Cultura LIJ #29

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Brites - Porta López - Valente

cultura lij

Reflexiones sobre la literatura infantil y su cultura

Año 2 / Número 29 - Agosto 2016. ISBN: en trámite.

#29

Edición digital



sumario / 1

2

Editorial Sostener la mirada

FMG Dar de leer en serio

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4

Al rescate Hacer un mundo para todos

Con lupa Para comerte mejor

Valeria Sorín

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Reportaje Rugido de león Valeria Sorín

1 a 1 Intervenciones literarias que miran profundo

20

10

En foco Atrapada

Novedades

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Academia Los niños y los bichos de Clarice

Agenda

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Laura Demidovich y Valeria Sorín

Mónica Rodríguez

Natalia Porta López

Daniela Azulay

Carmen del Faro

Mell Brites

cultura lij Reflexiones sobre la literatura infantil y su cultura Año 2 – Número 29 – Agosto 2016 Registro DNDA: 503255. Conesa 4381, CABA. Tel: (011) 3534-1975 culturalij@editoriallabohemia.com www.culturalij.worpress.com www.editoriallabohemia.com Directoras propietarias: Laura Demidovich y Valeria Sorín Edición: Valeria Sorín Arte: Laura Demidovich Diseño gráfico: Valeria Goldsztein Corrección: Roxana Carbone

Ilustración de Tapa: Eva Brugues Fotografía: Laura Demidovich ISSN: 1852-298X Distribución a kioscos CABA: Sin Fin Rincón 1407 (CABA) 4308-1813

Agradecimientos: Por la gentileza de tapa a Eva Brugues.

La editorial no se hace responsable de las opiniones vertidas por sus colaboradores y/o entrevistados.

Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación sin consentimiento previo de la editorial.

Proyecto ganador del Programa Buenos Aires Emprende 08 y distinguido con Premio Pregonero al Periodismo Gráfico y Hormiguita Viajera, ambos en 2010.


Editorial

Sostener la mirada Todo comenzó con la noticia de un encuentro que organizó la biblioteca Vasconselos, llamado Café para lectores sordos. El video fue posteado por Michèle Petit en su muro de Facebook y muestra al director de la biblioteca, Daniel Goldín, inaugurando una tertulia mientras se expresa en lenguaje de señas. La Biblioteca Vasconselos cuenta una Sala de Lengua de Señas, orientada a la comunidad sorda y sus familias. Está atendida por bibliotecarios competentes en esta lengua, interlocutores amorosos y capaces de guiar a los consultantes por obras de distinto calibre: las que enseñan la lengua, las que tratan de la cultura sorda, o de las problemáticas específicas de esta comunidad. La biblioteca ofrece un curso de lengua de señas mexicanas, lo mismo que un ciclo de teatro en este lenguaje y uno de danza para sordos. No se trata de una inclusión fortuita, hay aquí una definición ideológica profunda. México es uno de los países de nuestro continente que se ha enfrentado más fuertemente con el desafío de la multiculturalidad y el consecuente plurilingüismo. Este desafío está motivado en la gran cantidad de etnias que conviven allí. Se trata de sesenta

Directoras de Cultura LIJ

y dos pueblos indígenas y sus correspondientes lenguas, todas ellas oficiales. Se trata de armar esquemas de educación bilingüe y multicultural. Tal vez por ello, cuando se ha decidido cobijar a tantos, sea natural cobijar a uno más. La Lengua de Señas Mexicana (LSM) ha adquirido la misma categoría que el resto de las lenguas oficiales, reconociendo a una comunidad valiosa y con aportes culturales, estéticos, poéticos, para convidar. Alrededor del 1,8% de la población de ese país, según los últimos censos, tiene algún tipo de discapacidad. Y de estos, el 12% son sordos. Estamos hablando de al menos 215.000 personas hablantes de la LSM. No deberían ser olvidables.

El café compartido Si de algo nos debe servir el conocimiento de esta experiencia es para distinguir entre una verdadera y falsa inclusión. Incluir significa incorporar, ir a buscar al otro, y reservarle de allí en más siempre un sitio en la mesa. Lejos de los fastuosos eventos, el cotidiano contar con. Una verdadera inclusión implica sumar al proceso de decisiones las consideraciones y aportes de todos los participantes, también de los recién incorporados. Es revisar el rumbo, cuando aun no se ha recorrido. Asegurarnos de que todos los que se sientan a


EDITORIAL / 3

esta mesa cultural están pudiendo disfrutar de los recursos disponibles y que estos los interpelan en forma adecuada. No se trata de un evento único, sino por el contrario de incorporar al calendario de actividades habituales la programación destinada a un sujeto cultural relevante y en el tipo de modalidades que están disponibles para cualquier otro sector poblacional. La gestión cultural, se realice desde el aula, desde la biblioteca, desde espacios privados o públicos, debe ejercerse mirando a los ojos de cada uno y sosteniendo esa mirada. Asumámosnos como tales, como hacedores de nuestra cultura, gestores de la igualdad.

Laura Demidovich y Valeria Sorín

https://www.youtube.com/watch?v=gkRBpzIfDvY


4 / al rescate

Hacer un mundo para todos por Mónica Rodríguez

En este recorrido reunimos textos en los que sus personajes se plantean viajes, mudanzas y exilios en pos de encontrar lugares más habitables y más justos.

En tiempos de sinrazón e intolerancias uno se pregunta cómo seguir (escribo este artículo días después de la masacre de Orlando y mientras miles de migrantes escapan de horrores). Cómo seguir explicándoles el mundo a los más chicos. Cómo seguir apostando a que un mundo más justo es posible. Como siempre, la literatura ayuda.

El exilio Para nuestra primera estación rescatamos el texto de José Goytisolo y Juan Ballesta, La bruja hermosa. La protagonista de la historia, a pesar de los malos trances que le suceden, vive feliz. Es solidaria, tiene amigos y una buena vida. Cuando crece se convierte en una bella joven. Nuevamente, el mundo se vuelve hostil para ella: recibe maltrato y violencia por parte de los hombres, y envidia y recelo por parte de las mujeres. Huye, encuentra una casa abandonada en el bosque y la transforma en su hogar. Es, nuevamente, libre y feliz. Pero se siente sola. Para evitar lo que hoy nombramos, porque de esto sí se habla, violencia de género y bullying, Maestra, Editora y Supervisora de Bibliotecas Escolares.

perdió a sus amigos de siempre. Su resilencia pudo de nuevo y con magia, trucos y disfraces logra engañarlos por un tiempo. Hasta que los malos la descubren y van por más: atentan contra su casa y quieren quemarla. Ella se va, volando, a un nuevo destino desconocido. Allí la gente es amable y buena. Las ilustraciones son actuales y realistas, casi tanto como la intolerancia que el cuento muestra y que la sociedad actual replica.

La orfandad La segunda estación habla también de un niño, de Juan. Recorremos el texto Los agujeros negros, de Yolanda Reyes. Juan es huérfano. Lo cría, amorosamente, su abuela. Él recuerda retazos de su historia: un bosque, una alfombra, unas botas rojas. Quiere reponer la historia, pero su abuela no lo ayuda. Con la complicidad de una amiga, casi jugando a los detectives, comienza a conocer la historia de sus padres. Finalmente la abuela coopera y, como festejo de su cumpleaños, van juntos van al bosque a Sumapaz. Menuda sorpresa los espera: Juan es conocido, querido y valorado. Tiene allí una casa, la que sus padres debieron abandonar. Y


al rescate / 5

tiene ideales y principios a seguir. La vuelta a la ciudad es tranquila. El viaje fue cansador, pero reparó los agujeros negros y repuso risas. Con memoria, con dolor, pero risas al fin. Las ilustraciones, pocas y elocuentes, dan idea de la niebla de ese bosque, de la niebla de los recuerdos.

La búsqueda Nuestra tercer parada encierra en sí misma dieciocho paradas más. Nos referimos al libro Por qué vivimos en las afueras de la ciudad, de Peter Stamm y Juta Bauer. Presentado de una manera más lúdica, con textos e ilustraciones que dialogan entre sí, muestra el devenir de una familia que se fue mudando de lugar en lugar fijando su hogar en cada uno de ellos. Se adaptaban y vivían allí haciendo sus cosas habituales y las que el nuevo hábitat les imponía hasta que siempre alguno de ellos comenzaba a no ser feliz. Entonces todos, juntos, buscaban un nuevo norte. Las viviendas visitadas son disímiles: algunas posibles, otras soñadas, otras disparatadas: vivir en la casa de los tres teléfonos, en la Luna, en la lluvia… y en otros quince sitios más. Hasta que llegan a su lugar,

a las afueras del campo. ¿Seguirán allí, el lugar los seguirá conteniendo?

Las historias de hoy La bruja hermosa debió buscar un lugar para vivir y así contrarrestar la intolerancia e incomprensión de la gente. Sabemos que encontró su lugar, pero, para protegerse, no nos dice dónde es. Juan tuvo que dejar a sus padres y el lugar de sus padres. Pero los recuerda, los adivina, los recupera. La familia ambulante deviene, de casa en casa, hasta encontrar un lugar habitable para todos. Por hoy dejamos acá nuestro viaje, que como siempre ustedes seguirán poblando de estaciones. Estaciones de casas, de mudanzas, de exilios. De todos aquellos que este mundo aún excluye. Nos queda pensar cómo cambiar esta realidad. Conocerla es una manera de empezar a cambiarla.

//

CORPUS / estaciones Frank, Ana. El diario de Ana Frank. Buenos Aires, Hemisferio, 1958. Goytisolo, José Agustín. La bruja hermosa. Barcelona, Edebé, 1984. Reyes, Yolanda. Los agujeros negros. Madrid, Alfaguara, 2013. Stamm, Peter y Bauer, Jutta. Por qué vivimos en las afueras de la ciudad. Buenos Aires, El libro de arena, 2013.


6 / reportaje

Rugido de león por Valeria Sorín

El escritor brasilero Paulo Valente hace su ingreso al español con una obra literaria para niños donde se propone una mirada crítica sobre el poder y los sistemas de gobierno. El león ya no quiere rugir es una de las novedades con las que la editorial Corregidor abre su línea de libros para niños. Su editora cuenta que hace años venían con la idea de abrir una línea de infantil, pero que no encontraban exactamente los textos con los cuales asociar la editorial. Corregidor tiene una trayectoria marcada ideológica y estéticamente en las letras; su enorme y variado catálogo da lugar a Marco Denevi, Arturo Jauretche, Homero Manzi, Macedonio Fernández, Osvaldo Soriano; tiene uno de los catálogos de poesía más amplios de la contemporaneidad y se distingue por sus ediciones en torno a tango, con las que ha ganado numerosos premios. A la vertiente infantil le dio pie la colección Vereda Brasil, que llevó a sus editores a sostener trato con los herederos de

Editora, Periodista y Gestora Cultural.

Clarice Lispector. En especial con su segundo hijo, Paulo Valente, quien está sentado delante de mí esta fría mañana esperando la primera pregunta. –En la revista Cultura LIJ tenemos una sección donde escritores, promotores de lectura, editores, nos cuentan su biografía lectora. ¿Cómo empieza su relación con los libros? –Yo era pequeño aun y mi madre ya era una escritora reconocida. Publicaba libros, escribía artículos en revistas. Un día me acerqué y le pedí que escriba algo que yo pudiera leer. Y así nacieron los cuentos para niños de mi madre. –¿Y cuáles fueron sus primeras lecturas? ¿Cómo se convierte en lector? –Bueno, como todos los niños yo me formé con los libros de Monteiro Lobato, quien fue un importante escritor brasilero para niños. ¿Lo conoces?


reportaje / 7

Ilustraciones de Irene Singer

Me había propuesto esquivar la posibilidad de preguntarle por su madre. Quería centrarme en este libro tan interesante de su propia autoría, pero el magnetismo Lispector ejerce su poder imperial. Habrá que hacer un esfuerzo adicional. El eje del poder El león que ya no quiere rugir es un libro sobre el poder. La historia comienza cuando el león anuncia que ya no quiere ser el rey de los animales, que está cansado y que pretende renunciar al trono. “Son siglos y siglos de realeza doblando mis espaldas y hundiendo mis hombros”. Entre los asuntos que esperan su atención ese día se encuentran varios reclamos en pugna, por ejemplo: los sapos piden más mosquitos y los mosquitos piden menos sapos. Además es necesario decidir la distribución de las tierras entre monos y gorilas. Y el ministro hipopótamo insiste en otra suba de impuestos. ¿Pero quién será un digno sucesor? ¿Quién podrá hacerse cargo de todo lo que implica gobernar? –En estos días los diarios tratan asuntos acerca del poder y la corrupción en Argentina y Brasil. ¿No teme ser malinterpretado? –Este libro salió publicado en Brasil hace ya tres años. Pero lo escribí hace mucho más. Nació como una idea que fue tomando forma con el regreso de mi país a la democracia. Quería encontrar una forma de hablar con los niños acerca de las dictaduras, los tiranos y la necesidad de encontrar una forma superadora de gobierno. En este cuento, el león busca un sucesor digno. Y para eso reflexiona acerca de las características de cada uno de los posibles candidatos. El mono le va presentando

uno a uno a cada animal y lo asesora. El mono es… ¿cómo le dicen aquí, alcahuete? ¿Es así en castellano? –Ahora, el cuento no deja bien parado a ningún animal. –Es que el león se da cuenta que no es él quien debe elegir, por eso deciden llamar a elecciones. –Me parece interesante el camino por el cual el cuento deja planteado que ninguno de los animales será un candidato completo. Todos tienen alguna falla. No se elige un candidato ideal, se elige entre lo que hay. ¿No le inquieta una lectura coyuntural de su libro? –Es que el cuento intenta mostrar a los diferentes sectores en pugna dentro del juego del poder. Por ejemplo, el primer candidato es el elefante, por ser el más fuerte. Pero en la conversación, se hace evidente su falta de delicadeza cuando en seguida ofrece dejar en el olvido “cualquier crimen cometido” por la familia real. Más que una lectura atada al tiempo presente, lo que busqué fue mostrar actitudes que nuestros pueblos han tenido con los regímenes dictatoriales, perdonando injusticias. O al evaluar al ratón como gobernante, el león piensa que esto le daría razones al general rinoceronte para comenzar una guerra civil, “tomaría el trono y entonces vaya uno a saber cuándo se iría” –termina leyendo Valente–. Lectura sinestésica Paulo Valente ha traído a la entrevista ejemplares de sus libros publicados en Brasil, varios para adultos, dos para niños: el aun inédito en español Pedro e a onça y el del león. Inevitable empezar por comparar –mal hábito– la resolución gráfica y plástica del título traducido. Ambas ediciones juegan con la tipografía, usando mayúsculas para acentuar el peso de algunos dichos. Solo que no son las mismas frases las que cada editor


8 / reportaje

atravesando lo musical, hasta llegar a montar la escena en el pantanal mato grossense, uno de los ecosistemas más ricos del mundo; se transmuta el lobo en jaguar, las ovejas en aves, y el clima blanco-frío del original en un caliente tono amarillo-ardiente.

elige resaltar. Y si en la edición brasilera se optó por una ilustración por momentos hiperrealista, que combina la perfección gestual con el hábito de la realeza; en la versión en castellano la ilustración de Irene Singer se destaca por lo expresivo. No hace falta en-vestir a los animales, sus miradas y posturas dialogan perfectamente con el texto. Dejó incluso Singer algunos guiños para un lector avisado: el mono reaccionará ante la rabia del rey León –“Guillotina para el Conde Mono, horca para el Alcahuete”– con una cita plástica a la obra El grito (1893) de Edward Munch. Valente incluso espera y promueve una lectura en relación sinestésica de sus obras. El compositor romántico francés Camille Saint-Saëns compuso una suite musical de catorce movimientos llamada El carnaval de los animales en 1886. Y Paulo Valente pide que el cuento sea leído con El carnaval de fondo musical. En ella cada animal aparece retratado por el sonido de un instrumento. Los movimientos dedicados al León (apertura con una marcha digna de la realeza), al Elefante (alegretto pomposo, pesado y grave), o al cisne (perdido en su propia contemplación), resultan un condimento de notas particulares. Desde la portada, el libro anuncia que el cuento está inspirado en la obra de Saint-Saëns, tal vez sería un aporte sustancial agregar en algunas páginas un código que permita a los lectores dirigirse inmediatamente al movimiento musical que es par de la obra escrita. La lectura sinestésica propuesta por el libro no es una cuestión excepcional. También Pedro e a onça (1936) se propone como una versión del cuento musical Pedro y el lobo, de Sergei Prokofiev. En la sucesión de saltos que llevan la historia de Pedro de la tradición oral rusa,

Elecciones libres Lejos de las fábulas y las moralejas, este cuento con animales termina donde la historia comienza: cuando el león decide convocar a elecciones libres. Probarán la democracia, y elegirán como gobernante al más votado. La última decisión del león es dejar las decisiones a cargo de las urnas. Un final que no cierra, que incomoda, al que parece faltarle algún párrafo. Inevitable terminar y ponerse a hablar. En eso, en la incomodidad que da pie a la conversación, radica uno de los puntos fuertes de la obra. El otro tal vez sea que no miente: no gobernará necesariamente el mejor, pero sí el más votado. Ya no será la voluntad de uno, sino de muchos. El equilibrio habrá que construirlo entre todos. //



10 / en foco


en foco / 11

Atrapada por Carmen del Faro

Atrapada, casi suspendida. El mojón de la avenida da lugar y ofrece resguardo. Mano invisible que ase la niña a la página anotada. Aún quedan páginas por recorrer. Pero esta, esta… ¡esta! ¡Suéltala libro! ¡Suelta al moderno Quijote! Que no hay molinos, aunque aún corra el viento.


12 / academia

Los niños y los bichos de Clarice por Mell Brites

La autora analiza tres cuentos de Clarice Lispector para redescubrir en ellos el concepto de infancia.

Editora de Companhia das Letrinhas, Brasil.

En los últimos diez años, los recuerdos de la infancia pasaron a ocupar un espacio significativo en la obra de Clarice Lispector. Según lo indicado por el biógrafo Benjamín Moser: “Clarice se había estado retirando cada vez más del mundo de los adultos (...). A medida que se iba acercando al final de su vida, sus recuerdos de una época más feliz asomaban a la conciencia cada vez con más insistencia”. Y fue durante este período que la autora se sumergió en el campo de la literatura infantil, impulsada inicialmente por un “pedido-orden”, como ella misma dice, de su hijo Paulo. Si en los textos para un público adulto en que recuerda sus días de infancia, Clarice Lispector reanuda sus experiencias en Recife marcando siempre la sensación de impotencia y el deseo de deshacerse de una infancia vulnerable, “que [...] temía nunca llegara al fin”, como vemos en


academia / 13

Los desastres de Sofía, Felicidad clandestina o Restos de Carnaval; en los libros infantiles se ve, por el contrario, el intento constante de una narradora solidaria, de mitigar la soledad del lector y hacer que se sienta parte. Sobresalen, en estos cuentos para niños, los recuerdos de los animales con los que la autora tuvo contacto con el correr de los años y la relación de afecto que había tenido con cada uno de ellos. Así, las gallinas que tanto observaba de pequeña, los perros Jack −Dilermando y Ulises−, la mona Lisete, los dos conejos que pertenecieron a sus hijos e incluso los “bichos naturales” que aparecen en los hogares sin ser invitados, como cucarachas, lagartijas y ratas, toman el lugar de los protagonistas en El misterio del conejo pensante, La vida íntima de Laura y La mujer que mató a los peces. Pero en un espacio de ficción que se forma como una conversación entre el yo narrador y el pequeño lector, la ternura que expresa por los bichos también está dirigida a los niños, que no es entendida por los adultos, “tiene la fantasía suelta”. La narradora dice, en La mujer que mató a los peces: “¡Hay personas grandes que son tan aburridas! ¿No te parece? No entienden el alma de un niño. El niño nunca es aburrido”. La conversación, en estos libros, se da en tono amable y acogedor, creando un territorio de intimidad donde será posible abordar los miedos, las angustias y las dudas del niño –de la propia Clarice– a partir del ejercicio lúdico de la imaginación. De la comparación con la gallina, por ejemplo, se llega a la noción de belleza: “La verdad es que Laura tiene el cuello más feo que he visto en el mundo. Pero no te importa, ¿verdad? Porque lo que importa es ser lindo por

dentro. ¿Tú tienes la belleza por dentro? Apuesto a que la tienes. ¿Cómo lo puedo saber? Sólo estoy adivinando”. Aquella que narra construye una relación de complicidad con el niño lector, asumiéndose como “persona grande” que entiende y respeta, aunque no forma parte de la infancia, marcando su diferencia con quien lee: “Voy a hacerles un pedido, cada vez que se sientan solos, busquen con quien conversar. Elijan una persona grande que sea muy buena con los niños y entienda que a veces un niño o una niña están sufriendo”. Fortalece esa posición de alteridad al presentarse como “C. L.” en El misterio del conejo pensante, como “Clarice” en La mujer que mató a los peces, y al afirmar que es madre y escritora. Por lo tanto, acaba de desestimar al narrador de su condición de ente ficcional abstracto y se vuelve indisociable en su trabajo para los niños, la madre, la mujer y la escritora Clarice Lispector. Ella dice, en un borrador de Agua viva, cuya versión final fue publicada en 1973: Ahora estoy en la cuerda floja por no escribir bien. Es porque estoy ocultando algo. Cuento: Me compré una muñeca. Para dormir conmigo. Sólo tengo un poco de vergüenza. Pero de chica quería tanto una hermosa muñeca. [...] Yo tenía tanto amor para dar. Y ahora mi amor


14 / academia

es tan grande que volvió compulsivo. Ella es linda. Ya la besé y abracé. Duermo aferrada a ella. Apropiándose de un objeto representativo de su infancia, la autora revela el deseo de acercarse a la propia infancia, y el amor compulsivo que sentía por la muñeca es también el amor que sentía por una época que afloraba en su imaginación como más plena, a pesar de las dificultades y del sufrimiento representados en sus cuentos autobiográficos ya mencionados. De esta forma, su literatura infantil constituye, más allá de buscar un acceso un otroniño, una manera de rescatar a la Clarice niña. Los niños y los animales, entonces, componen el cuadro de una infancia perdida, o al menos relegada a un segundo plano, que deberá ser redescubierta a través de la proximidad con esos seres y mediante el ejercicio de la memoria, que ponga en evidencia su condición pueril. Aparecen, por otra parte, a diferencia de la existencia contradictoria de los adultos, de acuerdo con Laura, la gallina protagonista, “son muy complicadas en el interior [...] e incluso se sienten obligados a mentir”. De acuerdo con ello, Benedito Nunes dice de los insectos en la obra de Clarice Lispector: [los animales] son más seguros y más viciosos que nosotros y más que los humanos, tienen la existencia y el ser. Mientras que los hombres, desgarrados del ser, tienen un destino que hacer, los animales permanecen dentro de la realidad que los engendró. En su condición instintiva, en su realidad sin significación: [...] Los animales son, en la obra de Clarice Lispector, un simbolismo de ser. Perros y vacas, toros y pájaros, pero especialmente las gallinas [...] son los símbolos palpables, sensibles, de esa realidad primordial.

Se configura como una oposición entre el ser humano y el animal, la razón y el instinto, lo discontinuo y continuo. En la crónica Bichos (I) la autora afirma: Parece que tengo un poco de miedo y horror de ese ser vivo que no es humano y tiene nuestros mismos instintos, pero más libres e indomables. Un animal nunca sustituye una cosa por otra, nunca sublima como nosotros nos vemos obligados a hacer. [...] Tener bichos es una experiencia vital. [...] El que se niega la visión de un bicho tiene miedo de sí mismo. [...] Pero yo no humanizo a los bichos, creo que es una ofensa −hay que respetar la naturaleza− lo que yo hago animalizarme. No es difícil, es simplemente no luchar en contra, es solo entregarse. Es evidente el asombro y la admiración de la autora por los seres que, carentes de racionalidad, tienen una experiencia visceral, más fuerte que el hombre, que siempre está mediado por la razón y el sentimiento, condenado a la imperfección y lo incompleto. En sus libros infantiles, ese universo primario de los animales se extiende a los niños, dotados con una mirada espontánea sobre el mundo, y en su trabajo para adultos otros seres disfrutan de la misma crudeza y materialidad, como es el caso de Pequeña flor, de La mujer más baja del mundo, o de Macabea en La hora de la estrella. En la crónica La explicación que no explica, escribe sobre La mujer más pequeña del mundo: También creo que esta historia viene de mi amor de insectos; siento a los animales como una de las cosas más cercanas a Dios, material no se inventó a sí mismo, que aún tiene caliente su propio nacimiento, ya se está poniendo de pie, y todo ya vivir, y en cada minuto viviendo de una vez, nunca ahorrando, nunca gastando. Por lo tanto, acercándose a los animales y a su lector infantil, seres que “aún tienen caliente su propio nacimiento”, la escritora se aproxima a su infancia y


a las posibilidades latentes de pureza, brutalidad y la misma animalidad que esto le trae. Ella dice: “No haber nacido animal parece ser una de mis nostalgias secretas. Ellos a veces lloran a lo largo de las generaciones y no puedo responder si no me desangustio. Es el llamado”. Este “llamado” de los animales y del niño que dirige Clarice para su más cruda y profunda existencia también se coloca más cerca del lenguaje esencial buscado siempre en sus obras. Aquella para quien el acto de escribir siempre ha sido “tratar de comprender, tratar de reproducir lo irreproducible, sentir hasta el último hilo de sentimiento que permanecería apenas vago y sofocador” se debatió toda su vida con los límites de decir, en el intento de expresar lo inefable. Una escritura intuitiva, para la autora siempre un descubrimiento, se expone a una constante sensación de falta y de falla, mediante el proyecto de reproducir la sutileza compleja de la existencia, para volver a descubrir, a través de la escritura “la esencia perdida, la conquista de la integridad la realización de la plenitud”. En este sesgo, su obra infantil constituye un esfuerzo evidente de contacto con el lenguaje sin sentido del reducto animal. El acercamiento de ella se manifiesta como una ruptura con este límite frustrante de tratar de decir, el abandono de la inteligibilidad y el encuentro con el lenguaje que es instinto y que puede representar mejor los lugares que están más allá del alcance del entendimiento. Entonces, alentada por la naturaleza instintiva de los animales y los niños, en sus libros para niños Clarice madre, mujer, escritora y narradora se vuelve más libre y espontánea en contacto con el otro y consigo misma. Considera que, a través de esa simplicidad redescubierta, podrá recuperar, aunque sea parcialmente, su salvajismo y la posibilidad de lo indecible concretizado en el gesto irreflexivo de cacareo de una gallina o en lo impensado del balbuceo infantil. Bajo esa línea de pensamiento, declara en Un soplo de vida: “…y a mí, solo me resta latir para Dios”.//


16 / fmg

Dar de leer en serio por Natalia Porta López

¿Son necesarios los accesorios en el camino lector? Acerca de los límites de la animación y la lectura habla la autora de esta columna.

Dar de leer, en el mejor sentido de la expresión, ése que no confunde la práctica con dádiva. En el sentido nutricio del que comparte dones y sentidos con iguales, es un trabajo. Aún en casa, con nuestros propios hijos, requiere tiempo, paciencia, una cierta disposición de ánimo, haber elegido un libro con la mente amorosamente puesta en ese otro a quien vamos a tentar con nuestra lectura. Así que tratar dar de leer colectivamente es más difícil aún. Y acaso por eso siempre nos sentimos tentados a que venga alguien de fuera y nos diga qué hacer, nos regale una receta novísima. Vamos a congresos siempre a la espera de alguna “técnica” que reemplace esas horas de lo único que hasta ahora sabemos que resulta: (amor +lectura + conversación) x tiempo. Parece simple, como todo lo complejo. Y por esos huecos de dificultad suelen aparecer

Presidente de la Fundación Mempo Giardinelli

falsos profetas. No me digan que no los conocen, esos que en nombre de la lectura proponen toda clase de cosas entretenidas y, sobre todo, sin libros: algunos narradores son los primeros que invitan a hacer desaparecer los textos de nuestro radio de acción. Con una mano en el corazón: a cuántos narradores conocen que sean tan buenos, tan buenos, tan buenos, que adapten tan bien, tan bien, tan bien obras literarias que cuando terminen su espectáculo den ganas de buscar un libro para leer. Es que un buen narrador es casi un milagro, son pocos, poquísimos, no voy a nombrar a las genias y los genios que conozco para no olvidar a ninguno, pero es que ellos son buenos porque son… ¡buenos lectores! No necesitan disfrazarse, nunca su presentación resulta grotesca, nunca olvidan mencionar el nombre del autor de lo que narran, las historias no se las dicta “el viento”, no nos subestiman cambiando palabras “difíciles” por “fáciles”, incluso leen en el escenario y nos muestran de qué libros tomaron lo que cuentan. Pero son los menos. Y


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si son tan pocos, no parece muy inteligente pensar en políticas de lectura para muchos hechas sólo con narradores. Pero que las hay las hay, de hecho en Argentina toda una provincia confía su política de lectura a dizque expertos en narración. En las salas de maestros nunca faltan los que proponen: “¿Y si además de leer dibujamos, teatralizamos, hacemos títeres, nos disfrazamos como los personajes, hacemos manualidades de objetos que aparecen en el cuento?” Cualquier cosa menos seguir leyendo, ¿verdad? Rápidamente el “además de” se transforma en “en lugar de”. Todo por escapar del libro. Para refutar estas propuestas solo les recordaré una vez más la única formula conocida que funciona para de la nada crear lectores: (lectura + amor +conversación) x tiempo. Las propuestas alternativas son cosas que podemos aplicar una vez, dos veces, pero que es imposible que promovamos todo el tiempo con los mismos chicos, con el mismo grupo de adolescentes, con el mismo futuro lector. Si tratamos de venderles que la lectura lleva a esa clase de acciones supuestamente más entretenidas que la lectura misma los estaremos engañando. Y en realidad no hace falta. Lo que hacemos los lectores naturalmente cuando terminamos de leer algo que nos gusta (o no) es comentarlo, asociarlo a otras cosas que leímos o nos pasaron o recordamos. Y si la lectura fue suficientemente conmovedora hay una alta probabilidad de que ese comentario sea en realidad un silencio. Un silencio que los buenos mediadores respetarán, si es que son verdaderos lectores.

En nombre del fomento a la lectura nos ofrecen maratones de un día que incluyen la satisfacción fácil de salir en los diarios por leer al unísono, olimpíadas de quién lee más libros en un mes a cambio de certificados y medalla, ferias escolares con más puestos de juguetes que de libros y plenas de programas musicales, teatrales, etc., lo que constituye un raro mensaje porque evidencian que en el fondo sus organizadores no confían en el poder de la palabra en sí. Es que el mentado placer de leer da trabajo, lo explicó muy bien Guillermo Martínez en su precioso ensayo Elogio de la dificultad, también supo explicarlo en nuestro Foro el maestro Noé Jitrik: no tiene nada que ver la competencia ni con el mero entretenimiento. Es una satisfacción que deviene de algo más profundo, se obtiene del éxito en el esfuerzo por comprender y también del saber/sentir que uno es capaz de ese entendimiento. Es por eso que los lectores encontramos gusto en leer textos en grado creciente de complejidad. Es que en el Foro por el Fomento del Libro y la Lectura estas discusiones las dimos hace rato y no dejamos de plantearlas, porque sigue siendo necesario. Esperamos a todos en Resistencia, Chaco, del 17 al 20 de Agosto en el imponente Centro de Convenciones frente al Aeropuerto. Ahí estaremos miles, leyendo, por supuesto. //


18 / con lupa

Para comerte mejor por Valeria Sorín

Una historia para pensar los vínculos entre niños y adultos.

Hace un tiempo desde estas páginas nos preguntábamos a quién cuidamos cuando aislamos a los chicos de cierta literatura, o la modificamos en la lectura, para que no haya dolor. ¿Es a los chicos o a nosotros mismos?¿Acaso no huimos para no tener que hablar de ciertos temas? Los clásicos de la tradición oral europea ponen a la vista problemas y situaciones muchas veces de carácter perverso detrás de disfraces, objetos animados o animales humanizados. Luego de leer el editorial de Cultura LIJ del número del mes de marzo de este año Ximena García se puso en contacto con nosotros, se había sentido interpelada. Su libro Para cuidarte mejor apunta en el mismo sentido que aquel texto: medir qué es cuidado y que no. Esa versión de Caperucita Roja elige contar la historia de una madre que no deja crecer a su hija; que con motivo de cuidados, la ahoga. Ante el pedido de la niña de sumarse a hacer diferentes cosas –cocinar con su mamá, por

Editora, Periodista y Gestora Cultural.

ejemplo– la madre amorosa cambia siempre el plan por uno menos riesgoso. La niña obediente se aburre, necesita conocer para crecer. De ahí nacerá el NO, rotundo, gritado, enorme, con el que caperucita consigue su primer Sí: podrá ir sola hasta la casa de la abuela, mientras su mamá la mira alejarse desde el umbral y su abuela la espera en la puerta a pocos metros una de la otra, sin cruzar ninguna calle. No hay lobos, apenas un cazador que ve estas escenas sin poder intervenir. La historia, hay que decirlo, se desarrolla hasta el final en interiores.

En interiores Esta versión de caperucita nos llama la atención sobre un personaje del que no habíamos dudado anteriormente: la madre. ¿Por qué la madre la manda sola por un territorio pleno de peligros? ¿Alcanza con la advertencia acerca de no detenerse ni demorarse, acerca de no hablar con extraños? ¿Cómo cuidamos a nuestros niños? ¿Y si no salen de nuestra ala, podrán madurar? ¿Acaso la experiencia no forma parte de su proceso de error y comprensión?


La autora nos comenta que el libro nace de su propia experiencia en la búsqueda por mantener un equilibrio entre el cuidado y el ahogo, que el primero no devenga en el segundo. Cuenta entonces que conoce muchos padres como la madre del cuento, y que en contra de lo esperado, su crianza ha dejado huecos en la conformación de esos niños. Ximena García ríe recordando.

Salir a jugar Ximena es diseñadora, comenzó a dedicarse a la ilustración poco a poco, a través de algunos trabajos especiales que iban llegando a su estudio. Pero enamorada de las posibilidades que se abrían, comenzó a realizar cursos con los que poder formarse como autora. Este libro nace de una convocatoria que realizó la editorial Uranito para que ilustradores presentaran proyectos. Hubo pocos pero certeros aportes por parte de los editores, que le han aportado fuerza al libro. En su intención se asocia a El globo de Isol, publicado por Fondo de Cultura Económica; y a la versión del clásico de Marjoley Leray: Una caperucita roja, publicado por Ed. Océano. En el primero, el rasgo común es la madre asfixiante. En el segundo, la capacidad de decir “no” a su situación para poder modificarla. El cuento no da miedo a niños ni a adultos; aporta, eso sí, una oportunidad para hablar de nuestros vínculos.

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Intervenciones literarias que miran profundo por Daniela Azulay

“¿Cómo se llaman los silencios cuando son bastante más que la ausencia de sonidos? Porque si tienen algún nombre, eso es lo que pasó en los larguísimos segundos que siguieron al ‘ah’ de Laureano”. Sin los ojos, Esteban Valentino

“Leer es mirar profundo”, dice Ángela Pradelli en El sentido de la lectura. Y aquí, en esta experiencia que hoy ponemos sobre las hojas, se mira profundo. “En wichí leer se dice yah’yen que quiere decir ‘mirar profundo’. Mirar profundo en el pasado para rescatar las situaciones que tuvieron la lectura como centro, como eje alrededor del cual se desarrolló la experiencia”, continúa Pradelli. Y con ese mirar profundo me encontré al escuchar la experiencia de Verónica Donati. Los datos duros Verónica Donati es orientadora del aprendizaje en la Escuela Primaria N° 60, Gerli, Avellaneda, Buenos Aires. Es parte del Equipo de Orientación Escolar, junto a dos compañeras, una orientadora educacional y otra orientadora social. Conversando sobre libros, lectura y espacios de trabajo, Verónica me comenta el proyecto que está llevando a cabo con el grupo de 6to año, compar-

Especialista en Lectura. Coordinadora de la biblioteca de la Asociación Civil La Vereda.

tiendo el espacio con la docente de grado, Mariel Giménez. Cada año se realiza un diagnóstico luego del cual los docentes realizan un pedido formal de intervención del EOE para aquellos alumnos con los que consideren necesario trabajar algunos temas específicos, como problemas de aprendizaje o de vinculación. Dice Verónica: “Desde el EOE, en equipo, se realizan intervenciones varias en relación con cada una de estas trayectorias escolares. Yo, desde mi rol específico, también planteo un dispositivo de trabajo dentro del aula, en pareja pedagógica con cada docente, con frecuencia semanal. La propuesta es diseñar con cada maestra un proyecto en función de las necesidades del grupo y los objetivos planteados. El trabajo es con todos los chicos del grupo áulico, aunque yo registro observaciones particularizadas en aquellos que tienen solicitud de intervención”.

Construirse para construir Verónica Donati es Lic. en Psicopedagogía, entre 2004 y 2008 trabajó en proyectos de lectura en escuelas públicas de Lanús, solventados por una empresa de la zona. El proyecto consistía en generar espacios grupales de mediación de literatura. Aunque se trató


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de un trabajo y no de una instancia de formación, fue a partir de esta experiencia que Verónica encontró estos dos ejes centrales para su quehacer pedagógico: el abordaje grupal y la literatura. A partir de allí, realizó capacitaciones en coordinación de grupo, en promoción de la lectura, en educación por el arte, y en alfabetización. Sobre su modo de hacer en la escuela, es un proceso en el que viene trabajando desde hace 14 años. Forma parte de un dispositivo que va modificando cada año en función de pensar y re-pensar la práctica, conservando tres ejes centrales: el trabajo con todo el grupo dentro del aula, la idea y el deseo de trabajar en equipo conformando pareja pedagógica con la docente (en este punto, aclara que lo intenta aunque no siempre lo logre) y la creación de propuestas en las que la literatura siempre es protagonista.

Con los ojos y sin ellos Hay un tiempo antes de la vorágine en la escuela, y es en ese tiempo cuando muchas veces aparecen las semillas de parte de lo que sucederá durante el año. Ese tiempo –fines de diciembre y febrero– es el que Verónica usa todos los años para recorrer, detenerse

y encontrar en la biblioteca. Es un tiempo en el que la escuela está libre de alumnos y no hay un cronograma de tareas que seguir. “Tomo un libro, lo leo, anoto ideas, referencias. Casi al azar, me voy encontrando algún material que me moviliza, me invita a pensar. Muchos de esos libros serán insumo de trabajo para el año que está por empezar”. Y a veces, suceden los hallazgos. A partir de ese recorrido, lo que vio fue justamente Sin los ojos, de Esteban Valentino. Entonces, se lo llevó, recordó mientras lo leía a ese quinto grado, y todos los pensamientos que les habían ocupado el año anterior. “Era un grupo difícil, conflictivo, con relaciones muy agresivas”. La novela la hizo pensar en esos chicos y chicas… Entonces vinieron las conversaciones con los docentes. Cuando hablaron de ese grupo, ese quinto, que ahora ya andaba por entrar a sexto, Mariel (la maestra) cuenta que tenía ganas de armar un espacio nuevo, de ofrecerles a los chicos el estar en ronda, conversar, romper el esquema áulico. Un espacio en donde la palabra entre en vaivén. “Como algo natural, inevitable, la invité a leer la novela”. Mariel volvió encantada con la lectura, quería compartirla con sus alumnos. Y se le ocurrió que podían sumar el mate, que era un deseo muy pedido por ese grupo.


Foto: Daniela Azulay

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Una anécdota

Una ronda de novela Cada martes a las dos de la tarde el aula se transforma, los bancos se corren, se calienta el agua y comienza la lectura por entregas. Entre sorbos y palabras, luego del tiempo de lectura, viene la charla. Y luego de la charla, se les plantea algún juego o dinámica que apunte a la comunicación dentro del grupo, proponiendo que se arme tejido, que los chicos y chicas se conozcan y puedan reconocerse a sí mismos y a los otros. De este modo se arma un espiral, un recorrido de doble vía, que pone en juego el trabajo con el grupo y las relaciones con la trama de la novela. “Allí los personajes, de la edad de ellos, se comunican, se conocen, se van relacionando en un recorrido muy tierno hacia el otro y hacia sí mismo”, cuenta Verónica.

Por qué trabajar con todo el grupo Las prácticas de los EOE se orientan e intentan, desde las políticas educativas provinciales, sacar de cuajo el modelo de trabajar individualmente problematizando al alumno. Dice Donati: “Yo pienso mis intervenciones desde una mirada socio-comunitaria, intervenciones que propicien el protagonismo de los sujetos dentro de una trama que los contiene y determina, la comunidad de la que son parte”. En esta ronda en la que todos son parte, se ponen en juego distintos roles dentro de la escuela, en donde la lectura abre la posibilidad de construir en un ida y vuelta entre lo íntimo y lo público, lo individual y lo compartido, una comunidad de lectores.

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Autora: Verónica Donati Era un martes, cerca de las 14 hs. Estaba por acontecer el tercer encuentro de lectura con sexto grado. Yo lo esperaba. Los chicos también. Había llegado a la escuela una hora antes y me había cruzado con varios de ellos, quienes me preguntaban si iba a ir, me decían que habían traído el mate, entusiasmados. Un rato antes de las 14 hs, la directora de la escuela nos convoca a mí y a mis compañeras del EOE a una reunión no prevista para ver un tema “urgente”, algún emergente que no recuerdo. Yo le dije que no podía participar de la reunión porque tenía el taller en sexto y señalo la importancia de la continuidad de los espacios programados. Cuando entro, el aula era un gran lío. La maestra había partido a las corridas con un alumno que habían venido a buscar. Intento en vano y de varias maneras que se reúnan en la ronda. Unos miraban por la ventana, otros hablaban de otras cosas, muy pocos en la triste ronda que no se armaba. Inflé mi debilucha voz del enojo y les dije con firmeza: “Acabo de discutir no estar en una reunión porque para mí era más importante venir a compartir este momento de novela y mate con ustedes, defendí este espacio porque para mí es importante y porque yo creía que también lo era para ustedes”. Silencio. Entre ellos se miraron y se fueron sentando. El que estaba tirado como en la playa terminó de convocar a los rezagados para que se sumen. Empezó la lectura. El silencio. El mejor silencio. Que no es tan perfecto como uno quisiera, ni tan duradero, pero es suficiente para compartir una historia que nos convoca a todos.


novedades / 23

El gran libro de los monstruos

Autora: Valeria Dávila Ilust: Jó Rivadulla Editorial: A-Z ISBN: 978-987-35-0318-4 40 págs.

Un libro solo para valientes. Sus páginas están pobladas de extrañas y terribles, (incluso adorables), criaturas, peludas, peladas, babosas y con garras. Si lo abres, capaz que en lugar de morirte de miedo, te mueres… de risa.

Demasiado para nada Autora: María Inés Falconi Ilust: Sole Otero Editorial: Quipu Colección: Teatro sin telones ISBN: 978-987-504-017-5 128 págs.

En esta versión libre de “Mucho ruido y pocas nueces” de W. Shakespeare un grupo de jóvenes actores ensaya esta obra y a poca de andar descubre que no será tan sencillo como imaginaron: no comprenden el texto, no tienen suficientes actores y tienen un electo primordialmente femenino para una obra donde la mayoría de los personajes son masculinos. Sin amedrentarse, se lanzan a la aventura para resolver las dificultades haciendo partícipe al público de las licencias que deciden tomarse.

Una historia especial

Autora: Marianela Casanova Ilust: Victoria Cuello Editorial: Cien Lunas ISBN: 978-987-33-9640-3 24 págs.

Pensado para niños pequeños, este libro busca ser una herramienta para el momento en que una madre soltera por elección le cuenta a su hijo como fue concebido. Avalado por la Asociación Civil Concebir un grupo independiente con un objetivo común, el de ser padres y ser madres.

Una gota de silencio Autora: Márgara Avervach Ilust: Eugenia Nobatti Editorial: UnaLuna ISBN: 978-987-1849-31-4 36 págs.

Un día, Al mira arriba en la esquina más sombría del patio y ve algo raro. La música que está escuchando le dice que es: “Una gota de silencio”. Pero… ¿qué hay adentro? Una historia chiquita y sensitiva para estar atentos al menor sonido, movimiento, cambio hasta que suceda la transformación.

Abecedario hecho a mano Autora: Isol Editorial: Fondo de Cultura Económica Colección: Ciclos ISBN: 978-607-16-2923-4 64 págs.

Nos dice desde la contratapa Isol: Las letras, más allá de lo que dicen, son pequeños dibujos que invitan a jugar. De este juego surgió este abecedario caprichoso en el que cada letra se une con una imagen. Y así la autora explora los límites de los significados, los espacios ambiguos que ofrecen las palabras y las ilustraciones que nunca nos ofrecen la asociación obvia y así son siempre una evocación impensada, una sociedad de gracia, ternura y humor.


24 / AGENDA

CURSOS-SEMINA RIOS-ENCUENTR OSCONCURSOS-TA LLERES-JORNAD AS Cátedra Emilia Fe rreiro

En un cruce entre las universidades de Argentina −Ros (UNC), de Buenos ario (UNR), La Plata Aires (UBA)−, Méxic (UNLP), Córdoba o −de Querétaro Cruz, Pós Graduaçã (UAQ)− y Brasil −e o em Alfabetizaçã l Instituto Vera o−, nace un espacio miento de Emilia para pensar y difu Ferreiro. ndir el pensaPrimeras actividad es: • La diversidad en la escuela: ventaja s pedagógicas Miércoles de sept iembre de 2016: se sio nes para comparti tas, y la palabra de r lecturas junto co Ferreiro a través de n especialisvideos. A estos úl el canal Nova Escol timos se puede ac a en Youtube. ceder desde Coordinador: Psp. Marcos Alionis Lugar: Sede de Go bierno UNR. Maip ú 1065, Rosario. Actividad gratuita con cupo limitado . • Los niños, los lib ros y la escritura en preescolar Miércoles de novie mbre de 2016: sesio ne s de intercambio y das a maestros y discusión de video estudiantes en pa s destinarti cu lar . Coordinadora: Prof . Melina Podadera Lugar: Sede de Go bierno UNR .Maip ú 1065, Rosario. Actividad gratuita con cupo limitado . Para más informac ión: http://catedrae miliaferreiro.unr.e du.ar/multimedia. html II Jorn

ada de Literatura

para Niños y de su 7 y 8 de octubre de Enseñanza 2016 – La Plata, Bu enos Aires Organiza la Secreta ría de Extensión Un iversitaria y el Depa de Humanidades rtamento de Letra y Ciencias de la Ed s de la Facultad ucación de la Un el apoyo de la Un iversidad Naciona idad Académica No l de La Plata, con rmal Nº 1 “Mary Normal Nº 2 “Dar O’Graham”, la Un do Rocha”, la Unid id ad Académica ad Académica No Plata, y el Instituto rmal Nº 3 “Almaf Superior de Tiempo ue rte ”, sit as en La Libre y Recreación Conferencia princip , de CABA. al a cargo de María Teresa Andruetto Destinatarios: doce ntes, mediadores cu lturales, talleristas artistas, ilustrador , bibliotecarios, educ es, maestros comun adores sociales, itarios, estudiantes de la enseñanza de , investigadores y la literatura para ni tes istas en el área ños en la escuela y Ejes temáticos en otros ámbitos so cio culturales. • La literatura para niños en el marco de proyectos socio • Proyectos editoria −comunitarios y so les y literatura pa cio−educativos ra niños • Escritorxs e ilustr adorxs: poéticas de autor • Literatura para ni ños como objeto de enseñanza escolar


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