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n 1913, en un periódico de La Habana, uno de sus colaboradores habituales, el escritor Azorín (seudónimo de José Martínez Ruiz, 1873-1976), uno de los miembros de la llamada Generación del 98 española, vio cómo uno de sus artículos fue censurado. Se titulaba ‘Un extranjero en España’.A

Año: XXVII No. 10.923 Los escritos de los colaboradores solo comprometen a sus autores y no reflejan el pensamiento del medio, que se expresa en su Editorial. Luis iNt R iAG o Lu NA luisintriagoluna@hotmail.com Gratitud política

La gratitud es un valor moral y social, también aplica en el área política que enaltece y robustece la personalidad de los seres humanos; no obstante, en la actualidad se vive de los anti

- valores, es decir, lo que para no pocos lo bueno es malo y lo malo es bueno; haciendo caso omiso de lo que dice la recta y sabia conciencia, que el reconocimiento voluntario a los que hacen el bien es una virtud que alimenta el alma y engrandece el espíritu, el mal agradecido es un monstruo que da horror.

Es obvio que hoy, políticamente, tenemos que escoger entre los que han defraudado y atracado los fondos públicos y aquel que ha venido destacándose en servir al l igual que con el régimen laboral, el marco legal que deben enfrentar las empresas ecuatorianas en dificultades también obedece a condiciones de un siglo atrás. El rigor draconiano con el que se castiga a las empresas, en caso de quiebra, parte de supuestos equivocados que, inconscientemente, siguen vigentes en nuestro medio. Se cree que aún vivimos en una economía de transición a la modernidad en la que hay una gran demanda insatisfecha y que, por lo tanto, basta capital para tener un negocio próspero. Se asume también que, ante un mercado en teoría tan estable y un poder tan afirmado del capital, las quiebras son por lo general producto de una gestión irresponsable; bajo esa lógica, está bien escarmentar a las empresas. Todo ello es falso. La economía actual —con la dificultad de encontrar mercadosque implica— tiene un índice de fracaso muchísimo más elevado. Incluso en economías con fácil acceso a capital, inmenso mercado y marco legal amigable, como Estados Unidos, solo la mitad de empresas sobreviven al cabo de cinco años; en sectores específicos, como las startups, la mortalidad es del 90% y entre ‘unicornios’ llega al 99,99%. pueblo, sin haber estado en el servicio público y que con sus investigaciones ha sacado a la luz quienes fueron los que se llevaron el dinero del pueblo ecuatoriano y hoy están prófugos de la justicia y otros presos por sus delitos. Gracias a que siempre hay un quijote que aspira el bien para la patria y sus ciudadanos sin pedir nada a cambio, aquello es digno de agradecer con un justo reconocimiento de todos los seres de bien que son la inmensa mayoría de este país. Valdría la pena entonces retri- buir con un voto de confianza y así evitar a los que ofrecen ya no robar o deslumbrar a los inocentes con ofertas demagógicas como obsequiar 1000 dólares a cada ecuatoriano si llegan a la presidencia; quizás ahora también ofrecerán construir un puente colgante desde Ecuador continental hasta las Islas Galápagos.

La principal causa de quiebras no suele ser falta de mercado ni calidad del producto, sino problemas de liquidez y flujo de caja típicos de la economía contemporánea. Las principales economías del mundo, e incluso varias de la región —Brasil, Chile, Colombia, Perú— ya se han adaptado a esta realidad.

En Ecuador, en cambio, el régimen legal no solo obliga a empresas viables a morir, sino que ni siquiera permite que nazcan. Esta reforma sí que resulta económica y urgente.

Hay personas que se ‘olvidan’ que el IESS es una entidad autónoma y que la Constitución determina que la seguridad social es un derecho irrenunciable, que se rige por los principios de solidaridad, obligatoriedad, universalidad, eficiencia, equidad, entre otros. Por tanto, nadie debe permitir que el instituto se debilite, sea objeto de corrupciones y latrocinios, o que se lancen propuestas privatizadoras para destruir el sistema de seguridad social con los existentes proyectos de descapitalización del fondo de pensiones.

En estos tiempos, es de vital importancia el comportamiento de los trabajadores activos y jubilados en la defensa del IESS, para exigir al Estado el pago de sus millonarias deudas, lo mismo a los empresarios morosos e igualmente, si es preciso, acudir a la Comisión Anticorrupción para que actúe en defensa de los legítimos intereses económicos del instituto, mediante la recuperación de los dineros que se han llevado los atracadores.

Es indispensable fortalecer a las organizaciones sindicales, asociaciones y comités de trabajadores, organizaciones indígenas y de mujeres para forjar la unión con un objetivo común: la defensa del IESS a fin de impedir con eficacia y prontitud la intervención de los privatizadores del instituto, que comienza con las intencionalidades de liquidar el fondo de pensiones.

Ventajosamente, la inmensa mayoría no les cree y están más bien preocupados por el futuro de sus hijos y sus nietos, que deben crecer en un ambiente fuera de droga , la misma que dejaron liberando su consumo y así mismo fuera de toda rapiña, que, por aquella causa, hoy se agrava la delincuencia.

CIUDAD

Falta dinero para atención de socavones

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