POEMAS TAURINOS Por Mario Utrilla MARFIL Y ORO El tórrido estío exhorta la somnolencia. Aletargado y ajado, recostado en la mecedora, evoco mi pasado. Y sueño con lo que fui, y con lo que anhelé haber vivido. Cultivé el noble Arte de Santa Apolonia. Con mano izquierda burlé las embestidas de la profesión. Con garbo lanceé los retos del galeno. Eso es lo que fui.
TORO NEGRO
Me instruí en el Arte de Cúchares.
¡Libertad!, braman,
Por naturales lidié morlacos en la piel de toro.
imbuidos en su falacia.
Con honor bauticé un relumbrante baile de capa.
Ambicionan mi cautiverio,
Vadeé el dintel de la gloria del albero.
nuestro fuero les solivianta,
Eso es lo que anhelé haber vivido.
mi hacienda es su ganancia.
Diestro ministerio del Diente,
¡Atacan al toro negro!
rosácea muceta, birrete de pitiminí, fraterno tinte rosado de un capote.
Mas los oficiales dominan
Se agota el día y mi crepuscular corporeidad
al pueblo que me idolatra,
expira.
y bajo su disfraz velado
Mi espíritu redimido salta al deífico ruedo eterno.
ruge el león de hojalata.
Pronto hago el paseíllo con los dioses de la
Ignoran que el toro negro
Tauromaquia.
torna inmortal en la Plaza.
Somos uno y mi alma es torera a perpetuidad.
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