SOCIEDAD•T La cerveza, de bebida palaciega a la favorita de los españoles
Diario T eruel
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Jueves, 18 de diciembre de 2014
Xavier García repasa en un libro la historia de la ‘rubia’ en España Distribuido para beatriz.raso@lideditorial.com * Este artículo no puede distribuirse sin el consentimiento expreso del dueño de los derechos de autor.
Pilar Salas (EFE) Madrid
Aunque la cerveza era conocida desde la Prehistoria, no fue hasta el siglo XVI cuando desembarcó en España con los Austrias, restringiéndose su consumo a los círculos palaciegos. Tuvo que llegar el XIX para que empezara a calar en la sociedad hasta convertirse hoy en la favorita de los españoles. Este devenir ha sido estudiado y plasmado en La cerveza en España (Lid) por Xavier García Barber, uno de los pocos libros dedicados a la historia y análisis del pan líquido en nuestro país, pese a que España es el cuarto productor de la Unión Europea y el décimo del mundo, con más de 32 millones de hectolitros en 2013. Cuando Felipe de Habsburgo llegó a España en 1501 como heredero de la corona, en su nutrido equipaje introdujo varios barriles de cerveza, y poco después Carlos I trajo a un maestro cervecero de Flandes para que la cerveza no faltase en su Corte. Así lo hizo también Felipe II, por lo que en Madrid se ha producido esta bebida de forma ininterrumpida desde 1561 hasta hoy. “Entonces era una cerveza de alta fermentación, con alto contenido alcohólico y color oscuro y no era de un gusto convencional. Era una bebida fuerte que se consumía sólo en los círculos palaciegos; el resto seguía prefiriendo el vino”, expli-
ca ayer el autor en una entrevista con Efe. Su popularización fue posible gracias a la producción de frío artificial, que permitió la baja fermentación y la fabricación de cervezas “más clarificadas, con menos alcohol, más refrescantes y espumosas y dada a gustos más populares”. Corre la segunda mitad del XIX, el siglo de oro de la cerveza, y empieza a extenderse por grandes urbes, donde “era un método de distinción de las clases sociales para distanciarse de las bebidas de masas, como el vino y los aguardientes”, apunta García Barber. La revolución espumosa había empezado y no tardaría en conquistar todas las capas sociales, con producciones más baratas y duraderas. Medidas fiscales y arancelarias y la crisis vitivinícola por la plaga de filoxera ayudaron al éxito cervecero. Aunque a comienzos del siglo XX España era aún un país mayoritariamente consumidor de vino, recuerda el autor, “los restaurantes ya ofrecen elegir vino o cerveza en sus menús”. Nacen grandes cerveceras como Santa Bárbara -que crea la “cerveza de damas, que parece vino de champaña”, según se publicitaba en la época-, San José, Leganitos y Lavapiés en Madrid; Luis Moritz y Cía. y Juan Masbert en Barcelona; y algunas más en otras ciudades españolas. En 1857 había un total de 41 empresas productoras de la emergente rubia.
La cerveza es la bebida más consumida en los bares españoles en la actualidad. Quinn Dombrowski / Flicker
Posteriormente, nombres claves como Damm en Barcelona, La Águila y Mahou en Madrid, La Cruz del Campo en Sevilla, La Española en Cádiz, Estrella de Galicia en Galicia y Cervecera del Norte en Vizcaya contribuyen a la difusión de la cerveza de baja fermentación. Algunas de ellas siguen fabricando, aunque en otras manos. Sin embargo, sostiene el autor de esta obra, “España no ha aportado ninguna novedad al mundo cervecero, salvo la cerveza de damas, que tuvo poca vida y nunca cruzó las fronteras, ni tampoco grandes nombres de maestros cerveceros para la historia”. Ya inaugurado el siglo XX, los periódicos de la época se hacen eco del avance en su consumo, antes restringido a “ciertas personas distinguidas, familiarizadas con los usos del extranjero”, y por 1905 “sustituyendo a los vi-
La lista de presuntas víctimas de Cosby ya supera la veintena El entorno del actor protesta por la falta de investigación Fernando Mexía (EFE) Los Ángeles
Bill Cosby ha sido muchas cosas a lo largo de su vida, desde célebre comediante y defensor de la familia, hasta directivo universitario, un legado que desde hace más de un mes se está viendo emborronado por acusaciones que le describen como un insaciable abusador sexual. El goteo de mujeres que dan un paso al frente y señalan a Cosby no parece terminar. La última en hacerlo se llama Chloe Goins, que, en una entre-
vista publicada este lunes por el diario británico Daily Mail, cuenta que el actor la drogó y se propasó con ella cuando estaba inconsciente en una fiesta en la mansión Playboy en 2008. La lista de presuntas víctimas supera ya la veintena, en casos que se remontan hasta 1965 y la mayoría repiten la misma historia: el amigable Cosby se las arregla para que atractivas jóvenes tomen un fuerte sedante y queden a merced de sus caprichos sexuales. Cosby fue durante las décadas de los 60, 70 y 80 el referente de
la comedia televisiva en EEUU y su programa más conocido, The Cosby Show, sentó un precedente en la pequeña pantalla. La esposa de Cosby y su hija protestaron por la credibilidad que le daban los medios de comunicación a las acusadoras sin investigar antes En esa misma línea ya se manifestó el abogado del intérprete, Martin Singer, para quien la situación se ha ido de las manos. Lo cierto es que las acusaciones han provocado la cancelación de varios programas en los que tenía prevista particiar Cosby.
nos en sitios donde dicen que se come bien”. Las mesas se pueblan de bocks, término alemán con el que entonces se conocía a la actual y popular caña. La llegada de los frigoríficos a los hogares españoles entre los años sesenta y setenta del siglo pasado introduce el consumo en el hogar. A partir de 1980, la tendencia generalizada hacia la concentración empresarial se acelera y de los 27 fabricantes operativos ese año se pasa a los seis grandes grupos cerveceros existentes en la actualidad. “Se produce mucha cerveza, en masa y a precio más barato; por ello, se introduce más. La concentración empresarial también promueve acciones promocionales conjuntas, algo que tiene más difícil hacer el sector del vino”, señala García Barber. La caña se convierte en la bebida fa-
vorita de los españoles, se institucionaliza. La última tendencia es la proliferación de microcervecerías que producen cerveza de alta fermentación, más allá de la conocida “lager”. Pero eso no significa que en España haya cultura cervecera. “Nos falta esa cultura para ser atrevidos a probar otras cervezas que no sean producidas de forma industrial. El precio, más elevado, y la crisis también afectan, pero a veces se compra por esnobismo, no por motivos organolépticos”, lamenta el autor. Falta que esas cervezas de autor se distribuyan en restaurantes, para un público que “quiera probar nuevas sensaciones”, y que se erradiquen mitos como el de la “barriga cervecera”, por la consideración que esta refrescante bebida debería tener como “buena y saludable”.
La regulación china sobre su himno alcanza el ridículo Antonio Broto (EFE) Pekin
El himno nacional de China no podrá ser reproducido en bodas ni entierros, deberá ser cantado siempre completo y no podrá haber cambios artísticos en su letra o melodía, según unas regulaciones con las que el régimen comunista quiere dar a la llamada Marcha de los Voluntarios un carácter casi sagrado. Las nuevas normativas, publicadas el pasado 12 de diciembre por la Oficina Central del Partido Comunista de China y por el Consejo de Estado (Go-
bierno) buscan estandarizar las normas de etiqueta con respecto a ese símbolo nacional. También se prohíbe su uso en fiestas y actos comerciales, se requiere que al cantarlo se esté “bien vestido, animado y serio”, y no se permite que durante las estrofas la gente camine, hable por teléfono o aplauda. La bandera china, de fondo rojo y en cuya esquina superior derecha aparecen cinco estrellas amarillas, tampoco puede mostrarse rasgada o con sus colores ligeramente cambiados, ni puede usarse en entierros.