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El disparador

Imagina que abres el diccionario y encuentras la palabra «café». Esa palabra es un disparador. Puede que se te ocurra un relato que gire en torno al café (el personaje olvidó comprarlo), un poema que evoque su olor, una pieza dramática que imagine un mundo donde no exista el café, etc. Pero la palabra «café» no es sólo una palabra para usar, sino que es un concepto que puedes modificar a tu antojo. Es el camino para que tu propia idea tenga sentido y puedas ponerla sobre el papel.

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INSTRUCCIONES:

- Elige la forma de expresión que mejor se adapte al disparador. No tienes por qué ceñirte a un género concreto. Siéntete a gusto con la idea y déjate conducir por las palabras. Si optas por la prosa la extensión es de 350 a 500 palabras; mientras que si tu elección es el verso muévete entre los 15 y los 30 versos. - Una vez terminado escribe un buen título. Puedes resumir o sugerir, depende de tu intención. - Envíaselo a los encargados de esta sección en formato .doc u .odt. para que ellos puedan elegir los mejores y publicarlos.

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