Los seres vivos y su entorno En la Tierra existen millones de seres vivos diferentes que pueden ser muy pequeños, como las bacterias, o muy grandes, como las ballenas. Cada uno posee ciertas propiedades que lo caracterizan, pero todos comparten una particularidad fundamental: tienen vida. ¿Cuáles son las propiedades que determinan que un ser tenga vida y que se diferencie de algo inanimado, como una piedra? En líneas generales, los seres vivos se distinguen por cumplir tres funciones: se nutren, se reproducen y establecen relaciones entre sí y con el medio que los rodea. La función de nutrición está relacionada con el crecimiento: los seres vivos deben incorporar materiales y energía de su entorno para fabricar las partes que los conforman y reparar tejidos dañados y, como resultado de su funcionamiento interno, liberan al ambiente materiales y energía residual. La función de reproducción determina que todos los seres vivos tengan la capacidad de dejar descendencia, es decir, de producir individuos parecidos a sí mismos. Por último, los seres vivos se relacionan entre sí y con su entorno a través de distintos comportamientos, por ejemplo, la competencia por algún recurso, la búsqueda de alimento o el cuidado de las crías. Cada individuo, además de cumplir las funciones vitales, posee ciertas características que determinan que pertenezca a una especie. Los seres humanos, por ejemplo, pertenecemos a la especie Homo sapiens. Los individuos de una misma especie que viven en un mismo lugar al mismo tiempo constituyen una población. Estas no están aisladas, sino que se desarrollan y se relacionan con poblaciones de muchas otras especies, y así conforman una comunidad. Por último, las comunidades interaccionan con factores del ambiente (como la temperatura, la luz y la disponibilidad de agua) y determinan un ecosistema.
Los hongos son seres vivos que se nutren a partir de otros seres vivos.
Los seres vivos en el ambiente
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