PRÓLOGO “Un autor debe buscar siempre la ruina de su editor”. Umberto Eco. Hablando con un astrólogo me explicó cómo los símbolos deben ser tomados en un sentido muy amplio, como ejemplo mencionó la similitud entre hacer un viaje y leer un libro: una persona podría estar impelida a viajar según la influencia astral, causas circunstanciales lo impiden, pero la influencia le puede llevar a leer y por medio de esos libros viajar. La lectura me ha permitido viajar, no ya geográficamente, que también, sino a otros mundos como el de los números o al de la belleza, la razón y el sentimiento, en fin, me han mostrado parte del cerebro y del corazón humano. Entre mis ratos más agradables se encuentran aquellos en que, sin más, me puedo dejar leer, pero me ocurre otro tanto cuando hago libros; es otro viaje, distinto y apasionante, a veces fruto de una inspiración, otras de un laborioso proceso de elaboración. Sé que comparto estas experiencias vitales con José Emilio. Una cosa lleva a la otra, y cuando Juan Jesús me planteó el proyecto de un libro sobre los Libros de Artistas, además de agradecer semejante temeridad, le trasladé la idea a José Emilio, y rápidamente preparamos el equipaje para una nueva expedición. Estamos llegando al final del viaje, ya pronto la aventura llegará a su fin, han sido mas de dos años; por medio he conocido a personas, lugares y saberes. Me he visto obligado a estructurar mis pensamientos, lo cual ha abierto nuevos campos de experimentación. Han merecido la pena las horas delante del ordenador, las sesiones maratonianas de fotos, las conversaciones telefónicas de trabajo, las correcciones y vuelta a corregir, no en vano el modo de expresión que mejor manejamos es el plástico. Al plantearnos la realización de esta extraña empresa de realizar un libro sobre los Libros de Artista, tuvimos muy claro que no queríamos hacer un “catálogo” de autores que alguna vez se hubiesen acercado a este campo. En nuestro recuerdo estaba presente, aunque hace tiempo de ello, cuando organizamos una exposición con ese criterio (fue una muy buena experiencia), pero ya entonces nos dimos cuenta de la repetición de algunas opciones en esa selección y la falta de otras muchas posibilidades, por que si algo hay de interesante en el Libro de Artista es la infinita cantidad de alternativas que pueden desarrollarse. Decidimos que era preferible intentar establecer una posible clasificación, siempre inevitablemente
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