las mulas. A las 9hs. emprendimos la caminata la cual tuvo un cruce a caballo del río Tunuyan y otros vadeos a pie de arroyos más pequeños. Al mediodía almorzamos una fabulosa picada frente al imponente cerro Palomares y luego de dos horas llegamos a nuestro destino del día, el Refugio Real de Chocolate (3200msnm) Este fue el campamento más agreste del cruce. En este lugar está montada una car pa comedor toda la temporada, propiedad de “Solo Montañas” El trekking del día se hizo en 7hs y recorrimos casi 15 km. Desde el campamento veíamos, sobre la cima de las montañas el tan ansiado Hito fronterizo, al cual llegaríamos el próximo día. Nos refrescamos y mateamos en el arroyo. Tratamos de ayudar a una mula que cayó al arroyo enroscada con las riendas. Fuimos testigos de la “Operación Ampolla” donde la Cirujana Guada y el Instrumentista Tito asistieron exitosamente a Fátima. Luego cenamos risotto de arroz con pollo y comenzaron las contiendas nocturnas de Truco y Chancho violento a la luz de las linternas.
Jueves 16-1-2020 Amanecimos a las 6 de la mañana para poder desayunar y salir a las 7 a nuestro último y duro trekking hacia el limite internacional y luego a Chile!!! El comienzo fue todo subida, desde los 3200msnm del campamento hasta los 4033msnm del Hito y limite internacional. Al llegar hubo mucha emoción, lágrimas, abrazos, fotos, una gran algarabía. Pasamos alrededor de una hora, teníamos que preparar las mochilas que llegaron hasta el
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límite en las mulas, pero en la bajada a Chile las llevaríamos en nuestras espaldas (no pueden cruzar animales de un país a otro), luego de tener todo listo tuvimos una emotiva despedida de Ramiro, Tito y Ezequiel, quienes nos habían acompañado todos estos días y emprendían la vuelta con la tropilla de animales a Tunuyan. El descenso por las laderas Chilenas fue peor que la subida, mucha inclinación y bajada abrupta de altura, las piernas entumecidas!!! Ni bien sorteamos las pendientes más escarpadas, almorzamos en un rio seco, con una notable sorpresa gastronómica, la famosa ensalada “con de todo” arroz, atún, choclo, champiñones, aceitunas, etc. De a poco fuimos divisando las Termas del Plomo y el rio Yeso (2962msnm), el cual deberíamos vadear. Alrededor de las 15hs llegamos exhaustos a la margen del rio, fueron unos 14 km en 8hs, donde subimos 830m hasta el hito y luego bajamos casi 1100m hasta el Rio Yeso. Del otro margen del rio nos esperaban con banderas chilenas y argentinas, realmente emocionante. La última aventura fue el vadeo del Rio Yeso, el cual se veía bastante caudaloso y agresivo. Se buscó una zona más favorable para el vadeo y uno a uno fuimos cruzando contra la corriente del rio. Final estresante pero feliz!!! Nos trasladamos en una combi por más de una hora hacia San Alfonso donde hicimos los trámites de migraciones y luego no dirigimos a las cabañas donde pasaríamos la noche. Hermosas cabañas sobre El Cajón del Maipo nos esperaban con cerveza fría, ducha y una cama mullida!!!! Luego de asearnos y acomodar las mochilas charlamos distendidos hasta la riquísima cena que nos brindaron y como broche de la noche
hicimos el tercer y último Chancho Violento en la cabaña de las chicas. Voy a extrañar como nos revolcamos de la risa!!!
Viernes 17-1-2020 Luego de desayunar bajo el bello paisaje del lugar, cargamos todos los bultos en la combi que nos trasladó hasta la terminal de ómnibus de Santiago (+/- 1hs) Picamos algo en el patio de comidas y cada uno tomo su rumbo dando fin a esta nueva y maravillosa experiencia. Espero sinceramente que alguna otra salida nos vuelva a cruzar. El paso de los días fue formando un excelente grupo, en el cual nos dimos fuerza, nos acompañamos, nos reímos y emocionamos. Por último considero que en las palabras de Fátima se resumen las sensaciones de muchos que vivimos esta experiencia. “Aprendí mucho para este nuevo año que arranca. Cosas que descubrí, en lo más profundo de mi emoción, en el silencio de mi mente y el libre andar de mi espíritu. Me conmoví hasta las lágrimas, me sorprendí de mi capacidad y entendí el límite de mi ignorancia, la autoridad de la tierra y la naturaleza, como también la bondad de los seres humanos. La sencillez, por tantos años olvidada, la inocente alegría, diversión genuina, la concentración y la importancia de ir siempre paso a paso. Añoraba una aventura, una historia y la encontré volviendo a lo más auténtico de mí...Gracias Andes”




