La autora agradece su asesoramiento a:
Prof. Dr. Stefan Liebig, Univesidad Libre de Berlín, PD Dr. Stephan Schlotfeldt Universidad de Bielefeld, Edwin Kubotat, profesor de Ética y Sociología.
The translation of this work was supported by a grant from the Goethe Institut
MIXTO Papel procedente de fuentes responsables FSC® C116691
Este libro es amigo del medio ambiente. Se ha prescindido del plastificado y ha sido impreso con tintas exentas de aceites minerales en papel 100% reciclado.
Título del original alemán: Voll ungerecht! Über Fairness und Gerechtigkeit
© de la traducción: Belén Santana © 2024 Beltz & Gelberg in the Verlagsgruppe Beltz – Weinheim Basel © para España y el español: Lóguez Ediciones 2025 Todos los derechos reservados ISBN: 978-84-129754-0-6 Depósito Legal: S 277-2025
Printed in Spain: Grafo, S.A. www.loguezediciones.es
Sobre la equidad y la justicia
Lóguez
¡Repartid los caramelos de forma justa!
¡Yo soy más alta, así que me toca uno más!
¡Eso es injusto!
La justicia es muy importante. Cuando las cosas se hacen de forma justa, hay menos discusiones y es más fácil convivir. ¿Pero qué significa ser justo? La respuesta no siempre es fácil.
Cada persona tiene una idea de cómo quieren que la traten y de cuándo algo es injusto, pero eso no siempre coincide con lo que piensa el resto. Además, lo que las leyes o las normas establecen no siempre nos parece lo más justo.
¡Con tanto revuelo, yo me lo llevo!
Una cosa está clara: a todos les tiene que tocar lo mismo. ¿Pero qué pasa si tenemos una bolsa de caramelos y solo queda uno? ¿Y de verdad es justo tratar a todos por igual sin tener en cuenta sus condiciones, sus necesidades o su esfuerzo?
Los caramelos los he comprado yo, así que me toca el último.
Pues yo hoy no he tomado nada dulce.
La última vez ya me tocó uno menos.
¡Tengo HAMBRE!
¡Yuju! ¡Ya tengo el tomo cinco!
¡Qué chulo! ¡Yo tengo el nuevo teléfono Mega Smart XY con cámara superangular!
Cuando hablamos de ser justos, a menudo nos referimos al modo de repartir algo, es decir, a cuánto le corresponde a cada uno.
La cuestión de la justicia solo se plantea cuando la cantidad de algo, por ejemplo, el dinero o la comida, está limitada. En el caso del aire, no es necesario repartirlo de manera justa, ya que siempre hay de sobra para todos.
¿No hay baño?
Cuando nos sentimos injustamente tratados suele ser porque nos comparamos con los demás. También puede ocurrir que uno esté conforme con su situación, pero basta con que se dé cuenta de que otra persona recibe más de algo, para que eso le parezca injusto.
¡Es injusto! ¡Yo también quiero un regalo así!
Además, una situación solo puede calificarse de justa o injusta si es posible modificarla. Por ejemplo, que haga mal tiempo cuando uno tenía pensado ir a la piscina es una lástima, pero no es injusto.
Hay muchas situaciones en las que puede parecer más justo no tratar a todos por igual. Los niños, por ejemplo, suelen tener descuento en la piscina o en el cine. Al fin y al cabo, ellos aún no manejan su propio dinero.
A los padres también les parece justo que el hermano pequeño vaya en el carrito y el mayor, andando, ya que el pequeño se cansa enseguida; es decir, que optan por tratarlos de forma desigual. Aun así, puede ser que al hermano mayor eso le parezca muy injusto.
No existe una regla sencilla que permita saber lo que es justo y lo que no. A menudo hay que pararse un buen rato a pensar, ya que se deben considerar muchos factores, y el proceso puede ser muy complicado.
Pero cuando algo nos parece injusto, enseguida nos damos cuenta, sin importar si nos afecta a nosotros mismos o a otra persona. En esos casos se disparan todas las alarmas.
¡Es injusto!
Yo me acuesto tarde. Soy el mayor, así que no necesito dormir tanto.
¡Total!
Selim y Mesut son gemelos. Sus padres les dan la misma paga mensual; es decir, que los tratan igual porque lo consideran justo, pues los dos tienen la misma edad. Pero también hay familias con hijos de edades distintas a los que les dan pagas distintas.
¡Seeeeeliiim!
¡Te he traído una cosiiita!
¡Es injusto!
¿Y yo qué quieres que haga?
En este caso, a dos personas iguales se las trata igual y a otras dos distintas de forma desigual.
¡Toma, Mesut! ¡Para que te compres un helado!
Pero la madrina de Selim es mucho más generosa que la de Mesut. Cada vez que se ven, le da una propinilla. A Mesut eso le parece injusto y exige a sus padres que le aumenten la paga: «Así los dos tendremos lo mismo».
En inglés existe el sustantivo fairness, que no tiene un equivalente exacto en español, pero que hace referencia al hecho de comportarse correctamente, cumplir con las normas y ser justo e imparcial en un trato o reparto.
Este concepto es muy importante en el deporte, ya que hace posible la competición y permite que todos disfruten, por eso a veces se habla de «jugar limpio». Hay reglas que son válidas para todos los participantes. Por ejemplo, en el fútbol está prohibido tocar el balón con la mano o ponerle la zancadilla al rival. Por eso hay unos árbitros que vigilan para que las normas se cumplan.
¡Falta!
¡Vaya piscinazo!
Pero un árbitro no siempre llega a todo. Por ejemplo, si un jugador empuja a otro y este, a su vez, empuja a un tercero, puede ser que el árbitro solo vea el segundo empujón. Entonces a ese jugador le sacan una tarjeta amarilla cuando, en realidad, él no ha tenido la culpa. En ese caso, lo correcto sería que el primer jugador asumiera su responsabilidad. Al fin y al cabo, no es agradable ganar sabiendo que has empujado al adversario. En este ejemplo, puede ser que el primer jugador tenga mala conciencia.