Fotógrafos de Torrelavega: 130 años captando imágenes de la Villa y Ciudad

Page 34

EL MATRIMONIO GonzálezLacalle con su hija Olga en un acto social.

Los primeros años, el grueso del comercio y del beneficio económico llegaría de la fotografía de estudio. Niños de tres meses hacían su primer posado sosteniendo la cabeza sobre la piel disecada de un lobo. Mujeres vestidas de blanco enrollaban sus largas colas alrededor. Marineritos y monjas muestran su candidez juntando las manos. Gelo coloca y dispara el objetivo; en el cuarto oscuro ambos revelan las placas y las fotos en papel que tienden en el patio, al olor del Horno San José. Olga retoca con pinceles, tinta china y cuchillas en un fotoshop manual alargando pestañas, dando brillo a los labios y la mirada. La supresión en 1953 del bloqueo económico ayudó al desarrollo y al crecimiento económico, aportando y permitiendo el acceso a las novedades en la fotografía amateur y en óptica. Las nuevas cámaras de 35 mm, los proyectores, el ektacrhome, las películas de 8 y 16 mm, el color es ya una explosión. La moda se impone y el diseño llega a las gafas; Indo inicia la fabricación de los primeros cristales graduados en color. El acceso a la nueva maquinaria permitió el biselado automático de los cristales y se pasó de la artesanía a la técnica. Ángel González (Julnay) fue dejando la fotografía de estudio poco a poco. El revelado en blanco y negro lo hacía él en la tienda y el color lo mandaba fuera, lo que era corriente en todos los establecimientos fotográficos de la época. También realizaban reproducciones de fotografías antiguas del estudio de fotografía Benjamín, que se encontraban en la calle Calvo Sotelo de Santander. Gelo González hacía la reproducción (el negativo y luego en papel) y su mujer, Olga, las retocaba con sus cuchillas, tintas, etcétera. A Julnay le gustaba más la óptica, colocar bien las gafas sobre el rostro, enseñar que se puede ver bien y explicar que la cara es lo primero que miramos, que poco a poco le llevó a abandonar la fotografía en favor de la óptica. En 1997 decidió jubilarse, cerrando el negocio de la calle Consolación. Nota del autor. en el capítulo dedicado a los fotógrafos de torrelavega incluido en el tomo VIII, se hizo una pequeña mención al negocio fotográfico de Julnay (propiedad de Julián González y olga lacalle), instalado en la calle Consolación, que había pertenecido al legendario fotógrafo de la ciudad, antonio redón. en esta entrega hemos querido profundizar más en la historia de la que fue una acreditada firma comercial durante más de treinta años, además de ofrecer la imagen gráfica de sus protagonistas.

Torrelavega siglo XX | 222


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.