Devocional mvc enero 2014

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Ministerio VISION CRISTIANA RECOPILACION DEL MES DE ENERO/2014 Avda. Centenario Este 369 – San Luis – C. Postal (5700) – Argentina

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 01_2014 “Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón”. Jeremías 24:7

ENCUENTRO CON DIOS… Muchos de nosotros hemos sido bendecidos con amigos íntimos. Imaginemos que nunca pasáramos tiempo juntos, sino que sólo pensáramos y habláramos de lo maravillosas que son esas personas especiales. ¿No sería absurda esa conducta? Pero eso es lo que hacen algunos cristianos. A pesar de saber mucho de Dios y de la Biblia, se privan del compañerismo con el Padre celestial, el mejor amigo que cualquier persona puede tener. Es posible llenar nuestras vidas con información y actividades espirituales, las cuales son buenas, pero también dejar de tener una relación íntima con el Señor. Hágase un rápido inventario para ver si esto se aplica a usted. ¿Asiste a la iglesia sólo por deber? ¿Al orar utiliza palabras repetitivas, en vez de hablarle a Dios con el corazón? ¿Sirve sólo por un sentido de obligación? En la Biblia leemos acerca de muchas personas cuyo encuentro personal con Dios fue renovador y transformador. Abraham, Gedeón, Moisés y Pablo son sólo algunos de los que hablaron con Él de manera personal (Gn. 7:4; Jue. 6:12, 14; Ex. 3:2; Hch. 9:3-6). Aunque quizá nosotros no esperamos tener tan dramáticas experiencias hoy, todos los creyentes deben, tener momentos preciosos, íntimos, con Dios; cada vez que abrimos la Biblia y le pedimos al Espíritu Santo que ilumine su significado, podemos saber directamente de nuestro Padre celestial. La Biblia nos dice: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros” (Stg. 4:8). La intimidad con el Señor exige tiempo y resolución. Comience ya dedicando una parte de su día al encuentro con su Amigo.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 02_2014 “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”. 1 Timoteo 6:17

LA BENDICIÓN DE DAR… Cuanto más entendido sea alguien en una actividad, más la disfrutará. Por ejemplo, si una orquesta toca una hermosa composición, un buen músico la disfrutará más que una persona que no tenga el oído entrenado. Le sorprenderá saber que lo mismo sucede con el dar. Dios tiene muchas razones para pedirnos que demos. Primero, al devolver una parte de nuestro dinero al Señor, estamos reconociendo que todo le pertenece a Él (Sal. 50:10). Segundo, dar es una manera de obedecer (Ex. 25:2). Tercero, cuando damos para un ministerio o para ayudar a los necesitados, participamos en la obra del reino, lo cual es motivo de alegría. Cuarto, nuestras ofrendas le permite a Dios revelar Su carácter; cuando mostramos generosidad, Él provee fielmente para nuestras necesidades y nos bendice con abundancia (2 Co. 9:8). El dicho “no podemos superar a Dios en generosidad” es una gran verdad. Pero dar involucra más que dinero. Dios nos ha bendecido con talentos, tiempo, recursos, y también con numerosas oportunidades para compartir con los demás. Es importante confiar en la guía del Espíritu Santo; así sabremos qué, a quiénes y cuánto debemos dar. Recuerde, el Señor nos está dando siempre: salvación, consuelo, aliento, respiración, vida e innumerables bendiciones más. Estamos en deuda con Él, y por eso debemos darle, no por obligación, sino por gratitud y alegría (2 Co. 9:7). Pida a Dios que le revele todo egoísmo o estorbo que le esté impidiendo dar, y también que le ayude a ser un mejor dador. 3


DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 03_2014 “Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios”. 2 Corintios 8:5

DAR SACRIFICIALMENTE… En la escuela primaria aprendimos cómo restar: sustraíamos y teníamos menos que al comienzo. Pero, contrariamente a las leyes de la matemática, Dios nos dice que si damos recibiremos más a cambio: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir” (Lc. 6:38). El plan de Dios en cuanto al dar, requiere que dependamos de Su revelación, no de nuestra razón. La lógica nos dice que debemos ver antes cuánto tenemos en la cuenta bancaria antes de decidir cuánto podemos diezmar. Pero la Biblia dice que todas las riquezas son del Señor, y que debemos darle a Él los primeros frutos de nuestro trabajo (Dt. 10:14; 18:4, 5). Cuando obedecemos, confiamos en que Él cuidará de nosotros, lo que a veces significará ignorar lo que tiene lógica, humanamente hablando. Pero Dios no siempre nos da de la manera que esperamos y confiamos, sino que satisface nuestras necesidades y nos bendice de la forma que Él sabe que será lo mejor para nosotros. Cuando enfrentamos circunstancias de tipo económico, podemos sentirnos tentados a justificar la acumulación de nuestro dinero. Pero Dios, que entiende la situación perfectamente, exige que le demos no de lo que nos sobra, sino de lo que nos falta. La iglesia de Macedonia, por ejemplo, dio con generosidad a pesar de que estaba teniendo una gran tribulación (2 Co. 8:2). Esto agradó al Señor, porque estaban dando con fe. Pídale a Dios que le diga qué quisiera Él que usted diera, y que le dé la valentía para obedecer.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 04_2014 “Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?”. Salmo 121:1

CONFIANZA EN LAS PRUEBAS… Todo pasamos por pruebas. Y, afortunadamente, podemos confiar en que nuestro Padre celestial nos ayudará en los momentos de necesidad, como nos lo asegura el salmo 121. • “Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra” (vv. 1, 2). En los tiempos bíblicos, los ladrones se ocultaban en las montañas para asaltar a los inocentes viajeros. Pero el salmista sabía dónde buscar ayuda. Asimismo, cuando nosotros enfrentemos temores o pruebas, nuestro soberano Señor nos sostendrá (Sal. 103:19), aunque otros nos defrauden o nos falten las fuerzas. • “No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda” (v.3). En el mundo hay miles de millones de personas, y nos resulta difícil comprender cómo puede el Señor conocer cada detalle de nuestras vidas, o por qué se interesa tanto, al punto de saber cuánto cabellos tenemos en la cabeza. Pero este pasaje confirma que el Señor está alerta a cada aspecto de nuestras vidas, y atento a nuestras necesidades. • “Jehová es tu guardador” (v. 5). La palabra hebrea traducida como “guardar” tiene la misma raíz de “cuidar” y “proteger”. Usamos esta palabra cuando una madre le pide a alguien de confianza que le “cuide” a su hijo cuando ella se ausenta temporalmente. Se espera que la persona que cuidará al niño lo protegerá y le dará lo que necesite. Dios promete también cuidar a Sus hijos; significa que Él nos defenderá, nos dará lo que necesitemos, nos hará cada vez más semejantes a Él, y nos guardará del mal. Este mundo pudiera parecernos triste y peligroso. Pero podemos enfrentar lo desconocido y las dificultades con confianza, sabiendo que el Señor nos guardará y ayudará.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 05_2014 “Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma”. Salmo 121:7

DIOS ES MI GUARDADOR… Dios es bueno y soberano, pero, a pesar de saber esto, a muchos creyentes les cuesta entender por qué suceden cosas dolorosas en la vida. Se preguntan: ¿Por qué el Señor no me evitó este sufrimiento? La pregunta se vuelve más intensa cuando leemos pasajes de la Biblia como el salmo 121:7, 8: “Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre”. Muchas personas interpretan esto como que Dios les evitará dificultades, sin embargo, lo que Él promete, más bien, es guardar sus almas. El Señor permite el dolor e incluso, a veces, lo provoca. Está consciente del sufrimiento, pero también se ocupa del significado más profundo de la situación. A menudo, las pruebas fortalecen nuestra fe, nos hacen más como Jesús y nos dan más compasión por los demás. A veces, Dios puede usar las dificultades para evitar que vivamos mundanamente o que desaprovechemos las oportunidades. Su ayuda en medio de nuestro dolor nos ayuda más que el tratar de evitarlo. Por saber qué es lo mejor para nosotros, nuestro Padre celestial no nos evita el dolor, sino más bien nos permite soportar los problemas dándonos fortaleza y sabiduría. Cuando los superamos, podemos ver, con gratitud, cómo Su mano tierna y misericordiosa nos guió a través de toda la situación. Tenemos una esperanza inmensa, sabiendo que Dios nos guardará en los tiempos más difíciles. Lea el salmo 121, y pídale al Señor que le recuerde sus verdades cuando afloren en su vida situaciones dolorosas.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 06_2014 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Romanos 10:15

PERMANECER SOBRE UN FUNDAMENTO FIRME… Cuándo fue la última vez que tuvo usted un estudio bíblico sobre el tema de los pies? Con toda probabilidad, usted nunca ha tenido una lección de eso. ¡En realidad, el pensar en el tema de los pies puede ser para usted muy sensible! Pero el apóstol Pablo no era así. El tema de los pies fue el punto focal de uno de sus mejores y más imborrables mensajes: la discusión en Efesios 6:10-18 sobre la armadura de Dios. En caso de que usted no haya leído el pasaje de hoy, démosle una buena mirada. Pablo dice cuatro veces en cuatro versículos (11-14), que el propósito de la armadura, el valor de ponerse cada pieza, está en su capacidad de mantenernos firmes en todo. La lista de la armadura de Pablo no estaría completa sin el calzado de paz mencionado en el versículo 15. ¡A Pablo le preocupaban, ciertamente, nuestros pies! El calzado del soldado romano tenía una característica que muchas veces pasamos por alto: una larga púa en el tacón del calzado. Su propósito era permitirle al soldado plantar su pie firmemente en la tierra cuando se acercara el adversario. Con los pies firmes de esta manera, el soldado tenía una ventaja clara: podía mantenerse firme sobre el terreno. Esta parte de su uniforme le permitía mantener el equilibrio cuando se enfrentaba al peligro. Esto es precisamente lo que el Padre celestial quiere de cada uno de Sus hijos: la capacidad de permanecer firmes frente a las dificultades y sufrimientos. Pero esto sólo será posible si tenemos puestos nuestros pies sobre un fundamento firme: el fundamento de la fe en Jesucristo. ¿Tiene su fe un buen fundamento?

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 07_2014 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. Mateo 7:21

EL RECHAZO FINAL… Según Jesús, la puerta para entrar al cielo es angosta. La ruta más fácil en la vida es el camino ancho de la felicidad mundana, con todas sus vías secundarias que llevan al desenfreno y a la ruina. Pero el camino a la vida eterna se caracteriza por la abnegación y la humildad. El Señor dijo a Sus seguidores que no se engañaran en cuanto a su salvación. Quienes hallan el camino al cielo han dado su corazón a Jesús y reconocido que su muerte expiatoria pagó por completo su deuda de pecado. Esto es importante, porque encontramos personas que parecen estar en el camino estrecho, pero nunca han hecho una decisión por Cristo. Pueden estar muy ocupadas con el trabajo de la iglesia, pero le han dado más importancia a lo que hacen que a su entrega a Él. Sus actividades pueden ser muy loables, como son, por ejemplo, su servicio voluntario en ministerios y el apoyo a las misiones; pueden, incluso, tener algunas creencias correctas. Pero las acciones y los pensamientos no son siempre un reflejo exacto del corazón y el espíritu. Muchos miembros de iglesia piensan que sus obras agradan tanto a Dios, que Él les permitirá la entrada al cielo; lamentablemente, quedarán desconcertados por el rechazo final que sufrirán. En el juicio, Jesús les dirá: “Apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mt. 7:23). Él no aceptará a nadie que se haya negado a ser perdonado por sus pecados. No esté usted entre los que piensan que las obras pueden dar entrada al cielo. Jesús es el único camino (Jn. 14:6). Si le recibe, podrá tener la seguridad de que, cuando muera, dejará el camino angosto para estar para siempre en la presencia de Dios (1 Jn. 5:13). 8


DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 08_2014 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Lucas 6:46

LA CLAVE PARA SER ACEPTADO… Cuánta alarma les causará a muchos miembros de iglesia el saber que el trabajo que hacen para ella no les dará un lugar en el cielo. Las buenas obras no significan nada para Dios si no son el resultado de una relación con Él. Al cielo sólo entrarán quienes han recibido a Jesucristo como su Salvador, no importa cuántas buenas obras hayan hecho. Lo que confunde con frecuencia a los miembros de iglesia que no tienen una fe verdadera, es la definición de la palabra “creer”. Creen en Dios, en Jesús y en el cielo. Pero hay una diferencia entre aceptar intelectualmente un concepto y el reconocer espiritualmente a Cristo como el Hijo de Dios y el Salvador personal de quienes le reciben. En la Biblia, cada vez que alguien cree de verdad en Jesús, cambia. Es imposible seguir siendo la misma persona después de reconocer su aguda necesidad de Él. El ferviente deseo de la salvación comienza con el reconocimiento de que hemos pecado contra Dios. Tenemos también que estar conscientes de que no hay ninguna esperanza de salvación aparte del Señor. Después de haber entendido estas dos verdades, necesitamos confiar en Su sacrificio en pago de nuestra deuda de pecado. Algunas personas utilizan la terminología “pedir a Jesús que perdone su pecado” o “pedir a Jesús que entre en su corazón”; pero no importa cómo describamos la experiencia, si tomamos la decisión de recibir a Cristo en nuestras vida, somos salvos. Dios promete responder a quienes reconocen con humildad el sacrificio de Su Hijo. Si usted desea estar en el cielo con Él por la eternidad, hágase esta pregunta: ¿He sido salvo? Si no lo es, ahora es el momento para que lo sea.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 09_2014 Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente; De generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca. Salmo 89:1

LA GRANDEZA DE DIOS, UNA FUENTE DE CONSUELO... El sincero clamor de David pidiendo ayuda llena los salmos. Sus oraciones eran una mezcla de peticiones y de adoración que recordaban la grandeza, el poder y la protección de Dios. Orar con el reconocimiento de los maravillosos atributos de Dios, nos recuerda que Él tiene el poder, la sabiduría y la compasión para suplir nuestras necesidades. “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?” (Salmo 139:7). Dios está presente en todas partes. No está limitado por el tiempo o el espacio, lo que significa que nunca hemos tomado un respiro fuera de Su presencia. Incluso cuando nos sentimos solos o sin amigos, no lo estamos porque la presencia de Dios cubre al mundo. “Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito” (Salmo 147:5). Dios lo sabe todo. Cuando nos arrodillamos para orar, Él ya está consciente de los sentimientos y de las necesidades que vamos a expresarle. Por eso, podemos estar seguros de que si le pedimos dirección, Él nos dará una guía clara si estamos sometidos a Su voluntad. “En [Dios] no hay mudanza, ni sombra de variación” (Stg. 1:17). El carácter de Dios es siempre el mismo. Puesto que Él será siempre fiel, confiable y misericordioso, podemos poner nuestra confianza en el Señor en cualquier circunstancia. Cuando un creyente recuerda un atributo de Dios que responde a su necesidad, pone el foco de su oración en el Señor, no en la petición. Cuando introducimos la alabanza en nuestras oraciones, terminamos pidiendo menos, adorando mejor y recibiendo más por haber puesto el énfasis en el punto correcto.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 10_2014 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Colosenses 3:23

SAQUÉMOSLE PROVECHO A NUESTRO TRABAJO… Ama lo que haces y no tendrás que trabajar ningún día de tu vida”, dice un refrán moderno. Pero no siempre nos toca hacer lo que nos gusta, ni trabajar junto a gente fácil de llevar. Cualquier trabajo — incluso el que nos encanta— tiene momentos en que nos produce hastío. Nuestra actitud, entonces, no puede depender del trabajo mismo ni de cómo nos sentimos en cuanto al mismo, sino que debe reflejar nuestra posición como hijos de Dios. Lo más sabio sería adoptar una nueva máxima: “Trabaja para el Señor que amas, y te sentirás realizado cada día de tu vida”. Le sacamos el máximo provecho a nuestro trabajo cuando nos vemos como siervos. La cultura de hoy no enseña a buscar el poder y el respeto para uno mismo, en vez de trabajar con dedicación para quienes tienen autoridad sobre nosotros. Pero la Palabra de Dios nos enseña un principio diferente: “Esclavos, obedezcan en todo a sus amos terrenales” (Col. 3:22 NVI). La obediencia bíblica no es algo externo que oculta un resentimiento y un malestar internos, sino una verdadera dedicación a la satisfacción del empleador. (Pablo usó la palabra “esclavos” porque en la antigüedad era común la práctica de la esclavitud. Aunque los tiempos han cambiado, el principio enseñado por él sigue siendo el mismo). Los hijos de Dios han sido llamados a ser Sus siervos. Puesto que pasamos gran cantidad de tiempo en nuestros trabajos, mucho de nuestro servicio se hace allí. Como empleados, debemos aplicar los principios bíblicos de la obediencia y el sacrificio, porque cualquiera que sea nuestro jefe, Dios es la autoridad final que ve nuestras acciones, y Él quiere vernos practicando la santidad en el trabajo.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 11_2014 ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. Jeremías 18:6

MOLDEADOS POR EL GRAN ALFARERO… Si usted ha observado alguna vez el trabajo de un alfarero, como lo hizo Jeremías en el pasaje de hoy, sabe lo maravilloso que es ver a una masa de barro convertida en una preciosa vasija. La perfecta demostración de Dios al profeta fue que la nación de Israel —al igual que toda persona desde el comienzo del mundo— fue hecha por Su mano. Todos somos, entonces, masas de barro humanas esperando el toque del gran Alfarero. Cuando el barro es puesto en el torno, el alfarero tiene un plan específico en mente. Lo mismo pasa con nosotros; Dios ya ha determinado cómo piensa trabajar en nuestras vidas, y qué papel debemos jugar en la formación de su reino (Ef. 2:10). Él nos moldea con Sus manos para que nuestro carácter comience a parecerse al de Su Hijo Jesucristo. Cada creyente será moldeado de forma diferente para que pueda realizar el servicio que Dios desea. Pero, a pesar de nuestra diferente preparación, todos tenemos la marca de nuestro Alfarero. Con demasiada frecuencia nos ponemos a ver los talentos y las capacidades de quienes nos rodean, y quisiéramos ser más como ellos. Pero hemos sido hechos exactamente para los propósitos que Dios tiene para nosotros, y Él no se equivoca. Si pasamos el tiempo deseando tener los talentos que no se adecuan al plan de Dios, o si nos negamos a usar los dones espirituales que Él nos ha dado, desperdiciamos Sus esfuerzos y nuestra oportunidad de servirle. El gran Alfarero está complacido con la manera que diseñó nuestra vida, y con las capacidades que nos ha dado. Para honrar al Alfarero como debemos hacerlo las vasijas que somos, debemos someternos a ser moldeados y usados como Él quiere.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 12_2014 Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros. Isaías 64:8

LA LECCIÓN DE LA ARCILLA… Decidí dejarme guiar por el profeta Jeremías, quien visitó el taller de un alfarero por pedido de Dios (Jer. 18:1-6). Entender mejor la metáfora bíblica de Dios como el Alfarero y las personas como el barro. Esto fue lo que aprendí cuando conocí un taller de alfarería, lleno de remolineantes tornos. El Alfarero tiene poder sobre la arcilla y por tanto puede hacer lo que desee con ésta. De la misma manera Dios, puede moldearnos aunque tratemos de resistir Su mano esculpidora, Él trabaja para lograr Su propósito. El gran Alfarero se ha propuesto hacer un diseño particular en nosotros, y tiene un plan para darle forma. El Alfarero trabaja el barro con paciencia. Puesto que Dios sabe que la madurez espiritual no se puede apresurar, Él forma nuestro carácter cristocéntrico lentamente, con una experiencia a la vez. Eso significa que Él debe también tener perseverancia, pues la arcilla humana a veces se desviará del centro del torno y se deformará. (Así como el barro sólo puede ser moldeado cuando está exactamente en el centro del torno, los creyentes deben estar dentro de la voluntad de Dios para crecer espiritualmente). Dios maniobra con el creyente que se desvía para ponerlo de nuevo en la posición correcta. Él nunca se deshace de Su creación, sino que trabaja sin descanso para perfeccionar sus vasijas. Dios es un Alfarero personal cuyas creaciones reflejan Su personalidad y Su carácter. Su Espíritu se derrama en nosotros para ser Él una parte íntima de nuestra vida. El resultado es una obra de verdadera belleza, una vida santa dedicada del todo a Dios.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 13_2014 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Lamentaciones 3:22

PARA CONSTRUIR UN FUNDAMENTO DE FE… HEMOS estado estudiando la naturaleza de la fe. Pero, ¿sobre qué debemos construir una fe fuerte en el Señor? Veamos siete piedras fundamentales de la fe: 1.Dios existe. La fe debe construirse sobre la confesión de que el Señor es real, de que Él existe, y de que Él es verdaderamente Dios. 2. Dios es amor. Dios no sólo es real, sino que también está íntimamente interesado por su vida y quiere tener una relación con usted. 3. Dios es justo. Usted nunca tendrá que preguntarse si el Señor lo tratará o no con equidad. Su justicia es absolutamente perfecta, incluso cuando descarga Su amorosa disciplina en nosotros. 4. Dios es omnisciente. Él conoce su corazón, su dolor y sus preguntas. Usted no puede impresionarlo ni tomarlo por sorpresa. 5. Dios es omnipresente. Usted nunca tendrá que preguntarse dónde está Él; en realidad, no podrá escapar de Él donde quiera que usted esté, y no importa lo que esté haciendo, Él está a su lado. 6. Dios es todopoderoso. Nada es más poderoso que Dios. No importa lo inmensos que puedan parecerle los problemas y sufrimientos de su vida, usted podrá vencerlos con el poder de Él. 7. Dios es fiel. Es decir, se puede confiar plenamente en Él. Gracias a esta última piedra fundamental, los hijos de Dios saben que pueden contar siempre con el Señor. No importa cuánto se haya usted extraviado, Él sigue a su lado. No importa lo que haya hecho, el siempre le recibirá con los brazos abiertos (arrepiéntete). Use la lista anterior como una guía de oración, reconociendo estas características de Dios y ofreciendo su fe como una ofrenda hoy.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 14_2014 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. 1 Timoteo 2:5

EL AMOROSO DESEO DE DIOS… En todo el Nuevo Testamento se repite varias veces el llamado universal a la salvación que hace Dios (Jn. 1:12; 3:16; 6:40; 2 P. 3:9). Pero cada uno de nosotros tiene que tomar la decisión personal de responderle. ¿Por qué quiere Dios que la humanidad se salve? Primero, porque Él nos ama (Ef. 2:4). Es importante entender que el amor divino no se basa en ningún mérito nuestro, sino que el amor de Dios por Su creación es parte de Su naturaleza. Otra razón es que, como Sus seguidores, somos “trofeos” de la gracia del Señor (Ef. 2:7). Los creyentes fuimos una vez unos seres rebeldes a quienes Dios transformó en siervos obedientes, y ése es un cambio que Él quiere celebrar por toda la eternidad. Por último, nuestras buenas obras glorifican al Señor (Mt. 5:16). Todo lo que hacemos en Su nombre aumenta la conciencia de otras personas en cuanto a Él. La salvación sólo es posible por medio de Cristo, quien reconcilia al pecador con el Dios santo. La Biblia dice que todos somos pecadores (Is. 53:6), y que “la paga del pecado es muerte” (Ro. 6:23). Sin esa solución divina estaríamos en deuda y sin esperanzas. Pero la muerte de Jesús en la cruz pagó el castigo de toda la humanidad, para que cualquier persona que quiera tener una relación con Dios pueda lograrla. Creer que Jesús murió por nuestros pecados y someterse a Su voluntad, es todo lo que necesitamos para tener compañerismo eterno con Él. Dios nos ama y quiere estar con nosotros para siempre. Lo único que puede separarnos de Él es la decisión de rechazar Su invitación. Pero una vez que somos del Señor, ninguna acción humana o falla en nuestro proceder podrá romper nuestro vínculo con Él.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 15_2014 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:5

LA VERDAD SOBRE LOS CREYENTES… Cuando me convertí en un nuevo creyente, alguien me dio una palmada en el hombro, y me dijo: “Haz lo mejor que puedas”, el cual no es un consejo bíblico ni tampoco útil. Poco después fui discipulado por creyentes fieles que me enseñaron la verdad sobre los creyentes. El creyente es un hijo de Dios. Por medio de la oración tenemos acceso a nuestro Padre celestial en cualquier momento, y podemos esperar que Él será fiel a todas Sus promesas. Más aun, ya no somos clasificados como “pecadores”, un término usado para referirse a quienes no han recibido a Cristo como Salvador. Hemos sido transformados en santos, en personas santas salvadas por gracia y apartadas para los propósitos de Dios. La tentación y el pecado continuarán siendo realidades para nosotros mientras vivamos en este mundo, pero por haber sido perdonadas nuestras transgresiones, nuestra nueva identidad no puede cambiar. El creyente está posicionado en Cristo. El Espíritu de Dios habita en nosotros, y por eso podemos vivir santamente, a semejanza de Jesús. Él describió esta relación con una metáfora sobre la vid. Él es la vid, y nosotros las ramas que estamos conectadas a Él alimentándonos con Su poder (Jn. 15:1-5). La misión del creyente es mostrar a Cristo al mundo. Nuestro fruto como rama es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza, que son las características de Jesucristo (Gá. 5:22, 23). Con nuestro carácter y nuestra conducta ayudamos a otros a ver la hermosura de una relación con el Señor. La verdad sobre los creyentes es que no tenemos que “hacer lo mejor que podamos”. Es Dios quien actúa a través de Sus hijos para lograr sus propósitos.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 16_2014 Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Lucas 24:47

UN LLAMADO AL ARREPENTIMIENTO… El Señor Jesucristo dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento” (Lc. 5:32). Quería que los incrédulos se volvieran de su pecado a una vida de obediencia a Dios. Ése sigue siendo su deseo hoy. El arrepentimiento, que sigue a la confesión de pecado, es la resolución de cambiar de dirección y dejar atrás el mal camino. Este cambio de corazón es un paso necesario en la decisión de seguir a Jesucristo como Salvador. El Espíritu Santo transforma el ser interior, y por eso un hijo de Dios tiene una nueva actitud en cuanto a su vida. Si la actitud es diferente, la conducta también lo será. Pronto el creyente empieza a ver que ciertas decisiones no armonizan con su nueva vida. Se vuelve sensible a prácticas y actitudes que desagradan a Dios, y cuando descubre una en su vida, la confiesa y se arrepiente para que eso no estorbe su relación con Él. Los cambios se producen poco a poco; debemos entender que Dios nos ama tal como somos, pero también nos ama mucho para dejarnos seguir así. Algunos no creyentes se niegan a recibir a Jesús como Salvador, porque creen erróneamente que una persona tiene que haber corregido sus pecados antes de venir a Cristo. Saben que por sí mismas no pueden vivir una vida de rectitud, lo que les parece un obstáculo insuperable para su salvación. Por esta razón, los creyentes necesitan saber la verdad sobre el arrepentimiento, para que puedan compartir el evangelio con las almas perdidas. Las personas no tienen que limpiar su vida antes de entrar a la iglesia; ¡pueden venir sucias a la iglesia! Dios es quien hace la limpieza de alma, mente y corazón cuando alguien se arrepiente.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 17_2014 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos. 1 Pedro 1:3

UNA ESPERANZA VIVA…Corinto era una ciudad caracterizada por la inmoralidad sexual y otras perversidades. Los creyentes de allí habían sido una vez como sus conciudadanos, llenos de avaricia, envidia, iniquidad, engaño y maldad. Pero ahora eran nuevas criaturas en quienes moraba el Espíritu Santo, y que habían sido adoptadas en la familia de Dios. En 1 Corintios 6:9-11, Pablo les recordaba a los creyentes de Corinto que no se dejaran influenciar por su cultura ni por su antigua manera de pensar y actuar. El apóstol no les estaba advirtiendo que no tendrían parte en el reino, sino animándoles a abandonar sus viejas costumbres, y a armonizar su conducta con lo que eran en realidad: hijos de Dios. Nosotros, también, debemos saber que la salvación es permanente y que la fe debe tener un efecto positivo sobre nuestra conducta. Además, entender la base de nuestra salvación, es decir, la obra terminada de Jesucristo en la cruz, desterrará el temor y nos llenará de esperanza. No podíamos ganar nuestra entrada a la familia de Dios, ni tampoco pagar jamás nuestra deuda de pecado. Pero Jesús pagó el precio por nosotros, satisfaciendo la justicia de Dios y cumpliendo con los requerimientos de la Ley (Ro. 3:25, 26). Dios mostró Su aceptación del sacrificio de Jesús resucitándolo de los muertos y llevándolo al cielo para reinar a Su diestra (Mr. 16:19). Lo que Dios ha logrado, al perdonar nuestros pecados, darnos una nueva naturaleza y adoptarnos en Su familia, nadie puede deshacerlo. Esto nos da una esperanza viva para sostenernos y edificarnos todos los días de nuestra vida.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 18_2014 Quizá tenga que llorar por muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y lascivia que han cometido. 2 Corintios 12:21

EL ARREPENTIMIENTO DEL CREYENTE… La iglesia de hoy le da mucho énfasis a la confesión, en ocasiones a costa (EN CONTRA) de una adecuada comprensión de lo que es el arrepentimiento. La confesión de pecado se mencionada dos veces en el Nuevo Testamento (Stg. 5:16; 1 Jn. 1:9), pero del arrepentimiento se habla con frecuencia. Debemos tener cuidado de no confundirlos, porque un creyente puede hacer confesión sin arrepentirse, pero no puede arrepentirse sin hacer confesión. Es posible sentir tristeza y confesar el pecado, sin embargo, el arrepentimiento significa responsabilizarse por el pecado y resolverse a cambiar cualquier actitud o acción pecaminosas; esto es esencial para el crecimiento espiritual. La confesión verdadera, que reconoce como pecado lo que Dios llama pecado, va de la mano con el arrepentimiento, porque si sabemos que Dios odia lo que estamos haciendo, entonces no lo seguiremos haciendo. Por medio de la confesión y la contrición, el creyente acepta la responsabilidad de renunciar a una vida de pecado por el poder del Espíritu Santo. El rápido perdón que da Jesús no debe tratarse livianamente. Debemos hacer algo más que decirle tranquilamente a Dios: “He fallado otra vez, y lo siento”. Para triunfar sobre el pecado reiterado, debemos decidir resistir la tentación y obedecer a Dios. Satanás seguirá acosándonos, y es posible que caigamos de nuevo, pero no debemos dejar de hacer una confesión sincera y de arrepentirnos hasta que Dios nos dé la victoria sobre nuestras faltas. Arrepentirse no es sentir tristeza ni declararse impotente frente a la tentación. Es una condición en la que nuestro espíritu entiende el pesar de Dios por el pecado, se apesadumbra con Él y resuelve agradar al Señor. 19


DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 19_2014 Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron. Lucas 5:11

EL GOZO DE LA OBEDIENCIA… Un día común y corriente se convirtió en una aventura divina para Simón Pedro, gracias a su obediencia. Aceptó dos peticiones aparentemente insignificantes, y eso significó bendiciones para él y para otros más. Pedro había pasado la noche como siempre –pescando– pero no había atrapado nada. Después de tan improductiva labor, estaba sin duda cansado, frustrado y dispuesto a irse a su casa. Sin embargo, Jesús le pidió que le prestara su embarcación para predicarle a la muchedumbre de personas. Pedro sabía que allí había otras embarcaciones, pero Jesús le pidió la suya, y él sabiamente aceptó. Las peticiones de Dios pueden venir en momentos no oportunos o cuando menos las esperemos. Podemos tener la tentación de que otra persona responda, pensando que no tiene importancia quién atienda Su llamado. Pero recordemos que los planes de Dios son siempre para nuestro bien espiritual (Jer. 29:11). La otra petición de Jesús —de que lanzara de nuevo la red— tenía que ver con el sustento de Pedro. El pescador respondió: “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red” (Lc. 5:5). La obediencia de Pedro significó redes repletas de peces. Al decir sí al plan de Dios, experimentó bendiciones tanto materiales como espirituales, que incluyó también a sus colegas y sus familias. Los beneficios fueron mayores que cualquier esfuerzo o inconveniencia de su parte. Obedecer a Dios, incluso en aquello que nos creemos versados y capacitados para hacerlo nosotros mismos, es esencial para tener Sus recompensas y ampliarlas a otros. ¿Qué le está pidiendo a usted el Señor?

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 20_2014 Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. Jeremías 9:24

OBEDECER A DIOS… Pedro era un pescador profesional. Sabía cómo evaluar las condiciones atmosféricas, dónde encontrar los mejores sitios para pescar y cuándo ponerle fin a una noche improductiva. Por su experiencia, debió haber cuestionado en silencio la racionalidad de la instrucción de Jesús. ¿Para qué echar la red si su experimentado equipo de pescadores no había atrapado nada en toda la noche? Dios a veces les pide a Sus hijos que actúen de maneras que parecen poco razonables. Su petición puede requerir el tener que dejar un empleo o ministerio que Él acababa de dar, aceptar más responsabilidades cuando la vida esta bastante cargada o tomar una tarea que parece más adecuada para alguien con otras capacidades. Sin embargo, por ser Dios quien lo pide, será absolutamente correcto hacerlo. Tenemos, entonces, que decidir si hacer lo que es sensato para la lógica humana, u obedecer a Dios. La Biblia habla de muchas personas que tuvieron que tomar decisiones como esas. A Abraham se le pidió que sacrificara a su hijo Isaac. A Noé se le dijo que construyera un arca en una tierra donde nunca había llovido, porque vendría un diluvio. A Josué se le dio la estrategia bélica de marchar alrededor de la ciudad de Jericó, en vez de atacarla (Jos. 6:2-5). A Gedeón, el guerrero sin experiencia, se le dijo que despidiera a la mayoría de sus hombres antes de la batalla (Jue. 7:2, 3). Todos ellos obedecieron y experimentaron el poder de Dios a su favor. No permita que la lógica humana le diga si debe obedecer el plan de Dios. Confíe en Él, como lo hicieron Pedro y aquellos otros fieles creyentes.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 21_2014 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Romanos 8:1

EL PLAN DE DIOS PARA QUITAR NUESTRA CULPA… La Biblia enseña que un aspecto de la obra del Espíritu Santo es convencer al hombre de su pecado (Jn. 16:8). Su propósito es apartarnos de nuestra iniquidad y dirigirnos a Dios. Pedro sintió un gran remordimiento después de negar tres veces a Jesús. Pablo cayó de rodillas en el camino de Damasco cuando Cristo lo confrontó. Ambos hombres respondieron a estas experiencias de culpabilidad arrepintiéndose y siguiendo a Jesús. Hubo un tiempo en que todos nosotros estuvimos muertos espiritualmente. La presencia del pecado estaba corrompiendo nuestra naturaleza humana desde adentro, cegándonos a la verdad espiritual. Con una voluntad dirigida a nuestro propio yo, y contra Dios, “éramos por naturaleza hijos de ira” (Ef. 2:3). En otras palabras, estábamos bajo condenación y enfrentando la muerte eterna, el pago exigido por Dios por nuestras transgresiones (Ro. 6:23). Por eso, en nuestro estado natural estábamos desconectados del Señor y dirigiéndonos a una separación eterna de Él. Éramos incapaces para cambiar nuestra situación, pero Dios tenía un plan que satisfaría Su justicia y nos colocaría en Su familia. Envió a Su Hijo, Jesús, para que fuera nuestra Substituto, para llevar nuestro pecado y nuestra culpa muriendo en nuestro lugar. Pero Jesús no sólo pagó nuestra deuda de pecado, sino que también Su justicia viene a ser nuestra desde el momento que ponemos nuestra fe en Él. El Espíritu Santo nos convence de pecado delante de Dios y, afortunadamente, no tenemos que estar separados de Él ahora o por la eternidad. ¿Ha recibido usted a Jesús como su Salvador personal? Si es así, reconozca entonces que su condición delante de Dios ha sido cambiada de culpable a inocente. 22


DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 22_2014 Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Salmo 40:1

COMO LIDIAR CON NUESTROS SENTIMIENTOS… La culpa se origina en un sentimiento de responsabilidad por una falta cometida. Ciertas convicciones de culpa las produce el Espíritu Santo para apartarnos del pecado y guiarnos a nuestro Padre celestial. Pero no todos los sentimientos de culpa son por acciones pecaminosas. La culpa falsa, que no es provocada por el pecado, puede surgir por razones, tales como frustración por nuestro desempeño, el sentimiento de vergüenza por hechos pasados o las críticas de los demás por nuestras expectativas no cumplidas o inclusive las experiencias de rechazo o los abusos sufridos en la niñez. La culpa falsa es un arma poderosa que utiliza el Enemigo para alejar nuestros pensamientos de Dios. Ya sea falsa o real, la culpa es una emoción que divide nuestra mente, drena nuestras energías y crea una sensación de inseguridad. Si se le permite seguir allí, podemos comenzar a dudar de la bondad de Dios y de su amor por nosotros; después de esto vendrán la depresión y la desesperanza. Para enfrentar esto, algunas personas desarrollan conductas compulsivas en un intento de sustituir la autorecriminación por algo placentero. Las compras, la comida, la televisión, la Internet y la actividad física en exceso son maneras comunes que usan las personas para tratar de librarse de sus pensamientos de autocondenación. Es importante enfrentar la culpa con rapidez. Háblele a Dios de esa emoción, e identifique su origen. Si usted ha violado la ley de Dios, pídale perdón y dé los pasos para cambiar su conducta. Si es una culpa falsa, confíesela a Dios y pídale que su pensamiento armonice con el de Él. El Señor ha prometido perdonar los pecados de Sus hijos y quitar su culpa.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 23_2014 Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Átalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón. Proverbios 3:3

LA GUÍA DE DIOS PARA UNA VIDA FRUCTÍFERA… Jesús dijo a Sus discípulos: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto” (Jn. 15:5). Si llevamos a cabo los planes de Dios por medio del poder de Su Espíritu, nuestra vida tendrá significado y se harán cada vez más evidentes dos características. Atesoraremos la Palabra de Dios en nuestros corazones. Cuando valoramos algo, pensamos en ello a menudo, lo estudiamos con regularidad y aprendemos lo más que podemos del mismo. Al estudiar la Biblia aprendemos muchas cosas importantes sobre nuestro Dios, entre ellas el carácter, el plan y las promesas Suyas. La meditación habitual de las Escrituras desarrolla nuestra capacidad de pensar bíblicamente, y profundiza nuestra relación con el Señor. Una de las señales de que atesoramos Su Palabra, es un cambio de conducta; nuestras decisiones serán guiadas cada vez más por Sus preceptos, y nuestras acciones reflejarán el fruto del Espíritu (Gá. 5:22, 23). Nos adornaremos de misericordia y verdad. En nuestra vida cristiana, estas dos virtudes deben ser nuestra compañía constante. La verdad de Dios tiene el poder de mostrar la falta de caridad en la actitud y la conducta. Cuando esto sucede, la presencia de la misericordia nos ayuda a evitar la discordia y la división en las iglesias. Dios quiere que hablemos la verdad unos a otros, pero suavizada con una actitud de amorosa compasión. La vida cristiana es una peregrinación llena de tentaciones, obstáculos y dificultades comunes al hombre (1 P. 4:12). Al mismo tiempo, debe caracterizarse por el fruto abundante que produce el seguir a nuestro Guía, el Señor.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 24_2014 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Proverbios 3:5

UNA VIDA FRUCTÍFERA… Dios nos ha creado con el anhelo de saber que nuestra presencia en este mundo tiene significado. También nos diseñó para encontrarla realización de ese deseo a través de Su Hijo Jesucristo. El centro de una vida abundante es la dependencia de Dios. Confiar en Él con todo nuestro corazón es darle el control de nuestras familias, finanzas, profesiones y todo lo demás. El pasaje de hoy enfatiza lo esencial que es la fe para una vida fructífera. Dios nos previene contra ser sabios a nuestros propios ojos, y nos advierte dos veces que no debemos apoyarnos en nuestra propia sabiduría (Pr. 3:5, 7). Cuando enfrentamos decisiones, tendemos a recopilar informaciones y a optar por la solución que consideramos correcta. Sin embargo, no podemos conocer todos los hechos o predecir con certidumbre cómo reaccionarán los demás. Pero Dios es omnisciente. Conoce nuestros corazones y percibe todos nuestros pensamientos (1 Cr. 28:9). Ninguna parte de nuestra vida escapa a su conocimiento (Sal. 11:4), y Él se interesa por todos nosotros. Por ser Dios omnisciente, sólo Él sabe con seguridad qué decisión es la que conviene a nuestras circunstancias. Otro aspecto de una vida abundante es reconocer a Dios en todo lo que hacemos. Hablar de Él es sólo una parte de lo que significa darle nuestro reconocimiento. Como Sus hijos, debemos tener un gran parecido a nuestro Padre celestial en pensamientos, actitudes y acciones. Nuestras prioridades deben reflejar las Suyas, y nuestros planes armonizar con Sus propósitos. La vida se vuelve fructífera cuando nos rendimos a Dios y hacemos Su voluntad. Al dejar que Su Espíritu viva en nosotros (Gá. 2:20), nuestras vidas se caracterizarán por el gozo.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 25_2014 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. 2 Corintios 7:1

UNA VIDA LIMPIA EN UN MUNDO CONTAMINADO… Cuando Satanás fue echado del cielo, se le dio dominio sobre la tierra por cierto tiempo. Como padre de mentira que es (Jn. 8:44), se opone a todo lo que tiene que ver con Dios. Y por estar todos nosotros hechos a la imagen de Dios, procura destruirnos. Bajo su gobierno, nuestro mundo se ha contaminado moral y espiritualmente. Venimos a este mundo físicamente vivos, pero espiritualmente muertos y en rebeldía contra Dios (Ef. 2:1, 2). Pero al confiar en Jesús como nuestro Salvador personal, recibimos una nueva naturaleza y somos adoptados en la familia de Dios. Antes de ser salvo, el hombre está esclavizado por el pecado y no puede librarse a sí mismo. Pero a través del Espíritu Santo que mora en él, los creyentes tienen el poder de decirle no al pecado y sí a Dios (Tit. 2:12). Por nuestra identidad como hijos de Dios, no podemos permitirnos una unión íntima con los incrédulos, porque no compartimos la misma naturaleza ni propósito. Como seguidores de Señor, estamos llamados a servirle como Sus embajadores, dando a conocer a nuestro Salvador y viviendo vidas piadosas. Debemos poner de lado nuestros deseos, y adoptar los de Dios. Además, debemos reconocer cuando hemos pecado y luego buscar Su perdón. Y, por supuesto, adoramos a Dios por medio de Su Hijo Jesús. Estos conceptos son todos extraños a alguien que no pertenezca a Cristo. Es prudente que los amigos más íntimos y los consejeros de confianza que tengamos, sean quienes han recibido a Cristo como su Salvador. Es sumamente provechoso que recibamos una orientación basada en la Palabra de Dios, y que tengamos buenos modelos que nos dirijan a Jesús.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 26_2014 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz. Efesios 5:8

ADVERTENCIAS DE DIOS EN NUESTRAS RELACIONES… Debido a que a los incrédulos carecen de conocimiento en cuanto a los caminos del Señor, sus opiniones y prioridades puede confundirnos. Los cristianos deben cuidarse mucho de las personas con quienes se relacionan en la vida. Para ayudarnos a comprender este principio, Pablo nos pide que consideremos qué tienen en común lo siguiente: la justicia con la injusticia; la luz con las tinieblas, y Cristo con Satanás (2 Co. 6:14, 15). La respuesta es obvia: nada en absoluto. La injusticia es la antítesis de la injusticia; las tinieblas huyen de la luz, y Jesucristo y el diablo están eternamente opuestos. Por la diferencia de naturaleza, los creyentes tampoco tienen nada en común con los incrédulos. Por fuera somos parecidos, pero por dentro totalmente diferentes. Usted pudiera preguntar: 1. ¿Y qué si mi cónyuge es una persona incrédula? Primera a los Corintios 7:13 aconseja que no se divorcie, y que sea una dulce fragancia de Cristo en su hogar. 2. ¿Cómo se aplica esto a los negocios? No es prudente asociarse con los incrédulos, puesto que las prioridades y perspectivas serán diferentes. Pero si usted ya ha hecho un arreglo irrevocable con un socio incrédulo, tenga la actitud de Cristo en todo lo que haga. 3. ¿En qué más debo tener cuidado? Este principio se aplica también cuando quiera unirse a organizaciones que se opongan al nombre de Cristo, o a iglesias que no vean la necesidad de tener una relación personal con Cristo. Hay que tomar en serio las advertencias de Dios, porque Él sabe cuáles serán las futuras consecuencias de nuestras equivocaciones.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 27_2014 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres. Tito 2:11

LA FUENTE DE NUESTRA ESPERANZA… La gente tiene muchas opiniones diferentes en cuanto a quiénes irán al cielo. Hay los que creen que la conducta ética y el carácter moral lograrán la aceptación automática de parte de Dios. Otros, aunque reconocen sus vicios y sus inclinaciones, dicen que su autosuperación les hará aceptables. Un tercer grupo cree que estarán excluidos del cielo por sus malas decisiones que han herido profundamente a otras personas. Ninguna de estas maneras de pensar se ajusta a la Palabra de Dios. La Biblia nos dice claramente que el carácter y la conducta no determinarán nuestro destino eterno; la barrera entre nosotros y el Dios santo, es nuestra naturaleza pecaminosa. Romanos 5:13 enseña que el pecado de Adán y Eva en el huerto del Edén hizo que toda la humanidad comenzara su vida física muerta a las cosas de Dios y bajo sentencia de condenación. Ninguna cantidad de buenas obras o de conducta moral podrá cambiar nuestra naturaleza pecaminosa. Ni tampoco puede la mala conducta hacer peor nuestra naturaleza. Sin la ayuda directa de Dios, estaríamos sin ninguna esperanza; la entrada al cielo nos estaría negada, y nuestro destino sería la separación eterna del Señor. Pero el Padre celestial tenía un plan para nuestra naturaleza pecaminosa y para llevarnos al cielo a vivir con Él. Envió a Su Hijo Jesús como nuestro sustituto, quien tomó voluntariamente sobre Sí mismo nuestros pecados y recibió el castigo que nosotros merecíamos. Lo que no éramos capaces de hacer, Dios lo hizo por nosotros, de modo que ahora, por la fe en Jesucristo, tenemos la seguridad de que viviremos para siempre con el Señor.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 28_2014 Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. Proverbios 22:6

UN PADRE QUE ENSEÑA… Se puede decir que ser padre es una “oportunidad de invertir”. El líder espiritual del hogar vierte enseñanza y disciplina sobre sus hijos para que maduren y se conviertan en hombres y mujeres conformes al corazón de Dios. Cuando un hijo ve a su padre de rodillas, aprende la importancia de confesar el fracaso, de servir con humildad y de vivir de acuerdo con las normas bíblicas. Enseñar requiere de instrucción con el razonamiento correcto. Es fácil decir: “Haz lo que te digo, porque yo soy tu padre”. Pero no se engañe pensando que dar órdenes es lo mismo que enseñar. Los hijos necesitan comprender el porqué deben comportarse de cierta manera. El apartar tiempo para explicar las razones que hay detrás de una petición o un castigo, crea un verdadero respeto a la autoridad y desarrolla en el hijo el reconocimiento de lo bueno y de lo malo. Los hijos llegarán a los límites que les hemos fijado, y muchas veces lo harán deliberadamente sólo para ver nuestra reacción. También actuarán con obediencia y buscarán nuestro apoyo y reconocimiento. Desde muy pequeños debemos enseñarles a esperar premios por su obediencia y consecuencias disciplinarias por su desobediencia. Esto puede hacerse fácilmente hablando de las decisiones que tomaron hombres y mujeres de la Biblia. Enseñar toma tiempo e involucra fidelidad a los principios de santidad. La recompensa bien vale la inversión que se hace en una enseñanza consecuente, y así los hijos no se apartarán de los caminos del Señor.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 29_2014 Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo. Filipenses 1:9-10

UN PADRE QUE ORA… Todo hijo necesita un padre que ore por él delante del Señor. Al asistir a sus actividades especiales, involucrarse con sus intereses y expresarle afecto, les demostramos a nuestros hijos que les amamos. Sin embargo, nada demuestra nuestro amor de una manera tan efectiva como la oración. Orar por y con nuestros hijos es parte de la responsabilidad de un padre. Nadie le hablará al Señor acerca de ellos con el mismo fervor que los padres. Por eso es importante dedicar tiempo para concentrarnos en necesidades específicas. Una oración apresurada como: “Por favor, bendice a mis hijos y protégelos” será honrada por Dios, pero no saciará la necesidad de intercesión que tienen nuestros hijos. Si un padre ora con su hija pidiéndole al Señor que traiga a la mente de ella el material que ha estudiado, ella podrá presentar el examen final confiada en la provisión de Dios y en el amor de su padre. Los adultos muchas veces no dan importancia a los problemas de los hijos, como los exámenes, las peleas con sus hermanos y los amores de adolescentes, considerándolos insignificantes en comparación con los problemas del “mundo verdadero”. Situaciones que a nuestros hijos les parecen inmensas, pueden ser para nosotros muy pequeñas. Pero un día, ellos tendrán problemas grandes, de adultos, los cuales tendrán que enfrentar, posiblemente mayores que los nuestros. El mejor bálsamo para sus adoloridos corazones seguirá siendo un padre que incline su cabeza en favor de ellos. Y, lo más importante, les habremos enseñado a ser hombres y mujeres de oración. Ante la cercanía del Día del Padre, dé a sus hijos un gran regalo: pregúnteles por qué cosas quieren que usted ore por ellos. 30


DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 30_2014 Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. Tito 2:1

INFLUENCIA MEDIANTE EL EJEMPLO… Los padres del Antiguo Testamento son una advertencia para los padres de hoy en cuanto a la influencia que tiene el ejemplo de un padre. Muchos hombres piadosos fracasaron como padres, y sus hijos pagaron un gran precio. Los hijos de Jacob copiaron su conducta manipuladora. El rey David descuidó la disciplina y, como resultado, varios de sus hijos se involucraron en actividades abominables. Su heredero, el rey Salomón, fue también un padre fatal, y uno de sus hijos participó en una rebelión contra él. A pesar de su fe, Jacob, David y Salomón fueron un ejemplo negativo para sus hijos. Lamentablemente, son más los ejemplos bíblicos de padres malos que de buenos. Pero los evangelios mencionan a un hombre cuyos hijos reflejan bien la buena crianza que les dio ese padre. No se nos dan detalles específicos en cuanto a la manera como Zebedeo formó a los discípulos Jacobo y Juan, pero él es importante porque hizo lo que muchos cristianos tratan de hacer hoy: criar hijos obedientes a Dios. La enseñanza de Zebedeo preparó a sus hijos para una vida de comunión íntima con el Mesías. Es razonable suponer que fue un modelo de disciplina, de respeto por la autoridad y de perseverancia, porque sus hijos demostraron esas cualidades cuando siguieron a Jesucristo. Sus hijos reflejarán las cualidades que vean en usted. Viéndolo cada día, sabrán en realidad quién es usted, aunque el resto del mundo sea engañado al ver sólo una fachada. Sus hijos observan sus actitudes en cuanto a su trabajo y a los asuntos de la casa. Esas orejitas graban la manera como usted habla a los demás, y esos ojitos notan su respuesta a las circunstancias difíciles. ¿Qué clase de ejemplo están viendo sus hijos?

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA ENERO 31_2014 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron. Mateo 4:22

IMITAR LA FE UN PESCADOR... El Evangelio de Mateo no habría mencionado tanto al padre de Jacobo y Juan, de no haber sido él de una influencia significativa. Pensemos en cómo el trabajo de Zebedeo le permitió ser un modelo de atributos paternales, y en cómo los padres de hoy pueden seguir su ejemplo. Un pescador debe ser valiente. El mar de Galilea es una peligrosa extensión de agua sobre la cual se forman rápidamente tormentas terribles. La vida puede ser así, también: en un momento hay calma, y después es agitada por violentas tormentas. Huir cuando una situación se vuelve incontrolable o rendirse cuando no nos gusta el desarrollo de los hechos, enseña a los hijos a ser cobardes. Pero los padres que ponen su confianza en el Señor pueden enfrentar con valentía los tiempos difíciles. Un pescador debe ser decidido. El momento oportuno es importante en la pesca y esencial en la vida. Los padres inteligentes son un modelo de oración y planificación cuidadosas, pero los hijos deben también vernos seguir hasta el final y hacer decisiones. Algo en el que no debe haber dudas, es si vamos o no a obedecer a Dios. Si les estamos diciendo a nuestros hijos que el Señor es bueno y fiel, debemos respaldar nuestras palabras con una decidida obediencia. Un pescador debe ser paciente. No hay un momento específico para que los peces muerdan el anzuelo o caigan en la red. En nuestro apresurado mundo del todo instantáneo, nos olvidamos de la importancia de la paciencia. Nosotros no podemos predecir el plan de Dios, y los padres inteligentes harán bien en enseñar a sus hijos e hijas cómo esperar en Él. Los hijos de Dios siguen el ejemplo de un padre piadoso. ¿De qué está usted siendo ejemplo para sus hijos?

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