Guia de la mina romana de lapis specularis de La Mora Encantada de Torrejoncillo del Rey

Guía De La Mina Romana DE Lapis Specularis De “La Mora Encantada” Torrejoncillo Del Rey · Cuenca

GUÍA DE LA MINA ROMANA DE LAPIS SPECULARIS DE “LA MORA ENCANTADA” (TORREJONCILLO DEL REY)

Dirección y Coordinación María José Bernárdez Gómez & Juan Carlos Guisado di Monti.

Textos María José Bernárdez Gómez.

Juan Carlos Guisado di Monti.

Alejandro Navares Martín.

Fernando Villaverde Mora.

Créditos Fotográficos Asociación Lapis Specularis: Páginas 1, 6 (foto primera), 12, 13, 21, 22 y 28.

María José Bernárdez Gómez: Página 20.

Javier Fernández Lozano: Páginas 4 y 11.

José Martínez Hernández: Páginas 17, 19 y 27.

Félix Martínez Martínez: Páginas 3 y 18.

Javier Morales Orozco: Páginas 14 y 25.

Alejandro Navares Martín: Página 6 (foto segunda).

Dibujos e Ilustraciones Yeyo Balbás Polanco: Página 24.

Planimetrías y Mapas Alejandro Navares Martín: Página 23.

Fernando Villaverde Mora: Páginas 8, 9, 11, 15 y 16.

Web: www.lapisspecularis.org Blog: http://moraencantada.blogspot.com Imagen de Portada: Megacristal de yeso selenítico en la mina romana de lapis specularis de “La Mora Encantada” de Torrejoncillo del Rey. Contraportada: Vista parcial de la sala “Pedro Morales” en la mina de la Mora Encantada.

1ª Edición, 2015. Reservados todos los derechos. Queda totalmente prohibida la reproducción y/o transformación parcial o total de este libro, por procedimientos mecánicos o electrónicos, incluyendo fotocopia, grabación magnética, óptica o cualesquiera otros procedimientos que la técnica permita o pueda permitir en el futuro, sin la expresa autorización por escrito de los propietarios del copyright. © 2015. De esta Edición: Ceder Alcarria Conquense. Proyecto de Cooperación Territorial Eje 4 LEADER del PDR de Castilla-La Mancha 2007-2013. © 2015. De textos, imágenes y contenidos: Los autores - Asociación Lapis Specularis. Proyecto “Cien mil pasos alrededor de Segóbriga”.

Diseño e impresión: Gráficas Cuenca.

Depósito Legal: CU-157-2015

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GUÍA DE LA MINA ROMANA DE LAPIS SPECULARIS DE “LA MORA ENCANTADA” (TORREJONCILLO DEL REY)

GUÍA DE LA MINA ROMANA DE LAPIS SPECULARIS DE LA MORA ENCANTADA (TORREJONCILLO DEL REY - CUENCA)

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GUÍA DE LA MINA ROMANA DE LAPIS SPECULARIS DE “LA MORA ENCANTADA” (TORREJONCILLO DEL REY)

Índice Presentación

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Importancia e interés de la mina

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Plano de la mina

8

Localización y accesos

10

Historia de un descubrimiento

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El nombre de “La Mora Encantada”

14

Planimetrías de la mina

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La mina de la Mora Encantada

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Otras minas de Torrejoncillo del Rey

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La minería romana del lapis specularis

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Bibliografía

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Vista aérea de Torrejoncillo del Rey desde la vertical de la mina de la Mora Encantada.

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Presentación

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sta guía de “La Mora Encantada”, surge con la idea de proporcionar información de manera útil, visual y amena, a cualquier persona interesada que acuda a conocer esta antigua mina romana de lapis specularis situada en la localidad conquense de Torrejoncillo del Rey. Ideada como una guía práctica turística, su uso complementa la visita presencial y el recorrido subterráneo que podemos realizar a su interior, aportando información actualizada y precisa, así como amplía los contenidos de divulgación expuestos en las instalaciones mineras, y mejora el conocimiento de este singular patrimonio subterráneo a través de los textos y las imágenes seleccionadas.

Para poder disfrutar de la visita a la Mora Encantada, es conveniente ir sin prisas y con tranquilidad, dejarse llevar por la imaginación y pensar como podría ser la mina en aquellos tiempos lejanos, de manera que la experiencia turística, se concibe como una inmersión arqueológica donde priman sobre todo las sensaciones y el aprendizaje.

“La Mora Encantada” cuenta con dos espacios claramente diferenciados: El espacio exterior de la mina, donde se sitúa la entrada de acceso al minado y dos de los pozos de extracción habilitados, y el ámbito interior, donde cámaras, galerías y tránsitos mineros, se distribuyen en tres pisos o niveles, en un espacio subterráneo y funcional de más de un kilómetro de posible recorrido.

La visita a la mina se organiza y puede realizarse de dos modos distintos y complementarios.

La visita turística, concebida para todo tipo de público y en la que, de manera sencilla y cómoda, se discurre por un itinerario habilitado para su visita, seguro, señalizado y en el que durante su recorrido se pueden observar los aspectos generales de la mina, y por otra parte, la visita de turismo-aventura, diseñada para un visitante más experimentado, donde equipados con una indumentaria adecuada, se explora acompañados por un guía, otras zonas interesantes y particulares del minado, al tratarse de espacios que aún conservan el aspecto original de época romana. Este último tipo de visita, puede ajustarse al interés y al perfil del visitante que la demanda, convirtiéndose en una auténtica y singular experiencia personal.

Por último, sólo nos resta recordar y agradecer a todos los que han hecho posible la iniciativa y la realidad de que “La Mora Encantada”, sea una más de las cavidades de referencia en el panorama turístico español y en particular de la provincia de Cuenca. Una historia que comenzó con la aventura de Pedro Morales y sus compañeros, y que fue continuada por sus descendientes y familiares, a los que junto a los vecinos de Torrejoncillo del Rey, tenemos que agradecer su implicación y apoyo en la consecución de este proyecto.

Igualmente, también es de agradecer y reconocer la sensibilidad con que los Grupos de Acción Local del territorio Ceder Alcarria Conquense, ADI-Záncara y Adesiman, han asumido el compromiso y la responsabilidad de editar, en apoyo a la iniciativa turística de la mina y dentro del proyecto interterritorial “El Cristal de Hispania”, unas guías más que necesarias, para dotar de contenido divulgativo y reforzar la difusión de un patrimonio cada vez más valorado, y hoy entendido como símbolo de identidad de la comarca, en la esperanza de que el mismo, pueda convertirse en un recurso sostenible de la región y en un referente de futuro para la zona.

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Año 1954. Descubrimiento de la Mora Encantada, ante la expectación de los niños del pueblo que aplauden por el acontecimiento del hallazgo de la mina.

Año 2015. La mina romana de lapis specularis de la Mora Encantada tras su última habilitación, y la construcción del edificio de recepción de visitantes, que dá acceso al interior del minado.

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Importancia e interés de la mina

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a mina de “La Mora Encantada”, cercana al pueblo de Torrejoncillo del Rey, es una de las minas romanas de lapis specularis o yeso especular más importantes de las que se conocen en la provincia de Cuenca y también una de las más valiosas desde la perspectiva de la investigación. El interés del minado, reside en la conjunción de valores y manifestaciones culturales que reúne la mina desde los puntos de vista arqueológico, histórico-minero, geológico, espeleológico, biológico y medio ambiental.

Todos estos bienes patrimoniales, hacen que la mina tenga un gran atractivo e interés turístico, al confluir en la misma toda una serie de referentes culturales de la más variada índole, a los que hay que sumar la fascinación y atracción atávica que los espacios subterráneos despiertan en la mayoría de las personas, una sensación que llevamos impresa genéticamente en nuestro ADN y en el subconsciente colectivo de la humanidad desde hace milenios, cuando para nuestros antepasados, el concepto de caverna o cueva, en contra de lo que pudiera creerse en un principio, eran sinónimo de vida, seguridad y hogar.

Así y desde el inicio de la visita, la mina nos muestra su belleza natural y geológica, con sus espectaculares cristales de yeso de gran tamaño y excepcional transparencia, junto a las numerosas huellas del trabajo que los romanos practicaron al horadar la roca yesífera en su búsqueda del “cristal de Hispania”, un recurso minero que dinamizó en época del Imperio romano la región y entre cuyas consecuencias directas, se encuentran entre otras, los cientos de antiguas minas que hay en el territorio y en donde “La Mora Encantada”, es una de las mejor conservadas y representativas de este tipo de explotaciones mineras.

Durante los últimos diez años, la mina ha sido objeto de investigación y estudio por parte del colectivo de trabajo del proyecto “Cien mil pasos alrededor de Segóbriga”, equipo de carácter científico, formado por arqueólogos, geólogos, ingenieros de minas, biólogos, y espeleólogos, que estudia de manera interdisciplinar la histórica minería romana del lapis specularis. Estos trabajos, han permitido contar con una serie de datos y resultados, tanto técnicos como científicos, que han sido fundamentales en su aplicación para la reciente habilitación turística del minado, así como para su conocimiento y disfrute social, mediante la aportación de diversos contenidos e información que, como destino turístico y cultural, oferta también la mina.

Los visitantes pueden así, hoy en día, recorrer este ámbito subterráneo en una agradable visita guiada y complementada con el desarrollo de una serie de actividades didácticas, de forma que su recorrido turístico, con sus lógicas limitaciones, es fácilmente practicable, pudiendo realizarse por todo tipo de público como experiencia recreativa y cultural.

La mina de la Mora Encantada, mantiene en su interior una temperatura bastante estable y confortable, de manera que el ámbito subterráneo de la mina, es un espacio cómodo y agradable, fresco en verano y no demasiado frío en invierno, manteniendo unas temperaturas que oscilan según las zonas y la época en que hagamos la visita, entre los 11ºC y los 15ºC de temperatura media durante todo el año.

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Plano de la mina

Topografía de la mina romana de lapis specularis “La Mora Encantada” de Torrejoncillo del Rey (Cuenca).

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Localización y accesos

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a mina se localiza en el municipio conquense de Torrejoncillo del Rey, a un kilómetro al noroeste de la actual población y en el paraje conocido como “el cerro de la Mora Encantada”.

Al lugar se accede cómodamente por un camino señalizado y asfaltado desde el mismo pueblo, y que partiendo desde la báscula municipal de la localidad, llega hasta la propia mina.

La entrada al minado se encuentra situada en el interior de un edificio que sirve de acogida y recepción de visitantes, donde comienza la visita a la mina. Sus coordenadas son: UTM: X: 535.437 - Y:4429.367 km (ETRS89).

Para llegar a la mina de la Mora Encantada y a Torrejoncillo del Rey con un vehículo particular, el acceso principal y de referencia, es la carretera comarcal CM-2102. Desde Madrid se accede por la autovía A-3 en sentido Valencia hasta el pk.84 a la altura de Tarancón, donde continuaremos en dirección Cuenca por la también autovía A-40 y hasta el pk.270 (salida Horcajada de la Torre). Allí enlazaremos con la comarcal CM-2102 y continuaremos en dirección a Torrejoncillo durante unos cinco kilómetros, hasta llegar a la intersección de la carretera local CU-7035 que tomaremos para llegar a la población de Torrejoncillo del Rey. Nada más entrar en el pueblo y antes de las primeras casas, veremos la indicación señalizada y el camino asfaltado que lleva a la mina romana.

Desde Cuenca, la vía de acceso a la Mora Encantada, es igualmente la autovía A-40 hasta el pk.270 (salida Horcajada de la Torre), siguiendo las mismas indicaciones que en el apartado anterior para poder llegar al minado.

Desde Valencia y Albacete, el acceso al lugar sería por la autovía A-3 sentido Madrid y hasta el pk.117 (salida Montalbo). Una vez en Montalbo y por la carretera comarcal CM-3120 en sentido Palomares del Campo, conectaremos a su vez con la también carretera autonómica CM-2102, donde continuaremos ruta hasta pasar por Palomares del Campo y llegar a Torrejoncillo del Rey, entrando en la población. Una vez en el núcleo urbano de Torrejoncillo del Rey, buscaremos o preguntaremos por la calle de Urbanos, hasta llegar a la báscula municipal de la localidad, sitio de referencia desde donde parte el camino habilitado hacia la mina romana de lapis specularis de “La Mora Encantada”.

DISTANCIA DESDE CIUDADES CERCANAS

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De Madrid a Torrejoncillo del Rey

126 km

De Cuenca a Torrejoncillo del Rey

45 km

De Toledo a Torrejoncillo del Rey

142 km

De Albacete a Torrejoncillo del Rey

152 km

De Guadalajara a Torrejoncillo del Rey

153 km

De Valencia a Torrejoncillo del Rey

252 km

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Plano de situación

Si quieres visualizar el lugar en Google Maps, la mina de la Mora Encantada se encuentra en: https://www.google.com/maps/@40.01373,-2.58452,1694m/data=!3m1!1e3

Vista aérea del exterior de la mina de lapis specularis de la Mora Encantada.

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Historia de un descubrimiento

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a historia de “La Mora Encantada” es la historia de un sueño y de un descubrimiento. Hace ya más de sesenta años, un labrador de Torrejoncillo del Rey de nombre Pedro Morales Cuenca, soñó con un tesoro, un ataúd blanco lleno de monedas de oro en una estancia con paredes y techos de cristal. Pedro Morales tenía razones para creer en su intuición; apenas iniciada la década de los años cincuenta del pasado siglo, Pedro encontró agua en una finca de su propiedad próxima al pueblo, cavó y cavó ante el asombro de todos sus vecinos, hasta que las primeras gotas hicieron callar a los más escépticos. Meses después, Pedro Morales convenció a su yerno Juan y a su amigo Alfonso, para excavar en el paraje de la Mora Encantada, un pequeño cerro origen de leyendas y donde el agricultor pensaba encontrar un tesoro escondido en las entrañas de la tierra.

Desde la cima del cerro de La Mora Encantada, los tres iniciaron una excavación que, por fortuna dio con un antiguo pozo minero de lapis specularis, que se encontraba colmatado por rellenos de tierra y piedras, que fueron vaciando, y descubriendo en seguida las paredes regulares del mismo. Animados por el indicio, continuaron desescombrando el pozo hasta llegar a más de veinte metros de profundidad, incidiendo en una gran cámara en las que pudieron ver en su interior, grandes y brillantes cristales transparentes, junto a infinidad de galerías que evidenciaban el hallazgo de una gran cavidad subterránea.

La repercusión y noticia del descubrimiento de la cueva de La Mora Encantada y su presunto tesoro, motivó que incluso el Gobernador Civil de la provincia, mandase a la Guardia Civil para

Fotografía de la época donde curiosos y vecinos del pueblo, ante la vigilancia de la Guardia Civil, observan los trabajos de búsqueda en la mina romana de lapis specularis de la Mora Encantada.

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imponer el orden y confiscar e incautar el posible tesoro aún por descubrir. Al igual que los periódicos locales y los principales medios nacionales del momento, editaron e imprimieron las portadas de sus diarios dando cuenta de la peculiar y fantástica “ciudad subterránea” aparecida en Torrejoncillo del Rey. Así, multitud de curiosos, junto a periodistas, autoridades e investigadores de la época, se personaron en la localidad atraídos por el sensacional descubrimiento, entre ellos, D. Gaspar de la Chica Cassinello, director por aquel entonces de las excavaciones arqueológicas de las cercanas ruinas de Segóbriga. El arqueólogo Gaspar de la Chica, elaboró un primer informe de la Mora Encantada e identificó la cavidad como una más de las minas romanas de lapis specularis existentes en la zona, realizando incluso unos croquis iniciales de la mina.

Sin embargo, el fantástico tesoro seguía sin aparecer; la expectación inicial y la atención que supuso el hallazgo de la cavidad, fue derivando con el paso del tiempo en la lógica falta de interés e indiferencia. Únicamente Pedro Morales, con fe inquebrantable en su vaticinio de fortuna, continuó en solitario en pos de su búsqueda del tesoro y hasta prácticamente el fin de sus días.

La mina de la Mora Encantada pasó así con el tiempo, a ser un elemento más del paisaje y del entorno, citándose sólo ocasionalmente en algunas publicaciones como una curiosidad, hasta su reciente recuperación como elemento cultural y patrimonial, gracias a la investigación previa llevada a cabo y a su actual habilitación turística.

Pedro Morales Cuenca, Alfonso Feijoo López y Juan García Teruel volviendo al pueblo de Torrejoncillo del Rey de excavar en la mina romana de lapis specularis de la Mora Encantada.

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El nombre de “La Mora Encantada”

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l fenómeno de las “moras encantadas”, forma parte del folklore universal y del ideario colectivo del pueblo llano para explicar e identificar los lugares propios donde la tradición oral, sitúa episodios del pasado envueltos en fantasiosos y mágicos relatos, y en donde las leyendas de “las encantadas”, a modo de cuento popular, se asemejan en cuanto a contenido en versiones e ideal narrativo.

La geografía española e incluso la europea, está salpicada de numerosos parajes que, con este nombre, aluden a misteriosas moradas de princesas encantadas y fábulas con moras hechizadas, que esperan el solsticio del verano y su ritual de las hogueras para manifestarse. Durante siglos, el mito de las apariciones y encantamientos, se ha mantenido en la memoria colectiva de generación en generación, magnificado por las creencias populares de lo que no se comprende, pero se intuye en importancia, de manera que los entornos de cuevas y sitios arqueológicos, se convierten a veces, por voz del pueblo, en escenarios misteriosos donde sucesos históricos e inexplicables del pasado, son por arraigo lugares de atracción y especial relevancia.

En lo que respecta a nuestra mina romana de “La Mora Encantada”, el episodio objeto de leyenda que la tradición atribuye a la cavidad, se concreta a modo de ritual en la aparición en el cerro en las noches de San Juan, de una hermosa princesa mora de cautivadora y singular belleza que peina sus cabellos con un peine de oro mientras se mira en un espejo. Al varón que la sorprende en el lugar, lo deja allí encantado como castigo, o lo gratifica, en función de que acierte o no, un enigmático acertijo o adivinanza, premiada en su resolución con su propia persona como recompensa y/o con las riquezas de la cueva secreta en la que habita la princesa mora.

Si bien actualmente la ciencia se impone a la leyenda, en ocasiones, la historia y la tradición popular se entrecruzan y solapan con el tiempo en su trayectoria, entremezclando datos y sucesos que hacen del mito incluso un destino que transmuta y que continúa fraguando las propias leyendas. Leyendas que como la propia mina de la Mora Encantada, forman ya parte de nuestra idiosincrasia histórica y de nuestro ancestral acervo cultural.

El cerro o cueva de La Mora Encanta de Torrejoncillo del Rey, lugar donde la tradición popular, sitúa uno más de los vestigios relacionados con las leyendas que, sobre “encantadas”, tienen como protagonistas del paisaje a cuevas y antiguas minas de nuestra región.

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Planimetrías de la mina

Representación de los recorridos topográficos de la cavidad utilizando un gradiente de colores según la profundidad. En rojo, las zonas que comunican con la superficie (accesos). En amarillo y en verde, los sectores más profundos de la mina.

Vista desde el este del modelo en tres dimensiones de la mina (gris). En primer término se aprecian sus dos pozos de acceso y la entrada en rampa. Sobre el conjunto está representado el relieve del terreno de la superficie del cerro en que se localiza la mina.

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Vista cenital de la mina, y sobre ella la malla representando la superficie del terreno. Podemos apreciar (en color rojo) el volumen excavado en la mina, muy compacto y centrado alrededor de su sala principal.

Representación gráfica en 3D, de la cavidad desde el sureste. Sobre ella el relieve del cerro de la Mora Encantada.

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La mina de “La Mora Encantada” La mina romana de “La Mora Encantada” (TR-1), es el mayor minado del complejo minero de Torrejoncillo del Rey, con un kilómetro de desarrollo interior (1.089 m topografiados). Su ámbito subterráneo es hoy día accesible y cuenta con tres niveles o pisos de explotación.

El nivel inferior de la mina, se desarrolla por debajo del freático del cercano río Cigüela, con lo que en invierno, sus galerías más profundas suelen estar inundadas y cubiertas por las aguas.

Sin duda, su explotación en época romana, debió necesitar de algún sistema de evacuación y achique del agua para poder continuar trabajando en profundidad, y evitar que se anegaran las instalaciones y zonas de laboreo minero.

En el exterior de la mina, se sitúan dos pozos mineros de extracción y un acceso en plano inclinado con peldaños, por los que los mineros romanos accedían al interior del minal. Al igual que otros minados, su área inmediata cuenta con los restos arqueológicos de un “centro de procesamiento” y almacenamiento del mineral, así como con una zona metalúrgica, donde se preparaba, reparaba y se ponía a punto el instrumental metálico necesario para el trabajo en la mina. Los restos de una serie de hornos de cocción de yeso ya de época moderna y contemporánea, evidencian el tratamiento al que también en época romana se sometía al yeso para la obtención de yeso de fragua y escayolas, como subproducto de la producción minera del espejuelo.

El registro arqueológico asociado a la mina, establece una cronología de actividad del siglo I y II de nuestra Era, donde entre los restos materiales más destacables se encuentran cerámicas terra sigillatas, junto con abundantes restos anfóricos y grandes dolias, además de la habitual cerámica común, así como escombreras de estériles de espejuelo, con placas trabajadas de lapis specularis que muestran signos de haber sido seccionadas y cortadas con sierra.

Sala principal de la mina romana de yeso especular la Mora Encantada en Torrejoncillo del Rey.

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Vista de la zona de turismo-aventura en la mina romana de la Mora Encantada.

La mina romana de “La Mora Encantada”, cuenta actualmente con dos pozos de extracción de 27 m y 17 m de profundidad, ambos de sección rectangular. El mayor de ellos, tiene instalado en superficie una reproducción histórica a escala real de un torno minero realizado en madera de pino, replica de un original romano de las minas de Aljustrel (Portugal), que sirve como ficticio de época para recrear arqueológicamente el sistema de extracción del mineral mediante el uso de tornos y poleas. El segundo pozo, más pequeño, mantiene su morfología romana y se ha habilitado actualmente, también por seguridad, como posible salida de emergencia.

La entrada principal a la mina, se encuentra en el edificio acondicionado que sirve como centro de acogida y recepción del visitante, donde desde la misma edificación, se accede a la entrada original romana mediante un ingreso en descenso que, por medio de una galería en plano inclinado y bajando por escalones, conduce al interior minero. La escalera labrada en piedra, conserva varios peldaños originales romanos en su último tramo, que conectan con la sala principal de la mina, que tiene por nombre el de “sala de Pedro Morales Cuenca”, en homenaje a su descubridor.

La “sala de Pedro Morales” tiene un tamaño considerable para lo que conocemos en este tipo de minería, con unas dimensiones de 25x30 m y un volumen aproximado de 2.200 m³ sin apenas apoyos o claves, se mantiene muy basculada hacia el sur y parcialmente hundida, con zonas de desprendimientos en su sector oeste. Esta sala principal, actúa a modo de centro de distribución, en donde a partir de diferentes puntos de la misma, parte una complicada y laberíntica red de corredores y galerías romanas que, por lo general, discurren rodeando la sala haciendo bucles, o incluso por debajo de ella.

El acceso al nivel inferior o tercer nivel de la mina, hoy sólo es practicable desde la sala principal, pero no fue originalmente el único acceso a esta zona, pues podemos encontrar evidencias de otros conductos que actualmente se encuentran colapsados y bloqueados por derrumbes. Estos puntos de unión, junto a los posibles pasadizos o contrapozos a los que se pudiera acceder desde ellos, representan las escasas opciones de continuidad que ofrece la mina, exhaustivamente explorados ya en su momento y tras el hallazgo del minado por su descubridor Pedro Morales.

Este tercer piso, se encuentra a -38 m de cota y es un espacio inferior que discurre bajo la sala principal, donde en ocasiones y en coincidencia con periodos muy lluviosos, puede llegar 18

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a inundarse temporalmente, hasta el extremo de que algunos de sus espacios permanecen completamente sumergidos durante amplios periodos de tiempo e incluso años.

Desde la sala principal de la mina, comienza también el recorrido turístico y visitable. La sala concentra a los visitantes en su punto más alto, donde una amplia y plana plataforma, permite tener una perspectiva general y panorámica, tanto de la sala como de las galerías y accesos al nivel inferior.

El itinerario de visita, discurre por un espacio habilitado que, mediante bajadas en rampa y escalones, evitando zonas estrechas, permite acceder a la zona inferior de la gran sala, donde se encuentra el pozo principal de la explotación. Este espacio subterráneo accesible para el público visitante, se seleccionó por su facilidad de trayecto y se habilitó adecuando los pasos y las alturas de las galerías, de manera que su recorrido fuera lo más cómodo posible para los visitantes. Si bien, en todo momento, los criterios de conservación y morfología original de la cavidad como patrimonio arqueológico y minero, se han mantenido y tenido en cuenta en aras de preservar la realidad y autenticidad del ambiente minero.

Cerca del pozo principal de la mina, parte una galería minera hacia la zona habilitada turísticamente y conocida como las “galerías del este”. Este sector, ocupa el segundo nivel del minado, donde a través de su galería principal, se continúa el recorrido visitable, pasando por una serie de espacios mineros, en los que es posible contemplar las huellas de los trabajos y de las antiguas labores mineras romanas, así como las columnas de sustentación de las cámaras, galerías colaterales, tránsitos a otros niveles del minado y otros espacios de la explotación minera altamente sugestivos.

La visita turística continúa por la galería principal y de referencia, recorriendo un vial circular que tras un último tramo de subida con escalones, regresa a la sala de Pedro Morales en su

Tramo del segundo nivel, en la zona de las “galerías del este”, en la mina romana de lapis specularis de la Mora Encantada.

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Sala principal de la mina romana de la Mora Encantada durante la instalación de la iluminación interior llevada a cabo en el año 2007 con fondos europeos, y a través de Grupo Ceder Alcarria Conquense.

punto de inicio y cerca de la entrada, completando así un práctico circuito diseñado en base a la facilidad del itinerario y a los lugares de interés que es posible contemplar durante su recorrido.

Este circuito turístico de la mina, se ha complementado con balizamientos de seguridad, pasamanos de apoyo, pasarelas y vallas, junto con una serie de carteles interpretativos e informativos en diferentes puntos del recorrido que se estimó adecuado resaltar en importancia y acompañar de información. La selección de los espacios en donde se ubican los paneles y carteles, coinciden con algunas de las zonas más interesantes del minado, donde pueden contemplarse los sistemas y técnicas del laboreo que se practicaban en la mina, así como otros elementos principales o espacios de posible interés geológico, histórico y medioambiental.

La mina cuenta con una iluminación interior de luz tenue ambiental, que posibilita una visión de la mina en penumbra, donde los puntos de luz, se han diseñado para no perder la perspectiva de que lo que estamos visitando es una antigua mina y que en la misma reinaba prácticamente la oscuridad, de manera que las luces instaladas, facilitan la percepción del lugar y de la visita en parámetros similares a la percepción visual que tendrían los mineros romanos con la iluminación de sus lámparas de aceite, con las que se alumbrarían en sus desplazamientos por la mina y en los tajos de trabajo.

Por último, conviene recordar y asumir que la visita discurre por un entorno minero de más de dos mil años que, aunque acondicionado, requiere que deba prestarse siempre atención a los escalones y pasarelas que, pese a ser elementos de seguridad, pueden estar en cierta penumbra o con humedad, por lo que es preciso extremar la precaución y prestar atención siempre a las indicaciones de los guías para disfrutar plenamente de la visita.

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Recorrido visitable en la mina romana de lapis specularis de la Mora Encantada en Torrejoncillo del Rey (Cuenca).

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Otras minas de Torrejoncillo del Rey

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as prospecciones y trabajos arqueológicos realizados en la región de Castilla-La Mancha, computan un inventario de unos veinticuatro complejos mineros de lapis specularis.

El término municipal de Torrejoncillo del Rey, en donde se localiza la mina de La Mora Encantada, cuenta con dos complejos mineros o grupos de minas.

Otro de los complejos mineros de Torrejoncillo del Rey, se encuentra situado en la pedanía de Horcajada de la Torre (TR.HT), en una zona montuosa junto a la antigua carretera nacional que se dirige a la localidad de Naharros. Este complejo, lo compone un único minado descubierto en el año 2007, al realizarse las obras de infraestructura del AVE Madrid-Valencia a su paso por la localidad.

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Situación de la mina de lapis specularis de Horcajada de la Torre (TR.HT-1), en la pared del túnel de la línea de alta velocidad AVE Madrid-Valencia, a su paso por el tramo de Horcajada.

En concreto, la mina se halló durante los trabajos del emboquille del túnel subterráneo que se realizó para salvar el obstáculo que suponía la zona accidentada de ese tramo, donde nada más comenzar las obras del túnel, aparecieron las galerías del minado, que se encontraban enfangadas y anegadas de agua. Al estar la mina colmatada desde época romana, se han podido documentar varios vestigios arqueológicos encontrados en el interior minero, entre los que se encuentran restos cerámicos de terra sigillata, ánforas y una pequeña y característica lucerna, de las que se usaban en las explotaciones mineras de lapis specularis. Tras las obras de adecuación y relleno efectuadas en la mina para evitar su incidencia en la seguridad de la infraestructura ferroviaria, su acceso permanece tapado y sellado, aunque todavía es visible su situación en la pared del túnel.

El complejo minero en el que se incluye y al que pertenece “La Mora Encantada”, lleva el nombre genérico de Torrejoncillo del Rey (TR), al hallarse igualmente en el término de dicha población, contabilizando un total de diez minados y dos centros de procesamiento de mineral (A y B), que se localizan en dos sectores a ambos lados del río Cigüela, uno en el entorno inmediato de la mina de la Mora Encantada, y el otro junto al llamado “cerro del Telégrafo” o de San Bartolomé, en el paraje conocido como “la Cuna”.

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GUÍA DE LA MINA ROMANA DE LAPIS SPECULARIS DE “LA MORA ENCANTADA” (TORREJONCILLO DEL REY)

El principal de los centros de procesamiento de mineral (A), se encuentra entre las minas TR-1 (mina de la Mora Encantada) y TR-3 (mina de Alfonso Feijoo), mientras que el centro de procesamiento (B), de menor tamaño y entidad, se encontraba en el paraje mencionado anteriormente de “la Cuna”, al lado del término municipal de Valparaíso de Abajo (Campos del Paraíso), y entre las minas romanas TR-8, TR-9 TR-10. Estas minas, junto al referido centro de tratamiento de mineral, a pesar de su consideración como yacimientos arqueológicos, fueron destruidas durante las obras de infraestructura de la línea del AVE Madrid -Valencia y de la construcción de la Autovía A-40, en su tramo viario de Tarancón a Cuenca.

La mayoría de las minas de lapis specularis de Torrejoncillo del Rey, están colmatadas de escombros o tapadas, solamente la mina de “La Mora Encantada”, inventariada con las siglas TR-1, permanece en la actualidad abierta, así como los minados TR-2 (mina del cementerio), y TR-6 (mina de Esteban Cuenca), que igualmente, son accesibles en su ámbito subterráneo, pero con desarrollos internos y recorridos de menores dimensiones que la mina de la Mora Encantada.

Estas dos últimas minas romanas, se encuentran actualmente sin ningún tipo de adecuación y acondicionamiento interior, por lo que su acceso es peligroso y no recomendable bajo ningún concepto si se realiza por cuenta propia y fuera del ámbito profesional, al no estar preparadas ni habilitadas turísticamente para su visita.

Planimetría de la mina romana de lapis specularis TR-6 (Mina de Esteban Cuenca).

Los dos complejos mineros de Torrejoncillo del Rey se sitúan a ambas márgenes del río Cigüela, en nexo y continuación de otros complejos mineros romanos que, a lo largo del río, configuran una de las mayores áreas de explotación del lapis specularis del territorio. La conexión y articulación viaria de estas minas con el resto del distrito minero, se vertebraba a través de la calzada romana que discurre en paralelo al Cigüela y que conectaba con la localidad de Villas Viejas (pedanía del municipio de Huete), donde enlazaría con la calzada principal que se dirigía a la ciudad y puerto de Cartagena, la antigua Carthago-Nova de época romana, lugar donde se embarcaría el mineral y desde el que se comercializaría el lapis specularis como producto enfocado hacia la exportación con destino a las principales rutas y ciudades del Imperio.

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La minería romana del lapis specularis

L

a minería del lapis specularis se desarrolló en los siglos I y II d. C., durante el período altoimperial romano. Junto a las minas hispanas, otros sitios del Imperio como Italia (Bolonia), Sicilia, África, Chipre y Capadocia fueron igualmente cotos mineros del yeso selenítico. Si bien, la piedra especular de Hispania (en las actuales regiones de Castilla-La Mancha y Andalucía), era según los autores clásicos, la de mayor calidad y el lugar más importante en producción y número de explotaciones de todas las de la época.

El naturalista romano Plinio el Viejo, sitúa el mayor coto minero de cristal de yeso en un área geográfica en torno a la ciudad hispanorromana de Segóbriga, especificando el lugar de las explotaciones mineras en un espacio de cien mil pasos romanos alrededor de la ciudad (± 160 kilómetros), de donde se extraían los mejores megacristales de yeso especular.

Esta piedra especular o lapis specularis, es una variedad mineralógica del yeso (sulfato cálcico dihidratado: CaSO4·2H2O), denominada como yeso selenítico o selenita. Se trata de un recurso minero que se encuentra en la naturaleza bajo tierra, en filones de gran pureza y transparencia dentro de otros yesos estratificados y microcristalinos que hacen de roca caja. Su configuración cristalina y laminar, permite su fácil tratamiento y exfoliación en láminas transparentes, de manera que éstas, fueron utilizadas por los romanos principalmente como cristal o cierre de ventanales entre otros usos.

Por su propiedad translúcida y sus características, se aplicó preferentemente como elemento de acristalamiento en las edificaciones urbanísticas del Imperio, de manera que en Hispania, y más concretamente en la provincia administrativa de la Tarraconense, un mineral particularmente abundante, de gran pureza, calidad y fácil de trabajar, se convirtió en el material constructivo conocido en su época como lapis specularis.

La investigación y los trabajos llevados a cabo hasta ahora y principalmente en el distrito minero de Castilla-La Mancha, ha permitido confirmar la extensión e importancia de las explotaciones. La consecuencia más significativa del desarrollo de esta minería del lapis specularis, es la existencia y organización de una serie de complejos mineros romanos distribuidos por el territorio en el que se encuentran las explotaciones y en donde se extraía y procesaba el mineral.

En base a esta minería y su contexto arqueológico asociado, se articulaba el territorio y el importante poblamiento asentado en la zona, con ciudades como Segóbriga, Ercávica y Valeria, de manera que una parte importante de la población de la región en esta época, estaría implicada de una manera u otra en los trabajos y en la logística necesaria para el desarrollo y buen funcionamiento de las minas.

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La industria minera y su auge, facilitaría la creación de un poblamiento estructurado y ordenado en torno a las minas, donde se llevaban a cabo trabajos sistemáticos y diferenciados funcionalmente por la precisa especialización que demandaban las distintas labores mineras, tanto por el personal que trabajaba en ellas, como por los núcleos poblacionales concretos que desempeñaron trabajos específicos y determinados de apoyo y servicio a las mismas.

La minería del lapis specularis se gestionó como una minería de interior, de manera que “la piedra de las minas” (que sería el verdadero nombre y traducción del término lapis specularis), forjó en torno a su obtención, un próspero ámbito minero que modeló el paisaje y se convirtió en poco tiempo en un recurso estratégico que dinamizó la región productora en todos sus aspectos, desempeñando el papel de principal elemento activador de la economía en esos momentos, cambiando considerablemente las condiciones y modos de vida de esta región y de sus gentes.

Torno minero romano de extracción reconstruido como recurso de recreación histórica

La minería del lapis specularis generó uno de los más grandes conjuntos mineros de la Antigüedad y uno de los mejores conservados en la actualidad, de manera que, hoy en día, constituyen un rico patrimonio que es preciso preservar y conservar. Su puesta en valor mediante iniciativas de adecuación y habilitación turística, es el mejor ejemplo y sistema para garantizar su continuidad como recurso sostenible y de desarrollo de la zona. Un fantástico legado patrimonial que, como producto cultural, pretende contribuir a estructurar y dinamizar en lo posible la oferta turística de la región.

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Pozo minero de extracción en la mina romana de la Mora Encantada en Torrejoncillo del Rey. En la parte superior se aprecia el emboquille de un torno minero de madera.

Información de Interés Ayuntamiento de Torrejoncillo del Rey C/ del Ayuntamiento S/N, 16161 Torrejoncillo del Rey, Cuenca.

Telf.: 969 27 80 07 Web: www.jccm.es/torrejoncillodelrey LAPIS SPECULARIS

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