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Las batallas políticas y culturales de Ireneo Paz

/ RodRigo HeRnández López

Fue encarcelado y varias veces condenado a muerte. Se desempeñó como magistrado, dirigió los periódicos El padre Cobos y La Patria; luchó contra la reelección de Benito Juárez, combatió contra la Intervención Francesa y como apunta Ángel Gilberto Adame, en Siglo de las luces … y las sombras, Ireneo Paz fue el último liberal. “Es la personalidad más importante de este mundo familiar”, decía Octavio Paz al recordar a su abuelo.

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Ireneo Paz fundó y editó los periódicos El payaso, El padre Cobos, La Patria y La Patria Ilustrada. Apoyó el Plan de Tuxtepec. Secretario de Gobierno en Sinaloa, Jalisco y Colima. Fue juez y magistrado, diputado y regidor del Ayuntamiento de la Ciudad de México.

Fue general durante los conflictos bélicos de su generación. A lo largo de su vida, la batalla sería su bandera. Además de ser decano del periodismo fue presidente de asociaciones políticas, jurídicas y culturales.

Durante siete años, Gilberto Adame, quien es un estudioso de la obra y vida de Octavio

Paz, se dedicó a revisar archivos, fondos reservados y diarios de la época para delinear los andares de Ireneo. Entre uno de los detalles que destaca, es que cuando muere en 1924, se quedaron sin publicar algunas obras que ya habían sido anunciadas como Memorias de un viejo periodista, Las posadas de flora y La noche triste y ¡Zapata!.

Su diario La Patria fue el primero en publicar las catrinas de José Guadalupe Posadas. Alguno de los pasajes más curiosos de su vida fue el duelo que tuvo con otro periodista, Santiago Sierra -hermano de Justo Sierra-, a quien dio muerte de un balazo en los campos de Tlalnepantla. “No me gusta encasillar a un hombre por un sólo acto, pero si tuviéramos que elegir uno, su momento más brilloso fue su participación en el Plan de Tuxtepec”, dice Ángel Gilberto Adame en entrevista con Proceso

El Plan de Tuxtepec fue una declaración que buscaba destituir al gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada, anunciado el 10 de enero de 1876 y elaborado por Porfirio Díaz, en el municipio de Ojitlán, Tuxtepec, Oaxaca. En ese episodio Ire - neo Paz realizó un apoyo para la causa antirreeleccionista: “Con el plan listo, el editor se apresuró a imprimir por lo menos doscientas copias, advirtiendo a Carrillo que no se trataba de la versión final sino de un borrador, empero, aquel instrumento viajó y fue el que se terminó proclamando; tiempo después, el 21 de marzo, recibió los últimos ajustes en el campamento de Palo Blanco, Tamaulipas, incluyendo la reforma más importante para el movimiento: la posibilidad de que Díaz ocupara el Ejecutivo en cuanto Lerdo de Tejada renunciara. Para enero de 1976, Díaz y la mayor parte de los generales ya habían abandonado la capital con la intención de movilizarse desde diferentes puntos del país. La pretensión de reelección oficial ya había sido confirmada, a pesar de haber sido desaprobada por el mismo José María Iglesias, presidente de la Suprema Corte. Ante tal contexto, el 10 de enero, Díaz proclamó en el municipio de San Lucas Ojitlán, Tuxtepec, Oaxaca, el plan apenas redactado y para el 30 de enero El Padre Cobos se sumó a la causa al publicar el ahora reconocido Plan de

Tuxtepec, firmado tanto por Díaz como por Donato Guerra”. Con este trabajo de investigación, Ángel Gilberto Adame, espera dar luces a la vida de uno de los hombres más prolíficos del siglo XIX y del que poco se ha estudiado su labor y contribución a uno de los pasajes históricos más importantes del país. La huella de Ireneo en Octavio fue tal, que aparece en dos de sus poemas más famosos: Canción Mexicana y Elegía Interrumpida, en este último, el futuro Nobel de Literatura abordó el momento de la muerte del patriarca familiar.

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa. Al primer muerto nunca lo olvidamos, aunque muera de rayo, tan aprisa que no alcance la cama ni los óleos. Oigo el bastón que duda en un peldaño, el cuerpo que se afianza en un suspiro, la puerta que se abre, el muerto que entra. De una puerta a morir hay poco espacio y apenas queda tiempo de sentarse, alzar la cara, ver la hora y enterarse: las ocho y cuarto.

El cineasta Ricardo Castro Velázquez rinde homenaje a sus raíces sinaloenses en la comedia Los (casi) ídolos de Bahía Colorada, que ya se encuentra en cines y el 19 de este mes se estrenará en la plataforma Netflix. El largometraje es protagonizado por los jóvenes actores Harold Azuara y Benny Emmanuel, y los acompañan Ana Celeste, Dagoberto Gama, Silverio Palacios, Guillermo Quintanilla, Diego Sandoval, Esmeralda Soto y Nora Velázquez. El director fílmico Castro Velázquez narra en entrevista que Netflix poseía un guión escrito por Beto Gómez, María Torres y Enrique Vázquez, pero como conocen su estilo de comedia se lo dieron: “Me gustaron algunas cosas y les propuse reescribirlo desde cero y llevarlo a lo que yo conocía, porque mi familia paterna es de Sinaloa y creía que ese universo le iba perfecto a la primicia de la película. Y me dieron la oportunidad. Entonces me puse a escribir el guión retomando cosas que a mí me interesaban del texto fílmico original, pero me inspiré en toda mi familia, en los Castro y personajes de Bahía Colorada, Sinaloa, y quise efectuar este homenaje a mis raíces, aunque ya soy 100% chilango, pero crecí con Sinaloa en mi casa, y traté de crear este homenaje muy estilizado, muy caricaturesco”.

En la cinta, Romeo y Preciado son hijos de Valentín, un fanático de la música y los coches, quien posee dos esposas. Después de la repentina muerte de su padre deciden separarse para perseguir su destino. Tiempo después, Romeo pone pausa a su sueño de convertirse en villano de telenovelas para regresar a Bahía Colorada y correr en un mítico rally de autos para “honrar la memoria de su padre”. Este viaje no sólo lo reunirá con Preciado, sino con los divertidos y entrañables habitantes de esta comunidad al norte del país, quienes lo enfrentarán cara a cara con un pasado que se niega a superar.

Emmanuel, Romeo en la historia, manifiesta que fue muy divertido y emocionante interpretar a su personaje “porque me invitó a sumergirme en un mundo que por lo menos a mí me era totalmente ajeno, ya que no conocía Sinaloa y nos tocó echarle el acento sinaloense”.

En tanto Azuara, quien recrea a Preciado, comparte igual en una charla con este medio su agradecimiento por referirse a Sinaloa de esta manera: “No habíamos visto producciones hablar de Sinaloa de esta manera, ya que siempre conectaban a este estado con la violencia. Entonces me interesó mucho el punto de vista de este filme. Filmamos en Mármol de Salcido, Sinaloa, y en ese pueblo pudimos conocer más a la gente. E igual en la producción había gente de Sinaloa involucrada”.

Castro Velázquez no conoció el guión original de Beto Gómez (Bendita suegra, Me gusta, pero me asusta, Volando bajo y Salvando al soldado Pérez): “Fue su idea original y no sé qué tanto quedó de su propuesta, porque han pasado varias manos por el guión. Hoy es básicamente otra película, porque para que funcionara debía construirla desde lo que yo conocía y con los personajes con los que me familiarizo, con sus conflictos que yo conozco. En la plataforma estuvieron muy abiertos y la productora para que volviera personal la película. Fue un proceso muy padre, como que todos se sintonizaron con el tipo de humor que ofrecemos, para ver a Sinaloa con otros tópi- cos y otros colores cuando este estado ha sido muy estigmatizado en el cine y las series”. Emmanuel agrega que con la llegada de las plataformas se rueda mucho ahora, “pero no estamos acostumbrados a que se realicen películas distintas, con propuestas frescas, y ésta es una de ellas, y le da la vuelta a todo lo que conocemos de Sinaloa y lo que el mundo percibe de México, es otros México con gente alegre, creo que es importante resaltar todos los Méxicos que puede haber en el cine”.

Contento, Azuara resalta sentirse orgulloso de ser mexicano: “Estoy feliz de formar parte en la ópera prima de Ricardo y muy ansioso de ver sus nuevos proyectos”.

Castro Velázquez anexa que Los (casi) ídolos de Bahía Colorada es una historia universal, es decir, pudo haber sucedido en Aguascalientes o en Yucatán, son dos hermanos que no se soportan porque no sabían que eran hermanos y tienen que aprender a reconciliarse y aceptarse como son para encontrar la parte genuina de ellos, porque están ahí como en un conflicto de identidad”. Ante su estreno en Netflix, Emmanuel expresa: “Es muy chido porque antes de

Netflix llegó el 13 de julio a muchas salas del país. Nunca se debe de perder este ritual de ir al cine a disfrutar una película en grande, porque la fotografía es algo que se debe disfrutar en una pantalla gigante. Igual es muy bueno que a través de una plataforma se pueda llegar todavía a más lugares del mundo. Estoy muy emocionado”.

Por su parte, Azuara rememora: “Benny y yo vimos la película juntos y fue un shock. Al final sólo dijimos ‘estuvo padrísima’, como que no nos atrevimos hablar al respecto. Nos esperamos unos días para entender que estábamos en un proyecto bien chido”.

Y Castro Velázquez finaliza: “A la gente que le gusta la música, a las personas que tengan hermanos y hermanas, familia, se la van a pasar muy bien. Es una comedia para reírse todo el tiempo, pero también ofrece momentos conmovedores y mucha acción. Entonces tiene un poco de todo y yo creo que la gente la va a disfrutar mucho. Y si les gusta la adrenalina ahí hay automóviles. La trama está muy completa, yo creo que a la gente le va a gustar mucho”.

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