Catálogo "Arte con Trayectoria"

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CATÁLOGO ARTE CON TRAYECTORIA Sofía Echeverri Carlos Cortes Carlos Larracilla Adolfo Weber Salvador Rodriguez Carlos Torres Dan Montellano Jessica Gadga Hirán Lomelí José Parra El Infeliz (Gilberto Ortega) José Ignacio Solórzano Perez JIS Juan Carlos Manjarrez Pablo H. Cobian


CATÁLOGO ARTE CON TRAYECTORIA

Curaduria, investigacion y textos Germán Laris



Prologo La suma razonada del tiempo convierte al arte en una infinita variedad de formas al manifestarse. La respuesta individual de cada creador establece panoramas que amplían la visión y sensibilidad para los observadores. En las diferencias conscientes radica el verdadero valor del arte. Dentro de la muestra de Arte con trayectoria, conviven la pintura y escultura frente a la instalación. Las obras congregadas en el espacio museográfico han sido seleccionadas por los mismos participantes para generar este diálogo cuyo anclaje es generado desde el autor en sí mismo. Es entonces que respaldados en el criterio personal de esta serie de artistas de primer nivel efectuamos la apuesta de la primera exposición auspiciada por el proyecto de Arte en Jalisco. Este encuentro de propuestas plenamente consolidadas supone un ejemplo solido de las artes plásticas generadas desde el occidente del país. La reflexión es efectuada para que resulte privilegiando al espectador.


Catalogo Arte con Trayectoria.

El arte vivo es experimentado siempre en primera persona. Entre el artista y el espectador intermedia la obra a modo de un reservorio de conocimiento condensado. El diálogo comienza cuando los observadores reconocen alguno de los hilos que componen cada objeto artístico. En ello habita la cultura en común o la creación de realidades autónomas. Si buscamos el fuego entre los grises del cuadro de Sofía Echeverri el color de la ceniza nos recibe como sensación absoluta. La máscara ancestral de una diosa de la cual extraviaran el nombre específico a través del tiempo nos recibe. La artista habla de un misterio ancestral que liga a la mujer agua a los procesos creadores de la naturaleza y fin de ciclo asociado con lo vivo. Si tratamos de ver en la Lilith pintada por Carlos Cortes a las diosas de distintas culturas qué unen las narraciones secretas que advertimos tienen una consecuencia con el tiempo inmediato. La serpiente encarnaría entonces nuestro miedo como especie a entender el dominio de la naturaleza y la batalla de la modernidad por apagar esa voz profunda. Si nuestra intención como espectadores desea apreciar los cambios sutiles la obra de Larracilla revela una calidad de lo apenas perceptible a primera vista. Sus personajes son damas fundidas con el elemento que es su dominio personal. Ellas son el agua traducidas en un cuerpo. En una semejanza pero aún más abstracto encontramos la obra de Adolfo Weber quien por medio de una corona que suplanta las espinas por flores de las que resta la síntesis de nimbos circulares. La exigencia de detectar algo que apenas es sugerido la tenemos en la pintura de Salvador Rodríguez de un paisaje iluminado en medio de la oscuridad. La diosa Nut de los egipcios da la denominación a nigth en ingles a noir en francés a noche. La visión de Salvador Rodríguez resulta desacralizada y sujeta al accidente de saberse desolado en medio de los espacios donde los seres aceptan perderse en el vacío de su sombra individual. Las Pink flowers de Carlos Torres son imaginarias. La corona de flores está sugerida por un tejido hexagonal de pixeles con esgrafiados graduales. En contraposición a esta obra encontramos las iluminaciones de Dan Montellano que haciendo uso de una lectura mental de dos polos de la apariencia nos remite a la fragilidad de la carne. Dan es un artifice de juegos que puntualizan un estado de cosas que ocurren simultaneamente y que disociamos para no adquirir consciencia sobre las consecuencias reflexivas de lo real.


En la obra de Jessica Gadga la muerte equivale al vacío de la ausencia o de la duda que consume eso que entendemos por el alma. La conexión del Eros y Tanatos lo representa el toro en medio de las jóvenes que despliegan un teatro lúdico. En tales faenas las domadoras de galanes de Hirán Lomelí producen el aprendizaje de experiencias simuladas. La mentira es un juego de supremacías entre semejantes. Hirán Lomelí aporta el desconcierto de una alegría futura. El castillo rodante de José Parra surge de una fantasía que pretendiendo lo sublime discurre sobre los logros personales que son el mausoleo constante de una vida que va de paso. Sobre grandes y pesadas ruedas. El monolito pétreo de un paisaje fallido que delineo Gilberto Ortega alias el Infeliz ilustra la zona limítrofe entre la supuesta obra de lo natural y la idea de permanencia que carece de esperanza. Sin embargo el humor y la ironía prevalecen acaso en el tratamiento plástico que el Infeliz realiza. Los monumentos de antiguas civilizaciones naufragan en frente de la nuestra y quedan reducidos a curiosidad turística. Cuando José Ignacio Solórzano JIS retrata a una familia abandonando una pirámide muestra al mar de mirones que suben y bajan las escalinatas que unían lo terrestre con el devenir de los astros en el cielo. JIS cuenta con el dibujo para describir gestos y expresiones puntuales. La pintura de Juan Carlos Manjarrez refuerza con la fotografía la ciencia de la observación milimétrica aproximándonos a los misterios implícitos del realismo y su veracidad elocuente. Su obra Refreshing es un salto al interior de las sensaciones. En cambio la estrategia constructiva de Pablo H. Cobián reúne lo disperso para solidificar la exploración detallada de accidentes. Pensar el arte consiste en dar tiempo y espacio a catalogar los datos concretos o la silenciosa inquietud que acompaña el trabajo de cada artista. Germán Laris


Sofía Echeverrí “Lengua de la chamana en resistencia o extinción de la polifonía de un bosque'' Acrílico sobre tela 80 x 70 cm

Sofía Echeverri El fuego despoja y abre espacio, al igual que la naturaleza tiene una fuerza que nos rebasa en lo individual. Las deidades suponen atajos para restarle poder a un absoluto envolvente y como en el caso del fuego un supresor potencial del ser humano. Sofía Echeverrí al citar a la condición polifónica del bosque consumido quizás inspirada por el crujir de las existencias que muerden las llamas. Los restos arqueológicos son eslabones de diálogos rotos en algún momento. Sofía Echeverrí en su obra nos traslada a reconocer las pérdidas por descartar o someter a ordenes jerárquicos unívocos. Lo dicho es olvidado los afectos pasajeros y los recuadros de color nos recuerdan nuestra necesidad de omitir las catástrofes. La distancia de los grises al color puro concibe entornos que acaban repeliéndose mutuamente. El fuego es el lenguaje que borra y arranca de tajo razones ajenas a la impuesta.


Carlos Cortés LILITH Óleo/tela/madera 90x90cms 2021

Carlos Cortes Lilith según las narrativas alternas a la Torah y seguramente a otros contextos de leyendas. Ella fue la mujer primera de Adán surgidos a la par a modo de compañeros. Lilith sería entonces un arquetipo de mujer esencial pero no idealizada. El pintor Carlos Cortés al acercarnos al personaje la muestra a través de una mujer actual. La carga simbólica puede sujetarse a variadas interpretaciones dependiendo el modo en que es ordenada. En este sentido Carlos Cortés abre la trama de las probables afirmaciones hacía una inmediatez casi amenazante. Por medio del realismo el artista instrumenta una serie de procesos interesantes. La Lilith invocada por Carlos Cortés porta sobre los ojos flores que de manera inmediata asemejan a las del tatuaje del brazo en la mujer. Los ojos son la estructura celular más próxima al tejido cerebral y algunos argumentan una extensión directa del mismo. La epidermis es el órgano que rodea a lo corporal y los tatuajes reafirman para quién los elige sobre si una reafirmación de identidad. La forma de las escamas y el color marcan a una especie sin elección de por medio. La escala de tamaño en que representa Carlos Cortés este atributo de Lilith lo asocia en un juego de equivalencias con el personaje. El centro de la pupila tiene una pirámide lineal invertida opuesta a la delicadeza temporal de las flores. La serpiente es una liga frente a la esencia natural e impredecible. Lo significativo radica también acaso en el tratamiento pulcro y exacto que realiza el pintor. Las interpretaciones de la secuencia de seres citados en la imagen participan de un sentido trascendente que es a su vez cotidiano. El observador puede encontrar el encantamiento de la selección estética de una mujer para autodefinirse como el acto crucial, qué la disocia los valores impuestos al personaje y sus mitos.


Carlos Larracilla "Pasajera" Óleo y acrílico sobre tela sobre madera Diámetro 80 cm 2021

Carlos Larracilla La esfera del yo podría comenzar descriptivamente desde la piel. Esta superficie mediadora entre las sensaciones externas y la identidad corporal que nos define. Cuando Larracilla traza líneas flotantes a modo de brazos desprendidos de medusas o telarañas. Pareciera designar al dibujo la función que desempeña la piel. Es decir el delimitar la forma viviente y relacionarla con lo externo. La atmosfera casi acuática en que sus mujeres son halladas en medio de una especie de asfixia suplicante. Demuestran un juego entre los esfuerzos de los por permanecer a través de un oxigeno que al escasear evidencia nuestra liga esencial con el medio ambiente que nos rodea. La expresión de éxtasis en este rostro excesivamente maquillado refiere a una constante en el trabajo de Carlos Larracilla. El ideal de las mujeres pelirrojas que blanqueaban su piel con maquillaje de plomo o dilataban sus pupilas a base de belladona. Eran usuarias de modo involuntario de substancias que realzaban su belleza hasta la muerte. Es así que la pasajera pintada por Larracilla encierra en parte ese enigma.


Adolfo Weber “Corona” Acrílico sobre tela 80 x 80 cm

Adolfo Weber Adolfo Weber ha ido integrando a través de su trabajo la fuerza de acción sobre los objetos. En ciertos casos objetos donde el deseo de atribuir un eslabón frente a la memoria como en su serie de contenedores sagrados. El paso del tiempo y sus huellas reconvertidas hasta domesticarlas estéticamente. Es en su pintura que el ejecutar este plan reflexivo adquiere una dimensión que remite a lo concreto y real de lo representado desde la profunda experiencia de su origen abstracto. Lo inaprensible es aquello qué es entonces lo que privilegia Adolfo Weber. Su dibujo y mancha cita las ondulaciones primigenias del acto en si del pulso del pintor el cual cambia de forma. La acumulación del gesto irá cuestionando su origen. Adolfo Weber condensa transparencias, restregados, manchas desencadenadas por lo accidental y conducidas por el pintor. Weber propicia las sensaciones desatadas a través de procesos que generan rastros selectivos aportando estímulos visuales que el artista experimenta para sí mismo volviéndolos en paisajes interiores para sumergirse.


Salvador Rodriguez “Noche por carretera” Acrílico sobre tela 64 x 120 cm

Salvador Rodriguez En el repertorio de temas que une la extensa producción de obras de Salvador Rodríguez su faceta en el ámbito del paisajismo urbano ahonda posibilidades sorprendentes. Los encuadres resultan osados y deambula de un realismo semejante a la fotografía, pero qué de modo opuesto proviene de un ojo refinado por un oficio que cuestiona sus bases. El espíritu desolador del espacio natural bajo una invasión asimétrica es descrito minuciosamente por Salvador Rodríguez. Los elementos de cableados y carreteras o calles de la periferia expuestas a un deterioro repelen a la presencia humana. El horizonte y la oscuridad coinciden durante la noche por medio de un absoluto que el artista reconoce. Salvador Rodríguez dibuja señales de tránsito entre luces fuera de foco. Recibiendo a un paseante de la periferia a través de una desolación envolvente. Son muchos los ejemplos en que Salvador demuestra el acertado ejercicio de hilar el sentido desolador de estos rastros previamente dispersos.


Carlos Torres “Pink Flowers” Acrílico sobre tela 80 x 60 cm 2021

Carlos Torres En cada trazo efectuado por Carlos Torres el pulso del artista va a percibirse. Radica en un leve desajuste sobre las tramas regulares de sus esquemas para producir el filtro de la imagen subyacente. El mecanismo de la representación sujeto a sistemas equivalentes. en este caso la geometría y el elemento grafico de los distintos grosores de líneas que ópticamente generan tonos. Carlos Torres vuelve las conjugaciones en juegos de interpretación sujeta a cierto rango que fluctúan entre lo reconocible y su delimitada forma presente en lo que lo vuelve posible. Carlos Torres configura espejismos. Las Pink flowers derivan de la disminución perceptiva del magenta degradado por los segmentos de líneas que van adelgazándose. Es un cambio relativo a como es apreciado por el ojo. Las flores parecen casi inexistentes en su la suavidad que las describen la mujer coronada por dicho atributo lleva los parpados cerrados y su vestimenta bajo los cortes que la muestran. Parece un camino cincelado alrededor de la serenidad. Carlos Torres traza una frontera estilística entre lo que vemos y los medios de con que lo conseguimos. Sus pixeles resaltan tal estado y orden de factores que nos separa. En medio el centro de la cabeza de la mujer el color llega a su máximo de tono y superficie. Es un núcleo del cual parte o culmina una escala de variaciones. El pintor no reduce a un mecanismo riguroso que arruine la posibilidad de algún nivel de incertidumbre. Carlos Torres de modo hipotético construye un ojo artificial el cual propicia los compases de una armonía geométrica que nos conectan hacia una faceta de otro tipo óptica para visualizar mentalmente lo humano.


Dan Montellano ''Iluminaciones'' Óleo sobre tela 40 x 50 cm

Dan Montellano La mirada de la forma exacta del cráneo que sustenta los rasgos específicos de un rostro, no es algo que acuda a la mente de modo habitual. Nuestra estructura ósea subyace y contradice a la carne viva de la belleza exterior. Dan Montellano Herrera ha hecho el planteamiento sistemático de las comparaciones que niegan otras realidades que cuestionen indirectamente su naturaleza. Por lo regular el pintor demuestra lo poco estable de las clasificaciones de valor. Nos sabemos razonables conforme conseguimos asegurar un espacio y tiempo a los acontecimientos. es una de las pretensiones de control que Dan Montellano delata. Su serie de analogías y disociaciones muestra la apariencia plena reducida a un recuadro. La fotografía también sabe mentir el autor puede ser cualquiera y sus fines de manipulación estética. Es un modo civilizado de someter a una probable audiencia. Dan es un gran paisajista que cuando retorna a la expresión del rostro humano lo colma de un gesto de vacío elegante.


Jessica Gadga "Desmemorias" Óleo y encausto 37 x 40 cms 2021

Jessica Gadga La doble muerte de los que no se despiden ocurre bajo distintas condicionantes. La pérdida parcial o aparente es una de ellas. En la aniquilación física los fragmentos o el nombre inspiran los lazos que alimentan a una flama en el presente. Jessica de la Garza Gadga pinta brazos deformados semejantes a las veladoras. El trozo de madera también busca ser aniquilado, es un material superpuesto a modo de puente que asocia a lo representado frente al mundo circundante. El temor en primera persona atiende al borde sobre el que camina todo los sometidos a un juego macabro. Gadga ilustra el esfuerzo inútil por frenar la destrucción inherente a cualquier falta de memoria. Mientras la impotencia ensordece frente a un suplicio plagado de silencios. La pintura preserva las veladoras del rezo de la esperanza qué puede ser una mentira cuya lentitud prolonga el declive.


Hirán Lomelí "Domadoras de galanes" Óleo sobre tela 100 x 120 cm 2021

Hirán Lomelí En medio de un grupo de mujeres despojadas de los atuendos que las vuelven en damas civiles, de pronto una de ellas callada advierte qué hay alguien afuera del cuadro. El autor coloca este anzuelo para dividir lo real de su puesta en escena imaginaria. Hirán Lomelí coloca en la cúspide inestable de un toro falso a una de sus ninfas que es tan semejante a las otras que les permite vivir a través de ella. La fantasmagoría de las réplicas ahonda en un recurso constante de las obras de Hirán Lomelí. La clonación proveniente de un estudio de los gestos graduales y de los estados anímicos asociados a mímica corporal recrea una secuencia presente en sus grupos de señoritas descarriadas. El pintor las adorna con un paisaje de edificaciones derritiéndose. No haya mejor horizonte que el de su consciencia de manchas revitalizadas por el trazo de HIrán Lomelí. Sus domadoras de galanes son princesas de juguete.


José Parra “Estudio para Ciudad Carromato” Óleo sobre tela 35 x 28 cm 2021

José Parra Las ciudades flotantes con rumbo desconocido son una de las especialidades dentro de la obra de José Parra, en ocasiones al lomo de tortugas o sobre carrosas y en este caso sostenida en dos pesadas ruedas que únicamente podría arrastrar un elefante. La idea de una casa o castillo que no tenga un punto fijo en el espacio habla de una vocación y un gusto de José Parra por dislocar a sus personajes, cuando estos miran hacia el cielo es porque aspiran a algo más que lo que cree ser y el disfraz que los encasilla aunque gozoso estaría habitado por una incomodidad momentánea. Al remitirnos a sus edificios entre racimos de los que conforman pueblos o acaso ciudades. El desplazamiento refleja las dudas en cuanto a pertenecer a determinado sitio. Las viviendas móviles pretenden paisajes que las contradigan su ánimo por fantasear y recuerden en cualquier caso; qué desean ser realmente.


El infeliz ''Paisaje fallido'' Óleo sobre tela 100 x 140 cm

El Infeliz (Gilberto Ortega) En el desierto de las posibilidades la sequedad de lo humano es apenas visible. El paisaje pintado por Gilberto Ortega el Infeliz hace un recordatorio de la carne y el volumen casi orgánico de una meseta. La superficie inclinada para dejarnos certificar el vacío resulta de las manipulaciones que el artista efectúa en toda la imagen. La idea de una anatomía del paisaje está más que manifestada. El infeliz define las luminosidades accidentadas de la aridez sombría de un monolito natural que parece rechazar el ser escalado. En un primer plano de manera casi aislada aparece una manguera y una llave en un comentario sobre la carencia irónica de aquello que creemos indispensable. El infeliz reorganiza lo aparente para demostrarnos que la grandeza humana al confrontar el espacio desértico es una ilusión torpe.


José Ignacio Solórzano Perez JIS. “Otros lugares” tinta negra sobre papel. y es circa 1995..

José Ignacio Solórzano Perez JIS El descenso de una familia de una pirámide es un homenaje de JIS a la hoja en blanco. La imagen antes de existir parte de este espacio vacío y absoluto qué más allá de la metáfora conceptual representa el blanco y negro de las líneas como extremos que JIS modula en los grafismos que componen su dibujo. La pirámide cuenta con los escalones como niveles del contraste gradual qué es la base del lenguaje visual. José Ignacio Solórzano texturiza con un esgrafiado de sombras a la familia que en particularmente cuenta es su hermana el esposo y la sobrina. Los demás presentes van mutando en monos con menos enfoque concentrado que la familia en cuestión. JIS suele exagerar los ángulos característicos de la fisionomía corporal que corresponden a la práctica de sus monos de infinitas variaciones. En este trabajo las líneas flotantes abundan. Sugieren a manera de caligrafía las nubles la piedra de lozas en la pirámide los personajes secundarios en circulación en ambos sentidos. La nota de fondo realza la blancura trascendente de la que brota el caprichoso imaginario de JIS. El artista realiza una discreta reverencia a las hojas de papel y los turistas le sirven de pretexto.


Juan Carlos Manjarrez Refreshing Óleo sobre tela

Juan Carlos Manjarrez El límite del realismo fotográfico implicaría el inspirar a que los demás sentidos sean incorporados, las sensaciones internas del personaje que eligió para representar en la imagen tiene a el agua como elemento envolvente. Juan Carlos Manjarrez define los trozos de piel que entre la humedad y las luces sombras o brillos transmiten efectivamente la idea de una exploración casi microscópica que enfoca a modo de una inmersión que comparten los espectadores. El pintor recurre a lo monumental para acercarnos a entender cuestiones que escapan a nuestra escala real. Es así que; vistas de este modo por Manjarrez la estructura física de los seres humanos amplían la capacidad perceptiva consiente y tal vez incide en la sensibilidad al confrontarnos a la estética inagotable del cuerpo.


Pablo H. Cobian “La tentación de divagar” Instalación, medidas variables 2021

Pablo H. Cobian Los mosaicos objetuales que conjura Pablo H. Cobian tienen un reloj resquebrajado para evitar cuentos predecibles. El color comprueba una trampa unificadora dentro de las estrategias del arte y la publicidad. El artista nivela de modo similar estímulos para correlacionar un desgarramiento que termina siendo inevitable, en la mente la disociación crea nuevos atajos que Alicia sigue bajo una obediencia inercial. Pablo H. Cobian utiliza la lógica dispersa la asimetría los apéndices aleatorios además de las contradicciones para abrir la baraja de su trabajo. La cultura está compuesta por actos de fe los cuales atienden a imantar objetos colectados con un propósito que tomará sentido alrededor de laboriosas revelaciones. La ilusión de las cripto monedas son la respuesta de futuro en reloj descompuesto que abisma arroja al conejo blanco de porcelana. Los símbolos que apuntalan a una obra de arte o a las prácticas de metodológicas involucradas para producirla. Alicia es una alumna vestida de azul su curiosidad proviene de una ignorancia sonriente. El autor original de Alicia en el país de las maravillas convirtió a la musa en un fetiche que posteriormente la compañía de Walt Disney ánimo para masificar su embrujo. La niña fue entonces incorporada culturalmente a soportes como libros para colorear con los cuales Cobian armo collages anexos. La materia del cuerpo de Alicia es segmentada y Pablo H. Cobian la adhiere a ojos ajenos y cabezas que complementan su espejismo. En las instalaciones de elementos materiales de Pablo H Cobian el busca qué; los parámetros racionales resultan puestos en crisis luego del rastreo de circunstancias para corroborar si el relato oficial de la idea de lo bello resiste. La atracción hacia lo bonito reconforta la manera en que el sujeto interpreta el color y lo vuelve en algo favorito dependen de las experiencias asociadas con tal estímulo y sus raíces cognitivas. Pablo H. Cobian conserva etiquetas o patinas y los sedimentos de uso como en la pátina de hachis que texturiza el bong para fumar que remite a la oruga ofendida en las historias de Alicia.



Agradecemos a

Mauricio Valencia Museografia

Adriana Valdez por el respaldo físico de sus instalaciones en Galería Adriana Valdez



Contacto Facebook: Germán Laris e-mail: svastika_laris@hotmail.com

Diseño Gráfico: Cesar Ramirez @cesaryeska


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