Metaforas que nos piensan - EMMÁNUEL LIZCANO

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le supone, incluso en el corazón mismo de la llamada racionalidad. Yo diría que, precisamente ahí es donde encuentra su mejor refugio. Acaso esa racionalidad de la que las sociedades modernas se sienten tan orgullosas no sea sino la elaborada coraza con que esas sociedades revisten ciertos productos de su imaginario para mejor protegerlos, al modo en que los llamados primitivos hacen también con sus tabúes y sus fetiches. Lo imaginario está así presente en lo más íntimo de la fuerza coercitiva de un argumento lógico o en la entraña del más elaborado concepto científico, con la misma pregnancia con que puede estarlo en los hábitos de alimentación o en la legitimación de un sistema político. Cuando, por ejemplo, la democracia pretende fundar su legitimación racional en la ‘voluntad de la mayoría’, la ‘voz de las urnas’ o la ‘inteligencia del electorado’, ¿no evidencia la ilusión en que se funda precisamente allí donde la oculta? Al postular la ‘voluntad’, la ‘voz’ o la ‘inteligencia’, que son características propias del psiquismo individual, como atributo de un agregado tan inconexo como es ‘la mayoría’ de unos votantes atómicos y aislados, o como expresión de unos objetos geométricos inanimados como lo son las urnas, ¿no vienen las democracias a fundamentarse en una descomunal operación metafórica, poética, sobre la que se erige y legitima todo el aparato democrático? (De paso, queda aquí avanzado cómo las metáforas son habitantes principales y argamasa del imaginario, y cómo, en consecuencia, su análisis sistemático es una vía privilegiada para su comprensión). En quinto lugar, si el imaginario es el lugar de la creatividad social, no lo es menos de los límites y fronteras dentro de los cuales cada colectividad, en cada momento, puede desplegar su imaginación, su reflexión y sus prácticas. Matriz de la que se alimentan los sentidos, el pensamiento y el comportamiento, él acota lo que, en cada caso, puede verse y lo que no puede verse, lo que puede pensarse y lo que no puede pensarse, lo que puede hacerse y lo que no

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