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Relaciones de causa y consecuencia
Entre las acciones de un texto pueden establecerse relaciones lógicas, es decir, relaciones en las que una acción es causa de otra, que es la consecuencia de esa acción. Para marcar esas relaciones, existen palabras que funcionan como conectores. Tipo
Características
Ejemplos
Conectores de causa
Identifican los motivos que provocaron determinado hecho.
Porque, como, pues, debido a, a causa de, ya que, dado que…
Conectores de consecuencia
Anuncian los efectos y resultados que provocó alguna acción.
Por eso, en consecuencia, por lo tanto, por consiguiente, entonces.
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Incorporen en el texto “Veo gente muerta” ejemplos de conectores de causa y de consecuencia. Subrayen con rojo las causas y con azul las consecuencias que relacionan.
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El siguiente fragmento plantea una situación inicial: Adolfo se niega a llevar su bolsa de dormir al camping. Indiquen cuáles podrían ser las causas o consecuencias implicadas en esa situación y expliquen el por qué. En caso de que encuentren algún conector de causa o consecuencia, recuerden rodearlo con color.
Todo comenzó por culpa de Herminia, mi hermanita menor. Cuándo no. Su última hazaña fue manchar con mermelada la bolsa de dormir que uso en los campamentos escolares. Lo grave es que yo estaba a minutos de irme al camping municipal con mis compañeros de colegio. Para limpiarla, y que nadie notara el accidente, mi hermanita no tuvo mejor idea que pasarle un trapo con lavandina pura. Conclusión: reto de mamá para Herminia, llanto, explicaciones y pelea familiar. Y mi bolsa de dormir… decolorada y con un olor apestoso.
Me negué a llevar al campamento una bolsa manchada, que olía a pis de gato (porque ese es el olor de la lavandina).
Entonces tuve una idea genial. O, mejor dicho: en ese momento me pareció genial, porque la desesperación, ahora lo sé, es mala consejera.
Fui hasta la casa de mi abuela, que vive a la vuelta de casa, a pedirle su propia bolsa: una especie de reliquia familiar, que ella guardaba en el sótano, sin permitir que nadie la usara. Enseguida me recordó el porqué.
—De ningún modo, Adolfito. Esa bolsa está maldita. O encantada. El último que la usó fue tu tío Pablo, y mirá cómo quedó el pobre. “La tumba del monstruo” en La mecedora del fantasma y otros misterios sin resolver de Franco Vaccarini, col. Azulejos, Serie Naranja, 1ra ed-6ta reimp©2015, Editorial Estrada S.A.
a. Causas: b. Consecuencias:
Capítulo 2: El cuento de terror
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