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SCARLETT LLAMAS n

SCARLETT LLAMAS

Colectivas feministas confirmaron que se manifestarán el próximo 28 de septiembre (28S), a fin de exigir, nuevamente, que el aborto sea legalizado en el estado. Si bien el comité organizador no ha dado detalles sobre la ruta que seguirá el conglomerado, se especificó que se hará una marcha que terminará en un mitin.

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La fecha, como ya se señaló, será el 28 de septiembre, por la tarde; previamente, se emitirá un protocolo de seguridad sanitaria que deberán aplicar todas las asistentes a la marcha.

Lo anterior se da a pocos días de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declarara como inconstitucional la penalización del aborto, pues aseguran que continuarán exigiendo este derecho hasta que sea palpable y posible para todas las mujeres.

Al respecto, la Suprema Corte de México despenalizó este martes el aborto tras una decisión histórica votada por unanimidad de los ministros en pleno; “a partir de ahora no se podrá procesar a mujer alguna que aborte en los supuestos considerados por este tribunal”, declaró el presidente de la Corte, Arturo Zaldívar. Ésta sería una “nueva ruta de libertad, claridad, dignidad y respeto y un gran paso en la lucha histórica por la igualdad y el ejercicio de sus derechos”.

Desde que se dio a conocer esta información, activistas feministas señalaron que con base en este fallo, se “exige de la 64 Legislatura de Zacatecas tome acciones inmediatas con respecto al (retrógrado) Código Penal para el Estado de Zacatecas”.

También como lo publicó este diario, estas mismas señalaron que lo sucedido en el pleno de la SCJN “es muy importante porque se convierte en un referente; se puede convertir esto en un referente nacional, independientemente de lo que marquen las leyes locales”, comentó Cristela Trejo Ortiz, abogada y activista feminista.

Sin embargo, “eso no quiere decir que tengamos ya ganado todo”, lamentó; esto debido a que “seguramente habrá jueces que se rehúsan a seguir esta obligatoriedad y que se la tengamos que exigir por la parte defensora de una mujer que esté siendo sancionada o se esté haciendo un proceso judicial por esta causa”, expuso; de ahí que se mantenga la lucha, y se refleje por medio de una marcha.

■ El comité organizador aún no ha dado detalles sobre la ruta que seguirá el conglomerado Feministas se manifestarán el día 28 para exigir que el aborto sea legalizado

■ Se emitirá un protocolo de seguridad sanitaria que deberán aplicar las asistentes a la marcha

Con la marcha buscarán exigir a la 64 Legislatura de Zacatecas “tome acciones inmediatas con respecto al (retrógrado) Código Penal para el Estado de Zacatecas” ■ FOTO: LA JORNADA ZACATECAS

Un socavón de 9 metros de profundidad provocado por las lluvias en la Alameda Trinidad García de la Cadena, en el Centro Histórico de Zacatecas, originó que trabajadores cerraran el tramo para iniciar trabajos de mantenimiento; sin embargo, las obras fueron detenidas hasta que comience la nueva administración ■ FOTO: ANDRÉS SÁNCHEZ

MANTENIMIENTO

a SHCP señala que el Paquete Económico para el 2022 “será clave para continuar avanzando en la recuperación”. Mantienen el mismo discurso neoliberal de Pedro Aspe de inicios de los años noventa de que se mantiene la “fortaleza fiscal y fundamentos económicos sólidos”, sin reconocer que dicha “fortaleza” no genera recuperación, sino que actúa a favor del sector financiero que es el que gana con las políticas neoliberales.

Dicen que ello y “la mayor integración comercial en el T-MEC contribuirán a una recuperación más sólida”. Tenemos décadas con los acuerdos comerciales y éstos han actuado en detrimento del sector manufacturero, a pesar de las exportaciones, las cuales son comandadas por empresas transnacionales que trabajan con altos insumos importados y no generan efectos multiplicadores internos. Se sigue apostando a estrategias fallidas, que no impulsan el crecimiento “solido”, sino que favorecen al gran capital transnacional.

Reiteran que el “Paquete Económico refuerza los principios de responsabilidad y eficacia en la gestión de las finanzas y la deuda pública” y que ello “es congruente con una trayectoria estable y sostenida de la deuda”. Al respecto hay que señalar que la responsabilidad de las finanzas públicas no debe ser el equilibrio fiscal y la reducción de la deuda, sino cumplir con los propósitos nacionales de pleno empleo e impulso al sector productivo nacional. No se puede trabajar con equilibrio fiscal en un contexto donde hay alto desempleo y miseria y hay fuerte caída de la esfera productiva y del crecimiento potencial de la economía. Se requiere que el gobierno gaste lo suficiente y recurra a deuda a favor del desarrollo industrial y agrícola, y del empleo. Ello aumentaría el ingreso nacional y la recaudación tributaria y se pagaría la deuda.

Hacienda se vanagloria de que lo que caracteriza a este gobierno “es la separación efectiva entre los intereses privados y los del sector público, que ha permitido reducir las pérdidas de las finanzas públicas”. Si bien el gobierno actual ha dejado de condonar impuestos a las grandes empresas, sin embargo, tenía y tiene que apoyar a las empresas que han visto reducidos sus ventas e ingresos por la crisis, que ha llevado a muchas de ellas a quebrar y cerrar ante la falta de apoyo gubernamental. El gobierno tiene que evitar la destrucción de la planta productiva, para preservar la generación de empleos y de riqueza. No puede dejar a las empresas a su libre arbitrium, pues es actuar contra el crecimiento económico.

La SHCP ve tres impulsores del crecimiento: “la demanda en Estados Unidos, los proyectos de desarrollo regional en el sur de México y el consumo interno”. La demanda de EUA por productos elaborados en México, siempre ha estado y no ha impulsado el desarrollo productivo, el empleo y el bienestar en el país. El desarrollo regional del sur-sureste no tiene potencial para ser motor de crecimiento en el país. El turismo y el comercio internacional no volverán a crecer como antes, dada la continuación de la pandemia, el desempleo y la desaceleración de la economía mundial. Al seguir la tacaña política fiscal (bajo déficit primario de -0.3% del PIB), la alta tasa de interés (5.3% para fines del 2022) y estabilidad cambiaria (20.4 pesos por dólar), no se alcanzará el crecimiento de 4.1% del PIB, ni la reducción de la inflación a 3.4%, ni tampoco “la recuperación del mercado laboral”, ni del consumo. La pichicata y tacaña política fiscal y la alta tasa de interés, contraen la producción, lo que aumenta la escasez de productos que presiona sobre precios, por lo que la inflación seguirá.

Hacienda dice que “no se incrementan impuestos a fin de incentivar la inversión para la recuperación”. Con esa política hemos estado por tres años y no hay crecimiento de inversión y de la economía. El crecimiento económico requiere de baja tasa de interés y aumento del gasto público, y tales políticas no existen en el país, y si en muchos otros.

El Paquete Económico dice que “la posición sólida de la banca de desarrollo y la privada será un elemento para financiar préstamos productivos”. El problema es que esa supuesta “solidez” solo se ha traducido en altas ganancias de la banca y no ha incrementado los créditos. Los créditos a empresas y a personas físicas con actividad empresarial en junio del 2021, respecto a junio del 2020, han caído en 16.9%. Mientras no crezca el gasto público y las ventas de las empresas, las empresas no pedirán crédito y la banca no prestará, pues no se tiene asegurado el reembolso del crédito.

El Paquete Económico contempla aumentar la inversión pública al 3.1% del PIB en el 2022. En el primer trimestre del 2021 está en el nivel de 2.4%, que representa el 12.3% de la inversión total, que está en 19.4% del PIB. Que bien que se aumente la inversión pública, pero tiene que recuperar los niveles que nos permitían crecer en el pasado. Hay que señalar que en 1980 la inversión pública era el 11% del PIB y era el 41% de la inversión total. La reducción de la inversión pública en que ha descansado la política fiscal tacaña desde 1983, de recortes presupuestales, se ha traducido en mayor privatización de la economía, mayor desempleo, economía informal, pobreza y desigualdad del ingreso en el país. Hay que romper con las políticas que nos han condenado al atraso y que no ofrecen perspectivas de crecimiento y bienestar para las grandes mayorías.

La economía no crecerá al 4.1%, ni bajará la inflación al 3.4% en el 2022

arturo Huerta González

l Estado no es algo ni alguien. Es una relación. Por medio de ella, el derecho a mandar de una persona es independiente de quien manda. Obedece a dos formas despersonalizadas: la legitimidad y la continuidad. Por eso, cuando hablamos de Estado, lo asociamos con lo que perdura y que no es, desde luego, como escuché decir hace poco a un intelectual, la bandera y la selección de futbol. Un Estado legítimo encarna una fuerza social que le excede y a quien busca representar. Esa fuerza es soberana y es el espacio que se constituye con sus decisiones. Por eso no es lo mismo estar contra el Estado del fraude electoral que con uno que surge de una amplia votación. O, en el colmo, haber justificado la existencia del Estado del Partido Único y ahora no concederle ni un logro democrático a los gobiernos de la 4T.

Retomo estas definiciones porque veo en el centro de las recientes alianzas de la oposición mexicana con sus contrapartes extranjeras un malestar con la soberanía del poder que ahora nos gobierna. Lo que alguna vez Kierkegaard llamó la enérgica pasión por lo general –la soberanía– le parece ajeno a quienes se creyeron el cuento neoliberal de que el Estado era ineficiente y coartaba las libertades, sobre todo las del mercado. Afuera, con Vox o la OEA, pueden hacer como que la soberanía no existe y decirse libertadores de América y España. Que ahora las instituciones –el resultado de la despersonalización– puedan invocar el interés general y nacional sobre las ambiciones particulares, les parece un atentado a las libertades. La 4T tiene la legitimidad que le faltó a los gobiernos anteriores, emanados de fraudes electorales y acuerdos cupulares, bajo los cuales las autoridades sólo podían unirse al jubiloso saqueo. Desplazados del estado de cosas anterior y sin intención alguna de colaborar al surgimiento de un nuevo régimen, los opositores ven en el exterior el arma ideal para sobrepasar la soberanía popular. No importa si son organismos de Estados Unidos a los que se confunde con la verdadera democracia y su vigilancia o los asentados en España, aunque sean antiderechos, antivacunas, antiinmigrantes. De un lado, la exportación de la democracia bipartidista, sostenida sobre la mercadotecnia despolitizadora de las corporaciones globales. Del otro, una supuesta hispanidad católica, imperial, unificadora y habitante de una imposible iberósfera, es decir, de las antiguas colonias de ultramar. Ambas agarraderas trasnacionales se basan en la creencia de que la civilización es una escalera en cuya cúspide se encuentran los siempre emulables occidentales, sin importar que sus éxitos hayan sido a costa de la esclavitud del resto del mundo. Lo que interesa es saltarse la soberanía que utiliza su mandato mayoritario para definir hasta dónde llegan sus decisiones: el interés general que, como se sabe por Rousseau, no es una suma de intereses particulares, sino el paisaje y su horizonte.

En el discurso anti-Estado hay una confusión más. Es la idea de que el poder es coerción y no su contrario. Cuando se utiliza la fuerza es cuando existe el menor poder posible y se carece de legitimidad. En nuestro caso, el ejemplo es la guerra contra el crimen organizado de Felipe Calderón o la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, de Peña Nieto. El poder no es forzar a que los otros hagan lo que yo digo contra su voluntad, sino lo opuesto: que desde la libertad, se apruebe, se consienta, se apoye. Cuando se usa la fuerza no hay expresión del poder sino de su fracaso. Por tanto, la relación a la que llamamos Estado es material en lo que respecta, por ejemplo, a la infraestructura, la educación o la salud, y es simbólica en lo que de moral tiene el apoyar una narración de nuestro valor como república. A diferencia de la violencia, el poder inscribe a los demás en un horizonte de sentido: hacia dónde y para qué se convierte en parte de la acción y de las conciencias, de las creaciones y las disciplinas del cuerpo. No existe por eso un contrapoder que no esté dentro de la intermediación del poder. No hay afuera.

La idea de que el poder es maligno, no importa quien lo ejerza, fue una conclusión del historiador del renacimiento Jacob Burckhart que resuena junto con otras invenciones del romanticismo alemán, como el genio o el aislamiento del intelectual, el niño o la comunidad apartada donde habita la pureza. El poder que opera desde la libertad, por ejemplo, cuando estamos convencidos de que elegimos una identidad como destino, es no sólo una servidumbre voluntaria, sino deseosa. Ahí donde creemos que no hay poder es donde está mejor afianzado. Porque el poder no lo tiene alguien o algo, sino que surge cuando actuamos juntos; no existe sin libertad o elección, aunque sea la del esclavo: someterse o morir.

Vuelvo sobre el asunto de que el Estado es siempre maligno. Como toda relación puede serlo, si es coercitiva, violenta, excluyente y represiva. Más que desde la derecha, esta experiencia histórica es de la izquierda, de sus movimientos sociales, sindicales, indigenistas. Pero, como escribe Slavoj Žižek: La mayoría del pensamiento izquierdista se quedó atrapado en el oposicionismo: adopta como autoevidente la idea de que la verdadera política sólo es posible a distancia del Estado y sus aparatos. Desde ese punto de vista, el triunfo de los bolcheviques en 1917 sería sólo una autotraición. Como lo veo, la transformación del presente mexicano es rehacer el Estado bajo otra soberanía. No de la nación, sino de la república.

El Estado feo

Fabrizio Mejía Madrid

yer domingo fue

un día de rituales de esos que ocurren cada cambio de administración. Se afilaron los tacones, se anudaron las corbatas, se sacaron del olvido las galas y se desfiló en la algarabía por la fotografía con el recién llegado.

El discurso inicial del mandatario pintó un desastre en su diagnóstico: que “el estado agoniza”, que no hay recursos siquiera para pagar la próxima quincena, que las finanzas están en quiebra, y que las deudas son mayores que los ingresos, dijo el nuevo gobernador.

Se dijo algo similar en cuanto a seguridad, que ésta se encuentra en su peor momento, y que el mes de agosto había sido el más violento.

Se anunció un rediseño gubernamental del que no se conoce boceto. Sabemos apenas que se hará buscando la austeridad, pero no se conoce proyecto ni se ven avances legislativos que ya lo empujen.

Hubo, como es normal, la expresión del anhelo por ser el mejor gobernador de Zacatecas, aunque aún no sabemos en qué se traduzca eso.

Seguramente es algo que humanamente se propone cada persona que llega al cargo, por deber, por sentido de responsabilidad, o por legítimo anhelo de pasar a la historia.

Pero ese honor es siempre temporal y arbitrario. Todos los exgobernadores parecen destinados a ser al menos por algún tiempo los grandes villanos, y si tienen la suerte suficiente, a ser reivindicados cuando su memoria sirve aún de referencia, pero no de amenaza.

La vara con la que mide la historia es siempre cambiante y circunstancial y casi por naturaleza es también injusta. La que mida al gobernador saliente no será igual a la que mida al entrante. No fueron iguales sus circunstancias de llegada, y tampoco son las expectativas que se les carga.

Parte del electorado que le dio su confianza al gobernador entrante lo hizo porque cree en el aterrizaje de la cuarta transformación en Zacatecas, o bien porque confía en que el mismo signo político en lo federal y lo estatal podría significar mayor coordinación y cercanía por el bien de Zacatecas.

La ilusión de mayor apoyo de gobierno federal se acrecienta con declaraciones como las de Marcelo Ebrard, quien dijo que iniciaba una nueva etapa histórica en la que se va a tener mucho apoyo por la coincidencia de la 4T nacional con la 4T aquí.

En la confianza en esas palabras se asegura que habrá presencia de la Guardia Nacional en los 58 municipios del estado, algo que da esperanzas para que la situación de seguridad mejore.

Está por verse, sin embargo, que esto se haga realidad, toda vez que en la misma condición (de coincidencia política) se encuentra prácticamente la mitad de las entidades del país.

Se confía también en el gentilicio de muchos personajes políticos en el escenario nacional, como los coordinadores parlamentarios de Morena y Partido del Trabajo en el Senado; la importancia política al interior de su partido del zacatecano Carlos Puente, del coordinador parlamentario en la cámara de diputados de Movimiento Ciudadano, y el propio número de legisladores zacatecanos en las cámaras.

En los hechos, ni con esta fuerza política ni con las anteriores ha funcionado esa estrategia. Los recursos más importantes han llegado a partir de proyectos especiales específicos que fueron apoyados en su momento por la federación.

El campus siglo XXI de la Universidad Autónoma de Zacatecas es ejemplo de ello, y lo hubiera sido también Milpillas si ese proyecto no se hubiera ido al traste en medio de las protestas sociales y las suspicacias que levantó la intervención de una empresa particular en tareas que habitualmente realizaría la secretaría de Gobierno.

Son proyectos como esos, de grandes vuelos y a largo plazo, los que podrían ganarle recursos federales a este estado, porque no hay otra manera de competir por las grandes bolsas frente a entidades con mayor población, más aportación al Producto Interno Bruto o más recaudación local.

Sin importar cuanto amor a la tierra le tengan nuestros paisanos, éstos no podrían garantizar grandes recursos frente a la capacidad de cabildeo de los grandes industriales de Nuevo León, la importancia política del Estado de México, la visibilidad mediática de la Ciudad de México, o la resistencia organizada de Oaxaca.

Apenas empieza el sexenio y hay tiempo, pero éste siempre es poco para idear y generar la coordinación necesaria que geste los grandes proyectos que a Zacatecas le hacen falta. Urge aprovecharlo.

Cuatro T, con T de Tiempo

Lucía Medina Suárez deL reaL

PRONÓSTICO

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