Mancomunidad de Nor-Oriente Diagnóstico Integral Multidimensional poblados y casi siempre aledaños a zonas naturales, en presencia de fuentes de agua (ríos) y bosques, contribuyendo a la diseminación de contaminantes a los ecosistemas. Un problema de importancia, es la falta de una cultura de reciclaje en la población, con lo cual los volúmenes de basura han aumentado a límites alarmantes difícilmente manejables por las autoridades responsables. Muchos de los ríos aledaños a los poblados, reciben descargas de las aguas servidas (aguas negras y aguas mieles-beneficio de café), sin recibir el más mínimo tratamiento, no importándoles la contaminación de las aguas naturales y la destrucción de la flora y la fauna asociada a las fuentes de agua (PDM-SEGEPLAN). Las aguas de los ríos importantes (Río Motagua, Río Grande de Zacapa, Río Shutaque, Río San José, Río Jupilingo, Río Olopa, Río Ostúa) han mostrado presencia de Echerichia coli, lo cual evidencia la contaminación por heces fecales, lo cual las hace no aptas para el consumo humano (DIM Trifinio, PIDET). Riesgos Debido a los orígenes geológicos de Centroamérica, a la conformación geológica (falla del Motagua) de la región, y a la ubicación geográfica próxima al océano Atlántico, la Mancomunidad de Nor-Oriente es altamente vulnerable a la Ocurrencia de fenómenos naturales excepcionales, desastres naturales, sismos, terremotos, huracanes, deslaves e inundaciones, tormentas y depresiones tropicales (SEGEPLAN, 2003). Los últimos grandes eventos ocurrieron en el año 2,010 y año 1,998 cuando la Región fue afectada por la tormenta tropical Agatha y Huracán Mitch respectivamente, las cuales dejaron graves pérdidas en vivienda, salud, producción agrícola, pesquera e infraestructura vial. Se estima que los fenómenos afectaron fuertemente a más de 30 comunidades en la Sierra del Merendón, Sierra del Espíritu Santo, Sierra de Las Minas, provocando deslaves y azolvamiento de ríos. En el tema de deslizamientos, azolvamiento de ríos, deslaves e inundaciones, es importante citar, que muchas cuencas y microcuencas de la mancomunidad han sufrido alteraciones al sucederse lluvias torrenciales. Podemos citar en el Sub-territorio I, la cuenca del Río Shutaque (municipio de Chiquimula y San Jacinto), las microcuencas del Río Tacó, Río Shusho (municipio de Chiquimula), microcuenca de la Quebrada San Juan (municipio de Chiquimula y Zacapa), cuenca del Río Grande de Zacapa, microcuencas del Río el Riachuelo, Quebrada Agua Blanca (municipio de Zacapa), que han mostrado sucesos importantes que han afectado la vida de los pobladores de dichos municipios. Estos fenómenos que en los últimos cinco años, se han sucedido anualmente, son una alarma que detecta el mal manejo de las Cuencas y la inexistencia de programas serios que ataquen el origen del problema. La CONRED, ha reportado dichos sucesos y tiene identificados los sitios en donde se suceden los deslaves, pero por falta de presupuesto únicamente se circunscribe a intervenir posteriormente a la ocurrencia de dichos sucesos, y no a la intervención oportuna en la prevención de dichos eventos (Entrevista Gobernación departamental de Chiquimula).
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