La Lupa Sin Trabas 25 (7 de agosto de 2013)

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(traducción libre de La Lupa Sin Trabas) “Los problemas reales del comercio que se realiza entre Haití y el país vecino, intercambios a considerarse abusivos y depredadores”. “El Gobierno que tiene la responsabilidad de proteger al pueblo de Haití de todo riesgo de contaminación, en particular, las transmitidas por productos procedentes de República Dominicana”. “El Foro Económico del Sector Privado apoya sin reservas las negociaciones en marcha entre las dos partes para la aplicación de medidas internas comunes para reanudar el comercio de productos avícolas sobre bases más seguras y equitativas”. “El Foro Económico del Sector Privado llama la atención sobre el carácter desigual del comercio bilateral”. “El Foro Económico del Sector Privado insta firmemente al Gobierno a aumentar el control del flujo de mercancías que atraviesan la frontera”. Firmantes: Stephan Coles Coordinador del Foro Económico del Sector Privado Didier Fils-aimé Presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Haití Edouard Baussan Presidente Asociación de Agentes Marítimos Richard Buteau Presidente Asociación de Turismo de Haití Bernard Craan Presidente Centro para la Libre Empresa y la Democracia Norma Powell Presidente Asociación de Industrias de Haití Philippe R. Armand Presidente Cámara de Comercio Americana Maxime D. Charles Presidente Asociación Profesional de Bancos

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hacer para ordenar las relaciones económicas de los dos países”. El problema principal es que en Haití no existe un interlocutor definido y con el poder de sentarse a negociar con la parte dominicana, pese a existir un gobierno electo. El pasado 21 de julio la Cancillería distribuyó un comunicado en el que el director ejecutivo de la Comisión Mixta Bilateral Domínico-Haitiana, Roberto Martínez Villanueva, exigía al vecino país que cumpliera los acuerdos firmados en marzo de 2012. “Nosotros hemos cumplido con nuestras obligaciones contraídas no sólo frente a nuestra población, incluyendo al sector productivo dominicano, sino por igual con la comunidad internacional que respalda la concreción de programas estables de cooperación. Por eso exigimos que Haití reconozca este espacio de diálogo institucional”, señaló. Una carta incómoda

El 17 de julio, el periódico haitiano Le Nouvelliste publicó una carta del Foro Económico del Sector Privado de Haití, en la que se apoya al Gobierno de ese país por las medidas tomadas para vedar productos dominicanos. Ese foro equivale al Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) en República Dominicana. O sea, es la máxima cúpula empresarial. Aunque en su carta aboga por la negociación de “un acuerdo con la parte dominicana que contemple la realización del comercio bilateral sobre bases de respeto mutuo y justo”, también acusa a República Dominicana de graves prácticas comerciales, y llama la atención sobre el “el carácter desigual del comercio bilateral”. El empresariado haitiano responsabiliza a República Dominicana de “prácticas sistemáticas de dumping que provocan graves daños a los sectores nacionales productivos” de Haití; de impulsar una “campaña de desprestigio emprendida contra algunos productos haitianos” y de aplicar “licencias automáticas o no que crean barreras innecesarias para la comercialización de productos haitianos en el mercado dominicano”. También, de intercambios “abusivos y depredadores”; de comercializar productos que implican “riesgo de contaminación”

para la población haitiana, y de mantener un “comercio anárquico inducido por los intercambios comerciales registrados en los mercados binacionales (…) que funcionan en un sentido único con ventaja para los productos de Dominicana”. Así están los ánimos. Mientras, sus homólogos dominicanos agrupados en el CONEP consideran que “la situación de Haití puede afectar en los próximos cincuenta años no solo al CONEP, sino al país”. “Tenemos que ser más enérgico como país para defender los intereses de la República Dominicana”, declaró su presidente, Manuel Diez Cabral. El informe del Banco Mundial revela que en 1960 República Dominicana y Haití tenían un producto interno bruto (PIB) per cápita similar. Sin embargo, desde entonces, el PIB de República Dominicana aumentó en 5% anual, “la mayor tasa de crecimiento de América Latina”, lo que permitió que el ingreso per cápita se cuadruplicara. Pero en Haití, por causa de su constante inestabilidad política, el PIB apenas creció a una tasa anual de sólo el 1% en el mismo tiempo, “la menor de América Latina”, lo que llevó a que el ingreso nacional por habitante se redujera a la mitad. Esto significa que, como promedio, los haitianos son dos veces más pobres que hace 53 años, mientras que los dominicanos son cuatro veces más ricos. En esta incipiente guerra comercial, de prolongarse, ambas naciones pueden ser seriamente afectadas. República Dominicana, porque tiene mucho más que perder: su segundo mercado de exportación. Pero los haitianos podrían tener que pagar más caro por productos agropecuarios de otros países más lejanos.

foto: roberto guzmán

Citas de la carta de los empresarios haitianos en apoyo a las vedas

El 60% de las exportaciones dominicanas hacia Haití son realizadas por las grandes empresas, según el Banco Mundial. Sin embargo el restante 40% lo hacen pequeños negocios, mucho de ellos informales que operan en los mercados fronterizos.

De bancos comerciales, cervezas y ron La desigualdad comercial entre República Dominicana y Haití tiene diferentes manifestaciones. Un paseo por Puerto Príncipe le permitirá observar al visitante la presencia de anuncios de cerveza Presidente en sus calles. La bebida se expende en supermercados y restaurantes. Pocos dominicanos, sin embargo, sabrían que existe una cerveza haitiana, tipo “lager”, acreedora de reconocimientos internacionales, llamada Prestige. La espumeante bebida haitiana no se ve en territorio dominicano, pese a la existencia de una población de emigrantes de ese país de alrededor medio millón de haitianos, según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). El hecho resulta llamativo para los que están familiarizados con ambos países, por lo que algunos no mostraron sorpresa cuando el embajador de Haití, Fritz Cineas, resaltó recientemente la desigualdad en la balanza comercial entre ambos países. “Las exportaciones de República Dominicana hacia Haití reportan unos US$2 mil millones anuales frente a los US$100 millones que Haití despacha al país”. Puso como ejemplo productos como la cerveza, el ron y la mantequilla de maní de fabricación haitiana, los cuales se comercializan sin problemas en Holanda y la Florida, pero no pueden entrar a territorio dominicano por una serie de trabas y “molestias impuestas en la frontera”, según declaró a El Caribe, el pasado 24 de julio.

En ese mismo tono se expresó Norma Powell, del Consejo directivo de la Brasserie Nationale de Haití (Branha) y presidenta de la influyente Asociación de Industrias haitiana. Afirma que tanto para el ron Barbancourt, como para la cerveza Prestige, “existen trabas no arancelarias”. Así respondió escuetamente a La Lupa Sin Trabas, quien la contactó recientemente. Prestige es la cerveza más vendida de Haití; se estima que tiene una cuota de 98% del mercado. La cervecería fue creada en 1973 por Michael Madsen, quien murió en 2007. La Heineiken había adquirido el 22.5% de sus acciones en los años 80, pero en diciembre de 2012 adquirió el 95%. Branha cuenta con licencia para vender otras marcas, como la irlandesa Guiness. Consultados por La Lupa Sin Trabas, la Asociación Dominicana de Fabricantes de Cerveza (ADOFACE) aseguró que el sector cervecero dominicano se ha caracterizado por ser respetuoso de todas las leyes dominicanas, los acuerdos de libre comercio firmados por el país y todo el ordenamiento jurídico internacional. Exhortó a los gobiernos dominicano y haitiano “a investigar, establecer responsabilidades y corregir, si fuese comprobada, la situación denunciada, ya que de estar sucediendo, no se corresponde con el respeto al intercambio comercial que, cumpliendo con todos los requisitos legales y fiscales de lugar, debe darse con total libertad y respeto entre ambos países”. ADOFACE destacó que, como sector, mantiene relaciones armoniosas con la empresa cervecera de Haití, con la que hacen causa co-

mún en foros internacionales de la cual ambos países forman parte, como la Caribbean Brewers Association y la Master Brewers Association of the Americas. “Apreciamos y respetamos la calidad de los productos cerveceros haitianos”, dijo en un comunicado la entidad. Por su parte, la Cervecería Nacional Dominicana (CND) se desligó de los obstáculos a la comercialización de (Prestige), la cerveza haitiana. “El mercado de la República Dominicana siempre ha estado abierto a la importación de cervezas. Corresponde a las instancias gubernamentales el exigir el cumplimiento de las regulaciones aplicables a este tipo de productos (fiscales y sanitarias, entre otras) y las que autorizan o no su comercialización en el país. Sólo basta acudir a un supermercado o centro de expendio para poder apreciar la diversidad de cervezas, de cualquier origen, que se venden en el mercado local. CND, como política, siempre ha defendido la libertad de empresa y la libre competencia en éste y en todos los mercados donde produce y comercializa sus productos”. Las cervezas que mayor presencia tienen en el mercado de República Dominicana pertenecen al portafolio de la CND, adquirida el año pasado por AmBev, propietaria del 51% de sus acciones. Éstas son Brahma, Stella Artois, Budweiser, Corona, Brisa, la malta Lowenbrau, Miller, Miller 64, Presidente Light, Bohemia, The One, Hairoun, Wadadli, Kubuli, Malta Morena, Ultra Malt Plus, y el ron Barceló. El ron Barceló, en todas sus variedades, también es mercadeado por CND.

La Lupa Sin Trabas consultó a la Asociación Dominicana de Productores de Ron, pero rehusaron responder. Otro de los “ruidos” en las relaciones comerciales entre República Dominicana y Haití provendría del sector financiero. Un banco estatal y dos privados se dice que intentaron establecer sucursales o hacer negocios en Haití. Entre ellos, el que más habría avanzado en el intento habría sido el estatal Banco de Reservas, a través de su entonces administrador, Vicente Bengoa, quien habría sostenido reuniones con el director del Banco Central de Haití y altos cargos del área financiera. La respuesta fue el silencio, según relatan fuentes cercanas al exadministrador. José Manuel López Valdez, presidente ejecutivo de la Asociación de Bancos Comerciales de la República Dominicana (ABA), expresó que esa institución no tiene una posición “que represente la visión de nuestra membresía” respecto a las dificultades para instalar sucursales bancarias en Haití. Informó, sin embargo, que “como gremio bancario participamos en el pasado –por invitación– en reuniones de la Comisión Mixta Bilateral, pero hace mucho tiempo que éstas no se producen o, al menos, no hemos recibido nuevas convocatorias y es en ese espacio donde probablemente deberían surgir posiciones (de ambas partes)”. Mientras tanto, en el sector bancario, como en estos renglones de las relaciones bilaterales, la situación sigue en suspenso.

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