A las comunidades de la periferia de esa Colombia profunda, tantas
veces olvidada, gracias por compartir con nosotros su poder.
A los donantes, socios y tutores, gracias por hacer este proceso parte de su proyecto de
vida y creer en un nosotros, no a pesar, sino a partir de las diferencias que nos unen.
A los líderes y comunidades de la diáspora africana, que han sido
inspiración y un espejo permanente de un proceso global.