Matadero municipal

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Matadero Municipal: ahora alimenta la mente


Fotos: cortesĂ­a Dimitry Zawadzky


Con más de 80 años de historia, este ícono de la capital volvió a la vida en forma de biblioteca y centro cultural. Su restauración y adecuación, lideradas por la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, logró poner fin a años de olvido y deterioro.

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Fotos: cortesía Dimitry Zawadzky

ogotá cuenta con cientos de edificios que hacen parte de su memoria histórica, pero solo unos pocos han sobrevivido al continuo crecimiento urbano. Tal es el caso del antiguo Matadero Municipal, testimonio vivo del desarrollo arquitectónico del país a principios del siglo XX.

Desde su edificación en 1929, esta construcción republicana con más de 80 años de antigüedad ha sido utilizada para fines muy distintos al original: tras destinarse al sacrificio de animales por más de 50 años, pasó a emplearse como instalación para la reparación de vehículos (a cargo de la antigua Empresa Distrital de Servicios Públicos); luego se adecuó como refugio temporal para los habitantes de calle desalojados del Cartucho, sirvió como espacio para performance de facultades de arte, como locación para rodajes e, incluso, llegó a presenciar reuniones de sectas satánicas. Y aunque este trajín lo hace atesorar un sinfín de historias, también lo ha llevado a ser víctima de maltrato, descuido y daño estructural, hasta el punto de registrarse contaminación biológica entre sus muros. Pese a todo, su armazón –una de las primeras muestras de arquitectura en acero moderna del país– es más fuerte. Gran parte de su estructura metálica original y su emblemática chimenea lograron mantenerse firmes a la espera de una interven-

ción que finalmente llegó en el 2012, año en que la Universidad Distrital Francisco José de Caldas asumió el reto de recuperar toda la construcción original y convertirla en la nueva sede central de la Biblioteca Ramón Eduardo D'Luyz Nieto. Hoy, quienes conocieron el antiguo Matadero Municipal ven con sorpresa cómo la intervención ha logrado no solo rescatar la estructura, también la zona de influencia. Propios y extraños esperan que en la segunda etapa del proyecto se concreten también los programas que Planeación Distrital y la Empresa de Renovación Urbana tienen contemplados para rehabilitar este sector.

Lo que Bogotá necesitaba El Matadero es una de las obras arquitectónicas que permitió el salto de ciudad colonial a moderna, pues hizo parte, entre los años 1926 y 1930, de importantes obras de infraestructura como el acueducto, los barrios obreros, varias escuelas y mercados públicos. La construcción de sus 1 700 m2 originales se inició en 1925 y culminó en 1929. A razón del aumento de sacrificio de ganado, su área creció continuamente; de hecho, con la Plaza de Ferias –inaugurada en 1938 para conmemorar el cuarto centenario de fundación de Bogotá– su área total alcanzó los 24 850 m2.


Las obras estuvieron a cargo de la firma estadounidense Ulen& Co., la misma que construyó los acueductos de Nueva York y Atenas, la Plaza de Mercado del barrio Las Cruces, la Plaza de Mercado Central de Bogotá, y el palacio de la gobernación y la estación de ferrocarril en Manizales. En este predio funcionaban dos complejos: hacia el costado norte (calle 13), se encontraban el edificio central del Matadero y otros anexos, de archivo, administración y veterinaria; hacia el costado sur (calle 12), la Plaza de Ferias, las básculas, los corrales, la administración y el tanque de agua.

El Matadero Municipal recibió un tratamiento de conservación en 1999 y, dos años más tarde, fue declarado bien de interés cultural del Distrito Capital por el Decreto 606.

Este último, ubicado en el centro de la Plaza de Ferias, servía también como mirador para la selección de reses. Su emblemático uso y posición condujo a los restauradores de la Universidad a convertirlo en un “observatorio pedagógico virtual”, una metáfora arquitectónica que rinde homenaje al Sabio Caldas por su vocación de investigador.

La intervención Como primer paso, la Universidad Distrital Francisco José de Caldas adquiere los terre-

nos, compuestos por seis volúmenes (edificio central, archivo, edificio administrativo, talleres, edificio auxiliar, depósito), así como por el pabellón y el tanque de agua. De acuerdo con el diagnóstico realizado por la institución antes del comienzo de las obras, “en la actualidad (2010) los inmuebles se encuentran en un estado de conservación preocupante, debido al saqueo al que se vio sometido el predio en los últimos años. Esta situación ha afectado la estabilidad de las edificaciones, dado que fueron sustraídos elementos estructurales y de cubierta, lo que genera filtraciones que producen humedades severas”. El proyecto de restauración para su adecuación como biblioteca y centro cultural fue diseñado por el arquitecto Rodolfo Ulloa; la construcción la llevó a cabo el Consorcio Paiba 2011 y la supervisión estuvo en manos del arquitecto Noé González Bonilla, de la Oficina Asesora de Planeación y Control de la Universidad Distrital. En total se invirtieron más de $ 28 152 millones en el proyecto, $ 988 millones de ellos en la etapa de diseño.


Criterios de intervención Según el documento inicial del proyecto, presentado a las directivas de la Universidad, los criterios de intervención se fundamentaron en la investigación histórica. Esta permitió establecer grados de valoración de acuerdo con la antigüedad, la autenticidad, la autoría, los valores constructivos y estéticos, y otros valores agregados a través del tiempo. De esta manera, y según los principios básicos de la restauración, “estabilidad, legibilidad y reversibilidad”, se propuso un tratamiento conforme los siguiente aspectos:

Proceso de reforzamiento De acuerdo con el arquitecto González, uno de los mayores retos fue recuperar la estructura del Matadero: “Lo que la sostenía eran los rieles y las columnas metálicas. Cuando se albergó a los habitantes de calle provenientes del Cartucho, ellos quitaron todo eso para venderlo como chatarra. Pasó entonces que las piezas se perdieron y las cerchas quedaron sueltas. Por fortuna con la restauración se lograron recuperar y reforzar con platinas”.

recuperar el equipamiento del sistema constructivo”, señala González. “Cuando llegamos este tenía un nivel avanzado de corrosión, por lo que fue necesario limpiarlo con arena raspada”, agrega el arquitecto.

El trabajo de restauración fue arduo: se reforzó la chimenea construida en 1926 con fibras de carbono, y los muros, con columnas y platinas. Asimismo, a estos se les restituyeron los faltantes suprimidos y se completaron aquellos de sus segmentos valiosos que se habían fusionado.

Pese al esfuerzo por concluir obras en el segundo semestre de 2012, los cambios en el diseño estructural retrasaron el objetivo. Los inconvenientes aparecieron cuando, durante la excavación, se encontró un área importante que no estaba contemplada para su uso: “En proyectos de restauración estas situaciones suelen presentarse. Tuvimos que solicitar nuevos permisos y los ajustes debían contar con el concepto favorable del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural”, puntualizó Ulloa. En total fueron 914 m2 adicionales de área encontrada, los cuales se incorporaron al proyecto institucional.

Con lo anterior se recuperó el núcleo central de productos cárnicos y el área administrativa. “En principio se planteó cambiar toda la estructura metálica del edificio por una que conservara la forma de la estructura original. Sin embargo, después del estudio patológico se pudo ver que sí se podía

Para el tanque de agua, por su parte, tuvo que efectuarse un reforzamiento estructural con acero en los cuatro pilares de soporte. Anteriormente las escaleras de acceso se ubicaban en la parte central, pero debieron ser desmanteladas por no satisfacer la normativa de sismorresistencia actual.

1. Conservación y reforzamiento estructural: para los edificios más antiguos y con más valores estéticos, con el fin de procurar su estabilidad y una mejor adecuación a las nuevas funciones. 2. Liberación: para las edificaciones construidas posteriormente, que se adosaron al edificio central y a la fachada oriental, las cuales distorsionaron los valores estéticos del conjunto arquitectónico. 3. Reconstrucción: del volumen que correspondía a veterinaria, demolido en los ochenta, por tratarse de un componente arquitectónico consustancial con la tipología “matadero”. 4. Restitución volumétrica: de las estructuras demolidas en los años ochenta (salón de oreo de ganado y cafetería), cuya restitución permite confinar espacios interiores y contar con una lectura más clara del conjunto arquitectónico de tipología industrial. Estas edificaciones ocuparán el área de dichas estructuras y tendrán un lenguaje contemporáneo, respetuoso de la morfología original.


El Matadero hoy El conjunto de inmuebles de interés patrimonial que conforman el antiguo Matadero Municipal está compuesto en la actualidad por seis volúmenes en la zona de matadero (edificio central, archivo, edificio administrativo, talleres, edificio auxiliar, depósito), el pabellón, y el tanque de agua localizados en la antigua Plaza de Ferias.

El reforzamiento de la chimenea son las cintas de carbono amarillas, que están unidas con micropilotes en la base. La chimenea, el reto Durante los años que esta emblemática construcción sirvió como matadero, la chimenea fue indispensable, pues era utilizada para “despellejar” las pezuñas, de manera que pudieran pelarse y retirar los cascos. Para su restauración se propuso desmontarla ladrillo a ladrillo, dado su mal estado. Sin embargo luego se optó por hacer el reforzamiento con fibras de carbono, pese a que no existiera manual para esta clase de reforzamiento estructural en la curaduría. “La propuesta inicial del constructor fue quitar ladrillo por ladrillo, hacer un cono en concreto y volver a colocarlos; sin embargo, él mismo señaló que tal procedimiento, además de ser muy costoso, no garantizaba que la chimenea quedara igual”, asegura el arquitecto González.

Estos volúmenes, que conforman un total de 7 012 m2 de área construida e intervenida, finalizaron su primera etapa entregando a la ciudad cinco espacios: 1. Edificio administrativo: cuenta con su correspondiente área de oficinas, centro de copiado y tienda universitaria. 2. Edificio Central Biblioteca Ramón D’Luyz Nieto: alberga la sala de lectura general, hemeroteca,

Por lo mismo, y luego de realizar los estudios complementarios, se decidió usar el método de cintas de carbono que, además de cumplir con su función estructural, aportaron a la estética de la construcción original. Además, la intervención de esta estructura se reforzó con anclajes a piso, para con esto reducir el riesgo de colapso sin necesidad de cimentarla.

mediateca, mapoteca, salas de video, dos salas de consulta digital, un auditorio para 100 personas, dos salas de exposiciones, una sala de consulta de trabajos de grado, archivo para gestión documental, y servicios de cuartos técnicos. 3. Edificio de Investigadores: dispone de biblioteca especializada para investigadores, un auditorio para 100 personas, las instalaciones de bienestar institucional, los centros de monitoreo y control, y cuartos técnicos. 4. En el edificio de servicios se encuentran: cafetería, cuartos eléctricos y cuartos de aseo. 5. Edificio del observatorio: al que le hicieron una sala de información y recepción, un área de enseñanza, un área técnica y la reconocida cúpula de observación astronómica.

Las cintas de carbono amarillas que rodean la chimenea formando cruces desde la punta hasta la base constituyen el reforzamiento. Las cintas se unen mediante micropilotes en la base. Para “amarrar” la fibra de carbono, las perforaciones se realizaron en distintos ángulos conforme lo estipula la NSR-10. Conozca más sobre este tema en la sección Materiales de esta revista.

ficha técnica Nombre del proyecto Cliente Diseño Construcción Supervisión Inversión Fecha Área total Área restaurada

Restauración del Matadero Municipal Universidad Distrital Francisco José de Caldas Arqitecto Rodolfo Ulloa Consorcio Paiba 2011 Arquitecto Noé González Bonilla (Oficina Asesora de Planeación y Control de la Universidad Distrital) $ 28 152 millones 2013 24 850 m2 7 100 m2


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