea útil tanto para establecer las tendencias a largo plazo como para detectar la pérdida de biodiversidad herpetológica. Además, el SIARE actúa como el portal de difusión de la información recogida por los diferentes programas de seguimiento de la AHE. Con esta iniciativa, se quiere facilitar, tanto a los herpetólogos y colaboradores de los diferentes programas como al público en general, el acceso a la información referente a los anfibios y reptiles de España y, en especial, a aquélla que se deriva de los programas de seguimiento promovidos por la AHE. Los objetivos del proyecto son: • Crear un servidor de información herpetológica que permita acceder a la información sobre la biodiversidad herpetológica existente en España.

• Cohesionar una red de voluntariado en el ámbito herpetológico en España. • Desarrollar una herramienta de seguimiento a largo plazo de la evolución de las poblaciones de anfibios y reptiles de España. • Determinar cuáles son los indicadores más fiables del estado de la herpetofauna en España y proponer nuevos proyectos que nutran el SIARE. • Permitir el acceso a la información a todos aquellos interesados en la temática y especialmente a los voluntarios. • Actualizar la base de datos Herpetológica a partir de las observaciones aportadas por los colaboradores y los programas SARE y AHEnuario. • Ofrecer a los colaboradores una herramienta de visualización y gestión de sus propios datos. El SIARE cuenta con tres aplicaciones complementarias: el programa SARE, del cual se ha hablado en otros capítulos, la base de datos Atlas, y el AHEnuario. Mientras que el SARE es una herramienta pensada para la realización de seguimientos a largo plazo, la base de datos Herpetológica y el AHEnuario tienen como objetivo recoger observaciones de la herpetofauna no necesariamente sujetas a seguimientos. Para poder acceder a todas las opciones de esta aplicación es obligatorio registrarse con un correo electrónico real ya que se solicita confirmación.


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El usuario registrado puede descargarse su base de datos particular en formato Excel cuando lo desee. Funciona, por tanto, como una base de datos personal accesible desde cualquier ordenador con conexión a Internet y, a la vez, participa en un proyecto de conservación y conocimiento de la biodiversidad global. Los datos que los usuarios incorporan se visualizan geográficamente sólo en formato de presencia en cuadricula 10x10 km, y únicamente serán visualizados o descargados con toda la información por el propio usuario y los administradores. Los usuarios que lo precisen siempre podrán solicitar datos de cuadrículas 10x10 km que les interesen para realizar algún estudio (las condiciones y el formulario de solicitud de datos se pueden localizar en la página web de la Base de datos Herpetológica de la AHE: http://www.herpetologica.es/programas/base-de-datos-herpetologica).

Base de datos Herpetológica Esta aplicación, disponible online en la web del SIARE, permite consultar la distribución de los anfibios y reptiles en España y/o aportar datos de distribución puntuales. Estos datos se van almacenando en una base de datos propia de cada colaborador y, a su vez, y en la medida que los datos son validados por los administradores del sistema, en la base de datos Herpetológica general. La incorporación de observaciones en la base de datos está pensada para todas aquellas citas puntuales en las que no se tiene información fenológica. Es decir, observaciones en las que no se ha registrado nada más que la observación de la especie. Únicamente la fecha, la especie y la localización son los campos exigidos para incorporar

una cita en la base de datos. Además, no es preciso conocer la localización cartográfica u orográfica ya que la entrada de la observación se realiza con el cursor del ratón sobre una base cartográfica. Al presionar sobre el punto de la observación el programa ya incorpora las coordenadas y la altitud a partir de la base cartográfica. En este apartado (base de datos Herpetológica) el usuario puede consultar y descargarse los mapas de distribución de una especie en concreto, filtrarlos por año y consultar las observaciones de una determinada cuadrícula UTM 10x10km. Esta consulta incluye el número de citas de cada una de las especies detectadas en la cuadrícula solicitada separando la fuente según corresponda a la base de datos clásica, la base de datos on-line, el AHEnuario o el SARE si esa cuadrícula está incorporada en dicho programa (Figura 2).También se puede realizar una consulta más simple directamente con el puntero sobre el mapa de cobertura de la base de datos ya que en todas las opciones los mapas son interactivos.

Figura 2. Modelo de consulta de los anfibios y reptiles citados en el SIARE para una cuadrícula UTM 10x10km concreta.


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AHEnuario: Aplicación on-line para la recogida de observaciones fenológicas de anfibios y reptiles En 2006 la AHE, con el apoyo de la Fundació Territori i Paisatge (actualmente Fundación Catalunya-La Pedrera), promovió una nueva herramienta para la recogida de información fenológica bautizada como AHEnuario, con el objetivo de dar respuesta a cuestiones corológicas y fenológicas (puestas, cantos, larvas, cortejos,…), cada vez más urgentes relacionadas con la gestión y conservación de las especies de anfibios y reptiles. A partir del 2010 el AHEnuario se integró en el SIARE para de esta forma unificar todas las observaciones de anfibios y reptiles bajo un único portal y una única base de datos. El objetivo fundamental de esta aplicación no es la recogida de citas al uso de atlas de distribución, sino que pretende compilar todos aquellos datos de fenología y biología que quedan olvidados en la mayor parte de los registros de citas individuales. Está dirigido a todos aquellos herpetólogos, biólogos, naturalistas o aficionados que quieran recoger, mantener y organizar sus observaciones e incorporarlas a la base de datos de la AHE. El proyecto en resumen pretende:

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1. Fomentar el registro de observaciones de anfibios y reptiles, poniendo especial énfasis en su carácter fenológico y corológico 2. Crear una base de datos fenológica estatal que suministre información para abordar análisis a diferentes escalas regionales. 3. Promover el uso de esta información en el ámbito del estudio y la conservación de las especies. De la misma forma que en la base de datos Herpetológica, el AHEnuario permite introducir y gestionar las observaciones de anfibios y reptiles propias y al mismo tiempo permite exportarlas. Todas las citas del AHEnuario se integran de forma automatizada en una base de datos común, una vez aceptadas por los administradores. El AHEnuario ha superado en número de observaciones a la base de datos on-line Herpetológica contando con casi 20.000 citas de anfibios y reptiles con información fenológica (Figura 3). Aunque el AHEnuario y la base de datos Herpetológica son posteriores al 2010, muchos usuarios han incorporado datos antiguos extraídos de sus propias bases de datos o de libretas de campo. De esta forma los usuarios pueden mantener su base de datos on-line y acceder a ella desde cualquier ordenador con conexión a internet y con la confianza de la realización de copias de seguridad semanales de todos los registros. Figura 3. Número de observaciones incorporadas al AHEnuario y a la base de datos on-line (BDH) con fecha posterior al año 2000.


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Figura 4. Cobertura actual de la base de datos (arriba izda.). Cuadrículas sin observaciones de anfibios y reptiles (arriba dcha.). Cobertura de la base de datos Web en mayo de 2011 (cntro izda.). Cobertura de la base de datos Web en la actualidad (centro dcha.). Cobertura del AHEnuario en mayo de 2011 (abajo izda.). Cobertura del AHEnuario en la actualidad (abajo dcha.).

La aplicación incorpora un formulario normalizado donde introducir las observaciones de campo poniendo especial atención en los aspectos fenológicos y corológicos. Además de los campos que incorpora la base de datos clásica, el AHEnuario permite

registrar información detallada sobre el momento del día, el intervalo horario, la meteorología, el viento, el estadio de desarrollo, la conducta, el motivo de la observación, el hábitat y un amplio campo de descripción donde se pueden añadir los comentarios que


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el observador considere oportunos. La forma de incorporar los datos topográficos sigue siendo la misma que en la base de datos. Es decir, seleccionando el punto de observación con el cursor sobre la base cartográfica.

Cobertura actual del proyecto SIARE A fecha de 28 de octubre de 2014 el SIARE cuenta con un total de 334.126 registros de anfibios y reptiles. De éstos, 297.149 corresponden a la base de datos clásica hasta 2011, 17.520 se han incorporado a través de la base de datos online y 19.496 se han introducido por medio del AHEnuario on-line. Estas 37.016 observaciones incorporadas representan un 11,07% del total de la base de datos y se han añadido fundamentalmente en los dos últimos años ofreciendo una buena cobertura territorial (Figura 4). Actualmente hay en la base de datos cerca de 60.000 registros con localización precisa (precisión ≤ 1m) lo que representa aproximadamente un 20% del total de la base de datos.

Consultas externas Una de las finalidades del proyecto SIARE es proporcionar los recursos necesarios para todos aquellos gestores, naturalistas, asociaciones y herpetólogos en general, para desarrollar sus proyectos a partir de una información de base fiable y contrastada. A lo largo de estos años se ha res-

Figura 5. Distribución de las solicitudes de información al SIARE según su procedencia.

pondido a más de 200 solicitudes de información, principalmente de organismos públicos (universidades y centros de investigación) y de la propia Administración (Figura 5).

Conclusiones Por todo lo aludido anteriormente, el proyecto SIARE en sus dos modalidades, base de datos Herpetológica y AHEnuario, se ha revelado como una herramienta muy útil de recopilación de información sobre distribución, corología y actividad de los anfibios y reptiles de España y también como un instrumento de consulta y ayuda en la investigación y conservación de la herpetofauna ibérica. La tasa de incorporación de citas y observaciones avanza a muy buen ritmo lo que indica la vigencia y robustez del proyecto.

REFERENCIAS Martínez-Rica, J.P. 1989. El Atlas provisional de los Anfibios y Reptiles de España y Portugal (APAREP). Presentación y situación actual. Monografías de Herpetología, 1: 1-73. Pleguezuelos, J.M. (ed.). 1997. Distribución y biogeografía de los anfibios y reptiles en España y Portugal. Monografías de

Herpetología. Vol. 3. Universidad de Granada. Granada. Pleguezuelos, J.M., Márquez, R. & Lizana, M. (eds.). 2002. Atlas y Libro Rojo de los anfibios y reptiles de España. Dirección General de Conservación de la Naturaleza, Asociación Herpetológica Española. Madrid.


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Preguntas frecuentes César Ayres Fecha de aceptación: 22 de noviembre de 2014. Key words: SARE, citizen science, faq, SIARE.

Cuando nos planteamos nuestra participación en el proyecto de seguimiento de anfibios y reptiles españoles (SARE) es probable que nos encontremos con una serie de dudas relativas a la metodología, periodicidad, y otra serie de cuestiones. Este manual pretende solucionar esas dudas mediante una serie de preguntas y respuestas acerca de las cuestiones más habituales. - ¿Por qué participar?: Es importante la participación ciudadana en los procesos de monitorización de especies y de hábitats a nivel nacional, ya que es imposible realizar dicho trabajo por la administración o la comunidad científica. Además, la participación de la población local fomenta el conocimiento, y en conclusión la voluntad Figura 1. Aspecto de la pantalla inicial del SIARE.

de conservar sus entornos cercanos. El seguimiento a largo plazo nos permite tener datos de base, imprescindibles para comparar tendencias y detectar problemas de conservación (especies invasoras, patógenos y declives asociados). - ¿Quién puede muestrear?: En principio cualquier persona interesada, con un mínimo de conocimientos. No es necesario ser biólogo ni tener formación en ciencias, lo importante es el compromiso. Lo lógico parecería que lo hagan personas con formación ambiental, pero el abanico de participantes es enorme. Desde biólogos a profesores, pasando por agentes forestales o guardias civiles, aparejadores o simplemente naturalistas. En años anteriores se han organizado jornadas de for-


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Figura 2. Detalle del formulario de registro del SIARE.

mación de acuerdo con los coordinadores regionales, que han sido valoradas como muy productivas por los participantes. - ¿Cómo participar?: Si accedemos a la web de la AHE (www.herpetologica.es), debemos seleccionar la pestaña "Programas", y el apartado SIARE (http://siare.herpetologica.es/ index.php) (Figura 1). Se nos abrirá una pestaña nueva, en la que podemos ojear los datos fundamentales del SIARE sin necesidad de registrarnos. Podemos consultar el listado de coordinadores regionales para consultar con ellos cualquier duda previa al registro como usuarios del programa. - ¿Dónde muestrear?: La unidad de muestreo utilizada será la cuadrícula UTM 10x10 km, que se seleccionará de entre todas las disponibles de acuerdo con el coordinador regional. Para ello el usuario debe registrarse en la web del proyecto, http://siare.herpetologica.es/ index.php (Figura 2), y seleccionar una cuadrícula libre. En principio lo lógico sería que se seleccionen las más cercanas, ya que resultan más cómodas para el voluntario, y sobre todo si se pretende que se mantenga el compromiso de muestreo un mínimo de cuatro años. - ¿Qué material necesitamos?: En general necesitaremos un GPS o mapas detallados (aunque también podremos usar herramientas de cartografía como el Sigpac, google maps/Earth o visor IGN (Figura 3)), para localizar nuestros recorridos o puntos

de muestreo y registrarlos en la ficha de muestreo. También es necesario un termómetro para registrar los datos de temperatura al inicio y final de los recorridos. Una alternativa es usar el termómetro del coche, o a posteriori pueden consultarse los datos de estaciones meteorológicas nacionales o autonómicas. Para los muestreos nocturnos de anfibios necesitaremos una linterna o foco potente, y un calzado impermeable (que debemos desinfectar IMPRESCINDIBLEMENTE entre muestreos para evitar la transmisión de agentes patógenos entre puntos de agua). Tanto para anfibios como para reptiles es interesante el uso de una cámara digital que nos permitirá identificar especies conflictivas a posteriori si no somos capaces de hacerlo directamente durante los recorridos. El uso de prismáticos para los muestreos de reptiles puede sernos de gran ayuda en el caso de especies elusivas. Las cámaras bridge actuales con zooms ópticos de hasta 60 aumentos representan una alternativa al uso de prismáticos ya que nos permiten identificar, o al menos registrar la imagen, a gran distancia. - ¿Cuántos puntos debemos de muestrear?: En el caso de anfibios debemos muestrear al menos un punto de agua por hábitat presente en la cuadrícula, con un mínimo de tres puntos de agua. En el caso de los recorridos, si son a pie deben ser inferiores a 10 km, y si son en


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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2014) 25(2) Figura 3. Aspecto general del visor del IGN.

coche superiores a esa distancia. En el caso de reptiles se piden tres transectos, en hábitats diferentes, siempre que sea posible. - ¿Cuántos muestreos debemos hacer?: En el caso de anfibios se pide un mínimo de dos muestreos en épocas favorables para las especies de la zona. En el caso de reptiles lo ideal sería hacer dos muestreos en primavera-verano, dependiendo de la zona de la Península Ibérica en la que nos encontremos, y dos otoñales para tratar de reflejar la aparición de neonatos y juveniles. Deben pasar entre una y cuatro semanas entre cada muestreo. Aunque existe flexibilidad acerca de las fechas de cada muestreo, debemos de intentar que haya una cierta correlación en años sucesivos. Es decir, no hacer el primer muestreo de reptiles en Enero, al año siguiente en Mayo, y el tercer año en Marzo.

- ¿Cómo muestrear?: La participación en el programa SARE no nos autoriza a realizar captura y manejo de animales sin los permisos correspondientes de cada comunidad autónoma. Por tanto, NO ESTÁ PERMITIDO manguear puntos de agua, o capturar ejemplares sólo por el hecho de participar en el programa SARE. Debemos procurar desinfectar el material utilizado entre los diferentes puntos de agua, y siempre que se volteen piedras o troncos deben retornarse a su posición original. Los muestreos pueden hacerse por parejas, pero solo una persona localizará los ejemplares, mientras que la otra anotará en las fichas los resultados. Esto es para que el esfuerzo de muestreo sea homogéneo en cada punto. Pueden alternarse los ojeadores entre transectos o puntos de agua para que haya participación activa de ambos miembros del equipo.

Figura 4. Ficha de introducción de datos generales del muestreo.

Figura 5. Ficha específica de introducción de datos de herpetos del muestreo.


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- ¿Es posible compartir la misma cuadrícula?: La situación ideal es que cada equipo de trabajo muestree al menos una cuadrícula 10x10 km, para obtener la mejor cobertura posible del territorio nacional, pero en algunos casos podría compartirse la misma cuadrícula con el fin de mejorar la información y no perder los datos de uno de los grupos de trabajo. - ¿Es obligatorio hacer muestreos de anfibios y reptiles en la cuadrícula escogida?: No es obligatorio, podemos escoger hacer anfibios, reptiles, o ambos. Lo deseable sería que se realizasen los muestreos para ambos grupos dentro de la misma cuadrícula, para optimizar la información obtenida en la cuadrícula, y ya que no representa un esfuerzo excesivo. - ¿Cómo vuelco la información de mis recorridos?: En una primera etapa del SARE usamos unas fichas detalladas, pero para simplificar el volcado de datos al programa por los voluntarios, actualmente se introducen los datos directamente al sistema mediante unos formularios on-line (Figuras 4, 5). - ¿Qué información adicional debo apuntar?: Toda aquella información relevante que pueda servir en un futuro para evaluar las tendencias de las poblaciones de herpetos en la cuadrícula elegida. Es importante datar la aparición de especies invasoras

Figura 7. Aspecto de una edificación en el año 2011.

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Figura 6. Lissotriton boscai muerto durante un brote de Ranavirus.

(galápagos exóticos, visón americano, cangrejos, Azolla, etc). Los episodios de mortalidad anómalos (patógenos, envenenamientos, contaminación) son prioritarios (Figura 6). También es importante documentar las alteraciones humanas (talas, aterramientos, construcción de infraestructuras), para ello Google Earth tiene una herramienta que permite visualizar los registros históricos de la zona (Figuras 7, 8). Otra información que es de gran utilidad es la detección de tramos negros de atropellos entre puntos de muestreo. Si no están incluidos en el recorrido pueden incorporarse al SIARE en el AHEnuario. Aquí también pueden incluirse datos de especies detectadas fuera del recorrido, o en los desplazamientos entre los diferentes transectos y/o puntos de muestreo.

Figura 8. Aspecto de la misma edificación en 2013, con un relleno adicional invadiendo una zona protegida.


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Listado de participantes Seguimiento de anfibios Abel Bermejo García Ag. Rurals Girones Agents Rurals Girones Agents Rurals (AltUrgell) Agents Rurals Berguedà Agents Rurals Comarca de la Selva ( Girona ) Agents Rurals Segrià Agents Rurals Alt. Camp. Ainhoa Díez de Salazar Aitor Galdos Martínez de Iturrate Aitor Valdeón Vélez Albert Montori Faura Alberto Montero Modrego Alberto Salavera Lafita Alberto Sanchez Vialas Aleix Monguillot Alicante Natura. Red Ambiental de la Provincia de Alicante, S.A. Ana Rosa Gonzalez Hazas Antonio Jiménez Rodríguez Antonio José Romero Castaño Ariñe Crespo Díaz Belén Saura Carlos Domínguez Gonzalo Carmen Llorente Carmen Martínez Saura Cesar Ayres Fernández Claudi Baiges Casanova Conrado Requena Aznar Dani Villero Daniel Fernández Alonso Daniel Mirabete Garcia Darío Alves Polo David Alvarez Fernandez David Nuñez Casero David Romero Pacheco Diego M. Sanz Eduardo José Rodríguez Rodríguez Emilio González Miras Emilio Rosillo Parra Enrique Ayllón López Enrique Hernández Toledo Enrique Ruiz Ara Estació Biològica Pallars Jussà Eudald Pujol Buxó Ferran Fontelles i Ramonet Florent Prunier Forestalls Valles Oriental Francisco Docampo Francisco Fernández Gómez

Francisco Javier Diego Rasilla Francisco Javier Núñez Restoy Francisco López Francisco Madina Gonzalo Alarcos Izquierdo Guillem Giner Pablo Guillermo García-Saúco Sánchez Iago Pérez Novo Iberian Nature Guías de Naturaleza Ibone Anza Gómez Inés González de Castro Ion Garin Barrio Isabel Gómez Carrasco Jesús Caro Joan Bohigas Cayuela Jokin Larumbe Arricibita Jordi Solduga Nogueró Jorge Águila López-Pintor Jorge Álvarez Manzanares Jorge Marques Pompa Jose Antonio Reyes Moreno José Antonio Serrano Ros José Luis De la Vega José Luís Esteban Sánchez José Luis Sánchez- Redondo Rodriguez José Mª Cilla Revenga José Rivas Josep F. Bisbali Chinesta Juan Antonio Figueras Martínez Juan Carlos Aranda López Juan Carlos Barberá Luna Juan Carlos Camacho Aliaga Juan Francisco Beltrán Gala Juan Francisco Moreno Gámez Juan M. Pleguezuelos Juan Manuel Buzón Cabrera Juan Matutano Cuenca Ecotono Birding ecotonobirding.com Juan Ramón Fernández Cardenete Juan Ramón Mendo Escoda Julia Alejandra Sánchez Hernández Julio Hernández Gómez Laura Moreno Ruiz Lidia Jíménez Pérez Luis Domínguez Romero Luis Enrique Tarancón Luis García-Cardenete Luis González Macías Maider Iglesias Carrasco Manuel Sanromà Dalmau


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Listado de participantes Manuel Díaz de Diego Manuel Ortiz Santaliestra Maria José Bueno Rubio María José Larios Nevado Maribel Benítez Lechuga Miguel Ángel García Pérez Miguel Angel Romeo Lafuente Miguel Garces Herrero Mikel Alfonso Toribio Mikel Carrasco Apoita Moises Asensi Cabirta Monitores PNMTIAG Diego R. Vieites y Marga Rubido-Bará Ohiana Revuelta Avin Pablo Martín García Pablo Méndez Rodríguez Patricia Panadero Sanz Pedro Luis Hernández Sastre Pedro Verdejo Díaz Pep Gener i Esteve / Carlos Martí Ripoll Rafael Baudet Mancheño Ramón Ruíz

Ricardo Gómez Calmaestra Ricardo Reques Rodríguez Rosa M. Luengo Bárcena Rubén Portas Rubén Romero Díaz Santiago Delgado López Saúl Yubero Hierro Susana Benito Gil Tomás Navazo Gómez Toni Herrero De La Torre Vicente Vicente Victor Cabrera Grupo GEA Jaen Victor Salvador Vilariño Wouter De Vries WWF España Grupo Guadalajara WWF Grupo Madrid Xabier Rubio Pilarte Xavi GuaschVallvé Xavier Bejar XulioValeiras Xurxo Gago

Seguimiento de reptiles

Francisco Fernández Gómez Francisco Javier Diego Rasilla Gonzalo Alarcos Izquierdo Guillem Giner Pablo Iberian Nature Guías de Naturaleza Inés González de Castro Jesús Caro Joan Bohigas Cayuela Joan Carles Palerm Jorge Álvarez Manzanares Jorge Sánchez Balibrea José Antonio Serrano Ros José Luís Esteban Sánchez José Luis Sánchez- Redondo Rodríguez José Mª Cilla Revenga Josep F. Bisbali Chinesta Juan Carlos Aranda López Juan Francisco Moreno Gámez Juan José Ranchal Muñoz Juan M. Pleguezuelos Juan Ramón Fernández Cardenete Julia Alejandra Sánchez Hernández Lucía Ruiz Chueca Luis Domínguez Romero Luis Enrique Tarancón Luis García-Cardenete Luis González Macías

Ag. Rurals Girones Agents Rurals Girones Agents Rurals Berguedà Agents Rurals Segrià Agents Rurals Alt. Camp Alberto Salavera Lafita Alberto Sánchez Vialas Alicante Natura Red Ambiental de la Provincia de Alicante, S.A. Ana Rosa González Hazas Antonio Jiménez Rodríguez Aritz Alava Asociación Zamora Ciencias Naturales Belén Saura Carlos Domínguez Gonzalo Cesar Ayres Fernández Conrado Requena Aznar Dani Villero Daniel Fernández Alonso David Romero Pacheco Eduardo José Rodríguez Rodríguez Elsa García Hernández Emilio Rosillo Parra Enrique Ayllón López Enrique Hernández Toledo Enrique Ruiz Ara Eudald Pujol Buxó Forestalls Valles Oriental

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Listado de participantes Maider Iglesias Carrasco Manuel Sanromà Dalmau Manuel Díaz de Diego Manuel L. Arduengo Galán Manuel Ortiz Santaliestra Marcos Ferrández Sempere María José Larios Nevado Miguel Ángel García Pérez Miguel Angel Romeo Lafuente Miguel Garcés Herrero Monitores PNMTIAG Diego R. Vieites y Marga Rubido-Bará Ohiana Revuelta Avin Patricia Panadero Sanz Pedro Luis Hernández Sastre

Pep Gener i Esteve / Carlos Martí Ripoll Ramón Ruíz Ricardo Gómez Calmaestra Rosa M. Luengo Bárcena Rubén Romero Díaz Susana Benito Gil Tomás Navazo Gómez Vicente Vicente Victor Salvador Vilariño WWF Grupo Madrid Xabier Rubio Pilarte Xavier Santos Santiró XulioValeiras


Mapas Pedro Luis Hernández Sastre. Asociación Herpetológica Española. Revisores Íñigo Martínez-Solano. Neftalí Sillero. Alberto Gosá. Joan Mayol. Antigoni Kaliontzopoulou. Carola Gómez-Rodríguez.

N ORMAS

DE PUBLICACIÓN

IMPORTANTE: Las normas de publicación están disponibles en la página web de la AHE http://www.herpetologica.es/publicaciones/boletin-de-la-asociacion-herpetologica-espanola

IMPORTANT: The instructions to authors are available in the web site of the AHE http://www.herpetologica.es/publicaciones/boletin-de-la-asociacion-herpetologica-espanola

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