DOMINGOS El domingo pasa lento y despiadado cantando tristezas llevando y trayendo silencios. Melancólico, frío y sin lluvia gris distante, solitario para quienes siempre hemos sabido abrazar ausencias. Se impone sutilmente con los gritos de los niños que juegan en la calle, con las horas de rostros repetidos. Empieza a morir la tarde y las nubes cubren la desnudez del cielo. Así son los domingos en este cuerpo que se extiende y se olvida de sí mismo. Este domingo duele y ya vienen los otros, se anuncian con tu ausencia.
SUR Cuando el amor estuvo en el cuerpo y ahora habita tierras lejanas, no hay puentes que convoquen a los desaparecidos besos.
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