Nosotros, los niños futboleros nacidos en los años 80

niños futboleros años 8 nacidos en los

Ligas, copas y mundiales de 1980 a 2010 para vibrar de nuevo con esos entrañables recuerdos de nuestra infancia y juventud

Entrevista a Juan Carlos Valerón .............................................................................................. p. 6

Dijeron p. 8

1980-1981 Liga • El secuestro de Quini • Arconada, el muro de la Real p. 10

1981-1982 Liga • La hazaña del Aston Villa • Paolo Rossi: de villano a héroe p. 14

1982-1983 Liga • El fichaje del «Pelusa» • Hugo Sánchez, «Hugol» p. 20

1983-1984 Liga • El 12-1 a Malta

• Michel Platini, amo y señor del campo p. 24

1984-1985 Liga • La «Tragedia de Heysel»

• Maradona, un dios en Nápoles p. 28

1985-1986 Liga • «La Quinta del Buitre»

• Emilio Butragueño: «El Buitre de la Quinta» p. 32

1986-1987 Liga • La Liga del play-off • Paulo Futre, leyenda colchonera p. 38

1987-1988 Liga • La Eurocopa se tiñe de naranja

• Marco van Basten, delantero total p. 42

1988-1989 Liga • El Milan de Sacchi • Bernd Schuster: rebelde con causa p. 46

1989-1990 Liga • La «Tragedia de Hillsborough»

• Bebeto, rey de América… y de Coruña p. 50

1990-1991 Liga • El Dream Team de Cruyff

• Jean-Pierre Papin, «El lobo blanco» ............................................................................. p. 56

1991-1992 Liga • El Barça conquista Europa • Brian Laudrup, el gran danés p. 60

1992-1993 Liga • 50 años de Carrusel Deportivo

• Hristo Stoichkov, «El Pistolero» p. 64

1993-1994 Liga • El Súper Dépor • Raúl González Blanco, el eterno capitán p. 68

1994-1995 Liga • El gol de Nayim • George Weah, el orgullo de África p. 74

MUNDIALES

JUAN CARLOS VALERÓN

«Para todos los niños el fútbol era el juego con mayúsculas»

Texto: Susana Carrizosa

Considerado uno de los mejores jugadores españoles de la histor ia, Juan Carlos Valerón supo desde niño que solo desde el esfuerzo y el trabajo duro se pueden alcanzar las metas, pero que finalm ente es la selección natural, aliada al talento, la que abre la puerta al éxito.

¿Cómo supo que quería ser futbolista?

No lo sabía. Recuerdo que de pequeño solo pensaba en jugar al fútbol. Nos juntábamos en el colegio, con mis hermanos y con los amigos. Como niño, vivía en el presente y no pensaba que me podría ganar la vida de mayor con este juego que nos absorbía por completo. Para todos los niños era el juego con mayúsculas.

¿Qué significaba el fútbol para un niño de la España de los 80?

El fútbol lo era todo en nuestra infancia. Especialmente en Canarias, donde el clima siempre te deja disfrutar del deporte al aire libre. No hacíamos otra cosa fuera del colegio. A veces practicábamos otros deportes, pero siempre al dictado de la televisión. Si se jugaba el Roland Garros, pues le dábamos al tenis, y si salía Induráin, pues todos a montar en bicicleta.

¿Qué ídolos futbolísticos tenía de pequeño?

No he sido niño de ídolos. Cuando empecé a jugar, era la época del Barcelona de Johan Cruyff, para mí uno de los mayores referentes del fútbol. Fue una figura que me hizo disfrutar muchísimo de este deporte, de partidos únicos, de tardes maravillosas con un balompié que se disfrutaba de verdad.

¿Cómo era usted de niño? ¿Con qué soñaba?

Tuve una infancia muy buena. Fui un niño feliz. Era, y sigo siéndolo, muy familiar. Al ser el pequeño de seis hermanos, me lo pasaba muy bien. Jamás pensaba ni me planteaba el futuro. Vivía el presente con mis padres, cinco hermanos y una hermana. Jugaba mucho al fútbol, y entonces me fichó el Club Deportivo Arguineguín.

¿Qué le cambió con ese primer fichaje?

Todo comenzó a encajar. Empecé a jugar en Tercera, y mi hermano mayor, Miguel Ángel, en una categoría superior. Fui pasando por todas las categorías. Me gustaba jugar al fútbol, no tenía ninguna duda. Pero lo que cambió en mí es que empecé a darme cuenta, siendo jovencito, de que se me daba bien y que tenía buen nivel.

¿Qué sucedió entonces?

Me fichó la UD Las Palmas para la categoría juvenil. Y todo dio un giro de 360º. Al entrar en un equipo profesional, enseguida experimentas la diferencia entre jugar y ser profesional. En este club permanecí cuatro años. Debuté en el primer equipo a los 20 años. Me hicieron la ficha profesional cuando ascendió de Segunda B a Segunda. Fue algo histórico

que viví en primera persona. Después de cuatro años, me fichó el Mallorca, donde pasé mi primer año en Primera División.

¿Cómo fue el cambio al fútbol profesional?

Mi primer partido como titular me salió bastante bien y me di cuenta de que estaba preparado para hacer carrera. Viví experiencias nuevas, pero reconozco que el cambio de categoría me costó mucho y me fui adaptando poco a poco. Jugar en el Mallorca me supuso salir de casa. Fue muy duro y muy difícil porque, como he dicho, soy el pequeño de una familia numerosa y tenía mucho apego a los míos.

¿Y qué le supuso fichar por el Atlético de Madrid?

Tras un año en el Mallorca, fichar por el Atlético fue como un sueño. No me lo podía creer. Estaba en uno de los equipos grandes, y nada menos que en Madrid. Fue un salto importante y único. En esa etapa viví cosas positivas y otras negativas, que, sin embargo, me enseñaron mucho. Su descenso fue una experiencia de la que aprendí bastante. Recuerdo que jugábamos con mucha presión. Los jugadores sentíamos una responsabilidad enorme y esto, si te lo tomas en serio, te hace crecer como jugador. En realidad, había dos

opciones: venirte abajo o hacer frente a la adversidad. En esta etapa gané mucha fortaleza a nivel mental.

Y llegó su traslado al Dépor…

Tras dos años en el Atlético, volví a Primera División al ficharme el Deportivo de La Coruña. Fue una etapa de reencuentros, ya que coincidí con jugadores de la etapa de Las Palmas, como el «Turu» Flores y Manuel Pablo. Uno de los momentazos del equipo fue el partido que nos colocó como ganadores de la Copa del Rey frente al Real Madrid de Figo, Raúl y Michel Salgado celebrado en el Santiago Bernabéu, el 6 de marzo de 2002. Pasó a la historia del fútbol como el «Centenariazo».

¿Qué balance hace de su vida futbolera?

Desde aquel niño que jugaba en su barrio al fútbol hasta la etapa como futbolista profesional, hubo un proceso en constante avance. Un proceso coronado, afortunadamente, de muchos éxitos, con situaciones y momentos únicos e irrepetibles. Sin embargo, lo que más me marcó fue vivir esa trayectoria que te convierte en jugador profesional. En mi opinión, es la etapa más bonita. Vivir el esfuerzo, el trabajo duro, experimentar la ilusión de llegar...

1980-1981

El que avisa no es traidor. Y vaya si avisó la Real Sociedad cuando la temporada pasada a punto estuvo de

Con una plantilla formada por jugadores en su mayoría procedentes de la cantera realista, Alberto Ormaetxea volvió a armar un equipo compacto, bastante eficaz de cara al gol y muy férreo en defensa, al que era harto difícil marcarle. De hecho, como en la Liga anterior, la Real volvió a ser el equipo menos goleado del campeonato, con solo 29 tantos encajados. De todo ello es obligado echarle la culpa a aquel once legendario que pocos realistas han podido olvidar. Es decir: Arconada (de nuevo Trofeo Zamora), Olaizola, Górriz, Cortabarría, Celayeta, Zamora, Diego, Perico Alonso, Satrústegui, Ló

pez Ufarte e Idígoras; sin olvidar, por supuesto, a Bakero y Larrañaga, los dos jugadores de la Real B que esa temporada ascendieron al primer equipo. De lo que no cabe duda es de lo apasionante que fue aquella Liga, con seis equipos en un puño aspirando a todo

durante gran parte del campeonato. Entre ellos, además de la Real y del Madrid, el Atlético de Madrid, que fue líder nada menos que en 26 jornadas, el Valencia, el Barcelona y hasta el Betis. Finalmente, eso sí, el gran duelo lo sostuvieron, hasta el último minuto, donostiarras y madridistas, que terminaron el campeonato empatados a 45 puntos, aunque el goal average particular le dio al equipo txuri­urdin el primer gran título de su historia, dejando al margen aquella ya lejana Copa de España lograda en 1909, o sea, en el primer año de su fundación. Por cierto, lo de «hasta el último minuto» fue tal cual. Y es que ambos equipos llegaron a la última jornada con opciones de llevarse la Liga. Para ello, los merengues necesitaban vencer al Valladolid en Zorrilla y que la Real perdiese en El Molinón ante el Sporting. El primer requisito se cumplió: 1 ­ 3 ganó el Madrid. Pero el segundo fue de infarto: cuando el partido en Valladolid ya había concluido, la Real perdía 2 ­ 1 en Gijón, lo que momentáneamente le daba el título al Madrid. Pero en el minuto 89, en una embarullada jugada, Jesús Mari Zamora logró batir la portería sportinguista, estableciendo el 2 ­ 2 definitivo y, con ello, que la Real ganara una histórica Liga que celebraba su 50.º cumpleaños.

El delantero azulgrana Quini levanta la Copa del Rey después de que el Barça derrotara 3-1 al Sporting de Gijón en la final disputada en el Estadio Vicente Calderón.

Otras cosas que pasaron

EL SECUESTRO DE QUINI

La bomba informativa de 1981 fue, sin duda, el secuestro de Enrique Castro, «Quini», entonces ya jugador del FC Barcelona, que mantuvo en vilo a toda España durante veinticinco días. Como si del argumento de una novela policiaca se tratara, todo sucedió el 1 de marzo de 1981 cuando, después del partido Barcelona­Hércules, Quini se dirigía al aeropuerto para recoger a su esposa y a sus dos hijos. En ese momento, fue abordado por unos individuos que, a punta de pistola, lo obligaron a subir a un vehículo y lo trasladaron a Zaragoza. Enseguida se montó

un amplio dispositivo policial de búsqueda, que acabó teniendo un feliz desenlace el 25 de marzo, curiosamente casi a la misma hora en la que, en un partido amistoso, la selección española derrotaba 1­2 a la de Inglaterra en Wembley. Como rezaba el titular de La Vanguardia del 27 de marzo: «Quini regresa a casa». Y desde luego que regresó: Pichichi de la Liga, autor de dos de los goles del 3­1 del Barça al Sporting en la final de Copa, y del 2­1 definitivo ante el Standard de Lieja con el que los culés conquistaban la Recopa de Europa.

Quini, sobre sus secuestradores

Campeón de la Copa de Europa 1980-81: Liverpool FC

Balón de Oro 1981: Karl-Heinz Rummenigge (Bayern de Múnich)

Y MIENTRAS TANTO, EN 1981...

23 de febrero: Se produce en España un intento de golpe de Estado, con la irrupción en el Congreso de los Diputados de miembros de la Guardia Civil. 24 de febrero: El cineasta español Carlos Saura gana el Oso de Oro del Festival de Cine de Berlín con la película Deprisa, deprisa. 10 de mayo: El socialista François Mitterrand gana las elecciones presidenciales en Francia. 22 de junio: En España, el Congreso de los Diputados aprueba la Ley del Divorcio. 29 de julio: El príncipe Carlos de Inglaterra, heredero al trono británico, contrae matrimonio con Lady Di. 11 de octubre: Se emite en TVE el primer capítulo de la serie Verano azul, dirigida por Antonio Mercero.

«Creo que eran buena gente; equivocados, pero buena gente»

Arconada, el muro de la Real Sociedad ZOOM

Dos días antes de cumplir 35 años, o sea, el 24 de junio de 1989, en un histórico partido contra el Sporting de Gijón, Luis Miguel Arconada colgó sus guantes, dejando un hueco en la portería de la Real Sociedad que nadie ha logrado llenar desde entonces. Y no solo por sus extraordinarias cualidades como portero, lo que le da derecho a figurar como uno de los mejores de la historia del fútbol español, sino también por su personalidad, dentro y fuera del terreno de juego. El club donostiarra, del que es una leyenda, fue el único en el que jugó desde su ascenso a la primera plantilla, allá por 1974, siendo titular indiscutible del equipo txuri-urdin durante trece años consecutivos. En ese tiempo, fue clave en la conquista de los dos títulos ligueros en las temporadas 80-81 y 81-82, así como en la Copa del Rey ganada, en 1987, ante el Atlético de Madrid, cuyos seguidores seguramente aún

no han olvidado su fantástica actuación en la tanda de penaltis. Sin duda, un muro infranqueable, de lo que dan buena cuenta sus tres trofeos Zamora logrados en 1980, 1981 y 1982.

Además, desde su debut en un partido amistoso ante Hungría en 1977, y hasta 1985, Arconada disputó 68 partidos con la selección española, siendo titular en la Eurocopa de 1980, en el Mundial de 1982 celebrado en nuestro país, y en la Eurocopa de 1984, de triste recuerdo. Y es que aquel inexplicable error suyo en la final contra Francia de alguna manera lo marcó para siempre, a pesar de haber realizado un campeonato extraordinario. A día de hoy, lo que ese histórico error no ha logrado manchar todavía es la inmaculada trayectoria deportiva de Luis Miguel Arconada, un símbolo para la afición donostiarra que será imposible olvidar.

Cántico

«No pasa nada, tenemos a Arconada»

de la afición donostiarra en los 80

Este ansiado Mundial fue el primer gran acontecimiento organizado en España tras el restablecimiento de la democracia, y también el primero en el que participaban 24 selecciones, con representantes de todos los continentes. En el ranking de los momentos más destacados, sin duda están el partido entre Italia y Brasil (3-2), que aún se recuerda como uno de los mejores de la historia del campeonato; el brillante juego de la selección brasileña comandada por Zico, Falcão y Sócrates; la irrupción del hermano del emir de Kuwait en mitad de un partido, y el supuesto amaño entre Alemania y Austria que clasificaba a ambas selecciones para la segunda ronda, lo que obligó a la FIFA a introducir horarios unificados en la última jornada de la fase de grupos. Por supuesto, tampoco conviene olvidar la semifinal entre Francia y Alemania Federal, que ha quedado en los anales de la Copa del Mundo. Por si alguno no lo recuerda, el partido concluyó 1-1 después del tiempo reglamentario. Ya en la prórroga, la selección gala se adelantó 3-1, pero la germana logró la remontada que ponía el 3-3 en el marcador y su clasificación para la final en la tanda de penaltis, algo que no había sucedido hasta entonces. En cuanto a la selección española, con una sola victoria en cinco partidos, su participación fue una decepción ma -

PALMARÉS

1. Italia

2. Alemania Federal

3. Polonia

4. Francia

BOTA DE ORO

Paolo Rossi

Selección: Italia

Goles: 6

yúscula. O sea, un Mundial para olvidar. Para España, se entiende, que no para Italia, que pasó del ridículo en la primera fase al triunfo final, gracias a la milagrosa resurrección de Paolo Rossi, Bota de Oro, galardón que se otorgaba por primera vez en un Mundial. Suyo fue el gol que abrió el marcador en la insulsa final que disputaron Italia y Alemania, en la que el 3-1 de la «Azzurra» demostró su superioridad desde el minuto uno de partido.

Naranjito, más que una mascota

Resulta difícil saber si es que a pocos les gustó de verdad aquella naranja ataviada con los colores de la selección española o quizá es que muchos intuian que aquel sonriente cítrico era solo la premonición del papelón que hizo el combinado nacional en el Mundial, en el que fue literalmente exprimido como un zumo de naranja, lo cual explicaría lo de Naranjito. Claro que, vistas las alternativas a la mascota oficial, nada aseguraba que todo hubiera sido diferente. Es decir, ¿qué hubiese pasado de haberse elegido a Toribalón, un toro rechonchete con cuerpo de balón, o a Brindis, un niño torero con un flequillo a lo Palomo Linares? Especulaciones al margen, lo cierto es que Naranjito se convirtió en uno de los personajes del año, cuya figura se coló en todos los hogares españoles a través de cromos, revistas, periódicos y telediarios. ¡Ah!, y hasta tuvo su propia serie de dibujos animados: Fútbolenacción, en la que se divertía de lo lindo junto a su novia Clementina y a su amigo Citronio, un limón para más señas. Algo es algo, aunque también hay que decir que, con el paso del tiempo, Naranjito fue ganando en encanto y simpatía. Tal vez porque, pasado el mal trago del Mundial, en el fondo gustaba más de lo que se decía y en la gente acabó dejando un refrescante sabor de boca.

La selección italiana ganó el Mundial, aunque no fue la que exhibió un juego más brillante.

1982-1983

Por lo que parece, a comienzos de los años 80 la Liga decidió fijar su residencia en el País Vasco. Así que, después de los dos títulos ligueros ganados por la Real Sociedad y uno rozado con la punta de los dedos, le llegó el turno al Athletic de Bilbao, que hasta entonces había sido el invitado de piedra y por el que pocos apostaban que sería el sucesor natural de la Real. Pero, por increíble que resultó el estruendoso rugido de «los

El Athletic de Bilbao se proclama campeón de Liga por séptima vez en su historia y un miembro de su directiva, Cecilio Gerrikabeitia, inspirado por una canción: «Por el río Nervión, bajaba una gabarra...», fue quien tuvo la idea de realizar una subida por la ría a bordo de una gabarra.

leones», lo cierto es que acabó dando sus frutos la renovación del equipo ya en la temporada 1980-1981, cuando el exjugador del Athletic Javier Clemente se hizo cargo del mismo y hasta se inició la remodelación del Estadio San Mamés, como si el club se estuviera preparando a conciencia para el extraordinario éxito que estaba por venir.

En buena sintonía con la Real, el Bilbao afrontó la temporada con un equipo joven y, fiel a su filosofía deportiva, compuesto solo por jugadores vascos, en su mayoría formados en Lezama, la prestigiosa escuela de fútbol del club

CLASIFICACIÓN

1. Athletic de Bilbao

2. Real Madrid

3. Atlético de Madrid

4. FC Barcelona

5. Sevilla FC

6. Real Zaragoza

7. Real Sociedad

8. Sporting de Gijón

9. RCD Español

10. CD Málaga

11. Real Betis

12. Real Valladolid

13. UD Salamanca

14. CA Osasuna

15. Valencia CF

16. UD Las Palmas

17. Celta de Vigo

18. Racing de Santander

Descendidos a Segunda División

de la que, desde su fundación en 1971, ha surgido una nutrida legión de formidables jugadores. Pues de esa plantilla casera surgió un fantástico once titular difícilmente repetible; o sea, Zubizarreta, Urkiaga, Núñez, Lizeranzu, Goikoetxea, De Andrés, Dani, Gallego, Sarabia, Sola y Argote, a los que conviene añadir, entre otros, a Cedrún, Patxi y Julio Salinas, Noriega y Uturbi.

¡Y a por la Liga…! Aunque, para que los aficionados no se relajaran demasiado, ganarla volvió a ser un auténtico infierno. Y es que, como en la temporada 80-81, la encarnizada lucha por hacerse con el título liguero entre el Bilbao y el Real Madrid no se resolvió hasta el último partido. Es decir, otra jornada de infarto a la que los madridistas llegaban como líderes. Pero su derrota

1-0 en Valencia, unida a la victoria 1-5 de «los leones» en Las Palmas, le dio al

PICHICHI

Jugador: Poli Rincón

Club: Real Betis

Goles: 20

Athletic su séptima Liga, título que no ganaba desde la temporada 55-56. Ni que decir tiene cómo fue la celebración de aquel histórico título liguero, con el espectacular paseo en gabarra por la ría de Bilbao, con cerca de un millón de aficionados acompañando al equipo. Sin duda, una impresionante imagen para el recuerdo todavía hoy imposible de olvidar.

Otras cosas que pasaron

EL FICHAJE DEL «PELUSA»

Desde Cruyff, ningún otro fichaje del Barça había tenido tanta repercusión mediática como el de Diego Armando Maradona en 1982. Procedente del Boca Juniors, el «Pelusa», que entonces solo tenía 21 años, era considerado uno de los mejores jugadores del mundo, así que al club le debió parecer razonable los 1200 millones de pesetas que pagó por él, una cifra astronómica para la época. Caché al margen, en Barcelona lo esperaban como agua de mayo. Y es que tener a un jugador como él era garantía de éxito. Y con esas expectativas debutó

el 4 de septiembre en Mestalla frente al Valencia, y además marcando un gol, aunque el equipo che acabó ganando 2-1. Pero la alegría duró poco. En realidad solo 13 partidos, ya que en diciembre se le detectó una enfermedad que lo mantuvo fuera de juego hasta marzo de 1983. Con la Liga ya perdida, su reaparición sirvió al menos para que el Barça ganará la Copa del Rey, tras vencer 2-1 al Real Madrid. Y poco más en los dos turbulentos años que estuvo en el Barça, hasta que fue traspasado al Nápoles al concluir la temporada 83-84.

Paco Clos, compañero de Maradona en el Barça

Campeón de la Copa de Europa 1982-83: Hamburgo SV

Balón de Oro 1983: Michel Platini (Juventus de Turín)

Y MIENTRAS TANTO, EN 1983...

23 de febrero: El Gobierno de Felipe González nacionaliza la empresa Rumasa de José María Ruiz-Mateos. 4 de abril: Se realiza el primer vuelo del transbordador espacial Challenger de la NASA. 9 de mayo: El papa Juan Pablo II retira la condena de la Iglesia católica al astrónomo Galileo Galilei. 17 de mayo: Se estrena en TVE2 el programa La edad de oro, presentado por Paloma Chamorro. 30 de julio: Entra en vigor en España la nueva ley laboral que establece 40 horas de trabajo semanales y 30 días de vacaciones anuales. 30 de octubre: Se celebran en Argentina las primeras elecciones democráticas después de siete años de dictadura.

«Tuvimos al mejor jugador del mundo, pero no lo disfrutamos»

Hugo Sánchez, «Hugol»

En la temporada 1981-1982 llegó al Atlético de Madrid procedente del Pumas UNAM mexicano con la vitola de haber ganado dos Ligas de su país y de proclamarse máximo goleador de la misma. Un buen currículum, desde luego, pero que acabó quedándose corto después de lo que logró en sus cuatro temporadas en el club colchonero y en las siete que luego militó en el Real Madrid, en el que, formando parte de «la Quinta del Buitre», cosechó sus mayores éxitos como jugador.

Una Copa del Rey con el Atlético y nueve títulos con el Madrid, incluyendo 5 Ligas, 1 Copa del Rey y 1 Copa de la UEFA, fueron el extraordinario balance logrado durante su etapa en el fútbol español; sin olvidar, por supuesto, sus cinco trofeos

Pichichi y la Bota de Oro de la temporada

1989-1990 compartida con el búlgaro Hristo

Stoichkov, lo que lo acreditaban como unos de los mejores arietes del mundo. Desde luego, si por algo destacaba Hugo Sánchez, además de por su agilidad y su facilidad para el desmarque, era por su olfato goleador. Pero, sobre todo, por la variedad con la que remataba; o sea, casi siempre al primer toque y de todas las maneras posibles: de cabeza, con la pierna izquierda o con la derecha, de chilena, de forma acrobática… En fin, uno de esos depredadores del área que hoy día son difíciles de ver en un terreno de juego. De ahí que pronto se le conociera por el apodo de «Hugol» y que fuera raro el partido en el que no dejara su personalísima firma en la meta contraria, como bien lo certifican sus 234 goles marcados en la Liga española, cifra solo superada por Leo Messi, Cristiano Ronaldo y Telmo Zarra.

Celebraba cada gol con una voltereta acrobática en homenaje a su hermana, gimnasta olímpica en Montreal 76

Nosotros, los niños

nacidos en los

futboleros años 8 0

Este libro va especialmente dedicado a todos esos futboleros nacidos en los 80

A los futboleros que nacieron en los 80 seguro que, al leer este libro, les vienen a la memoria recuerdos imborrables de aquellos años en los que crecieron dándole patadas a un balón; viviendo la apasionante aventura de ir a un partido para poder ver de cerca a los jugadores que tanto admiraban; escuchando por radio las retransmisiones de los encuentros de cada jornada, o viendo por televisión los emocionantes partidos de Liga, de Copa o de Liga de Campeones. Aquellos a los que ver jugar a Laudrup, Schuster, Platini o Maradona les despertó más aún su pasión por el fútbol y, con el paso del tiempo, siguieron alimentándola con cada jugada de Zidane, Beckham, Kaká, Messi, Xavi o Iniesta, o cada gol de Ronaldo Nazário, Henry, Fernando Torres o Cristiano Ronaldo. Un libro para revivir aquellos años de infancia y primera juventud de futbolero… y vibrar de nuevo con esos entrañables recuerdos.