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JUAN PABLO DUCH, CORRESPONSAL, Y AGENCIAS / P 20 A
by La Jornada
▲ Lygia Fagundes Telles, en una imagen captada en Brasilia el 8 de agosto de 2000. Foto Afp
Falleció Lygia Fagundes Telles, la “escritora del tercer mundo”
La novelista brasileña tenía 98 años // Su obra fue reconocida en múltiples ocasiones con importantes premios // As meninas es considerado su mejor título
AFP RÍO DE JANEIRO
La novelista brasileña Lygia Fagundes Telles, una de las más célebres escritoras en lengua portuguesa, murió el domingo en Sao Paulo a los 98 años, informó las Academia Brasileña de Letras.
Fagundes Telles, quien fue elegida para integrar la Academia en 1985, ganó cinco veces el prestigioso premio Jabuti de Brasil y recibió el Camões, el galardón más impor-
tante de la literatura portuguesa, en 2005.
“Fue una gran dama de la literatura brasileña, una de las escritoras más queridas del país”, señaló el diario Estado de Sao Paulo.
“Tenía un estilo elegante y un espíritu único que le permitía escribir con serenidad y fuerza, brindando al lector la oportunidad de reflexionar sobre las facetas de la existencia”, agregó la publicación.
Autora prolífica
Hija de una pianista y un abogado, Fagundes Telles se licenció en derecho en la Universidad de Sao Paulo, pero se dedicó a escribir a instancias de dos amigos que se convirtieron en autores famosos, Carlos Drummond de Andrade y Erico Verissimo.
Fagundes Telles publicó su opera prima, Ciranda de pedra (1954), cuando tenía 30 años y pronto proliferaron novelas, cuentos, obras de teatro y guiones.
La novela considerada ampliamente como su mejor obra, As meninas (1973), describe la vida de tres mujeres jóvenes de principios de 1970 bajo la brutal dictadura militar de Brasil.
En 1976 la autora de As horas nuas viajó a Brasilia con un grupo de escritores para entregar en mano un manifiesto al régimen para denunciar la censura.
Con un discurso sin tapujos y defensora de las causas sociales y las artes, se consideraba con orgullo una “escritora del tercer mundo”, “comprometida a narrar la difícil condición humana en un país con una educación y una salud tan frágiles”, indica la Academia brasileña en su sitio web.
Tercera mujer elegida para integrar la Academia, también fue una de las primeras defensoras de los derechos de las mujeres y una vez manifestó: “Yo era feminista en los días en que nadie sabía qué era el feminismo”.
Casada con el fallecido crítico de cine Paulo Emilio Sales Gomes, a Lygia Fagundes Telles le sobrevive un hijo de un matrimonio anterior, el cineasta Goffredo da Silva Telles Neto, así como dos nietas y una bisnieta.
Llevan a escena las diferentes facetas de Virginia Woolf
Virginia, la muerte de la polilla se monta en El Galeón
CARLOS PAUL
A 140 años de nacimiento de la escritora inglesa Virginia Woolf (1882-1941), y para celebrar su vida y su legado crítico y literario, se presenta en breve temporada en el teatro El Galeón, los lunes y martes, la puesta en escena Virginia, la muerte de la polilla, historia en torno a las vicisitudes de una de las máximas exponentes del modernismo inglés y pionera de los valores feministas, revolucionarios para su época.
Con dramaturgia y dirección de Aline Menassé, el montaje trata de dar a conocer al espectador las facetas de la autora de Orlando, “a través de sus preocupaciones y lúcida sensibilidad”.
En escena, Virginia Woolf evoca distintos momentos de su vida, desde la infancia hasta la madurez. Habla del mundo personal e íntimo de las mujeres, de la época que le tocó vivir, de los desequilibrios emocionales que la persiguieron casi toda su vida, de la condición humana y la ética, pero, principalmente, reflexiona acerca de su oficio de escritora, la construcción literaria y lo que sirve como hilo conductor de su historia, explicó la dramaturga.
La creación, su espacio
Woolf habla de las palabras “con mucho humor y sarcasmo; las trata como si fueran seres humanos”. Como ensayista, “no entra en el modelo positivista académico racional, sino que es un análisis profundamente literario, lo que no resta que sean análisis críticos”, comentó.
Virginia Woolf se refiere a la creación como el espacio en el que habita, desde donde sana sus enfermedades y percibe su vida y el mundo. Para Menassé, Virginia Woolf es una feminista que no está lo suficientemente asimilada.
En su libro Tres guineas, “desentraña y crítica al patriarcado, la condición del hombre, no desde el aspecto de la violencia, como hoy día se maneja, sino desde las condicionantes con las que ese sistema somete al hombre, y que éste asume”.
Algunos feminismos modernos, señala Aline Menassé, “descalifican de un plumazo todo lo concerniente a lo masculino; Woolf analiza las condicionantes de lo masculino”.
En la época en que ella vivió no eran comunes esas ideas. Por ejemplo, en el ámbito literario, la autora de Una habitación propia “sostenía que no existe el género femenino o masculino: decía que el arte es andrógino”.
En escena, concluyó Menassé, también se evoca a algunos de los personajes de sus novelas, e interactúan con ella, como Setimus Warren Smith, Orlando o la señora Dalloway.
Con las actuaciones de María Inés Pintado, Elsie Flores y José Carriedo, Virginia, la muerte de la polilla, se presenta lunes y martes hasta el 26 de abril, a las 20 horas, en el teatro El Galeón (Paseo de la Reforma y Campo Marte, estación Auditorio del Metro).
París: Sebastião Salgado exhibe una muestra inédita dedicada a la fragilidad del agua
AFP PARÍS
El fotógrafo brasileño Sebastião Salgado protagoniza una exposición sobre el agua en París, con fotos inéditas y la colaboración del arquitecto colombiano Simón Vélez, quien ha construido una gran instalación de bambú para la ocasión.
Aqua Mater se inaugura el jueves 7 de abril en el barrio de negocios parisino de La Defensa, con una cuarentena de fotos distribuidas en un espacio de mil metros cuadrados, inspirada en las “malocas”, centros fundamentales del quehacer cultural, social, político y religioso de las comunidades indígenas del Amazonas.
Salgado se refiere al montaje como una casa tradicional, “hecha de fibras naturales, mientras todo a su alrededor es artificial”, en alusión a los rascacielos de esta zona a las puertas de París.
“Las imágenes representan la esencia de la vida, el agua que nace de la selva”, añade el reconocido fotógrafo, de 78 años.
Las fotografías “cuentan la historia del agua cuando es abundante y del agua que necesitan los que viven en campos de refugiados, en el desierto”, explica.
“Vivimos un momento difícil, la gran mayoría de la humanidad habita en ciudades; nos hemos alejado mucho de nuestro planeta, al que hemos explotado”, lamenta Salgado.
Es una exposición que tiene que ser leída como “un manifiesto”, añade Simón Vélez.
La “maloca” de la exhibición fue construida con “guadua”, un bambú gigante proveniente de Colombia, transportado hasta París en barco, explica el arquitecto originario de Manizales.