Labradores, peones y proletarios

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emand?. Sin embargo, en la prictica, no habia m i s compradores que 10s :entes comerciales o consignatarios de 10s navieros peruanos (que no ran otros que 10s comerciantes exportadores chilenos, o sea, 10s mismos uefios de las bodegas), y 10s navieros mismos (3 19). Sobre todo ello pesaba un hecho de importancia: antes de 1820,los 3merciantes chilenos no estaban en condiciones de competir con el oderio maritimo-mercantil de 10s peruanos. Por lo tanto, no podian perar ni imponerles el precio de mercado libre que, en las circunstancias e entonces, beneficiaban a1 productor y/o exportador y no a1 importaor, dado que el trigo chileno era para 10s peruanos de demanda inelisca. Lo mis que 10s mercaderes chilenos pudieron conseguir fue un :uerdo -deliberado o espontineo- con 10s navieros peruanos, por el zal Cstos se aseguraron un buen precio de comprador (por debajo del recio comercial real del trigo), mientras aquCllos se aseguraban una orgaizaci6n de las ventas tal que les pemitia desvalorizar 10s “Vales” de 10s )seeheros chilenos. Est0 fue posible porque las exportaciones de trigo se waban a cab0 s610 entre 10s meses de diciembre y abril de cada aAo, mforme a un sistema estacional de feria. Con frecuencia, el grueso de 10s nbarques se realizaba en un par de semanas, dependiendo del flujo de wios peruanos. Los cosecheros debian “bajar” a Valparaiso con sus Irretas durante la estaci6n de ventas. Estimulados por 10s “ajentes comradores de granos”, solian bajar en grandes n6meros a Valparaiso, aunue s610 una minoria llegaba durante las semanas de mayor embarque. La iayoria llegaba antes, per0 como no podian permanecer por ma’s de :ho o diez dias, dejaban sus cargas en las bodegas, pagando por su jep6sito y espendio”. Los que llegaban despuCs no tenian mis remedio ue malvender sus productos, devolverse con ellos; o botarlos a1 mar. Naeros y bodegueros se concertaban para atraer a Valparaiso un gran n& lero de cosecheros, “para luego embarcar s610 las cantidades justas de -an0 y darse a la mar seguidamente” (320). En esas circunstancias, 10s exportadores-bodegueros compraban 10s vales” y/o el trigo de 10s cosecheros bien por debajo de su valor. Asi odian almacenar grandes cantidades del trigo malvendido por 10s que :gaban despuCs de las semanas claves, el que vendian en forma escalonaI a 10s navios que continuaban llegando despuCs que la “feria” habia :rminado y 10s cosecheros regresado a sus tierras (321). Per0 eso no era todo. Con frecuencia 10s exportadoies recibian @-de2s de sus agentes en LiTa por cantidades de trigo que eran mayores que s depositadas en su nombre en las bodegas. Para no perder la oportuni19. B. Vicuiia, op. cit., 320. !O.D. Ramos, loc. cit., 278-9. !1 Ibidem. 279.

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