La Tekla

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LATEKLA Cultura Independiente


LATEKLA

Cultura Independiente

The Staff Diseño & Dirección

A. Amaya Art Consultant

Laura Conde Reportajes Especiales

Edith Espinoza

Colaboradores Gabriel Rodríguez Liceaga Eloy Sánchez Guallart Francisco Benítez T.Virus Samuel Ayala Luca D´Aron Alexander Strauffon Adriana Villalpando Laura Conde


Nota Editorial: Hace un año en recientes fechas Japón sufrió el impacto de un sismo y un maremoto que dejaron 15.854 muertos, 3.276 desaparecidos y desencadenaron una catástrofe atómica que aterrorizó al mundo. Este año los homenajes a las víctimas y protestas anti-nucleares se han dado a la par alrededor del globo. Se dice que cada cultura absorbe elementos de otras culturas cercanas y lejanas. Como negar que la cultura japonesa ha sido una influencia en el arte, la música y la moda desde hace siglos. Alguna vez Van Gogh escribió a su hermano Theo: “Todas mis obras están basadas en algo del arte japonés”. Recordemos como el género Ukiyo-e o estampa japonesa influenció el arte impresionista y postimpresionista de finales del siglo XIX así como posteriores como el Art Nouveau. La literatura, la vestimenta femenina, los perfumes, el arte, los espectáculos, todos se vieron tocados por la influencia nipona en alguna época. Desde hace un tiempo la cultura pop japonesa se ha venido plantando con fuerza en la escena actual de la moda y el espectáculo. Amamos sus shows y bromas físicas y sus comerciales llenos de situaciones que para nosotros son ajenas y extrañas, a veces inverosímiles, sin embargo sumamente atrayentes. Es casi una ofensa para el amante de la cultura nipona no se haga mención de la animación o el cómic provenientes de estas tierras. Las palabras manga y anime simplemente son parte ya del lenguaje de millones de jóvenes en el mundo. Muchas de las producciones y ediciones son consideradas de culto en estos y otros géneros y son verdaderos productos de colección. Otra frase que complementa la anterior acerca de cómo una cultura toma aspectos de otras, habla de la forma en que dicha cultura incorpora éstos elementos. En este sentido dejamos en manos de la historia el cómo nuestra cultura y otras se verán influenciadas en el futuro por Japón, lo cual de hecho ya está sucediendo ante nuestras incrédulas y fascinadas miradas.


Menú Leolo Eloy Sánchez Pag.16

La visita del bufón Alexander Strauffon Pag.20

Hay mas días que chorizo Gabriel Rodríguez Pag.37

FRUiTS Luca d´Aron Pag.41


Anime Francisco Benítez Pag.46

El Profanador Samuel Ayala Lozano Pag.57 Japón Luca D´Aron Pag.72 Olvido Adriana Villalpando Pag.79 Cosplay T.virus Pag.80


Tokyo Genso











La música del azar: On connâit la Chandon. Son actrices, son francesas y cantan. 1 - Jeanne Moreau. En Jules et Jim (François Truffaut, 1962) interpreta la canción "Le tourbillon". Al año siguiente publica su primer disco "Jeanne Moreau" compuesto por Cyrus Bassiak, autor de la citada canción. Su periplo musical consta de 5 LP's. Destaca "Les chansons de Clarisse" (1968) según un relato de Louis Aragon. Su último disco, "Jeanne Moreau chante Norgue" (1981) sobre textos de un amigo poeta, data de 1981. 2 - Brigitte Bardot. Fue una de las primeras actrices que estuvo bajo el paraguas musical de Serge Gainsbourg. En 1967 grabaron el single "Bonnie & Clyde" que obtuvo un gran éxito. Le siguieron una versión más lúbrica del "Je t'aime ... moi non plus", "Harley Davidson", "Comic Strip" ... Entre 1962 y 1982 grabó 5 LP's de pop y 20 singles. 3 - Jane Birkin. En el rodaje de Slogan (Pierre Grimblat, 1969) se enamora de Serge Gainsbourg, con el que mantendrá una relación sentimental y profesional de 12 años. Gainsbourg adaptó sus canciones al particular timbre de voz de Birkin, frágil e infantil. La pareja edita 2 singles en 1969 que supondrán un enorme éxito: "Je t'aime ... moi non plus" y "69, anée érotique", 2 gemas de pop libidinoso. Birkin y Gainsbourg publican en 1971 "Histoire de Melodie Nelson", su mejor disco y una de las grandes obras del pop francés. Otros buenos discos son "Ex fan des sixties" (1978) y "Baby alone in Babylon" (1983). Ultimamente ha vuelto a la palestra musical con buenas grabaciones como "Arabesque" (2002) en el que adapta canciones de Gainsbourg a ritmos e instrumentos árabes,"Fictions" (2006) con versiones de Neil Young, Tom Waits, Dominique A, Kate Bush entre otros o “Enfants d’hiver” que es como una mirada autobiográfica al pasado y en el que es autora de todas las letras 4 - Catherine Deneuve. Otra actriz que sucumbió a los encantos musicales de Gainsbourg. quien le escribió todas las canciones de "Souviens-toi de m'oublier". Su mejor canción, el tema a dúo para la película Je vous aime (Claude Berri, 1980) titulado "Dieu fumeur de havanes". 5 - Isabelle Huppert. En 2001 y junto a Jean-Louis Murat grabó el disco "Madame Deshoulières" donde mezclaba pop con música renacentista, y además de cantar, recitaba ispirándose en la obra de Antoinette Deshoulières poetisa franco-belga del Siglo XVII. 6 - Isabelle Adjani. En 1983 grabó su único disco coescrito y producido por ... ¡cómo no! Serge Gainsbourg que pone fondo musical a la voz acariciante y sutil de la Adjani. El single "Pull marine" fue un gran éxito de ventas. 7 - Jeanne Balibar. En 2003 publica "Paramour", su debut como cantante, un disco personal y variado, entre lo melancólico y lo

eléctrico, que incluye "Hélas", canción a duo con la también actriz Maggie Cheung. A finales de 2006 se edita su segundo disco "Slalom dame" en el que Dominique A compone varias de las canciones. 8 - Julie Delpy. Tiene un sólo disco publicado "Julie Delpy" poprock cantado en inglés con canciones escritas por la propia actriz y que presentó con buena acogida crítica en el Primavera Sound 2004. Tres canciones de este disco, "A waltz for a night", "An ocean apart" y "Je t'aime tant" se incluyeron en la banda sonora de la película Antes del atardecer protagonizada por ella misma y Ethan Hawke. 9 - Agnes Jaoui. Representa la escepción a la regla. Alejada de la chanson y del pop su disco "Canta" (2007) contiene boleros, fados, milonga, bossa nova y bulerías, en castellano y en portugués, entre lo naif y lo correcto, a ratos agradable, a ratos emotivo. En la misma línea “Dans mon pays” editado en 2010.

Leolo

… parce que moi, je rêve, moi je ne le suis pas.

Eloy Sánchez Guallart.

10 - Chiara Mastroianni. Hija de Marcello y de Catherine Deneuve. Ex pareja del niño mimado del pop-chanson francés Benjamin Biolay, puso voces en algunos temas de su disco "Negatif" (2003). A dúo con él grabaron el disco "Home" en el que destaca el diálogo al estilo Birkin-Gainsbourg del tema titulado "Folle de toi". 11 - Charlotte Gainsgourg. Hija de Jane Birkin y de Serge Gainsbourg. En 1983 en el disco de su padre "Love on the beat" canta a dúo con él la canción Lemon incest. En el videoclip correspondiente Charlotte de 13 años canta en una cama junto a Serge (!!!). Prosigue en 1986 en plena adolescencia , sacando el disco "Charlotte for ever"donde continua con su linea provocadora. En el 2006 lanza su segundo disco titulado "5:55" en el que colaboran Air, Jarvis Cocker y Neil Hannon entre otros. Es un disco cantado en inglés mayoritariamente, y en el que piano y guitarra acústica marcan la pauta. “IRM” editado en 2009 tiene muy poco de Gainsbourg (padre) y mucho de Beck (productor y compositor). 12 - Sandrine Kiberlain. Desde hace años escribe letras para canciones, algunas incluso las han cantado artistas como Johnny Hallyday. Un día envió sus textos a Alain Souchon y éste le animó a cantarlos ella misma. Así en 2005 salió su primer disco "Manquait plus qu'ça", cuyas letras son como fragmentos de un diario, pequeños cortometrajes de tres minutos. En octubre de 2007 se edita su segundo disco "Coupés bien net et bien carré" también con letras propias y de nuevo con Alain Souchon y Camille Bazbaz a las músicas.


Plano secuencia: Las horas del verano (L’heure d’été, Olivier Assayas, 2008) Una gran casa de campo, con mucho terreno verde alrededor, pura naturaleza. Dentro contiene una importante colección de objetos de arte y muebles, legado de Paul Berthier, tío de Hélene, la matriarca familiar. Tres hermanos: Adrienne (Juliette Binoche), diseñadora instalada en New York con su novio americano (Kyle Eastwood, hijo de Clint); Jérémie (Jérémie Renier) el pequeño, ejecutivo en una multinacional, al que acaban de renovar su contrato para trabajar en China y debe trasladarse con su mujer y tres hijos; Frédéric (Charles Berling), el hermano mayor, vive en París, tiene dos hijos adolescentes, y es economista y escritor. En la casa donde transcurren las horas del verano habita Hélene (Edith Scob) y su asistenta Eloise. Cuando aquella fallece repentinamente, el verano termina, y con él otras cosas desaparecen. La casa donde todos coincidían en el tiempo estival ya no tiene el mi smo sentido para los hermanos. Frédéric, cumpliendo la promesa que le hizo a su madre, prefiere conservar el lugar para transmitírselo a los niños. Para él la casa representa lo mejor de su pasado: los veranos de su infancia, el lugar de reunión de toda la familia en el que ha visto crecer a sus hijos y sobrinos, el legado artístico lleno de vida y recuerdos que se apelotona en armarios y mesas. Mientras los otros dos hermanos, son partidarios de vender la casa y las obras de arte pues al residir en New York o Shangai no podrán disfrutarla De lo que nos habla Assayas es de las complejas relaciones entre hermanos que se quieren y respetan sus distintos pareceres, que comparten un pasado común y unas vivencias, pero que llevan vidas distintas, rumbos distintos, intereses distintos. Nos habla de la desaparición de un mundo y una forma de entender la vida, con la muerte de Hélene; del advenimiento de una nueva concepción, el mundo globalizado, con la significativa pérdida de raíces de sus individuos, la generación de los hijos -Adrienne y Jérémie-, pero también la generación de los nietos, para los que la casa familiar es sólo un recuerdo más, satisfechos ellos en su modo de vida consumista, despreocupado y sin valores, aunque al final Sylvie, en un momento de lucidez y nostalgia, reconozca la importancia de lo que se va perder con la venta de la casa. De la película de Assayas también podemos extraer la idea de que, más allá de hablarnos del desmoronamiento familiar, de lo que nos está advirtiendo, es de la decadencia definitiva de cierto modus vivendi, de una cultura con mucha historia, la europea, que ha dejado de ser la que tira del carro en el universo globalizado en que nos ha tocado en suerte vivir. Podría parecer que Las horas del verano es un canto elegíaco a la tradición en detrimento de los nuevos tiempos. Pero en la película no hay buenos ni malos, ni siquiera hay enfrentamiento. Los motivos de unos y otros son entendibles. Esa herencia que para Fréderic es una manera de seguir vinculado a su pasado, para Adrienne y Jérémie puede ser una carga, o un modo de obtener ingresos para comprar otra casa. Fréderic se resiste a lo irremediable, los vientos de la Historia van en otra dirección.

Se pueden destacar algunos momentos en el discurrir fluido y sereno de estas horas del verano: • La elipsis sobre la muerte de Hélene: después de haberse marchado hijos y nietos la casa queda en silencio. En plano medio vemos a Hélene de espaldas subiendo las escaleras que desde el jardín dan acceso a la casa. Hay algo en este plano que presagia su despedida del mundo. Después la vemos sentada en la penumbra. Eloise, la asistenta, le pregunta si necesita algo. Ella contesta que no, sólo está cansada. En la siguiente escena vemos a Fréderic realizando los trámites para el entierro. • Fréderic, el único de los personajes que está en contra de desprenderse de la casa, se ve obligado a tratar con los compradores al ser el que vive en Francia. Reunido en casa con sus hermanos y después de tomar la decisión de vender la casa, Fréderic llora en silencio, sentado en la cama de espaldas a la cámara, en la penumbra de una habitación. Su mujer se acerca a la puerta y le pregunta si está llorando. Él le contesta que no. • La casa ha sido vendida y está vacía. Eloise se acerca y desde fuera por las ventanas observa las dependencias sin vida. La cámara le sigue desde dentro. La casa familiar pasa de ser un lugar cargado de memoria a un simple espacio vacío. Los objetos han ido a parar al museo y han sido desprovistos de su relación con su lugar y su tiempo concretos -p.e. los jarrones art decó que dieron vida a las flores de la casa. Es una película de apariencia sencilla, de pausada y transparente narrativa, sin ningún afán de trascendencia, pero que si la dejamos reposar, vuelve a nosotros haciéndonos muchas preguntas, dejándonos muchos cabos de los que tirar, y reflexionar e interrogarnos a nosotros mismos y a la sociedad en la que vivimos. A pesar de ser un film "muy francés" esas reflexiones se pueden extrapolar perfectamente a nuestras vidas, a nuestro entorno. Las horas del verano se abre y se cierra con dos secuencias en los exteriores de la gran casa. En la bella escena de inicio los niños de diferentes edades juegan por entre los bosques y jardines. En la mesa del jardín hijos y nietos se reúnen en el 75 aniversario de la abuela. Entre la comida y las entregas de regalos vamos conociendo a los personajes. En la secuencia final, con la casa de campo ya vendida y vacía de muebles, ésta se convierte en escenario de una concurrida fiesta organizada por Sylvie, la hija mayor de Fréderic. Si en la secuencia de apertura la planificación es pausada, con la cámara "paseando" por los lugares y los rostros, en esta secuencia final una "nerviosa" cámara en mano recoge la diversión de los jóvenes, fumando y bebiendo, sus bailes, su música a todo volumen. Al final de la película Sylvie y su novio se alejan de la casa y allí en plena naturaleza ella siente una pizca de nostalgia cuando los recuerdos de infancia le vienen a llamar. Assayas afirma en una entrevista que la esperanza en la juventud expresada a través de Sylvie, tiene que ver con la idea de que lo esencial, que es lo inmaterial e invisible, ha sido transmitido, y sobrevivirá a través de las nuevas generaciones. Toda la película tiende a ese momento de revelación.


Estética Urbana Japonesa.

Arte y Diseño Urbano aplicado a la decoración de tanques de gas en algunas locaciones de Japón. Realizados por las mismas compañías, añaden un toque de carácter y estilo al paisaje alrededor de ellos.




Cuento

La Visita Del Bufón Había un hombre que alguna vez fue niño, como todos alguna vez. Le gustaba leer, perderse en la trama de las películas en el cine, dibujar los garabatos que vinieran a su mente en el momento, y sobre todo, escribir. Héctor era su nombre. Trabajaba en una dependencia de gobierno. Un sujeto delgado, de cabello negro y desordenado, que con ansia esperaba el momento de tomar un descanso y salir al espacio donde se les permitía fumar. Ahí encendía un cigarrillo y se perdía en recuerdos de otros tiempos: la adolescencia, y la niñez. Esas dichosas “primeras veces”. El primer beso, primer amor, la primera vez que fue a la cama con alguien. Y mientras fumaba, unos ojos lo miraban, sin darse cuenta él. Ese día no era distinto a otros. Repetitivo. Sus labores las hacía con un control y rutina establecidos, al más puro estilo de los obsesivos. Cuando le traían papeles, algún expediente o trámite en espera, no le gustaba que se convirtieran en una pila en su escritorio. Héctor sabía, según su aprendizaje, que su desempeño debía ser ejemplo de su conocimiento y disciplina. No por hacer de su empleo o su salario la definición de sí mismo, sino por ser fiel a lo que era, ahí y en todas partes. -

No fuiste. Otra vez – le dijo uno de sus compañeros ¿Mmmh? – murmuró Héctor, levantando la vista de su escritorio.

Ese día estaba algo desanimado. Le había costado trabajo dormir la noche anterior. Y tenía la esperanza de que no fueran a recordarle sobre la fiesta a la que no había querido ir. No se sentía a gusto entre mucha gente. No confiaba en ellos, y es que luego de tres décadas de amigos que se fueron y novias que se sirvieron con cuchara grande (o cucharón de sopa, solía bromear Héctor) en cuanto a dinero y regalos, no existía el mismo ánimo de convivir con nadie, salvo con aquellos que aún con el paso de los años seguían ahí. -

Me sentí mal – mintió Héctor, sin dejar de leer los documentos en sus manos – Y los busqué antes de que se fueran, pero ya no los encontré. No seas mentiroso – replicó su compañero – Fuimos por el coche. Regresamos. Hasta subimos de nuevo a la oficina a ver si te encontrábamos, y ya habías hecho tu rutina de ninja de desaparecer.

El reproche escondido en la broma estaba fuera de lugar. Héctor dejó salir una breve risa, y siguió con sus labores. En realidad, le veían como un solitario, un desconfiado, el ejemplo de lo que es la amargura en un adulto joven. Sin embargo, sabían que era educado y respetuoso, y le devolvían la misma cortesía. No tenían problema en que se sentara con ellos en el comedor a la una de la tarde, sabiendo que seguiría su rutina de comer rápido sin decir palabra, sonreír con las ocurrencias y relatos de los otros que estaban a la mesa, y finalmente marcharse como cada día. Al mismo rincón de las instalaciones. A fumar, como siempre, sus cigarrillos. Y ese día, esos mismos ojos atentos le miraron otra vez. Igual que antes, solo que ésta vez, Héctor lo sintió. Ese cosquilleo inconfundible de cuando alguien clava la mirada en uno. Esa sensación que ya había sentido en el baño de la oficina cuando era el único que había llegado, y en otro día mientras revisaba avisos de ocasión buscando una casa en venta que pudiera interesarle. Pero, como en esas otras ocasiones, no había nadie. Se encontraba en el segundo nivel del estacionamiento subterráneo, área designada para fumadores. Eran pocos los que iban, y a la hora en que solía ir Héctor, se encontraba desierto (otros disfrutaban sin prisa su comida, al contrario de él)


-

¿Cómo estás, papá? – dijo Héctor a su celular, luego de marcar rápidamente el primer número en su lista de llamadas perdidas. ¡Hey! ¿Qué pasó, Héctor? – contestó su padre del otro lado ¿Cómo has estado? – repitió Bien, bien – contestó el hombre, dando por entendido que estaba mintiendo, repitiendo la misma respuesta dos veces en un tono poco convincente ¿Te has estado tomando tus medicamentos? ¿Cómo?

La televisión en el cuarto de su padre tenía el volumen muy alto. Héctor tenía que alzar la voz a veces para que pudiera oírle. En ese momento se escuchaba en el noticiero algo que alcanzó a distinguir como una disputa por un tema de actualidad, en la capital. Se escuchaba a alguien decir: “Tenemos que ser pacientes, debido a que la intolerancia de un tipo nos puede arrastrar como nación y como pueblo entero.” -

Que si has estado tomando tu medicina, papá. Ah, sí – respondió – Solo que ando algo ronco. Me dicen que para mejorarme guarde reposo, pero no dejo de hablarle a la gente. Pues ojalá que te mejores pronto – le dijo Héctor, subiendo un poco la voz, para que lo escuchara.

Se despidieron finalmente. Ya oscurecía, y en unos minutos Héctor saldría de la oficina. Mientras él seguía con sus actividades, su padre se reclinó en su sillón favorito. Examinó cada una de las decoraciones del árbol de Navidad que había armado con ayuda de Rubí. Rubí era su sobrina, hija de su difunto hermano mayor. Prima de Héctor. El viejo estaba agradecido de que, aún siendo joven y teniendo una vida social, amigos, pretendientes, y todo lo que alguien de su edad quiere disfrutar al máximo, destinara parte de su tiempo a visitarlo y cuidar de él en sus ratos libres. El padre de Héctor fue observando con fascinación las luces del árbol, los colores, los destellos, concentrándose en eso para olvidar la noche fría afuera de su casa, que tanto lo solía inquietar en esos días. Y entonces lo vio. A través de la ventana, la imagen de alguien que lo observaba. Un niño. O al menos, por su complexión extremadamente delgada y corta estatura, lo que parecía ser un niño. No lo sabía con seguridad, pues una máscara le cubría el rostro. El viejo sintió una opresión en el corazón al darse cuenta que, afuera de la ventana como estaba, quien lo observaba flotaba en el aire. El cuerpo delgado del ser se mecía de pronto con el viento, como si fuera un muñeco hecho de material ligero, y no un ser que a todas luces estaba vivo, se movía, y observaba. “Cálmate”, se ordenó a sí mismo el padre de Héctor, mientras daba lentos pasos hacia atrás. Al hacerlo, pudo ver la vestimenta y máscara del niño: eran ropas parecidas a las del comodín en el póker, las ropas de un arlequín… El Niño Bufón se le acababa de mostrar al viejo. Con esa ropa característica, pero vieja y gris, y la sólida máscara blanca cubriendo su rostro. Un diseño simple de dos hoyos para los ojos, y un hoyo para la boca. Pero ni ojos ni boca se podían distinguir a través de ellos, a pesar de ser hoyos de aceptable tamaño. El Bufón inclinó hacia un lado la cabeza, mirando fijamente a la ventana aún, como queriendo denotar extrañeza o duda. “Yo ya quiero ser grande, no quiero ya estar niño”, esas palabras resonaron en la mente del viejo. Recordó que es lo que Héctor le dijo una vez cuando tenía escasos cuatro años. Fue en casa de su abuela. Entonces era un niño alegre, cantaba y leía, y dibujaba –incluso sobre las paredes, para el disgusto de sus abuelos-. Luego corría dando gritos y sonoras risas junto a sus primos de la misma edad, se tropezaban, y tomaban



cosas para lanzarse entre sí, hasta los huevos del refrigerador. Y fue por medio de ese recuerdo, que el viejo notó algo: ese monigote que flotaba en el aire y no dejaba de verlo con la fría noche y el viento como tétrico fondo, con ese cuerpecillo flaco y enclenque, se parecía sin duda al de su propio hijo de pequeño. “Oh Dios.. Rubí, no llegues, hija”, murmuró el viejo. Y al notar que la figura no se decidía a hacer algo, le gritó con voz irritada y quebradiza a su vez por el miedo, exigiéndole saber qué hacía ahí, y qué quería. “Hay alguien que ya tiene que irse”, pareció decirle el Niño Bufón, tan solo con su lenguaje corporal. Inclinó el cuerpo hacia delante y encogió los hombros, sin quitar la vista del padre de Héctor. Era la misma pose que algunos médicos, por empatía, usaban al momento de dar a los familiares de su paciente alguna mala noticia. El viejo lo sabía. Él era –o había sido alguna vez- médico también. Y gracias a su conocimiento, supo que debía tranquilizarse un poco, o ese molesto mal cardiaco detectado varios años atrás podía decidirse a cobrar factura en ese momento. En eso pensaba mientras se tocaba el pecho, y en un instante en que desvió la mirada, pensó en acercarse más a la ventana y repetir su exigencia de una respuesta clara. Así era el viejo: cuanto más asustado, más enojado se veía. Con determinación apretó los labios y volvió a asombrarse a través de la ventana… Se había ido. Para asegurarse, hizo un mayor esfuerzo para ver a la lejanía. Prestó atención a cada detalle, desde autos estacionados hasta azoteas, por si llegaba a estar escondido en esos lugares. Luego se sintió un tonto, preguntándose qué necesidad tendría una aparición, o un fantasma, o lo que fuera, de ayudarse de algo para ocultarse. Se escucharon golpes en la puerta de entrada de la casa. El viejo reconoció en ellos la forma de su hijo de llamar a la puerta. Cuando le abrió, hizo lo de siempre: querer únicamente darle la mano, a lo que Héctor respondía con un abrazo. Por un momento pensó en contarle lo sucedido hacía unos momentos, pero se detuvo. ¿Él, un médico, un hombre de pensamiento lógico, diciendo que vio alguna cosa tan absurda como una aparición? -

Compré hamburguesas – le dijo Héctor, sacándolo de sus pensamientos, mostrándole la bolsa de plástico que traía en la mano – Vamos a cenar. Sí, hijo. Gracias – contestó.

Pusieron la comida sobre la mesa del recibidor, y acercaron los sillones. Nunca habían sido afectos a la costumbre de sentarse a la mesa, pláticas familiares, y otras rutinas. Era de las pocas rutinas a las que Héctor, su obsesivo hijo, nunca se había adaptado. -

¿Te acuerdas cuando tu abuela te preparaba hamburguesas? – preguntó el viejo, luego de un breve silencio en el que solo masticaban sin decir palabra. Sí. Ah, vaya que comía como un animal, yo.

Ambos rieron. Héctor sirvió más refresco a los vasos de ambos. -

Tu abuela te quería mucho. Eras su consentido – dijo el viejo. Yo la quería también. Le habría dado gusto verte ya hecho un hombre. Querría haberte visto tener tu patrimonio, tener tu familia… Ajá – contestó Héctor, adelantándose a lo que sabía que venía – Pero ya te lo dije antes: pon tu esperanza de tener nietos en mis hermanos. Yo no soy para eso.


No hacía falta que lo dijera. Algo se le había ido a Héctor de su ser para no volver. En ocasiones él mismo decía ser un androide. Su padre intentaba animarlo, verlo perseguir la felicidad y, ¿por qué no? Alcanzarla. De ser posible, alcanzarla antes de que el viejo no estuviera ya ahí para verlo. -

En ésta época – continuó el padre de Héctor – tu abuela decoraba la casa con adornos navideños. Piñas, lazos rojos…

El hombre dejó de hablar de pronto. Se quedó mirando al vacío. -

¿Papá? – preguntó Héctor

“Yo soy el Bufón” – escuchó a una voz decir. En realidad, Héctor solo pudo percibir el viento helado colándose por una ventana que accidentalmente había quedado abierta. Se levantó a cerrarla. El viejo cambió de posición, como uno hace al querer escuchar más atentamente. Entonces volvió a oírle, tenue como los pasos de un insecto sobre el vidrio. “Soy el Bufón” – susurró – “Soy la esencia de la infancia misma, que se marchita como las plantas en el invierno. Soy la cara de la burla de la vida, que hace que todos los que no quisieran irse, sean arrebatados de su único lugar seguro. Soy el ícono de aquello que todos desearían volver a ser, y el tiempo al que todos amarían volver”. Cuando volvió en sí, Héctor lo miraba fijamente. Quiso bromear al respecto, diciendo que había tenido un momento senil. Así habría querido el viejo que fuera, solo un efecto en su cerebro producto de su edad, y no esa imagen, tan real, que ahora aparecía de pie, al fondo de la sala, en la oscuridad de la cocina sin luz. El mismo cuerpo de espantajo, flaco y larguirucho, la máscara blanca con ese diseño simple que emulaba una boba expresión de ausente. -

Ya me tengo que ir, papá – dijo Héctor, poniéndole la mano al hombro - ¿Rubí viene mañana, verdad? Sí, hijo – le respondió, poniendo la mano sobre el brazo de Héctor – Mañana llega a las 9. Vengo a verte el fin de semana entonces. Llámame si necesitas algo. ¿No te quedas? – le preguntó – Ya es tarde. Tengo algunas cosas que hacer. No puedo. Pero me quedo el viernes o el sábado. Ya sabes: para cualquier cosa que se necesite, háblame. Bueno… - dijo el viejo, retirando su mano del brazo de su hijo – Yo te llamo entonces. Gracias por venir. Cuídate.

Después de despedirse en la puerta de la casa, Héctor subió a su auto y se alejó. En realidad no tenía urgencia de irse en ese momento, pero cada vez era más evidente que entre su padre y él ocurría la misma conversación, las preguntas eran por la misma gente, y los recuerdos evocados eran a su vez los mismos. Y tal vez una rutina más a su larga lista de rituales de conducta era algo que no deseaba admitir en su vida. De todos modos, no habría necesidad de hacerlo. El viejo se enteraría de ello en la mañana. Usualmente, los padres esperan que sus hijos les sepulten, les superen, y les sobrevivan. En éste caso en particular, no fue así. Un instante, un sobresalto, y las rutinas de Héctor habían concluido en definitiva. Cuando las patrullas y ambulancias llegaron al sitio de la terrible colisión que ya aparecía en los noticieros, uno de los oficiales presentes habría jurado escuchar una especie de voz en el viento que corría esa noche. Hay, en efecto, alguien que entre sombras y recuerdos merodea. El Bufón. Un niño que flota entre un tintineo de cascabeles. Y cuando ése bufón actúa, lo seguro es que no se verá a la gente riendo.

Alexander Strauffon




Takato Yamamoto Akita, Jap贸n. 1960.









Yumiko Utsu, Octopus portrait, C-type print, 2009


Hay más días que chorizo. Gabriel Rodríguez Liceaga.

Páginas de mi bitácora del porvenir. 18 de febrero. Escribir no es otra cosa que darte cuenta de cuáles son tus evidentes limitaciones humanas. Yo por ejemplo llevo años enteros queriendo narrar la forma cómo el piso se va coloreando de círculos apenas empieza a llover. Eso es lo más cercano que he estado de hacerlo satisfactoriamente. Estoy triste, me lleva la chingada y a la par siento que enloquezco de dulzura o acaso alegría. Me he comprometido con mi editorial a escribir una novela de ocho millones de páginas para antes que termine el año. Hoy es mi primer día en ello. Llevo tres cuartillas apenas y una es el título y la otra el título con mi nombre; me temo que no voy a lograrlo. 21 de febrero. Me da muy mala espina cada vez que enciendo mi computadora y se escucha un sonido con pretensiones celestiales. ¿Ubican de qué estoy hablando? Hay algo asqueroso en el hecho de que un aparato reproduzca el acceso a la tierra prometida. Leo a Tolstoi. Es como agua que fluye. Las páginas se suceden una detrás de la otra con natural y envidiable fluidez. “La Sonata a Kreutzer” es un alegato en contra de la mujer, una suerte de filosofía del machismo impecable y compacta. Ahora leo “Resurrección” llevo pocas páginas pero el autor ya consiguió algo que yo juraba sólo Voltaire provocaría en mi vida: que un hombre violando a una mujer me resulten graciosísimos. Eso pasa con los autores monstruosos, que siempre son menos formales de lo que uno creía. 26 de febrero. Estoy seguro que de las ocho páginas que llevo escritas hasta ahora no sobrevivirá ninguna. Tengo muchas dudas sobre la novela. La trama no es del todo mía, por eso es tan bella. La idee con mi amigo pintor Rafael Cruz hace mucho tiempo, idealmente se trataría de un guión para película. Una vez le dije que yo por contar esa historia era capaz de vender mis dientes. Él me respondió que no me darían mucho dinero por ellos, que mejor me enfocara en meditarla y contarla bien. Pasaron los años y la historia se desinflamó. Ahora he decidió revivirla. Es una historia bellísima, no sé si estoy a la altura de ella pero vendería mis dientes por ella. Varias personas a quienes respeto y admiro me han dicho, al chile: “Tú no puedes escribir esa novela”. Voy a capturar tal frase varias veces en una máquina de escribir y a enmarcar la página y a leer cada una de las líneas todas las mañanas de mi 2012. Es mi estímulo. 30 de febrero. Este día no existe. 5 de marzo. Ocho millones de páginas es mucho. Pinche Xavier Velazco, cómo le hace. Recuerdo mucho lo que dice Eugenio Partida en alguna parte de “La otra orilla” (novelón, eh), algo así como que la novela breve vino a salvar al mundo.





FRUiTS La juventud japonesa y la individualidad como contracultura. Por: Luca D´Aron

Es interesante como fenómenos y espacios culturales que enmarcaban o hacían eco de la individualidad en la música, la moda o el arte han desaparecido de la ciudad de Monterrey. Lugares en donde reunirse a vestir, pensar y ser diferente en realidad nunca fueron muchos y hoy simplemente ya no son, no existen. Envuelta como está la capital Nuevoleonesa en la ola de violencia actual y la inseguridad; la intolerancia y rechazo inmediato a todo lo que es distinto son más lo de hoy en donde incluso opinar distinto es a veces visto como una amenaza y ofensa al bien común. Apenas en Mayo del año pasado se inauguró en Australia en la Galería Regional de Arte de Bundaberg y en un panorama más libre la exposición FRUiTS: Tokyo Street Style , con fotografías de Shoichi Aoki acerca del registro que el autor realizó durante 5 años para la revista FRUiTS, fanzine dedicada a la difusión de movimientos nuevos dentro de la moda y la cultura callejera japonesas. Aoki comenzó a documentar el modo en que la gente joven estaba cambiando su modo de vestir desde mediados de los noventa, cuando grupos de japoneses salieron a las calles de Tokio para expresar de un modo único su individualidad y fijaciones a través de su atuendo. La historia de FRUiTS y la propuesta en moda de las juventudes japonesas es ya conocida a nivel mundial, la editorial Phaidon lanzó hace poco una edición con una selección de fotografías pertenecientes a distintas ediciones del fanzine que ya comienza a ser coleccionada por los americanos y europeos aficionados a la moda. Pero más allá de la relevancia de la exposición en Australia y lo lindo de la edición de lujo de Phaidon hay varios puntos que llaman la atención del fenómeno. El primero y por lo cual el movimiento es considerado toda una revolución, es la situación específica en que surge dentro de la sociedad japonesa, la cual aún se resiste fuertemente a lo occidental. A pesar de la connotación que señala lo japonés como raro, producto en gran parte de la perspectiva de la mirada de occidente, ver (http://japanisweird.com) que define su cultura como extravagante y alocada, mucho de lo que conocemos realmente de ellos es poco. La sociedad japonesa tiene además un fuerte lado conservador y tradicional. Y es entre estos dos lados que se debate hace tiempo, entre la tradición y la influencia de lo global. Japón tiene una cultura de la vergüenza, a diferencia de la cultura de culpa que define más algunas de las culturas de América o Europa. En ella aún hoy día se conservan el decoro, la moral, la disciplina, la familia, la obligación y el deber como valores fundamentales para la vida. Estos ideales rigieron y dominaron la vida en Japón por mucho tiempo. Aún hoy tienen un lugar dentro de la cultura popular japonesa que conocemos, con su moda, música, arte y programas de tv. Estos tienen una fuerte influencia en el presente y eso es precisamente porque también tienen una fuerte conexión con el pasado. Este es el ambiente en el que surge la fanzine FRUiTS y el movimiento de moda actual en Japón, donde se mezclan del mismo modo la tradición del kimono con prendas hechas a mano y otras reutilizadas al más puro estilo DIY. La tendencia no imitó a otras, no fue inspirada o sugerida por los diseñadores de esta región del mundo o de otras regiones. Sin embargo de manera inversa, diseñadores en todo el mundo se inspiran hoy en los gustos y decisiones al vestir de grupos de chicos que en realidad más que diseñar buscaban improvisar un estilo propio.



Muchos de los estilos que se muestran en la exposición son ya relativamente conocidos por estos rumbos, habrá que entender que es gracias a la difusión por parte de revistas independientes y blogs que podemos hablar hoy de ello. Se incluyen el punk, el cyber y el decora, en el que se utilizan juguetes y joyería de plástico para dar una dimensión aural al vestir. También vestimentas inspiradas en personajes y las Lolitas góticas, que tampoco tienen nada que ver con la definición occidental de lolita o la novela de Nabokov. Con vistas a itinerar en los meses venideros y una edición coleccionable del movimiento, la situación de la juventud en Japón llama la atención sobre otras sociedades como la nuestra, cuyas tradiciones conviven paralelas a la influencia de lo global. ¿Qué nos hace falta para ver iniciativas sino de este tipo, si de mayor individualidad en ciudades como la nuestra? ¿Será acaso que la intolerancia agüita los pocos intentos por ser diferentes de los jóvenes regiomontanos? No entraré en detalles de cómo atacaron aquí y en DF a jóvenes señalados como “emos”, o a gente en las convenciones de cómics en Cintermex solo por el gusto de vestir distinto y divertirse. Será que por acá lo de hoy es no diferenciarse mucho, no llamar la atención. No pensar o actuar distinto. Muchas de las frases de odio y rechazo no vienen de grupos de ancianos buscando proteger las tradiciones y buenas costumbres. Son frases que le podemos escuchar a jóvenes entre los 15 y 25 años, lo cual es bastante triste y refleja no solo intolerancia sino una profunda ignorancia. Nos quedamos con lo visto en FRUiTS. Creo que las imágenes hacen patente que tradición y cultura no están peleadas con el eclecticismo y la irreverencia de los nuevos tiempos.




アニメ ANIME Algunas recomendaciones dentro del género. Por: Francisco Benítez Tatami Galaxy (四畳半神話大系 Yojōhan Shinwa Taikei, literalmente Crónicas Mitológicas Tatami 4½). Escrita por Tomihiko Morimi (森見 登美彦) publicada originalmente por Ohta Publishing. La novela es la base de la serie anime para la televisión del mismo nombre producida por Madhouse y dirigida por Masaaki Yuasa. Narrada en primera persona por un hombre sin identificar que recuerda sus años pasados en la universidad de Kyoto. Cada uno de los capítulos tiene lugar en un distinto universo paralelo. Un existencialismo muy acorde a esta denominada "generación z", la cual supongo que los japoneses padecen de primera mano, debido al puntero de lo tecnológico. En febrero de 2011 ganó el Gran Premio en la división de animación del 2010 Japan Media Arts Festival. http://bit.ly/GBYR4N

四畳半神話大系

BLAME! (ブラム!, buramu!) Es un cómic manga que se clasifica dentro del género Ciberpunk. Su primera aparición fue en la revista Afernoon Mangabon en 1998 y posteriormente fue lanzado en una versión anime en el 2003, con siete episodios en DVD. La historia transcurre en una realidad distópica, futurista y oscura en la que el ser humano queda alienado por una realidad dominada por una tecnología hostil a la vida natural. El universo de Blame!, relacionado con el concepto de la Esfera de Dyson, es cerrado y puramente artificial y tecnológico; se trata de una maraña de niveles de estructuras metálicas y caminos laberínticos que los conectan. Apenas existen seres humanos y las criaturas que lo pueblan van desde robots sin aparente consciencia hasta androides con sus particulares formas de vida cibernética. La yuxtaposición entre el mundo real y el virtual, debido a un futurista desbordamiento de éste último. http://www.youtube.com/user/lucerrenlen (en este link encuentras la serie completa con subtítulos).

"Natsume Book of Spirits"/ Natsume's Book of Friends (夏 目 友 人 帳 Natsume Yūjin-chō) Una historia con una narrativa minimalista y diferente a lo común sobre las aventuras sobrenaturales de un muchacho que hereda de su abuela un libro, el cual contiene los nombres de los espíritus. Le acompaña su “sensei”: un gato, el cual a su vez, es un espíritu que ambiciona el libro: http://bit.ly/GCKfIV


«Eve no Jikan' (イ ヴ の 時 間 , IVU no Jikan) Es una serie sobre la convivencia entre androides y humanos, en un ámbito en el que ésta no está permitida legalmente; como una interesante alegoría de la tolerancia: http://bit.ly/ds5Jq4 El regreso de un clásico evolucionado: Luego de la muerte de Koji Kabuto, el planeta Tierra atraviesa por la guerra mas cruenta entre humanos, espíritus y robots. Los dos hijos de Koji, quienes habían heredado al famoso robot Mazinger Z son asesinados y una vez muertos, un gran demonio hace un pacto con ellos y los devuelve a la Tierra con un robot alimentado con energía demoníaca, lo cual hace que los tres sean uno. "Mazinkaiser", una extenuante saga ultraviolenta. http://bit.ly/GBxtqA Quien ha ganado un impulso mundial es Hayao Miyazaki, autor de animes tan cool como "El Viaje de Chihiro", "El Castillo en el Cielo", "Totoro" y "Ponyo", entre muchos otros. Sus obras, actuales y anteriores, volvieron a figurar en el gusto general al mismo tiempo. http://www.hayaomiyazaki.es/ Entre algunas recomendaciones más vintage se encuentran "La Princesa Caballero" , originalmente fue una serie de manga que apareció desde 1954 hasta 1968, creada por Osamu Tezuka sobre la historia de una princesa que debe ser criada como niño para cumplir la voluntad de su pueblo. Fue serializado para la televisión infantil en 1967. Se le considera el primer manga y anime shōjo en aparecer, sentando el precedente de todo el género. O de plano al personaje iniciador de todo, el pequeño "Momotaro” (http://bit.ly/GD82bX), el niño héroe que nace de la semilla de un durazno y que es precursor del "Kintarō" o el niño de oro (http://bit.ly/GFBWXT), ambos pertenecientes a las leyendas tradicionales del japón medieval temprano, de los cuales existen, por supuesto, ilustraciones –grabados- de la época.




...With an aspargus pillow..., 2003, Mixed media

Nobuko Tsuchiya


Parking Fish Project, 2003, Mixed media


...Quietly Now..., Mixed media, 2003


Sister of nike, Mixed media, 2004


Table rabbit, Mixed media, 2003


Your chair, Mixed media, 2003



Cuento

El Profanador Yo soy el ángel de la modernidad, el que te hizo dudar entre Dios y el diablo. El mismo que te susurra sobre la ciudad de Dios, pero también sobre un Apocalipsis esbozándose en el ocaso. El que mordisquea incansablemente aquí y allá con dientes finos y aserrados, y muelas de gran tamaño que cincelan piedra grande y chica a su paso. Yo soy el ángel de la modernidad, aquel que con la flama robada a los dioses multiplicó sus ojos hasta el infinito. Mi sangre fluye en mis venas, venas que poco a poco se infiltran silenciosamente en cada uno de tus espacios. Al que conoces solo por mi centelleante armadura durante mi largo trotar; armadura de bronce, hierro, plástico y silicio. Yo soy el ángel de la modernidad. El mismo que te dio a Miguel Ángel y a Maquiavelo, y el mismo que te negó a Dios y luego a ti como ser humano. El ángel que te guió por medio de la evolución y el progreso. Yo soy el ángel de la modernidad, el constructor de tus sueños... Despertó escuchando estas últimas palabras en su mente. Eran las seis y media de la tarde en el tren subterráneo. La tarde era un poco calurosa, aunque una pequeña llovizna refrescaba temporalmente el aire. Su mirada era guiada por el paisaje que asomaba a través de su ventana. Un poco distraído empezó a notar que uno a uno los objetos aparecían seriados, en un estricto orden casi predecible. Los postes, los edificios, la gente, todos seguían un orden casi perfecto, casi armonioso, casi matemático. La misma melodía que hizo palpitar los ojos de Von Neumann. La misma melodía que te deja caminar paso por paso, que te permite leer una a una las palabras de una oración, esa misma melodía que te deja navegar página por página en la Web. ¿A qué estación estoy a punto de llegar? La verdad no importaban los nombres, de la anterior siempre seguirá la siguiente, y de ella la siguiente de la siguiente. Una a una siempre es la misma secuencia, el mismo viaje siempre. Del ayer seguirá siempre un hoy, y del hoy un mañana, un mañana tan eternamente inalcanzable en el fin de los días. Y yo tan aquí, tan aprisionado y maniatado por una serie de signos tan ajenos como diabólicos. -seis, seis, seis,... -cuenta Mephisto hasta el infinito con la misma multiplicidad y artificialidad de los códigos de barras, de los plu's y de los sku's, de las arrobas y de los http's, de los ceros y de los unos. Y yo tan aquí... me resigno al pensar... ¿Pero si no fuera así? Si se pudieran derribar los muros para poder volar libremente con nuestras propias alas. ¿Qué pasaría si se creara un lenguaje de programación que escapara del álgebra booleana y de lógica conductivista? Formas que solo aprisionan y enclaustran el pensamiento humano. Ningún lenguaje que permita a la persona mantenerse como unidad al momento de conectarse, solo la posibilidad de fluir libremente, fluir en cuerpo y mente por aquí y por allá. Todo un sin número de posibilidades que explorar, de sensaciones nunca antes percibidas. ¿Porqué conformarse con una sola y vieja garganta? Si de nuestros labios puede salir un canto comparable al de miles de voces cantado al unísono. Canto no apto para mis antiguos oídos, oídos tan limitados y perezosos, aquellos mismos oídos de Hindemith que jamás pudieron comprender la melodía que existe en cada átomo de hidrogeno. ¿Y de mis ojos?... mis ojos tan cansados y torpes, los desecharía de inmediato si hubiese la posibilidad de ver cada objeto, cada persona, cada paisaje mil o un millón de veces al mismo tiempo. Palmo a palmo, centímetro a centímetro cada objeto seria más real, más táctil que nunca... Al momento de llegar a la estación inmediatamente corrió hacia su pequeño departamento. Tres cuadras y media, lo recuerdo bien, como en otras ocasiones se enclaustró en esa pequeña habitación de menos de ocho por ocho. No me parecía una habitación muy confortable. Por el suelo serpenteaban cables y conexiones entre los múltiples aparatos que ornamentaban la habitación. Este hecho obligaba a caminar despacio y cuidadosamente al cruzar el cuarto. Gadgets, computadoras, ordenadores y teclados parecían estar creando una inconmensurable selva tan hermosa, como tan incomprensible. Todos estos aparatos guardaban tal prioridad que en segundo plano quedaban los otros objetos más comunes. Sin embargo en una esquina de la habitación se posaba un viejo librero tan repleto de libros, que cinco pilas de libros puestos en el suelo ordenaban aquellos que no tuvieron espacio. También había una pequeña cama, acomodada en el rincón más


oscuro de la habitación, ornamentada en sus márgenes por pequeños montes de ropa. Varias prendas terminaron perdidas por varias semanas entre el nicho de la cama y la pared. Bajo la cama también asomaban dos pares de zapatos, y una vieja y empolvada caja de cartón en la cual conservaba varias copias de libros y artículos de revistas que en su debido tiempo ocuparon su interés, y que por hoy están en desuso. Existía también una pequeña mesa plegadiza, una solución temporal que poco a poco se volvió permanente. Sobre ella se posaban varios envases vacíos de desodorantes, lociones, talcos y cremas, acomodadas meticulosamente en un estricto orden matemático. Mientras los espacios vacíos eran ocupados por algunas monedas, baterías sin carga, lápices, recibos de transacciones en cajeros automáticos y algunos papeles donde se esbozaban apuntes rápidos. Apuntes que nunca dieron una solución definitiva ¿Cómo demostrar que un objeto en forma de dona converge en una esfera? ¿Cómo establecer un orden para los renuentes números primos? Todo quedó en proyecto... y poco a poco también en olvido. Al tercer día después de haber pasado un mes completo pude verlo de nuevo, ya antes había probado sus factorías a cambio de un poco de dinero, pero esta vez no era un juego de realidad virtual o el hecho de haber entrado a información restringida del gobierno. Escapes tan paganos y sacrílegos como puede ser el descender a las profundidades de nuestra ciudad, como puede ser el averno de Lilith, o las entrañas de Horeí, como puede ser el vientre de Eva. Yo los siento, están ahí… nunca se fueron. Están ahí, moviéndose, multiplicándose, devorándome, emergiendo… segundo a segundo, minuto a minuto, día tras día, están ahí. ¿Cómo puedo negarlos? Ellos solo están ahí. Y Víctor lo sabe, en sus ojos están sus palabras, sin embargo esta vez él solo se limitó a decir: - Víctor tiene la llave de todo, la droga de la droga, el escape del escape...- ¿La llave de todo?- respondí - Así es, ya no más muros, ya no más si estás fuera o adentro. La habitación más lujosa podrás entrar sin problema, el tesoro más oculto y guardado podrás ver, inclusive las puertas del cielo no ofrecerán resistencia. Es solo cuestión de conectar para que la magia empiece... Ya no más dolor, ya no más recuerdos que preocupen y nublen tu mente... de un momento a otro empezaras a dejar todo esto... dibujó una pequeña sonrisa en su cara- ¿Sabes?, es como ver un partido de fútbol... ¿Te gusta el fútbol?... - Sí - Asenté con la cabeza mientras él preparaba las conexiones. - La diferencia es que serás todos los jugadores. Los del equipo local y los del visitante, el árbitro, el narrador. Inclusive todos y cada uno de los espectadores, -decía forzadamente al batallar por enchufar un puerto y en poner sondas en mi cabeza. - Bueno... ya está. ¿Listo? - Listo – respondí, - ¡Encendido! En ese instante cerré los ojos por miedo. No hubo nada, más que un pequeño zumbido que se empezó a escuchar muy levemente, zumbido que se confundía con los sonidos de los demás aparatos a mi alrededor. Por un momento empecé a pensar que esto no funcionaba, solo un truco, un engaño para espantarme y así ya no robarle más dinero al viejo. Sin embargo el zumbido cada vez se fue haciendo más claro, y el aire que pasaba entre mis dedos se hizo cada vez más intenso. Lo sentía recorrer por mi piel, dibujándola suavemente de alivio. Poro por poro lo sentía como si miles de orugas se pasearan muy lentamente por mi cuerpo, martilleando todo con sus diminutas patitas. Segundo a segundo empecé a sentir morir mi piel, segundo a segundo empecé a sentir como el frío metal del asiento quemaba ésta, segundo a segundo empecé a sentir como crecían infinitesimalmente cada uno de mis vellos. Y lentamente empecé a ver cómo me expandía. Poco a poco fui descubriendo el placer bacterial de comer y ser comido una y otra vez, tan eterno y bello parecía el tiempo. ¿Era yo o no era yo? ¿Dónde estoy? Quise abrir mis ojos pero no podía, sin embargo empezó a ser más clara la visión. Pero no eran mis ojos. Una serie de sonidos extraños y aletargados despertó mi mente. Sentía moverse tan lento todo, pero a la vez tan rápido.


En ese momento había alcanzado a una pequeña mosca que se posaba en mi camisa. Mosca común, musca doméstica, mosca de cuatro semanas y dos días de vida, mosca que había entrado a la habitación de Víctor la noche anterior que olvidó cerrar la ventana. Mosca cuyo nacimiento se produjo en un lavabo dos pisos más abajo. Sentía el agitar de sus alas como si fueran las mías, el llevarse a la cabeza las patas delanteras para asearse sus grandes ojos (lo cual mejoro un poco mi visión), esas patas tan ásperas y batallosamente articuladas, con su par de uñas y cojinetes al extremo de cada una. La sentía palpar con su trompa la tela de mi camisa escudriñando cada monumental hebra para después comenzar a volar. El despegue fue lento pero con tal fuerza que parecía que las seis patas temieran al vacío para comenzar un vuelo constante en una atmósfera tan densa como nunca antes la había sentido. Dibujando unos asimétricos triángulos el vuelo era en sí sencillo: recta, una abrupta vuelta a la izquierda, recta, vuelta a la izquierda, recta, vuelta a la izquierda. Poco a poco la expansión continuaba cada vez acelerándose más y todo parecía una eternidad. Para ese entonces ya había alcanzado a una cucaracha que estaba poniendo sus huevecillos detrás de un monitor, y a la pobre planta que siempre se encontraba en la marquesina de la ventana. Cuando por fin alcancé a Víctor, fue cuando me di cuenta que para él solo habían pasado tres segundos desde el encendido de la máquina, y empecé a vivir todo lo que pasaba por su cabeza. Sus recuerdos los sentía como si los hubiera tenido durante toda mi vida. Cuando terminé de expandirme por toda la habitación yo ya vivía al mismo tiempo en Víctor, en la planta junto a la ventana, en cuarenta y siete cucarachas y en sus siete huevecillos de cucaracha recién puestos, en una ratón hembra y sus dos pequeñas crías, en nueve moscas y catorce gusanos de mosca que vivían bajo el lavabo, en una palomilla que estaba junto al foco, en trece grillos, en una pequeña araña de siete patas hospedada en la esquina del cuarto y en una infinidad de bacterias. Mas la expansión no terminó ahí, continuó hacia los departamentos contiguos. Hacia la señora de al lado que discutía a gritos con su acompañante de cama, a la joven pareja que se despedía de beso mientras la mamá los espiaba por la mirilla de la puerta. Continuó también hacia los departamentos inferiores donde una joven ama de casa preparaba la comida mientras sus dos pequeños hijos correteaban por la pequeña sala y su hija estudiaba sola en su habitación. También hacia los superiores donde un gato se había colado por una ventana para deambular un rato por el departamento solo y vacío. La expansión no se contuvo al edificio, continuó afuera por todo el vecindario. Y yo me estaba convirtiendo cada vez más en el fantasma detrás de la máquina, esa máquina armoniosa con que soñaron los románticos, esa máquina universal con que soñó Copérnico, esa máquina perfecta que dibujó Euclides. Había pasado ya un minuto y continuaba expandiéndome en los límites de la ciudad. Todavía percibía un poco de mí, quise extender mi brazo, y una suave brisa sacudió a los árboles del lugar... Fue en ese momento justo cuando Víctor interrumpió todo y por fin desconectó la máquina. Abruptamente sentí a mi mente regresar a esa prisión llamada cuerpo, mientras un espasmo afirmaba la acción. Barrotes de hueso con cerrojo de epitelio. Desde entonces no he visto a Víctor, desde entonces mi visión central pierde terreno ante mi visión periférica, sin embargo mi mente está más lúcida que nunca. Mientras que por las noches siento que escapo, abro los ojos y soy otra persona, dudo si es realidad o sueño. Efectos secundarios supongo, efectos que con el tiempo desaparecerán.



Días antes de su muerte me topé a Víctor nuevamente. Lo vi notablemente más delgado y con algunas escoriaciones en la piel. Un poco alterado compraba algo de despensa en el supermercado. Lo saludé, pero él no perdió tiempo en saludarme… - Me he estado conectando todo este tiempo, una y otra vez. He logrado estar conectado un tiempo máximo de casi 15 horas seguidas. - Me murmuraba con voz muy baja, casi como si las palabras las dijera para sí mismo - La velocidad de expansión se incrementa exponencialmente conforme avanza el tiempo y en el vacío se incrementa aún más la velocidad. ¡La velocidad de expansión se incrementa exponencialmente conforme avanza el tiempo! ¡Al parecer no hay desaceleración de esta misma! - ¿De qué hablas? ¿Hasta dónde te expandiste Víctor? -Cálculo que 3 pársecs o más. ¡Puedes creerlo! He visto cosas inimaginables para los ojos humanos. Tú lo sabes, tú has estado ahí, he visto como funciona la máquina… - ¿Tú máquina? – respondí, -¡No, no, no, la ciudad! El hombre es solo un constructor de máquinas, de ciudades. Las construye aquí y allá, del otro lado del mundo, termiteros hechos a la medida de la población. La verdadera criatura viva no es el ser humano, es la ciudad. Panal de concreto, marabunta de asfalto. No le creas a los filósofos y humanistas, nuestro único propósito en esta vida es construir ciudades por todo este planeta, y en un futuro fuera de éste.- Me decía notablemente nervioso. – Ni siquiera podemos reclamar nuestra individualidad. ¿Ves aquella mujer?... En Ontario existe otra mujer que realiza sus mismas acciones con una hora de diferencia. Replica fantasmal de alguien que se dice ser humano. Y por si fuera poco he visto seres desconocidos para la ciencia que nos susurran todo el tiempo. Son invisibles ante nuestros ojos, no son humanos, ni animales, escapan con facilidad de la taxonomía y de cualquier nomenclatura. ¡Me exaspera esté cuerpo! Cada vez se vuelve más insoportable. ¡Como desearía arrancarme la piel en este momento…! - ¿Te sientes bien? – le pregunté, - Eso ya no es relevante, después de haber nacido y muerto cientos de veces, después de haber concebido y quitado la vida miles de veces. Alegría, miedo, amor, dolor, culpa, soledad, placer, todas las emociones las he experimentado una y otra vez y siguen sintiéndose tan fuertes como la primera vez. He estado en el suelo más inhóspito, he estado tocando las nubes sobre la montaña más alta, y me he sumergido en el más profundo y oscuro océano. También he visto que te has conectado sin la máquina, lo que tú piensas que son sueños, no lo son mi amigo. Planeo conectarme más tiempo, llegar más lejos de donde la mirada se posa en el horizonte, donde los sueños de los astrónomos se posan, y más allá, recorrer esa maravillosa inmensidad del universo y viajar por un inconmensurable número de galaxias… - ¿Estás loco? – le respondí exasperadamente, más no me quiso responder más… Tras estas últimas palabras ya no volví a ver a Víctor, sin embargo en ocasiones abro los ojos y veo mundos extraños, tan lejanos e indescriptibles. Sé que son los ojos de Víctor, liberado de su cuerpo. Liberado de su materia física, continua expandiéndose todavía después de la muerte. Esto lo he contado varias veces a conocidos, nadie me cree. ¿Qué más se puede esperar de la conciencia humana? Mientras un doctor me diagnostica esquizofrenia recuerdo cierta leyenda. El doctor me pregunta cómo me siento, y vagamente le respondo diciendo: - Hace mucho tiempo en China, había un hombre que escalaba montañas muy altas. Pero nadie había visto esas montañas, así que no podían imaginarse cuán sorprendentes eran. Así que el hombre continuó escalando montañas más y más altas, día tras día. Pero sin poder hacer saber a la gente lo increíbles que eran, el hombre se volvió ermitaño y comenzó a vivir en las montañas.

Samuel Ayala Lozano.


kiyoshimachine Niigata, Jap贸n. De la serie Monster67


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JAPÓN A UN AÑO DE LA CATÁSTROFE. Por: Luca D´Aron

Eran las 2: 26 pm en Japón, muchos se encontraban en ese momento en el trabajo. Algunos jóvenes y niños aún permanecían en la escuela. Ese día las aguas arrancaron de cuajo decenas de miles de viviendas y arrastraron barcos, coches, bosques y todo lo que había a su paso dejando en su lugar un paisaje apocalíptico. El tsunami dañó gravemente la central del Fukushima 1, que sufrió explosiones y fusiones en tres de sus seis reactores, y desencadenó la peor crisis atómica que ha vivido el mundo desde Chernóbil (1986). Este mes se cumple un año de lo acontecido ese día. EN SILENCIO En el aniversario de la tragedia, Japón guardó un minuto de silencio en recuerdo a las más de 19.000 víctimas del terremoto y el tsunami que destrozaron la costa nororiental el 11 de marzo del año pasado. Algunos trenes se detuvieron, las sirenas sonaron en algunos pueblos y muchos ciudadanos unieron sus oraciones por las víctimas.


Unas 30.000 personas se reunieron en el parque Hibiya, en la capital. Varias decenas de miles de ciudadanos se manifestaron en diferentes ciudades en contra de la energía atómica. Más de 340.000 personas continúan desplazadas de sus hogares. Separadas a menudo de otros miembros de su familia y sin perspectivas claras de regresar a sus pueblos, se sienten cada vez más frustradas y desesperanzadas. El aniversario de la catástrofe ha sido aprovechado por los grupos en contra de la energía nuclear, que, tras mantener el minuto de silencio en Tokio, se dirigieron a la sede de Tepco (Tokio Electric Power), la compañía propietaria de la central de Fukushima. En la ciudad de Koriyama, a unos 60 kilómetros de la planta, unas 16.000 personas se manifestaron para pedir el fin de la energía nuclear y compensaciones a Tepco. Arriba un protestante anti-nuclear en Japón y veladoras para conmemorar el primer aniversario de la catástrofe en Fukushima.

LA RADIACIÓN AÚN ES ALTA. La radioactividad, que continúa saliendo de la planta, obligó a evacuar a 80.000 personas de los pueblos cercanos y a declarar una zona de exclusión obligatoria de 20 kilómetros de radio en torno a la central. Muchos de estos lugares permanecerán inhabitables durante décadas. Las autoridades defienden que desde que comenzó la crisis nadie ha muerto debido a la exposición a la radiación, pero los residentes y algunos académicos temen que los efectos en forma de cáncer aparezcan dentro de algunos años. Los científicos aseguran que no hay evidencia clara de un incremento de peligro de cáncer debido a la cantidad de radiactividad que se estima que ha escapado de Fukushima, aunque existe incertidumbre sobre qué impacto tienen sobre la salud dosis bajas de radiación. La organización medioambiental Greenpeace afirma que aún hay gente que vive en la región en situación de riesgo.


Arriba: Escenas de la protesta anti-nuclear en Jap贸n. Abajo a la izquierda: Una joven en aislamniento por radiaci贸n ve a su perro a trav茅s de una ventana


CATEDRÁTICO DE ARTE EN LA RECONSTRUCCIÓN. Catedrático de Arte y Diseño en la Universidad de Kioto, Shinichi Takemura es uno de los diseñadores de nuevas tecnologías más imaginativos de Japón. Sus experimentos y sus libros, como Chikyo no mesen (Perspectiva planetaria) publicado en 2008 y en el que advertía de las debilidades de Japón, llevaron al Gobierno japonés a nombrarle miembro del Consejo de Diseño de la Reconstrucción del Terremoto del 11 de marzo de 2011. Según Takemura, si se hubiera tenido en cuenta la historia, muchas más personas habrían evacuado la zona de forma espontánea. “La sociedad ha sucumbido a la tecnología, mientras que el factor humano es mucho más importante”, señala Takemura. “Los éxitos tecnológicos obtenidos en la lucha contra las inundaciones y los tifones han creado confianza en la población, que lamentablemente se ha vuelto ignorante del poder de la naturaleza”. “El cambio climático nos afecta a todos y ya es hora de que tomemos medidas concretas para hacerle caso”.

Shinichi Takemura, miembro del Consejo de Diseño de la Reconstrucción de Japón.


Un hombre busca sus fotos en un centro de artĂ­culos pĂŠrdidos encontrados en los escombros del 11 de marzo del 2001, Prefectura de Miyagui.



Olvido **** —¡¿Cómo es posible que se te hayan olvidado las llaves dentro del coche mamá?! — La vieja señora, que vestía unas horribles medias de color café, bajó la mirada apenada, concentrándose de pronto en el caprichoso dibujo del tapetito sobre la mesa de café a la que estaba sentada—. Es que me parece increíble. —Su hija, que había corrido a socorrerla ante su torpeza con el gesto de impaciencia plasmado en la cara, no dejaba de increparla con ojos acusadores—. No es ni la primera ni la segunda vez... ¡Ya he perdido la cuenta de todas las cosas que pierdes o simplemente se te olvidan! —Lo siento mucho cariño... Ya sabes que no es mi intención. Es la edad que ya puede conmigo... —su voz se iba apagando, cansada... hasta convertirse en un puro rumor. Su mirada se perdió en la nada de sus recuerdos, de cuando todavía podía hacer las cosas sin ayuda de nadie y su marido todavía vivía... Un nudo de impotencia y desolación se formó en su garganta, y volvió sus ojos empañados a la realidad justo a tiempo para escuchar de nuevo a su hija... —La edad. ¡Es la edad!, siempre es la misma excusa... —El tacón de las zapatillas altas que calzaba sonaba fuerte contra la moqueta del piso. Daba vueltas interminables, exasperantes, mientras mantenía “la conversación” con su progenitora—. ¿No te cansas de decir siempre la misma excusa mamá?... Es que ya estoy harta de oír siempre lo mismo. —Y su voz sonaba lastimera, como si fuera ella a quien habría que tener compasión... **** Aquella noche la señora se levantó de la silla que la había acogido durante la breve visita de su hija y todavía después que ésta se fue... Tenía sed, pero no quería beber agua. Puso al fuego de la estufilla la marmita para preparar café y después fue a echar agua a los geranios que crecían junto a la ventana del fregadero... Se paseó por todas las habitaciones de su vacía casa, recordando, riendo de miseria y llorando por tantas cosas que había perdido a través de los años... Reía alegre porque su hija se había casado, pero lloraba porque le habían quitado a su bebé... Lloraba porque su esposo había muerto, pero estaba alegre porque sabía que él había tenido una vida plena... justo como lo había dicho esa tarde antes de morir. En cada habitación que entraba se aseguraba de cerrar bien las ventanas. No fuera que se le escaparan los recuerdos u otras cosas y luego su hija volviera enojada a criticarla, porque la había sacado de su hogar para atender sus impertinencias... Y las lágrimas no cesaban, porque estaba consciente de que ya no recordaba las cosas tan bien como antes, y tenía miedo. Tenía miedo que un día de verdad se le olvidara algo importante. Cuando llegó a su alcoba ya no recordaba para que fue ahí. Cerró la ventana para que las corrientes de aire no molestaran el repentino sueño que le había dado con su frío y se acomodó el batín sobre el viejo cuerpo. Recordó a su esposo en una oración por última vez y se echó a dormir. **** Adriana Villalpando A.K.A. sweetchild



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Cosplay El arte del juego y el disfraz que traspas贸 fronteras Por: T.Virus


Se calcula que el arte del cosplay tiene más de 50 años en existir como actividad, aunque se dice que el término no fue utilizado como tal hasta 1984 por Nobuyuki Takahashi en la Feria de Ciencia Ficción Worldcon en Los Angeles. A pesar de la relevancia y el gran poder de convocatoria que año con año demuestran tener las ferias y convenciones de cómics y ciencia ficción en distintas partes del mundo, la actividad se ha conservado casi totalmente en los terrenos de lo underground, muchos desconocen bien en qué consiste o cuáles son sus orígenes. Recomiendo mucho una investigación más profunda del tema, la mayor parte de los contenidos están accesibles en la web. La idea de si a lo occidental o a lo oriental les pertenece la autoría de ésta u otras actividades carece de importancia ya. Es evidente sí, que la ola Japonesa azotó occidente hace siglos, sin embargo hoy día Japón mismo es una mezcla de culturas y voces, entre ellas su asimilación de lo occidental. En lo que va de éste siglo la visión del mundo se ha transformado, no volveremos a ser los mismos y les estamos agradecidos infinitamente. Sin embargo el cosplay va mucho más allá de ser una moda japonesa, una tendencia. Sus influencias se basan en mucho más que eso y su alcance junto con el de otras actividades afines ocupará un espacio considerable en la historia y la cultura del futuro a nivel mundial. La juventud, una voz que se ha vuelto hoy día minoría, del mismo modo que otras voces culturalmente, ha llamado la atención de artistas y creativos. En algunos países europeos la relación entre artistas, fotógrafos y cosplayers ha resultado en convenios y colaboraciones entre ambos grupos, se han editado libros con imágenes y textos teorizando alrededor del movimiento y en ciudades como la nuestra son cada vez más los grupos de jóvenes que participan de actividades como esta. Es el caso de grupos online o a través de Facebook como Cosplayers Nuevo León, creados para organizarse, conocerse y compartir intereses. Este mes quisimos brindar una idea de cómo se vive la actividad del cosplay en Nuevo León y nos dimos a la tarea de entrevistar a sus administradores. A ellos les agradecemos mucho su colaboración y las facilidades prestadas para la realización de este artículo. Pueden encontrar la página en Facebook en: http://on.fb.me/GANuK9 para ponerse en contacto, conocer más del cosplay y recibir información de convenciones y actividades.


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¿Hace cuánto tiempo existe Cosplayers Nuevo León?

¿Cuántos miembros lo conforman hasta ahora?

La idea surge al no encontrar una página que informara de forma general sobre todos los próximos eventos con relación al Cosplay en Nuevo León. La pagina se forma hace 1 mes 15 días, con el objetivo de informar sobre eventos, reuniones, convenciones o concursos y con todo lo relacionado con el Cosplay regio. También el principal motivo de la página es poner en contacto a todos los Cosplayers entre sí , para pedir tips , vender sus cosplays o pelucas que ya no usen, formar grupales, y más que nada conocernos , vernos como amigos y compañeros y no como rivales.

Somos 2 Administradores, Luis Norberto y Estrella Vanesa. Estamos llegando a los 250 seguidores y con esta convención que pasó esperamos aumente la cifra. ¿Crees que la gente en la ciudad que está fuera del movimiento cosplayer entiende bien en qué consiste el cosplay? La gente no lo entiende al 100% ya que no está familiarizada con el término. Ellos generalmente le llaman


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disfrazarse, y sí son disfraces, pero basados en dibujos, series, videojuegos o mangas de origen oriental. Aunque en últimos años se ha generalizado mucho ya que también entran al tema Cosplay algunos personajes de películas o hasta de comerciales de T.V. Su definición es Cosplay - Jugar a Disfrazarse. ¿Has observado que exista discriminación o mal trato a grupos como los de los cosplayers en Monterrey?

alguna convención, junta de grupo o sesión fotográfica, regularmente dentro de Parque Fundidora o Parque Niños Héroes y no en las calles de la cuidad. Aunque solo en días de convención. Parque Fundidora nos ha restringido la entrada a sus instalaciones, (Sin saber que gracias a la convención, Fundidora de Monterrey aparece en la película número15 de Pokémon , ya que el director vino a una convención y se inspiró en el Horno 3 para una escena en la película).

Discriminación solo un poco ya que los Cosplayers en Nuevo León solo se cosplayean o disfrazan para

Sobre maltrato físico jamás he escuchado que se agreda a algún Cosplayer.


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¿Crees que existen suficientes foros y espacios dedicados a jóvenes y movimientos culturales de este tipo? Los únicos espacios son Plaza Garibaldi, Parque Fundidora , Parque Niños Héroes y recientemente Plaza de la Tecnología. Pueden ser suficientes pero en algún tiempo próximo no lo serán. Sí hay paginas con nombres similares, pero se enfocan en

su grupo y en sus cosas, no informan ni actualizan constantemente su página y mi recomendación para esas páginas o las nuevas páginas que inicien en el tema es infórmense, suban cosas divertidas e interesantes y no abandonen las páginas por tanto tiempo. Por otro lado, los medios no informan si no hasta uno o 3 días antes de cada evento ya sea por el costo del comercial , porque no se enteran o porque según ellos no es muy importante.


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El gobierno debería de procurar publicar y anunciar estos eventos ya que son muy sanos , familiares , es un muy buen pasatiempo y te aleja de vicios.

Y para los avanzados seria: Que los años como cosplayer no te den soberbia si no muchas buenas experiencias, "Somos Cosplayers , somos artistas detrás de un traje".

¿Qué mensaje le darías a la comunidad de cosplayers y en general a los jóvenes que nos leen?

Nuestro objetivo es seguir creciendo en número y lo estamos logrando, solo sigamos en contacto en COSPLAYERS NUEVO LEÓN.

El mensaje para los principiantes seria: Todos tenemos el potencial, solo hay que hacerlo.



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o k ee

y la moda japonesa

La veterana y destacada representante de la moda japonesa contemporánea cumple once años de carrera. Aquí lo mejor de ella. Modelo, cantautora, dj, ícono de la moda. Neeko cumple este año 29 años de vida y comenzó su carrera desde el 2001 trabajando para famosas revistas Japonesas como KERA, Zipper, CUTiE, FRUITS, Kazi Kazi y TeenVogue. La multifacética modelo ha trabajado como actriz, ha prestado su voz para animaciones y es considerada una de las más fuertes influencias en el mundo de la moda no solo en Japón sino en todo el mundo.


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o k e e N Fecha de nacimiento: Octubre 28 1983 Ciudad de origen: Osaka, Japón Altura: 152cm Colores: Rosa, Blanco, Negro Bebida: Mamoru Hitoshi natto, Cerveza, Té verde Gente que admira: Matsumoto Hitoshi

Sobresaliente por su personalidad intensa y su estilo poco convencional, forma parte de una banda de rock Indie de nombre Shampoo Youth, la cual tuvo su debut el 21 de Enero del 2009. Ha participado como actriz en filmes de corte independiente y más recientemente en la serie Anime “Hitman REBORN!”.





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