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Casi 720 mil currículums de investigadores ya pueden ser consultados en Rizoma

La directora de Conahcyt, Elena Álvarez-Buylla, presentó la nueva plataforma que entrará en uso gradualmente

Antimio Cruz antimioadrian@gmail.com

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El Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) presentó ayer Rizoma, una plataforma informática, libre del pago de licencias a compañías privadas, que gestionará la información de los currículos de investigadores y estudiantes que reciban apoyo económico a través de fondos públicos; como ocurre en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), los programas de becas de posgrado o los fondos de apoyo a la investigación.

La nueva plataforma ya demostró un primer éxito técnico al lograr la migración de 719 mil 754 currículums que se encontraban en la plataforma anterior, llamada CVU, sin que se perdiera información.

La directora de Conahcyt, María Elena Álvarez-Buylla, informó que el primer proceso oficial en el que la nueva herramienta tecnológica será utilizada ocurrirá en las próximas semanas, para realizar los trámites de renovación o solicitud de nuevo ingreso al Sistema Nacional de Investigadores (SIN), en la convocatoria 2023, que está por publicarse.

“En Rizoma hay una influencia en mi formación como botánica”, dijo la funcionaria de go- bierno durante la presentación.

“Se trata de una plataforma informática pública, soberana y disruptiva, inspirada en las estructuras vegetales de interconectividad horizontal”.

GRAN POTENCIAL

El espíritu general detrás del proyecto Rizoma es fortalecer a las comunidades de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación (HCTI) y facilitar el acceso universal al conocimiento. Con esta herramienta será más el intercambio de información entre grupos de investigación; la trazabilidad de los incentivos que se han otorgado en el presente y pasado, así como otorgar a la sociedad capacidad de tender un puentes más directo o menos oneroso con investiga- dores y sin intermediarios.

“Un ejemplo del potencial que esta herramienta va a tener para el acceso a la información es la posibilidad de que en el futuro los profesores y sus estudiantes en las aulas se puedan conectar directamente, y sin intermediarios, con investigadores en el campo que están estudiando”, consideró Álvarez-Buylla.

Rizoma es una herramienta que entrará en uso gradualmente, conforme se nutra con datos y nuevas soluciones digitales. Los fundamentos ya se pueden conocer desde ayer, aplicado al Sistema Nacional de Investigadores, pero paulatinamente se nutrirán con información de aspirantes a recibir becas o apoyos para investigación.

Se ha buscado desarrollar, con apoyo de software libre para no pagar licencias, una herramienta que dure muchos años y que puedas ser usada de una manera muy intuitiva y amigable.

Una consideración positiva hacia los investigadores, y que requirió un trabajo técnico muy valioso, fue la migración de los currículums que ya estaban cargados en el sistema CVU, por lo que “No se va a tener que volver a cargar ningún currículum”, como insistió repetidamente la directora general del Conahcyt.

Parte del valor de esta nueva plataforma es que tiene la capacidad de escalarse y conectarse con sistemas informáticos de otras dependencias de la Administración Pública Federal (APF) para que grandes sectores de la población puedan conocer, de manera rápida y comprensible, qué investigadores trabajan en diferentes temas de interés para el país.

La lista de mejoras que aporta Rizoma, en comparación con la anterior plataforma CVU, incluyen la creación de opciones para agregar a los currículums actividades de investigación relacionadas con humanidades; un incremento de 90 por ciento en el número de usuarios que pueden ser atendidos al mismo tiempo; nuevas herramientas para adjuntar archivos en formato PDF como documentos probatorios y la posibilidad de crear accesos para trabajar desde ese sistema con otras dependencias federales. Existen siete funciones nuevas que están planeadas, entra las que está la creación de una red social de colaboración científica, una videoteca científica y la apertura de foros para discutir diferentes temas .

“Rizoma e s una plataforma informática pública, soberana y disruptiva, inspirada en las estructuras vegetales de interconectividad horizontal”

En el futuro, con esta herramienta profesores y estudiantes se podrán conectar directamente con investigadores en el campo que están estudiando: Elena Álvarez-Buylla

Un estudio del Instituto Oceanográfico Scripps de la Universidad de California en San Diego encuentra que los textiles de plástico y mezcla de plástico de base biológica no se biodegran en el océano

El primer experimento de este tipo, publicado en PLOS ONE, concluye que solo las fibras na- turales se degradan en el ambiente marino; mientras que las telas plásticas permanecen intactas un año después. En concreto, el equipo liderado por Sarah-Jeanne Royer, descubrió que los tejidos de celulosa naturales y de madera se degradaban en un mes. Los tejidos sintéticos, incluidos los lla- mados materiales plásticos compostables como el ácido poliláctico (PLA), y las partes sintéticas de las mezclas textiles, no mostraron signos de degradación ni siquiera después de más de un año sumergidos en el océano. “Este estudio muestra la necesidad de estandarizar las pruebas para comprobar si los materiales que se promocionan como compostables o biodegradables realmente se biodegradan en un entorno natural —afirma en un comunicado Royer, que realizó la investigación mientras era becario postdoctoral en el laboratorio Dimitri Deheyn de Oceanografía Scripps—. Lo que podría biodegradarse en un entorno industrial no se biodegrada necesariamente en el medio natural y puede acabar convirtiéndose en contaminantes marinos y medioambientales”.

Se calcula que el 62% de los textiles (68 millones de toneladas) se fabrican actualmente con fibras y mezclas de plástico, que pueden persistir en el medio ambiente durante décadas o siglos. Los tejidos sintéticos también contaminan por las microfibras que se desprenden con el uso y el lavado. La mayoría de las lavadoras no están diseñadas para filtrar las microfibras, que acaban en las aguas residuales y, en última instancia, en el océano . (Europa Press)

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