La lectura es la base de la educación y la educación es
el factor esencial de igualdad social en el mundo moderno: igualdad social como igualdad de oportunidades, como igualdad legal y como igualdad en la participación política. Por ello, si el desarrollo de esta habilidad, de esta técnica peculiar, se hace en forma que genera nuevas desigualdades, sobre todo porque reduce la lectura de los sectores más populares a sus elementos más pragmáticos, y se contenta con competencias limitadas en tales medios, su función igualitaria se destruye, y se convierte en un nuevo factor discriminador.