

Educación :
diseño industrial
2021- Actualidad Pontificia Universidad Católica del Perú.
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@mar.sktch
Luzmar_chafloque
Luzmar Chafloque
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Español - nativo Inglés - intermedio
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Un poco sobre mi
Hola!, mi nombre es Luzmar y como diseñadora industrial, encuentro en el diseño una forma de dar vida a ideas que conectan con las personas.
Para mí, el diseño no es solo crear objetos bonitos, sino soluciones que realmente hagan la diferencia en el día a día. Me inspira descubrir historias detrás de los materiales y procesos, y convertirlas en productos que las personas puedan valorar y disfrutar. Creo en la importancia de los detalles, en explorar nuevas posibilidades y en diseñar con propósito, siempre buscando que cada proyecto tenga un impacto positivo y significativo.
La colección "Terracota" celebra el rico patrimonio cultural y la artesanía de Casa Rosada, fusionando técnicas tradicionales con una estética contemporánea.
Santo Domingo de los Olleros, ubicado a 2830 msnm, es un lugar donde la tradición alfarera ha perdurado a pesar de los desafíos. En esta meseta, el clima es templado y seco, posee un paisaje rocoso y silencioso, interrumpido solo por las lluvias de enero a marzo.
La comunidad, antiguamente sé dedicó intensamente a la alfarería, y de hecho, el nombre "Olleros" hace referencia a los artesanos fabricantes de ollas de barro, pero tras la reducción de población y factores externos estas practicas se han ido perdiendo.
Casa Rosada, es una comunidad ubicada en Santo Domingo de los Olleros, donde las costumbres y tradiciones locales están profundamente arraigadas en la vida rural. En esta comunidad viven Elizabeth, Erika, Elena y Bertha quienes aún practican el arte de la céramica.
La tradición alfarera de Santo Domingo de los Olleros, con raíces prehispánicas, ha sido históricamente una actividad femenina transmitida de generación en generación. Antes era quemada al aire libre con bosta de vaca, logrando piezas rojizas únicas. Antiguamente, las piezas se decoraban con incisiones y sellos, técnicas y formas que hoy están en peligro de desaparecer, reflejando el riesgo de extinción de esta rica tradición artesanal.
El problema con el mercado en la cerámica de olleros
La cerámica de Santo Domingo de los Olleros enfrenta un desafío en el mercado actual: aunque la demanda de productos cerámicos para la gastronomía ha generado ingresos para las artesanas, ha impulsado una producción estandarizada que amenaza su identidad cultural. La presión por producir en masa ha llevado a la pérdida de elementos únicos como los sellos tradicionales y la variedad de formas, comprometiendo la esencia y la herencia cultural de Olleros. Es crucial revitalizar las tradiciones y promover una producción que respete y celebre el arte de las artesanas, priorizando autenticidad sobre cantidad.
Elizabeth, artesana ceramista, empezó su viaje en el mundo de la artesanía a los 15 años.
Desde entonces, ha encontrado en la cerámica no solo una fuente de ingresos, sino también
su mayor pasión y una forma de relajación. Para Elizabeth, la cerámica es más que un oficio,
es un pasatiempo que le brinda una profunda satisfacción personal.
La cerámica de barro en Santo Domingo de los Olleros, enfrenta desafíos que amenazan sus tradiciones ancestrales. La estandarización impulsada por el mercado ha homogenizado los productos, y las nuevas generaciones muestran poco interés en aprender las técnicas. Artesanas como Elizabeth dependen de intermediarios, lo que limita sus ingresos y control sobre precios. La falta de visibilidad y apoyo dificulta que el público valore el esfuerzo detrás de cada pieza, y la escasa presencia en plataformas digitales impide que su arte llegue a más personas. Para preservar esta tradición, es crucial revalorar la cerámica y apoyar a las artesanas, destacando su trabajo como un patrimonio cultural.
La historia de cada pieza comienza cuando cada mes, las artesanas suben a 2800 msnm para extraer material, que ha sido parte de su vida durante siglos.
El proceso sigue cuando el barro es filtrado con mallas finas, eliminando impurezas para obtener una arcilla limpia y lista para moldear.
Previo al modelado el barro debe ser amasado para poder logar una textura que permita que este sea maleable.
El modelado se hace utilizando herramientas tradicionales y sus propias manos, ellas crean formas, como ollas y jarrones, cada uno con una historia que contar.
La decoración comienza cuando las artesanas presionan cuidadosamente los sellos en la arcilla húmeda, incorporando simbología ancestral en cada pieza.
Las texturas toman vida cuando las artesanas bruñen con piedra de río para un acabado liso o raspan suavemente la superficie para crear un efecto rugoso.
El proceso culmina en el horno de ladrillos, donde las piezas se cuecen a fuego lento, adquiriendo la resistencia y los tonos únicos que las caracterizan.
El proceso creativo comenzó con la elaboración de los primeros moodboards, donde se exploraron referentes de tipologías de productos, texturas y acabados. Estas ideas iniciales sirvieron como base para definir los jarrones decorativos.
El diseño de la colección rescata símbolos ancestrales, plasmándolos en cada pieza como un homenaje a la identidad cultural de Santo Domingo de los Olleros.
El set también busca recuperar formas que las artesanas dejaron de hacer, reinterpretándolas para adaptarlas a un diseño contemporáneo.
Colección Terracota
El proceso de exploración fue un ejercicio de codiseño en el que las artesanas participaron activamente en la ideación.
A través de bocetos y discusiones conjuntas, se definieron formas, texturas y detalles decorativos que conectan la tradición con un enfoque contemporáneo. Este intercambio de ideas permitió reinterpretar las formas tradicionales y adaptarlas a un diseño que respeta la herencia cultural mientras responde a las demandas actuales del mercado.
Pieza 1
Jarrón raíces.
Dimensiones: 28 cm x 45 cm.
Pieza 2
Jarrón esencia
Dimensiones: 20 cm x 40 cm.
Pieza 3
Jarrón memoria.
Dimensiones: 29 cm x 30 cm.