LA FE EN MARCHA emprender una expedición al centro de la tierra y explorarlo (o sea tratar de descubrir lo que hay). A. Tiene que cambiar las leyes ordenadas por Dios para mantener el orden del universo y los océanos, para poder exterminar a Su Pueblo. B. Cualquier persona que logre esto, tendrá el poder de destruir a los hijos de Israel. (Esto puede ser verificado en Jeremías 31:35-37). Ciertamente, que el pueblo judío, “es un pueblo esparcido y disperso entre los pueblos de todas las provincias del mundo cuyas leyes son distintas de las de cada pueblo y que tampoco cumplen las leyes (religiosas) de los reyes” (Ester 3:8 parafraseado). Pero, es que Israel es “gente”, es pueblo y nación con personalidad propia desde antes de que la ONU lo declarara al mundo en 1948.
Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él” (Gn. 17:18-19). Dios no cambia, por lo tanto, no cambia Su Palabra. Hitler no pudo eliminar a los judios. Les hizo mucho daño, pero el pueblo hebreo está en pie más fuerte que nunca. El duro trato de Dios con Su pueblo Israel, es Su asunto con él y no una licencia divina para que sus vecinos le opriman. Sepa don Ahmadinejad y toda su corte islámica que: “He aquí
que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá,
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e Israel habitará confiado; y éste será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra. Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehová, en que no dirán más: Vive Jehová que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, sino: Vive Jehová que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del norte, y de todas las tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su tierra” (Jeremías 23:5-8). Esta es la sentencia final. El pueblo de Israel prevalecerá. “Porque tú eres pueblo
santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra” (Dt. 7:6, leer hasta el vers.10).
A TRAVÉS DE TU COMPUTADORA
La Palabra de Dios dice: “He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella” (Dt. 10:14). Puesto que la tierra le pertenece a Dios, Él puede darla a quien quiera. El Dios vivo habló a Abram en Gn. 17:7-8, y le dijo: “…
estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. Y daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos”. Los árabes quieren las tierras, pero no quieren al único Dios verdadero, cuando el pacto incluye la tierra, a los judíos y a Dios. Aun así, Abraham le dijo a Dios: “Ojalá Ismael viva delante de ti”. Pero el heredero no era Ismael, sino Isaac. “Respondió Dios:
Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre
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