Cultura LIJ Digital nº 16

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Comino - Méndez - (Indio) Solari - Tsou

cultura lij

Reflexiones sobre la literatura infantil y su cultura

Año 2 / Número 16 - Marzo 2015. ISBN: en trámite.

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Edición digital



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Editorial Reposición cultural

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1 a 1 Dejarse herir

7

Primeros brotes A Bologna sin escalas

ALIJA Secretos que dialogan

Laura Demidovich y Valeria Sorín

Sandra Comino

Homenaje Confieso que he leído

Graciela Cabal

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Biografia lectora Biografía ricotera

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La voz de la imagen El poder de la sugestión María Elina Méndez

24

Espacio editorial

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Agenda

30

Daniela Azulay

Coni Salgado

10

En foco El jardín de los caminos que se bifurcan

12

Geopolitica Conquistar el mundo

14

Reportaje Volver a mirar

Leonardo Cook

Valeria Sorín

Laura Demidovich y Valeria Sorín

cultura lij Reflexiones sobre la literatura infantil y su cultura Año 2 – Número 16 – Marzo 2015 Registro DNDA: 503255 Cultura LIJ es una publicación de Editorial La Bohemia. Crisólogo Larralde 2320 3º 11 CABA. Tel: (011) 3534-1975 culturalij@editoriallabohemia.com www.culturalij.worpress.com www.editoriallabohemia.com Editoras responsables: Laura Demidovich y Valeria Sorín Edición: Valeria Sorín Arte: Laura Demidovich Diseño gráfico: Valeria Goldsztein Corrección: Roxana Carbone Ilustración de Tapa: Viviana Bilotti

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Ilustración de Tapa: María Elina Méndez Fotografía: Laura Demidovich ISSN: 1852-298X Distribución a kioscos CABA: Sin Fin Rincón 1407 (CABA) 4308-1813

Agradecimientos: A María Elina Méndez por la gentileza de tapa. A Sofía por posar para las fotos y por sus dibujos en pág. 10. A Francisco J. Serra Navarro por ayudarnos a gestionar la nota con Page Tsou.


Editorial

Reposición cultural ¿Cuánto dura una generación? Antes era habitual hablar de una generación cada veinte años, estableciendo un paralelo entre el ciclo vital de las personas, por medio del cual un niño deviene padre. Así cada generación es asociada con valores, comportamientos y una cantidad de lineamientos culturales que los caracterizan. ¿Hasta dónde un recién llegado debe reponer la cultura que le precede? La cantidad de libros que había que leer hace dos siglos para reponer la cultura entera era limitada. Por supuesto, según el grado de profundidad que se quisiera dar, así como la cantidad de lenguas en las que fuese posible leer, la cuenta final cambiaba. Pero era aprehensible. La aceleración del mundo dio como resultado la especialización de las áreas del conocimiento. En este sentido, también el espacio de las infancias se fue delimitando dentro de la producción y circulación de los bienes culturales. Hace solo cincuenta años era posible que un niño accediera a todas las producciones infantiles históricas con una centena de títulos, películas y juegos. En consecuencia, la brecha entre las generaciones era saltable, si cabía esa intención. Cerca de los ocho años, cualquier niño podía dialogar con cualquier adulto y comprender sus referencias culturales, al menos las relacionadas con las infancias. ¿La cultura de la infancia determina la lengua de la infancia? La aceleración de nuestra forma de vida ha tenido mucho que ver con el paso del consumo (aquella actividad necesaria para sostener la vida), con el consumismo (resultado de la profusión de

Directoras de Cultura LIJ


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bienes como método de crecimiento económico). En consecuencia, se ha reformulado la duración de las generaciones de niños cada siete años. Al menos esto es así al menos para los productores internacionales de productos culturales para las infancias. Y como profecía autocumplida, lo es así para todos. Las referencias entonces para que unos niños incluso puedan dialogar con otros se truncan. Es posible que el hermano mayor y el más chiquito no compartan al crecer las mismas figuras sobre las que sentir nostalgia. Al menos no todas ellas. Esta situación es novedosa. Deberemos entonces hablar en plural: las culturas de estas infancias. Que no son idénticas, que se superponen incluso en un mismo sujeto, que generan constelaciones de significados divergentes. Para quienes tenemos la responsabilidad de entrar en diálogo con los chicos, estar actualizado resulta un desafío. Sobre todo si no queremos encerrarnos en los productos enlatados, y pretendemos usar las referencias comunes para acercarlos a otras estéticas, a propuestas más desafiantes. A no desesperar, ser conscientes de la dificultad es el primer paso para superarla. El segundo, Cultura LIJ.

Laura Demidovich y Valeria Sorín


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Dejarse herir por Daniela Azulay

Divagaciones sobre el verano, la selección y otro tiempo para la lectura Lentos veranos de niñez Con monte y mar, contornos tersos, {…} En luz de vacación sin tregua, El porvenir no tiene término, La vida es lujo y va muy lenta. Jorge Guillén

¿Como es el tiempo del verano? El de la lectura por excelencia. Olvidemos la tarea docente, el ser mediadores, promotores, bibliotecarios. Es una frase escuchada durante todo el año y en todos los ámbitos: “Voy a aprovechar el verano para leer.” Pero pensemos juntos otra cosa, para mí es también un tiempo de acopio de lecturas. Y no solo de lecturas, también de modos de leer. De búsquedas, de andar entre libros, como dice Teresa Colomer. Baja el trabajo, algunos logramos remojar las patas en agua fresca; otros, dar vuelta la casa; otros, pasear. Y por sobre todo, es un tiempo para la lectura. El instinto de mediar En La mujer justa, Sándor Márai escribe: “Sólo obtienes algo de los libros si eres capaz de poner algo tuyo en lo que estás leyendo. Quiero decir que sólo si te aproximas al libro con el ánimo dispuesto a herir Especialista en Lectura. Coordinadora de la biblioteca de la Asociación Civil La Vereda.

y ser herido en el duelo de la lectura, a polemizar, a convencer y ser convencido…”. ¿Te dejás herir cuando leés? ¿Podés escindirte de tu ser mediador, de no pensar en otros o en la lectura misma? Cuando la trama te hiere, estás adentro, tocado, pero al instante, una marca, una nota al margen o en la cabeza. En estos días de vuelta al ruedo, de pensar en los espacios de trabajo, en las bibliotecas, una compañera me dijo: “Yo soy mediadora todo el tiempo. No hay un momento en el que no estés pensando los otros potenciales lectores. Ser mediador es algo instintivo”. Coincido con Tao Dondo, mediadora de lectura y capacitadora en varias instituciones. Tal vez no lo sepas en el momento, pero aparecen los otros en la lectura de uno. Me gustan los pensamientos, los recorridos que suceden cuando uno lee. Germán Machado escribió en un comentario en su muro de Facebook: “A veces la mejor forma de leer un libro de poesía es ponerte a conversar con él”. Yo redoblo la apuesta y sumo a los otros géneros. Las conversaciones que se nos generan y lo que sucede


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cuando uno lee y selecciona en un tiempo, fuera de las corridas del año lectivo, con la lentitud de un tiempo que pasa y que no obliga tanto. Y esa conversación con la lectura misma, con la propia, luego se transforma y se traslada.

Disfrutar la mediación “Comentábamos el otro día con una compañera: este verano no voy a hacer lecturas de LIJ, todo para adultos. Incluso cuando uno piense en la literatura sin adjetivos, pero cuando comencé a prestar atención, resulta que sí, que andaba leyendo LIJ de todos modos, sin darme cuenta. Esos libros apilados en el escritorio, en la mesa de luz que voy agarrando y leyendo de forma intermitente, lecturas que acompañan”. Lecturas, que, me siguen contando, aparecen como posibilidades para tal o cual grupo. Pero en este caso Ivana Sosnik, especialista en Promoción de la Lectura del Programa Escuelas Lectoras de la ciudad de Buenos Aires, va a más allá, y disiente: “En algunas lecturas que disfruto sin pensar en la mediación… se me ocurren ahora las de Sergio Aguirre por ejemplo, la verdad es que no pienso en otra cosa mientras las leo. Más allá de que después pueda pensar si me gustaría o no leerlas con algún grupo, recomendarlas… pero eso viene después”. Esa delicada y delgada línea del durante y del después, que es bien distinta de las lecturas

que uno realiza pensando de antemano en una propuesta, en uno o varios grupos concretos, en recomendaciones posibles. Aunque, claro está, pensando y buscando qué leer para otros, muchas veces terminamos heridos, para seguir en clave Márai.

Leer para uno, leer para el otro Un ejercicio que solemos compartir en las capacitaciones con docentes, bibliotecarios y promotores de lectura en general es el de pensar a quién le leerían el libro que eligieron luego de una mesa de libros. Esta consigna va con una aclaración, vale decir: me lo leería a mí. Teresa Colomer en Andar entre libros reflexiona: “La edición se ha multiplicado y ofrece productos para funciones y bolsillos cada vez más diversificados. Tal vez sea una abundancia de la cual felicitarse en una sociedad del ocio y del consumo, pero es evidente que implica un gran problema de orientación. Si pensamos en la lectura autónoma de un libro semanal entre los cinco y los quince primeros años de vida, por ejemplo, resulta que la lectura de un niño puede moverse alrededor de unos 500 títulos como mucho. Por ello, seleccionar cuáles merecen ocupar el tiempo de los niños y un espacio en la lista de selección constituye una de las principales preocupaciones de los adultos responsables de poner libros en las manos infantiles”. Y aquí otra vez redoblo la


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apuesta, no solo infantiles. También para jóvenes y adultos.

Disponibilidad de leer Ivana Sosnik sigue pensando conmigo sobre las lecturas durante el verano y la relación con las tareas del mediador. “Es más relajada, más suelta, hay libros que van apareciendo y que dan ganas de compartir con los compañeros de trabajo y entonces se acumulan en otra pila para el inicio de año, cada uno con sus novedades, armamos una mesa y de allí surgen las primeras ideas para un proyecto...”. Creo que una de las cosas más interesantes que ocurren con las lecturas del verano tiene que ver con el tiempo y una disponibilidad alejada de las corridas del año lectivo. Y en esas lecturas, hay libros que se meten, aparecen, se vinculan con otros libros, con recomendaciones, o con temas o autores. Ivana sigue: “Aparecen temáticas que te convocan y que te inician en una búsqueda, una cacería, se afila la mirada y uno se va por las librerías, buscando…”. Y esto que sucede cuando buscamos, cuando leemos, cuando seleccionamos, también pone de manifiesto la pasión lectora, las ganas de seguir a un autor, de entrar en su poética. El conversar con la literatura, otra vez darle vueltas a los modos de leer. ¿Cómo leo? ¿Qué me apasiona? ¿Qué recorridos trazo? ¿Qué me hace buscar, mirar, tomar, rechazar, conversar? Y desde allí, a pensar en los otros, esos con los cuales leemos, bebés, niños, niñas, jóvenes, adultos. Seguimos la conversación con Ivana sobre la selección: “Pienso que uno va y viene en esos modos de seleccionar, entra por distintos lugares. Tener una temática, un proyecto determinado es un gran anclaje para esa tarea, pero también están las lecturas porque sí, azarosas, esas con las que te topás y no leés, en principio, en clave de un proyecto, un

grupo, un niño en particular. Me gusta mucho también que me recomienden lecturas y entonces yo lo que selecciono es a mis recomendadores de cabecera. Esto me sucede con la lectura en general y de vuelta, esas lecturas abren más búsquedas. Es como si alguien viniera a encender una luz con la que uno puede ver más allá, ampliar la mirada…”. Es que leer con otros abre y convoca. Y se arman conversaciones en torno a las lectoras. Hablamos de qué leímos, de tal o cual libro te va a gustar; con este otro, pensé en vos mientras leía; o ese, ese libro lo quiero leer este año con los chicos. Esa certeza, ese latigazo que te convence de que un libro es para una persona o un grupo determinado. “Son gente rara los lectores: quieren cambiar el mundo y creen que los libros pueden ayudar al cambio”, dijo Graciela Cabal. Yo le creo. Y creo en los libros, y en el tiempo para leerlos y elegirlos. ¿Y ustedes?, ¿qué leyeron en el verano pasado? //


primeros brotes / 7

A Bologna sin escalas por Coni Salgado

Florencia Capella es la única ilustradora argentina que representará a la Argentina en la Feria de Bologna 2015.

Sobre la ilustracion en su vida, Florencia Capella dice: “Es una forma de estar en el mundo. Y una forma de descubrir y conocer lo que me rodea”. Garabatos Su infancia transcurrió jugando con su hermana, inventando aventuras inspiradas en cuentos de hadas y películas como El barón de Munchausen o Los Goonies. De adolescente y concurriendo al Instituto Vocacional de Arte Manuel José de Labardén, descubrió que el arte es la sensación de recuperar algo, de encontrar lo lúdico, las formas, el color y el placer a través de espacios ilimitados, para dar lugar a la magia. Los estudios de filosofía no le impidieron asistir a las clases con Carlos Gorriarena. La artista en proceso encontraba más preguntas que respuestas. Se gestaba en ella el uso del color, el porqué de una pintura, los cuestionamientos acerca del destino de una obra. Con la carrera de Diseño Gráfico, llega la posibilidad de vincularse con la imagen desde una variedad de formatos capaces de reproducirse infinitamente: “Trabajar con cosas que circularan en lo cotidiano, con lo artesanal y lo digital, a veces con fines y utilidades específicas, otras veces más personales, trabajar a partir de textos de otros”.

Maestra jardinera. Publica el blog Luna Naranja especializado en LIJ.


8 / primeros brotes

Florencia encontró en Kandinsky y en Matisse la referencia necesaria para crear su propio estilo. Actualmente, admira a artistas como Miroco Machiko o Maira Kalman. Algunos ilustradores argentinos son de su preferencia, como es el caso de Daniel Roldán, Mariano Grassi, Pablo Lobato, Cristian Montenegro e Isol. Naturaleza muerta Florencia mira el mundo circundante y boceta toda clase de impactos visuales: calles, fachadas de casas, mesas, sillas. En ocasiones, toma fotos con su celular. Cuando le pregunto cómo vive esa modalidad de trabajo en el pasaje de un principio a un fin dice: “Me interesan mucho los sistemas de representación ajenos a la perspectiva, como los de los egipcios, los de los medievales, los de los niños; que expresan situaciones narrativas muy complejas desde un lugar que me resulta interesante”. Los ejercicios que realiza en el taller de Vera Somlo la regresan a lo lúdico de los primeros años de vida: dibujar con la mano izquierda, no mirar la hoja en busca de un resultado interesante o sorpresivo, hacer uso de lo conocido incorporando lo nuevo por descubrir.

Las fuentes de su inspiración son variadas, encuentra en la lectura curiosidades sobre la creatividad. Escribe. Hace uso de Internet. Lee y busca información sobre otros pintores o ilustradores. El complemento perfecto llega con una caminata que despeje la mente de la computadora. El resultado final se proyecta en el dibujar porque sí, sin esperar nada, permitiendo el milagro de aquello que nace con naturalidad y de manera increíble, bajo la promoción previa de la cultura en sus ojos. Con relación a sus sueños, expresa poéticamente su deseo por materializar imágenes que suenan dentro. Parece ser un momento de interesantes proyectos y mucha actividad creativa. Un libro para Editorial Planeta, en donde cuenta sobre 878, el bar que tiene desde hace más de diez años junto a su pareja Julián Díaz. Un libro didáctico para niños sobre Van Gogh. Otro libro álbum. Experimentación Florencia es docente en la cátedra de Daniel Roldán en la materia Ilustración, de la carrera de Diseño Gráfico de la Universidad de Buenos Aires. Ese espacio significa la importancia y el aprendizaje


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a través del preparado de las clases teóricas y prácticas, los trabajos de investigación y el intercambio enriquecedor entre docentes y alumnos. Los artistas experimentan diversos momentos de intenso trabajo y felicidad. Para trabajar, actualmente, Florencia ensaya con lápices polychromos, usando una gouache de Talent que disfruta mucho, probando monocopias con óleo. Mantiene viva su capacidad de ejercitar y crear. Lo lúdico no tiene fin. ¿Será por eso que con su amiga Pupé (Mariana Pereyra) nombraron al taller que comparten Dibujar mal? Si de premios y menciones se trata, Florencia prefiere usar las palabras de Vincent Van Gogh: “Soy artista hasta la médula de los huesos”. //


10 / EN ESCENA

El jardín de los caminos que se bifurcan Al comienzo de la era digital, los pensadores buscaron en la maleta de la cultura vigente metáforas que permitieran entender esa nueva superficie de significados que planteaba la red de redes, la joven Internet. Alguien recordó entonces que un par de décadas antes se habían hecho populares y se habían extendido por todo el mundo unos libros con múltiples finales a los que se arribaba luego de que el lector tomara varias decisiones. Y se transformaron en una llave para pensar lo que hasta ese momento era inconcebible: lectores construyendo significados por saltos impredecibles y aleatorios gracias a los buscadores y los links. Esos libros pertenecían a la colección Elige tu propia aventura. Para ser un producto masivo internacional, se permitían romper con ciertas normas preestablecidas para este tipo de obras. Algunos finales eran felices; otros, desastrosos; podías volverte millonario o terminar siendo la deliciosa cena de visitantes extraterrestres. Y todo en primera persona singular.


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En 2014 la colección cumplió treinta años. Ahora la elección del destino de los personajes está bastante más naturalizada con los juegos en red, las aplicaciones, y la decisión de saltos semánticos que todos los días realizan los chicos en la web. ¿De qué les habla esta colección a sus lectores más jóvenes? Tal vez sirva ahora de camino inverso, desde la multicirculación digital, al mundo predeterminado y finito de las páginas de papel. //


12 / en PRIMERA PERSONA

Conquistar el mundo por Valeria Sorín

“Disney no tiene secretos. Es usted libre de preguntar lo que quiera. (…) Naturalmente, y tal como hemos acordado, no podrá citar a nadie”, con estas palabras lo recibieron en los estudios Disney al investigador francés Frédéric Martel, como cuenta en su libro Cultura Mainstream, publicado por Taurus. Hoy hablaremos del conglomerado cultural que engloba los estudios Disney, la cadena ABC, varios parques de atracciones en el mundo (Orlando, París, Hong Kong, Tokyo, Shanghái, etc.) los estudios Touchstone, Miramax y Pixar, la editorial de cómic Marvel Entertainment, numerosas cadenas de cable, el teatro New Ámsterdam de Broadway y varios centenares de tiendas Disney. La construcción de este mega imperio no tuvo que ver con su creador, Walt Disney, sino con el directivo que lo sucedió: Michael Eisner, quien transformó para siempre un estudio especializado, símbolo del capitalismo protestante familiar estadounidense, en un emblema de la cultura accesible a las masas. Pantallas sucesivas Más de 900 películas, más de 140 Oscar. Pero nada termina allí. Dado que toda la propiedad intelectual

Editora, Periodista y Gestora Cultural.

de sus producciones le pertenece a Disney, se desarrollan luego productos para todas las pantallas, teatros y escenarios de atracciones. Y, por supuesto, el merchandising, con una gran variedad de artículos que se expande a través del comercio de licencias de personajes para la producción de útiles, figuritas e indumentaria, fabricados en China. La compra medianamente reciente de Marvel y la actual proliferación de series animadas de estos personajes (por separado y todos juntos, como si las historias y personalidades de Thor, Hulk y el Hombre Araña fuesen compatibles), parece responder no solo a una oportunidad de adquisición accionaria, sino a un hecho generacional determinante: los padres de todos los niños y adolescentes actuales fueron criados por niñeras electrónicas marca Disney. Decía Walt Disney que él hacía películas para todos, porque todos han sido niños “y en cada uno queda algo de la infancia”. Y quien revive el niño interior de los adultos accede a un gran negocio.

Transversalidad cultural En palabras de Frédéric Martel, “la estrategia cultural de Disney está muy centrada en el crossover”. En Disney Creative Entertainment mezclan constantemente el arte con la cultura de masas.


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Y si el argumento de Hamlet sirve para el Rey León, mejor. Ese es una de las claves de esta maquinaria: saber encontrar puntos neurálgicos en la cultura clásica (Shakespeare, Grimm, Andersen, Las mil y una noches, etc.) y sacar de ellos otra cosa.

Pensar en grande En el libro de Martel, Anne Hamburguer, a cargo de los escenarios explica: “Dirijo el teatro más grande de Estados Unidos (…). Es una gran responsabilidad. Estoy aquí para inculcar sensibilidad artística al gran público y no para predicar a los ya convertidos, como hacía en el teatro experimental”. Para referirse a este sector productivo primero se habló de industrias culturales. Luego, bajo la idea de sumar la televisión, fuere definido como industrias del entretenimiento. Un concepto posterior parece describir mejor a Disney: son el emblema de lo que se ha dado llamar las industrias creativas. El negocio de Disney es el contenido. Producen, licencian, exportan contenidos. Y piensan en grande. La fórmula en inglés es Larger than life (más grande que la vida), y se usa para dar cuenta de productos pensados para superar barreras de edad y país, contenidos que buscan volverse universales y absolutamente populares.

La canción insigne de una de sus últimas producciones, Frozen, una aventura congelada, desarrolló videos con artistas locales en todos los países donde Disney tiene producción. Tal vez por eso pudieron luego hacer un nuevo video de Libre soy en veinticinco idiomas, que incluían dos cantantes en castellano, una por España y otra por Latinoamérica (Martina Stoessel).

Cuestión soberana Disney engloba hoy las referencias culturales de cientos de infancias. Ha moldeado el paladar artístico-cultural de millones de personas. Por eso debemos considerarlo muy seriamente y observar y tomar nota de sus estrategias. Permítanme puntualizar cierta resistencia. Para el mundo latino, Miami ha sido la capital histórica de Disney, con personajes que hablaban un castellano des-ubicado, muy lejos de la neutralidad. Los cambios llegan de la mano del impulso de políticas lingüísticas soberanas en cada uno de nuestros países. Y esto incide en la identidad cultural de los niños, así como en la producción económica: no solo se traducen las películas al argentino, sino que un éxito regional como la serie Violetta ha sido producido íntegramente en Argentina. //


14 / REPORTAJE

Volver a mirar por Valeria Sorín y Laura Demidovich

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara tuvo en diciembre pasado una sorpresa agradable en el espacio de Taiwán.

Page Tsou ha sido reconocido a nivel mundial al haber ganado el premio de ilustración que entrega la Feria del Libro Infantil de Bologna en 2011. Su libro, El Soldado de Plomo, fue publicado en castellano por SM de España en 2012. Creció en Fengyuan, condado de Taichung de Taiwán. Si bien pintaba desde niño, en 2009 completó los estudios avanzados y se graduó en el Royal College of Art de Londres. Durante los últimos siete años, Tsou ha conseguido veintiocho premios internacionales.

Directoras de Cultura LIJ

La obra y su proceso –Lo han convocado aquí para dictar la conferencia Work in progress (Obra en proceso) donde revela su forma particular de creación. –Mi proceso creativo comienza recolectado referencias, todas las que puedo, porque las referencias son importantes para mí. La imaginación es algo limitado. La gente suele decir que la imaginación es ilimitada, pero para mí es limitada. Es necesario salir afuera, es necesario inspirarse. Tomo un tema, por ejemplo voy a dibujar sobre México. Si me quedo en casa, sentado pensando en México, o tomando referencias por Internet, todo es muy limitado. Necesito venir acá, mirar alrededor. El primer paso entonces es recolectar.


REPORTAJE / 15

Página interior de El regalo, para el Museo de Bellas Artes de Taipei.

El segundo paso es la composición. Si se trata de un libro debes pensar la lógica de la historia. El tiempo. Es como cuando se piensa una música, al principio se necesita una melodía. Necesito ese tempo. También realizo proyectos a pedido, como ha sido la creación de una ilustración para una edición especial de botellas de Johnny Walker. Muchos detalles para un pequeño espacio. Todo depende de en qué proyecto esté involucrado. Necesito proyectos que me permitan hacer cosas diferentes. No puedo dividirme y pensar en mí solo como un ilustrador, es muy limitado. En Taiwán tengo mi estudio y algunos diseñadores trabajan conmigo. Y para poder vivir realizo muchos trabajos, por lo que no tengo mucho tiempo para hacer libros ilustrados. Lado B –¿Cuáles son sus propios proyectos, aquellos que lo expresan? –Cuando me siento inspirado escribo.

Nosotros pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo. Todos soñamos, pero no hablamos de ello. Entonces me gusta contar las historias de esa forma. Todo pasa en el cuarto, donde tenemos nuestra privacidad. Uno de los tópicos sobre los que junto información es acerca del carácter humano. –Ha realizado un calendario muy particular, donde la gente retratada está de espaldas y solo se ven sus nucas. –Pasé un mes dibujando nucas de la gente en Londres. Es que he estado obsesionado desde pequeño por la nuca de la gente. Me sentía extraño. No puedes estar seguro de nada solo con observar una faz. Y es raro. Nosotros no podemos vernos la nuca. Quise encontrar una respuesta: ¿qué hay allí y por qué nunca miramos ese lugar? Miré y busqué hasta que pude ver los detalles. Fue algo interesante. Creemos que algo es aburrido, pero si permanecemos en esa sensación, sin salirnos, se vuelve interesante. Es refrescante aburrirse. Lo que somos está escrito detrás, el frente es solo una superficie. Es como los frascos de champú, al frente tienen bonitas etiquetas, pero atrás está la información


16 / REPORTAJE

de lo que contienen. Como en una revista, la portada siempre es bella porque está hecha para atraerte. Es lo que se quiere mostrar. Un rostro puede ser muy bello, o muy anciano, pero si miramos el otro lado podemos cambiar de opinión. –¿Cuántos retratos hizo? –Muchísimos. Mis amigos más cercanos posaron. Hice videos. Es muy placentero para mí ir por la calle y sacar fotos, caminando. Me ayudó a pensar de un modo diferente. Nunca pienso en mi mismo como un ilustrador, porque es muy limitado. En mi estudio, diseñadores me ayudan a hacer videos y libros ilustrados. Tengo muchas cosas que hacer, tengo muchas cosas que aprender. Regalos y presentes Su último libro, El regalo, nace de la colaboración con el Museo de Bellas Artes de Taipei y se publica con motivo del 30° aniversario de su creación. Fue también distinguido con el premio de la 55ª Competencia de Artes Ilustradas y Comunicación de los Estados Unidos. –Tal vez no tenga muchos libros ilustrados, pero son magníficos. ¿Nos podría contar de qué trata El regalo? –Se trata de un niño que se encuentra infeliz. Y recibe como regalo de Navidad un ticket para ir al museo. Todos los fines de semana lo llevaban a ver a la abuela y era siempre muy aburrido. Pero el padre cambia de

idea y lo lleva al Fine Art Museum, que es para quien desarrollé este libro. Se trata de un viaje para adentrarse en la belleza. El viaje por el museo comienza cuando compran el ticket, que lleva escrito “ABRE TUS OJOS”. Todo este libro es una metáfora de una galería de arte. Una de las cosas que busqué incluir era la mirada de la gente común frente al arte contemporáneo. Este libro puede llegar a mucha gente que no va a los museos muchas veces por miedo de no entender el arte contemporáneo. Lo abstracto es difícil de entender, incluso para mí. El punto es que no debes mirar el arte contemporáneo solo con tus ojos, porque solo verás una superficie. Debes observarlo con tu mente. En el caso de las obras clásicas, sus significados son más simples. Entonces podemos decir “es linda, no es linda”. El arte contemporáneo puede lucir cool, pero en el arte contemporáneo las cosas no son lindas o hermosas. Es una nueva percepción. Necesitas más imaginación. Estamos influenciados. Muchas veces cargamos muchas cosas con nosotros en nuestra mente, que modifican la forma de mirar y percibir. Entonces, al entrar al museo, dejas en el guardarropas todo aquello que no necesitarás allí. También aquello que llevas en tu mente y que te estorbaría. Entonces puedes ir. Lo que intento reflejar son las diferentes formas de ver el arte. Puedes no entender lo que ves allí. Entonces


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el cordero dice: “Esto no se entiende”. Este otro dice: “¿Qué?”. Por ejemplo, este hombre no está entendiendo nada, entonces piensa: “Esos aretes son muy bonitos, debería comprar unos para mi madre”. Toda la gente mira de forma concentrada el arte en la pared. Pero en realidad no todos lo comprenden. –Las referencias son importantes. ¿Esto es una pipa? –(Risas) Es un chiste. Sí, esto es Magritte. Y esta otra es Chagall, por ejemplo. Por más que este cuadro lo pintó en 1917. Hay mucha gente que no conoce la historia del arte y no tienen cómo entenderlo. Cada uno tiene una historia diferente y desde allí se completa en esta imagen la historia. Parado frente a una escultura de una pera, este otro piensa “¿Esto es comida o es arte?”. Como cuando hay una piedra en un museo. Al fin y al cabo, define ¿qué es arte? ¿Por qué algo es arte? Porque es arte. No es tan mental, no es algo tan serio. Y finalmente echamos una mirada a las salas que están fuera del recorrido. Esta es la sala de máquinas del museo, pero por supuesto se trata de máquinas imaginarias. Con nuevos ojos, puedes verla como la fábrica de arte. –No siempre entendemos el arte. El punto es intentarlo. –El arte cambia nuestra forma de mirar. Las cosas ni siquiera son como las vemos. Si eres un dibujante o un poeta, tú piensas de forma diferente. El arte modifica tu forma de pensar y de mirar. Para ingresar en el arte también hay que decidir hacerlo. Por eso el niño se va del museo con el ticket “ABRE TUS OJOS” en sus manos. La verdad es que este libro es muy biográfico. Mi padre me regaló el pasaje para que pudiera salir de Taiwán y estudiar en Londres. Y eso abrió mis ojos. //

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alijaLUPA 18 / CON

Secretos que dialogan por Sandra Comino

Hoy recordamos a la gran Graciela Cabal.

“Nuestros libros favoritos son casi nuestra autobiografía”, dijo alguna vez Alberto Manguel. ¿Será que los secretos de familia son siempre secretos a voces? O precisamente algunos secretos íntimos se tornan universales y, entonces, los lectores nos apropiamos de aquello pequeño que se vuelve grande y de lo grande que se esfuma en lo genuino. Algo así se desprende de la ficción de Graciela Cabal que resultan pedacitos de vida, muchas anécdotas autobiográficas que se convierten en literatura gracias al trabajo del lenguaje. Allá por el 2001, ante la pregunta sobre si su producción era autobiográfica, Cabal dijo: “Sí, mi obra es autobiográfica. Yo creo que, en general, las obras son autobiográficas. Eso decía Barthes, ¿no?, que toda ficción es autobiográfica y toda autobiografía es ficción. Hay una mezcla muy grande, uno al final escribe una autobiografía como Secretos de familia que no se sabe ya qué es la ficción y qué es lo autobiográfico. Para mí el peso de lo autobiográfico es grande y, además, necesito escribirlo para sacármelo de encima”.

Escritora y periodista. Especialista en LIJ.

“Todas las vidas parecen cuento. La mía también”. Esto lo afirmó en el libro Vidas de cuento (2001, Santillana), donde escribió sobre la infancia de autores y sus personajes más famosos. Por ejemplo, Louisa May Alcott y Josephine March, Mark Twain y Tom Sawyer o Julio Verne y su capitán de 15 años, entre otros. La infancia parece ser un gran tema en la literatura de Cabal, donde los chicos entienden más a los grandes que los grandes a los chicos. A propósito, Graciela reflexionó: “Es un tema que en mí es recurrente, pero no me doy cuenta. Hay dos tópicos: uno es el hecho de narrar, siempre hay alguien grande que narra a uno más chico. En Las Rositas, en La Pandilla del Ángel, en Toby hay un grande que narra y que tiene el poder de los libros y de las historias. Otro tema es que hay chicos que están todo el tiempo tratando de entender el mundo de los grandes. El mundo de los grandes es para los chicos como un gran enigma que están siempre tratando de entender. Esos chicos, esos nenes soy yo, que siempre traté, de chiquita, de entender qué corno estaba pasando en mi casa”. Escritora, maestra, editora, narradora, gran lectora, Graciela Cabal egresó de la carrera de Letras


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de la Universidad de Buenos Aires. Nació en Barracas en 1939. A los veinte años publicó un libro de poesías, ejerció el periodismo y dirigió colecciones, entre otras actividades. Trabajó desde 1972 en el Centro Editor de América Latina hasta 1989, donde fue correctora, secretaria de redacción de la Enciclopedia del mundo joven y colaboró en varios proyectos del CEAL, entre ellos en Capítulos. Su primer cuento para chicos, Jacinto (1977), publicado en la colección del Chiribitil, fue prohibido en la época de la dictadura cívicomilitar. Una de las características de la literatura de Cabal es el humor. Un humor que siempre genera reflexiones acerca de los miedos, el malentendido, el cruce generacional, los temas tabúes. En Mujercitas ¿eran las de antes? emprende por medio del ensayo un recorrido por la enseñanza, la cuestiona y también lo hace con los libros de lectura, la literatura y el sexismo en los libros para chicos. Entre los personajes de ficción como La señora Planchita (1988, Libros del Quirquincho - 1999, Sudamericana); Doña Martina (1992, Colihue); Las Rositas (Segundo Premio Novela

Juvenil, 1990, Colihue); Tomasito (1993, Libros del Quirquincho - 1998, Alfaguara), los niños de La pandilla del ángel (1998, Aique) o los de Historieta de Amor (1995, Sudamericana), hay una voz que cautiva tanto como la nena de Secretos de familia (1995, Sudamericana) o la mirada reflexiva que predomina en La emoción más antigua (2001, Sudamericana), últimos ensayos publicados donde nos habla del miedo que para Cabal es el origen del arte. Son muchos los libros publicados e imperdibles todos. Habitados por la palabra, esa palabra que hechiza, pero que a su vez despabila porque los textos de Cabal cuestionan siempre. Tanto las obras de ficción –donde se incluyen cuentos y novelas– como el material histórico y de recopilación de tradición oral, relatos, leyendas regionales, historias de santos y una versión libre de la Biblia, pasando por los ensayos para adultos o los textos de divulgación de conocimientos para chicos, sus palabras tejen un estilo que trasciende la temática, el contexto familiar y el humor. Importa lo que dice, pero mucho más cómo lo dice.

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20 / homenaje

Confieso que he leído

Reproducimos hoy un artículo que Graciela Cabal publicó en el boletín Benjamín de ALIJA, para seguir rindiéndole homenaje. Entre Libros. Sobre mi mesita de luz hay una estampa de Santa Teresa de Ávila (“Nada te perturbe, nada te espante…”) y una pila de libros: desde hace un tiempo acostumbro a leer (y a releer) varios a la vez. Arriba de todo, una antología de poesía portuguesa del siglo XX, que se abre sola en Tabaquería. Debajo, Tabucchi, Los tres últimos días de Fernando Pessoa (“La vida es indescifrable (…) nunca hay que preguntar, nunca hay que creer, todo está oculto”), antecedido por Sueños de sueños. Bellísimo libro. ¿Cómo Tabucchi tuvo una idea tan genial y tan simple? Después está Walden o La vida en los bosques de Thoreau, libro de mi adolescencia. Lo presté, lo perdí, lo busqué por años, y hace poco lo volví a encontrar en una librería de viejo. (Tan efusivamente se lo agradecí al librero, que el hombre pen-

só que yo deliraba). Lo leo de a poco, para que no se me gaste. Está subrayado y escrito por alguien que no soy yo. ¿Quién tendrá el ejemplar con las marcas de mis tumultuosos diecisiete años? Debajo de Walden, La montaña mágica, de Thomas Mann, vuelto a leer hasta la mitad. Éste sí con mis propios subrayados, lo que me tranquiliza: así era yo a los veinticinco. En los márgenes del libro hablo con la que fui. En la base de la pila, El Evangelio según Jesucristo, de Saramago, que leí en el último verano, de un tirón, con pequeñas pausas para tomar aliento, abrumada ante tanta belleza. Lo abro al azar, para ver cuál va a ser mi suerte. Nunca me falla, solo es cuestión de interpretar. Ellos están ahí, en mi mesita de luz, para que, como dice Santa Teresa, nada me turbe, nada me espante… //


biografía lectora / 21

Biografía ricotera por Leonardo Cook

Hasta el 31 de marzo, la Biblioteca Nacional Mariano Moreno se convierte en el altar de las misa Ricotera.

Es que esta vez su ídolo máximo los convoca a una procesión hacia su mundo más íntimo, el de la construcción de su arte y su persona. Nada tiene desperdicio. El eje central de la muestra está puesto en una vitrina que hace poner a los fieles la piel de gallina: manuscritos en papel amarillento donde el Indio escribió las canciones que fueron y serán madre, padre y espíritu Indio para más de tres generaciones de devotos. La posibilidad de leer las canciones escritas a mano, con tachones y correcciones, mientras suena en la cabeza su voz, conmueve hasta llanto.

Lecturas inspiradas

Carlos El Indio Solari exhibe sus tesoros sagrados. Los peregrinos, seguidores del ex vocalista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, se ven obligados a contener en los pasillos de la Biblioteca Nacional la intensa potencia que los caracteriza, sin permiso para exteriorizar su algarabía.

Librero y escritor.

Escrito en la pared y firmado por el Indio Solari se lee: “Una diversidad producto de la renuncia al sentido común de la sociedad me arrastro de Gurdieff a Conrad, de Artaud a Cooper y Laing. De Schwod a Roussel. La generación beatnik, Idries Shah, autobiografías de cineastas, haikus y Kenneth White, correspondencias (Wagner y Lizt, Los hermanos Van Gogh), Durrel, Vonnegut, Capote, Wolfe, Vian, Cohen, etc., etc.” Apiñados frente a ella, como en cartelera de horarios de una universidad pública, toman nota chicos y grandes porque en eso les va la vida. El único argentino que aparece en la lista es Alberto Girri, poeta distinguido de la generación del 40, aunque su estilo no encaja en ningún movimiento concreto. No aparecen los íconos de la literatura argentina o latinoamericana, ausentes Cortazar y Borges por ejemplo, y es esa ausencia la que habla del espíritu indio. Pero si está uno de los autores que fue punto


22 / biografía lectora

de partida de Jorge Luis, Marcel Schwod. Para quienes quieran empezar a degustar, en algunas librerías aún se puede conseguir Vidas Imaginarias, una historia fabulada de la literatura. Con este libro Schwod se convierte en biógrafo de personajes conocidos y no tanto, friccionando sus vidas. Muchos de los autores de la lista son norteamericanos, esos espíritus que el corazón del poder y el consumismo carcelario expulsa como eructos. Truman Capote, aparece con A sangre fría. Con este trabajo de non-fiction novel, Capote impulsa la corriente conocida como Nuevo Periodismo. Este libro es también una feroz crítica al sistema judicial de Estado Unidos. Para los que les gusta la búsqueda, algunos difíciles: Los ejércitos de la noche, El prisionero del sexo y Canción del verdugo de Norman Mailer. El armenio Georges Ivanovitch Gurjiej es otro que trae novedades en su campo. En Encuentro con hombres notables relata sus años de juventud y encuentros con los distintos maestros en su recorrido por Asia Central y Medio oriente. En su Doctrina del Cuarto Camino, Gurjiej, asegura que la función sexual es primordial para la realización del hombre, ya que sin ella no se puede lograr nada. Bastante complicado es encontrar El corazón de las tinieblas de Josep Conrad, La espuma de los días de Boris Vian y Eliagabalo de Antonin Artaud. En cambio

Carta a los poderes, también de Artaud, es de fácil adquisición, simple de leer y muy representativo de la cultura ricotera. La rama dorada. Magia y religión, de James Frazer está desplegada en la vitrina. El germen de esta obra es demostrar que todas las religiones primitivas tienen características en común, por lo que la justificación de los principios de determinadas costumbres mágicas o religiosas servirán igualmente para la comprensión del origen y significado de otras formas religiosas análogas.

Mandamiento ricotero: Leerás Frenéticos recorrerán luego cientos de librerías en busca de algún título de esa lista que les dé fuerza para contrarrestar una sociedad que los languidece. Como sucedió cuando el Indio en pleno recital recomendó leer Masacre en el Pabellón séptimo, de Claudia Cesaroni. Allí se relata el episodio de marzo de 1978 conocido como “el motín de los colchones” y que inspiró el corte nueve de su primer disco luego de la separación de los Redondos, El tesoro de los inocentes. La canción está escrita en primera persona desde la voz de Horacio, uno de los sobrevivientes. Cuenta cómo lo llevan en camilla quemado al hospital Zalaverri y que nunca podrá olvidar a su compañero Pablo, uno de los sesenta y cuatro reclusos que muere quemado.


biografía lectora / 23

Cuando en 2014 se realizó un pedido al Juez Rafecas para reabrir esta causa y para que sea tratada como crimen de lesa humanidad, Editorial Edhasa reimprimió el libro con urgencia. Con muy buen tino agregó en su tapa una inscripción que decía: El libro que recomendó el Indio Solari. Este título no aparece en la lista que Solari les deja como legado de lectura a sus miles de seguidores, pero representa fielmente su espíritu reaccionario cuando se trata de injusticia y abuso de poder.

Legado final Una vitrina vertical muestra los libros que se hicieron carne en él para definir su ideología y sus

Recorrido lector

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canciones. Desde la pared, el Indio cuenta como los autores de la nueva izquierda lo acercaron a otros autores que habían sido desechados y hasta prohibidos por inadecuados y peligrosos. Esto suena al tema Queso Ruso: “fíjate de qué lado de la mecha te encontrás.” Sus lecturas, sus autores, sugieren frases de sus letras. “Cuando la noche es más oscura se viene el día en tu corazón”, parte de una de las canciones más amadas por su gente. Sus lecturas están plagadas de personajes fuera de serie. “Esa banda inconsolable de perros sin folleto, brujas de alma sencilla, patéticos viajantes, pobres tontos, pobres diablos, lunáticos y amantes…”. Son sus amantes.

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Las imágenes que ilustran esta nota pertenecen al catálogo de la muestra.

Artaud, Antonin, Heliogábalo y Carta a los poderes Capote, Truman, A sangre fría y Desayuno en Tiffany’s Céline, Louis-Ferdinand, Muerte a crédito y Viaje al fin de la noche Conrad, Joseph, El corazón de las tinieblas Cooper, David, Psiquiatría y antipsiquiatría Correspondencia entre Wagner y Liszt Durrel, Lawrence, El cuaderno negro y Justine, el cuarteto de Alejandría Frazer, James, La rama dorada: magia y religión Girri , Alberto. Actualmente en antologías Ginsberg, Allen, Aullido Gurdjieff, Georges Ivánovich, Encuentros con hombres notables y Relatos de Belcebú a su nieto Las mil y una noches Lovecraft, Howard Phillips, El color que cayó del cielo, El caso de Charles Dexter Ward Mailer, Norman, Los ejércitos de la noche, Por qué estamos en Vietnam, El prisionero del sexo y Canción del verdugo Roussel, Raymond, Locus Solus Schwob, Marcel, Vidas imaginarias Shah , Idries, Cuentos de los derviches Shakespeare, William, La tempestad Stevenson, Robert Louis, La isla del tesoro Van Gogh, Vicent, Cartas a Theo Vian, Boris, La espuma de los días y El otoño en Pekín Vonnegut, Kurt, Cuna de gato y Payasadas


24 / la 24voz de la imagen

El poder de la sugestión por María Elina Méndez

María Elina Méndez es una ilustradora reciente, pero que ya se ha hecho notar.


Mi acercamiento a la ilustracion, no fue hace mucho tiempo, dibujaba para mí y trabajaba de otra cosa, primero en video, soy Diseñadora de Imagen y Sonido, y después en escenografía. Hasta que un día, así como se abre una ventana, me encontré con un libro y eso cambió todo para siempre. Un libro chiquito, hermoso, desplegó en mí la enorme ansiedad por ingresar en este mundo de la literatura infantil. Entonces supe que mis dibujos podían tener un lugar especial en el mundo y que yo podía tener un trabajo que me hiciera mucho más feliz a mí y, por qué no, a muchos otros. Y se fueron abriendo muchos caminos para mirar, disfrutar y aprender porque hay libros grandes y chiquitísimos, se pueden leer muchas veces y en distintas direcciones, se leen las palabras y se leen sus dibujos, se recuerdan para siempre algunas páginas y se descubre de grande eso que se nos escapó de chiquitos porque pareciera que crecen con nosotros. Nos reúnen con los niños que tenemos cerca, los que están lejos y con el niño que fuimos. Así es como creo que funcionan, te adentran en un mundo asombroso que luego se multiplica maravillosamente según nuestras curiosidades y siempre hay más. Yo quise ilustrar libros gracias a Canción Decidida (Christian Turdera y David Wapner), un libro chiquito que es enorme. Qué suerte que estaba ahí esperándome.

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La Bohemia Te quiero más que a la Sal (Edición Bilingüe armenio / castellano)

Luciano Saracino y Daniel Roldán

Pequeñas teorías sobre el comportamiento animal Humor sutil, reflexión y agudeza en esta parodia a los libros científicos del S. XIX.

Andrés Sobico y Josefina Wolf




28 / agenda

CURSOS-SEMINARIOS-ENCUENTROSCONCURSOS-TALLERES-JORNADAS El reino de la palabra

Entre el 20 de marzo y el 5 de abril, se llevará a cabo el Encuentro Federal de la Palabra en la sede de Tecnópolis, en Buenos Aires. El evento nuevamente reunirá a maestros, bibliotecarios, escritores, gestores culturales, e interesados por la literatura y las letras. En su primera edición fue visitada por más de 300.000 visitantes. ¿Habrá un nuevo récord?

Un siglo de diáspora

Este 24 de abril se cumplen cien años del genocidio armenio que generó la diáspora de millones de armenios por todo el mundo. Nuestro país ha recibido a muchos de ellos, quienes se han integrado en la sociedad aportando un color y un sabor especial a un país multicultural. En ocasión de este aniversario, muchos eventos se realizarán en todo el mundo. Es una oportunidad para acercarse a un pueblo lleno de narraciones y poesía.

Novedad de Colección Comunidades, edición bilingüe castellano-armenio.




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