EDITORIAL
S
egún las últimas estadísticas de las Naciones Unidas (UN), se prevé que la población mundial aumente en más de 1.000 millones de personas en los próximos 15 años, por lo que se alcanzarían los 8.500 millones en 2030. Para el 2.050 los habitantes del mundo llegarían a 9.700 millones, mientras que en el 2.100 el total de pobladores del globo terráqueo sería de 11.200 millones. Indefectiblemente, este crecimiento poblacional generará un gran impacto en la producción primaria y secundaria de alimentos, al igual que en los procesos industriales de fabricación de bebidas, productos farináceos, cárnicos, hortícolas, etc. En este contexto, y dada la vulnerabilidad implícita en cada uno de estos procesos productivos, es de esperarse que las poblaciones de plagas y la demanda de servicios para su gestión racional, se incrementen notablemente. Sin duda alguna, estas proyecciones resultan auspiciosas para la industria mundial del manejo profesional de plagas, y serán una excelente oportunidad de desarrollo para aquellas empresas que se preparen debidamente para cumplir con las exigencias demandadas. El concepto de inocuidad alimentaria, se basa en la generación de alimentos en ámbitos seguros, sanos y libres de patógenos y plagas. Entre otras cosas, las normativas conocidas como HACCP, BRC y Certificaciones ISO/FSSC 22.000, persiguen la estandarización y optimización de los diversos ambientes. En cualquiera de estos programas, las plagas representan uno de los riesgos a minimizar. La globalización, ha permitido que la distribución de alimentos entre países se incremente notablemente durante los últimos 40 años, no solo las materias primas, sino también los productos terminados. Debido a esto, las compañías multinacionales, con el fin de sostener el posicionamiento de marca y la calidad de sus productos desde la fabricación hasta el consumo, han incrementado las exigencias en torno a las auditorias. Los auditores, sin importar para quién trabajen, fundamentan
sus inspecciones utilizando una o varias de las normativas mencionadas líneas arriba. Pese a esto, hay algo dos cuestiones que la mayoría analiza con detenimiento. En primer lugar, el ambiente y el nivel de hermeticidad e higiene, y en segundo lugar la idoneidad de quienes realicen la gestión de manejo de plagas. En este sentido, las empresas prestadoras de servicios que puedan comprender la importancia de implementar estrategias preventivas y acciones correctivas debidamente, tendrán grandes posibilidades de ser exitosas. En LATAMPLAGAS sostenemos el compromiso con la industria del manejo profesional de plagas, acercándole las últimas herramientas, productos y tendencias. Consideramos nuestra obligación, la divulgación de eventos y cursos de formación específica que se ofrecen en el mundo, por esta razón actualizamos permanentemente nuestras secciones vinculadas a ello. Esperamos que este nuevo número de la revista aporte información valiosa para el desarrollo intelectual y profesional de cada uno de los lectores.
Guillermo Tarelli
INRO - Argentina EDITOR DE LATAMPLAGAS