LA DESMESURADA VIDA DE RAMON
LLULL
en los 700 años de su muerte
La de Ramon Llull (1232/33-1316) fue una biografía del todo singular e irrepetible. Cuando tenía unos treinta años renunció a una situación confortable en la corte de Mallorca, abandonó a la familia y cambió de vida para dedicarse a escribir y promover la reforma universal. Quería reordenar el conjunto del cristianismo y convertir a todos los infieles. La magnitud de sus objetivos, de la que era muy consciente, no le desanimó. Ideó un sistema, que llamó Arte, para encontrar y argumentar la Verdad. Buscó incansablemente el apoyo de los gobernantes europeos, expuso su sistema en la universidad y escribió cientos de libros. También hizo varias estancias en el norte de África para disputar con sabios musulmanes, planteando una forma de diálogo que lo convierte en un precedente destacado del diálogo interreligioso actual. Tras su muerte, sus lectores se multiplicaron, como también su ascendente como pensador. Surgieron grupos de lulistas por toda Europa. En Francia, Italia, Castilla o Alemania, e incluso hay constancia de ellos en varios países eslavos y en Rusia. O bien en el Líbano. No ha habido ningún otro escritor en lengua catalana que haya ejercido una influencia durante tanto tiempo y en una extensión geográfica tan amplia como él. Hay miles de testimonios de obras suyas, manuscritos e impresos, en bibliotecas de todo el mundo. Sus obras se comenzaron a imprimir muy pronto, y hoy sigue siendo el escritor en lengua catalana que genera más bibliografía en todo el mundo. En pleno siglo XXI, cuando se cumplen siete siglos de su muerte, Ramon Llull todavía tiene muchas cosas que decir.