Semanario FOREVIN 4 de diciembre

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¿Al váter? ¡no, gracias!

Las 10 cosas que nunca debería tirar al váter

El váter de nuestras casas está muy lejos de ser un sumidero capaz de tragarse y digerir cualquier cosa. Aceites para el coche, ácido clorhídrico, drogas, textiles e incluso animales vivos... por las alcantarillas viajan objetos y sustancias que cuesta imaginar que puedan llegar hasta allí, pero los responsables de las estaciones de depuración están ya curados de espanto. Contrariamente a lo que cabría esperar, los vertidos industriales no son la causa principal de la contaminación que llega hasta las depuradoras. Son los hogares quienes inyectan en la red de saneamiento una mayor cantidad de sustancias tóxicas y objetos que complican el tratamiento de las aguas fecales. Según el informe elaborado por los gestores de las redes de saneamiento, éstas son las 10 cosas que usted nunca debería tirar al váter. 1.- Toallitas húmedas: Hasta las estaciones de depuración llegan cantidades ingentes de toallitas húmedas, bastoncillos para los oídos y muchos otros tipos de textiles. A pesar de que en muchas ocasiones son presentados por sus fabricantes como productos respetuosos con el medio ambiente por ser fabricados con materias primas orgánicas, generan importantes atascos y daños en los sistemas hidráulicos de de la red de saneamiento. 2.- Lejía y amoniaco: Además de estos productos utilizados para la limpieza de los hogares, otras sustancias, como el ácido clorhídrico, llegan hasta las depuradoras sin ningún control. Estos productos son capaces de oxidar la materia orgánica o incluso de matar a una persona con sólo 40 mililitros en un litro de agua, como es el caso del ácido clorhídrico. 3.- Medicamentos: Los fármacos pueden provocar importantes daños a los organismos acuáticos tales como problemas de crecimiento, disfunciones sexuales y taras genéticas. Por ese motivo la Unión Europea está introduciendo limitaciones a estas sustancias ya que no es necesario una gran cantidad para causar este tipo de alteraciones en los seres vivos. 4.- Pinturas y disolventes: Es cierto que en muchas ciudades los Puntos Verdes no cuentan con la catalogación de gestores de residuo peligroso, razón por la cual el ciudadano solo puede optar a verter por el desagüe estos restos. Pero las sustancias químicas que forman estos productos hace que sean muy tóxicos al verterlos de forma directa al váter. 5.- Jabones y detergentes: Sos sustancias formadas por fosfatos que, si se vierten de forma excesiva en el agua, pueden provocar el crecimiento de algas en perjuicio de otras formas de vida acuática. Los detergentes que se desechan tienen que eliminarse a través de unos procedimientos químicos muy costosos. 6.- Basura: Cada vez está más extendido el uso de trituradores de basura presentes en los fregaderos de las cocinas. Son dispositivos diseñados para desechar los residuos orgánicos. Estos residuos terminan en la red de saneamiento en vez de ir al cubo de la basura, provocando la contaminación de las aguas residuales, la sobrecarga y los atascos en las depuradoras con los sobrecostes que ello conlleva. 7.- Aceites vegetales: Estos aceites al ser vertidos por el desagüe provocan unas bolas de grasa que atascan los colectores dificultando la salida de los gases y dando lugar a los malos olores en las ciudades. 8.- Grasas alimentarias y aceite para el coche: A diferencia de las anteriores, estas tienen mayor capacidad de


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