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CENTRAL Ficti
Y la retahíla siguió. Fue como un déjà-vu pero esta vez sin las babitas de emoción, y los farsantes de antes eran los fictis de ahora. La búsqueda de lo auténtico en oposición a lo falso y la presentación de lo falso como auténtico, son temas de vieja data y siempre vigentes en las esferas del arte y la filosofía. Por lo mismo, hablar de estos asuntos es un poco llover sobre mojado. Pero vale. Stendhal, escritor francés del siglo XIX y considerado padre del Realismo, era famoso entre otras cosas por su obsesión con lo auténtico. Probablemente haya heredado su pasión de Rousseau, a su vez padre del Romanticismo, que en su momento también se obsesionó con la sinceridad. Estos notables padres compartieron una idea importante: la de que la conciencia de uno mismo, la capacidad de percibirse, era algo fundamental para alcanzar lo verdadero y lo auténtico. Pero la cuestión no quedó para nada resuelta con ellos, porque de ahí en adelante todos los movimientos artísticos y culturales han pasado por la misma fijación y búsqueda, así no haya sido la única, y así unos y otros se hayan rechazado, redefinido, reincorporado, referenciado, reutilizado o parodiado. Algo así como en un largo capítulo de Los Simpsons, con todo y sus gags. Y en esta época de redes sociales el asunto está lejos de resolverse. El año pasado se lanzó Beme, una red social creada por Casey Neistat, un tipo crespo y cara de buena gente, que ya era una celebridad en los VidCon. Beme, va por la línea de Snapchat, Periscope y Meerkat, todas ellas parte de una supuesta revolución en las redes sociales a favor de lo Raw, o sea, el contenido crudo, sin refinar ni editar y sin tanto artificio como el que se publica en Facebook, Instagram, o incluso Vine. En Beme no se reciben ni likes ni corazones, por lo que la eterna búsqueda de aprobación parece solucionada. A cambio de los 4 segundos de video sin editar, el público manda selfies que al momento también se perderán en el éter. No hay mejores palabras para decir de qué se trata la tal revolución de lo Raw que lo que escribió al respecto Alex Kantrowitz para BuzzFeed News: “estas redes tratan más sobre lo inmediato y lo íntimo que sobre la construcción de una imagen pública. Son acerca de pasar el momento de una forma desestructurada, sin pulir. Los contenidos son ásperos, más reales”. Más reales. Curioso. Uno pensaría que algo es real y ya, como lo verdadero, y que si algo es menos de lo uno o lo otro, entonces ya no es ni lo uno ni lo otro. Pero qué rollo. El mismo Neistat dice en la presentación de Beme: “las redes sociales deberían ser una versión digital, virtual, de quiénes somos en realidad, en vez de esta versión altamente esculpida, calculada y calibrada, contada a través de
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