El perro blanco 13.4

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Andrés Ortiz-Osés • Mariano García • Viveca Tallgren • Anderson Braga Horta Jaime Asensi • Antonio Muñoz Ballesta • Almudena Vidorreta • Christian T. Arjona Andrea González • Joan Pere Bonfill (Soler)• José Antonio Conde

Revista Internacional Primavera 2012 10 €

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Revista Internacional · Publicación Trimestral

13 Año IV • Primavera 2012

Portada de Juan Luis Borra

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Editorial por Juan Fº Nevado

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Entrada: Artículo de… Andrés Ortiz-Osés

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Entrevista a Andrés Ortiz-Osés por Mariano García

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Vilhelm Hammershøi och antydningens konst, por Viveca Tallgren

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Voces de Brasil I. Sección dirigida por Alicia Silvestre Poemas de Anderson Braga Horta

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Artes Plásticas. Sección dirigida por Andrés Rubio Pinturas de Jaime Asensi

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Filosofía Sección dirigida por Antonio Muñoz Ballesta

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Poesía Sección dirigida por José Antonio Conde, poemas de… Almudena Vidorreta

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La desaparición de Dr. Nulla, por Christian T. Arjona

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ANATHO Viaje y quiebre de un cuerpo III, Por Andrea González

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Música Sección dirigida por Joan Pere Bonfill (Soler) Gil

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La negación de Pedro [Inspiración en el cuadro de Raúl Herrero] por José Antonio Conde

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Portada de JuanLuisBorra Revista Internacional · Publicación Trimestral

Presidentes de Honor Fernando Arrabal Antonio Fernández Molina Alfred Jarry Salvador Dalí Marcel Duchamp Alphonse Allais Director Jesús H. Angulo Subdirector Mr. Mandrake (Presidente Colectivo «Antístenes») Secretario de Redacción José Luis Melgares Comité de Redacción Juan Francisco Nevado Alicia Silvestre Antonio Camino Andrés Rubio José Manuel Nevado Platero Gregoire J. G. Raúl Herrero Edita Colectivo de Librepensadores y Patafísicos «Antístenes» En colaboración con la editorial Libros del Innombrable Imprime

www.huelladigital.net El Colectivo de Librepensadores y Patafísicos «Antístenes» agrupa las siguientes organizaciones: Coordinadora para la promoción de los Títeres de Cachiporra · Asociación por la beatificación de Al Jolson · Grupo Escolástico y Patafísico «Alfred Jarry» · Banda de música de Burao · Coordinadora para la Protección del Legado de SM. Fernando VI · Foro Libertario-Hermético «San Francisco de Asís» · Nueva academia Neoplatónica · Escuela de magia de El Congo · Coordinadora por la extinción de la práctica Deportiva Redacción y Administración Compromiso de Caspe, 113 · 6º D 50002 Zaragoza (España) Delegaciones Zaragoza · El Congo · Brasilia · México D.F. · Dublín Santiago de Chile · Madrid · Los Angeles · Buenos Aires Burao · París · Valladolid · Moscú · Valencia Maquetación y Diseño José Manuel Nevado Deposito Legal: Z–1967–2009 ISSN: 1889–545X

Nacido en Zaragoza, Ingeniero Técnico Industrial como formación técnica en donde se adiestra en el mundo del dibujo técnico industrial y con formación artística autodidacta (los mejores maestros los museos y salas de arte). Se familiariza con la pintura, el dibujo y la fotografía desde la más tierna infancia, en el Colegio de Corazonistas de Zaragoza. Se inclina principalmente por los estilos impresionista, expresionista y surrealista fundamentalmente imprimiéndole un estilo personal con el uso de las nuevas tecnologías. Trabaja con acrílico fundamentalmente pero sin abandonar el óleo y la acuarela adentrándose en el uso de técnicas mixtas: tintas/acrílico, acrílico/ óleo, etc. Desde 2007 se presenta a diferentes concursos y certámenes de pintura haciendo pública su obra. PREMIOS • VI Premio Pintura de Utebo, 2007: seleccionado • VI Premio Delegación del Gobierno de Aragón, 2007: seleccionado, obtención de Diploma. • VII Premio Delegación del Gobierno de Aragón, 2008: seleccionado, obtención de Diploma. • Certamen PHOTOGRAPHICUM “Turistas en •VIII Premio Delegación del Gobierno de Aragón, 2009: seleccionado, obtención de Diploma. • XXIII Concurso de Pintura “Francisco Pradilla” de Villanueva de Gállego, 2009: seleccionado • IX Premio Delegación del Gobierno de Aragón, 2010: seleccionado, obtención de Diploma. PUBLICACIONES • VI, VII, VIII y IX Premio Delegación del Gobierno de Aragón, 2007 a 2010: Catálogos publicados por IberCaja. • Catálogo: Picasso un “ziudadano” único, publicado por Aragonia año 2011. • Participación en ilustraciones del libro-disco: Canto a la Libertad, año 2011. • Proyecto Z, publicado por el Ayuntamiento de Zaragoza. Miembro asociado de la Asociación Española de Pintores y Escultores así como de la Asociación de Artistas Goya de Aragón.

Página web: http://juanluisborra.artelista.com/ Blog: http://jlborra.blogspot.com/

[Todas las secciones fijas de El perro blanco así como su contenido son consensuadas en cada número por las distintas agrupaciones y representantes de las mismas. Los integrantes de El perro blanco y sus editores no se responsabilizan de las opiniones y afirmaciones. No aseguramos que la revista responda a las colaboraciones no solicitadas. ] Si lo desean pueden remitir sus textos por correo postal a la dirección: Libros del Innombrable Avda. Compromiso de Caspe, 113 50002-Zaragoza Att. Revista El perro blanco O bien, al correo electrónico: edicion@librosdelinnombrable.com


editorial por Juan Fยบ Nevado


Entrada

Andrés Ortiz Osés Doctor en Filosofía por la Universidad de Innsbruck. Catedrático de Filosofía en la Universidad de Deusto-Bilbao, ha proyectado una filosofía cultural de signo antropológico, que según Jean Grondin sería la mejor situada para saber leer “entre líneas” autores y obras de temática existencial. Estudioso de la mitología vasca, ha colaborado con el famoso Círculo de Eranos (Suiza). Entre sus obras destacan: La nueva filosofía hermenéutica, Heidegger y el ser-sentido, Metafísica del sentido, Amor y sentido, La diosa madre, Las claves simbólicas, Visiones del mundo. Ha dirigido el Diccionario de la existencia y el Diccionario de hermenéutica, y es Director de la colección Hermeneusis de la Editorial Anthropos. Fundador de la Hermenéutica simbólica. Es Miembro de honor de la Sociedad española de Psicología analítica.

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Artículo de…

André sOrtiz-Osés Un chillido/irrintzi por Chillida Jorge Oteiza fue mi amigo, y su obra me ayudó a ubicarme en el País Vasco abiertamente. Pero finalmente ha sido la obra de Eduardo Chillida la que me ha ayudado a abrirme del País Vasco, sobrevolando su espaciotiempo, de acuerdo a la divisa chillidiana de que más vale pájaro volando libre que cautivo en la mano. Este es el breve relato de mi tránsito final de Vasconia a Aragonia, de Bilbao a Zaragoza, del mar al altiplano y del espaciotiempo oteiciano al tiempoespacio chillidiano. Era diciembre en Bilbao y, por tanto, en todo el mundo, mas de la noche a la mañana se nos anuncia que cerraban inminentemente nuestra residencia diocesana en Begoña, sin duda por motivos económicos de la indichosa crisis. Con casi 70 años pensé que continuaría con mis viejos cofrades en alguna de las otras residencias diocesanas, pero no: a los no oriundos se nos prohibía acceder a las otras residencias diocesanas precisamente por no ser autóctonos, aunque mi madre fuera vasconavarra, tenga Rh negativo, lleve 37 años entre los euskaltecas y haya investigado el “matriarcalismo vasco”. Sin duda era el “matriarcaRlismo” de la santa Madre y Madrasta (para decirlo con san Agustín), o sea, el neocarlismo eclesiástico vascote, el que nos dividía entre oriundos y forasteros, autóctonos y exógenos, separatistas y separados. Yo ya lo había denunciado tiempo ha: el peligro del nacionalismo es el “nazi-onanismo”. Así que la Curia coriácea y crustácea me dejó colgado. Como alternativa irredenta se me ofreció impersonalmente otra residencia impracticable, con una habitación frente a la Estación central que vibraba de ruido al paso de trenes, autobuses y coches. Recibí un 6

auténtico shock la primera noche en vela o velatorio, y decidí volver con mi edredón nórdico a cuestas a mi antigua residencia todavía abierta. Pero el Sanedrín fue inflexible, y el obispado decretó como irreversible mi marcha, desconociendo que el tiempo cristiano es precisamente reversible frente al destino pagano ciego/aciago. Aguanté así abandonado una semana durmiendo en el pasillo y en el baño de la residencia imposible, hasta que mis colegas jesuitas de Deusto me cobijaron espléndidamente en su Colegio Mayor, justo al lado de mi Universidad y Alma Mater. Me sentí aplastado como un gusano por la maquinaria y su maquinismo impersonal, por eso yo proyectaba compensatoriamente las figuraciones de Chillida, tanto de sus huecograbados como de sus abrimientos. Finalmente, y tras un descanso reparador en mi natal pueblo aragonés, acogido por la hermandad de mis hermanos, decidí marcharme a vivir la jubilación en el gran Seminario de san Carlos en Zaragoza, donde otrora vivió y enseñó el gran Baltasar Gracián, el literato que interpreta la vida como un engaño y la muerte como un desengaño. Y aquí estoy bien acogido, cerca de la familia paterna y de los viejos amigos, recuperando la infancia y la adolescencia, organizando un hueco chillidiano donde poder respirar y caerme muerto en su día. En realidad sólo necesitaba lo que ya tengo para volver a ser medianamente feliz, un espacio abierto y un presente transeúnte. Mientras que el tiempo es un presente transitivo, el espacio es un presente transido: transido por el hombre y sus huellas temporales, cuya presencia ausente posibilita nuestra presencia presente, una presencia en mi caso ya algo ausente por cuanto terminal.


Temía el refrán popular recordado por mi hermana, según el cual “el viejo en nueva jaula se muere”. Pero cuando esa jaula es reconocible, como es mi caso, entonces el viejo renace y pervive. Repito, yo sólo necesitaba un hueco u oquedad simbólica, en el que inscribir la propia soledad en compañía ajena. Ha sido E. Chillida quien ha apuntado que el tiempo es transtemporal pero precisa del límite espacial, de modo que el presente no es propiamente dimensional pero se dimensiona, delimita y enmarca. Esto significa para mí una afirmación de la libertad espiritual que sobrevuela todo límite o limitación material, toda dimensión o medida exterior, de un modo solitario y autoafirmativo, pero que se ejerce humanamente al encarnarse o humanizarse solidaria y heteroafirmativamente. El País Vasco, mi tierra materna, me ofreció ese hueco o espacio vital durante 37 años claves de un modo oteiziano, pero ahora Aragón me ofrece su hueco o espacio mortal para la eternidad, transtemporalmente, chillidianamente. En los viejos columbarios romanos se escribía sobre las urnas funerarias una breve sentencia lapidaria: “ad superos evolavit – voló a lo alto”. En mi caso no he sobrevolado muy alto sobre mi viejo País Vasco, solamente doscientos y pico metros sobre el nivel del mar, por eso puedo aún divisarlo y contactarlo. En este mi último sobrevuelo simbólico y real me ha resultado decisivo recuperar la memoria de E. Chillida, quien primero me propuso la imaginación del horizonte abierto y de la luz, luego del peine del viento y finalmente de la casa del padre y del abrazo destinal. Aquí en Cesaraugusta tengo un horizonte luminoso y abierto de par en par, aunque contrarrestado o delimitado por la propia ciudad que funge como peine del cierzo en mi tierra paterna, es decir, en mi patria chica pero no achicada, en la que pienso

descansar en paz. Desde estos nuevos lares lanzo como un Begirari u Observador vascoaragonés un chillido/irrintzi por Chillida, el abridor de todo espacio cerrado y de todo tiempo encerrado. He aquí que el “hueco” es el modo lógico de quitar poniendo (modus tollendo ponens) y de poner quitando (modus ponendo tollens). A lo largo de la vida tratamos de hacernos un hueco a base de quitar algo para poner o aportar nuestro aporte al otro (criticismo y constructivismo). Complementariamente, en nuestra última etapa existencial realizamos la operación lógica correspondiente, la cual funciona poniendo nuestro aporte al borde del vacío, en oferencia u oblación a la otredad u otración simbolizada por la muerte. De este modo, nuestra actitud vital es de aferencia, mientras que nuestra actitud mortal es de oferencia: pero en ambos casos el hueco u oquedad existencial funciona como apertura o abrimiento radical. Andrés Ortiz-Osés Deusto-Bilbao y Zaragoza

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MarianoGarcía Entrevista

Entrevista Realizada por Mariano García, aparecida el 10 de marzo de 2012 en el periódico «Heraldo de Aragón». Desde El Perro Blanco agradecemos el permiso concedido para su publicación.

«Aragón tiene más corazón» Andrés Ortiz-Osés I Filósofo I Después de vivir durante 37 años en el País Vasco, el filósofo Andrés Ortiz-Osés ha regresado a su Aragón natal. Vive en el Seminario de San Carlos, donde prepara su próximo libro. Jubilado desde hace un par de años, y a punto de cumplir los 70, Andrés Ortiz-Osés ha regresado a Aragón antes de lo que esperaba. De la noche a la mañana cerraron la residencia diocesana de Bilbao, donde vivía, y la alternativa que le ofrecieron era un incordio. Por increíble que parezca, uno de los filósofos españoles de mayor proyección internacional acabó durmiendo en un pasillo para huir del ruido de su habitación. Se refugió luego en un colegio mayor. «Estaba de maravilla pero, ¿que hacía allí con chavales de 20 años?», se pregunta. Así que cogió su ordenador y viajó hasta Zaragoza. «Vengo a morirme bajo el manto de la Virgen del Pilar», asegura sin un ápice de emoción en la voz. Vive en el Seminario de San Carlos, donde trabaja en su próximo libro, El dolor de ser hombre. En su conversación, como siempre, hilvana aforismos y salta de un tema a otro con rapidez vertiginosa. ¿Qué tal el regreso? Muy bien, estoy reencontrándome con mi familia, con mis amigos... He pasado de los saberes de mi estancia en el País Vasco, vinculado a la Universidad de Deusto, a los sabores de Aragón; he pasado de la cerrazón a la franquicia, del Cantábrico al Mediterráneo, de una melopea vasca a recuperar mi origen aragonés...

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Así que encuentra muchas diferencias... Claro. El tipo aragonés es contrastado; el vasco, contristado. El aragonés es duro por fuera y blando por dentro; el vasco es al revés. Aragón tiene más corazón, y yo lo estoy redescubriendo. ¡Tengo tal cúmulo de sensaciones...! Voy a cumplir 70 años y aquí, en Zaragoza, voy a tratar de hacer de puente viejo, de mediador entre derecha e izquierda. Usted ha reflexionado mucho sobre lo vasco. A veces, con polémica, como cuando dijo que el nacionalismo era en realidad un ‘nazi onanismo’. Aragón... El aragonés es más anarcoide e individualista que el vasco, que es bastante más grupal, lo que es bueno y malo a la vez. A mí me gustaría que los aragoneses estuviéramos mucho más unidos. Pero veo una gran división entre la derecha, que corre el peligro de convertirse en derechona, y la izquierda, que puede llegar a ser izquierdona. Gracián, al que deberíamos seguir mucho más, aboga por la intermediación de contrarios. Necesitamos símbolos compartidos, no partidos, como los que tenemos ahora. Aragón tiene un toque exagerado, casi extremista, y eso nos lleva a una cierta disgregación.


También sufrimos cierto complejo de inferioridad, ¿no? Porque somos inferiores en algunas cosas, como en número de habitantes, o porque hemos perdido el esplendor de la Corona. Pero Aragón es el corazón de España, no nos podemos aislar. Gracián, vuelvo a él de nuevo, decía que el aragonés es un desengañado, un desencantado. Esa es una gran filosofía de vida. Porque el desengaño surge cuando uno pierde o se despoja del engaño en que uno vive. En cierto sentido, la crisis que ahora vivimos es también un desengaño. La crisis es mundial, y no solo económica, también es científica, religiosa... Esto ha roto todos nuestros cobijos tradicionales... El origen de la crisis ha sido el optimismo, en parte ilustrado, y en parte avariento. No hemos tenido en cuenta la vejez, la finitud de todo, incluida la vida. Y no lo seguimos teniendo en cuenta, pese a que, de repente, hemos descubierto que el universo es desasosegante, y que el hombre, en él, apenas es una mosca, una pulga. De repente, han aparecido el azar y el caos en nuestras vidas. Siempre han estado ahí. Claro. Pero hay que volver a repensar la realidad que es, a la vez, matemática y caótica. Y no hay ninguna contradicción en ello, porque todo es así: el hombre avanza retrocediendo. La vida se proyecta a costa de la muerte, vivimos a costa de ir muriendo un poco cada día. Pagamos la vida con la muerte, el amor con el desamor... todo tiene su precio. La nuestra ha sido una visión desmesuradamente optimista de la vida. Pensábamos

que todo era posible, que éramos eternos, que podíamos curarlo todo y ser felices. Y de repente... hemos caído en la realidad. Y hemos comprobado que es eucatastrófica, una catástrofe organizada. ¿Qué hay que hacer para salir de la crisis? Todo el mundo cree que lo que ha fallado es la ética, el bien, la bondad... Pero yo creo que los fallos vienen del bando contrario, del mal, que no lo hemos asumido. No debemos aspirar a hacer el bien, sino a arreglar el mal. Ha fallado la austeridad, la sencillez, la humildad. Hay que reivindicar el regreso a una vida sencilla, estoica y epicúrea a la vez. Los estoicos predicaban la contención; los epicúreos, la ‘contentación’, la satisfacción con lo que uno tiene y es. Usted es el ‘padre’ de la hermenéutica simbólica. ¿Cómo explicaría a un profano ese término, esa filosofía? La hermenéutica habla de la Verdad humana y de su sentido. Busca siempre ir más allá de lo aparente. Por ejemplo, ¿es verdad que ahora es de día? Pues sí, pero a la hermenéutica no le sirve esa respuesta, ya que en nuestras antípodas es de noche. Así que lo que busca es responder a otra pregunta: ¿qué sentido tiene que ahora sea de día aquí? Y es que no somos ‘homo sapiens’; eso es algo presuntuoso por nuestra parte. Somos, en realidad, ‘homo incipiens’, porque no sabemos más que cuatro cosas mal contadas. Y nos estamos endiosando, atontando... Pobre del que crea que sabe algo, porque no sabemos nada. Estamos perdiendo el sentido de la vida por nuestra arrogancia. Y por nuestra cerrazón.

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Está trabajando en su próximo libro, El dolor de ser hombre. Vaya título pesimista.

El libro estará lleno de aforismos, porque es su forma de hacer filosofía. Por cierto, el filósofo, ¿nace, o se hace?

Bueno, lo que ocurre es que, para poder ser optimista, hace falta ser pesimista. Ese dolor, asumido, da placer, equilibrio, placidez. No hay que huir de ese dolor, sino abrirse a él. Lutero decía que el mal moral, el pecado, consiste en cerrarse en uno mismo, en no abrirse al otro. Y tenía razón. Hay que hacer una vida, una política, una cultura abiertas... En este momento de crisis, España necesita abrirse más a Europa. En el franquismo, nuestro contexto era africano; en la democracia, es europeo. Y Europa significa más trabajo, más reglamentación, vivir más solidariamente...

Nace. Hay algo genético, algo natural. Recuerdo que desde muy niño yo conversaba con mi madre sobre la vida y la muerte, que es el eje sobre el que gira el mundo, y seguro que eso explica todo lo que he sido después. Lo bueno de los aforismos es que lo ‘rompen’ todo, que ‘llegan’ al lector. Y eso para mí es muy importante, porque mis libros no han ‘llegado’ como a mí me hubiera gustado.

EL

Mariano García HA

FUNDADOR DE LA HERMENÉUTICA SIMBÓLICA

Nacido en Tardienta en 1943, Andrés Ortiz-Osés es una de las voces más personales de la filosofía contemporánea. Estudió Teología en Comillas y Filosofía en Roma. Asegura que ha tenido «dos grandes suertes en la vida: estudiar en Innsbruck y dar clases en Deusto». Ha colaborado con el Círculo de Eranos, inspirado por Jung, y del que han formado parte intelectuales como Karl Kerenyi o Mircea Eliade. Está considerado el fundador de la hermenéutica simbólica. Aunque ha sido profesor en las universidades de Zaragoza y Salamanca, es en Deusto, donde ha ejercido como catedrático de Filosofía, el lugar en el que ha desarrollado la mayor parte de su labor didáctica. Su estancia allí la ha aprovechado para reflexionar sobre la mitología vasca. Ha publicado una treintena de libros, entre los que destacan ‘Antropología hermenéutica’, ‘El matriarcalismo vasco’, ‘Metafísica del sentido’, ‘La herida romántica’, ‘Las claves simbólicas de nuestra cultura’ y ‘Antropología simbólica vasca’.

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VivecaTallgren

Artículo

Vilhelm Hammershøi och antydningens konst

Vilhelm Hammershøi (1864 – 1916), en av de intressantaste gestalterna i dansk konst, presenteras i ett nytt ljus på utställningen Hammershøi och Europa på Statens Museum for Kunst i Köpenhamn. Under de senaste femton åren har Hammershøi åtnjutit stor respekt också i utlandet, och hans konst har visats på retrospektiva utställningar både i Europa, USA och Japan. Hammershøi är känd för att gå sina egna vägar och var från början av sin karriär på kollisionskurs med de på Konstakademin gällande stilistiska normerna. Men med utställningen på Statens Museum for Kunst vill man göra upp med myten om Hammershøi som en ensling i dansk konst och visa att han också lät sig inspirera av andra konstnärer, både danska och utländska. Utställningen, som visar 90 målningar inalles, är en satsning med unika lån från hela världen, och avsikten är att belysa en direkt påverkan av samtida europeiska konstnärer som Whistler, Carrière, Fantin-Latour, Gaugin, Seurat, Khnopff, Puvis de Chavannes, Munch och Bonnard. Utställningens första sal är en introduktion till fenomenet Hammershøi med ett fint urval av de för hans konst så karakteristiska interiörbilderna med tomma rum, en stängd dörr eller flera halvöppna, ett fönster som solljuset tränger igenom. Det är tomheten och de övergivna landskapen och byggnaderna som fascinerar. På Hammershøis tavlor står tiden bokstavligt talat stilla, och de få människor, som uppträder, verkar som om de frusit fast i deras rörelser och helt mistat kontakten med varandra. Man fängslas av allt det outsagda, som gömmer sig bakom denna stillhet. Hammershøi är en antydningens konstnär. Han beskriver inte de yttre men de ”inre” händelserna, det själsliga livet om man vill, och på den punkten var han en ensling i den

samtida danska konsten. ”Han skalade bort berättelsen”, som en av utställningens arrangörer, Kasper Monrad, skriver i en artikel om Hammershøi. Tavlan Konstnären och hans hustru var Hammershøi sitter med ryggen till och hustrun sitter mitt emot honom och tittar ner på bordet antyder att det möjligen försiggår något pinsamt mellan de två, en bristande kontakt eller något intimt. Men exakt vad som försiggår mellan dem ligger i det ovissa. Hammershøis konst har ett existentiellt perspektiv. Interiörbildernas halvöppna eller stängda dörrar, som så ofta uppträder på hans tavlor, manar till ett existentiellt val. Att gå genom dörren kan innebära att gå in i det okända, som i Huxleys ”Doors of Perception”.

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Man kan gå in eller låta bli och stanna kvar i rummet, och det är kanske just avskrivningen av det existentiella valet, som Hammershøi försöker uttrycka med de personer han målat. D.v.s. den ensamhet och brist på kommunikation som uppstår, om man inte vågar gå in genom dörren till det okända, och bryta tystnaden. I tavlan Tre unga kvinnor sitter tre kvinnor tillsammans, men de har ingen kontakt med varandra. Deras blickar går i olika riktningar, vilket antyder en spänd stämning eller rentav en konflikt, som kanske kunde lösas om de vågade kommunicera. Efter introduktionen till Hammershøi kommer man in i utställningens huvudavdelning var Hammershøis tavlor går i en dialog med andra europeiska konstverk. Hammershøis första tavla, Artemis, som föreställer fyra mytologiska kvinnofigurer, har en slående likhet med Puvis de Chavannes Unga kvinnor vid havet, som Hammershøi varit påverkad av. Bådas kvinnofigurer befinner sig i en drömvärld utan kontakt med varandra. Helt central för denna utställning är den amerikanska målaren James McNeill Whistlers Arrangemang i grått och svart nr. 1: Porträtt av konstnärens mor från 1871, som har betytt mera än någon annan tavla för Hammershøi och som efter att den visats på en utställning i Paris år 1883 fick stor betydelse för samtidens konstnärer. Tavlan visar en gammal kvinna i profil som sitter uppslukad av egna tankar. År 1886 målade Hammershøi et porträtt av sin egen mor, också sittande i profil, men utan de raffinerade detaljer, som Whistlers tavla hade.

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Den bristande kommunikationen mellan människor är också ett gemensamt tema för Henri Fantin-Latours gruppbild Ett hörn av bordet och Hammershøis Fem porträtt, som f.ö. är ett av utställningens sensationella lån från Thielska galleriet i Stockholm. Båda tavlorna föreställer en grupp konstnärer, som sitter vid ett bord men utan att ha någon kontakt med varandra. Den nya Hammershøi-utställningen har av kritikerna fått ett blandat mottagande. Både själva upphängningen och idén med att jämföra Hammershøis målningar med europeiska konstverk har fått av några danska konstkritiker uppfattats som sökt. I tidningen Politiken skriver Peter Michael Hornung (3.2.12) att konstverken kom mera till sin rätt i den bok, som utgetts med anledning av utställningen. ”Det beror på en upphängning som har prioriterat de historiska principerna och den konstpedagogiska argumentationen på bekostning av respekten för den enskilda bildens aura.” Med stora satsningar som denna utställning, blir det ofta så att man är mättad redan efter att ha sett hälften – inte minst med existentiella utmaningar som Hammershøis konst. Viveca Tallgren Hammershøi og Europa. Statens Museum for Kunst, Köpenhamn, t.o.m. 20. maj2012 Publikation: Hammershøi og Europa, 256 sidor. Utges också på engelska och tyska. 298 DKK.


Sección dirigida por Alicia Silvestre

Voces

de Brasil I ANDERSON BRAGA HORTA

Anderson Braga Horta nació en Minas Gerais, Brasil, el 17/11/1934. Reside en Brasilia. Poeta, cuentista, ensayista. Poemas traducidos al alemán, español, francés, inglés e italiano. Libros de poesía: Altiplano e Outros Poemas, Marvário, Incomunicação, Exercícios de Homem, Cronoscópio, O Cordeiro e a Nuvem, O Pássaro no Aquário, Pulso e Quarteto Arcaico, publicados entre 1971 y 2000; Fragmentos da Paixão: Poemas Reunidos, S. Paulo, 2000; Antologia Pessoal, Brasilia, 2001; 50 Poemas Escolhidos pelo Autor, Rio, 2003; Soneto Antigo, Brasilia, 2009; Elegia de Varna, trad. Rumen Stoyanov, Sófia, 2009; Signo: Antologia Metapoética, Brasilia, 2010.

Parábola y otros poemas Trabalha diligente o velho jardineiro, de cuja mão depende a sorte do jardim. Cuida de cada planta e de cada canteiro e seu árduo labor parece não ter fim.

PARÁBOLA

Trabaja diligente el viejo jardinero, en cuya mano está la suerte del jardín. Cuida de cada planta y de cada cantero y de su ardua labor no se vislumbra el fin.

Sua mão despejou a alegre sementeira no solo que ela mesma adrede preparara, e é sua mão que aduba, e escora, e poda, e joeira, dentre as flores que cria, a mais bela e mais rara.

Con su mano esparció la alegre sementera en suelo que ella misma adrede preparara, y es su mano que abona, y poda, y criba, obrera, de las flores que crió, la más bella y más rara.

Mais que todos, conhece o valor do trabalho. Mas sabe ele também que, da raiz ao galho e do caule à corola, o anélito, a palavra,

Más que todos conoce el valor del trabajo. Pero sabe también que, de la raíz al tallo, del ramo a la corola, el soplo, la palabra,

o sopro, a seiva, o canto, a lúcida placenta não é ele o demiurgo, o pródigo que a inventa, e é preciso esperar que a rosa aos ventos se abra.

la savia, el canto, en fin, la lúcida placenta, no es él quien, demiurgo y pródigo, la inventa, y espera a que por fin la rosa al viento se abra.

Rompe a manhã, senil, semeada de escombros. Perde-se o meio-dia entre nimbos. Escura pende a tarde, sabendo a cinza e sepultura. O poeta carrega a noite nos ombros.

SÍSIFO

Rompe la mañana, senil, sembrada de escombros. Se pierde el mediodía entre nimbos. Oscura pende la tarde, sabiendo a ceniza y sepultura. El poeta carga la noche sobre sus hombros.

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BALANÇO

BALANCEO

O mundo não acabou. O Reino prometido não chegou. E as novas profecias falam de fome, peste, guerra.

El mundo no se ha acabado. El Reino prometido no ha llegado. Y las nuevas profecías hablan de hambre, peste, guerra.

As ideologias baqueiam, mas resistem. O dogma levanta-se do chão das críticas talvez mais forte. A intolerância cede aqui, o fanatismo ruge acolá. A razão se perde em sem-razões. Na desrazão o embuste se robustece. A tribo opõe-se à humanidade.

Las ideologías se tambalean mas resisten. El dogma se levanta del suelo de las críticas tal vez más fuerte. La intolerancia cede aquí, el fanatismo ruge acullá. La razón se pierde en sinrazones. En la desrazón el embuste se robustece. La tribu se opone a la humanidad.

Mas o poeta quer sobreviver. E recomeça, eterno, a invenção da utopia.

Pero el poeta quiere sobrevivir. Y recomienza, eterno, la invención de la utopía. Anderson Braga Horta

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Sección dirigida por Andrés Rubio

Artes plásticas Ilustraciones de…

JaimeAsensi

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Caperucita y el lobo: En la revista TEMPOS NOVOS para un cuento de J. A. Perozo


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POE-DARWIN: Para una exposici贸n virtual de la Asociaci贸n Galega de Profesionais da Ilustraci贸n


Filosofía

Sección dirigida por Antonio Muñoz Ballesta

El valeroso Ben Bal–lesta reivindicando Al–Andalus dedica la presente novela a Don Quixote (del cristiano joven casi judío y erasmista Cervantes) Capítulo 6 o de cómo Ben Bal-lesta esperando en El parador al duende de Derri-dadà encontró otro escrito de Cide Ha-mete Ben- Engeli en el que pudo leer: “El mensaje del duendecillo ( Derridadà ?) me emocionó sobremanera: “El escritor siente íntimamente que escribir es lo mejor que le ha pasado en la vida con independencia de las consecuencias económicas y logros sociales que puede lograr mediante lo que escribe”. Vaya, pues yo no sería nunca una gran escritora. A mí sí que me importaba el triunfo, la consideración social y mucho más la cuestión económica, desde luego. Pero el duendecillo que se llamaba Eduardo y vivía en una torre de veinte pisos frente a la playa de San Juan en Alicante emitió unos sonidos que parecían palabras cuando le confesé que yo aspiraba a un Cervantes o a un Planeta. — . Y que traducidas venían a decir lo siguiente: —Querida amiga, escritora en ciernes, escribe sobre aquello que te interese, y lleves dentro, no importa que sea evanescente o quimérico, porque así harás una realidad ficticia. La literatura es rebeldía, dejar de vivir la vida actual, vivir una mentira que encubre una profunda verdad. Pero deja a un lado los reconocimientos y premios, que sólo se los llevaran algunos que no siempre coincide con los buenos escritores; tú sabes que la lista de best-seller está llena de mediocres escritores. Lo tenía crudo. ¿Qué relato podría escribir yo que le interesara al duendecillo, experto en filosofía, física cuántica, enamorado de la biología molecular,?. Mis lagunas eran importantes, desconocía la teoría del cierre categorial con su M30 adosada; del realismo político había leído escasamente un par de autores, francamente, la democracia americana me quedaba muy lejos y me importaba un bledo. Había innumerables materias de las que yo era profana, ¿Qué bagaje cultural aportaría yo a mis novelas?.” Levantó los ojos del texto Ben Bal-lesta para veros de veras (lector) y Derri-dadà-que-ya-estabaallí le es-petó: “La deconstrucción es un tipo de 18

pensamiento que critica, analiza y revisa fuertemente las palabras y sus conceptos. Lo expliqué en «Carta a un amigo japonés en Croquetas de Mar», la voz «déconstruction» intentaba traducir y reapropiar para sus propios fines los términos heideggerianos Destruktion y Abbau; pero la palabra francesa tienes variados usos, más consistentes con sus intenciones. El premio que me otorgó la Universidad de Cambridge en 1992, era manifiestamente mejorable pues «su inadecuación a los estándares de claridad y de rigor» era patente (de corzo).» Pudo librarse de su contexto derridadiano y siguió leyendo hasta al final: “Luego pensé que tampoco necesitaba demasiada preparación teniendo en cuenta que yo quería escribir como Stephen King, relatos de terror, eso era fácil. Pretérito imperfecto, frases cortas, entrar, salir, ver un fantasma, un muerto, un asesinato. Y si no, también podría explotar la veta del tema fantástico, o ambos al mismo tiempo. —Ya lo tengo—le dije un día al duende—escribiré sobre un hombre que orina gasolina. — ¿Cómo? —Un hombre se levanta por la mañana y se percata que mea Gasolina, o Diesel, y cuando tiene gases defeca olivitas negras. Platón denominaba me ón al que sólo era capaz de dar opiniones y no decir la verdad, y, a la misma vez consideraba que el buen pastor de un rebaño de ovejas o cabras era semejante al buen gobernante y los ciudadanos eran como las ovejas o cabras pero sin cuernos. ¿Por qué no podrían haber evolucionados hacia el mear gasoil y cagar olivas negras? Siempre se ha dicho lo de que “si quieres olivas negras: cómprate una cabra.” — ¿Olivas negras? —Sí, ¿Tienes algo contra las olivas negras partías? —Odio que tiren los huesos al suelo, qué ordinariez, —dijo el duende


La culpa la tengo yo por echarme como crítico literario a un duendecillo, un irresponsable de la filosofía, de esos que piensan que saben mucho porque dominan la teoría de cuerdas y mundos paralelos, y que te miran de arriba abajo, y de abajo arriba, eso si, condescendientemente. — ¿Y por qué no?—le dije elevando el tono de voz—Si Bioy, o vi hoy, Casares escribe sobre el amor entre una joven y su novio que es un salmón en un río, y a todo el mundo le parece bien o bien está para la crítica, original y fantástico, o el mismísimo Cortázar en Carta a una señorita de Paris, donde un personaje vomita conejos, ¿por qué los come? Digo yo, pero es mucho decir. ¿Por qué no he de tener yo en mi cuento un protagonista, también fantástico, que orine Diesel, o gasolina sin plomo si me place y a él también por necesidad ?. Un cuento es como una pintura que cura. Tienes el lienzo, coloreas, una pincelada por aquí, otra por allí, y al final el marco que es indispensable y que le da verdadero valor a la obra y a cobrar. —¿El hombre puede mear gasolina sin plomo?—el duendecillo se quedó mirando al infinito tras sus gafas de duendecillo Eduardo. Y terminó diciendo — — que significa “ah, Adolfo”. ¿Qué querrá decir? Por la noche recostada en mi cama me percaté que estaba hablando del oficio de escribidor con un duende. ¿Hay algo más fantástico que eso? Me fije en algunos detalles que antes pasaron desapercibidos. Parecía terco y también susceptible. ¿De dónde diablos había salido? Sólo recordaba haberlo visto en la playa de Alicante, una noche de verano, víspera de San Juan, salió por entre las hogueras para decirme: . Le sonreí, era de color marrón y tenía una franja en el pecho de color rojo. La única prenda que vestía era unos pantalones de franela gris, nada más; porque iba descamisado, sin zapatos, sin gorra. Decidí escribir la historia de Luis sin importarme lo que dijera el duendecillo Eduardo. Luís se quedó sin gasolina. Aparcó en un área de servicio de la ciudad M. al abrigo de un árbol; y bajándose los pantalones sacó su pito y llenó el depósito de gasolina. En ese preciso instante vio a otro hombre que hacía lo mismo: llenaba el depósito del vehículo que conducía con gasolina sin plomo. Era un representante de máquinas leasing para dentistas que descansaba antes de reiniciar su viaje a Madrid. Entablaron amistad. El de Madrid decía conocer la técnica para cambiar de Gasoil, Super o Aceite para el motor con tan sólo la alimentación de la noche anterior. A Luís

Jorge Luis Borges y Jacques Derrida. Buenos Aires, Departamento de la calle Maipú. Octubre de 1985. Collage de J.F. Nevado.

esto último le interesó, sobre todo la cuestión del aceite que costaba ya trescientos euros una lata de cinco litros. Luís no le contó su extraordinaria producción de olivas negras partías, eso sí que no, qué vergüenza. Se despidieron y se dieron los teléfonos. Después me dí a unas reflexiones que le insuflara al texto cierto nivel cultural. Aproveché para utilizar las siguientes palabras: ontológico, la expresión “banalidad del mal” que me gustaba mucho y la había oído en una tal Arendt o Heller, y que la gente repetía sin cesar como si hubiesen encontrado una mina de oro, epistemología, simploké, y también algunas frases que copié de consagrados autores y a las que cambié los sustantivos manteniendo la misma sintaxis y giros con la esperanza de que el duende no se percatara del asunto. Le envié el cuento por correo electrónico elduendedelafranjaroja@gmail.com. La respuesta no se hizo esperar. Se presentó en mi casa al día siguiente, con una Black-decker en la mano, y fumando un puro en la otra. Pretendía destrozar mi escrito o si no quemarlo. Pero yo le dije que ni hablar del peluquín, de ningún modo, era mi crítico literario y así íbamos a seguir. Así que le dí un cuadro para que me lo colgara y aprovechase la Black-decker. Nada más terminar tuvo que sentarse condolido por el esfuerzo realizado. Hice café para reanimarlo. —Verás—me dijo una vez que hubo reaccionado—no hay por dónde cogerlo. Qué disparate. —¿Qué es lo que no se puede coger? ¿El cuadro? Se notaba que no quería herirme pero fue tan delicado como sólo un duende marrón con franja roja puede llegar a serlo. —NO, tu cuento. No deja de ser una redacción escolar. —¡Calla!—dije tapándome los oídos horroriza19


da porque no quería oirlo—¡Válgame Dios! —Es la manera que tienes de contarlo resulta ridícula y nada creíble.—Ya estaba dicho. —¿Y te parece creíble que un lobo de mar, un tío curtido con pelos en los huevos, estuviese persiguiendo a una ballena como si ésta fuese su mayor enemiga, no habría otras cosas más convenientes para meterse como la inflación, el paro, la esclavitud, qué se yo? —Es una novela del siglo XIX —¿Y Qué?—pregunté indignada, ¿o grité? Ya no recuerdo —Lo que cuenta y el modo en que lo hace constituye una indestructible unidad. —¿Y Qué?—volví a preguntar. (esta vez no grité, estoy segura de ello) El duende empezó a colgarme otro cuadro, pero yo lo retuve y le hice que se sentara de nuevo. —Está bien. Cambiaré el texto.—le dije—eh! escribiré sobre un señor que se levanta por la mañana y es una cucaracha . — —dijo el duende —Eso sí, una cucaracha que orina gasolina. El duende enmudeció largo rato. Su silencio me sacó de mis casillas. —¿Eso sí te parece bien?!!! ¿Eh?!!!—y enseñe los dientes—Que un tío se convierta en cucaracha te parece bien, pero que orine gasoil no. ¿Verdad?!!! —Kafka fue convincente. Encontró la manera de relatarlo. Y lo hizo creíble. Lo siento pero él tenía poder de persuasión, tú no. Entró el recio escarabajo Muñó, er pelotero, con sus espaldas anchas, comiendo marmitako a dos carrillos. Se paseaba por la franja roja del duendecillo, mientras éste hablaba de Kafka. Se bajó de un saltó del pecho del duende y cayó rodando. Quedóse trastornado er Muñó en el suelo, con la pata trasera coja y se instaló en mi casa definitivamente. Hablamos de Monterroso pero porque el duende sacó el tema: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. —¿A qué se refería con lo del dinosaurio?— pregunté al duende que parecía saberlo todo. —Es un resumen del historicismo, de todos los géneros de la narrativa, lo fantástico, el terror, la ciencia ficción, hasta el erotismo. —Me parece demasiado largo—dijo er Muñó. Cáspita!!! —dije yo. Lo tengo. Un hombre duerme mientras observa un pájaro y luego, cuando despierta ahí está. Cómo usted sabe, le dije al 20

duende, un pájaro es un dinosaurio terópodos. Me negó la mayor. —No lo creo. —Hagamos marmitako—dijo er Muñó sin prestarnos la menor atención. ¿Qué hacer? El duende erre que erre, y el escarabajo a lo suyo que es comer. ¡Qué obsesión con el marmitako! ¿y mi relato? ¿Qué pasaba con mi relato?. Lo aparté y lo dejé para después. —Está bien hagamos marmitako. Buscamos en Internet la receta. Qué cabrones ponen la receta y no el procedimiento, y además ocultan datos. Eso decía er Muñó. Pero el duende que era más racional hizo una derivada y otra serie de cálculos, dificilísimos, y encontró las proporciones: “dos kilos de patatas hermosas, y atún cortado en dados ¿Cuánto? ¼” Comimos como pescadores del norte, por un momento nos olvidamos de mi cuento, y hablamos de cualquier cosa o de nada, que es lo mismo. Er Muñó, er Muñó, ,inconsciente, se hizo una pelota, y se subió al sofá. El duendecillo tenía una leve mancha de aceite en la franja roja. Fue al baño y se la quitó con jabón de lagarto. Pero no se iba. Yo le dije: no te preocupes, tengo activador, y lo metí en la lavadora de cuatro colores. El duendecillo marrón con franja roja en el pecho daba vueltas en la lavadora. Yo lo veía pasar como si estuviese en una noria, y él, pobrecito, me decía adiós con la manita derecha cada vez que pasaba. Puse cincuenta grados y el programa corto, para que no se le hiciese muy largo. Aumenté a noventa grados para que la experiencia fuese más intensa. En ese momento Er Muñó, que estaba en el sofá, despertó y se abalanzó sobre la lavadora cuatricolor. La detuvo. ¿Pero qué haces? – preguntó. Lo vas a matar.- afirmó. Pero yo le dije que no, que los duendes nunca mueren. Son incombustibles. Y de hecho el duende salió de la lavadora un poco mareado, pero limpito, con una reluciente raya roja, sin lamparones. Entonces cogió mi cuento y me dijo: Es lo mejor que he leído en mi vida. Final.” La lectura pura y dura me hace veros de veras, querido lector-dijo Ben Bal-lesta al levantar los ojos del nuevo texto de Ben Engeli, Cide Ha-mete. Aguahoney, año 3333.

Antonio er Muñò Ballesta


Poesía Sección dirigida por José Antonio Conde

Almudena Vidorreta

Almudena Vidorreta Torres (Zaragoza, 1986), licenciada en Filología Hispánica y máster en Estudios Hispánicos (Lengua y Literatura), trabaja actualmente en la Universidad de Zaragoza, donde desarrolla su tesis doctoral en torno a la Literatura española del Siglo de Oro. Ha publicado Tintación (Eclipsados, 2007), Ojos que no ven (“Premios a la creación joven” del

Instituto Aragonés de la Juventud, Gobierno de Aragón, 2007), Algunos hombres insaciables (Accésit del Premio de Poesía “Delegación del Gobierno en Aragón”, Aqua, 2009) y Lengua de mapa (XXII Premio de Poesía en Castellano “Universidad de Zaragoza”, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2010).

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Poemas de…

A l m u d e n a Vi d o r r e t a MUTILACIÓN y de las ciencias el estudio grave que alza la mente la región del cielo

Espronceda

Que vino un ángel y le cortó las alas porque hubo quien tuvo miedo de verla volar más alto, más lejos de lo que un poema suyo pudiera siquiera evocar. Castigo inútil. Tuvo piedad el mensajero con el suave bálsamo de la palabra porque, viéndola indefensa, le recordó que la mente se alza por la ciencia y su estudio grave hasta la más alta región del cielo. Y voló. Te lo advierto, si es que nunca antes lo hice: inútil proseguir con las mutilaciones. (Lengua de mapa, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2010)

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CEREZO Me corté los años en el tronco del cerezo que arrancasteis, como si fueran mis días una señal más confundida entre los círculos concéntricos que lo hacían diferente a cien mil otros. Vomitamos su fruto por temor a los gusanos y así también lo dejamos arder para aprovechar la madera sin preocuparnos lo más mínimo del olor que desprendía o del periodo de quemado. Debiéramos haber sangrado resina los dos pero estaba seca ya en sus cicatrices. Si hubiera estado cerca todo el tiempo sabríais que no es posible arrancar de raíz tanto amor y tanto miedo de la tierra. Los cerezos de corazón y el corazón mismo de los hombres tienen eso, que siempre dejan algo de su esencia germinando incontrolable en el lugar donde crecieron y dieron fruto, aunque a veces, de una forma inesperada, sean expulsados de su hueco o se hayan convertido por exceso de azúcar en mero pasto dulce de gusanos. (Lengua de mapa, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2010)

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V. El día de mi muerte estará lloviendo a cántaros. Mis dos hijos me mirarán desde los pies de la cama: ella, con la cabeza apoyada en mi pierna, él, arañando las sábanas con disimulo y rabia contenida... Es como su padre, pensaré, es igual, igual que su padre. Los tubos se acoplarán a mi nariz y mi garganta, correrán cientos de sueros por mis venas y el último de los hombres insaciables habrá hecho un par de llamadas inútiles para decirles a todos que me ahogo sin remedio. Miraré de reojo por la ventana inmensa y veré cómo la tempestad golpea los cristales, las gotas como balas anunciarán el final y no tengáis miedo porque él sabe lo que hay que hacer: deslizará su nariz por mi cuello tembloroso como tantas otras veces y me dirá al oído que niña, descansa, pronto dejará de llover. (Algunos hombres insaciables, Aqua, 2009) Almudena Vidorreta

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ChristianT.Arjona

Relato

Nació el 11 de diciembre de 1977 en Montgat, Barcelona. Cursó estudios de filosofía en la Universidad de Barcelona, y en el 2009 obtuvo el doctorado con una tesis sobre el misticismo de Miguel de Molinos y la vía espiritual de la quietud. Ha sido premiado en diversos certámenes de poesía, publicando los siguientes poemarios: Voz de nadie (Barcelona, 1998), Canción demorada (Oviedo, 1999), Cuando no aún el poema (Univ. La Laguna, Tenerife, 2001), Ecos y desvelos (Alzira, 2002) y Bajo la piel del roble (Girona, 2011). Algunos de sus poemas han aparecido en distintas antologías, como Poesía Pasión: Doce jóvenes poetas españoles, a cargo de Eduardo Moga (Libros del Innombrable, 2004); El jaiku en España, de Pedro A. de Haro (Hiperión, 2003) o Los poetas del silencio, de Juan Miguel Domínguez (adamaRamada, 2006). Es autor de diversos ensayos publicados en revistas literarias de Barcelona y ha realizado traducciones literarias del inglés al castellano de los poetas imaginistas y de la generación beat. Su pasión por las artes plásticas le ha llevado a trabajar en colaboración con artistas gráficos en proyectos que combinan escritura y pintura.

La desaparición de Dr. Nulla Cuando el Dr. Giovanni del Nulla despertó, el hexaedro todavía estaba allí. No había sido sólo un sueño enigmático, pues. Un día más, el Libro oscuro seguía sobre la mesa, cerrado con una cinta de cuero roja, con todas sus filacterias enrolladas, como las Escrituras dentro del pequeño estuche negro del tefilín, esperando a que alguien las desplegara de nuevo. Meses atrás, las autoridades académicas le habían hecho llegar un antiguo manuscrito encontrado en la cripta subterránea de una catedral recién derribada, y le habían pedido, como experto paleógrafo avezado a los más crípticos lenguajes, que analizara aquellos legajos inclasificables, miscelánea de textos que nadie había podido situar en la Historia ni en la geografía. El Dr. Nulla mantuvo sin abrir el pequeño volumen de tapas negras hasta que llegó a su estudio, en la buhardilla de un viejo edificio, donde dispuso todos los trebejos necesarios para el riguroso análisis: atril, luz focal, guantes de látex, pinzas, libretas y lápices para las notas. En la primera hoja en blanco escribió, a modo de guía para sus indagaciones: Origen, Estructura, Lengua, Temas, Autoría. Esta es la transcripción de sus observaciones y de las anotaciones y citas que fue añadiendo a lo largo de las semanas, entre corchetes, en los huecos de las páginas:

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Notas del Dr. Giovanni del Nulla sobre el [LL i b r o d e l o s A lf a b e t o s ] Lo primero que percibo al abrir la portada es un olor salado, un olor a papel que ha estado mucho tiempo sometido a la humedad. Entre las primeras páginas, dificultando el cierre del libro, pequeños granos de arena… Para empezar, trato de averiguar el ORIGEN del manuscrito, leyendo y palpando sus diferentes partes: la cubierta de piel oscurecida, con leves incisiones blancas que acaso sean restos del título original, desconocido por el momento; los varios pliegos cosidos, cada uno con su propia textura, con su especial olor y color, con tipos distintos de papel (biblia, pergamino, seda, lienzo…) Siguiendo las pistas que me han sugerido estos rasgos, esbozo diversos posibles orígenes, ninguno definitivo: desde remotas islas oceánicas hasta regiones desérticas septentrionales [por los tipos de arena blanca y roja hallada entre las hojas], y de las tierras orientales de Siberia y Norte de China, [muy probablemente, por ciertas inscripciones] a las occidentales, desde Gran Bretaña a las praderas del Rosellón [restos de ciertos líquenes y algún grabado traspapelado]. …Miro y remiro el libro, sus páginas, sus capítulos. Y después de algunos cotejos sorprendentes, por fin percibo una forma en el aparente caos, un esqueleto de orden en el tejido de los textos… [“No hay ninguna diferencia entre aquello de lo que un libro habla y cómo está hecho”]. Me fijo, pues, en la ESTRUCTURA: El Libro consta de seis Partes. Cada Parte consta a su vez de veinticuatro epígrafes, ordenados numéricamente bajo distintos Alfabetos, y encabezados por una gran letra inicial adornada [al modo del Libro de Kells]. Le llamaré, por esta razón, el “Libro de los Alfabetos”. …He podido distinguir, tras varios días de trabajo, tres modos de lectura de los versículos del libro: (1) la lectura vertical continua [El texto parece describir, desordenadamente, una serie de TEMAS inconexos]; (2) la lectura vertical discontinua [El texto, leído según ciertos saltos de epígrafes, parece seguir líneas “narrativas” de más fácil hermenéutica]; (3) la lectura transversal paralela [El texto, leído a saltos de Parte en Parte, genera series de resonancias temáticas aparentemente simétricas o armónicas]. Como posible formalización, y trasladándolo a la geometría tridimensional, puedo afirmar que cada Parte constituye un tetrahexaedro, un poliedro de veinticuatro caras. [El tetrahexaedro, o tetraquishexaedro, es uno de los sólidos tipificados por Eugène Charles Catalan, y se construye añadiendo pirámides chatas de planta cuadrada a las superficies de un cubo o hexaedro.] Cada uno de estos seis poliedros se encaja con los restantes, como las coronas y piñones de las ruedas dentadas, formando un engranaje dinámico cuyo motor de rotación es la lectura. [Ya al amanecer, tras una noche de muy inquietantes y laberínticos sueños, me doy cuenta de que el Libro es un caleidoscopio de seis posiciones: a cada vuelta de 60º, cambia la figura y el color del pequeño vitral.] Por último, y rizando el rizo de la formalización, también pueden aplicársele otras estructuras complejas, como la muñeca rusa (por su auto-inclusión isomorfa), la esponja 26


de Menger (por ciertas vacuolas de silencio que lo van subdividiendo) o los escarabajos de Mandelbrot (por su tendencia a la auto-replicación). …He vuelto a soñar con extrañas letras que se alargaban y movían como pequeños insectos, largas filas de letras que cruzaban la página como lentas orugas… Ya durante el día, perseguido aún por los jeroglíficos de la noche, trato de averiguar algo sobre las LENGUAS del Libro: los veinticuatro guarismos de cada Parte se corresponden con letras provenientes de los alfabetos hebreo, griego y cirílico, así como con caracteres tibetanos, ideogramas chinos y runas anglosajonas. Dentro del texto, sin embargo, descubro también, entremezclados, restos de otras lenguas modernas. [Me es imposible, pues, determinar un origen cierto del Libro, y sólo me atrevo a aventurar, como hipótesis, que es el producto de un coleccionista de signos trashumante y solitario, que decidió ordenar y encuadernar la suma de sus hallazgos]. …He podido observar, entre la espesura de referencias, algunos TEMAS recurrentes, recursivos. [A modo de urdimbre fija sobre la que se entrelazan las variaciones]. Podría resumirlos en cuatro clases: 1) Notas de viaje, mapas e itinerarios de diversos lugares del mundo; 2) Homenajes, fragmentos de oscuras biografías, con referencias a fechas y lugares, a circunstancias concretas; 3) Notas sobre el origen de los signos, sobre los alfabetos, y recortes de un “diario de escritura”; 4) Imágenes relacionadas con la composición, con el trenzado, con la concatenación de elementos dispares. …Han pasado ya algunos meses desde que el Libro llegó a mis manos. Llevo demasiadas noches en vela. Empiezo a sentir claustrofobia y agotamiento mental… [“Un libro no tiene un objeto ni un sujeto definidos, está hecho de materias diversamente formadas, de fechas y velocidades muy diferentes… Cuando se atribuye el Libro a un sujeto, se está descuidando el trabajo de las materias y la exterioridad de sus relaciones. El libro es una multiplicidad.”] Conclusión preliminar sobre la AUTORÍA, para el informe final: El “Libro de los Alfabetos” es un documento raro, incatalogable, cuyo origen es incierto o múltiple, escrito en diversas lenguas entreveradas, sin ajuste a la cronología ni a la geografía lingüística. Su ordenación en seis partes subdivididas, su estructura poliédrica, no ofrece ninguna pista sobre su procedencia o finalidad. Tampoco los temas, por fragmentarios y anónimos, nos dicen nada sobre un posible autor. ******* Nadie sabe qué pasó con el Dr. Nulla. Ninguno de sus conocidos volvió a verle, ni consiguió localizarle. En la buhardilla de su vieja casa, cuyas puertas y ventanas se habían quedado abiertas, sólo se oía el rumor de las tórtolas que habían anidado entre las vigas del techo, junto al lucernario roto. Y sobre la mesa de estudio: un par de guantes de látex vueltos al revés, una lámpara apagada y las hojas de una libreta con las notas transcritas y la siguiente cita, en la última página: “Nunca hay que preguntar qué quiere decir un libro, significado o significante; en un libro no hay nada que comprender, tan sólo hay que preguntarse con qué funciona, en conexión con qué hace pasar o no intensidades, en qué multiplicidades introduce y metamorfosea la suya. Un libro sólo existe gracias al afuera y al exterior”. Arrivederci, Dr. Nulla Christian T. 27


AndreaGonzález Poesía

A n a t h o Viaje y quiebre de un cuerpo III Esto no es ciencia, ni quiere serlo. Es un viaje imaginario por el quiebre de un (mi) cuerpo. Que a su vez puede ser el cuerpo de Hana Que a su vez, puede ser el cuerpo de cualquiera

boca Segundo Intermedio (Del lat. bucca, voz de or. celta; cf. galo boc[c]a). 1. f. Abertura anterior del tubo digestivo de los animales, situada en la cabeza, que sirve de entrada a la oscuridad bucal. También se aplica a toda la expresada cavidad en la cual está colocada la lengua y los dientes cuando (no) existen. De ella nada digo intermitente Pues se expresa por sí misma irónica y espontánea Es cuna de mariposas y demonios en rouge Las mariposas muertas en silicona Y los demonios derretidos en saliva Llena de ecos y sinsentidos escuchados Ella habla, y mis dientes, sus esclavos, obedecen Y mis labios, sus dos amantes, la complacen en tibieza En un mundo húmedo y promiscuo con olor a Listerine. 3 AM «A veces me ha tocado besar a gente que tiene mal olor. A hombres que tienen mal olor bucal. Me he sentido como un pulpo que se deja envenenar por petróleo en un mar austral. Mi boca es una orca asesina que se los devora. Mis dientes, ahora, están llenos de sangre. Pero, me sucede algo extraño, porque cuando los beso siento que aumenta el blanco de mi dentadura, la fortaleza de mi mandíbula, la expresión sólidamente gorda de mis labios, con esa silicona invisible a punto de salir si se revientan». (Hana, una noche sin lavarse los dientes) Andrea González

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Música Sección dirigida por Joan Pere Bonfill (Soler)

Las zapatillas blancas Soy generador de soledad. La mayoría de las veces no sé qué escribir o simplemente para qué quiero hacerlo cuando hay que hacerlo. A Antonio Gamoneda le apasiona, le fascina, por decirlo de alguna forma aparente, la página en blanco. No lo sabía hasta hace muy poco, pero resulta que soy un mendigo, un ladrón de hojas blancas. Tengo todos mis espacios llenos de hojas en blanco. Hay espacio para millones de letras hambrientas, que lo único que les puedo ofrecer es un lugar donde descansar, si la palabra en cuestión lo requiere y si comida caliente o fría, este detalle no tiene importancia. La hoja en blanco es como un alfombra estrecha, por donde transitan palabras y más palabras. Unas convalecientes y otras zarandeándose entre ellas. Las palabras solamente necesitan unas buenas zapatillas blancas, que caminen en la dirección acertada o, cuando menos, que no entorpezcan a las demás. Cuando las palabras reposan, exhiben una quietud inverosímil, como en la que se sume el perro blanco o el cerdo triste. Si hay que escoger, prefiero quedarme con una palabra atormentada que con un gesto

Las palabras son mercancía que retumba dentro de un cesto imaginario Joan Pere G. Bonfill

compasivo, lleno de frío, intentando rasgar la hoja en blanco; y con ello no puedo evitar unirme al poeta de la soledad, Antonio Gamoneda que confiesa sentir la suavidad de las palabras olvidadas. Estas palabras se quedaron sin zapatillas de ningún color. Corretean descalzas, pero no desnudas, al unísono, equivocando continuamente, quizás adrede, los caminos que les ofrecen las hojas en blanco, errantes como cuchillos. Estas trashumantes palabras, son quizás, las más inteligentes, robustas y peligrosas. Se encadenan como serpientes de aluminio y son capaces de desvirtuar el sentido de todo poema. Con sus alucinaciones transparentes, crean ilusión y disparan de forma certera, hacia la tormenta que se dibuja en el techo de la hoja en blanco. Aparentamos ser buenos obreros, pero sentimos la necesidad de culpar a todos esos versos que renuncian a ser dichosos. Pero quisiera ser honesto: Soy un hombre bastante próspero, corriente, más bien insignificante.1 ¡Admirable!

Joan Pere G. Bonfill (Soler) 1

Le train de Georges Simenon 29


JoséAntonioConde La negación de Pedro [Inspirado de el cuadro de Raúl Herrero] El pescador derrotado dispersa los olivos, y aquello que fue abundancia, ahora es miedo, aceite amargo bajo la multitud. Cerca de los sentidos crece el grito, el primer engaño de la luz. Se oscurece la palabra. Sin embargo, el fuego atraviesa a los débiles por encima de la semejanza y el abandono dibuja su doctrina en la flaqueza. Sufre el párpado en la caída. Aún es de noche en la palabra. A la tercera va la vencida, la desnudez del báculo, las voces de escarcha en el frio y también la ceguera del astro albino que solloza en el sepulcro. Amanece la sílaba. *Y en aquel momento cantó el gallo. José Antonio Conde

*Jn. 18.27

La negación de San Pedro. Óleo sobre lienzo de Raúl Herrero. 30


Israel Gutiérrez Collado Joan Frank Charansonnet

… s e o m s i l a El surre ! ! ! ! e t n a r Í L DA J.F. Sebastian Una comed ia

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