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No es democrático... tampoco de izquierda
from 08-03-2023JAL
Ricardo Becerra ricbec65@gmail.com
El jueves pasado, durante la Feria del Libro de la UNAM, en Palacio de Minería, se presentó Izquierda y Democracia un nuevo alegato que es parte de una cauda no sólo de textos, artículos o ensayos, sino más propiamente de una tarea de seguimiento autoimpuesta desde 2018. Cuando nadie de nosotros, en el Instituto de Estudios para la Transición Democrática, querríamos o podíamos imaginar el talante autoritario y destructivo de López Obrador, José Woldenberg ya lo intuía con bastante claridad y nos convocaba a prepararnos.
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Por eso, sus últimos libros y las advertencias que contienen han llegado siempre a tiempo. Al volumen que pre- sentamos le preceden otros tres libros: Contra el autoritarismo, En defensa de la democracia y La democracia en tinieblas. Estamos, pues, ante un trabajo de seguimiento asumido con la vocación del académico, pero también con el ánimo polémico del periodista y el político. Para un historiador en el futuro, cuando haya suficiente distancia, no creo que pueda encontrar mejor fuente en torno a los acontecimientos políticos, una obra mejor ordenada y mejor narrada que esta labor de minería, compilación, explicación y por añadidura, debate frontal y abierto.
Subrayo la interpelación polémica: creo que el texto que da origen a Izquierda y Democracia constituye el mejor llamado de atención que se ha hecho hasta hoy dentro de ese archipiélago de pasiones encontradas que es la izquierda mexicana.
El trabajo de Woldenberg consiste sobre todo en examinar aspecto por aspecto, dicho por dicho y decisión por decisión al gobierno actual. Izquierdas en plural; izquierda democrática; los centros de educación superior; el feminismo; los movimientos sociales; la transición democrática; la representación política; el compromiso con la Constitución y las leyes; el laicismo; el papel de los militares; derechos humanos; ciencia, cultura, artes; verdad. Estos campos son revisados con agilidad y sin perderse en circunloquios. Acto seguido, Woldenberg los contrasta con la historia, las luchas y la memoria de las izquierdas mexicanas, en plural, y en cada una encuentra que López Obrador no encaja sino que contrasta con los campos que son parte imborrable de la tradición y de la historia, de eso que hemos conocido como las izquierdas mexicanas.
Esta es la conclusión a la que llega el autor luego de escudriñar, rasgo por rasgo, parte por parte, episodio tras episodio, los últimos cuatro años de gobierno y un poco más. Parece simple, pero es fruto del estudio cotidiano, de una excavación diaria y meticulosa, de un José Woldenberg obsesionado por nuestra realidad política ya no preocupado, sino alarmado por los acontecimientos del presente.
De modo y suerte -y por descarte- cada una de las banderas en las que las izquierdas mexicanas se han reconocido están siendo olvidadas, apartadas, ninguneadas o de plano ignoradas en el tección de armas y drogas; trabajamos juntos para interrumpir la producción de drogas sintéticas y colaboramos en el fortalecimiento de capacidades de fiscales e investigadores.
“Junto con un diálogo intersectorial, colaboramos con los distintos órdenes de gobierno para fortalecer las instituciones de seguridad y de justicia para que la gente viva segura y libre del miedo.
“El Diálogo de Seguridad de Alto Nivel nos ayudará a obtener más frutos, pero las instituciones de seguridad y justicia deben contar con los recursos necesarios”.
Por lo pronto, aunque ahora estén baratos, si usted se quiere ganar 50 mil dólares, acuda a la embajada con información útil del paradero de esos ciudadanos americanos cuyo parecido con Kiki Camarena, es una mera casualidad con poca semejanza.
DANTE ideario y el discurso de nuestro presidente. Así entonces -a estas alturas- es imposible sostener que estamos ante un gobierno democrático, pero tampoco de izquierda.
Hace un mes me dijo alguien cercano a Dante Delgado: vamos a bajar a Juan Zepeda. Y con argumentos baladíes, ya lo bajaron. ¿Para qué?.
En ese pequeño cosmos mexicano seguimos encontrando gradaciones de izquierdas congeladas en el tiempo, izquierdas nacionalistas, cardenistas, izquierdas que siguen con devoción a la búsqueda de la revolución, izquierdas corporativas y una vertiente de izquierda democrática. Pues bien, aún dentro de esa diversidad, atributos más atributos menos, el lopezobradorismo no califica.
No es casual que la interpelación abierta, pública que hace un año, lanzaron los textos “S.O.S. a mis ex compañeros” (febrero, 2022) e “Izquierda ¿Democrática o autoritaria?” (abril, 2022) no hayan encontrado una respuesta, un interlocutor, un debate desde el continente obradorista. La ausencia de una deliberación y una conversación que esclarezca es también parte de la atmósfera deliberadamente creada ambigua, confusa indisociable del autoritarismo mexicano en el presente.
Rechazo huidizo que tampoco es de izquierdas y mucho menos, democrático.