Bloque 4 • Capítulo 8
La religión griega Los primeros griegos eran politeístas, creían en muchos dioses, que tenían forma humana. Los dioses podían ser hombres o mujeres, con defectos y virtudes propios de los humanos, por eso se dice que esta religión era antropomorfa. Los griegos imaginaban a los dioses formando familias entre ellos, y en ocasiones relacionándose con los seres humanos. Entre los dioses existía un orden jerárquico, y los más importantes eran llamados olímpicos, porque habitaban en el monte Olimpo, la montaña más alta de Grecia. Los principales eran: Zeus, el dios del rayo; Hera, protectora de los matrimonios y los nacimientos; Poseidón, dios de los mares; Ares, el dios de la guerra; Afrodita, diosa del amor; Apolo, dios de las artes, y Hermes, el mensajero de los dioses. Cada polis tenía su propia divinidad protectora; por ejemplo, Atenea era la diosa protectora de Atenas. También existían figuras menores, como los semidioses y los héroes como Ulises o Hércules, cuyas vidas eran para Ampliar
El templo del oráculo En la ciudad de Delfos se construyó un templo en honor al dios Apolo, al cual acudían los griegos desde muy lejos para consultar y recibir las predicciones de la pitonisa, conocida también cono oráculo de Delfos. El templo de Apolo era considerado por los antiguos griegos el “ombligo del mundo”, ya que, según el mito, Zeus había soltado dos águilas en extremos opuestos del planeta y estas volvieron a encontrarse en Delfos; el lugar del encuentro fue señalado con una piedra llamada omphalos, que significa ombligo. Plato decorado, del año 430 a. C., en el que se representa a Egeo, rey mítico de Atenas, consultando a la pitonisa en Delfos.
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narradas a través de los mitos. Estos mitos eran creencias que se transmitían de generación en generación, y explicaban el origen del universo, de los fenómenos naturales y de los dioses. El conjunto de estas creencias se llama mitología.
El culto a los dioses Los griegos realizaban distintos ritos para pedir ayuda y consejo, y para agradecer a los dioses. Existían dos ámbitos en los que se desarrollaban las creencias: el culto privado y el culto público. El culto privado era familiar y se celebraba en los hogares. Cada casa tenía un altar para venerar a los dioses en el que se desarrollaban los rituales, que consistían en oraciones y ofrendas. El culto público era oficial y propio de cada polis. Se realizaban fiestas en honor a los dioses, dirigidas por sacerdotes y magistrados, en las que participaba toda la población a través de oraciones, ofrendas y sacrificios. Las fiestas más importantes eran las que reunían a todos los griegos, llamadas panhelénicas, entre las que se destacan los Juegos Olímpicos, que se realizaban cada cuatro años. Los ritos oficiales tenían lugar en el templo, que era la casa de los dioses. Se creía que del éxito del culto dependía el bienestar de la comunidad, y si los dioses no quedaban satisfechos con lo que se les había ofrecido, podían desencadenar verdaderas catástrofes. Las polis tenían templos para los dioses olímpicos y templos destinados a su deidad protectora, como el Partenón en Atenas. Los griegos también consultaban a los oráculos, para conocer la voluntad de los dioses. Allí, una mujer que hacía de intermediaria entre los dioses y los seres humanos, la pitonisa, pronunciaba unas palabras que eran interpretadas por los sacerdotes y luego comunicadas a quienes habían realizado la consulta.